Partida Rol por web

Apoyada en la espalda de Frisbee, ves pasar el mundo a una velocidad endiablada. Las personas, los otros vehículos, los edificios de la ciudad, son ráfagas de luz a vuestro paso. En realidad, la chica no conduce su moto tan rápido, pero a ti te lo parece, envuelta en esa burbuja de felicidad placentera que encierra dentro de ella a tu cerebro complacido por tu situación actual, caminando sobre el filo de una navaja.

Es por la tarde, la chica tatuadora ha ido a buscarte a la pensión y vais de camino al local de tattoos. Te abrazas con más fuerza a ella, no por miedo a caerte, sino por necesidad del contacto cuerpo a cuerpo.

...

La noche anterior fue una de esas noches malas, no había forma de dormirse y cuando lo consigues, al rato te vuelves a despertar y más vueltas, con el cerebro encendido igual que una bombilla, y te duermes y otra ves te despiertas y vuelta a empezar. Será por el calor, que lo hace, pero sabes bien el porqué. Te das una ducha de madrugada. Intentas dormir. Por la mañana bajas a desayunar y luego en tu habitación una nueva ducha, entonces sí que caes rendido sobre la cama. Es una suerte que no tengas que ir a trabajar, tienes todo el día para ponerte a ello. Esta vez duermes bien, más o menos, y cerca de las doce despiertas. Hay mensajes de todo tipo en tu móvil, de Michelle también, qué tal va todo.

Pero no de Frisbee. ¿Cómo que no? ¿Se ha olvidado de la cita por la tarde para el tattoo? ¿De verdad te vas a hacer un tattoo porque ella lo quiere?

Trabajas un poco, con desgana, mil pensamientos en la cabeza. El tabaco te relaja, además, curiosamente no tienes en sí ganas de sexo, el día de ayer fue una pasada y lo notas en ese sentido. Tu cuerpo está de puta madre, tu cabeza no tanto. Lees un mensaje de Sey, que cómo estás, que mantiene la cita, te enviará alguna información.

Sey. Te preguntas si es conveniente esa sesión ahora. Ya tienes a Frisbee, ya te has entregado, ya tienes a tu Dom sin ella saberlo todavía. Lo has hecho sola, saltándote todas las señales de alarma, y no te ha ido mal. Esa es la Alice inconsciente, rebelde, la impaciente y que elige por sí misma. La más racional te dice que acudas a la cita. No sabes qué hacer. Además, que ahora estás en esa fase de querer controlar, de dominar a alguien que quiere ser dominado.

¿Qué piensas hacer, Alice?*

El finde. Más decisiones. Queda lejos, no tienes ahora que darle una respuesta a tu jefa. ¿Lo podrías arreglar para visitarla el domingo? ¿Tan importante es esa Simone? ¿Y si hace como la otra vez, llega, baila y se larga? ¿Y si pasa algo más?

El mensaje de Frisbee llegó, apagando tu inquietud, subiendo un grado tu nerviosismo y tu excitación. Que te recoge en la pensión. Y tú te alegras y te decepcionas un poco. ¿Por qué no te dice que te toques para ella? ¿Pero qué coño estás pensando?  Te maldices, sin embargo tú te has vestido como su muñeca. Su juguete. Delante de la pensión la esperas. Cuando llega, sus violentos y feroces besos quiebran la poca resistencia que ofreces a su influjo.**

Y eso, que se te arremolina el viento en la faldilla y los pensamientos en tu mente alocada.

A solas en la pensión, durante la larga noche entre ducha y ducha, se había decidido en cuanto a otros dilemas. Quería ir a ver a Michelle a Escocia...quería que la rubia parase el mundo para ella como tantas otras veces, tal vez eso fuera huir pero...tal vez eso era lo que necesitaba. También decidió que acudiría el jueves con Sey...Frisbee le estaba dando mucho de lo que ella necesitaba pero ¿Y si había más? ¿Y si se perdía algo nuevo? Lo nuevo siempre es mejor.

Recuerda la conversación con Michelle en el tren... allí la morena le dijo que no quería atarse a nadie. Y sin embargo ahora se sentía así...como si unas sogas nada agradables tirasen de ella en dos direcciones distintas...se iba a partir en dos. ¿Cómo iba a dormir con tantas cosas en qué pensar? 

Y como por arte de magia, un hechizo sin duda, todo esto desaparece cuando Frisbee llega con su moto...ya no hay nada que pensar, nada que decidir, se entrega a su voluntad...querría hacerlo sin reservas, desde luego la Alice sumisa está de lo más feliz...pero ¿Un tatuaje? Eso e a una puta locura ¿Te iba a marcar como suya? La idea la excitaba y la repelía a partes casi iguales.

