Partida Rol por web

Con los ánimos un poco más calmados tras la abrupta llegada, podéis echar un vistazo alrededor. Apenas hay iluminación, el suelo es de metal frío y el eco parece extenderse más allá de lo imaginable. No importa si habéis atravesado la Stargate mil veces como si es vuestra primera vez. Para todos una cosa es segura: Esto no es la Tierra.

Mientras los militares ponen un poco de orden y se dispersan por la oscura sala, la Capitana Lucía Costa encuentra un panel de mandos escrita en, probablemente, Antiguo. Sin embargo, la consola parece apagada.

La Teniente T.J. y Sybil Vane corren de aquí para allá tratando de estabilizar a todos los heridos. Con un poco más de orden en sus cabezas pueden dar un escueto informe de heridos: 34 heridos leves con simples cortes o magulladuras que tras un simple periodo de reposo estarán como nuevos, entre los que está la mayoría del personal de la base. 20 heridos graves a los que ha habido que practicar suturas de emergencia, entablillados con lo primero que teníais a mano y vendajes rápidos que necesitarán estar en observación. Entre ellos están Camille Wray, el Senador Armstrong, Andrzej Reznik y Reinhardt Podolsky. Además, hay tres soldados y cinco científicos inconscientes con graves heridas que necesitan de un hospital rápidamente.

Lo primero es lo primero: Necesitáis saber dónde habéis acabado. Muchas miradas acusadoras recorren la sala y se detienen en el Doctor Nicholás Rush que está observando la escena desde lo alto de una pasarela metálica con una fina sonrisa de triunfo en los labios.

Y entonces todos sentís un pequeño tirón. Los soldados del ejército del aire conocen esa sensación: Es cuando se traspasa la barrera del sonido.

- Tranquilo.. tranquilo..  se ha dislocado el hombro y tiene algunas heridas - dijo a Reznik.

Se agachó a su lado y le toca el hombro.

- Vale.. vale.. - murmuró mientras tanteaba donde se encontraba el hueso - De acuerdo.. necesito que se relaje, que esto no será más que un segun..

No le dió tiempo a terminar la frase cuando por el tirón cayó de culo al suelo. Miró a su alrededor, no sabía que era lo que estaba pasando, pero lo peor es que los expertos parecía que tampoco sabían ni donde estabamos, ni que es lo que ocurria. Pero no podía perder el tiempo en esas averiguaciones cuando ella tenía otra misión ahí dentro que era curar a los heridos.

Se incorpora y se coloca al lado del doctor.

- Está bien..? Listo para que se lo coloque..? - le pregunta.

Al ver que Podolsky parece querer ocuparse de vigilar a Reznik me dedico a atender al resto de gente, junto con Sybil, aunque sin perder de vista a esos dos. Les lanzo miradas de vez en cuando, con lo que alcanza mi linterna. Veo como odolsky de repente ya no está en posición erectil y se ha echado al lado de Reznik, así que me acerco a ver qué está pasando...
-Se encuentra bien Podolsky?- le pregunto preocupada, tras haberme asegurado de que Armstrong y su hija ya estaban algo mejor.
-Bienvenido al mundo real, doctor Reznik- le saludo, mientras me ocupo de revisar las posibles heridas de Podolsky, ya que Sybil parece estar ocupándose ahora del buen doctor.
No hay tiempo para pensar ni para ponerme a observar o investigar donde estamos, demasiados heridos, aunque hayamos conseguido estabilizarlos a todos, hay unos cuantos que están muy graves y nosotras sólo somos enfermeras, no médicos, no alcanzamos a tanto!
Y entonces llega el tirón cinético que nos hace trastabillar a todos, casi me caigo encima de Podolsky y sus costillas fracturadas.
-Si- contesto con el sopetón del empuje- Creo que tiene una costilla o dos tocadas, posiblemente fisuras, creo que ha tenido suerte de no haberselas roto, pero va a tener que hacer mucho reposo las próximas semanas para que la fractura se vuelva a sellar sola...- consigo decir de carrerilla, aunque la sensación en mi estómago es realmente rara- Así que ya puede empezar ahora.

