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MES SÉPTIMO: ÚLTIMO MES DEL INVIERNO, DE OFELYA, PRIMERO DEL VERDUGO, O MEDIO INVIERNO

DÍA 14

Noche

INTERIOR DE LA SEDE DE LA ORDO MÁGICA

Tras la críptica referencia de ambos Maestres al número de invitados y su relación con el número diez, Basha no sabía muy bien cómo reaccionar. A ella ese número no le decía nada en particular, y como bien algunos habían señalado ese número era una mera casualidad ya que en varios casos prácticamente se acababan de conocer.

Sí agudizó el oído ante la oferta que el más joven de los miembros de la Ordo lanzó a Thomas. Parece que el joven era algún tipo de Mago autodidacta, ya que había afirmado no pertenecer a la Ordo, pero sí reconocía saber Magia.

En todo caso, la pregunta que Zazer había lanzado al mayor de los Maestres quedó en el aire vagamente respondida, como si aquel fuera un tema que no deseara airear. Peñasco si se avino a responder a la no tan retórica pregunta del trocalengo con el ahínco que dedicaba a las reflexiones que realizaba. Sí, mucho más interesante.

Basha dejó el vacío cuenco de sopa en la repisa de la chimenea, para luego empezar a comprobar que su capa estaba ya casi seca. El fuego de un hogar hacía maravillas y no pensaba abandonar su proximidad por el momento. Que sus anfitriones decidieran si el asunto del número diez era relevante y merecía aclarar algo al respecto.

AÑO 21

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DÍA 14

Noche

INTERIOR DE LA SEDE DE LA ORDO MÁGICA

Danden sonríe ante la salida de tono de Kanghmer, y Hastoroi hace un gesto de condescendencia, y a pesar de que hasta ahora el primero ha llevado la voz cantante, esta vez es el anciano quien toma las riendas de la situación. Deja de recoger los platos y se dirige a una de las estanterías que se encuentran tras la gran mesa.

- Nadie habla de magia, aunque en una sede de la Ordo os encontréis. - Después, se toma un instante para, con un gesto, dejar claro que le da la razón a Zazer en lo dicho por él. - Hablamos de historia. De estrategia. - Tras ojear un momento buscando un título en concreto, los que están cerca pueden ver que de la estantería elige y extrae un libro bastante grueso con portada de cuero rojizo, y que en letras claras reza: "Estrategia bélica: tomo IIII".

Se dirige con él mientras busca entre sus páginas hasta la mesa del centro de la habitación, aparta la lámpara y coloca el gran libro sobre ella, mientras se esfuerza por leer con aquella luz y comienza a explicar:

- En contadas ocasiones, diez han sido los integrantes de grupos que llevaron a cabo grandes hazañas, algunas de ellas, dadas por imposibles. Diez esclavos fugados fueron los que plantaron cara al antiguo señor de las tierras hoy conocidas como Narugor, liberando al pueblo de su tiranía¹. Diez fueron las brujas que detuvieron a los magos oscuros conocidos como los Cuervos Negros, que sembraban el pánico y la destrucción en las tierras del norte²...

Aquellos que se hayan acercado a ver lo que lee el maestre, verán que el tomo se encuentra abierto por un capítulo llamado: "batallas ganadas en inferioridad numérica o de poder", y que en él hay un listado de momentos históricos ordenador cronológicamente. Parece recorrer con sus dedos aquel listado, nombrando los más relevantes.

- Nueve fueron los soldados que, junto a la reina Korinthia, lo que sumaban diez, consiguieron expulsar definitivamente a los tres Señores Oscuros³ de Alberetor.

AÑO 21

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DÍA 14

Noche

INTERIOR DE LA SEDE DE LA ORDO MÁGICA

- A este fenómeno se le llamó "ramificación de diez hojas" por aquellos instruidos en tácticas bélicas. Como bien dice Zazer, al menos en este caso es una causalidad, y lo que nos ha cambiado la cara es la suerte de poder aprovecharnos de ella. Decís que algunos os acabáis de conocer, que no formáis un grupo, pero... quizá podemos convenceros para que eso cambie...

Danden parece hablar completamente en serio, pero con la delicadeza de quien sabe que su proposición puede ser rechazada.

AÑO 21

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DÍA 14

Noche

INTERIOR DE LA SEDE DE LA ORDO MÁGICA

Finalmente los magos habían dado una respuesta. Peñasco no dijo palabra y únicamente miró a Karlio Advento. Para Peñasco el viaje era un viaje de iluminación en un mundo extraño, extravagante, cuyo misterio había empezado en el mismo despertar de la conciencia.

