Partida Rol por web

El Cathar no estaba seguro de haber entendido bien hasta que la mujer saco los planos. Literalmente lo estaban mandando a por un artefacto a la otra punta de la galaxia.

Pensaba que su entrenamiento empezaba allí, en aquel preciso instante, y no a la vuelta de una misión en otro lugar.

Se pregunto entonces, si aquella mujer no sería la clase de personas, que tras usar unos bonitos fuegos y espejos había conseguido un secuaz de bajo costo.

No le gustaba moverse sin un plan, y sus planes siempre eran económicos. Ahora en busca de artefactos, se sentía un poco estafado.

Bueno, tengo que decirte varias cosas. La primera, es que me parece que me estas usando para traerte ese trasto. Pensé que íbamos a aprender aquí, ahora, hoy. No me gusta darme paseos por la galaxia para que luego me dejen tirado.

Lo segundo, y no menos importante, es. Si de verdad necesitas ese trasto, porque no vas tú. ¿Porque fiarte de mi si es importante?

Aun no hemos llegado al punto en el que yo me fie de todo lo que me dices, sobre todo, cuando sabes que no tengo los créditos suficientes para moverme por la galaxia con comodidad para hacer tus recados.

Sera feo, pero yo necesito pasta para sobrevivir. No sé si me explico.

Y sí que lo hacía, mientras preguntaba lo del dinero, esperaba dos cosas, que ella dijera, tranquilo yo lo pago todo, lo cual sería un puntazo. O bien, que dijera, tío búscate la vida, lo que se convertiría pronto en, me las piro del planeta y no me ves mas el pelo en tu vida…

- Oh vamos, te creí con más imaginación - tras decir aquello se alejó de ti unos minutos mientras comenzó a buscar algo en una bolsa. Desde la distancia seguía hablándote.

- ¿Creías que yo era una especie de maestra y que ésta sería nuestra academia? así no funcionan las cosas encanto, el potencial lo tienes tu, tan solo necesitas a alguien que te de el empujón ¿pero a caso no es uno mismo el que aprende a nadar cuando ya está sumergido en el agua? - después regresó, tenía un chip de crédito en sus manos.

- Aquí hay 60.000 créditos imperiales, si necesitas más puedes pedírmelo pero no malgastes, cuesta tiempo conseguir el dinero - después siguió comentando

- Ah si, no voy hacia allá porque la colonia está regentada por los hermanos Fenrir, son unos oficiales imperiales con los que me tuve que enfrentar tiempo atrás, así que quise esperar a que se retiraran o que encontrase a alguien como tú para poder asignarle una prueba tan particular como esta, si sobrevives habrás pasado la primera fase de tu entrenamiento ¿suena bien, verdad? -

Isseriol asiente solemnemente con la cabeza y hace que su cara se tuerza en una especie de sonrisa.

Gracias por todo, esperaré a que encontréis una tarea adecuada para mi. Es una lástima, lo de mis compañeros de huída, creo que incluso los echo de menos. Bueno, pues si no hay nada más me retiraré y seguiré dándole cueltas a mi privilegiado cerebro.

Pasó un buen tiempo hasta que desde la sala de misiones intentaron ponerse en contacto contigo. Cuando recibiste el aviso comprobaste que se trataba del comandante, te pedía que fueses a reunirte con él.

Una vez que te preparaste y te dirigiste a la sala de misiones, viste al ithoriano revisando un panel de datos con cara de preocupación. En el momento que escuchó la puerta abrirse tras tu entrada, no dudó en apartar la vista para centrar su atención en ti

- Bienvenido señor Isseriol, parece que al final vas a conseguir estrenarte, por desgracia es algo que normalmente hubiera mandado a otra persona pero ahora mismo están todos los operativos fuera y no podemos permitirnos el lujo de perder más tiempo. Por favor, acompáñeme - te mandó a que le siguieras fuera de la sala de misiones.

- Ha sucedido algo que puede traernos bastantes problemas, una de las unidades R2 que habitualmente está en el hangar ha desaparecido sin dejar rastro, para colmo el registro de salidas del hangar donde estaba ubicado el droide ha sido borrado y eso hace que nuestras preocupaciones sean bastante altas - siguió hablando.

- Ahora te presentaré a un miembro muy importante de nuestra tripulación, es la que se encarga de obtener casi toda la información que empleamos para la Mesopotamia, ella fue quién comprobó tu perfil y te vio útil para la tarea -

Lock lanzo la mano en busca de la tarjeta de créditos. Un hábito que había ido puliendo a lo largo de los años, y que era rápido y certero.

