Partida Rol por web

En cuanto termino de hablar , me encamino hacia el campamento y espero a medio camino a que pase la doctora por allí. Dado que no es muy buena ocultándose y caminando en silencio por el bosque, la esperare y la seguiré en silencio.

Tal vez lo que salio de el Stargate vaya a por la doctora...seguro que no le importa hacer e cebo...sobre todo si no lo sabe.

Extremo las precauciones para que no me escuche y aprovecho el punto que propuse de la colina para verla acercarse y seguirla a continuación.

Bueno, al principio me cuesta un poco entender las instrucciones de Mala pero al final consigo ver lo que me indica y la encuentro. Bien por mí. Nada más verla a unos metros lejos hago lo que me ha pedido, que es no hablar y pulsar tres veces el botón de llamada de mi radio. Espero que eso evite que me pegue un tiro.

Empieza a anochecer en el planeta, Mala y la doctora Coretti llevan ya reunidas cerca de una hora y han encontrado distintos puntos desde los que proteger el campamento y vigilar el Stargate, cavando varios pozos de tirador (3 en total, que no está mal en una hora) alineados de modo que podrían replegarse de uno de ellos al otro.

El resto de militares no sufre ningún percance en sus puestos de vigilancia, exceptuando algún ruidito de fauna alienígena nada parece amenazar su seguridad en aquel planeta. Y el stargate sigue sin dar señal cuando se marca la dirección de Atlantis.

A cada rato que pasa, es más evidente que, o bien ahí no hay ninguna amenaza, o bien esa amenaza los está acechando, esperando a la oscuridad. A estas alturas, si bien la primera posibilidad es la más lógica, Alan cree firmemente en la segunda. Es posible que se estuviese volviendo un tanto paranoico (algo que sin duda se le había pegado de Mala o del Coronel), pero si algo era seguro en toda la galaxia es que los Stargates no se activan solos, y rara vez alguien los activa por que sí. 

Activa la radio. -Nada nuevo por el sur.- Suspira, sin dejar de pulsar el botón. -Dudo que vaya a pasar nada en lo que queda de tarde en este planeta. Y sigo creyendo que deberíamos pasar la noche refugiados... Lejos de aquí. Quiero decir, los Stargates no se encienden por que sí.- Sin dejar de mirar al horizonte, más o menos a cubierto tras una roca y con su arma en la mano, aunque con una postura relajada, Alan corta la transmisión. 

Activa la radio. -Nada nuevo por el sur.- Suspira, sin dejar de pulsar el botón. -Dudo que vaya a pasar nada en lo que queda de tarde en este planeta. Y sigo creyendo que deberíamos pasar la noche refugiados... Lejos de aquí. Quiero decir, los Stargates no se encienden por que sí.- Deja un segundo la radio encendida y finalmente corta la transmisión. 

Las cosas marchaban moderadamente bien. El campamento ya era defendible, y solo tenían que aguardar a que Atlantis volviera a estar operativa. El día moría, y no podían iniciar una exploración por los alrededores. Tendrían que hacer noche allí, y esperar a la nueva luz para buscar algo. Solo esperaba que el enemigo no les pillara desprevenidos.

Les mandó reunirse, a todos con excepción de Mala, y dió las órdenes.

-Haremos noche aquí, hasta que no tengamos una alternativa mejor de asentamiento. Haremos turnos de guardia con un guardia de avanzada y otro guardia patrullando la base. Para no fatigarnos, los haremos de 3 horas, para que todos durmamos 6 horas aunque no sean del tirón. Usaremos el barracón para no ser tan visibles al exterior. Coman algún MRE y desenrollen sus sacos de dormir.

Miró la hora, y luego al resto de los presentes.

-Yo haré la primera guardia junto con Constantine. Luego nos relevarán Fernández y MacDermott. Por último Coretti y yo mismo, ya al alba.

Él dormiría menos, pero alguien tenía que sacrificarse un poco. No eran un número par, y tampoco quería dejar el campamento con un solo guardia, y que este fuera Coretti.

Activó la radio y contactó con Mala.

-Constantine, vamos a hacer turnos de guardia de tres horas. Manténgase en su puesto, yo haré guardia en el perímetro de la base. Luego le reemplazaré con Fernández. Cambio.

Dado que me ha ordenado moverme en patrullaje en torno al campamento no tengo muy claro cual es mi puesto exacto, y dar vueltas por ahí me expone a un tiro por parte de mi compañeros.

Coronel, si no le importa me instalare en el punto de tiro sobre la colina. Espero tener tiempo de excavar un hoyo antes de que se haga muy tarde...

Mientras espero la confirmación del coronel miro a la doctora y le sonrió traviesa.

El doctor ha intentado algo mientras os lavabais?...yo lo habría intentado.

Recordó entonces que le había mandado explorar el perímetro exterior. Así que su sugerencia tenía más que sentido.

