Partida Rol por web

No reuso la idea de ir con sus compañeros al Hall "Un poco de socialización no te hara mal." palabras de sus padres resuenan en la cabeza del joven Rogelio.
Asiente con su cabeza y se dirige con ellos para buscar un lugar donde charlar o "escuchar".

Vicky se había quedado ensimismada en sus pensamientos y no se había dado cuenta que sus compañeros ya se habían ido. Se levanta y se dirige, aunque algo perdida, a la sala común.

Zaida llega al jardín de poniente.

Carlos aparece pocos minutos después, siguiéndola.

Zay se había descalzado y tomado los zapatos en mano. Caminaba por la arena, disfrutando de la puesta del sol y la suave brisa en su pelo. Disfrutaba de la calma, aunque se sentía mal por haber dejado colgado a Emilio. Luego se disculparía con él...

Todavía no hacía demasiado frío, por lo que se sentía bien con la arena fresca. Tras un rato así, se sentó en la arena. No pensaba en los recuerdos que le traía el jardín. Simplemente era su favorito.

A lo lejos diviso la figura de Zaida, que se encuentra sentada sobre la arena, al parecer descansando. Bien, me acercaré y si veo que no le apetece hablar, me retiraré tan despacio como he venido. Saco dos botellines de cerveza de mantequilla de dentro de la túnica mientras avanzo hasta donde se encuentra ella.

Lentamente, al llegar a su posición, en su espalda, le enseño uno de los botellines de cerveza por delante de su rostro sin decir nada, esperando que ella me mire...

Zaida fue a tomar el botellín cuando vio quién se lo estaba dando. Aqueó una ceja. ¿Otra vez tú? ¿Acaso me pides otro baile ahora? Se exrañaba de encontrarlo ahí. Si más tomó el botellín y bebió, viendo la puesta de sol.

- ¿Bailar, aquí? No, no... bueno si te apetece sí, pero no... -, le digo mientras me siento a un lado, alejado un poco de ella. - Sólo he venido a despejarme un rato y nada más. Te vi y decidí acercarme... si molesto me voy... -

Abro mi botellín de cerveza y comienzo a beber.

Zay se encogió de hombros, se limitó a beber de su botellín y mirar el atardecer.
Tras un rato así, cogió aire.

En lo que llevo de día, te he explicado mi vida, he bailado contigo y ahora estoy viendo un atardecer a tu lado. Y eres un Gryffinfor... Le miró unos instantes. Algo no me cuadra. Definitivamente, eres curioso. Volvió a mirar al mar y se tumbó un poco.

- Curioso, sí. Ya me lo habías dicho... -, le respondo con una sonrisa mientras me reclino apoyando mis manos en la arena. - ¿Qué es lo curioso? ¿Que un Griffindor hable con una chica de Slytherin? Yo creo que va más allá que eso, ¿no crees? -

Vuelvo a darle un trago a la cerveza mientras miro al cielo...

- Yo no veo tan curioso que... bueno... nada... -, corto la frase a la mitad temiendo meter la pata.

¿Mas allá? Le miró, tumbada en la arena.
Por lo general, no me gustan los Gryffindors. Encuento la casa Gryffindor bastante absurda. Honor y valentía...eso no sirve de nada hoy en día.Se pasó una pano por el pelo, pasando los dedos entre la cabellera.

¿Si no es curioso, para tí que es? Esbozó una sonrisa ¿Esque no sabes que los Slytherins somos peligrosos? Zay recuerda como se puso Emilio al acercarse el leoncito... Suspiró.

- ¿Peligrosos? Eso si es curioso. Por que pensáis que por ser de Slytherin sois peligrosos... o en todo caso... ¿por qué piensas que por ser de Griffindor no puedo llegar a ser tan peligroso como un Slytherin? -, le digo mientras la miro a los ojos, inclinando la cabeza hacia un lado.

- No deberías clasificar a la gente por la casa a la que pertenece. Es verdad que nuestras casa son enemigas a muerte, y que ambos las defenderemos, pero en este momento... yo no te veo como una Slytherin, no estoy compitiendo contigo por nada... en este momento para mí sólo eres Zaida. -

- Eres... te gusta darle la vuelta a las cosas. No he dicho que sea peligroso, o tal vez si lo sea. Pero no deberías catalogar a alguien por ser de una casa u otra. -, le digo inclinándome un poco más hacia ella.

Está claro que le gusta jugar...