Y cuando la tuvo en la mano, supo que ella había dejado que la cogiera, y que aunque quisiera, no conseguiría quitársela. Al menos de momento.

Aquella mujer era todo peligro. Y aunque el peligro no le gustaba especialmente, también solía acarrear las mejores consecuencias.

Bueno, pues solo me queda saber cómo contactaremos. Porque supongo que no podrás sentirme a media galaxia de distancia, o puede que sí, pero para hablar, necesitaremos algún medio de contacto, ¿no crees?

El felino ya estaba andando hacia la puerta, consciente de que había poco más que pudiera hacer en aquella casa.

Había pasado todo el día en el planeta y su vida había dado, otra vez, varios giros inesperados.

Era consciente, que desde que había despertado en aquella celda, todo lo que había pasado a su alrededor había sido escrito por alguien superior, o puede que por las mismas estrellas. Y aun tenía que encajar toda aquella información dentro de su propia visión del mundo.

Naiana te miró fijamente

- No sería una labor imposible la de localizarte, sin embargo llevas razón. Toma este comunicador, la frecuencia viene ya preparada - dijo sacándose un comunicador del bolsillo trasero

- Estará funcional dentro de unas horas, mientras tanto guárdalo a buen recaudo. Si quieres un consejo, no pienses demasiado las cosas una vez que estés en Teyr, guíate por tus instintos, aunque algo me dice que llevas haciendo eso toda tu vida - te guiñó un ojo y te dejó que te marcharas. Ella parecía ocupada, estaba recogiendo sus cosas como si también tuviera que hacer algo especial.

- Cuando hayas completado tu misión, contacta conmigo y nos reuniremos aquí - aquellas fueron sus últimas palabras

Lock camino a buen paso, pero sin verdadera prisa. Los viajes largos intergalácticos eran siempre muy cansados, y no tenía prisa por molerse el cuerpo, en una nave de transporte, masificada de personas, que apestara a tugurio de mala muerte.

Además, tenía mucho en lo que pensar. Entre sus pertenencias tenía dos intercomunicadores, con dos bandos empeñados en derrocar al Imperio Galáctico. Mucha coincidencia. Mucho peligro.

Sin embargo, tenía que asumir su papel en todo aquello. No lo había pedido, no lo había buscado, y sin embargo, no dejaban de tocar a su puerta con todas aquellas historias de cárceles de última generación, y poderes místicos.

Aun tardaría horas en ponerse de acuerdo consigo mismo. Así que dejo vagar sus pensamientos. Por un lado, no dejaba de querer marcharse de aquella bola de fango, y por otro se sentía un poco culpable por no haber llegado a hacer el trabajo para el Devoraniano, aunque ya sabía que había gente dispuesta a hacer el trabajo.

Además, había otra cosa que lo tenía loco desde que lo había visto. Como podía desaparecer aquella mujer. No confiaba en ella, hasta el punto, de que empezaba a preguntarse que de todo aquello era real.

Le hubiera gustado contactar con alguien, e intercambiar opiniones. Más por el mero hecho de confirmar que no se había vuelto loco, que por otro motivo. Y sin embargo, temía que cuando se confiara, aquella Cerenana estuviera allí para asestarle una puñalada fatal en el corazón, y acabar con su vida.

No le gustaba no saber lo que ella hacía, y por donde se movía. Y con aquella idea se interno en el espacio puerto.

Tardo dos horas en conseguir un transporte de carga que lo llevara de camino a otro sistema. Y no fue barato, aunque gracias a sus dotes lingüísticas, y a las facilidades para estafar, al final no saldría tan caro como podía parecer.

La nave apestaba a cloaca. No quiso saber que transportaban, y dudaba de que nadie quisiera llegar a saberlo jamás. Y el Duros que pilotaba la nave era lo suficientemente incauto para jugar con el pacczak.

Cuando ya llevaban más de la mitad del viaje hecho, el Chatar se metió en su camarote, si es que un baño reformado podía ser un camarote y realizo una búsqueda exhaustiva por el interior, con sus sentidos, y con sus brazos y piernas, y luego se quedo un rato concentrado, como en la habitación de la Cereana, en busca de algo que le indicara que ella estaba allí con él.

