Partida Rol por web

Camarotes

Media docena de camarotes se encuentran repartidos entre la sección superior de la nave. Los mismos tienen capacidad para seis literas, las cuales se encuentran apiladas unas encima de otras en dos tandas de tres. Por cada litera es posible acceder a una casilla de almacenamiento de pequeño tamaño que sirve para guardar los elementos personales.

La iluminación continua siendo insuficiente pero aquí mejora sustancialmente con respecto al resto de la nave. A cambio el decaimiento por falta de mantenimiento es notable. Por ejemplo alguna que otra gotera y fuga de vapor decora la sección de los camarotes.

En la sección superior de la nave también es posible acceder a la cocina, el salón comedor, varios almacenes y secciones de menor importancia que ha sido clausuradas por abandono.

Con la ayuda de Ollander, y acompasados por una continua retahíla de maldiciones del doctor, este y la capitana pudieron cargar con el inconsciente y jodidamente pesado andoriano hasta el camarote donde el imbécil del capitán les había dicho que estaba el botiquín, y tras dejar a Ishant en una de las literas, Ollander marchó rumbo a Ingeniería.

Tch, maldita pocilga, esto es una jodida fuente de infecciones- dijo el doctor cuando finalmente soltó a Ishant -Ni siquiera tengo el equipo básico y tengo que encargarme de que esa maldita cosa no nos mate a todos…- masculló en referencia al brazalete, maldiciendo sin dirigirse a nadie en particular.

Capitana, busque el botiquín en las taquillas mientras me encargo de despertar al subnormal este- le dijo Matthew a de Alba señalando al andoriano inconsciente -Si por mi fuese, lo dejaría así el resto del viaje… pero voy a necesitar su ayuda con esa cosa- dijo -Pero más le vale no volver a intentar amenazarla- añadió el doctor por lo bajo, más para sus adentros que para que la capitana lo escuchase -Ah, y haga el favor de quitarse el traje y todo lo que pueda estorbar para que podamos mirar la bomba que tiene en la mano- le dijo mientras miraba su escaso botiquín.

Normalmente, el hipospray bastaría para despertar a alguien aturdido por un phaser… pero por desgracia, los hiposprays no funcionaban en los andorianos, y los malditos klingons habían volatilizado el material específico que había traído para ello, por lo que solo quedaba usar el método tradicional.

¡Despierta imbecil!- dijo el doctor al tiempo que golpeaba el rostro de Ishan para reanimarlo.

Cristina comprobó como el doctor era peor hablado que ella cuando se estresaba... era capaz de soltar toda una lista de insultos y maldiciones en apenas un minuto lo que resultaba hasta loable. De estar en otro momento le habría sentado mal la forma en que se dirigía a ella, pero después de su demostración de defensa y preocupación por el estado físico de Cristina, la española casi sentía afecto por el gruñón así que sin decir mucho se puso a buscar el botiquín por las estanterías que había en la habitación.

- ¿De verdad piensa que este sitio es el idóneo para comenzar a operarme?- dijo no muy convencida, podía pillar una infección en aquel antro- no es por ponerme tiquismiquis pero esto es un asco- dijo mientras abría varias taquillas hasta encontrar lo que parecía el botiquín- no se si es esto- aguardó a que despertara al andoriano para colocar en una mesa el botiquín y proceder a quitarse el traje para quedarse con la ropa que llevaba usando desde la Arena, que consistía en una falda negra larga y una especie de chaleco de cuero sin mangas, lo que no suponía ningún impedimento para que su brazo pudiera ser tratado.

 

Thezhanishant observó por última vez la superficie congelada de Andoria, el viento arremolinando la cellisca de las últimas nieves del invierno, el tornasol de los últimos rayos del ocaso sobre la superficie del hielo nuevo. Quiso agacharse y sentir el tacto dela nieve en su piel por última vez, pero las restricciones que le sujetaban las muñecas a la espalda no le dejaron hacerlo. Por un momento, el joven ingeniero aplastó las antenas contra su cráneo, frustrado. Había dado su palabra, había aceptado la sentencia y la cumpliría, pero quería despedirse de su luna natal, de la nieve y los hielos de la isla de Cheshras que tanto amaba. Resopló, sin poder hacer nada al respecto, y se giró ligeramente, hasta que el perfil de Harbortown que superaba la superficie. El ingeniero sabía que la mayor parte de la ciudad no estaba a la vista, oculta bajo el hielo, abrazando la fuente de aguas que fue el origen de la ciudad que había supuesto el inicio del asentamiento, la diferencia entre la vida y la muerte en la prehistoria de los andorianos. Thezhanishant sabía que no volvería a ver los amplios salones de la casa del Keth, las orgullosas estalactitas de hielo milenario que marcaban sus muros, las cálidas aguas de sus baños, corazón del hogar, lugar de reunión y decisiones. La semana anterior había contemplado como se demolía la estructura de la casa de su clan, borrada para siempre de la existencia. Él y los pocos supervivientes de los Tales habían sido llevados frente a su hogar tradicional para observar como se reducía a escombros y nieve. La justicia en Andoria era expeditiva y no tenía lugar para sentimentalismos.