En el estudio de tattos donde trabaja Frisbee , su colega está trabajndo en una salita adyacente, y otro chico de pelo largo castaño, recogido en una coleta, está tatuando a una chica un delfín en el hombro. Hay un cliente, un joven en la sala de espera. Ella te lleva a otra salita, te sientas en una camilla, se lava las manos, se prepara. Estás nerviosa, ¿te va a “marcar”? Si es eso, no piensas dejarte. Una cosa son la relaciones íntimas, ahí que te haga lo que quieras,  tú contenta. Otra es fuera de esas situaciones. Sigues siendo tú.

-He pensado que te quedaría guapo un tattoo en el pie, en el empeine, subiendo por el tobillo y rodeándolo. Mira -te muestra el dibujo

– Está de puta madre, el Ouroboros. Principio y fin, vida muerte, consciencia inconsciencia y no se cuántas mierdas más. Es similar al que tengo en la parte posterior del muslo en la pierna izquierda -lo recuerdas.

Suspiras de alivio. No, no quiere marcarte como suya. Sin embargo sientes un poquito de bajón a tu excitación. Pero mejor así, te dices a ti misma.

-En blanco y negro mola más. Ya verás. Relájate, honey, va a quedar  muy guapo. -Te acaricia el pie, le da un beso en el empeine y luego te lo da en la boca, ese abrazo de labios que te roba el aliento.

-Bueno, pasando de besos, que toca tatuar y no follar. Eso luego. -se ríe, deliciosamente malvada.

-Ouroboros...me gusta.- apreciativa, se queda aliviada de que no fuera nada como una marca personal, su cabeza había compuesto una y mil ideas a cada cual más retorcida que la anterior. Pero no fue así...para bien o para mal.

Acepta de buena gana el beso aunque se contiene precisamente para no acabar dando un espectáculo en el lugar de trabajo de la chica y luego se acomoda en la camilla como Frisbee le pida. 

-¿Así bien?- dice medio recostada, con una sonrisa confiada en la cara- Estoy lista preciosa, cuando quieras.

El sillón es cómodo. Recostada, puedes ver, fascinada,  como “dibuja” en tu piel. Te duele un poco pero nada que no puedas soportar. Piensas que lo mismo te pide más tattoos, o tú misma los deseas. Frisbee habla poco, de vez en cuando levanta la cabeza, te sonríe, o te da un beso en la rodilla cuando te pilla desprevenida. No parece ir colocada pero tampoco lo tienes claro, su estado natural es que vaya siempre puesta de algo. En realidad no la conoces tanto.

Te entretienes entre mirarla, reflexionar o comprobar el móvil. Confirmas la cita a Sey. Claro que irás. Sí, claro. Eso supones. Seguro. También envías mensaje a Kate y alguna otra amiga. A tu madre.

Pasa el tiempo.

Cuando termina admiras embelesada el tattoo. La piel está rojiza, sin embargo, es maravilloso, o a ti te lo parece. Es una artistaza. Te la comerías a besos.

-Está guapo. El siguiente elige tú qué quieres y dónde. -te da un beso, para tu sorpresa, suave, y luego te susurra al oído -en el coño para disfrutar de él cuando te lo coma.

Se aparta un poco. Hay curro pero decide llevarte. Promete a todos que trabajará hasta tarde y además una rebaja en el precio. Mil disculpas.

De camino al parking te arrincona en el ascensor. -Mañana noche quedamos. Tengo el piso libre. Follaremos hasta fundir las estrellas. Te traes tu portátil si tienes que trabajar por la mañana.

La propuesta te enciende. Estás por decir que sí, son muchas las ganas. Algo te retiene. Que sí, te dice una voz. Que no, otro día, te avisa otra vocecita. ¿Y por qué no, si ayer fuen una pasada absoluta?

Admira el trabajo de Frisbee y se prepara para salir con ella, sonrojada porque se "escaqueé" del trabajo para llevarla pero su rubor desaparece cuando la asalta en el ascensor, se muerde el labio inferior y su mirada se queda atrapada en la suya, notando como su corazón se acelera...es demasiado, tiene apartar la mirada un poco, intimidada y excitada a la vez.

-Eh...no se, tengo que consultar, creo que tengo un asunto...¿qué te parece si te digo algo luego?- pregunta alzando la vista y componiendo una sonrisa que intenta no demostrar su creciente excitación.

