Partida Rol por web

Resolución Turno 305

Fueron avanzando al mejor paso que pudieron. Esperaban poder rebasar los vados antes de que los orcos les alcanzasen porque sino se encontrarían en graves problemas.

Ástomer les guió sin problemas, adelantándose ocasionalmente y volviendo rápidamente para indicar las mejores zonas por las que discurrir. Pasaron 4 horas y sin saber muy bien de donde el montaraz sacó tiempo para alcanzar un ave con su arco. Al menos cuando parasen tendrían algo más que llevarse a la boca a parte de sus cada vez más exiguas raciones. No era comida para todos pero sabían que la aprovecharían hasta dejar los huesos pelados.

Pararon unos segundos, debían seguir andando aprovechando las horas de luz. El montaraz se dirigió al grupo.

Huargos. Merodean por esta orilla buscando algo. Tal vez a nosotros.

El beórnida asintió. Había sospechado ya de ello, juntando las marcas que iba viendo e interpretando la anterior excitación de Hok que debía haberles visto ya antes, cuando cruzaban el río.

Su situación parecía cada vez más desesperada. Si los huargos se juntaban a los orcos iban a tener un serio problema.

Turno 306.

Preocupado, el beórnida aprovechó la pequeña pausa para compartir sus pensamientos con sus compañeros. - Estamos demasiado débiles para enfrentarnos a esos huargos y antes o después se encontrarán con los orcos que nos persiguen. El olfato de esas bestias y su velocidad harán imposible perderlos. Nuestra única posibilidad es forzar la marcha hasta llegar a Lothlorien a cualquier coste.- Se volvió hacie el montaraz, pues confiaba más en su experiencia y criterio.  - ¿Crees posible la marcha Ástomer?

Turno 306

Debemos partir cuanto antes, digo mientras recojo los utensilios y calculo lo que nos queda de comida.

Esos huargos nos darán alcance si no partimos de inmediato. Como dices Drustan, debemos cabalgar al galope hasta que los caballos estén fatigados. Nos turnaremos como ayer para no cansar en exceso al mismo. Tomemos direccion al norte hacia Lothlorien. 

Me adelantaré por si distingo rastros de los orcos o de los huargos. Continuad al norte, si hay problemas aullaré como un lobo tres veces seguidas; escondeos en tal caso.

Y dicho esto monto en un caballo y voy hacia el norte al galope, empleando los cinco sentidos en buscar cualquier rastro.

Turno 306.

De poco nos servirá ocultarnos con el sentido del olfato que tienen estos engendros de la oscuridad, debemos de seguir salir del bosque hasta un claro donde podamos divisarlos de lejos mientras le damos tiempo a Ástomer a establecer el camino más corto hacia Lothlorien...

La boca se me hacía agua cuando vi la pieza que trajo nuestro montaraz el estómago me rugía debido a la escasez de alimentos que hacía que las horas de llevarse algo a la boca se alargasen, me sentía cada vez más débil y debíamos de hacer un último esfuerzo para llegar a nuestra misión, como decían mis compañeros no estábamos en condiciones para entablar combate.

Turno 306 continuación.

El beónida asintió a las palabras del montaraz mientras giraba grupas y se alejaba del grupo. No le gustaba separar las exiguas fuerzas del grupo pero tomar algún riesgo no carecía de sentido.

- Continuaremos hacia el norte todo lo rápido que podamos. Ástomer no tardará en encontrar nuestro rastro, y sino Hok le servirá como punto de referencia. Adentrarnos en la espesura en busca de un claro tan sólo nos retrasaría. Ya siento el aliento de nuestros enemigos en mi nuca, no necesito verlos. Nuestra única posibilidad es ser más rápidos que ellos.

Y tas sus palabras dirigió su caballo siguiendo el ejemplo del montaraz hacia el norte, forzando tanto como podía a su pobre montura.

Seguí a mis compañeros no me entusiasmaba forzar a mi montura sabía que también estaba débil, en tal caso me fui quitando o desposeyendo de todo aquello que fuera una carga pesada para mi caballo, si teníamos que forzar las monturas cargaría con el mínimo peso además estaría alerta de cualquier signo que me indicase que la montura no podía continuar más, no iba a permitir que mi montura muriese...

306 

Habrá que darse prisa , no quiero que los orcos nos encuentren a menos que vayamos a matarlos . 

Percepción

El aire y la tierra traen el olor de los huargos. Vienen desde el este, como si hubiesen estado ya de este lado del río y conforme pasa el tiempo se nota más fuerte, lo que significa que se acercan.

Resolución Turno 306

El montaraz tiró de ellos. Lo hizo con todo lo que pudo e imprimió un movimiento veloz a las monturas. Cabalgaban en silencio durante una hora, galopaban hasta lo que consideraban el límite de los caballos y bajaban luego la marcha a un rápido trote o un caminar apresurado.

Los jumentos acusaban el cansancio y comenzaban a dar muestras de flaqueo. Intentaban cansar a todos por igual, haciendo que alternativamente uno u otro llevasen a dos durante el mismo tiempo. La tortura se prolongó bastantes horas. Incluso los más expertos jinetes sentían dolorido el trasero y acusaban calambres. También el cansancio hacía mella y las más de las veces unos tenían que despertarse a los otros para mantenerse despiertos. El paisaje se había convertido en el monótono borrón de los hierbajos del camino y la lejanía del bosque de los elfos que no dejaba de adivinarse extremadamente lejano en el horizonte. Aún les faltaba un larguísimo trecho de forzar las monturas. No menos de tres días.