En cuanto se quedo convencido de que estaba solo, busco entre sus cosas y saco los comunicadores. Los miro, y decidió que les debía una llamada a sus rescatadores.

Así, el comunicador rebelde se encendió con un pitido leve, y Lock espero a que alguien se pusiera al otro lado, para darles algunas extrañas y únicas explicaciones sobre el porqué de su cautiverio.

No tardaste en recibir una respuesta por parte del intercomunicador, al ver que no hablaste no se tardó en encontrar la voz por parte de alguien de la tripulación de la Mesopotamia.

Se trataba del capitán Brandon, su voz era lo suficientemente significativa para reconocerle a través de un comunicador

- ¿Diga? ¿Lock? ¿Estás en peligro? -

Entonces es una persona sabia, sin dudas...

Dijo con una media sonrisa que no permitía saber si estaba bromeando o lo decía con arrogante sinceridad.

¿Para qué iban a querer una de esas chatarras rodantes? son molestas con sus continuos pitidos y chasquidos. Solo sirven para calcular rutas de salto en el hiperespacio...

Se pasa la mano por el mentón lampiño, pensando.

¿Han comprobado si falta alguna nave?

 - Así es - comentó de repente una cereana de figura esbelta y mirada cautivadora

- Mi nombre es Naiana, soy la encargada del servicio de inteligencia de la Mesopotamia - después le hizo una leve reverencia al comandante a modo de saludo, a ti te tendió la mano.

- Los droides no solo sirven para calcular rutas, pueden llegar a ser compañeros de misión bastante más óptimos que otros seres vivo, no discuten, no cuestionan tus planes, ya puedes hacerte una idea - dijo intentado parecer simpática.

- Me alegro de conocerle en persona señor Isseriol, tenemos grandes expectativas con usted, ahora si me lo permite, necesitamos ponernos serios - te invitó a que pasaras a la sala del servicio de inteligencia. No era demasiado grande pero estaba repleto de ordenadores, archivos y mapas de la galaxia a distintas escalas

- La unidad R2 era un sistema de almacenaje, además de los planos de la Mesopotamia contiene otros documentos como el historial de la tripulación y la localización de algunos de nuestros aliados, lo cual hace prioritario el conseguir hallar a la unidad - después notaste que comenzó a mirar al Comandante

- Sin embargo tenemos un problema, bastante importante a mi parecer, he conseguido rastrear la señal del droide y se encuentra en las regiones del núcleo, por suerte no se trata de Coruscant, de lo contrario podríamos darnos por muertos - en su semblante se reflejaba su seriedad

- Nosotros no disponemos actualmente de pases o identificaciones falsas para adentrarnos en el núcleo sin que el imperio nos identifique, pero existe la manera de conseguir dicha "llave", ahí es donde entras en juego Isseriol - ahora se dirigía a ti.

- Existe una colonia humana en las regiones del borde intermedio en Teyr, está gobernada por el imperio pero no tienen ningún ejército, está regentada por los hermanos Fenrir, los cuales poseen los códigos necesarios para elaborar unas identificaciones falsas que nos hagan ganar acceso a los planetas del núcleo. Eres la persona indicada Isseriol, al estar solo puedes moverte con gran facilidad, te daríamos una identificación falsa y gracias a tu semejanza a la especie humana pasarás fácilmente desapercibido, contamos contigo -

Por extraño que pareciera, escuchar aquella voz le tranquilizo. Le guardaba cierto aprecio a ese soldado.

Negativo, no estoy en peligro, pero he recibido una información, que si bien me costó creer, puede que explique mi encarcelamiento.

Al parecer, poseo la capacidad de invocar una fuerza mística, que te otorga poderes especiales, y el imperio pensaba usarme como arma.

Parece un cuento de viejas, lo sé. Pero es lo más fiable que me he encontrado hasta el momento. Sé que no es mucho, pero les debía al menos informarlos de esto.

Todo bien allí arriba.

Lock no usaría nunca los nombres del capitán, o de la nave. Porque aunque solo, no se fiaba ni de su sombra. Y tenia fundadas razones para hacer eso.

- Lock, lo que comentas es bastante extraño, pero agradecemos que te hayas puesto en contacto con nosotros. Daremos esta información a nuestro servicio de inteligencia para así comprobar si existe certeza en tu descubrimiento o se trata de algún tipo de estrategia por parte de nuestro enemigo. Te diría que regresases con nosotros, pero vas a declinar nuestra oferta, tan solo te diré que tengas cuidado allá donde estés. Si conseguimos confirmar tu información serás el primero en saberlo -

Gracias amigo. No se preocupe por mí, estoy investigando por mi cuanta. Y lo peor que puede pasarme ahora es que muera. Y la galaxia no pierde tanto si eso pasa.