-¿Un asunto? -sus ojos muestran escepticismo. Sus besos son mordiscos en tus generosos labios. -Vale. -Sonríe, tan excitada de súbito como tú. Al menos no es una tía broncas e insistente. Quizás porque sabe o cree saber que volverás a ella. No te agobia. ¿Lo hará más adelante? ¿Y tú, qué sucedería si cree que pasas de ella y te da de lado, si la defraudas?? ¿Podrías soportarlo? Si vas con ella te la juegas y si no lo haces, también.

Antes de que el ascensor alcance la planta del parking, sus besos salvajes se fusionan con los tuyos tórridos. Su mano acaricia tu entrepierna sobre la tela de las braguitas, solo un poco, un movimiento lento desde el trasero al clítoris. Se abren las puertas,  termina la caricia, termina el beso tras unos segundos.

La moto ruge y de vuelta a casita en una alocada carrera. Confías en que controle mucho, que si no, cualquier día te ves empotrada contra un coche o un muro. Otro beso.

-Soluciona ese asunto, Honey. -te dice, de buen rollo, no suena a orden o exigencia,  sin embargo detectas un ligero matiz que te sugiere que no entiende tus dudas. De hecho es que te mueres por quedar. Pero te resistes en este momento. – Te paso a buscar a las ocho de la tarde. Me voy a poner guapa. Para ti.

La moto arranca.

Uff. ¿Te vas a poner a trabajar? ¿A esperar la cena, mañana será otro día? ¿A solucionar ese “asunto”?

Lo primero que Alice hace es consultar su agenda, bueno, no había sido grave, no estaba segura de cuando tenía citas estos días y no estaba segura de darle un si a Frisbee si no estaba segura. Más que nada porque sabía que luego no le sabría decir que no.

Se va a hacer la hora de cenar, pero no tiene mucho hambre, le pone un mensaje a Brenda.

Tía voy a ponerme con curro atrasado, ¿te importa subirme algo de cenar a la habitación cuando acabéis? Sin prisa, te pago lo que sea y te enseño el nuevo tatuaje ;-)

Enviar. Bien, solucionado por ese lado...ahora otras cosas...

Hola! ¿cómo va todo por Escocia? estuve pensando en lo de ir a pasar allí un día o en finde y...me gustaría. ¿Podemos videollamarnos ahora? Si no, más tarde, no importa. 

 Enviar. Suspira. Abre la ventana del balcón y se enciende un pitillo, pensativa...vuelve a coger el móvil y teclea.

Hola Sey, tengo muchas ganas de lo del jueves, pero me gustaría preguntarte algo antes. ¿Alguna vez...te has quedado enganchada a alguien? Se que no parece una pregunta muy bdsm pero...me gustaría saber tu opinión y en el fondo tiene relación, te lo garantizo.

Enviar. Se muerde el labio inferior. Sus dedos pasean sobre el contacto de Frisbee ¿porqué dudaba tanto en quedar con ella? ¿Si todo había ido de maravilla no? ¿No le gustaba sentirse su juguete? Si...claro...pero...¿no estaban cruzando algunas líneas rojas? Su mirada baja al tobillo y admira su nuevo tatuaje. Es una pasada, es precioso y le encanta pero...¿se lo habría hecho de no ser por ella? ¿Se habría hecho eso por elección propia? Era difícil saberlo, Frisbee lo había tenido claro...lo anunció y se lo hizo y ella...ella no dijo que no. ¿Dijo si? Tampoco importa ahora, la cosa es...¿que pasaría si al cosa con Frisbee acababa mal? Ahora tenía una marca permanente un recuerdo imborrable de lo que le hacía sentir...como un grillete puesto en su tobillo. Y otra vez...esa excitación y esa angustia al mismo tiempo.

La primera en responderte a los pocos minutos es Michelle, directamente con una videollamada desde su móvil. La ves maja como siempre.

Hola, guapa. ¡Genial que te vengas! Mira -te enseña una panorámica de un pequeño jardín, lleno de flores, arbustos, un limonero pequeño y un naranjo, con un par de bancos- Es el jardincito de casa de mi madre. ¿Y cuándo vienes? Ah, estás haciendo un buen trabajo, algunos de los contactos me han dicho, oye, tu nueva asistente es muy capaz. Te felicito, Alice. -sonríe de oreja a oreja - No significa que te vaya a subir ya el sueldo, jajaja.

