Partida Rol por web

El lugar era algo nuevo para Sheikan, otra de las pruebas de Oren previas a ser admitido en el Templo, por supuesto. Habían pasado algunos años desde que fuese elegido por él como una de sus jóvenes promesas, sin embargo eso no garantizaba nada, el talento por sí mismo no vale de nada. Y aquí estaban otra vez, nuevo lugar, nuevo aprendizaje. La voz de Oren llegaba a sus oídos por un tac-com, se encontraba en unas ruinas subterráneas en la intersección de cuatro caminos: La entrada atrás de él, un pasillo que parecía girar al Oeste, un pasillo más largo a Norte y Este. Todo estaba muy parcialmente iluminado, la oscuridad cubría grandes zonas, suficiente para no ver a donde llevaban esos pasillos ni tener una promesa de que estuviesen iluminados más adelante.

La voz de Oren llegó como de costumbre, fría y concisa a los oídos de Sheikan, como un susurro gélido:

- Prepárate chico, tenemos bastante trabajo que hacer en esta sesión. Necesito que completes algunas pruebas con éxito para poder hacerte avanzar en tu adiestramiento. En estas ruinas se encuentra algo que me interesa recuperar y tu objetivo principal es llegar hasta el paquete y traerlo de vuelta a la superficie. En algún lugar de este nivel en ruinas hay enemigos, así que ahí tienes la razón para que te dejase un sable de luz, ya sabes que hacer. Un consejo: Deja que el Lado Oscuro te guíe y no pierdas ese sable de luz.

La estática cuando él dejó de hablar trajo a Sheikan de vuelta a su misión.

Sheikan se quedó un rato en la interacción. Meditando, buscando con la fuerza del lado oscuro señales de los enemigos que su maestro había dicho. 

El lado Oeste parecía una buena apuesta. 

Sheikan dejó a la Fuerza guiar sus percepciones más allá de la oscuridad de los corredores. Su intuición, perfeccionada por el entrenamiento recibido por Oren decía Oeste, la Fuerza además indicaba también al corredor Norte, ambos indicaban formas de vida humanoides, al menos dos. Había otras sensaciones llegando a los sentidos de Sheikan: Algunas corrientes de aire indicaban que probablemente más adelante hubiese grietas o pozos de ventilación ya que esas corrientes eran de aire fresco. El sonido de agua goteando débilmente llegaba hasta sus oídos. La oscuridad era algo menos tenue, pero seguía siendo algo más allá de sus capacidades.

Guiándose más por el instinto, Sheikan se relajó y se encaminó hacia el corredor oeste. Su maestro era mucho más poderoso en el lado oscuro. Pero sus instintos le habían enseñado bien. Poco a poco, caminando de manera sigilosa y pegado a la pared, avanzó por el corredor oeste.

Intentando fundirse con las sombras, Sheikan se internó en el pasillo oeste. Conforme avanzaba por sus sesenta pies de distancia descubrió que al girar a su derecha en el final daba a otro largo corredor del que más de la mitad era tragado por la oscuridad. A unos veinte pies podía ver una puerta a su izquierda, gracias a la leve iluminación azulada que algún inusual tipo de musgo proyectaba por varias zonas de las ruinas. Ahora debía decidir si explorar la habitación a su izquierda o avanzar hasta lo que parecía un nuevo cruce de caminos.

Lentamente, se acercó a la puerta. La oscuridad era palpable a lo largo del corredor y sentía que algo le llamaba desde lo más profundo. Sin embargo, su maestro quería una operación eficaz. Así que no podía dejar de explorar las ruinas. Tal vez encontrase algo más aparte del encargo de su maestro. 

Ya junto a la puerta, extendió sus sentidos con la fuerza para intentar detectar formas de vida enla habitacion

La Fuerza le decía a sus sentidos que había una forma de vida tras la puerta. Sus sentidos humanos le decían que esa puerta había sido reparada recientemente, ya que estaba más limpia que el resto del arco de la puerta y su panel digital parecía nuevo, sin embargo, lo que quiera que hubiese dentro no estaba en movimiento ni emitía sonido alguno que traspasase la puerta.