Quizás, por eso, había vinculado su existencia en la defensa de una de las personas que comprendía, y de alguna manera gobernaba, a la más prolija de las razas inteligentes de ese mundo al que había nacido.

Fue en todo caso solo un momento. Pronto volvió a pensar en las palabras de los magos. Sí, ahora entendía esa referencia al número diez. Pero carecía de datos bastantes. Así que esperó.

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DÍA 14

Noche

INTERIOR DE LA SEDE DE LA ORDO MÁGICA

Me quedo pensando por un momento. Por una parte es cierto que yo no tengo nada que ganar y mucho que perder con este grupo. Pero por otra parte esos tipos dijeron que irían destruyendo pueblo por pueblo hasta que se les devolviera lo que habían perdido. Un negocio bastante malo.

Así que está claro que en ninguno de los dos casos voy a ganar mucho, y quizá lo mejor sería alejarme de esta zona. Todas esas referencias a grandes héroes... apenas había escuchado alguna vez esos nombres pero sin enlazarlos con ninguna historia. Por lo tanto, ¿qué debería hacer?

Lanzo un suspiro mirando a los magos y niego un poco. Sé que me voy a arrepentir de esto, pero no quiero empezar a ver poblados arrasados. Si me aceptan les acompañaría a buscar lo que les robaron a esos tipos... o lo que fueran... y devolvérselo.

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DÍA 14

Noche

INTERIOR DE LA SEDE DE LA ORDO MÁGICA

A Kanghmer le sonaban algunos de los eventos que estaban mencionando. ¿Pero qué tenían que ver la táctica y la estrategia con el número diez? Y más aún, ¿por qué aquellos magos les relacionaban a ellos como grupo con el número diez?

El bárbaro miró a Danden con el ceño fruncido. Y luego dirigió una breve mirada a Seragoi primero, y a su hermana después.

- A ver... tanto da. No importa nada que seamos diez, cinco o veinte. - Aclaró mordiéndose la lengua para no agregar más comentarios de los que luego se arrepentiría.

Miró su plato, que ya estaba vacío y luego comprobó que los demás fueran acabando sus cenas. Cuanto antes acabaran, antes podrían bajar al sótano a interrogar al otro mago, y por fin estos tipos empezarían a darles respuestas.

En efecto, la paciencia no era la principal virtud de Kanghmer, y pese a haber tratado de ser diplomático, la paciencia empezaba a escasearle.

- ¿Qué tal va esa cena, chicos? - Preguntó a todos, y a ninguno en general. Una forma de meter prisa, como cualquier otra. - Si hemos acabado todos quizá sea un buen momento para bajar al sótano, ¿no? - Sugirió a la espera de ver cómo reaccionaban los dos magos.

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DÍA 14

Noche

INTERIOR DE LA SEDE DE LA ORDO MÁGICA

Causalidad. Diez. Ramificación. Piramidal. Triangular. Nada era casualidad. 

Miró a Peñasco, desde el fuego ante el que se encontraba, volviéndose, y observó cómo este fijaba su mirada en Karlio. Podrían haber hablado tanto de aquello. Era la única mente lúcida, junto a la de Bashabarana de aquel grupo, pero la única ante de la divagación,. aquella que conducía a la sabiduría por extraños caminos. 

Se volvió hacia Kanghmer, extrañado por su deseo de descender a los sótanos, llevado por algún deseo cuyo razón desconocía y que hacía caso omiso de lo verdaderamente importante. Después, devolvió su mirada a los anfitriones.

-¿Deseas convencernos de que formemos un grupo cohesionado con un objetivo común? ¿Por qué? ¿Y a qué fin responde eso? -dijo terminando el cuenco de sopa con un ruidoso sorbeteo-. Quizás me equivoque, pero de vuestras palabras deduzco que nos consideráis, por alguna extraña razón, llamados a un destino, a la realización de una hazaña contra un poder superior. Tiranía, oscuridad, reino de temor. Sed claros, no habéis con medias tintas ni con lengua de trapo -el tono del siempre práctico explorador parecía exigente-. ¿Qué tenéis en mente? 

Puck contó diez con los dedos y luego comparó ese número con el número de presentes, pero no confiando en su criterio, volvió a hacerlo de nuevo sin salir de su asombro ni por un momento. Asombro porque no entendía que le incluyeran allí a él. Si por él fuera, él no estaría allí.

