Partida Rol por web

Thanes de Carrera Blanca

4. Una Mina Tomada al Asalto.

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10/06/2014, 23:36
Karin

La estancia parecía un matadero regentado por un pintor lunático. Como si cada centímetro del lugar tratara de lucirse mostrando cosas que podían resultar macabras en una mina. Al parecer, la batalla, si se podía llamar batalla a aquel baño de sangre, había sido costosa para ambas partes. Mucho más de lo que hubiera pensado Karin al encontrarse con los Vigilantes. Aquellos bandidos estaban bien pertrechados, eran buenos en lo suyo y estaban adecuadamente locos. Se alegraba de no haber entrado a la brava, y más aún de no haber bajado con los Vigilantes. Nunca había visto tanta muerte junta. Ni tanto dolor. Ni tanta sangre. Casi podía oír los gritos...

- Putos dioses - fue todo lo que dijo

Suro estaba atendiendo a la Custodio, y Elynea llegó poco después. Karin sabía lo suyo sobre curaciones, pero estaba segura de que aquellos dos podían manejarse. Miró a Khaled, buenas preguntas. ¿Se habrían escurrido enemigos a las sombras? ¿Habría que buscar otro lugar para resguardarse? ¿Qué sería del simpático y asustado vampiro que llevaban a cuestas?

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12/06/2014, 08:51
Carcette

La bretona tensó la mandíbula.

—Soy plenamente consciente de mi fracaso, thane —dijo, jadeando por el esfuerzo.

Dejó que el explorador la curara con su cinto mágico. Aunque se espigó cuando lo hizo Elynea. Mantuvo una ademán hostil, y la miró a los ojos, desafiante y rabiosa como un perro de presa. A su pesar, suspiró de alivio cuando lo peor de sus heridas se cerraron.

Reunió las suficientes fuerzas para incorporarse, aunque necesitó la ayuda de los dos Vigilantes que quedaban para hacerlo.

—Le he fallado a mis hombres y le he fallado a Stendarr, en más de un sentido —dijo con amargura—. Thanes de Carrera Blanca, sois testigos de mi renuncia como Custodio de la Vigilia. Quiero que Storn sea mi sucesor.

Los Vigilantes se dispusieron a protestar pero Carcette los acalló levantando la mano. Miró a Khaled.

—No hemos podido matar a Sigvart. Se ha retirado a los niveles inferiores con un par de scamps —informó—. Lo que cuentan es cierto, es realmente un campeón de Dagon. Es monstruoso. Tiene... cuatro brazos.

Lanzó un hondo suspiro.

—Iría yo sola ahí abajo. No importaría morir si enviara a Oblivion a ese bastardo que ha masacrado a mis hombres. Pero no soy lo suficientemente fuerte —admitió—. Una vez rechacé vuestra ayuda. Ahora la imploro.

 

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12/06/2014, 09:20
Uthgerd

Uthgerd parecía tener una opinión muy concreta del asunto. Pero esperó a que hablarais vosotros primero.

Uthgerd: momento importante para todo el mundo.

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12/06/2014, 12:53
Suro

Suro no tenía ninguna duda de qué era lo correcto, pero no dijo nada, prefería espera a que los demás hablasen. Era tiempo de palabras y esas no eran su especialidad. Su instinto le hizo mirar alrededor buscando calibrar las posibilidades de esa sala.

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12/06/2014, 23:25
Khaled

El guardia rojo apartó la mirada de la matanza y la centró en la custodio, una visión indiscutiblemente más agradable, por triste que fuera contemplar a una mujer fuerte en ese estado.

—Cuatro brazos —Khaled hubiera reído, pero tenía un nudo en la garganta—. Medio cerebro. La balanza se inclina a nuestro favor, Carcette.

Al final tocaba mancharse las manos. No era una masacre como aquella el resultado que esperaba. Confiaba en que los vigilantes fueran capaces de acabar con los sectarios y los bandidos, pero no sin bajas. Contar con siete veteranos supondría la diferencia entre una escaramuza rutinaria y una batalla desesperada.

