Partida Rol por web

Perkins entró casi saltando en la enfermería. A pesar de lo que habían pasado, la misión había tenido éxito y eso era siempre motivo para alegrarse, sobre todo para el animoso Liam Perkins, que intentaba ver el aspecto positivo de todo lo que le rodeaba. En aquellos momentos, en lugar de pensar en el fallecido, tenía su mente concentrada en Zoe. Su tratamiento había sido todo un reto y ahora se sentía responsable de ella.

-Hola, chicas. ¿Me habéis echado de menos? -preguntó al aire, en cuanto las puertas se abrieron. Al ver a la doctora, enmudeció al instante -. Esto... disculpe, doctora. Pensaba que... no sabía que estaba usted.

Perkins vio a Zoe tumbada en la camilla y se acercó a ella.

-Ejem. ¿Cómo está la alférez Zoe?

La doctora que se encontraba realizando muestras y repasando informes en la enfermería mientras que Zoe dormía, se giró para ver entrar a Perkins.

-Hola, chicas. ¿Me habéis echado de menos? -preguntó al aire, en cuanto las puertas se abrieron. Al ver a la doctora, enmudeció al instante -. Esto... disculpe, doctora. Pensaba que... no sabía que estaba usted.

- Yo también soy una chica... ¿O me está diciendo vieja señor Perkins?- le dijo sonriendo para después enarcar una ceja de manera divertida, se alegraba de verlo.

-Ejem. ¿Cómo está la alférez Zoe?

Al escuchar el nombre de la paciente su rostro se ensombreció ligeramente, estaban todos pendientes de Zoe... a ese paso iba a terminar por tomar celos o algo... miró de reojo a la susodicha... nah, Connor estaba más buena y molaba más.

- Durmiendo- respondió algo escueta señalando la camilla mientras ella seguía a lo suyo.

Ah, pues... estupendo, doctora. Me alegra que continúe bien.

Perkins miró entonces a la doctora, que parecía molesta y no sabía si se debía a su comentario.

Yo... hablaba con las enfermeras y usted es mi superiora, pero si quiere una cita no tiene más que pedirla. Por supuesto, si está usted libre -le dijo, guiñándole un ojo. Después, se dirigió hacia una de las terminales para comprobar los datos de la alférez Zoe, pasando a concentrarse en el trabajo.

Yo... hablaba con las enfermeras y usted es mi superiora, pero si quiere una cita no tiene más que pedirla. Por supuesto, si está usted libre -

Las palabras de Perkins consiguieron hacer que el ictus de la doctora se relajase, sonriendo muy levemente para después volver a elevar una ceja... el tema de los movimientos de ceja de la doctora era en realidad un arte que daba a entender muchas cosas acerca de su estado de ánimo, algo que siempre trataba de enmascarar con la profesionalidad con la que gustaba escudarse.

- Le he entendido desde el principio señor Perkins...- dijo tranquila- los formalismos están bien, no se preocupe... ¿Cita?- aquello la descolocó un poco, lo veía joven para ella y Vakro... era mucho Vakro, la opción de Perkins ni siquiera se la había planteado- me temo que no estoy libre y soy una persona muy ocupada, pero se lo agradezco- le sonrió más abiertamente recordando el favor que les había hecho al romulano y a ella hacía unas horas- y ahora dígame... ¿Qué tal la expedición?

El rostro de Perkins, siempre sonriente y animado, se tornó de repente en una máscara gris llena de pesar. La doctora no había visto aquel gesto en demasiadas ocasiones, pero a medida que iba conociendo más del alférez, comprendía mejor su particular forma de ser. 

-Tuvimos una baja. Siempre hay bajas y siempre estamos nosotros para decir que no podemos hacer nada. 

Perkins miró a Zoe.

-Por suerte, algunas veces conseguimos salvar a alguien y es lo que hace que merezca la pena nuestro trabajo -comentó, volviendo a sonreír, aunque con cierta amargura.

Connor dejó todo lo que estaba haciendo para dedicarle toda su atención a Perkins, Lena gracias a su profesión y experiencia solía tener la capacidad de conocer en poco tiempo a las personas y el alférez era casi como un libro abierto en lo que a emociones se refería.

-Tuvimos una baja. Siempre hay bajas y siempre estamos nosotros para decir que no podemos hacer nada.

- La vida en la Flota es dura, los tiempos de los descubrimientos quedaron atrás y tampoco fueron fáciles- le posó una mano sobre la suya, el tacto de la doctora era suave y cálido- Yo más bien quiero pensar que siempre estamos nosotros para ofrecer esperanza, sólo que hay veces que no siempre podemos con todo.

-Por suerte, algunas veces conseguimos salvar a alguien y es lo que hace que merezca la pena nuestro trabajo -comentó, volviendo a sonreír, aunque con cierta amargura.

- Es ahí donde debe usted de aferrarse señor Perkins, nuestro trabajo merece la pena... además, aunque esté mal decirlo, me alegro que esa baja no haya sido usted estaría perdida sin mi asistente- amplió su sonrisa para tratar de animarlo- y ahora dígame, si es tan amable que ha pasado, la capitán me comentó que van a enviarme a un nuevo paciente. ¿Sabe usted algo?

Perkins torció el gesto.

