Partida Rol por web

Saran viró esquivando a uno de los cazas piratas que se hacía una pasada disparando, y tuvo que virar bruscamente de nuevo para evitar una colisión con otro asteroide cercano. Otros dos cazas quedaban lejos, acercándose a su ritmo, pero un tercero estaba relativamente más cerca y venía directo hacia ellos. La piloto enderezó la nave en curso directo hacia la nave rival, más pequeña, que empezó a virar para recolocarse y evitar el posible choque. En ese instante de estabilidad momentánea aprovechó Saran para disparar, y esperaba que quien se hubiese puesto finalmente en la torreta lo aprovechara también.

Al parecer Saran no sólo sabía pilotar, si no también disparar. Maniobró la Fury con maestría y derribó uno de los cazas que les atacaban manejando ella misma la torreta. Algo nada fácil y que estaba sólo al alcance de los mejores ases pilotos.

A pesar de todo los piratas restantes no se aminalaron y continuaron su embite contra la nave de los sith. Uno de ellos casi choca contra los restos del caza derribado, pero sin duda ellos también eran buenos en lo suyo.

No obstante, al haber enfilado la Fury contra uno sólo de los cazas la había dejado abierta a posibles represalías de los compañeros. Otra cosa era si podrían aprovecharlo o no.

El primer caza saltó por los aires a mitad de viraje y su intención de haberse quitado el medio ahorró a Saran el tener que esquivar los restos de la nave como tendría que haber hecho si hubiera tenido los cojonazos de venir de frente hacia ellos. Hizo un U-turn para enfrentarse al caza cercano pero este seguía maniobrando fuera de la parte frontal de la nave. Quizás el robot pudiese darle con la torreta en otro ángulo pero desde su posición Saran lo tenía complicado al estar pilotando al mismo tiempo.

Lo que sí hizo fue intentar fijar una de las otras dos naves con el radar estelar para darles una sorpresita autopropulsada, pero se movían demasiado como para obtener una captura clara de la señal.

Al ver caer uno de sus cazas, los demás parecieron tomarselo con un poco más de calma, lo cual sirvió a Saran para que volviese a posicionarse detrás de uno de ellos. En esta ocasión se acercó tanto que casi se podían tocar, por lo que quien estuviese en el puesto de artillero lo tendría bastante fácil para impactar.

Reedha por su parte trató de atrapar a uno de los cazas, pero la velocidad y las maniobras que había hecho la chiss la desconcentraron demasiado.

La piloto trataba además de fijar a una de las naves enemigas con los misiles, pero el tener que mantener fija la nave para que pudieran disparar no hacía que la tarea resultase muy fácil. Por lo que no lo logró.

Karak miró al droide, desde luego estaría más capacitado que él para disparar... ni había sido entrenado ni le gustaban los enfrentamientos a esa distancia.

— L4... creo que esto es cosa tuya. Friélos. —

Cedió el asiento de la torreta al droide, que sin rechistar tomó asiento y comenzó a calibrar los controles de forma mecánica y eficiente...

La maniobra de Saran había sido perfecta. Y con L4 en el puesto de artillería supo aprovecharla. Una buena ráfaga de disparos acabó con otros dos cazas.
Sólo quedaba uno, que si sabía lo que era bueno más le valdría poner distancia por medio de vosotros. Lo único era si le iba a dar tiempo de hacerlo o no. Estaba la cosa complicada.

El último caza prefirió usar la ruta del cobarde para poder luchar otro día, o no. Pero al menos sobreviviría. Por lo que se metió en la campo de meteoritos y la Fury se quedó sola en aquel hueco que había en el interior.
No había mucho más que hacer, o perseguían a la nave o iba a la base de Drunm. Pero cómo era muy dificil que el pirata estuviese en alguno de los cazas la opción con más posibilidades era adentrarse en la base. Así que Saran puso rumbo al asteroide del que habían salido las naves.
Al acercarse pudieron ver como había un agujero enorme con pinta de hangar, la Fury cabía sin problema.

Maniobrando de manera impecable, Saran posó la Fury en lo que a todas luces era un hangar para los cazas de los piratas. De hecho podía verse al fondo del mismo dos naves más como las que habían combatido hacía escasos minutos. Un ligero campo de fuerza mantenía presión y aire respirable, aunque un poco reciclado, en el interior. Lo único que había que hacer era salir y buscar a Drunm.

Tras posar la nave y ver que nadie parecía recibirles en el cochambroso hangar, Saran se giró hacia sus compañeros.