¿Pero quién me hace caso? Pueden despreciarlas como simples palabras melosas, pero es lo que les hace mover el culo aquí y en cualquier otro puto lugar. Y yo de eso no tengo.

—Suro —llamó al cazador, señalándole los restos de algunos de los mecanismos que habían acabado con la vida de varios vigilantes—, puede que haya más trampas en el camino. ¿Te encargas tú?

Si no quieren quedarse atrás otra vez.

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13/06/2014, 21:41
Elynea

De nada—murmuró Elynea con una especie de calma neutra mientras se ponía en pie de nuevo sacudiéndose las manos.

Ciertamente no sabía si se sentía furiosa, indiferente o asqueada pero... satisfecha no. Por desgracia, no. Ni aun salvándoles la vida aquella gente era capaz de bajarse de su maldito burro, hasta el punto de sentirse tan mancillada como para renunciar a su cargo de hecho. Lo que eran las cosas.

No tenía muy claro qué se había esperado... ¿agradecimiento? No, no. Por supuesto que no. ¿Que simplemente se hubiese limitado a dejar de mirarla así? Puede, pero tampoco. Era la actitud, le daba rabia aquella repentina actitud tan auto compasiva. ¡Le daba rabia que un Vigilante de Stendarr se rindiese así sin más con lo pesados que solían ser!

«Es decir, que para darme el coñazo a mí no calláis ni debajo del agua pero para dárselo a Mehrunes "Ay, ay, ay, le he fallado a Stendarr"... » pensó mordiéndose la lengua para no soltarlo en voz alta «No sé si reírme o indignarme»

La diferencia entre un triunfo y un fracaso no radica en el número de veces que se cae, sino en el número de veces en las que uno se levanta—gruñó como quien recuerda algo tan básico como el respirar. «Y si vosotros preferís quedaros aquí como espantapájaros en lugar de aceptar la sanación de una sacerdotisa de Azura para poder bajar a luchar por el honor de vuestros compañeros caídos, a terminar la misión, o a como queráis llamarlo, pues muy bien. Enfadaros y no respiréis» cogió aire y lo soltó con suavidad volviéndose hacia los demás pese a que lo que añadió fue una afirmación y no una pregunta—. No es necesario implorar nada, dimos nuestra palabra de que ayudaríamos y la mantendremos. Hay que terminar de enviar a ese cretino a Oblivion.

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14/06/2014, 20:39
Suro

- Sí, pero alguien debería quedarse aquí con Aerin... Abriré camino, solo decidme por qué túnel.

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23/06/2014, 09:48
Narrador

Thadeus y Volshyene convinieron en quedarse con Aerin. Carcette, por su parte, envió a los Vigilantes que aún quedaban vivos a informar de lo sucedido al Salón de los Vigilantes. Podríais hacer noche en las minas sin estar bajo su inquisitiva mirada, ¡pero a qué precio!

Os internasteis en la galería que os indicó Carcette. Era bastante más estrecha que las anteriores, y teníais que ir de dos en dos. El sonido de las aguas se hacía cada vez más fuerte, y las rachas de aire ocasional que os golpeaba el rostro de tanto en cuanto, indicaba que las minas estaban bien ventiladas.

A mitad de camino Suro dio el alto en un estrechamiento. Era el lugar perfecto para una trampa, y el batidor lo sabía. Un fino cable, prácticamente invisible, cruzaba la galería de lado a lado a la altura del tobillo. Suro lo cruzó con cuidado y desactivó el mecanismo al otro lado: una peligrosa cuchilla afilada a la altura del pecho estaba esperando a cualquiera que cruzara el pasillo sin cuidado.

Reanudasteis la marcha y al poco desembocasteis a una gruta por la que corría el agua subterránea. Un respiradero excavado en la roca arrojaba un rayo de luz matutina que iluminaba el lugar. Al fondo, alguien había tallado una espeluznante y vívida representación de Mehrunes Dagon. Parecía una suerte de altar, pues estaba rodeado de velas y fetiches extraños. El Príncipe Daedra parecía observaros desde sus ojos de piedra.