Aún con la vista perdida en el perfil blanco azulado de su ciudad natal, un fuerte tirón en las esposas le hizo volverse, quedando frente al ejecutor. El otro thaan le miró con seriedad, el ceño profundamente fruncido y las antenas arqueadas de la manera tradicional. De entre sus ropas azul sangre, extrajo un Padd de aspecto antiguo y empezó a recitar la fórmula tradicional.

- Thezhanishant, thei de Thalidasida del clan Talesh, conocido como "Ishant" estás ante el consejo ejecutor para recibir los cargos por los que has sido condenado. El Consejo de los Dieciséis te ha encontrado culpable de traición, confabulación en contra del Estado y filtrar información sensible a grupos opuestos al Gobierno. Se te ha encontrado culpable en segundo grado de todos los cargos y, por tanto, se te condena a lo siguiente. Perderás los derechos de herencia y posesión poseídos por tu keth y aquello que fue tuyo será vendido en subasta publica para sufragar los gastos ocasionados por los daños de tus actos, sin embargo, se te permitirá conservar tu nombre de Clan y este podrá transmitirse a tus descendientes de poder engendrarlos. A ese respecto, tu compromiso con los miembros del Keth Kadren, el Keth Sonth y el Keth Zenne han sido anulados, y tus antiguos prometidos se encuentran libres de cualquier compromiso que pudieran haber contraído con los Talesh. Por último, y aunque los cargos por los que se te condenan son lo suficientemente graves como para condenarte a muerte, este jurado a encontrado que tu participación en la conjura ha sido involuntaria y orquestada por las figuras de tu zhavey, tu shreya y thavan y, por tanto, debemos mostrar clemencia ante la falta de intencionalidad de tus actos. Por ello, tu pena ha sido rebajada al Exilio permanente de Andoria, sus Colonias y todo territorio bajo su hegemonía, así como el servicio obligatorio para cualesquiera que sean los menesteres que te exija el estado, por el tiempo de 25 circunvoluciones de Andor alrededor de su estrella, o hasta que este tribunal o el gobierno central encuentre que tus crímenes han sido rescindidos. ¿Tiene algo que añadir?

Ishant miró por última vez el mar helado que rodeaba su isla natal y volvió la vista por fin al Ejecutor, las antenas caidas con tristeza a los lados de su cabeza. Sus sensibles oídos podían oír que los motores de la nave que lo alejaría para siempre de su hogar se habían activado, dijese lo que dijese, su suerte estaba echada. Así que hizo lo único que le quedaba por hacer, se irguió en toda su portentosa altura y pronunció las palabras que llevaban quemandole en la garganta desde que se descubrió la conjura.

- Lo siento. No sabía lo que hacía. Sólo obedecía a mi Keth.

 

Los ojos azules de Ishant se abrieron justo a tiempo de ver como el doctor levantaba la mano y la dejaba caer con violencia contra su rostro. Sin pensarlo si quiera, su propia extremidad relampagueó como con vida propia, deteniendo el golpe a apenas unos centímetros de la piel azulada de su mejilla. No dijo nada, sólo miró al piel-rosa, una expresión neutra y vacía en su rostro, como la de un animal que se dirije al matadero. Finalmente, con una delicadeza impropia de alguien de su tamaño, soltó la mano de tha'Griffin, y la colocó contra el pecho del médico, en el centro, donde estaba su corazón... o donde debería estarlo si fuese andoriano. El gigante azul se giró después sin decir nada, extrajo sus herramientas de la parte posterior de su chaqueta y las extendió sobre el suelo, empezando a colocarlas metódicamente, una por una, con una calma y una frialdad que rayaba lo antinatural, sobre todo dado la anterior ansiedad que había mostrado, antes de recibir el disparo.