—Última parada, mis violentos jovenzuelos. ¿Ahora qué?

Miró alternativamente a Karak y a Reedha, curiosa por ver cuál era el plan, si es que había uno.

Karak miraba desde la nave los dos cazas estacionados. Deberían dejar a L4 en la nave por si tenían que hacer un despegue de emergencia, pero podrían aprovecharlo mientras iban a ver a su nuevo "amigo". 

— ¿Crees que podrías inutilizar esos dos cazas L4? Si tenemos que salir pitando no querría tener que forzarte de nuevo a esquivar disparos y asteroides. —

Miro a Reedha y Saran. 

— Estás invitada a venir Saran. Has demostrado ser diestra con la nave, quizá podrías ser de ayuda adentro también^[1]. —

Una vez en el suelo llevó su mano al sable de luz, solo para comprobar que estaba en su sitio.

— Propongo entrar sin armar jaleo para variar. Reedha^[2], no saben cuantos somos, quizá podrías seguirnos desde lejos, o colarte por algún conducto de ventilación. Por si acaso. Saran y yo intentaremos ganarnos la confianza de Drunm antes de llegar a las espadas. —

—Claro guapetón, te acompaño, pero tú delante.

Escuchó entonces el plan que propuso el sith y no pudo sino enarcar una ceja.

—Ummm... no sé si tienes tú mucha pinta de negociador o de ir a ganarte la confianza de nadie. Quiero decir, ninguno de los dos la tenéis, si prácticamente oléis a sangre. Pero al menos la chica tiene encanto femenino que poder usar a nuestro favor. Yo también tengo muchos encantos, pero se me da fatal hablar en público, jeje, de eso siempre se encargaba Dess mientras Laynia y yo mirábamos...

L4 se quedó mirando un momento a Karak y después contestó.

Por supuesto señorito Karak.

Y dicho eso activó la torreta y disparó a los dos cazas que estaban delante de la Fury. Afortunadamente la explosión resultante no pareció dañar, demasiado, la estructura externa del asteroide, pero el hangar se había convertido en un pequeño infierno.

Cazas inutilizados. ¿Alguna cosa más?

Algunos extintores automáticos aún parecían funcionar, pero desde luego las alarmas y luces de emergencia estaban activadas.

Si van a salir yo me llevaría algún respirador, parece que hay alguna fuga de oxígeno ahí fuera.

Karak suspiró al ver la forma de inutilizar los cazas de L4. Si pretendían llegar y negociar desde luego esa no había sido la mejor presentación, aunque habían atacado ellos primero.

— Pero... me refería de forma más sutil. — Negó con la cabeza y miró al resto. — Vamos. — Dijo agarrando uno de los trajes. Sería mejor no arriesgarse... 

— Visto el incendio y nuestro total desconocimiento de la estación propongo ir por la primera puerta. ¿Objeciones?

Saran, ya medio enfundada en su traje con respirador se encogió de hombros, no teniendo ninguna objeción.

Reedha se había mantenido un poco al margen durante la planificación, mirando los mandos de la nave.

— L4, por favor, quédate con los sensores y avísanos si alguna otra nave intenta escapar del sistema. Bloquea también el arranque de la Fury, igual que la última vez, por si alguien intenta abordarla mientras no estamos aquí.

Se alejó de los controles e hizo un gesto hacia el traje para atraerlo hasta ella, pero se abstuvo en el último momento. Si había jedi en la base seguramente sería mejor no llamar su atención. Ocultarse nunca había sido su punto fuerte, pero aún así concentró un poco de la Fuerza para intentar enmascarar su poder y evitar que se revelase a otros usuarios de la Fuerza.

— Ninguna por mi parte — contestó a Karak. A falta de información para poder trazar un plan mejor, tratar de simplificar las acciones solía ser la opción más correcta.

Una vez todos atavíados por si acaso había alguna despresurización o similar, el trío salió de la Fury y empezó un registro sistemático de las estancias.
En el hangar no había mucho que ver aparte del fuego y la destrucción de los cazas, por lo que empezaron por la primera puerta que encontraron.
No había ningún tipo de código de seguridad, tan solo el botón de abrir. Era posible que no esperasen que nadie llegara hasta allí.

Al abrir pudieron ver una sala vestuario. Tenia pinta que ahí era donde se cambiaban o preparaban los pilotos para ecceder a los cazas. Algunas taquillas estaban abiertas, pero no se veía nada de valor o interesante.

Al fondo había otra puerta.

Saran entró al vestuario armada con su bláster, unos pasos por detrás de Karak y Reedha.