Partida Rol por web

De todo lo que había visto en aquel sueño, revelación o lo que fuera, lo único que había sacado en claro es que debía mantener a la semilla fuera del alcance de sus creadores, los xahuars, que era una conclusión a la que ya había llegado hacía tiempo sin necesidad de tener que ir a aquel mundo onírico. Por eso estaba empezando a perder la paciencia, puesto que lo único que necesitaba era saber como poder hacerle frente. De momento sólo su voluntad la mantenía a raya pero llegaría un momento en que no sería suficiente... Y permanecer en aquel sitio no sabía si le otorgaria la respuesta que realmente le importaba, que eran volver a poner en letargo a la semilla o conseguir quitársela de su cuerpo.

-No lo ha hecho, pero lo hará pronto y tu no me dices como poder luchar contra la semilla. - La capitana consciente de que no le iba a decir nada miró con frustración como el alien se iba sin hablar claro, volviendo a indicar que siguiera investigando... El problema de los sueños era que tenía la sensación de que sí se equivocaba no podría volver a despertar y si no lo hacía era muy posible que se debiera a que la semilla le habría ganado. Farfullando improperios en español se encaminó hacia el "allí" indicado por el marciano... Porque tendría que serlo al fin y al cabo.

Miré a Cristina sin poderme creer lo que estaba pasando, lo que hacía y menos aún lo que decía. Pero lo peor de todo aquello era la pasividad del MACO. ¿No se daba cuenta de que no era ella? Jamás, jamás de los jamases, me hubiese tratado así. Ni mirar... aquella mirada tan fría... Y encerrarme aquí, por muy mal que hubiera hecho algo, o dicho... de Alba jamás me encerraría ni me acusaría de traición, como hacían sus palabras.

- Diría que con todos mis respetos capitán, pero realmente se que usted no es mi capitán. - Repetí claramente a la mujer que tenía delante. - Yo sigo siendo y seguiré siendo parte activa de la tripulación de la capitán de Alba. No de quien está controlando su cuerpo. No soy un traidor, si eso es lo que sus palabras insinúan. - Mi guerra no se iba a ganar con violencia y menos hacia ella. - Supongo que eres la misma consciencia que en su momento doblegó a Sybil... ¿Syrril? ¿Por qué no seré capaz de recordar los nombres de la gente? - Me pregunté desconcertado, sabiendo perfectamente cual era la respuesta a esa pregunta: no me importaban nada.

- Cristina Oscura, como le llama de Alba. - La nombré a ella al fin, mirando al MACO para que se diese cuenta de que sí sabía de lo que hablaba. De alguna manera había que reconocerla y Cristina acertó con ese nombre. No la veía con ganas de hablar, más bien de mandar... su prisa seguramente se debía a su necesidad de ir al puente y ordenar, por las buenas o por las malas, a que se la llevase junto a... - ... los Xhaguar. Tiene prisa por verlos de nuevo, ¿verdad?

» Aún no se ha completado el cambio, necesita de su fuerza para finalizarlo. Aunque por desgracia yo he cometido el error de ayudar en ese proceso... pero... Y después ¿qué? Atraerá con la ayuda de nuestros enemigos al kraken, destructor de mundos... - Mierda... ¿cómo se llamaba? Leí y escuché las bitácoras decenas de veces, tratando de comprender que ocurría fuera de mi laboratorio... era con lo que trabajaba de fondo. - Unos usaban música y yo, las bitácoras de mis compañeros de vuelo. Miré al suelo, buscando su nombre en mi cabeza. - X'agroron, la semilla estelar. - Alcancé a decir, antes de que saliese de la enfermería. - Y nosotros, esta nave, esta tripulación y los datos que tenemos en nuestras cabezas, somos las claves para llevarte hasta La Tierra... - Esperaba que mi discurso le abrise los ojos al MACO, que esa Cristina, aquella semilla del mal que estaba apoderándose de ella, se centrase en mí y que le diese al hombre la oportunidad de doblegarla. De lo contrario la situación se iba a complicar mucho más... de lo que ya estaba.