Se juntaba todo. La comida escaseaba pero no tenían tiempo de cazar. Se acercaba la noche y esa sensación de escozor en la nuca. La sensación de ser observados no se iba.

Elhoram se encargaba de los caballos en las breves paradas que hacían. No podían permitirles más que breves descansos y en ellos el rohirrim les palmeaba el cuello y susurraba palabras de tranquilidad que les permitían aguantar. Pero llegó un punto en que el animista consideraba que de seguir así los caballos morirían. Y como todos los rohirrim, no podía permitir aquello.

Fuera como fuere tenían que descansar, acampar y pasar la noche o al menos descansar algo. Por más que les persiguiesen no servía de nada morir de cansancio.

Turno 307

El beórnida también se sentía preocupado por los caballos. Aquellos nobles animales les estaban ayudando con todas sus fuerzas y no aceptaría su sacrificio por ninguna razón.

- Nuestra única posibilidad es cruzar el río. Una vez cruzado podremos reagruparnos en una posición más defensible que este campo abierto.- Indica abarcando con sus brazos la llanura.- Estamos entre la espada y la pared.- Masculló, pensando en los orcos que les seguían por la espalda y los huargos en el este.

Aprovechó la pequeña pausa para meditar si hubiera otra posibilidad para el maltrecho grupo de compañeros

A este ritmo, tarde o temprano desfallecerían, o ellos o los caballos. Teníamos que descansar y al mismo tiempo buscar algo de comida.

- Voy a alejarme un rato y buscar algo para comer. Intentaré ir por al orilla del rio por si encuentro algún vado no muy dificil de cruzar.

Lo que dice Drustan tiene sentido, si conseguimos cruzar el rio quizá pierdan nuestro rastro o les ocupe un buen rato rastrearnos en la otra orilla.

No, no podemos seguir así y no voy a permitir que mi caballo muera reventado propongo cabalgar 40 millas después de descansar no más y creo que es suficiente esfuerzo hacerlo.

Viendo a Ástomer irse para cazar empecé a buscar una zona cerca para cobijarnos creo que aquí podemos descansar los caballos, después examiné los caballos dándoles de comer refrescándolos y llevándolos a una fuente de agua si había cerca.

Resolución Turno 307

Ástomer consiguió encontrar un buen lugar para acampar, con el suelo apropiado para montar las tiendas, guarecido en cierto modo del viento y que permitía observar los alrededores para hacer guardias sin llamar demasiado la atención. Perdió tiempo también en buscar frutos y comida en los alrededores, consiguiendo encontrar matojos, bayas, setas y pequeños frutos parecidos a moras que sabía que eran comestibles. No sólo eso, hizo acopio de una buena cantidad que probablemente les ayudarían a entretener el hambre durante el día siguiente. Habían tenido suerte.

Elhoram ayudó sobre todo con los caballos y no fue difícil traer algo de agua del río cercano, eso si, con excesivo cuidado por si acaso.

Algunos caballos se mostraban cansados pero se veía un extraño brillo. Por lo visto el firme y justo trato, las quilométricas cabalgadas y los rigores del camino no les habían doblegado de momento. Aún parecía que tenían aguante y comieron y bebieron lo que se les dio, durmieron en cuanto se les permitió pero despertaron más descansados que algunos jinetes.

Laufinwë se desplomó en cuanto acamparon. El viaje le había desbordado. Se mostraba extenuado y cuando descansaron simplemente buscó un sitio donde tumbarse y se durmió casi antes de reposar la cabeza. Aún así al día siguiente todavía se le notaba cansado y requería más tiempo de reposo pero no disponían de él.

La noche no fue exactamente agradable. El viento traía el hedor de los huargos y casi podía escuchárseles moverse a su alrededor. Varias veces se escucharon aullidos lanzados a la luna que eran respondidos desde lugares lejanos. ¿Sería posible que se fuese juntando un grupo mayor de huargos para darles caza? Aquello era preocupante y les mantuvo con los nervios tensos como la cuerda de un harpa. Pero lo cierto es que no les encontraron.

La llegada del nuevo día trajo nubes aunque no agua de momento. Y un desagradable viento que se metía debajo de las capas. De cualquier modo tenían que seguir camino. Quedaban tres o cuatro días, según la marcha que llevasen, para llegar a los terrenos de Lorien y a la salvación.

Turno 308

Perseguidos por una manada de orcos, exhaustos, aun recuperandose de las heridas recibidas, ese era el modo en que huian. La desesperacion por no volver a caer en las garras del enemigo, azuzaba a montura y jinete. Un claro objetivo, el magico bosque de Lothlorien, donde se dice habitan algunos elfos y en cuyo interior cualquiera puede caer hechizado.

- Marchemos, no hay tiempo que perder - dijo serio el mago. - Tal vez seria bueno, que un solo jinete cogiese el corcel mas fresco, y corriese en busca de ayuda. - sugirio, mirando al elfo.

Turno 308

No hay corceles más frescos están todos igual Zigûr yo cabalgaré 40 millas en vez de 60 creo que es la única solución para no hacer morir a las monturas, si nos dan caza tengo unos cuantos conjuros para ellos, podemos conseguirlo así que seguí al hábil explorador aunque calculando la distancia recorrida pues no haría más de lo que me había fijado pelearía antes de reventar a mi montura.