- Niños -masculló el trasgo. - Estúpidos niños. Siempre corriendo y saltando y pidiendo comida y bebiendo de las ubres de sus madre.

Si él estaba allí era por su ama, no por ninguno del resto de apestosos humanos y engendros con sangre de elfo afectados por el buenismo que tantas veces llevaba a la muerte a los necios.

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DÍA 14

Noche

INTERIOR DE LA SEDE DE LA ORDO MÁGICA

El anciano toma la palabra y menciona lo que parece ser una clase de predicción, alguna clase de algoritmo concebido por los magos para considerar las probabilidades de éxito heroico en gestas destinadas a formar parte de la historia. Una superstición tonta en la que ser diez miembros nos abre las puertas para conseguir lo que sea, aun en contra de las probabilidades.

Sonrío, de forma educada pero, ante las palabras de Kanghmer, esta vez le apoyo:

 - "Mi amigo tiene razón y, esta ha sido una excelente cena pero creo que deberíamos continuar."

Continúo hablando, esta vez mirando de frente a Danden:

 - "Agradezco mucho vuestra hospitalidad, la que ha destacado en todo momento y por lo cual les guardo mucho respeto y estima. No olvidaré sus atenciones y amistad. Si están de acuerdo, agradeceríamos mucho que nos presentaran a su asociado para averiguar qué pasos a seguir."

No me pasan inadvertidas las palabras de Zazer, en las que se muestra reticente a asociarse con nosotros. La verdad es que a pesar de estar juntos y haber compartido un par de aventuras juntos, algunos tenemos muy poco en común con otros y es difícil conseguir un nivel de cohesión relativamente decente para hacernos llamar un grupo. ¿Si lo intentaré? Sí, claramente, pero también es cierto que es muy probable que no lo consigamos.

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DÍA 14

Noche

INTERIOR DE LA SEDE DE LA ORDO MÁGICA

A Karlio no le sonaba casi nada de lo que contaban, pero no se le pasó por alto la mirada de Peñasco, mientras él mismo fruncía el ceño con gesto pensativo. Estaban dando vueltas, muchas. Y que sacaran aquellos ejemplos no le hacía sino pensar en dos verdades: que tenían un encargo para ellos, y que era uno en el que estaban claramente superados. El endulzamiento de las posibilidades con aquello de la ramificación de diez hojas le sonaba horriblemente mal. Pero su postura, en esto, era clara.

-He hecho un juramento de proteger a las gentes de estas tierras, y así lo haré, incluso si ha de ser en solitario. Pero hacéis mención a "este caso", aunque seguimos sin saber de qué caso se trata en concreto. ¿Qué debe hacerse?

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DÍA 14

Noche

INTERIOR DE LA SEDE DE LA ORDO MÁGICA

- Creo que todas esas inquietudes que ahora mostráis, sólo tienen un camino para llegar a una posible respuesta, y pasa por presentaros por fin, como algunos deseáis desde hace rato, a quien llegó en la misma caravana que algunos de vosotros.

Danden hace un gesto a el anciano que este reconoce en seguida, y se dispone a guardar el libro y prepararse para salir de la estancia.

- Yo me adelanto para ir en su búsqueda. Por favor, seguid al maestre Hastoroi.

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DÍA 14

Noche

INTERIOR DE LA SEDE DE LA ORDO MÁGICA: sótanos

El anciano maestre guarda el libro en su lugar y, tras acomodarse la manta que lleva como abrigo sobre la túnica, indica al grupo que le siga, y se dirige a la puerta por la que aquellos que primero pasaron por el establo en la parte trasera del lugar se reunieron con el grupo.

Allí todos pudieron ver que entre una estancia y otra había un pasillo, estrecho, por el que no más de dos personas podrían moverse de izquierda a derecha colocadas en paralelo y no sin cierta incomodidad, y que a la derecha de la puerta por la que iban pasando uno a uno todos los presentes había unas escaleras descendentes, con la anchura suficiente para una sola persona.

El anciano descendió sin miramientos, y esperó al final de la escalera, donde una sala amplia, más aún que la que quedaba arriba, iluminada con antorchas y velas que alguien parecía haberse tomado la molestia de encender antes de que el grupo bajase, parecía haber sido excavada directamente en la piedra del suelo, y apuntalada con madera con grandes columnas y arcos en el techo.

Allí abajo la temperatura descendía unos pocos grados, con los que aquellos que aprovecharon para secar sus ropas junto a la hoguera agradecieron haber sido precavidos.