No, no creo que este sea el jodido sitio adecuado ni para curar un puto arañazo- le respondió Matthew a la capitana -Pero no parece haber nada mejor en la maldita nave, y tampoco pienso dejarte con ese maldito guantelete sin hacer nada para quitartelo, así que nos toca jodernos. Y sí, eso es… aunque a saber lo que tiene- añadió, con la última parte más para sí mismo que para Cristina. Habría añadido alguna maldición más, pero justo en ese momento Ishant decidió despertarse

Ya era hora- le dijo -Más te vale haberte…- añadió cuando se puso a sacar las cosas con una actitud exageradamente calmada… pero antes de poder acabar la frase, un impacto seguido por la activación de las luces de emergencia le interrumpió -¿Qué coño…?- maldijo -¿¡Y ahora que cojones pasa?!- preguntó.

Cristina se quedó quieta, como clavada en su sitio mientras se terminaba de quitar el traje, cuando vio como el andoriano se despertaba, por un momento temió que su cuadro violento continuase y en aquel camarote tenían todas las de perder... sin embargo el pitufo optó por ponerse a ordenar sus herramientas, lo que agradeció encarecidamente con un ligero suspiro de alivio.

No, no creo que este sea el jodido sitio adecuado ni para curar un puto arañazo- le respondió Matthew a la capitana -Pero no parece haber nada mejor en la maldita nave, y tampoco pienso dejarte con ese maldito guantelete sin hacer nada para quitartelo, así que nos toca jodernos. Y sí, eso es… aunque a saber lo que tiene

- Bueno... al menos hemos coincidido en que este sitio no el idóneo...- volvió a suspirar, esta vez de impotencia

Entonces al encenderse las alarmas la capitán miró hacia arriba de manera instintiva y después hacia la señal de emergencia.

Ya era hora- le dijo -Más te vale haberte…- añadió cuando se puso a sacar las cosas con una actitud exageradamente calmada… pero antes de poder acabar la frase, un impacto seguido por la activación de las luces de emergencia le interrumpió -¿Qué coño…?- maldijo -¿¡Y ahora que cojones pasa?!- preguntó.

- Que estamos bajo ataque... una de dos, o son los kinglon... u otra nave- no quería expresar en voz alta la posibilidad de que fuese una nave de la federación o algo similar, los mercedarios no le inspiraban ningún tipo de confianza, ojalá estuviera en el puente allí seguramente sabrían de lo que se trataba con exactitud- ¿Cree que es buena idea seguir con lo del brazalete? ¿Es tan urgente su extracción?- De Alba estaba más que preocupada por aquel artefacto pero no podía determinar su alcance ni lo que había descubierto el doctor para que quisiera operarla en un antro como ese.

El andoriano miró alrededor, aún sin hablar, observando las luces de alarma. Inclinó la cabeza ligeramente, como escuchando, hasta que llegó la comunicación de Stevensson. Sólo entonces se dirigió a sus compañeros.

- Si estamos bajo ataque tenemos dos opciones: dirigirnos hacia las cápsulas de escape si es que esta nave las posee; en ese caso estaremos en una de las mejores posiciones para abandonar la nave si todo se tuerce, aunque posiblemente nos enfrente a los que nos estén abordando en nuestro camino. La otra opción.- miró alrededor para remarcar sus siguientes palabras.- Es parapetarnos aqui y mantener la posición. Creo que ninguno estamos armados salvo por.... eso que tiene sha'de Alba o quizá los narcóticos del médico si se ve capaz de ir drogando a todo el que encontremos, por lo que creo que reportar laposición y mantenernos aquí es nuestra mejor opción. En todo caso y volviendo a su última pregunta...sha'de Alba, no se que efectos tiene sobre su cuerpo ese dispositivo pero si lo dispara, aunque sea accidentalmente, en un lugar como este, puedo asegurarle que ni la estructura de la nave ni los escudos de contención podrán aguantar una explosión como la que vimos en la salida de la Arena, así que posiblemente acabase con todos nosotros flotando en el espacio. Cuanto antes le quitemos esa cosa, menos riesgos para su vida y la de todos...

A todas las estaciones, informen de situación. Alerta a todos los puestos posible peligro abordo aumentes las precauciones.

Cristina se quedó muy seria con los ojos mirando al frente pero sin mirar nada, pensando... lo último que necesitaban en aquello momentos era un abordaje. Le recordó en cierta medida a la Excalibur, sólo que se encontraba en un puñetero y destartalado camarote, sin mando, comunicadores y phasers... y en nave enemiga. Cuando el andoriano habló, la capitana desvió su mirada hacia el azul, con calma... escuchando, a medida que hablaba, Cristina comenzó a enojarse... la trataba como si fuera idiota o quizás una descerebrada, algo que la ofendía y mucho.