-Perfecto. Una vez cave esa posición, manténganse allí y camúflela. Le mandaré a Fernández para el reemplazo dentro de tres horas. Cambio y corto.

Tras ayudar a Mala con una serie de tareas algo sucias, aparte de continuar revisando la Stargate para ver si averiguo cual es el verdadero problema y porque no nos permite volver.

-Empiezo a pensar que hay una alineación de planetas o que Atlantis se ha movido de sitio, en serio...- gruño, frustrada por los múltiples intentos. Finalmente, abandono mi tarea por un rato ya que vuelvo a ser solicitada para una reunión con el resto del equipo, a excepción de Mala, que se queda vigilando el perimetro. Me tocará guardia con el jefe, a última hora de la noche, al amanecer. Mejor. Unas cuantas horas de sueño me ayudarán a estar más fresca mañana para retomar el trabajo con la Puerta.

Tras eso, vuelvo con Mala, para continuar con la tarea de los hoyos y demás, es menos frustrante. Saco un sobre de comida.

-Igualito que en mis acampadas de cuando era niña...- bromeo, cuando me siento para abrir el primer sobre de MRE. Miro a Mala cuando me suelta el comentario acerca de Alan. Suelto una risotada.

-Ese hombre es más inofensivo que una mosca!- vuelvo a bromear, acordándome del tema -Me temo que nos deja a la altura de unas pervertidas a las dos- vuelvo a reírme con ganas. Dios, no había visto a un hombre más tímido en toda mi vida!

Recibido coronel. Preparare la posición y esperare el relevo. Corto. Tras esto bajo el volumen de la radio, pero siendo aun audible y dejo mis cosas cerca mientras saco la pala.

Niego con la cabeza cuando la doctora confirma lo que pensaba de Doc. Que mariquita...de todas formas, los tímidos son los peores. Seguro que cuando se abre el tío explota.

Si fuera por mi, me habría lanzado sobre la doctora en ese rio, sin importarme mucho lo que pudiera pasar. Claro que las dos eramos mujeres y eso solía ser un problema para muchas.

El tío fue tonto. Si hubiera sido yo te habría dado mas de un problema. Le guiño el ojo traviesa a la doctora.

- Señor, hay paquetes de raciones en el campamento, podemos guardar las nuestras y consumir las que hay mientras sea necesario. Es de lo poco útil que tenemos en este momento a nuestra disposición. También dispongo de dos trampas para animales, una de ellas para grandes, podemos situarla en un punto de paso estratégico, nos alertaría cuanto menos de la presencia de intrusos.

Busco en la mochila hasta encontrar lo que busco, puede que tenga utilidad, aunque sea para cazar bichos autóctonos.

Miro a Mala, pensando que no me gustaría ser un extraño que cruce por su puesto de tirador.

Respondió a Fernández por la radio.

-Muy bien, coman algo y ponga las trampas. Pero procure señalizarlas o dejar claro a todo el mundo su ubicación. No quiero tener que cortarle un pie a nadie por que pise una trampa sin querer.

Alan vuelve a la base, asintiendo. -Con todos mis respetos, Coronel, pero esa tarea recaería sobre mi. Lo hice una vez y le garantizo que no es agradable.- Ya no lo dice por la radio ya que no es necesario. Observa las trampas. Atlantis tiene raciones, tiene armas y tiene personal. El SGC suele ser bastante civilizado con estas cosas. El material estándar dista mucho de contar para cepos para osos. Más en planetas donde puede no haber osos, o haber animales extremadamente hostiles. Extrañado, señala las trampas. -Esas cosas no son precisamente material estándar del Comando, Coronel. Quiero decir, Atlantis traía de todo a esta base. Tuve la oportunidad de ver el equipamiento médico que traían aquí... Y estaba muy lejos de los cepos, las redes y las escopetas de caña.- 

Me río con los comentarios de Mala acerca de "tirarme los tejos" de forma nada sutil si hubiera sido ella la que estaba en el río en vez de Alan.

-Estoy convencida de ello, Mala, estoy convencida. O yo a tí- bromeo, como respuesta a la suya y continuo riéndome del tema. No puedo decir que en mi época universitaria no hubiera hecho mis pinitos en distintos "campos". No es algo que me preocupe o me ofenda y ya hace tiempo que nos conocemos con Mala, sé que no soy su tipo, básicamente, 20 años de más alejada.

Sigo comiéndome lo que sea esa cosa plastificada llamada comida embolsada. En breve tendré que volver con el resto y echar una cabezadita larga, antes de que Ben Zee me despierte para hacer la guardia.

- Las trampas venían conmigo por si era preciso pillar algo grande o pequeño y que no requiriese fuego automático para cazarlo, no es el equipo habitual pero en ocasiones puede ir bien.

Coloco las trampas en lugar de paso estratégico, señalizadas de forma que prácticamente sólo nosotros conozcamos las señales.