Partida Rol por web

Mostró una pequeña sonrisa. A pesar de que aún estaba asimilando que su tío era un ladrón y además el jefazo supremo de un grupo organizado, seguía siendo la misma buena persona que ella conocía. Respecto al tal Dunyn... bueno, seguía siendo un poco un misterio, pero no pudo evitar alzar una ceja y tornar la sonrisa en una algo más desafiante. 

- ¿Arrogante uh? Sera interesante conocerle. Dime una cosa, nos teníais vigilados ¿verdad? todos los del Gremio digo. Comentó cambiando de nuevo de tema. Es que... si hago memoria, tío Brynjolf siempre aparecía de repente en algunas ocasiones. Y siendo sinceros no se me conoce precisamente por estarme... quieta en un mismo sitio. Aquello sinceramente había sido todo un misterio durante su infancia, hasta escondidos en un pequeño agujero sabia dónde estaban, era frustrante para una niña pequeña. 

El orco sonrió, la verdad es que era una sonrisa espeluznante, pero tú, acostumbrada a como estabas a él, sabías apreciar la belleza y la sinceridad de esta.

Eres una chica lista. Seguro que ahora todo tiene otro sentido para ti. tomó los conejos y los puso a asar. Tu tío solo quería protegeros. Ese es mi papel, proteger. asintió cruzando los brazos que juntos parecían dos cachalotes enfrentados. Se me da bien. sonrió de nuevo mostrando los colmillos riendo levemente.

¿Qué piensas ahora de nosotros? la miró con intriga, con la chispa de la inteligencia en la mirada.

- ¿Protegernos o que no nos acercásemos demasiado a donde no debíamos? pregunto con una sonrisa socarrona Pienso que son ambas cosas comento mirando como la carne de los animales comenzaba a tostase y pequeñas gotas de grasa comenzaban a formarse al rededor. Aunque me inclino más por la segunda, creo que el tío temía que os encontrase demasiado pronto, por lo que tengo entendido. Al menos eso era lo que sacaba en conclusión, a día de hoy había muchas partes de la ciudad que no había conseguido explorar y que ahora que lo pensaba, generalmente su tío aparecía precisamente cuando se acercaban a según que zonas. Si es que tenía que haber insistido con más ahínco, ahora lo sabía. No pudo evitar la risa, en verdad eran unos diablillos de pequeños. Aun lo eran.

- La verdad es que no sé qué pensar sobre eso. Sé que seguís siendo las mismas buenas personas que conozco. Se encogió de hombros, no había pensado mucho en lo que implicaba todo aquel cambio de perspectiva, en ese aspecto al menos. Un poquito más interesantes tal vez. Añadió tras una pausa sonriendo levemente No sois unos santos ¿pero quién lo es en realidad? Así que... lo dicho, ni idea de que pensar

El orco sonrió mostrando una sonrisa burlona, asintió.

Tu tío quería que disfrutarais de vuestra niñez sin problemas, y aun así, Riften es una ciudad peligrosa según por donde te muevas. explicó mientras veía dorarse el conejo. Korgoth asintió comprensivo en tu razonamiento. Somos los mismos, pero es cierto que el Gremio no se dedica a labores.. bien vistas. admitió el orco y se encogió de hombros.

Juzga siempre por ti misma, es como yo lo hago. aconsejó el orsimer. Que la sangre y el aspecto no nublen tu juicio, y aquel que se lo nuble.. sonrió burlón. Róbale la cartera. rió levemente mientras movía los conejos para que se hicieran por otro lado.

- Es una buena manera de vengarse comento riendo lo tendré en cuenta Ladrones o no, por el momento prefería dejar eso a un lado para centrarse en todo lo que estaba pasando. Ya cuando todo hubiera pasado se preocuparía de lo que le parecían aquellas revelaciones.