- Se ve, que me conoce muy poco señor Ishant y que ya me ha prejuzgado...- intervino- si vuelvo a pulsar el botón del brazalete moriré, eso es una certeza y... ¿No cree que me he dado perfecta cuenta de que un disparo de esta abominación, mataría a mis hombres? y eso es lo último que voy a hacer... me dí cuenta en el segundo disparo, que cada vez que se activa el brazalete la deflagración es mayor... Quiero que me lo quitéis, pero con un abordaje las cosas pueden cambiar... dado que no conocemos la nave lo más prudente sería parapetarnos en los camarotes, como usted bien ha indicado... en otras circunstancias aconsejaría utilizar las salas abandonadas como escondite... pero antes de salir de la bahía de carga, el señor Ligthman y yo descubrimos que hay secretos de la nave que es mejor no desvelar.

¿Joder, es que son incapaces de pasar desapercibidos?- preguntó Matthew al aire, maldiciendo en quienes quiera que fuesen los culpables de aquello -Y no, no creo que sea buena idea seguir… pero dejarlo ahí me parece peor idea aún- le dijo a de Alba mientras intentaba hacerse una idea de la situación.

Ni siquiera sabemos si la maldita nave tiene siquiera una jodida cápsula de escape, así que mejor que nos quedemos aquí… y si, todo el mundo sabe que usar de nuevo esa puta cosa sería un suicidio, así que está descartado- dijo mientras se acercaba a la pared -Aquí Griffin. Estoy con de Alba e Ishant en los camarotes, todos bien. ¿Algún herido por allí?- dijo comunicándose con el puente por el comunicador de la pared -De momento será mejor que nos quedemos aquí hasta saber más- les dijo a la capitana y al andoriano -Si las cosas se ponen feas, James nos avisará… así que será mejor seguir con lo del jodido brazalete- dijo -¿Y que coño es eso que han averiguado?- le preguntó a la capitana.

En fin, no sé si podré extraerlo en este maldito sitio… pero al menos intentaré estudiar que mierda le hace- le dijo a la capitana -A menos que prefiera la amputación, claro- añadió.

Desde el camarote, se abrió una comunicación con el puente

Aquí Griffin. Estoy con de Alba e Ishant en los camarotes, todos bien. ¿Algún herido por allí?

- No le prejuzgo, sha'de Alba, señalo lo obvio porque tanto usted como su tripulación parecen más que dispuestos a actuar sin lógica que mi propia gente, y somos especialmente conocidos como una especie dada a la violencia. Y aún cuando actuase con la cabeza más fría que las ciudades de mi luna natal, si por un error, un mísero error, una crispación de un músculo, una caída activase el arma... las consecuencias son, otra vez, lógicas.- dijo el andoriano con voz queda y tranquila, clavando sus ojos azules en los verdes de la capitana.

Sin embargo, la charla no pudo extenderse mucho más pues una serie de comunicaciones empezó a gotear subitamente. Primero desde puente, explicando el motivo de la alerta roja y se encontraban fuera de peligro, seguido de varias desde ingeniería, proclamando la proxima llegada del ingeniero herido.

- Lo dejo en su decisión tha'Griffin, puedo permanecer aquí con vosotros y ayudar a intentar quitar el arma a la capitana o, si prefiere encargarse primero de su... tripulante... deberé encaminarme a ingeniería.

 -Si las cosas se ponen feas, James nos avisará… así que será mejor seguir con lo del jodido brazalete- dijo -¿Y que coño es eso que han averiguado?- le preguntó a la capitana.

En fin, no sé si podré extraerlo en este maldito sitio… pero al menos intentaré estudiar que mierda le hace- le dijo a la capitana -A menos que prefiera la amputación, claro- añadió.

- Quiero que me quite el brazalete pero dejando el brazo en su sitio... gracias- le respondió rápidamente al médico aún más pálida por el miedo a perder el brazo.

- No le prejuzgo, sha'de Alba, señalo lo obvio porque tanto usted como su tripulación parecen más que dispuestos a actuar sin lógica que mi propia gente, y somos especialmente conocidos como una especie dada a la violencia. Y aún cuando actuase con la cabeza más fría que las ciudades de mi luna natal, si por un error, un mísero error, una crispación de un músculo, una caída activase el arma... las consecuencias son, otra vez, lógicas.