Tras esto, consigo caminando algo a trompicones, alcanzar a Rod River y Cat Noble que parecen tener dificultades.

-Necesita ayuda Sr. River? Deje que le mire la pierna- le ofrezco.

El gobernador se marchó a otra parte, también Greer a sus propios asuntos. Alex cogió el rifle con ambas manos y caminó por aquel lugar, mirando hacia abajo constantemente para evitar pisar a nadie, también para evitar que su cojeo se notara. Cada paso que daba era como si pisara una mina electrica.

-Tranquilos todos, hay que mantener la calma.

Dijo en general a las personas que le miraban. No pudo evitar levantar la mirada hacia Rush ¿que hacía allí arriba?

De pronto, sintió algo en el estomago, como si se le formara un nudo, una familiar sensación de cuando estas siendo transportado en helicoptero o algo parecido, pero de forma brutal, como multiplicado por 100.

Alex giró sobre si, con los ojos bien abiertos, como si acabara de caer en algo.

-Estamos....¿en movimiento?

Preguntó, más para si mismo que para los demás.

-Hay que buscar un generador, ¡Necesitamos luz!

Dijo en alto, buscando con la mirada a un oficial de mayor graduacion como Young, Scott o la capitana Costa.

Alex perdió por un momento el equilibro. Tuvo que arrodillarse y quitarse la bota un momento para ver el estado de su tobillo, alumbrado con la luz de su rifle: estaba inflamado, de una tonalidad oscura, casi verde.

Sin embargo, eso era algo leve comparado con las heridas de los demás. No podía permitirse el lujo de parar ahora.

Algo mareado por el dolor y sin saber aún a ciencia cierta donde estoy, resoplo con desdén. Al escuchar a la enfermera reacciono al acto.

- Va a doler.

Y justo antes de que se disponga a colocarme el hombro, llega otra... si, debe ser enfermera. Esto de recordar nombres no es lo mío. Le respondo tan amablemente como puedo en mi estado.

- Con lo bien que ezstaba en Matrix...

Sonrío un poco con algo de recelo, esperando el tirón por parte de la chica que me estaba atendiendo. Pero algo ocurre, un súbito movimiento del lugar hace caer a la chica de espaldas.

No ha parecido un terremoto, más bien...

Antes de que siga elucubrando sobre el entorno, la enfermera vuelve a estar dispuesta a arreglarme el hombro.

- Ezstoy bien... dime tu nombre mientras me torturas, azsí no lo olvidaré.

Miro al frente, esperando el tirón necesario para colocarme bien el hombre dislocado.

Lucía estaba delante del panel, parecía escrito en lengua antigua pero estaba apagada. Empezó a examinarla. La luz que le proporcionaba la linterna adaptada en su p90 le permitía ver los símbolos e interactuar con la interfaz. Era un poco complicado manejar todos los elementos con una mano ocupada, pero era lo único que podía hacer en esta situación.

Empezó a descifrar como funcionaba el panel de mandos. Los símbolos y los sistemas eran similares a los que había utilizado en algunas de las misiones de reconocimiento de su grupo cuando trabajaba en el comando stargate. Definitivamente estaba apagada, pero creía que podía encenderla con facilidad...

Tal vez pueda activar la luz de este sitio desde este panel.

De pronto sintió una súbita aceleración, sólo propia de una nave capaz de viajar por el espacio... se habían encendido los motores subluz, de eso no había ninguna duda...

¡Estamos en una nave! Han encendido los motores y... puede que pronto entremos en el hiperespacio. ¿Dónde nos hemos metido? Aunque claramente estamos a bordo de una nave, no parece que haya nadie tripulando... acabamos de pasar por la puerta estelar y no hay nadie en esta sala... Bueno, eso puede esperar, vamos a ver si encendemos el maldito panel...

Luego oyó la voz del soldado Becket solicitando luz, sin duda alguna para que la teniente Johansen pudiera trabajar en condiciones.

Estoy en ello -gritó la capitana Costa, como respuesta a las palabras de Becket-.

Lo de decirle que se prepare es más bien para que piense en otra cosa y así sorprenderlo.

