Partida Rol por web

La camarera toma nota de todo lo que pedís. Pasa un rato sin que realmente suceda nada en el que os termináis el queso con los palitos de pan. Unos pocos segundos después se acercan varios camareros con los platos para cada uno. Y la camarera, con la botella de vino que abre junto a Ian y sirve su copa para después serviros al resto. Después se marchan todos.

No tenéis nada más que hacer hoy... salvo disfrutar de la cena y hablar entre vosotros.

Con el plato en la mesa, y el vino recién puesto.

-Muchas gracias señorita- le digo a la camarera cuando se va- lo de la infiltración, pues había pensado en ti, por dos motivos fundamentales, eres mujer y eres la más lista de nosotros- muevo la copa hacia Mark- sin ofender. Que coño, seguro que en una semana te ganas el premio de empleada del mes, joder Marion, a ti eso se te da bien- le adulo.

Me muevo de postura y comento más serio el tema de las acciones.

- Mirad es super simple- cojo aire- La idea, es comprar cuando las acciones estén baratas, cuando el mercado en general esté barato. El problema es que tendemos a pensar que un precio bajo y un precio barato son la misma cosa, pero esto no es así. Las acciones siempre pueden bajar más o subir más de lo que lo han hecho nunca. Por ejemplo, vemos que las acciones de Easywater han bajado mucho ¿Están baratas? No necesariamente. Puede que sí, pero también puede que no. Compramos barato, vendemos caro, más caro de lo que nunca han estado. No hay más ciencia. Venderemos en cuanto el estocástico asoma por encima de la línea superior, no tiene riesgo ninguno. 

Creo que me he explicado con claridad.

Entrego la copa a Marion. No voy a beber. Frunzo los labios intentando comprender las palabras de Ian. Suena muy bien sobre papel. Veremos luego en que queda.

Ahora lo importante es centrarnos en el caso. Hay que conseguir las fichas de todos los empleados del departamento de I+D de Easywater. Comprobar sus cuentas. Si hay un topo le habrán pagado mucho y bien. Tiene que quedar constancia en algún lado.

Me llevo risotto a la boca. Su sabor es impresionante. Y es sólo la guarnición...

Si han sido más listos y han pagado en mano, todavía es posible rastrear ese dinero. Sólo hay que buscar un empleado que viva por encima de sus posibilidades. Todos tenemos vicios y sueños. Y siempre son caros.

Me encojo de hombros. Lo mio es el trabajo de campo. Puedo hacer un seguimiento de los sujetos... siempre que no sean demasiados claro.

¡Esto está de muerte!

Bueno... esta mierda no es mala del todo. Pero prefiero las hamburguesas de la Road Burguer Shot. Mentira Mark. Sólo que esto no te lo puedes permitir...

En cuanto me colocan el plato delante el olor del risotto acapara mi atención durante varios segundos y si no fuese por el humo que sale de él sin duda empezaría a comer de inmediato. Con el tenedor voy separando un poquito de su contenido hacia el borde para que se enfríe rápido y poder empezar a comérmelo mientras escucho a Ian y Mark. El asunto de las acciones me parece un poco inseguro, pero Ian se merece un voto de confianza. Veremos si funciona.

No puedo evitar enarcar una ceja ante sus halagos. - Claro que podría hacerlo... ¿Pero tú qué sabes lo que se me da bien, Clark? - Pienso divertida antes de encogerme de hombros. - Bueno, no veo por qué ser mujer iba a facilitar esa tarea. - Empiezo, levemente molesta por lo que me ha parecido un comentario claramente sexista. Estoy harta de que la gente me tome por la secretaria de la empresa sólo por ser mujer y por lesbiana porque me gusten las motos. - Mi especialidad no es la química precisamente y no sé nada sobre saneamiento acuífero. Heinz lo haría mucho mejor si consiguiéramos sacarlo de casa. - Hago una pequeña pausa. - Sin embargo, si es necesario puedo hacerlo. Aunque lo mío es más bien otro tipo de trabajo. 

Miro a Mark mientras me llevo por fin el tenedor a la boca y asiento con la cabeza esperando a tragar antes de decir nada más. - Yo puedo comprobar las cuentas de esas personas. Veremos si alguno ha ingresado una buena cantidad de pasta. Joder, esto está de muerte. - Digo entonces, señalando mi plato con el tenedor. - ¿Queréis probar? - Ofrezco mientras empiezo a llenar mi tenedor de nuevo.