En cualquier caso, échele un ojo a mis compañeros de habitación, puede que ellos mismos desconozcan que tienen ese potencial, de igual modo que yo lo desconocía hace horas.

Sea como sea, mucha suerte. Hasta la vista. Cambio y corto.

Nuevamente, Lock tenía por compañero el silencio del espacio. Siempre le resultaba raro moverse entre la estrellas.

Era de los que prefería tener contacto con lo natural, pero el inmenso universo era tan vasto, que le ponía nervioso.

Ya con el comunicador rebelde bien escondido de nuevo, se pregunto qué clase de personas tendrían potencial para usar esos poderes. Naina sin duda era un ser peligroso, en un universo igual de peligroso, pero que pasaba con las gentes de buen corazón. Serian corrompidas por el poder.

Eran dudas razonables, que difícilmente podría resolver sentado. El tiempo, el destino quizás tuviera a bien enseñarle las respuestas a sus preguntas, a pesar de que conocerlas podría resultar mortal.

Ahora tenía que ver cuando quedaba para el sistema que sería su próximo punto en el camino. Pues la espera, era algo que podía matar a cualquier Cathar.

Mmm, trataré de parecer menos inteligente para que se me confunda con un humano.

Dice sin un atisbo de humor en su enunciación.

¿Tengo que trabajar solo? dada mi poca experiencia como agente de campo, sería de interés contar con el apoyo de alguien experimentado o al menos de alguien...

Comenta encogiendo los hombros.

Naiana te miró con súbito interés

- Para ser alguien con tanta inteligencia veo que el miedo a cometer un error te persigue. Es vital para esta misión intentar pasar el mayor tiempo desapercibido, si enviásemos a más de una persona es mucho más fácil llamar la atención del imperio, en cambio yendo tú solo será mucho más fácil, si te consuela siempre podrás comunicarte con la Mesopotamia por si ocurre algo o te surgen dudas - después de aquellas palabras la cereana te tocó el hombro

- Comandante, se lo dejo a usted, yo debo partir con Clev a una misión de reconocimiento y el tiempo escasea - después te dedicó una última mirada

- Buena suerte recluta - comentó antes de salir disparada hacia los pasillos.

El ithoriano sonrió tras despedirse de Naiana

- Esa muchacha tiene muchísimo talento, es nuestra joya en la Mesopotamia, espero que puedas confiar en su juicio tanto como lo hago yo - dijo mientras recuperaba tu atención.

- ¿Hay algo que necesites saber o tienes alguna duda señor Isseriol? -

¿Dudas? por todas las constelaciones que tengo dudas, pero no creo que me las pueda resolver o ya habrían resuelto este problema...

El médico siguió con la mirada a Naiana mientras se alejaba.

Por supuesto que tengo miedo de equivocarme, el error es factible y lo pagaría con mi vida.

Dijo a modo de defensa por las insinuaciones de la cereana.

¿Esos Ferir son leales? ¿o tendré que comerciar?

Naiana, lejos ya de vuestra posición y sin girarse, señaló con su dedo pulgar tras la espalda a la posición del comandante, seguramente te dio a entender que las dudas te las resolvería él

- Los hermanos Fenrir son imperiales Iserriol, pero también son humanos, no sabemos si pueden llegar a ser sobornables, asustadizos o huesos duros de roer, por surte juegas con la ventaja del factor sorpresa y de que son tan orgullosos que no tienen tropas imperiales apostados en la colonia. Técnicamente cualquiera de los hermanos debe poseer el código así que aumenta las posibilidades de lograrlo - después cambió su tono de voz a uno más suave

- Te proporcionaremos armas por si fuese necesario usarlas, también con un medpac por si resultases herido, no queremos enviarte allí sin ningún tipo de protección adicional. - después señaló la salida

- En el Hangar 31 hay un caza biplaza con un droide, la nave está identificada como transporte personal de un comerciante así que no tienes nada de qué preocuparte. Nadie tendrá que sospechar de ti, en la unidad encontrarás planos con coordenadas para que no te sientas desorientado al igual que tu equipamiento, sobre todo no olvides que aunque estés solo en Teyr, tendrás al equipo de comunicaciones a tu servicio -