En aquella estancia, las paredes estaban completamente ocupadas de arriba a abajo por grandes estanterías con libros, y también había dispuestas varias mesas alargadas con sillas y atriles de mesa, perfectos para el estudio de pesados y antiguos tomos.

Una vez todos estaban abajo, Hastoroi se dirigió hasta una de las grandes mesas que quedaba en uno de los extremos de la sala. Al caminar hasta allí, todos pudieron ver que en una de las paredes, entre dos de las grandes estanterías, había una puerta de madera.

- Podéis tomar asiento, si queréis. Danden no tardará en regresar. Pero antes, debo advertiros de algo, pues ya imaginaréis que tanta precaución se debe a algo. A quien vais a conocer no supone un peligro, al menos físicamente. No es una persona violenta, sin embargo su aspecto es algo perturbador y... - El anciano hace una pausa y parece que las siguientes palabras las pronuncia con impotencia. - Parece que su primera visión puede producir extraños efectos en algunas personas. Pero no es algo que haga a propósito, por eso siempre intenta esconder su verdadero aspecto. Dichos efectos tampoco son peligrosos, solo extraños: pesadillas, algo de malestar, a veces, visiones... pero solo ocurren tras el primer contacto.

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DÍA 14

Noche

INTERIOR DE LA SEDE DE LA ORDO MÁGICA: sótanos

Kanghmer siguió los pasos del anciano. Tras cruzar la primera puerta y ver por dónde habían entrado los que venían de la parte de atrás, arrugó un poco la nariz pero no dijo nada. Continuó caminando y descendiendo tras Hastoroi, y trató de ignorar el pequeño cambio de temperatura.

Aquel lugar era para eruditos y gente paciente. De esos a los que les gustaba pasar su tiempo entre páginas y páginas de pergaminos antiguos que, en muchas ocasiones, no llevaban a ninguna parte. El bárbaro no sabía si a su hermana le gustaría un lugar así. Escuchó al maestre y decidió esperar de pie, sin sentarse a la mesa. Con excesiva curiosidad por el tipo al que cobijaban y que parecía ser el portador de pesadillas.

¿Alguien capaz de inspirar visiones en otros? Quizá era un mago que no controlaba su don. O quizá alguna antigua y extraña maldición. Solo confiaba en que el tipo no les volviese locos ahí abajo... porque si Kanghmer empezaba a ver presentes sus pesadillas iban a acabar todos pasados a cuchillo. Puede que él mismo.

Aquel al que iban a conocer, como decía el maestre, podía no ser una persona violenta... El bárbaro trataba de no serlo, pero lo era cuando lo consideraba necesario. Espera que en esta ocasión no fuera necesario.

- Le esperamos, maestre Hastoroi. - Dijo a modo de despedida, y a la vez para incitar un poco a que se diera prisa en traer al otro hombre, o lo que fuera.

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DÍA 14

Noche

INTERIOR DE LA SEDE DE LA ORDO MÁGICA: sótanos

Seguimos al anciano mientras me asombro por esa estructura que parece extenderse hacia abajo más de lo que podría pensarse. De hecho la cámara excavada en la roca viva me asombra, aunque por otra parte tampoco parece una cosa que no se haya hecho ya más veces; básicamente es como una bodega solo que no tan profunda.

El cambio de temperatura apenas me afecta mientras tomo asiento en una de las mesas escuchando al anciano. ¿Debo suponer por lo tanto que esa persona está buscando una cura? ¿O es que es su naturaleza y por tanto no tiene forma de evitar ni curar esa condición? Porque si es el último caso, me gustaría saber por qué no está con los suyos y ha venido aquí.

AÑO 21

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DÍA 14

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INTERIOR DE LA SEDE DE LA ORDO MÁGICA: sótanos

Karlio siguió al maestre hasta aquel sótano, observando la zona. Aparentemente, una biblioteca y zona de estudio. ¿Qué clase de secretos contenían aquellos libros? El caballero no lo sabía, y más allá de una ligera nota de curiosidad, tampoco es que le importara demasiado. Era mucho más interesante la advertencia del anciano, lo que suponía tenía cierto sentido con lo que ya sabían. No recordarle o no recordar su cara podría ser perfectamente, o bien un síntoma de su apariencia, o bien parte de los esfuerzos que hacía para ocultarse. En cualquier caso, asintió para dejar claro que lo había entendido, y esperó pacientemente a que aquel ser hiciera su aparición.