- Si lo ha hecho- De Alba estaba muy tranquila, quizás demasiado para el torbellino de emociones, sentimientos y traumas que llevaba acumulados- presuponiendo que lo que queda de mi tripulación actuamos de manera irracional, quizás se le pase por alto lo que significa ser humano y lo que significa estar seis puñeteros meses luchando por vivir como esclavos, viendo como morían aquellos a los que debía de proteger en un espectáculo de entretenimiento...- en este punto Cristina se obligó a callar... dolía mucho y no iba a ponerse a llorar ni dar ningún espectáculo, si el pitufo no lo entendía le importaba una mierda, no tenía por qué justificarse ante él- si quiere actuar con lógica haga el favor de quitarme el puto chisme y dejar de sermonearme.

Entonces la voz de Stevenson la obligó a poner atención

- ¿Un herido? ¿Quien?- se alarmó, miró al doctor- ayúdelo por favor.

Bien, pues en ese caso, deje de discutir y túmbese de una maldita vez. Vaya diciéndome cualquier cosa que note, y también lo que haya experimentado desde que tuvo la estúpida idea de ponérselo- le dijo el doctor a de Alba -Ishant, usted esté atento a esa jodida cosa, tome mi tricoder y analice las lecturas- le ordenó a este, pasándole su tricoder -Veamos cómo reacciona al intento anestesiar la zona o cortar en la unión…- empezó a decir, pero antes de que pudiese empezar, fue interrumpido por otro mensaje de James.

¿Me cago en la puta, un herido?- se preguntó el doctor cuando escuchó la comunicación de James desde ingeniería -Lo que nos faltaba, joder…- se dijo mientras se dirigía al comunicador.

¿Qué coño ha pasado?- preguntó -¿Cuál es su estado, de qué tipo de heridas hablas?- le dijo, esperando que no fuese demasiado grave, aunque si tenían que trasladarlo, dudaba que fuese algo leve -La capitana se encuentra estable, de momento… al menos, todo lo estable que se puede estar con esa maldita cosa en el brazo- le dijo, respondiendo a su pregunta.

¿Joder, es que no pueden permanecer cinco putos minutos sin pasar por la enfermería?- dijo el doctor con una rabia nacida de su preocupación -Pues claro que lo ayudaré, maldita sea, ¿por qué tipo de doctor me tomas? Y tú, Ishant, espérate hasta que sepamos más, depende como esté el herido continuaremos o no, ¿está claro?- les dijo dirigiendo parte de su enfado hacia ellos sin darse cuenta -Más le vale a quien sea tener una buena razón para acabar herido…- maldijo para sus adentros.

Comunicación desde los camarotes:

¿Qué coño ha pasado? ¿Cuál es su estado, de qué tipo de heridas hablas?

La capitana se encuentra estable, de momento… al menos, todo lo estable que se puede estar con esa maldita cosa en el brazo.

Desde el despegue de la Zeshkan es imposible estar en algún sitio donde alguna cosa no haga ruido. A veces es una luminaria que golpea la pared y otras veces alguna placa sin un tornillo. Otras veces es el mismo zumbido propio de la nave.

Solo que en un momento determinado las luces fallan por un instante, dejando todo en penumbras, y en ese momento una sombra cruza velozmente por delante de la puerta del camarote donde Ishant, Cristina y Matthew se encuentran.

Cristina para evitar más discusiones y teniendo en cuenta que la alerta había cesado, lo que daba a entender que el peligro parecía haber remitido. Convino en tumbarse y dejar que el ingeniero y el doctor le miraran el brazo.

-Ya puestos agradecería que me diese información sobre el trasto... - comentó, tumbada con el brazo extendido para que la examinaran.

Entonces al ver cruzar la sombra por la puerta del camarote se incorporó sobresaltada, sin llegar a ponerse de pie, sentada sobre la cama donde se había tumbado.

- ¿Habéis visto eso?

¿Y ahora qué mierdas pasa?- dijo el doctor cuando, sin previo aviso, las luces fallaron de repente, dejando el lugar sumido en la oscuridad, aunque con la suficiente luz como para poder distinguir el borrón de una sombra fugaz que cruzó por delante de la puerta del camarote.

¿Qué ha sido eso?- preguntó Matthew, pues si hubiesen sido James y los demás con el herido, habrían dicho algo… además de que el comentario que había hecho la capitana sobre que habían averiguado algo, aunque no le hubiese dicho el qué, le hacía desconfiar aún más de aquella maldita nave y del imbécil de su capitán.