Tenemos a un cardasiano que cogimos intentando hacer explotar la estación, pero la última noticia es que estaba en buen estado. Encerrado, por supuesto, pero aparte de un ligero mareo por haber sido aturdido, nada grave.

Después se fue a mirar a Zoe para comprobar sus constantes vitales.

-Dudo mucho que lo traigan. Más bien, lo mantendrán incomunicado hasta que hable con nuestro flamante medio klingon.

- ¿Un cardassiano?- se extrañó Connor- creía haber entendido que me iban a traer a un tal Landor y no me suena que ese sea un nombre cardassiano- se terminó por encoger de hombros- me habré confundido. El señor tova´Daq hará el interrogatorio... lógico- comentó recogiendo su datapad- a parte de la baja que habéis sufrido y el prisionero cardassiano... ¿ha ocurrido algo de interés? No llegué a entender el por qué de la expedición... he estado un poco... ocupada- dijo dando un sorbo a una taza con agua.

Landor... es el hombre que hemos perdido. No había nada que hacer -comentó Perkins, apesadumbrado, permaneciendo en silencio durante unos segundos.

Después, volvió de nuevo a prestar atención a la doctora y a su curiosidad.

-No ha ocurrido gran cosa. Todos los archivos habían sido destruidos así que hizo un buen trabajo. Lo único que no consiguió fue matarnos a todos. Supongo que todo formará parte del mismo plan -comentó, encogiéndose de hombros, para a continuación mirar de nuevo las constantes de Zoe.

-Parece que Zoe está evolucionando bien, así que con su permiso, iré a descansar un rato, al menos hasta que volvamos a estar en situación de emergencia... o me necesite -le dijo a la doctora, guiñándole un ojo. Cuando estaba a punto de salir por la puerta, se volvió con brusquedad.

-Por cierto. ¿Y el Teniente Vrako? ¿Se encuentra bien? ¿Ha recibido... toda la atención médica que debía?

Perkins no esperó a que la doctora respondiese. Sus labios crearon una gran sonrisa y después, salió de la enfermería.

Que Landor hubiera sido la víctima dejó a Lena un poco contrariada ¿No era ese el hombre al que debían de rescatar? Definitivamente las cosas en la Enterprise no funcionaban como deberían, pero también era comprensible que no se llegara a tiempo para todo. 

-Parece que Zoe está evolucionando bien, así que con su permiso, iré a descansar un rato, al menos hasta que volvamos a estar en situación de emergencia... o me necesite -le dijo a la doctora, guiñándole un ojo. Cuando estaba a punto de salir por la puerta, se volvió con brusquedad.

Lo cierto es que el chico se había ganado un descanso así que tampoco iba a ponerle nada que objetar... sin embargo

-Por cierto. ¿Y el Teniente Vrako? ¿Se encuentra bien? ¿Ha recibido... toda la atención médica que debía?

Aquellas palabras consiguieron que las mejillas de la doctora se sonrojaran un tanto y aún más lo hicieron cuando no pudo emitir respuesta ante la marcha precipitada de Perkins, cuando lo volviera a ver le diría algo... menos mal que no había nadie en la enfermería... o al menos despierto, se dijo a sí misma al echarle un ojo a Zoe, que seguía como buena chica en su biocama. Con un ligero suspiro, Lena estiró el cuello y siguió con su trabajo.

La enfermería estaba tan vacía como siempre, al menos por el momento, y eso era una buena señal. Solo esa joven, Zoe, permanecía en una cama, sedada y controlada en todo momento.

Liam se acercó a observar los gráficos. Todo iba bien. Haberla salvado había sido su mejor acción en mucho tiempo pero tenía la sensación de que no sería la única.

Miró a su alrededor y se dio cuenta entonces de que la doctora no estaba por allí. Dudaba que hubiese vuelto con Vrako; después de todo, hasta los vulcanianos y las doctoras necesitan descansar. Liam sonrió y volvió a centrarse en los datos de Zoe, analizando su evolución.

Era muy buena. Saldría de esta.

La enfermería no estaba precisamente a pleno rendimiento. Había un par de tripulantes con algún dolor menor siendo tratados por Perkins y otra oficial médica, y la alférez Zoe estaba en una cama. Parecía dormida.

Perkins estaba ayudando a aquel joven que tenía un caso de lo más vulgar. Dolores estomacales. En ese momento, las puertas se abrieron y él se giró para ver quién había entrado. Era esa alférez de ingeniería galesa. No había hablado mucho con ella pero le caía bastante bien.

-Creo que con lo que le he dado será suficiente -le dijo al joven, antes de girarse hacia Aileen -. Alférez, qué sorpresa. ¿Qué hace usted por aquí? Creía que todos los ingenieros estarían trabajando.

Escuché a Perkins hablándome en cuanto entré. Me gustab, aunque cómo podía no hacerlo. Siempre estaba de buen ánimo y dispuesto a echar una mano en lo que fuese. Sin embargo, en aquellos momentos solo tenía ojos para Zoe.

-Eeeh... hola, Perkins. La verdad es que tenemos mucho trabajo pero por fin hemos conseguido reparar los propulsores, así que me he tomado un pequeño descanso... y he venido a ver a Zoe. ¿Cómo se encuentra?

Me acerqué lentamente hasta su cama, en donde yacía, aparentemente, inconsciente.