Te entra un mensaje de Brenda: 

-¡Un nuevo tattoo! Jaja. Ya te dije, que te ibas a enviciar. Subo cuando pueda escaparme y te llevo algo. A ver si esquivo a la gran madre, jaja.  

Y luego otro de Sey.

Hola, Alice. Luego te comento. 

Responde rápido la videollamada y exhibe su mejor sonrisa, realmente feliz de verla al fin.

-¡Hola!- dice, haciendo un gesto entusiasta con la mano- Vaya que maravilla es precioso Michelle...pues no sé ¿cuándo quieres que vaya? El jueves tengo...bueno eso que te comenté pero a partir de ahí cuando te venga bien, no se como andas con tu familia, por eso te digo, me adapto a lo que quieras. Tu dime cuando estás disponible.

Mientras habla lee los mensajes que le entran pero no los contesta aún.

-¿Eso te han dicho? Exageran jajaja me gusta este trabajo, es fácil quedar bien con gente seria la verdad, no todo el mérito es mío. Hablar en tu nombre abre muchas puertas, ya lo sabes.- admite con un encogimiento sincero, no era falsa humildad, incluso se puso algo colorada- ¿Bromeas? Si me subes el sueldo tendré que tomarme unas vacaciones para gastarlo jaja

Michelle tuerce un poco el gesto cuando mencionas la cita del jueves.

Sí, lo recuerdo. Lamento no acompañarte. Tal vez podría escaparme, aunque, si te soy sincera, estoy convencida de que es algo que debes enfrentar tú sola. -hace una pausa, dubitativa- Yo...en fin, me he puesto en contacto con Sey. Hemos hablado. Y también la he investigado, a ella no en particular, no en detalle, sino al local. Tengo contactos, ya sabes. Lo que te dije, es gente maja. No es como otros sitios que camuflan prostitución. Es vocacional. No te enfades, vale? -Sonríe con esa mueca que cautiva-. Ven cuando quieras, el sábado por la mañana. Espera.

La rubia habla con alguien durante unos segundos.

Es mi madre. Refresca y quiere entrar en casa. ¿Qué más novedades me cuentas? ¿Eh? Vacaciones, jajaja. Tú sueñas, mocosa.  A ver si te hago trabajar el doble, por desvergonzada -bromea, riéndose.

-Así que ¿contactos? jaja das miedo...pero del bueno. - le guiña un ojo y niega con la cabeza- No me enfado...entiendo porqué lo hiciste, querías protegerme...-hay un levísimo temblor en su voz cuando dice esto, rápidamente lo enmascara con una calada a un cigarro.

menudo palo esto de las videollamadas...joder...tengo que llorar...la estoy cagando...la estoy cagando muchisimo...¿que coño hago?

Carraspea y suspira forzando una sonrisa y se ríe para disimular su atribulación.

-El sábado será entonces, luego miro los vuelos y me organizo, te digo a que hora llego cuando lo sepa ¿si? y eh...¿novedades? Nada especial...ah bueno salí con Brenda y sus amigos y...lo que te dije, son monjas jaja, una panda genial la verdad muy majos, van muy ligth eso si, pero también está bien para cambiar. Y conocí a una chica rara en la discoteca...casi no hablaba, quería bailar, bailamos y...nada más jaja muy extraño. -se atusa el cabello. Luego pone cara de perro cuando ha mordido el sofá- Me-me hice otro tatuaje. Hoy. Espero que te guste...-su sonrisa se vuelve algo tirante, como si esperase algo malo tras la revelación. 

Tu jefa, tu amiga, te va escuchando y, si te paras a reflexionar o a prestarte atención a ti misma, te darías cuenta que la pones al corriente de muchas actividades de tu vida. No le explicas la quedada con Frisbee, pero sí el resto. ¿Es una amiga íntima como Kate a la que cuentas tus cosas? ¿Le pides permiso después de haberlo hecho? Parece que deseas su reconocimiento o su aceptación.

Hum...

Una chica rara que va a la discoteca a bailar. Sí, es extraño y asombroso -se media burla de ti, sonriendo. 

¿Se ha dado cuenta de tu inquietud repentina y tu cara por un segundo descompuesta? A Michelle no se le escapa nada. Ojalá que no lo haya notado. Si lo hace, no menciona nada.