Sable láser en mano, decidió entrar

La puerta se abrió con un suave siseo, se notaba que había sido reparada recientemente. Sheikan se adentró adentro con el sable láser encendido, esperando enfrentar a la forma de vida que se encontraba en su interior. La estancia era cuadrada de unos 25x25 pies, y cualquiera que hubiese sido su uso en el pasado remoto, ahora era usado como una especie de sala de descanso. Sacos de dormir se encontraban unos al lado de otros, al menos nueve en dos hileras. Algunas latas de comida y restos de raciones de combate se amontonaban en algunas esquinas de la sala. La forma de vida que captaba su atención era una rata del tamaño de un perro pequeño que se afanaba en comerse los restos de las raciones de combate. Los ojos rotos de una rata acostumbrada a la oscuridad total se encontraron con los de Sheikan y súbitamente empezó su huida a un hueco en la pared.

Al no ver una amenaza por parte de la rata, Sheikan se dispuso a buscar algo que pudiera tener algún valor para si mismo

La rata se metió en el agujero rápidamente, desapareciendo de la vista mientras Sheikan inspeccionaba los sacos. En tres de los sacos encontró una bolsa con 40 créditos de la Nueva República en su interior. La segunda poseía una identificación de la Nueva República a nombre de un tal Titus Seras, que aparentaba estar en la mitad de la treintena y ser bien parecido. El tercer saco de dormir tenía en su interior unas raciones de combate y una daga de combate estilizada con inscripciones que recordaba a las de algunos cuerpos de asalto del viejo Imperio Galáctico. Su intuición le decía que al menos hubo en algún momento nueve sujetos humanoides en este lugar y que descansaban aquí, algunos de los sacos parecían usados hacía apenas unas horas, aún guardaban algo de calor corporal.

Con los bolsillos ligeramente más abultados, y la daga sujeta al cinturón, Sheikan salió de la habitación y se encaminó por el oscuro corredor. 

Sheikan avanzó por el pasillo usando las sombras para camuflarse y en un paso veloz cruzó la intersección hacia el final del pasillo. En ese momento, por el Este, una figura cruzaba el pasillo que daba a las escaleras. Por el lateral de su visión, Sheikan observó cómo esa figura daba un vistazo en su dirección casualmente antes de desaparecer de nuevo con tranquilidad por el pasillo. La duda estaba ahí, ¿Había sido descubierto? Pronto sabría la respuesta. Desde su nueva posición al otro lado de la intersección podía ver el final del pasillo, con una puerta en la pared derecha.

La sensación era extraña. Sabía que había pasado con cuidado, pero aquel tipo... lo había sentido de alguna manera. 

- el maestro seguramente sabía de la presencia de estos seres. - pensó mientras estudiaba sus opciones. - ¿será seres sensibles a la Fuerza? Bien, solo hay una manera de averiguarlo. 

Decidido a averiguar quién o qué era esa cosa, Sheikan se adentró en la estancia por la cual se había esfumado el ser. 

Sheikan se deslizó tan rápido como le permitía el sigilo hasta el muro que resguardaba la puerta de la sala central, apenas a unos pies de distancia de donde había visto pasar al tecnobárbaro. Consiguió escuchar fragmentos de su conversación, mientras este volvía de nuevo al mismo pasillo donde se encontraba Sheikan, seguramente intentando comprender qué había visto.

El tecnobárbaro apenas había dado un paso aún en el pasillo en dirección a Sheikan. Éste oyó como el tipo usaba un sistema de comunicaciones:

- Puck, creo que he visto algo raro en la intersección norte del nivel uno... Nooo, sigo sin creerme esas mierdas de que hay fantasmas en este lugar... Pues a mi me parece más que se largó, es más sencillo que pensar que un fantasma de unas ruinas perdidas de la mano de los dioses se ha cargado a una rata como Flint... Ya, ya, estoy en ello, te avisaré. - La voz ronca del tipo se mantenía en un tono bajo que denotaba que no era nuevo en esto.