Jankowsky atendía atónito a lo que Winwood decía. ¿Estaba Cristina bajo en influjo de los Xahguar? ¿Para qué esa insistencia en querer un arma si no había una amenaza palpable en esos momentos. Rápidamente Jankowsky se interpuso entre la salida de la enfermería y Cristina, no lo hizo de forma brusca, mas bien se colocó como sin querer en el camino de la capitana. Las dudas lo acosaban y si se equivocaba quizá perdiera el afecto que Cristina le tenía. Ya se había distanciado de ella demasiado y no quería perderla de todo pero Winwood era un buen científico, aunque a veces quizá un poco excéntrico pero se arriesgó a seguirle la corriente.

-Creo que es mejor que descanses.- Le dijo a Cristina en tono amable mientras miraba también a Winwood cuestionándolo con la mirada. Dirigió disimuladamente su mano a la pistola para intentar arrebatársela antes de que ella se diera cuenta de sus intenciones. Al menos, si realmente estaba siendo controlada por un Xhaguar o quien fuera, su reacción podría delatar tal condición, o no.

-No lo ha hecho, pero lo hará pronto y tu no me dices como poder luchar contra la semilla. -

- Con esos pensamientos el Colmillo Primigenio lo tiene fácil. Los pensamientos negativos acabaron con mi especie, en su letargo de eones. Su inmortalidad fue la perdición para sus almas. Y solo aridez y olvido trajeron esos pensamientos. Deberías pensar en positivo. -

Y las palabras del pequeño ser continuaban llegando a la cabeza de Cristina tan claro como su propia voz.

Solo que aquella sensación quedó en segundo plano cuando el interior de la caverna se convirtió en una red de túneles artificiales, interconectados en distintas direcciones y ángulos, cuyos ocupantes eran otros alienigenas iguales al interlocutor de Cristina. Sus congéneres yacían en los túneles, con la mirada perdida y la voluntad diluida por su existencia sin sentido a lo largo del tiempo. Se habían convertido en cascaras vaciás, cuya vida sin propósito solo servia para acumular polvo sobre sus cuerpos indestructibles. Al final la mente y el espíritu eran lo único que sufría al paso del tiempo.

Solo uno de ellos aun conservaba la cordura y la mente lo suficiente para interactuar con la humana.

En otros tiempos jardines colgantes decoraban el espacio circundante y la arquitectura, ahora deteriorada hasta simple roca y metal por la decadencia de los siglos acumulados dentro de la “montaña” del árido planeta rojo.

-Mi gente lucho contra los Primigenios mucho antes que ustedes bajaran de los arboles en cuatro patas. Pero no los aniquilamos, y el perdón fue nuestra condena. Finalmente regresaron del destierro y nadie ahora recuerda como pelear contra ellos. Y solo con el Colmillo tendrán la victoria definitiva. ¿Harías lo que sea por tu gente? ¿Por protegerlos del mal? -

Y la pregunta del ser sucedió al mismo tiempo que llegaron a un amplio espacio abierto en el interior de la montaña. Una ciudadela se alzaba dentro, una que antes había resplandecido y ahora tenia el mismo destino que sus habitantes. El olvido irrecuperable.

La capitana reaccionó con velocidad felina, casi rozando lo imposible ante la acción encubierta del comandante MACO, girando con destreza la muñeca del hombre y empujándolo hacia atrás el tiempo suficiente para utilizar su pistola contra los dos hombres allí presentes.

-¡Traidores! ¡Motín! - respondió con severidad ante las palabras y acciones de Daniel y Eduard.

Las consecuencias ahora serian importantes, considerando todo lo que había en juego. No solo la seguridad de su tripulación sino que también el resquicio que sobrevive en la nave aledaña y del cual en la D5 nadie sabe nada. Todo en juego se resumía a las acciones sin entendimiento de muchos a bordo de la Princesa de nueva orleans.

