Partida Rol por web

La primera fase de su Confirmación llevó a los aprendices a través de Absalom, y luego por las Cairnlands, por un camino de tierra que conducía hacia Diobel. Posteriormente abandonaron el camino para ir por campo abierto en dirección a las Montañas Kortos.

Mientras atravesaron las Cairnlads, Janira iba manteniendo una animada conversación, señalando de vez en cuando alguna cosa, como antiguas torres de asedio derruidas, montañas lejanas, y flora o fauna característica de la zona.

1 snake swarm

Queck se muestra ilusionada por el viaje y va anotando todo cuanto puede en su diario en aquellos momentos en los que se detienen para descansar, realizando dibujos de las plantas y animales que han estado visualizando durante el día y recogiendo muestras de todo aquello que pueda transportar. Le pregunta a Janira sobre la ecología de lo que les va enseñando (dieta de los animales, zonas donde se pueden encontrar las plantas, época de floración,...).

Tristan caminaba con tranquilidad pero a la vez con prisa, puesto que estaba muy emocionado por lo que podría ocurrir en esa aventura. Pensar que, después de tantos años de entrenamiento, podría ser parte de una organización capaz de cambiar las cosas y hacer un mundo mejor...

Él permanecía en el frente de la marcha, siempre dispuesto y atento por si pasara algo. Los caminos no eran siempre seguros, así que debía tener mucho cuidado si no quería toparse con problemas.

Jurek caminaba solitario en medio del grupo. Atento, observaba el paisaje que les rodeaba, con especial interés sobre la flora.

El trayecto se le estaba haciendo eterno, su impaciencia por alcanzar las cuevas era cada vez mayor.

Caminaba tranquilo junto al resto del grupo, pero alerta, escuchando las explicaciones de Janira de vez en cuando pero mas atento al entorno. No me gusta que me cojan desprevenido y no es buena idea andar despreocupado por un bosque. 

Sabia que mi mosquete estaba cargado y listo para usarse, y mi mano descansaba en la empuñadura de mi espada, por si habia problemas cercanos.

Agatha caminaba con pasos relajados mientras disfrutaba de abandonar la ciudad. Siempre habia sido mas de espacios abiertos. Se relajo y el tatuaje de Ponyos, su lechuza, cobro vida y levanto el vuelo. A traves del vinculo que las unia, Agatha pudo sentir la sensacion del aire caliente deslizandose entre sus plumas. Si algo les esperaba mas adelante, Ponyos se lo haria saber.

Aquel podia ser un gran dia...

Dammeros camina atento al camino, en cada descanso se dedicaba a meditar y apuntar cualquier detalle de importancia.

Según el grupo iba avanzando por el bosque los árboles eran cada vez más altos, con sus copas tapando el sol, y la vegetación cada vez más densa. Janira se paró un momento y sacó una brújula de plata con el símbolo de la Pathfinder Society grabado en ella: El Glifo del Camino Abierto.

—Recibí este Wayfinder cuando completé mi Confirmación —afirmó Janira—. Si acabáis la vuestra con éxito también recibiréis uno.

Abrió la tapa y lo sujetó frente a ella. Las inicales J.L. estaba grabadas en la parte interior. Tras estudiarlo un momento continuó.

—Estamos en el camino correcto. Necesitamos seguir hacia el noroeste, rodeando aquellas rocas.

Queck se acerca curiosa a Janira.

- ¿Qué es eso? ¿Cómo funciona? ¿Por qué tiene las iniciales J.L.? ¿Qué es un wayfinder?

Alarga la mano para cogerlo, pero se lo piensa mejor y retira rápidamente la mano.

- ¿Reciclan los wayfinders o además de Janira tienes un segundo nombre? Si no es mucho entrometimiento, por supuesto.

Dammeros señala hacia las rocas mirando al grupo.

- Mientras seguimos avanzando, podemos seguir hablando del wayfinder y su utilidad, pero creo que ha quedado claro que es para encontrar el camino. Muy útil para unos exploradores como nosotros.

Tristan siguió caminando, aunque le picaba la curiosidad por saber cuál era la historia de ese wayfinder y si realmente lo habían reciclado como había sugerido Dammeros.

Miraba de reojo a la halfling, aunque no muy disimuladamente. Él no sabía por dónde ir con exactitud, así que estaba atento a sus indicaciones para no parecer perdido.

Agatha mostro gran interest por aquella pequeña maravilla. Se le ocurrian pocos artefactos mas utiles que algo asi. Por un momento estuvo a punto de prguntar por su funcionamiento pero rechazo la idea. Era momento de permanecer atentos y no de distraerse con esas cosas.

Me interesó saber mas acerca del artefacto, pero la gnoma con una veloz curiosidad se me adelantó. Guardé silencio para escuchar la explicación que sin duda le daria Janira, y permanecí atento en el camino.

Jurek también estaba interesado en aquel artilugio, pero no pensaba rodear a Janira junto al resto e interrogarla. Por ello se mantuvo algo más retrasado, aunque pendiente de la conversación.

Janira sonrió y se giró para responder a las preguntas de los iniciados, pero en ese momento...

... un sonido de pájaros revoloteando llamó la atención del grupo.

Un grupo de serpientes salió de entre los restos de un árbol caído, espantando a los pájaros que allí había posados. Las serpientes lanzaron dentelladas al aire, molestas por el revuelo, antes de fijarse en los humanos que había cerca.

En cuanto vio a las serpientes, Janira se movió rápidamente para dejar sitio de maniobra a sus compañeros.

—Recordad lo que os dije, un fuego de alquimista es más poderoso que cualquier espada —dijo mientras ella misma sacaba uno.

—Y recordad también la carrera de Selmius Foster contra los Marid y los Efreet en la isla de Jalmeray, que nos enseñó que nada es imposible y que cualquier situación puede acabar en victoria... —comenzó a declamar. Sus palabras henchían los corazones de los estudiantes, llenándoles de coraje para enfrentarse a las criaturas.

Nada más escuchar a las serpientes, Agatha les hablo tranquilamente a sus compañeros:

-Dejadme esto a mi, compañeros. No es necesario que malgasteis el fuego alquímico. Conozco un conjuro que puede incinerarlas a todas de una sola vez. Al menos, dejadme actuar primero (para no quemaros a vosotros) y luego ya rematais a las que sobrevivan...
 

Las serpientes se retorcieron entre las llamas, ocultándose entre las ramas muertas del árbol para alejarse del fuego. Aun así, muchas de ellas cayeron ante la deflagración, y el olor a carne quemada llenó el aire.