A saber si tiene alguna jodida sorpresa esperándonos…- se dijo mientras sacaba el cuchillo de su bota, sosteniéndolo frente a él y observando el lugar en busca del causante de aquella sombra.

Cristina y Matthew aguardan expectantes luego de la fugaz visión solo para descubrir a Daniel Winwood, uno de los supervivientes de la Excalibur, caminando despacio por el pasillo de la sección de los camarotes.

El, junto al resto de los rescatados, habían tomado posesión de otro camarote, pero su curiosidad fue mayor. Entonces salio del camarote para explorar la cubierta de los camarotes y especialmente las habitaciones selladas por desuso. Allí descubrió un montón de material tecnológico en estado de abandono junto a muestras de roca, cristales y otros minerales diversos.

Luego de trastear un par de horas, o mucho más porque el tiempo no existe en el universo de Daniel, el tripulante volvió sobre sus pasos con un escaner detector de movimiento pero acabó perdido de forma irreversible. Ademas el corte de luz complicó su regreso.

El pitido irregular del escaner de movimiento lo guió hasta el camarote donde el doctor realizaba las curaciones y los demás oyeron el sonido del dispositivo y con ello anticiparon su llegada.

Poco tiempo después Elung y Johnny llegan con Ollander a cuestas. Segun el informe preliminar de Elung dictamina que la mano y el antebrazo del ingeniero ha sido aplastado por alguna maquina o elemento prensador. Los huesos del antebrazo, el radio y el cubito, han sido destrozados y partidos en muchas partes; y la mano también fue triturada al igual que sus pequeños huesos. Las heridas por los huesos expuestos provocan la perdida de sangre.

Incluso fragmentos del rifle se habían incrustado en la mano y brazo de Ollander, quizás porque en el momento del “accidente u ataque” el hombre se encontraba empuñando el arma.

Ollander esta despierto apenas y tan solo puede hablar casi en susurros por la gran perdida de sangre y el dolor punzante de la herida.

Luego del accidente en Babel, las semanas en el planeta y la posterior captura por parte de los Klingon, los sobrevivientes acabaron en una estación espacial donde todo lo ilegal fue material común porque ninguna ley aplica allí. La tripulación de la NX fue vendida al dueño de allí para ser convertidos en esclavos gladiadores que durante meses lucharon por sus vidas para solo vivir otro día más y aparte servir de entretenimiento al espectáculo mediático de Mojho, el dueño de Ultimate Arena.

La primer misión a bordo de una nave estelar para Daniel acabó en desastre. Pero todos los meses de sufrimiento llegaron a su fin cuando un reducido grupo de rescate de la Flota Estelar llego a por ellos junto a un puñado de mercenarios contratados.

El rescate de la capitana De Alba y de la tripulación masculina fue un éxito. Ahora, a bordo de una nave mercante ilegal, escapan de la estación y del espacio Klingon, en una persecución donde es vital dar con una nave Orion que tiene cautivas a las féminas de la Excalibur.

En medio de todo este caos Daniel poca idea tiene de como hizo para sobrevivir al desastre y a la locura de los últimos meses. Tal vez encerrándose en sus pensamientos… porque de otra forma no se explica que el sea de los pocos que no han perdido su espíritu aventurero.

La presencia de Elung trae consigo no sólo parte de su rostro, la ropa y las manos completamente manchadas de sangre, sino que junto a Johnny han cargado a un Ollander que se encuentra inconsciente con un torniquete en su brazo. La condición del Oficial es muy desfavorable, cuestión que le llevará al Doctor un largo trabajo de reparación sin tener todo el equipamiento necesario para ello. 

- Doctor... He detenido la hemorragia, pero las fracturas son múltiples y tiene restos de metal en todo el brazo. - informa con total precisión, dejando ya en manos al experto en la materia. 

La vulcana es poseedora de un amplio conocimiento en el área de la Medicina, pero como ha decantado en la genética, cuestión que le apasiona más debido a todos los descubrimientos que han surgido en su investigación, la impulsaron a transitar por una senda de la cual no se incluye este tipo de intervenciones. 

- No puedo quedarme aquí.  ¿Oficial Th' Talesh podría acompañarme? Debo ir a la Bahía de Carga que ha quedado un Oficial solo y las órdenes explícitas de Stevenson son muy claras. - afirma en un tono que no deja margen a las dudas. - Además, esto es suyo. -  le entrega el arma al andoriano, claramente lo van a necesitar.