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DÍA 14

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INTERIOR DE LA SEDE DE LA ORDO MÁGICA: sótanos

Las palabras del Maestre trajeron algo de intranquilidad a Basha. El que la mera visión de un ser trajera aparejada efectos de ese tipo, podía estar perfectamente relacionado con la Corrupción que traía aparejada el uso de poderes de índole mística. Miró con un gesto indefinido a Puck, tras lo cual sacó un velo oscuro con el cual se cubrió el rostro parcialmente. Quizás si podía evitar la visión directa y diáfana del tipo, fuera lo que fuera, pudiera esquivar en parte esa sensación que había mencionado el Mago.

Felicitándose por haber secado su mojada ropa, acompañó al resto escaleras abajo, donde una vez llegaran al lugar se cubriría el rostro, posando su mano sobre el hombro de Puck por si había de guiarla de alguna manera. Era un evento especial el encuentro con ese ser, y quería ver por que derroteros les llevaría.

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DÍA 14

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INTERIOR DE LA SEDE DE LA ORDO MÁGICA: sótanos

Así que aquella era la razón por la cual parecía que nadie era capaz de recordar el rostro de aquel tipo. Lo ocultaba bajo algún tipo de hechizo o similar de tal modo que su visión no perturbara a cuantos coincidían o se cruzaban con él. 

¿Cura?

Se volvió al oír aquello. Una vez más, lo distinto, lo extraordinario, lo no puramente humano requería de cura, de arreglo. Negó con la cabeza, resoplando por lo bajo pero no hizo comentario alguno. 

-¿Hay forma de evitar ese efecto perturbador?

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DÍA 14

Noche

INTERIOR DE LA SEDE DE LA ORDO MÁGICA: sótanos

Ante la pregunta de Thocas, el maestre parece mirar un instante a Zazer y a Gusano.

- No tiene cura, y los suyos... - Menciona las últimas palabras con un tono algo confuso - Bueno... Es complicado. - Después contestó a la pregunta de Zazer. - Sólo puede evitarse si no muestra su verdadera naturaleza. Pero, como os dije, no hay nada que temer. El efecto solo dura unas horas y no es peligroso. No lleva a la locura ni conlleva comportamientos erráticos. A veces, incluso, llega a ser beneficioso, pues algunas visiones han sido capaces de responder preguntas. Las pesadillas y el malestar son harina de otro costal. Pero pasan rápido.

Segundos después, la puerta de madera se abría, dando paso al maestre Danden y a otra figura, que tenía la altura y la complexión de un humano preadolescente, pero aquello no era lo impactante de la criatura.

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DÍA 14

Noche

INTERIOR DE LA SEDE DE LA ORDO MÁGICA: sótanos

Con gesto paternal y protector, Danden guió a la figura hasta la mesa, donde se acomodó en una silla, con ambos maestres tras ella, uno a cada lado, como dos escoltas.

Hastoroi posó su mano a modo de saludo cariñoso en el hombro de esta, lo que hizo que levantara el rostro para mirarle, y quizá le hizo una pregunta silenciosa pues el maestre asintió suavemente. Entonces, la figura hizo deslizar la caperuza que prácticamente le cubría el rostro hasta la barbilla, y el grupo pudo ver la totalidad de sus rasgos faciales.

El rostro, de gesto triste, tenía un tono parecido al de la porcelana amarillenta por el deshuso, y unas líneas rojizas que además parecían marcadas en bajorrelieve en su piel formaban unos curiosos dibujos alrededor y bajo sus ojos, y marcaban también su nariz, aunque con menos intensidad.

Llevaba el cabello bastante corto, lo que hacía difícil definir su género, que por otros rasgos parecía femenino, y era de un tono blanquecino. Probablemente el corte estaba hecho por comodidad, pero dejaba al descubierto sus orejas terminadas en un pico ascendente.

- Ella es Doraka. Mi protegida. La encontramos encadenada a la puerta de la sede de la Ordo Mágica en Agrella cuando apenas tenía unos seis años. Ya por entonces comenzaba a mostrar cambios: tuvo la mala suerte de ser precoz en su transformación, y sus... padres, bueno, debieron pensar que era cosa de magos...

La muchacha parecía escuchar todo aquello como si no estuvieran hablando de ella, quizá por un mecanismo de defensa ante un trauma o un intento de disimular sus sentimientos.

Claramente, el misterio de su aspecto quedaba resuelto: era una intercambiada, abandonada por los humanos en cuyo hogar había crecido.