- Sybil.. - dice mientras de un tirón le coloca el hombro de una vez - me llamo Sybil.. ya está..- dijo palpando de nuevo su hombro, comprobando que lo había hecho bien.

En colocarle el hombro no podía perder mucho el tiempo, cuanto más rápido lo hiciera, mejor aunque seria igual de doloroso de todas formas.

Miraba al hombre preocupada, esperaba no haberle hecho demasiado daño.. en ocasiones algunos en esa situacion se habían desmayado.

- Algo mejor..? - le pregunta.

La sensación de aceleración repentina pilla al pobre Podolsky totalmente de sorpresa. Sin embargo, al estar tumbado, soporta la repentina sensación de nausea bastante bien. La enfermera Sybil Vane se acerca a atender a Reznik de nuevo, después del acelerón, y le coloca el hombro con naturalidad y experiencia.

-Pobre Reznik... .- piensa mientras no puede evitar contraer los labios y los músculos.

-¡Ay!.- sus costillas quebradas no se lo perdonan. Junto a la creciente náusea, (para qué queremos más) basta para que Podolsky se recueste y cierre los ojos unos instantes, intentando recuperarse.

La mente, sin embargo, no descansa.

-Estoy fuera de combate por ahora, me guste o no... pero lo que puedo hacer es mirar, y observar... en este momento de crisis toda información será poca...

Haciendo un esfuerzo, abre los ojos y trata de descubrir todo aquello que pueda ser útil en este momento de angustiosa ignorancia y desamparo en mitad de lo desconocido...
... parece que la capitana Lucía Costa ha encontrado una consola de control o un panel de mandos. Entrecierra
los ojos.

-Creo que eso es importante... me gustaría estar ahí y echar un vistazo por mí mismo.- murmura para sí.

Su mirada sigue examinándolo todo.

Sin que me de tiempo a estar preparado llega el estirón que duele como mil diablos. Se me escapa un grito de dolor que queda ahogado por una maldición en checo que cualquiera que la escuche preferiría no saber que significa.

Unas lucecitas bailan en mis ojos y una profunda sensación de mareo embarga mi cabeza. Esperando por unos segundos a ver si la sensación me dejaba definitivamente inconsciente o no y respirando profundamente. Aunque cuesta un poco articular las palabras procuro hacerlo rápido para que vaya a ayudar a otra gente.

- Mucho mejor, grazsias... - después de una mueca de dolor intento simular una sonrisa para la enfermera Sybil - vé, hay más herridos que maltratar.

Procuro acomodarme un poco y esperar hasta que se me pase el dolor lo suficiente como pararme, tranquilizándome lo más que pueda. Al parecer Podolski tampoco está para bailar una samba. Así que finalmente cierro los ojos y me dedico a murmurar.

- Nezcezsito un zsigarrillo.. debí jhevarme una cajetilla... Do prdele.

Suspiro aún con los ojos cerrados y me relajo. De todas formas nada de aquí requiere mi atención si el resto se pueden manejar con ello. Donde nadie más llega es donde me gusta intervenir.

No lo sé TJ, creo que lo tengo algo hinchado, mire, le responde mientras se levanto el pantalón y se ve como el tobillo empieza a hincharse. Por cierto, ¿qué es esto? La verdad es que no tengo nada de experiencia en los stargate, este era mi primer destino desde que trabajo para el ejército, pero por lo que veo, esto no parece habitado desde hace mucho tiempo, ¿usted sabe algo más? Tal vez Cat podría ir a preguntar a alguién al mando, ¿qué te parece? le pregunto a Cat, mientras que dejo actuar a TJ

Miro el tobillo de River que se ha levantado el pantalón.

-Será mejor que se siente, así podre examinarlo mejor. Profesora Noble porque no va a hablar con la Capitana Costa? Creo que se llevarán bien para desentrañar que es este lugar...- le sugiero a Cat mientras obligo con suavidad a River a sentarse en el suelo y estirar la pierna para poder revisar el tobillo. Me agacho y le quito el calzado y el calcetín que lleva puesto. Y palpo y muevo el pie para revisar el estado de la articulación. Palpo el empeine.