Anda parece que Mark no va a beber y la botella será para Marion y para mí. Con una sonrisa llena de malos pensamientos me lleno la copa y le hablo primero a Mark.

- A eso iba, desde dentro, Hart podrá conseguirnos las fichas de los empleados- consigo poner en mi tenedor hasta cuatro cosas distintas, un buena combinación, asiento satisfecho- y marcar a quien tienes que seguir, si es que consigue encontrar quien ha vendido esa información- Me lo meto en la boca y funzo el ceño con disgusto ante lo que dice MArk que prefiere las hamburguesas. Me fastidió el momento. Casi.

Que bueno está, por dios, llevaba todo el día sin comer, pero no había dicho nada a nadie. Al contrario que mi buen amigo Mark, yo creo que la presencia lo es todo. Pero no sabría decir quien tiene razón, al fin y al cabo los dos nos hemos encontrado en la misma situación. Si supieran ellos lo rápido que te acostumbras a la buena vida...

Le pincho en la comida de Marion, después que ella hable.

-A ver, déjame probar un poco de lo tuyo- digo sin mucha gracia usando la metáfora, está claro que este vino está muy bueno- Hart, seguro que si ha habido una filtración, tu podrás seguirla mejor desde dentro, tirando del hilo. Y eso es lo que tenemos que averiguar antes de nada. ¿Han conseguido la información mediante una persona o mediante un robo?- Esa es la cuestión-.

Si Hart es tan buena, como ha demostrado hace un rato, consiguiendo información, seguro que en la empresa encuentra lo que sea.

Poco a poco mi estómago se va calmando y empiezo a comer con más tranquilidad haciendo pausas para beber de mi copa. Al ver que Mark aparta la suya esbozo una sonrisa. Claro, tiene que conducir de vuelta. - ¿Quieres pedir agua o un refresco? - Ofrezco mientras Ian coge de mi plato. 

Hay algo que no me termina de gustar en la idea de ser yo quien se infiltre en la empresa, aunque no llego a distinguir si es tan sólo el hecho de que Ian me propusiera por ser mujer, o si hay algo más. Pero mirando a Mark cada vez el sinsentido me parece mayor y niego con la cabeza hacia Ian. - Clark. Tenemos un especialista en espionaje en la empresa. Y no soy yo, es él. - Digo, señalando a Mark. - Las fichas nos las puede proporcionar seguro el señor Vittio. Yo puedo rastrear las cuentas de esa gente, pinchar sus teléfonos, hackear sus pda's... En fin, puedo hacer muchísimas cosas. Pero si se trata de buscar al rey del disfraz, lo tienes delante. Y no se trata de mí. - Con estas palabras termino mi copa y vuelvo a llenarla. 

Miro al rey del disfraz, que ha venido en sudadera a una cena. Ha pasado completamente desapercibido. Y alzo las cejas.

- Pensaba que desde dentro, podrías acceder a la red más fácilmente, osea ir al origen desde donde supuestamente, partieron los datos. No entiendo mucho de ordenadores, si todo eso lo puedes hacer desde casa, pues genial- miro a Mark- ¿Así que tu eres nuestro espía?- le señalo con una sonrisa en lo labios.

Le acerco la copa a Hart para que me la rellene, mi orgullo no me permite que si ella bebe, yo no beba.

-Na zdorovie!- brindo- por nosotros, y por los que no están- me ha salido solo, un brindis que hacía cuando estaba en compañía de otra gente, que creía eran mis camaradas. Doy un pequeño sorbo a la copa y la dejo sobre la mesa. Un poco aturdido me levanto.

-Si me disculpáis voy al servicio- anuncio.

Relleno también la copa de Ian y levanto la mía para corresponder a su brindis. No tengo ni idea de lo que ha dicho, ni en qué idioma, pero sonrío como si lo supiera perfectamente y al final inclino la cabeza en su dirección antes de beber.

Lo sigo con la mirada cuando se levanta, con una sonrisa divertida en los labios y me giro hacia Mark en cuanto sale por la puerta.

- ¿Qué opinas tú? - Pregunto mientras me bebo el resto de la copa y señalando levemente con la cabeza hacia la puerta. Me da la impresión de que Ian se está esforzando mucho por formar parte del grupo y tal vez por eso he preferido esperar hasta que saliera, pero quiero conocer la opinión de Mark. - ¿Ves claro el asunto ese de las acciones? ¿Y lo de la infiltración?

