Partida Rol por web

Mac se levanta a la vez que el capitán para ir al encuentro de Johnny Chow, pero entonces un tipo del tamaño de 2 hombres se planta delante de ellos, en una posición bastante agresiva. Lentamente, Mac desciende su mano hacia donde esconde el revólver, dispuesto a ser más rápido que cualquier atacante. Aunque no hace falta, pues contra todo lo esperado, el grandullón tan sólo pide que le sigan. Mac y Jack se miran por un segundo y acceden, caminando tras él.

Sigo cubriéndole capitán. No nos pillarán de sorpresa. Deja caer Mac por lo bajo a Jack.

Antes de abandonar la sala, Mac se vuelve y le lanza una mirada a Zed que ambos saben muy bien lo que significa. Mueve el culo. La pausa ha terminado.

-No me pierdas de vista, mi vida depende de ti Mac.

Con ese mensaje tan "estresante" para Mac se diriguió a él, pero era verdad, si la cosa salía mal o era una trampa, solo podía confiar en el hombre que le cubría las espaldas y rezar para que Zed aun estuviera sobrio. (Aunque si estaba borracho tampoco pasaba nada, ya que había visto pelear a Zed cargado de bebida de arcilla con alcohol y era más brutal que sereno)

Los hombres fueron guiados por el gorila a la parte trasera, al almacen. Allí se encontraba un tipo peculiar, sentado ante una mesa de tomar el té japonesa: muy bajita, sentado sobre un cojín.

- Vaya.. cuantas cosas bonitas.. ya me podriais haber dejado quedarme con algo.. - bromeaba con Megan.

Cogió un frasco con esencias tambien y cuando pasaban cerca hombres se acercaba a ellos ofreciendoselo.

- ¿Quiere hacerle un buen regalo a su mujer..?? Esto le encantará.. - se pone un poco en la muñeca y se la pasa por la nariz a algún interesado - Le resulta familiar este olor.. verdad?? Son rosas.. pero rosas que hace tiempo se extinguieron, es todo un lujo para cualquier mujer- dice insistiendole- Oh.. que no tiene mujer.. pues para conquistar a la que le interese..- sonrie

Billy Daniels era el dueño del bar, era delgado y tenía cara de comadreja, y su comportamiento no se diferenciaba tanto de dichas criaturas. Vestía una camisa vaquera marcada por el sudor, un pañuelo rojo al cuello, unos tejanos y unas botas altas de cuero.

El tipo sonrió mostrando su peculiar dentadura.

-¡Pasen caballeros! espero que Tom el grande no os haya asustado.

El hombre se puso en pie y extendió los brazos.

-Sentaos por favor ¿algo? ¿té, vino de arcilla, sake?

Zed observa las miradas que le echan Mac y Jack luego de encontrarse con aquel gorila. Sabe lo que significa eso, es hora de hacer negocios. Empina rápidamente el vaso, tragando rápidamente aquel whisky de pésima calidad, mostrando los dientes mientras traga, como si aquello le costara, y sacudiendo la cabeza luego de sentir el alcohol recorrer su cuerpo.

Deja el vaso sobre la barra, haciéndolo sonar de un ligero golpe mientras se pone de pie y camina directamente hacia la habitación en la cual acaban de entrar sus compañeros – bien, a trabajar – dice en voz baja mientras camina.

- Sake para mi – dice al entrar justo en el momento en el que aquel sujeto ofrece bebidas. Lo hace de manera natural, como si le hubieran invitado, y sin preocuparse demasiado por herir la sensibilidad de sus anfitriones. Siquiera espera a que alguien diga nada, tan solo arrima una silla y se sienta a un lado de Jack, sin decir nada mas, pues no es su función hablar en aquellas ocasiones. Aun así echa un vistazo al lugar y a quienes ahí se encuentran, no le gustaría tener ninguna sorpresa, y menos aun teniendo en cuenta los acontecimientos en su ultima visita.

-Un momento un momento ¿Y este quien coño es?

Inquiere el hombre, señalandolo nervioso.