Si que corres con los tattoos. Te ha pegado fuerte, eh -no sabes si habla de los tatuajes o de la tatuadora, ambigua en su lenguaje-. Te tiene que gustar a ti, Alice. Es tu cuerpo. ¿Qué es y dónde te lo has hecho? Envíame una fotografía -es ella la que, tras una pausa, y una mueca pensativa, se muestra un poco tímida -Trae lo que tú ya sabes. E...una mala experiencia del pasado no tiene que estropear el presente, siempre lo he dicho. Nunca se me presentó la oportunidad ni la busqué, pero el otro día...bueno. -Está graciosa cuando se pone vergonzosa. -Entro con mi madre. Besos, Alice.  

Se queda un tanto ojiplática con la última petición de Michelle y casi parece que la llamada se ha congelado por lo que tarda en responder:

-Eh...va-vale...si de acuerdo...eh si si entra con tu madre y...hablamos o-otro rato. Un beso, Michelle.- se aturulla toda y se pone roja como un tomate pero sonríe alucinada mientras se despide.

Cuelga la llamada y se queda como tirada en la silla, fumando con expresión ausente sin saber muy bien qué pensar. Sus palabras ahora la martilleaban en su cabeza

 Te tiene que gustar a ti, Alice. Es tu cuerpo.

Que evidente ¿no? Y que difícil. ¿Le gustaba? Si...objetivamente si, era un diseño bonito y no le desagradaba mirarlo. Tal vez por eso era tan complicado digerir todo lo demás.

Tierra trágame...pff

Alza su teléfono y lo mira un rato...ahora quedaba esperar por el mensaje de Sey...si es que contestaba.  

Se te pasa el rato y el rato y el tiempo fumando y meditando en todo y nada, vagando por los mundos de Yupi. Se te olvida el trabajo, oscurece, se está la mar de de bien aquí sentada en tu balconcito. El mundo pasa y languidece mientras tú lo contemplas desde tu torre de marfil. 

Te despierta de tu sopor un mensaje de voz de Sey.

Hola, Alice. Enganchada no. A ver, estoy muy pillada por Bern. Y por suerte para ambos, él por mí. ¿Enganchada cómo? No me quiero meter en tu vida privada, ¿me hablas de Michelle? A ver, es una tía molona, elegante, inteligente. ¿Te ha dicho que he hablado con ella? Hay diferencia de edad contigo y es normal que te hayas quedado prendada de ella. ¿O no es Michelle, es la otra? Porque no me estarás hablando de una amiga que no eres tu, ¿no? -bromea -Te estoy preparando unos archivos que te enviaré antes del jueves. 

Alice sacude la cabeza mirando a un lado y a otro, apenas consciente de que casi se había dormido. En su móvil descubre el mensaje y lo reproduce con avidez, escuchando pensativa. Traga saliva y se remueve incómoda en la silla. Le duele el cuello, mejor tumbarse en la cama. Y entonces comienza a grabar su respuesta mediante una nota de voz:

Hola Sey, gracias por contestar. Bueno eh...con engachada quiero decir...pues como cuando la gente toma drogas ¿sabes? O cuando te gusta apostar...Es algo que te gusta que te satisface...ahora imagina que no son ni drogas ni juego, imagina que te enganchas a algo que no es malo...bueno no es malo así como de primeras ¿no? Michelle es maravillosa, pero no estoy enganchada a ella...bueno tal vez sí un poco pero no me preocupa, me siento bien con ella y también cuando no estoy con ella. Hablo de...la tatuadora. Me siento muy bien cuando estoy con ella...hemos avanzado...nada peligroso, ¿sabes? Pero sus maneras...su aura de dominancia me tiene...jaja...supongo que me encantan sus maneras naturales. Me encanta servirla...hacer lo que ella quiere...pero me siento mal cuando ya no estamos en la cama y...y sigue teniendo ese efecto en mí...¿sabes de lo que hablo? ¿Te ha pasado? ¿es...es normal?

Entra nuevo mensaje de voz de  Michelle.

“Oye, que me ha dado un flash al recordar tu cara de asombro. Cuando te dije que traigas aquello hablaba de…de los plugs. No de lo “otro”. No, no, lo otro para nada, eh!, jajaja. Aunque todo sería probar, ay, dios, qué digo. Que no. Jajaja. Que no cai en que están en mi casa, y lo mismo te he confundido. No pasa nada, a la vuelta. Un beso.”

Vale.Ahora se entiende.

Al poco recibes llamada de voz de Sey.

Hola, Alice. Te digo como lo veo. Drogas es malo, apostar sin medida también. Estamos de acuerdo, supongo. Ahí tienes tu respuesta. Pero en tu caso te sientes mal solo depués porque te sigue influenciando. Las relaciones de BDSM se basan en el juego de roles, luego en la vida normal no tiene porqué ser así. Pero también está el caso de amo-ama, esclava-esclavo. Ya has visto mi collar. Mi sumisión con Bern es fuera y dentro de la cama. Nuestra relación es de hace años, la confianza en total.