Estoy en la taza del water, de un cuidado baño, como corresponde al sitio. Tengo el teléfono en las manos y le doy vueltas. tengo ganas de llamar, de hablar con alguien y decirle "Ey, tengo buenas noticias" pero no me decido. Cojo el móvil y lo abro por cuarta vez.

Foto.

Sasha. Rubia, ojos azules como topacios, casi blancos, piel blanca, su acento me volvía loco. Siempre le gustaba la comida china, tenía un problema con los tallarines, pero nada de agridulce, no le gustaba el agridulce. Sus labios eran pequeños y escondían unos blancos dientes con un pequeño defecto en los colmillitos. La abandoné, me entro el miedo, la traicioné.

Otra foto.

Taiko. Ojos negros, pelo negro, tan liso que podría llover y las gotas resbalarían juguetonas sin pararse para nada. Pequeña y muy seria. Sensual, educada y la chica más sexy que he visto en mi vida. Le fallé, le defraudé.

Paso otra foto.

Viky. Mi ex, morena y con unos ojos verdes preciosos. Divertida, gruñona, salvaje y malhablada, pero sincera, en cuanto consiga dinero tengo que encargarme de ella. Creo que todavía me odia. Le vendí sueños y mentiras.

Vuelvo a cerrar el móvil sin llamar a nadie, ¿Que hago? ¿En que punto estoy? Me froto la cara con fuerza. Le doy tres vueltas más al teléfono y me lo vuelvo a guardar. Este es mi problema. No tengo a nadie a quien llamar.

Me lavo la cara y vuelvo a la mesa.

Me encojo de hombros. Sin duda le gusta dirigir. Yo no voy a infiltrarme en la compañía. Y tú no tienes por qué hacerlo. Tenemos al mejor infiltrado que podíamos tener y que no levantará sospecha alguna: El señor Vittio.

Me llevo un dedo a la sien y lo giro en un claro gesto de locura o confusión. Creo que ha visto muchas pelis de espías este Ian.

Y por cierto... ¿A qué ha venido eso de que soy un maestro del disfraz? Yo vigilo sin ser visto. Mi especialidad es pasar desapercibido... Cuando quiero claro está.

Y bueno... si lo de las acciones es como dice... sin duda nos sacaremos una tajada mayor que cobrando en efectivo. Como ya dije antes... veremos cómo resulta.

No me gustaba que manduqueara tanto ni el sarcasmo que podía intuir a veces en su voz. parecía creerse como si dominara la situación. Nos vendría mejor más calmado y dispuesto a ayudar.

¿Y ese brindis? repetía una y otra vez esas palabras en mi cabeza buscando el idioma

Suelto una carcajada repentina al ver el gesto de Mark en su sien y al darme cuenta echo un vistazo a la botella de vino. Quizá esté empezando a hacer su efecto. Después vuelvo a mirar a Mark y me encojo de hombros con un brillo divertido en los ojos.

- Sólo quería sacármelo de encima y que dejase de mandonearme. Joder, creo que sólo quiere mandarme a mí de infiltrada porque tengo tetas. - Me acerco un poco a Mark por encima de la mesa. - Y ya de paso me apetecía que se diese cuenta de que no lo sabe todo sobre nosotros todavía.  - Confieso bajando la voz. En cierta forma sigo sintiendo la necesidad irracional de llevarle la contraria a Ian que tenía antaño. Si él decía verde, yo decía rojo. Y si yo proponía al grupo ver una película, él se empeñaba en que jugásemos a la play. La idea de esa estúpida rivalidad me hace gracia y suelto una pequeña risita antes de hablar de nuevo. 

- Yo también creo que no necesitamos infiltrarnos dentro teniendo al señor Vittio dispuesto a darnos todos los datos que queramos. - Termino, volviendo a apoyar la espalda en la silla. - Y sólo espero que las acciones esas no caigan en picado de repente y nos estropeen el negocio. - Sin más que añadir tomo mi copa y la vacío de nuevo. - Joder, el vino está buenísimo. 

La segunda botella va bajando aunque Mark no bebe nada. La comida está deliciosa, no sabéis si es muy bien el hambre o tal vez lo buena que esté, pero el risotto parece desaparecer de vuestro plato. Ian no tarda mucho en volver a la mesa acomodándose el traje.