-¿Para que te pago,Gran Tom? ¡Cuando alguien entra le sacudes! ¿tanto te cuesta entenderlo?

El gigante mira a su jefe, sin saber que hacer, si ir a pegarle a Zed, o dejarlo, no sabe como actuar. De hecho, como se suele decir: Gran cuerpo, poco cerebro.

Zed escudriña todo. Dos tiradores con pistolas están ojeando todo tras una columna de cajas, probablemente, apuntándolo a él. Aunque por el tiempo de reacción, calculas que no tenian las armas desenfundadas cuando entraste.

No ves nada más que te llame la atencion.

Zed mira hacia ambos lados mientras toma asiento. Esperaba aquella reacción... aunque viendo lo que le rodea piensa que incluso la a sacado barata.

- ¿Sacudirme? ¿Apenas entro? Oh, esa no es forma de tratar a los invitados - dice mientras dibuja una sonrisa socarrona – ademas solo vengo a acompañar a mis amigos, no te alarmes, y deja de gritarle al pobre “tommy”, que parece llevar un día difícil - dice mientras echa una mirada a esta, antes de inclinarse ligeramente hacia adelante y apoyar su brazo derecho en el muslo de su pierna derecha, mientras mira de reojo a los tipos armados detrás de la cajas, siguiendo detenidamente la posición de estas.

Reaver perdió su agarre sobre el brazo de Nathan y cayó de espaldas al suelo. El aire escapó de sus pulmones y boqueó como un pez fuera del agua.

—O… kay… yo … intentar —dijo con un hilo de voz.

—Tienes que tener mas paciencia pequeña —aconsejó Nathan—. Tienes un talento natural para el Jujitsu, pero necesitas practicar mucho para alcanzar todo tu potencial.

Reaver levantó las piernas y rodó sobre su espalda. Apenas sus pies tocaron el suelo, se puso de pie como impulsada por un resorte.

Observó a Nathan de reojo y se sopló el pelo de delante de la cara.

Se quitó la sudadera y se la arrojó agresivamente, quedándose desnuda de la cintura para arriba, salvo por el sostén.

—¿A quién llamas pequeña?—espetó con furia, mientras se acomodaba los pantalones de jogging.

Se abalanzó sobre el Doctor y, cuando estuvo a pocos pasos de él, se arrojó al suelo, de lado, deslizándose con las piernas por delante.

Mac entra tenso en el cuarto, no sabe con lo que se van a encontrar allí. Ante todo... hay que proteger al capitán... un hombre así no puede morir en un antro de este estilo. Echa una mirada rápida al interior de la sala, guardando en su cabeza cada detalle. Mientras registra la habitación un hombre sudoroso y sonriente, delgaducho, les atiende y les invita a sentarse y a tomar algo. Mac suspira y arquea las cejas. Otro imbécil más que se quiere meter en el negocio... con suerte le timamos. Sin ningún modal arrastra dos sillas hasta la mesa, una para Jack y otra para él. Por supuesto, sin quitarle la vista de encima a "Tom".

Antes de que se inicie ninguna conversación, Zed irrumpe en la sala como si entrase a su propia casa: con toda la calma del mundo y vacilando. La escena pone nervioso al tipo de los negocios y deja al matón bloqueado. Mac no reprime su sonrisa y, tras una carcajada, decide intervenir en el asunto:

No pasa nada, ... - Mac se queda mirando interrogante al tipo con cara de comadreja, aún no se ha presentado. - ... señor.

 Este sujeto viene con nosotros. Zed, siéntate y no cabrees más a estos... señores. - Añade Mac, con cierto tono irónico y mirando sonriente a Zed de refilón. ¿No haría falta ni pagarte por esto verdad chaval? Disfrutas como un crío...

Hablemos de negocios, que es por lo que estamos aquí, ¿no? ¡Ah!, y me gustaría otro vaso de sake como el de mi compañero.

Jack quiso taparse la cara con un sombrero que no tenía cuando Zed entró en el lugar, por sus huevos, descolocó allí a todo el personal por igual: matones y el jefe, hasta al propio Jack. Mac medió acertadamente a lo que el piloto le agracedió con un gesto.