No paso mucho mas tiempo para que los conejos se terminasen de asar, era lo bueno de que fuesen animales pequeños. No se puede decir que lo que tenia de curiosa, lo tenia de paciente, al menos en lo referente a alimentos, y en cuanto pudo echarle mano a la comida ni siquiera se molesto en soplar, quemándose la lengua. A pesar de la agradable charla, se notaba que tenia prisa por continuar el viaje

- Quema quema quema.... busco la cantimplora y le dio un buen trago para calmar el dolor

Rió con una buena carcajada al verte quemar la lengua. Mostrando los colmillos dijo.

Paciencia, niña. No por correr más llegarás antes. una risa amable, paternal incluso, brotaba grave de su garganta. Él, en cambio, mordió el conejo sin mayores problemas. Pero entonces, el grandullón se detuvo mirando a un lado. Dejó el conejo junto al fuego, acercó la mano al arma lentamente.

He oído algo..

Le saco la lengua y sonrió. Sin mucho mas que decir siguió comiendo tranquilamente, esta vez si, soplando para no quemarse con cada bocado. Hasta que vio al grandullón llevarse una mano al arma, levantó una ceja e intento agudizar el oido, pero no oia nada.

- ¿Seguro? porque yo no oigo nada. A lo mejor es un animal, al que le atrajo el olor de la comida. Le comentó sin mucha preocupación mientras seguía masticando otro bocado. 

En realidad esperaba que fuera eso y no otra cosa, no es que no le creyera, era solo que ya tenían demasiado de lo que preocuparse.

El orco se acercó al borde del pequeño claro junto al camino en el que estabais comiendo, con su hacha en la mano miró hacia el lindar de la zona boscosa.

Sal. Te huelo desde aquí. gruñó amenazador con el arma baja mientras miraba fíjamente un tronco de pino bastante grueso.

Hubo unos segundos de silencio tensos, pero de repente apareció detrás del árbol un joven ataviado con armadura de cuero, arco a la espalda y unas espadas cortas en el cinto. Tenía las manos en alto y una sonrisa pícara en el rostro, como si todo aquello fuera un chiste.

Me has pillado, grandullón. dijo socarrón, Korgoth le advirtió que no hiciera movimientos bruscos y le preguntó qué hacía ahí husmeando. El maravilloso aroma a conejo y las buenas compañías. asintió mirándote a ti con una sonrisa burlona. El orsimer bufó serio espetando que conocía a un ladrón a kilómetros, algo paradójico si uno se ponía a pensar. Calma, calma. No vine a robaros, para nada, ¿cómo podría hacer nada con un grandullón como tú? Sería el bandido con el peor ojo del mundo. bromeó mientras mantenía las manos en alto.

Se quedó mirando la escena desde donde estaba, mientras seguía dándole cuentas a su conejo, para reírse por lo bajo cuando Korgoth el dijo al tipo que acababa de aparecer que sabia distinguir a un ladrón a distancia. Eso tenia demasiada gracias y al mismo tiempo era de lo mas lógico que los del Gremio supieran quienes de los que les rodeaban eran ladrones y quienes no.

- Ya... claro dijo en voz alta mientras seguía en su sitio al tiempo que rodaba los ojos ¿Qué es lo que quieres entonces? 

Korgoth no se mostraba especialmente violento con el hombre, aunque tenía una actitud seria e inflexible. Su mera presencia exigía que mantuviera las distancias y las manos quietas.

Calma. Calma. sonrió socarrón al orsimer, te miró con sus dos centelleantes ojos azules bebiendo de los tuyos. Me atrajo el delicioso olor de vuestra comida.. y estoy hambriento. camino en semircírculo alejándose un poco del alcance del hacha de Korgoth, pero éste no le quitaba ojo de encima. ¿No os importaría compartir un poco con este pobre viajero?

¿A caso estaba tratando de darles pena? La joven enarco de nuevo una ceja y dejó escapar un sonido entre resoplido y risa por la nariz. De pobre no tenáa nada y  si mucho de fanfarrón. Sonrió de medio lado dejando su conejo en el poyete de la hoguera y se cruzó de brazos. 