Ian se sienta en la mesa de nuevo. Su mente parece algo alejada de donde estáis, pero no tarda en dar un sorbo a su copa y en volver a comer de su plato. 

La comida se termina y el vino casi también. La camarera reaparece.

- ¿Van a tomar algún postre? ¿Café? ¿Copa? - pregunta ofreciendo la carta de postres. 

Fuerza: 6 Es un combatiente medio. Con buen golpeo de espada y lanza. Pero no es su especialidad. Normalmente son otros los que combaten bajo sus órdenes. Nunca busca el combate, pero llegado el momento no lo rehuirá tampoco.
Agilidad: 4 No es especialmente ágil, confía en su armadura.
Resistencia: 5 Es un hombre resistente, pero tantos años en el calor del otro lado del mar le han hecho ligeramente sensible al clima de Poniente.
Puntería: 0 Natan tiene un problema en la vista. Ve mal de lejos. No lo sabe nadie y jamás lo reconocerá, pero no atina una y es incapaz de disparar. Por eso nunca lo hace.
Inteligencia: 7 Sabe leer las situaciones y reaccionar a ellas. Siempre busca una solución para los problemas y normalmente la encuentra. Claro que los problemas a los que se enfrentan son peleas, trifulcas y diversos trabajos, es un gran estratega. Lo de las conspiraciones no lo maneja bien.
Liderazgo: 10 Es un líder carismático. Tiene un liderazgo excepcional y unas dotes de mando a la hora de la batalla impresionantes. Ha pasado los últimos 20 años de su vida comandando grupos para realizar diversos trabajos. 

Mis ojos se han ido achispando con el vino, cuyo contenido ha bajado desde que Ian salió del reservado, y tienen ese brillo especial previo a la embriaguez que revela un pequeño estado de euforia. 

Cuando la camarera aparece le dedico una sonrisa y niego con la cabeza. Con acabarme la copa de vino que tengo empezada en ese momento tendré suficiente. - Nada para mí, gracias. - Respondo a su pregunta antes de girarme hacia mis compañeros esperando por si ellos quieren pedir algo más.

Miro la abultada cartera. Y comienzo a hacer cuentas mentales y cábalas varias. Hago gestos de asentimiento con la cabeza seguidos de otros negativos.

No gracias. Estamos bien.

Miro a Ian muy serio esta vez. Todo lo serio que me puedo permitir ser en una velada como esta.

Veo sus ojos achispados y no me gusta el brillo que veo en ellos. Demasiados recuerdos dolorosos.

Ian... hasta aquí pago yo.

La cuenta por favor -comunico a la camarera.

Claro que... Marion tampoco está mucho mejor...

La camarera se da por satisfecha con vuestras dos respuestas y tras una leve inclinación de cabeza se retira. Vuelve al poco rato con la cuenta y os la deja en la mesa. 

Risotto porcini: with trufle oil and porcini mushroom - 22$

Risotto pescatora: mixed seafood&selfish in withe wine sauce - 24$

Pork tenderloin: maialino madera wine sauce and rissoto parmigiana - 20$

Chardonay jerman venezia giulia -70$

Parece ser que el vino era lo más caro de la carta. El porcentaje de propinas de este restaurante es del 20% que en este caso es 27,2$ por lo que la cuenta asciende a : 163,2 $ 

A pesar de la comida, un plato elegante y decente cada uno, no os sentís llenos ni mucho menos.

Pagáis* y os dirigís hacia el coche. En la puerta os lo han dejado esperando. Son las 22.00h

Miro la cuenta y entorno los ojos. Hago numeritos mentales y pongo 80$ sobre la bandeja que parece de plata aunque dudo que lo sea.

Miro a Marion divertido. Te va a salir caro el hombrecillo -adjetivo osado teniendo en cuenta mi poca estatura. Me pongo mi sudadera gris de los bomberos de Chicago. Os espero en el coche *amigos*

Al pasar junto al maitre me calo la capucha hasta las cejas. Hey *hermano* hemos comido de *puta madre tío. De puta madre* Creo que voy a recomendar este lugar a todos mis amigos *hermano* -y le doy una palmada más fuerte de lo educadamente correcto en el hombro, que lo desplaza de posición. Le dedico una sonrisa lobuna al salir y un guiño.