Aakesh se volvió hacia el oficial de comunicaciones en cuanto entró

-Señor Newton, por favor, ocupe su puesto en comunicaciones.

Se acercó a él

-Y ya que estamos, ¿puede informarme de lo que ha pasado en enfermería? Esos mensajes y esa discusión entre usted y el señor Winwood en un canal abierto para toda la nave me ha...desconcertado.

Aakesh esbozó una leve sonrisa, pero en sus ojos mostraba autoridad. Quería saber que había pasado y lo quería saber ahora.

Jankowsky no podía creer la rápida reacción de la capitana, que, de forma casi sobrenatural logró librarse de él. Con gesto de completo estupor miró a Cristina y dudó, no podía hacerle daño, está bien, ella estaba siendo controlada por quien fuera pero seguía siendo Cristina y, antes de la posesión estaba muy débil no podía arriesgarse a... No tenía tiempo para pensar demasiado, por lo que decidió sacar su arma e pasarla al modo aturdir, esa fue su reacción inicial.

-Cúbrase Winwood.-

El sitio no era muy amplio pero debían buscar una cobertura, algo le decía que el phaser de la capitana no estaba en modo aturdir precisamente.

Cita:

- De acuerdo, haré lo que pueda sin forzar demasiado los motores o nos quedaremos perdidos en el espacio. Espero que la Princesa aguante el viaje.

Johnny se puso a toquetear la consola, intentando establecer la mejor ruta posible y la potencia teniendo en cuenta que tenían que arrastrar a la otra nave.

Aakesh sonrió 

-Yo también lo espero, aunque confío en que aguante lo necesario hasta que demos a la otra nave el impulso necesario. En cuanto se alcance la dejaremos para que viaje sola y nosotros iremos por nuestra cuenta, no podemos cargar con ella todo el viaje. 

Cita:

Pensar en positivo... ¿Cómo quería que pensara en positivo después de todo lo pasado y del enorme peso que Cristina llevaba por ser la portadora del dichoso Colmillo...? Además, si algo podía salir mal... ¡Es que salía peor! Si no la liaban alguno de sus tripulantes, el dios primigenio que parecía tener especial inquina a De Alba, ¡la liaba aún más parda! Por mucho que quisiera ser positiva y tener pensamientoa flowers powers... ¡Es que no podía ser! Sin embargo decidió respirar profundamente varias veces y seguir escuchando controlando su lengua, a la que sólo acudían improperios hispanos.

Cita:

Entonces en aquella segunda intervención la española estuvo mucho más atenta... Lo único que anhelaba era acabar con el arma de los xahuars, a aquella alturas, lo tenía todo perdido lo único que importaba era evitar una catástrofe y que llegarán a su mundo y con ello la destrucción de la Tierra, lo que quería decir que si Cristina podía evitarlo, lo haría sin titubear.

-Lo que sea- dijo sin dudar, totalmente convencida y dispuesta a hacer lo que fuera necesario- Lo único que quiero es protegerlos, estoy dispuesta a todo. - contestó de todo corazón, entregaría su vida si fuera necesario con tal de conseguirlo.

Intentando adelantarse a la capitana apuntó su rifle y disparó una vez estuvo seguro que su arma estába en modo aturdir.

-Lo que sea- ....- Lo único que quiero es protegerlos, estoy dispuesta a todo. -

El alienígena alzo su índice para señalar a Cristina. Entonces respondió con leves gestos en su inexpresivo rostro. Algo no andaba bien como al principio.

Tus pensamientos delatan la futilidad de mis palabras y el derroche de mi poca energía psíquica. Pronto deberé volver a dormir y no podré ser de más ayuda. – advierte.

Nuevamente su frustración sale a flote. Y eso le recuerda que todos sus contactos con la raza humana en busca de alguno de su especie que pueda continuar con su legado han sido inútiles y frustrantes. Por eso desde el último intento ha dejado de insistir. Hasta ahora.