- ¿Solo eso? sonrió aún más enseñando los dientes ¿Que dices Korgoth, le damos algo? Habia algo en la voz de la muchacha, socarronería mezclado con algo de mofa tal vez No estaría bien que desfalleciese porque no le socorrimos y se lo comiesen los lobos porque no pudo cazar algo con ese arco que lleva  Terminó de manera dramática llevándose una mano a la frente y otra sujetándose el pecho, poniendo cara de pena.

Korgoth soltó una grave risa en sintonía con tu humor, aquello bien pareció hacerle gracia a Aren que rió con el grandullón. Pero quizá por eso no lo vio venir, Aren hizo un movimiento relámpago que superó la vigilancia del orsimer, cuando quisiste darte cuenta lo tenías encima a un paso de ti.

Señorita. ¡y te besó! Un beso breve, en los labios, pero incendiario como ese relámpago. Tal como te cogió por sorpresa, te guiñó el ojo, te rodeó cogiendo uno de los conejos saliendo por patas de vuestro campamento, Korgoth ya estaba reaccionando pero estando tú en medio se frenó para no embestirte. ¡Un placer, señorita!

Korgoth gruñó frustrado, no lo iba a coger con su armadura y el hacha, el condenado era rápido como una libre. Pero puede que tú...

No lo vio venir, bueno si, pero no lo que hizo. No se esperaba aquello ni en sueños, sentir de repente los labios de aquel ladrón de poca monta sobre lo suyos y el bello del labio superior raspando su piel... se le acelero el corazón y sintió algo extraño en el estomago. Al mismo tiempo que su cara se tornaba de un color rojo intenso. Se había quedado completamente petrificada, con los ojos abiertos como platos. 

¡ACABABAN DE ROBARLE UN BESO! y no uno cualquiera ¡EL PRIMERO! no sabia ni como reaccionar, ni como sentirse... Lentamente alzo una temblorosa mano. Tocando con la yema de los dedos sus labios. Todo lo demás era un borrón a su alrededor.

El enorme orsimer mostró los colmillos mientras resoplaba impotente al ver que que el ladrón se escapaba. Pero no se puso en persecución de este, se arrodilló a tu lado con preocupación.

¿Estás bien? ¿Te ha hecho daño? acercó su mano a tu mejilla. Tuve que verle venir, se movía como una comadreja.. lo siento. bajó la cabeza frustrado. Alzó la mirada hacia el bosque, el tipo ya se había esfumado.

- Me... me ha... besado murmuro aun con los dedos tocando el labio inferior. Sus ojos aun seguían bien abiertos, sin pestañear, aun no se creía lo que acababa de pasar. Si escucho o no las palabras del orco, eso el no podía saberlo, pero parecía que estaba en shock y que realmente no se lo estaba diciendo a el, si no que hablaba para si misma en voz alta.

Al ver que no tenías ninguna herida, física al menos, y escucharte, Korgoth rió levemente con amabilidad.

Supongo que para una muchacha eso es importante. dijo con su voz grave pero cálida. Da gracias que solo te tomara eso, vamos.. ya no lo huelo, se ha marchado. se sentó a tu lado con gesto protector. Respira, relájate y come. Queda poco para Peñón de Shor. Has de estar fuerte.

El rojo aun persistía en quedarse en sus mejillas a pesar de que poco a poco los latidos volvían a su ritmo normal y dejaba de tener esas mariposas en el estomago. Intento relajarse mientras cogía el único conejo que quedaba. No lo entendía, no había necesidad de que hiciera aquello, le iban a dar comida. Ahora mismo se escapaba a su entendimiento lo sucedido. Por no decir que a Korgoth se le escapaba el hecho de que era la primera vez que alguien la besaba (que no fuera algún familiar)

- Deberías comer algo tu también le dijo poco a poco recuperando su estado natural