Partida Rol por web

La camioneta debió ser en algún momento usada por una empresa de jardinería o similar. Detrás contabais con palas, rastrillos, tijeras de podar, fertilizante y incluso varios metros de cuerda y una podadora automática. Dentro estaba lleno de polvo, debía hacer años que nadie tocaba aquello, incluso había un pequeño cajón de plástico con plantitas las cuales se habían secado y marchitado tiempo ha.

Por delante os quedaba un largo camino, algunas calles seguramente tendrían obstáculos que sortear. Aletha tomó el volante y comenzó a dirigirse hacia las afueras, hacia la zona de las fábricas.

La ciudad ya no era lo mismo y eso se notaba cuanto más te alejabas del centro urbano. Mientras que las zonas más habitadas parecían querer irradiar normalidad, las zonas del extrarradio reflejaban la realidad: el desastre. Muchos edificio se habían caído debido a su no mantenimiento, o algunos habían tenido accidentes con sus coches en aquellos primeros días de la colonización hará unos veinte años. Coches que nadie quitó de en medio o que se estrellaron contra escaparates de tiendas tiempo ha saqueadas.

Los Estados Unidos fueron tomados años después de que los strigoi colonizaran Europa, pero fue allí cuando comenzaron a normalizar su situación en el mundo. Basaron la economía en el negocio de la sangre y se infiltraron en el capitalismo, como si siempre hubieran estado ahí.

Aletha tuvo que sortear por el camino un par de coches que estaban atravesados en la calzada, incluso un cuerpo sin vida de un gato una vez salíais de la ciudad, que se descomponía sobre el asfalto, rodeado de moscas. Ella al principio pensó que era un gato de verdad, hasta que lo esquivó y vio a todos aquellos insectos negros revoloteando. Pocos minutos después, estabais frente a la fábrica que Fet os había indicado.

Baja del coche una vez que lo estaciona la jefa.

Deberíamos dar una vuelta por los exteriores del edificio, para ver cuantas salidas o posibles entradas podía tener...- dice tanteando con la vista, aquella enorme fábrica.

...nadie quiere por la noche, visitas no esperadas... - casi parecía emitir una mueca de risa, pero no, tan seco y serio como siempre, con ese matiz en la voz de quien no lo conociera, podían mosquearse con él.

Ojea el lugar con la vista, luego por los alrededores, por si las moscas.

Hay que aprovechar las horas de sol - dijo para nadie mientras salía enérgicamente de la furgoneta. Fue a la parte trasera de la furgoneta y cogió la cuerda, la cual enrolló y se colocó en el torso, como si de una banda de miss acrobacias se tratara.

Acto seguido tomó una pala y se alejó del vehículo.

Vió como Han marchaba hacia uno de los edificios y Kumiko decidió rodearlo por el otro lado, para no estar demasiado lejos del grupo, pero no comprobar el mismo sitio que su compañero. Se concentró en encontrar alguna puerta abierta o, en su defecto, algún canalón, escalera de emergencia o modo de trepar hasta poder mirar por alguna de las numerosas ventanas rotas.

Llegamos al destino sin incidentes. Eso está bien.

Veo como todos mis compañeros se bajan y empiezan a investigar y hacer cosas. Yo, personalmente, bajo del coche y me espero a que Aletha me diga lo que tengo que hacer.

No voy a tomar decisiones. No quiero tener la culpa de que ninguno de ellos la palme. Que la jefa me diga lo que quiere que haga que para eso es la jefa.

Finalmente llegamos a la fábrica. Eché un vistazo a través del cristal del parabrisas, inclinándome hacia adelante.

-Por el tamaño, deberíamos aislar las plantas que nos interesen... tiene demasiadas entradas y eso, de noche, será un riesgo considerable.

Aparqué cerca del vehículo. Han y Kumiko, bajaron de inmediato para reconocer los alrededores. ¿Qué no han entendido de "no separarnos"? Sacudí la cabeza, resignada.

-No debemos alejarnos demasiado unos de otros. Recordad que, aún con la horas de luz, existe la posibilidad de que nos ataquen, ya sean simpatizantes de sus amos chupasangres u otros supervivientes poco amigables- dije sin alzar mucho la voz. Miré a Scarface y asentí coforme, pues había esperado mi resolución antes de actuar -. Vamos con ellos, Scar... si ves algo de utilidad en la furgo, cógelo. Te esperaré antes de ir a dar con Han y Kumiko.

Cojo las tijeras de podar, me las guardo en el bolsillo y compruebo si la podadora automática tiene gasolina. De ser así busco un bote con tapa, alguno debe haber entre toda esta mierda, y lo traslado. Si encuentro algún mechero  me lo llevo también.