-Hablemos de negocios, señor Daniels, como bien dijo mi mecanico, él es de mi tripulación.

Billy miró mal a Zed y luego, sus ojos glaucos se volvieron hacia el capitán del Silvana. Gruñó y tocó el hombro de gran Tom, que luchaba por no partirle la cara allí mismo a Zed.

-Calmate, Gran Tom.

Billy miró a Mac.

-Pues yo pensaba que trataba con señores. Solo me apetece tratar con tales, que para mercenarios y tipejos de mala muerte ya tengo a los mios, biǎo zǐ yǎng

Dijo, de malas maneras el "hombre de negocios". Billy se volvió hacia una chica que estaba en la puerta, que miraba todo con los ojos bien abiertos.

-Trae sake..

A continuación se acercó de nuevo a la mesa y se sentó sobre el cojin.

-Tengo entendido que son gente seria. No quiero que mi cargamento se pierda por el camino ¿me entendeis? Tengo cuatro cajas de...

El tipo bajó el tono de voz y se inclinó sobre la mesa.

-...Whisky destilado y cacao. Sin marcar por supuesto.

Sonrió de nuevo mostrando sus dientes torcidos y volvió a incorporarse en su asiento.

-Y tengo un comprador bastante bueno en Three Hills.

La ruta era dificil, puesto que era dominio serio de la alianza, era una luna que pertenece a Boros, y por el camino no era raro encontrar controles para evitar lo que os proponía Billy: contrabando.

-Son 1.300.

Algunos interesados se detienen ante el puesto de las mujeres. Una mujer insiste en que su marido le compre ese perfume que tiene una embajadora (son consideradas de alto rango en la sociedad) y el hombre accede.

Megan logra vender a buen precio las telas a un hombre que sabía mas bien poco de lo que acababa de adquirir.

La mujer de cabello oscuro siente algo muy duro que se le clava en los riñones.

Otro hombre de aspecto oriental rodea con un brazo a Aisha, en cuya mano tiene cogido un cuchillo.

-¿Vosotras no sois las compañeras de Zed Plissken?

Inquirió el tipo que tenía la pistola.

-¿Y si nos ayudais a darle una sorpresita? vuestro amigo se ha metido en un buen lio ¿sabeis? Lord Khan se siente estafado.

Megan sabe quien es Lord Khan, el tipo mas duro de esa roca lunar. Controla una pequeña mafia que dirigue algunos barrios del planeta. Oh si, y era el tipo al que Zed jodió y casi no lo contais la última vez

Después de vender todo lo que tienen como mercancía y sacar un buen pellizco, se dispone a recoger pero nota algo muy duro clavarse en sus riñones y por la zona que es, sabe que no es la linterna que tienen los hombres entre las piernas.

-Ey! Tranquilos... que asustáis a la gente... no os han dicho nunca que pidiendo las cosas sin armas de por medio siempre salen las cosas mejor?

Este Zed siempre buscándoles problemas... no se sabe estar quieto o qué? piensa frunciendo el ceño.

-Y que opciones tenemos? A parte de ayudar sí o sí, claro...

Abre los ojos de par en par cuando siente que la cogen, mira hacia atrás y ve que es un tipo oriental el que la ha cogido, y cerca de su piel hay un cuchillo.

Mira a Megan, ella no es mujer de acción, pero Megan si lo es, a parte de ser la segunda al mando es la que sabe que hay que hacer en esas situaciones.

-Bueno, normalmente no lo pediría asi, pero ya sabes lo cabreado que se quedó Khan tras aquello y ya que vosotros teneis la cara de volver aqui, pues ha reabierto heridas y para nosotros oportunidades: nos paga el doble si lo encontramos.

El tipo de la pistola hizo una pausa y empujó a la mujer levemente para que caminara.

-Ve dos pasos por delante de mi y uno a la derecha.

Le pide.

-Pues en fin, ahora hay que decidir el como: ir a por Zed o esperarlo en la nave.