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23/06/2014, 11:23
Scamp

Un ulular que provenía de otro mundo os heló la sangre en las venas. Tres criaturas, como diablillos, farfullaron en un lenguaje que áspero y sobrenatural. Gruñían, enseñaban los dientes, y saltaban en el sitio aporreando el suelo con sus garras.

Pero no se lanzaron al ataque. Todavía.

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23/06/2014, 11:25
Sigvatr

Un hombre de cuatro brazos interrumpió lo que fuera que estuviera haciendo en el altar de Mehrunes para darse la vuelta. Sigvart era alto y musculoso como un tigre, e iba enfundado en una armadura de combate. El señor de los bandidos tiró del brazo de una mujer y la interpuso entre vosotros y él, prestando especial atención en no ofrecer un blanco claro a Suro.

—Dad un paso más y la degüello, Vigilantes —dijo con una voz que reverberó en la mina.

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23/06/2014, 11:28
Carcette

—Esa mujer es su madre —informó Carcette en un susurro.

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23/06/2014, 13:54
Suro

- Has fallado, no somos vigilantes, somos Thanes. Tu suerte ha cambiado, los vigilantes están atados a una serie de promesas que no nos atan a nosotros. Tu única oportunidad de vivir es rendirte ahora sin condiciones y tener información valiosa con la que negociar por tu vida.

Suro mantenía el arco en alto, estaba listo para disparar a la mínima oportunidad, pero había poco espacio para moverse y eso era un problema.

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24/06/2014, 01:40
Khaled

¿De dónde ha sacado una armadura para ese cuerpo? Fue la pregunta que se pasó por la mente de Khaled cuando vio los cuatro brazos del cultista.

Solo quedaba una trampa para obstaculizar su camino, y Suro se había encargado de ella con habilidad y rapidez. Y solo Sigvart y tres desagradables scamps aguardaban a los thanes, Uthgerd y Carcette. Aunque a un alto precio, los vigilantes habían desarmado el culto por completo, dejando con vida solamente la cabeza.

—Esperaba que un adorador de Mehrunes Dagon fuera imbécil, pero no cobarde.

El comportamiento de Sigvart era decepcionante, patético. Ahora entiendo cómo ha sobrevivido arriba: sacrificando en sus seguidores en su lugar. ¿Qué cojones pretendía conseguir usando a su madre como escudo humano?

—¿Y usted, señora —preguntó a la mujer directamente— quiere morir o quiere vivir?

¿Y qué hace aquí? ¿Es parte del culto también? ¿O es una prisionera? Se percató entonces del altar dedicado al daedra de la destrucción, ¿o un sacrificio para obtener mayor favor de su Señor?

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24/06/2014, 12:11
Karin

Karin se recordó a sí misma no volver a pedir ayuda a los dioses. Eran demasiado crueles e impredecibles en su forma de ayudar. "Por favor, que podamos descansar en la mina" se había convertido en una escabechina brutal. Empezaba a pensar que si deseaba ser feliz, un puño gigante saldría de entre las nubes y la aplastaría.

Suro tuvo mucho ojo. Karin sonrió a su pesar, tratando de no pensar que se hubiera comido aquella trampa cruda de no estar el explorador presente. Luego alcanzaron aquel...templo, aquel lugar de adoración enfermizo. El prejuicio familiar que la Bardo había aprendido en casa durante toda su vida, volvió a golpearla. Era cierto que Azurah no le resultaba tan diabólica, pero sus hermanos eran monstruosos. El tal Mehrunes Dagon, de hecho, tenía fama de ser el peor de los peores.

Y allí estaba su adorador más leal. Con sus cuatro brazos, cosa que hizo que Karin sintiera una indecible curiosidad ¿Cómo había conseguido otros dos brazos? ¿Habría nacido con ellos, marcado como extraño desde que viera la luz? tenía preguntas...que no le duraron mucho, porque necesitó ver y repugnarse con aquellas pequeñas criaturas demoníacas. Y de cómo el bandido amenazaba con trinchar a su propia madre. Karin sonrió. Si algo sabía, era provocar.