Notas que sonríe.

-A ver, ¿te ha obligado a algo que no quisieras de verdad? ¿Estás bien con ella, juntas, fuera de la cama? Estás pillada, tu necesidad de sumisión la has proyectado en esa mujer. Es difícil aconsejarte, Alice, complejo. Mira, si te encanta servirla, hacer lo que quiere, te gustan sus formas, y estás bien contigo misma, deja que fluya a ver hasta donde os lleva. Analiza ese efecto fuera de la cama, si te incomoda mucho, si puedes superarlo, si acabas por asumirlo. No me molesta ni importa si me vas contactando para ayudarte. Lo que sea, Alice.

Iba a responder a Michelle, pero la llamada de Sey interrumpe el mensaje y lo deja para después. Contesta la llamada acomodándose en la cama.

-No, si me siento bien con ella y hay una parte de mi que quiere dejarse llevar...y cuando estoy con ella fuera o dentro de la cama muy bien. Pero cuando me dice que quiere verme yo me dejaron entre ella y otras cosas y no quiero dejar de lado otras cosas por ella...supongo que visto así no es distinto de otras relaciones jaja me siento un poco estúpida, como si estuviera haciendo una montaña de un grano de arena. -se ríe Alice también y suspira- No no me ha obligado a hacer nada...que no quiera, pero supongo que sí he hecho cosas porque ella me las ha pedido que yo no hubiera hecho. Hoy...hoy ella me ha hecho un tatuaje...y me gusta, es bonito pero no se qué pasaría si la cosa va mal y me separo de ella...no creo que haya sido una buena decisión a largo plazo pero bueno tampoco es el fin del mundo ¿No? Jaja

-Voy entendiendo. Vale. No es una montaña, es lícito que te preocupes, no seas tonta. Te cuesta negarte…Hum…¿Cuándo le has dicho que no a algo, se ha puesto insistente o borde o te ha amenazado? Si es así, la cosa pinta mal. En caso contrario, que es lo que parece por lo que me cuentas, más parece que es un sometimiento tuyo voluntario que no ella una controladora. A ver, si yo fuese tú, y cuidado con esto que no estoy en tu cabeza ni soy tú, disfrutaría de vuestro intercambio. Te pone mucho hacer lo que te pide, estás bien,  adelante. Intenta que si quiere algo que tú no desees, decirle que no, a ver qué pasa, esfuérzate en esa negativa. Y a la vez , pídele algo que tú quieres, que te guste. Ponte controles, si empieza a exigirte, si te…pega…que se que igual te gusta, pero hablo fuera del ámbito bdsm. Por cierto, ¿habéis hablado del tema? Esos avances que comentas, no habéis probado el strap on, ¿ no? Te dije que cuidado con eso, no se, tantea el terreno, puedes tener ahí a tu dómina y gozarlo mucho. Diviértete con ella, acceder a los caprichos de tu dom, es lo más. Siempre puedes contactarme como te he dicho y vemos el desarrollo.

-Umm no no... no se ha puesto borde ni insistente. No en plan mal, la verdad, he conocido hombres mucho más insistentes jaja- su risa suena algo más aliviada y relajada durante la nota de voz, parece que se iba quedando tranquila con las explicaciones de Sey- No hemos probado aún el strap-on, no me he atrevido ni tampoco hemos hablado de BDSM...pero creo que me gustaría y creo que, aunque no sepa nada del tema...está como en su instinto ¿sabes? Sus maneras de hacer todo, de mirarme...es...pfff- suspira y vuelve a reir, algo nerviosita- Ya me entiendes...si, creo que intentaré tantear el terreno...le dejaré caer algo a ver cómo se lo toma y...cuando surja una oportunidad de algo que no me agrade del todo, pues veré mejor eso que dices, a ver cómo reacciona a la negativa. Parece que le gusta mandar, la verdad, y eso me gusta, solo tengo miedo de empezar a ceder y no ver cuando parar...-tuerce el gesto y hace una pausa, reacomodándose y ordenando sus pensamientos.

-Si, no....creo que sabré la diferencia en que me pegue digamos...jugando llegado el caso y...bueno otras cosas. Muchas gracias Sey por escucharme y...por los consejos, la verdad no sabía con quien hablar, no quería preocupar a Michelle con esto...