Hasta que la presencia del Colmillo lo trajo de vuelta a la realidad del plano psíquico, sacándolo de su viaje por la quinta dimensión, jalándolo al mundo onírico hasta llegar a Cristina. Pero todo ha sido en vano piensa.

Al final la humana será atrapada por sus enemigos y el círculo estará completo. Ellos destruirán todo. Ellos cumplirán la voluntad de su dios.

Solo hay una forma de detenerlos, solo existe una manera de hacerlo y el precio eres tú. Lo sabrás en el momento…cuando llegue lo sabrás. Mira… - dijo al apuntar el techo abovedado de la ciudad bajo la montaña.

Entonces el techo desaparece al igual que todo lo demás y ahora Cristina y su acompañante flotan en el espacio como dos simples observantes de un evento cósmico sin precedentes. Algo que sucedió antes de los albores de cualquier civilización actual.

Un planeta vagabundo, un astro de roca y metal viaja por la galaxia rodeado de u enjambre incontable de monstruosas naves espaciales de todos los tamaños concebibles. Navíos que recuerdan a esqueletos de monstruos inimaginables, y que la estela de estos es muerte y perdición.

Una armada de muerte es la piel de un planeta que respira odio y opresión, que vive de la esclavitud y se alimenta de los millones de seres –derrotados y sometidos- que trabajan hasta la muerte y más allá.

Ese es el mundo de los Primigenios y sus generales los Xhaguar regentan todo.

Esa es la flota destructora de mundos.

Esa es la señal imposible de vencer por todos los medios que conoce De Alba, la cual indicará el pago por la derrota definitiva de los Primigenios.

Tus pensamientos delatan la futilidad de mis palabras y el derroche de mi poca energía psíquica. Pronto deberé volver a dormir y no podré ser de más ayuda. – advierte.

¿Qué era lo que no funcionaba? si aquel ser leía la mente ¿Cómo no era capaz de darse cuenta de que Cristina era sincera? Lo único que quería era derrotar al Colmillo, como ellos lo llamaban, le pedía que tuviera pensamientos positivos pero era difícil que los tuviera después de todo lo que había visto y más después de ver como el arma que estaba tratando de controlar a la capitán había sido capaz de devastar a toda una civilización con una tecnología más avanzada que la de al Tierra o incluso que la de la Flota. 

Pero si había un resquicio de esperanza De Alba iba a luchar por ello, poniéndole todas sus ganas, se dejaría la piel en ello, lo único que necesitaba es que le hablara con claridad... la mente de la española trabajó con rapidez buscando lo que según el marciano andaba mal en ella... ¿sería su temperamento, su ira, su pesimismo...? ¿significaba eso que el colmillo se alimentaba de pensamientos negativos? el temperamento podía ser bueno si se empleaba en una buena causa... por tanto lo que debía de estar molestando al alien eran las horas bajas que estaba atravesando, su frustración, su impotencia... la sensación de que por mucho que se esforzara siempre se estropeaban las cosas... entonces recordó unas novelas juveniles que leyó en su momento... lo bueno de ser una friki encubierta, como lo era Cristina, es que solía encontrar soluciones en los escritos o grabaciones de fantasía terrícola más insospechados... y en aquella ocasión, el recuerdo de un hechizo de un famoso niño mago acudió a la mente de la capitana... se trataba de un hechizo que para poder realizarlo necesitaba alimentarse del pensamiento más positivo que tuviera el mago, de su momento más feliz... al mago en cuestión le costó trabajo aprenderlo porque había tenido una infancia muy jodida y su adolescencia tampoco era fácil, sin embargó consiguió concentrarse y encontrarlo...