- ¿Y qué me puede importar a mí que desangres a tu madre si ya te ha parido? Si tuvieras a la madre de uno de nosotros la cosa cambiaría, pedazo de imbécil, pero tu madre sólo debe importarte a tí. ¿Qué harías tú si yo cogiera a la Custodio y amenazara con rajarla si no te rindes? Supongo que mover cuatro brazos cuesta demasiado esfuerzo a tu mente, monstruo de feria

Estaba enfadada. Y desde luego no quería que degollaran a nadie, pero K´dan el mercader, en una ocasión, le había dado tres trucos para negociar: "exige lo que no quieres, ofrece lo que necesitas como una bagatela, no des importancia a lo que codicias"

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24/06/2014, 14:56
Elynea

Pues porque somos thanes, y los thanes se nombran thanes precisamente porque contribuyen al bienestar de la gente de la comarcamasculló Elynea girando la cabeza como impulsada por un resorte. Karin, por Oblivion, si no tienes algo que decir que sea más inteligente que cerrar la boca, ¡entonces cierra la boca!

Podía aguantar estoicamente el continuo asco que le dedicaban los ojos de Carcette desde que había entrado en la cueva, podía incluso aguantar que la hiciese esperar por su estúpido orgullo, o que alguien fuese tan idiota como para continuar pensando que era la encarnación del mal pese a que acababa de salvarle la vida.

Pero por esa misma razón no le quedaba ya paciencia para aguantar más desatinos. Y se dio cuenta justo después de hablar que lo había hecho sin poder contener su mal humor... así que apretó los dientes y se mordió la lengua. No entendía cómo era posible que terminase gruñéndole más a la gente que no le caía mal que a la que sí le caía verdaderamente mal. ¡Así no iba a congeniar con nadie en la vida!

«Bueno, tampoco es que se te haya dado bien nunca» se reprochó una mezcla de frustración y enfado hacia si misma. Sacudió la cabeza «¿Y qué haces lamentándote como una idiota?! ¡Eso no ayuda!»

Decidió centrarse en la parte a la que había apelado Khaeld, con un poco de suerte (de esa que no habían tenido hasta ahora, se corrigió con algo de humor negro) aquello no terminaba en desastre. De hecho, sólo podía terminar de una manera. Lo único que cambiaba era el número de personas vivas al final.

En serio, ¿qué sentido tiene esto?—dijo como quien hace un inciso en un momento de tensión—.  Sabes que si se te ocurre hacer daño a esa mujer vas a conseguir justo lo contrario de lo que quieres solo que peor. Y sabes que no nos podemos ir sin más. Así que déjala, ven aquí, y terminemos con esto de una vez: que quede en pie quien abandere la causa que deba prevalecer.

Subrayó lo último dándole un par de golpes con el hacha al escudo. Ciertamente, ir por ahí haciendo de avatar del señor daédrico de la destrucción y luego escondierte detrás de mamá (literalmente) quedaba bastante cutre. No obstante, y pese a no saberlo, tenía pensamientos parecidos a los de Khaled: ¿qué hacía la madre de Sigvatr allí?

Por lo pronto, era una buena idea esperar lo que podía responderle al guardia rojo. Si le dejaban, claro.

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24/06/2014, 17:06
Uthgerd

—Menos mal —murmuró Uthgerd, bajando por un momento el mandoble—. Me empezaba a preguntar si éramos los buenos o los malos.

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24/06/2014, 17:09
Krista

El hecho de que conocierais la identidad de su rehén sorprendió a Sigvatr, y por un momento no supo qué decir. Entonces, la mujer dio un paso al frente, extendiendo sus brazos para cubrir a su hijo de la flecha con la que le apuntaba Suro.