- Siempre serás una Slytherin, así como yo siempre seré un Griffindor. Pero no estoy hablando de casas ahora mismo, estoy hablando de ti, de Zaida... ¿Qué seamos de casas diferentes implica que no podamos llevarnos bien, ser compañeros, ser... ? -

Sonrió divertida.

¿Ser..? Alzó una ceja y se colocó un mechón de pelo tras la oreja.

Tu eres un Gryffindor, y con ello tengo suficiente. Como has dicho, tu defenderas tu casa y yo la mía, y éstas son enemigas...bueno, de hecho Slytherin no necesita ser amiga de ninguna casa. Sonrió orgullosa.

Aunque reconozco que es útil tener amigos en otras casas. Juguetea con su piercing con la lengua y le observa. Siempre que te pueda reportar algún beneficio. Sonríe.

Pero bueno, sí creo que catalogar a la gente por la casa donde está es fiable. Los mejores vamos a Slytherin, el resto se reparte. Si no, demuéstrame lo contrario. Le mira penetrante.

- Bailo bien... eso lo has visto... -, le digo mientras me tumbo por completo en la arena mientras pongo ambas manos detrás de mi cabeza. - Además, ¿por qué tengo que demostrarte si soy mejor o peor en algo? A mí me da igual ser mejor o peor que tu en alguna cosa, la verdad, me es indiferente. Por eso dejo las casas de lado cuando hablo contigo, sino... ¿qué quieres? ¿qué nos batamos a duelo aquí mismo en la playa? -

Beneficios... ¿de qué está hablando?

- Dices beneficios, como si pudieras utilizar una amistad para sacar provecho... nah, si quieres ser amiga mía o por lo menos una buena compañera... el beneficio tiene que ser mutuo, ¿no crees? -, le digo mirando sus ojos, sosteniéndole la mirada.

Cogió una pequeña piedra cercana y se la lanzó al pecho.

Ya sé que soy mejor que tu Comentó con una sonrisa traviesa y sacándole la lengua. Se terminó de incorporar hacia delante, se estiró y cambió de posición, sentándose de rodillas. Le miró inclinando la cabeza con una sonrisa.

No todas las amistades son por interés. Pero las que hay, hay que saber usarlas bien. Además... Se volvió a inclinar levemente hacia él, haciendo que su pelo liso corriera a ambos lados de su cara...¿Quien ha dicho que yo vaya a ser tu amiga o siquiera una buena compañera? Y sin esperar respuesta le volvió a lanzar otra piedrecita, entretenida.

- ¿Te diviertes? -, le digo con una sonrisa al sentir la primera piedrita. - No querrás que me levante de esta posición tan cómoda... ¿no? -, le digo desafiante.

- Además, nadie te obliga a nada. Si quieres ser mi amiga, buena compañera u otra cosa, eso es cosa tuya... y de la predisposición que tengas... -

Otra piedrita en el pecho...

Me incorporo rápidamente y cojo su mano suavemente antes de que vuelva a tirar otra piedrita, mientras me acerco un poco más a ella.

Cita :

Me entrenego, pero si con ello te molesto, entonces ya es mñas divertido -Comentó divertida.
¿Predisposición? No se yo si... -deja la frase suspendida en el aire. Nota como el chico le coge de la mano y se acerca a ella. Se muerde el piercing un instante y sonríe desafiante también. ¿Y la tuya?

Cita:

- La mia siempre ha estado aquí... aunque tu no lo quieras ver...-

Mi mano aún sigue cogiendo con dulzura su muñeca mientras que mi pulgar, comienza a hacerle pequeñas caricias justo donde el látido se su corazón se siente a travez de su piel.

El suelo tiembla, la arena se coloca encima de los zapatos, el mar parece que retroceda... Carlos es el que ve una sombra detrás de unas palmeras... una sombra de algo que no le gusta un pelo, y algo que desconoce completamente; Zaida se gira para mirar qué es lo que ha hecho abrir los ojos al chico... y descubre una especie de animal, se parece mucho a un rinoceronte del mundo muggle... pero algo les dice que no es así.

El rinoceronte se gira hacia la pareja... mueve la gruesa pata trasera derecha para levantar una buena cantidad de arena... y su siguiente paso es... empezar a correr hacia el Gryffindor y la Slytherin. Éstos, pero, no se hacen de rogar demasiado... y empiezan a correr hacia el castillo... tan rápido como les permiten los pies.