Si el niño de las gafas había sido capaz, ella no podía ser menos... además la infancia de Cris y su adolescencia si que habían estado repletos de buenos momentos, las vacas flacas vinieron al hacerse capitán... pero prefirió no volver a caer en lo mismo y tratar de buscar algo bueno que la mantuviese a flote. Entonces cayó en la cuenta de que ella... pese a todo molaba, seguía en pie y el universo dependía de ella... no era una mierdecilla pinchada en un palo, tenía algo que decir en todo aquello y por sus ancestros que haría todo lo posible por inclinar la balanza hacia el bien ¿Sería eso lo que quería decirle su amigo el ET?

Solo hay una forma de detenerlos, solo existe una manera de hacerlo y el precio eres tú. Lo sabrás en el momento…cuando llegue lo sabrás. Mira…

Tras aquellas palabras Cristina miró atentamente lo que se le estaba mostrando, sin poder evitar abrir la boca con espanto... aquello era demasiado... no habría ejército en todo el Universo capaz de hacer frente... se lo iban a cargar todo.

- No lo voy a consentir- dijo apretando los dientes, claramente decidida a detener aquella locura- pagaré lo que sea necesario. No voy a fallar- demostraría que estaba a la altura de las circunstancias, si toda una civilización de psíquicos no habían sido capaces de frenar aquello... ella Cristina de Alba, lo iba a hacer... fuese como fuese, le daría una patada en el culo al colmillo y lo desterraría al averno de donde había salido... no sabía como, pero lo conseguiría. Encontraría a su Patronum y lo lanzaría contra la oscuridad que amenazaba con inundarlo todo, tocaría convertirse en luz y hacer honor al verdadero significado de su apellido... Alba.

Observé la actitud del MACO. Iba tranquilo, casi despreocupado. ¿Qué más tenía que decir o pasar para que se diese cuenta de su error con ella? Con la misma calma que usase tratando a la verdadera de Alba, se interpuso entre ella y la puerta, tratando en vano de desarmarla. Le miré abriendo los ojos hasta el punto de que casi se salieron de mi craneo. ¿Eso era lo que iba a hacer? Para eso no me hacía falta su ayuda ni la de nadie. ¿Tan difícil hubiese sido disparar el pháser y aturdirla antes que terminar provocando todo aquello?

Cuando vi al MACO vencido así y sacar con aquella velocidad el arma de su cinturón, corrí a cubrirme. Aquello no iba a terminar bien, podía intuirlo. Pero no podía quedar así. De camino a uno de los pocos sitios que me darían algo de cobertura, activé el intercomunicador de la enfermería para hablar con el resto de la nave. Pero lo primero era esquivar o evitar de alguna manera aquel disparo. Tras esto, me puse en pie viendo como el MACO por fin se daba cuenta de que aquella persona no era nuestro capitán ahora mismo, sino que era una amenaza armada.

- ¡La capitán está despierta, pero no es ella! ¡Nos ataca en la enfermería! ¡Aturdirla, pues Cristina sigue en algún lugar de su mente, quizás dormida! - Grité alto para que se escuchase bien. Lo que si sonaría alto, serían los disparos del pháser de aquella Cristina Oscura. - ¡Aturdir, no matar! - Añadí nuevamente por si a alguien no le había quedado claro. Miré a Cristina, me había quedado completamente expuesto. Solo un buen movimiento podría ponerme a cubierto de nuevo...

Nuevamente con movimientos imposibles la capitana esquiva ampliamente el disparo aturdidor de Eduard. Y el también evita el impacto del ataque de Cristina.

Cuando el phaser se dirige a Daniel y todo apunta a una muerte segura el científico pisa por accidente el hipospray que poco antes tenia Cristina y su desliz le permite continuar viviendo algunos segundos adicionales, los suficientes para dar aviso al puente de mando.

Luego de la breve pero concisa llamada el comunicador es destruido por un disparo del arma de Cristina, quien considera a Jankoswky como el más peligroso. Por lo tanto un segundo disparo es dirigido hacia el MACO.

- Luego sigues tu – asevera la capitana al señalar a Winwood.