—Él no tiene la culpa —dijo, al que le importase—. Ha sido todo culpa mía. Yo... nunca he aspirado a nada en esta vida. Lo único que quería era tener un hijo. Mara, Dibella, Kinareth... recé a todos los Divinos para que me concedieran un hijo, pero mis plegarias cayeron en oídos sordos.

Hizo una pausa.

—Una hechicera llamó una noche a mi casa. Me contó que existía un antiguo rito de fertilidad practicado por los nativos de la Cuenca, realizado durante las fases nuevas de Masser y Secunda. Sé como suena, pero ¡estaba desesperada! —se excusó—. Acepté a hacer lo que me decía, y esa noche mi marido me dio el hijo que siempre ansiamos. Lo que no me dijo esa maldita bruja es que se llevaría la vida de mi marido. ¡Ni que mi hijo nacería así! Si llamáis a alguien imbécil y cobarde, llamádmelo a mi.

Alzó la barbilla.

—No sabéis lo que ha sufrido por nacer como nació él. Y no tenéis ni idea de lo que significa ser madre si pensáis que voy a dejar que matéis a mi hijo. Dejad que nos marchemos, os lo ruego. Ha habido demasiada muerte esta noche.

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24/06/2014, 18:40
Suro

- Sí, ya, bueno... 

Suro suspiró profundamente, como si todo aquello fuese un absurdo, luego se puso a silbar una vieja tonadilla imperial "Luna quiere ser maaaaadre, y no encuentra querer, que la haga mujer, dime Luna de plaaaaata ¿Que pretendes hacer con un niño de piel? Naaaaa Naaaaa"

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24/06/2014, 18:57
Elynea

¿Y la solución pasa por acogerse a los designios del Príncipe de la Destrucción y traer esa miseria a los demás también?—respondió Elynea tan estupefacta que era incapaz de enfadarse. De hecho tenía los ojos muy abiertos—. ¿Por usar a tus propios fieles, ¡a tu propia madre! de escudo? Señora, puedo intentar entender el punto de vista de una madre desesperada, y siento de veras que haya pasado por una experiencia que nadie debería sufrir, pero eso no es excusa para esto.

Hizo un gesto vago con el brazo de abarcar los alrededores.

Si él no tiene la culpa de haber nacido así, creo que el resto de Tamriel tampoco la tiene, nos está pidiendo que pongamos a una persona por encima de gente que no tiene nada que ver con esto—añadió. Luego frunció suavemente el ceño—. Se puede llorar, montar en cólera y culpar a otros por lo que te ha tocado en la vida pero sólo las personas que abrazan su propio destino tienen poder para decidir cuál quieren que sea. Siempre tenemos elección.

Ella tenía una idea bastante clara de que los prejuicios eran una realidad, pero no concebía el utilizar dicha realidad como escudo para determinados actos. No quería que tuviese que morir nadie solo por haber cometido un error, aquella mujer ya había tenido bastante castigo por dicho error, pero tampoco tenía intención de dejar suelto a alguien cuyo único propósito era destrozar la vida de otros.

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25/06/2014, 10:31
Karin

"Allá va la hipócrita Karin Manoshermosas" pensó la Bardo.

- Nada bueno puede salir de un trato entre humanos a Daedra - dijo con rabia contenida -. No son dioses nuestros

Luego puso la mano en la empuñadura de la espada y adelantó una pierna. No pensaba callarse por mucho que Elynea se lo pidiera. Aquella situación la irritaba mucho y, hasta cierto punto, se veía en los ojos de la madre del monstruo, y eso la asqueaba aún más.

- ¿Es culpa de mi padre que yo haya matado a tal o cual hombre? ¿Es culpa suya que haya robado o cometido otros pecados? Es culpa mía, porque él siempre me enseñó el camino del bien y yo elegí no seguirlo a veces

Miró a los ojos a la mujer, sosteniéndole la mirada a pesar de que estaba a punto de llorar.

- Me temo, señora, que vamos a matar a su hijo si no se entrega

"Y si se entrega también, me temo"