A continuación camino junto a la jefa allí donde quiera ir.

No parece rondar nadie por la fábrica, como Vassily os dijo, está abandonada. No sabéis de qué era la fábrica ni qué encontraréis en su interior, pero por los alrededores no se ve a nadie, ni siquiera algún gato o perro abandonado. Los animales de compañía eran escasos igualmente en las ciudades, no soportaban la presencia de los strigoi y muchos se habían escapado y revelado contra sus amos.

El edificio parecía desierto, no se oía tampoco nada que proveniera de su interior que pudiera alarmaros. Tenía varias plantas y su interior era un misterio. Lo que deberíais comprobar era si tenía un sótano donde poder mudaros, eran más fáciles de defender y de amotinarse en ellos hasta que la luz del día llegara y los strigoi se marcharan, en caso de sufrir un ataque. 

Con los inquisidores los ataques habían disminuido, pero seguían sucediéndose. Parecía que era algo que no se podía evitar, por muchos controles que levantaran para proteger a los humanos. No había noche que algún humano desprevenido saliera al exterior, confiándose, y fuera atacado y devorado por uno o varios de aquellos parásitos. Era por ello que no había toque de queda, pero era preferible no salir.

El interior del lugar era impresionante y estaba que se caía, habría que tener cuidado por dónde se andaba.

Vuelve con el grupo..

Todo despejado al parecer, ni un triste animal perdido... - la verdad que el tono seco en que lo decía, daba la sensación de que deseaba que apareciera alguna de esas criaturas, aunque con la luz del sol, pocas iban a salir.

Mira el interior, con el resto del grupo, se podía ver claramente el rostro impresionado, con lo enorme que era aquello.

Esperemos si encontramos el sótano, que no este tan derruido todo, por lo que se ve a simple vista, me extraña no haber visto fuera, algún cartel de que esto lo vayan a demoler.. - una pequeña sonrisa se le perfila en su rostro

Observo el interior del edificio. Aunque ahora estuviese desierto no había que dar nada por sentado. No he sobrevivido escondiéndome en cualquier sitio sin tomar antes todas las precauciones posibles.

Busco indicios de presencia Strigoi. Restos de sangre, pisadas en el polvo, en definitiva, cualquier cosa que me indique que no esta tan abandonado como parece.

Un sótano es un lugar ideal para escondernos nosotros del mismo modo que lo es para ellos. Sobretodo cuando intentan evitar la luz del sol. Cuando entremos a explorarlo quiero estar seguro de que esta vacio.

No obstante no me alejo mucho de Aletha, pendiente de que pueda darme alguna instrucción.

El edificio era tan grande como se apreciaba desde fuera.

-Esto no me gusta...- murmuré por lo bajo mientras caminaba entre las tripas de una bestia de hormigón y ladrillo que se caía a trozos. Me colgué a "Jackie", cruzando la correa desde mi hombro hasta la cadera contraria, y saqué la glock, que al menos estaba equipada con luz negra. La sujeté con ambas manos miré al equipo: -Debemos pisar con cuidado. Busquemos el sótano o algún almacén subterráneo. Id en silencio. No sabemos lo que hallaremos en este lugar.

Encabecé la marcha y añadí: -Si alguno ve algo o se va a alejar del grupo, que avise. Kumiko y Scarface, podéis adelantaros a explorar, si queréis, pero con una distancia prudencial.

Kumiko, que se había reunido con el grupo anunciando que no había encontrado nada reseñable asintió a Aletha, empuñó su glock para apovechar la linterna y se adelantó ligeramente al grupo, mientras se marchaba se giró añadiendo - Don't worry, jefa, os aviso.

Si os adelantáis veis un montón de pintadas por el lugar. El silencio se hace un tanto inquietante cuando solo comenzáis a oír vuestros pasos en la fábrica. 

Hacia un lateral ves unas escaleras, corroídas por el paso del tiempo y la podredumbre del óxido. Parece que van tanto hacia el piso superior como hacia el inferior. Parecen frágiles, pero estáis todos lo suficientemente en forma como para que le peso no sea un problema, si subís y bajáis con cuidado.

Espera que se acerque un poco más el grupo y les dice - Aquí, una escalera de caracol, está bastante vieja, voy a bajar a ver que como está. Os aviso desde abajo - baja con todo el cuidado del mundo intentando que no chirríe más de la cuenta. Procura no delatarse con la luz hasta que tenga algo de visión del resto de la nave.

A medio camino para y examina la zona con ayuda de la glock.