-Pues tendrá suerte si no es un fisura. Sin una radiografia se hace difícil de determinar- saco una venda de compresión y un tubo de pomada Voltarén- Pero le arreglaré el tobillo para que al menos pueda caminar mínimamente.

Le unto un poco de pomada masajeando la zona del tobillo hinchada, incluido el empeine y luego le envuelvo el tobillo cuidadosamente con la venda de compresión.

-Procure no apoyar el peso en este pie durante unos días, no lo fuerce demasiado, de acuerdo?- le comento, mientras le pongo el calcetín de retorno.

-Si nota que se le hincha más o le aumenta el dolor, hagamelo saber- le sonrio levemente.

El joven Eli, desconcertado y totalmente desubicado, ayuda al Senador Armstrong y a su hija, que cada vez parecen más alterados. A pesar de lo horrible de la situación, de los heridos y de sus propias contusiones parece estar tan emocionado como el propio Rush.

 Camille ya se ha dado cuenta de la situación. Sin duda, ese bastardo sonriente que les mira desde arriba como si se creyera un Dios es el culpable. ¿Por qué diablos no había marcado a la Tierra? Nunca entendería a los científicos; y aún menos al repelente Dr. Rush. Se acercó a él gritándole; pero sus quejas y protestas se perdieron entre los gritos de dolor de los demás.

La frágil Chloe suficiente tiene con mantenerse serena. No quiere fallar a su padre ni que la viera débil. Debía hacerle entender que ella podría sobreponerse a cualquier situación. Se armó de valor y le sonrió a su padre en busca de una mirada que la fortaleciera, pero en los ojos del Senador Armstrong solo había terror hacia lo desconocido.

El Sargento Greer ayuda a los últimos heridos leves a ponerse en pie o a sentarse contra la metálica pared de la sala. Tras eso se acerca al Teniente Scott, que le hace gestos para que se acercara.

El Teniente Scott hizo un par de gestos hacia Greer y al Soldado Alex para que se acercaran. Dejó a la Capitana trabajando en el panel. Si alguien podía encender las luces de ese maldito lugar era ella <<ella o el maldito Rush>> pensó Scott. Cuando Greer y Alex estuvieron con él, se acercó al Coronel Young:

-Coronel, tenemos que establecer un perímetro de seguridad y explorar el complejo. No sé que ha sido eso de antes, pero no puede ser bueno. Tenemos...

Desde las alturas, Rush ve como la Capitana Lucía Costa toquetea un panel de mandos. Sus ojos se abren como platos. <<Malditos militares>> murmuró para sí <<Si no tocan no ven. ¿Quién se ha creído que...?>>. Tras varios toques por parte de Lucía, unas lucecitas se encendieron en el panel. Rush bajó a toda prisa por las escaleras.

-¡No! -Gritó hacia Lucía, haciendo caso omiso a las quejas de Camille- ¡Maldita sea! ¡No tienes ni idea de con qué estás jugando! ¡Podrías matarnos a to...!

La frase de Rush se queda a la mitad cuando Lucía logra encender las luces de la sala. Al principio solo parpadean ligeramente y se vuelven a apagar, causando un grito general; pero tras un ligero cambio en la secuencia las luces se encendieron. Al menos, en esa sala.

Todos os quedáis inmóviles un segundo mientras vuestros ojos se acostumbran a la reciente claridad. Sin lugar a dudas, la luz es un alivio.

-Ach!... sehr gut! ... por lo menos podremos vernos la punta de la nariz... die grosse Nose!.-

Podolsky echa una buena mirada alrededor, confirmando sus primeras impresiones acerca del origen Antiguo del lugar...

-Una nave en marcha, por lo que parece. Me pregunto quién la está pilotando...-

Al ver los heridos acostados, repartidos por todo el área, y las caras de miedo y dolor, se hace consciente del suyo propio...

-Mmmmff!... es el turno de los militares, de momento. Pero espero que esto se organice pronto... y más que nada, espero que quien quiera que sea el que nos está transportando no sea un enemigo de los T'auri...

No se dirige a nadie en particular, pero lo que dice Podolsky se oye sin problemas.