Partida Rol por web

No pasa nada, somos jovenes, el desorden esta en nuestra sangre - dijo quitandole importancia - ¿Tocas el violín? que guay - y la miraba como recogía mientras degustaba la galleta

Sí, toco el violín desde que era una mocosa - dirijo una tierna mirada al instrumento - Le tengo mucho aprecio... mi hermana toca el piano, nos gusta tocar juntas - miro al chico de nuevo, sonriendo, me acerco a él y cojo otra galleta del plato.

¿No tocas ningún instrumento? - le pregunto, curiosa.

Que guay ^^ - sonrió animado terminándose la galleta - Pues no, yo se de animales de campo, me he pasado la vida corriendo por ahí. Es que vivíamos en un pequeño pueblo de Valencia, y no hay mucho que hacer

- ¿Ah, sí? Son muchos los magos que eligen vivir alejados de la urbanización, tanto muggle cómo mágica. Personalmente, me da igual, ya que no me relaciono ni en un lado, ni en otro. Creo que es la primera vez que converso con alguien que no es mí família - admito, con un tono extraño, como si lo acabara de descubrir - Bah... si lo necesitara me habría relacionado antes.

- ¿Y qué investigan tus padres?

Lo mismo digo, he llegado a jugar con algún otro niño, pero mis padres siempre me han dicho que cuando este con los míos, todo sera mejor; sabiendo lo que eres es inevitable sentirse aislado - dijo algo entristecido, pero enseguida se animo - la verdad que no lo se, lo mantienen en secreto y me tienen prohibido entrar al laboratorio

- Pues un día tendremos que colarnos - digo, sacando la lengua y guiñando el ojo, rio - No... que tus padres se enfadarían contigo - le sonrío con ternura.

Me acerco a él y lo cojo de la mano, mirándole a los ojos; ladeo un poco la cabeza.

- Eres buen chico, ¿sabes? No pegas nada en Slytherin.

Enrojeció a la velocidad del trueno cuando Anais le cogió de la mano... Su corazón latía demasiado rápido y parecía que se le fuera a salir por la boca - g.g..g....gracias... - logró decir entre tartamudeos completamente perdido

Al notar el nerviosismo de Andrés, le suelto la mano rápidamente y dirijo la mirada hacia otra dirección, me pongo seria de nuevo.

- ¿Salimos a dar una vuelta? - pregunto, sin poder evitar sonrojarme.

Desconcertado solo fue capaz de decir - vava..vale

Me giré y me dirigí hacia la puerta - Dios... pero qué idiota soy... ¿¡tanto me ha afectado no relacionarme nadie en 15 años!? - bajo las escaleras a paso rápido, bajando conmigo el plato de las galletas.

Noemí aun está a la cocina, ayudando a mi madre con la poción multijugos - ¡Voy a salir! ¡Ya volveré!

Le doy un beso a Noemí, otro a mamá, y salgo de la casa, a esperara a Andrés mientras intento respirar con calma, bastante roja de la cara.

Bajo las escaleras detrás de Anais hasta la cocina - hasta la próxima, un placer - se despidió sonrojado y educado.
Una vez fuera, junto a Anais - ¿Que pasa? - preguntó sin comprender nada

No... ¡No pasa nada! - respondo, casi a voz de grito - ¿¡Qué va a pasar!? - empiezo a caminar, dando largos pasos hacia la calle, aunque voy esperando a Andrés de vez en cuando.

No me atrevo ni siquiera a mirarlo a la cara, ¿¡cómo se me ocurre cogerlo de la mano!?

Trago saliva acojonado y anduvo cerca de ella en silencio - pero si no hice nada... - pensó sin comprender

Guardando silencio camino hacia ninguna parte. No sé si estoy mas cabreada que avergonzada, o más avergonzada que cabreada.

Miro de reojo a Andrés - Mierda, ¿por qué le habré hablado así? - me preguntó, dándome cuenta de que soy más idiota de lo que pensaba.

Sin abrir la boca, Andres iba con las manos en los bolsillos mirando de un lado para otro - esta me mata.. ya veras

- Debería disculparme, sí, me disculparé - abro la boca, pero estoy a punto de soltar una disculpa en plan borde y la cierro de golpe de nuevo - Joder... normal que lo acojone... si es que hasta yo me acojono de mí misma...

Vio como abrió la boca y la cerro y ya no pudo aguantar - yo.. yo creo que mejor me voy a mi casa - dijo completamente asustado

- Vale. Buena idea. Sí, es lo mejor - me giro sobre la marcha, sin pensármelo - Mañana pasa a buscarme si quieres. Ciao - levanto la mano a modo de despedida, pero no lo miro.

- No querrá.

Sigo caminando, en dirección contraria a dónde estábamos yendo, hacia mi casa.

Se despidió sin volver a atreverse a decir nada y se fue corriendo a su casa - esta tía es muy rara