Partida Rol por web

The Elder Scrolls - Helgen

[Prólogo] Piedras guardianas -Finalizado-

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10/08/2016, 13:19
z/Hati, Garra Roja

No miré atrás... ni siquiera cuando escuché aquella voz susurrante que daba escalofríos. Seguí andando, pues sabía que si miraba atrás iría en pos del imperial. 

-Vamos, Botitas- le dije al cachorro, que se había quedado mirando hacia el lugar donde estaba Kaeso, gimiendo, seguramente extrańando su juguete, como eran las botas del imperial.

Llegué hasta el camino principal. Falkreath no estaba muy lejos y, sin embargo, lo que normalmente me alegraría junto a la promesa de una cama mullida y una comida caliente, ahora me resultaba vacío. Suspiré, mirando el paisaje, intentando distraerme con los sonidos del bosque, pero fue en vano y, finalmente, giré la cabeza hacia el lugar de la puerta escondida.

-Vuelve...- susurré, suplicante. Apreté los labios, sacudí la cabeza y comencé a andar hacia Falkreath.

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10/08/2016, 15:32
Kaeso Adamo

La puerta se cerró poco después de que Kaeso entrara, un silencio inquietante se adueñó de nuevo del lugar y nada salía del otro lado de la puerta de piedra. A medida que te alejabas, la noche iba cayendo implacable sobre ti, el atardecer se teñía de un macilento color rojizo y surcaba las copas de los árboles. El silencio de la naturaleza era lo único que se extendía a lo largo de kilómetros a las redonda. La noche iba a cerrarse pronto, por lo que decidiste acampar cerca del camino, podías llegar a Falkreath a la mañana siguiente.

Botitas parecía notar tu miedo, aunque en alguna ocasión su atención se había desviado a temas más mundanos, el cachorro permanecía a tu lado y en ocasiones gemía dándote golpecitos en la bota con el hocico tratando de animarte. Con la hoguera lista y algo de comer en el fardo, el tiempo pasaba, ¿cuánto tiempo? No lo habías calculado, pero tarde ya que las dos lunas asomaban por encima de los árboles. Pero incluso sumida en tus pensamientos, pudiste escuchar que alguien se acercaba. Botitas lo había percibido antes que tú, pues miraba fijamente a un lado del límite de la luz, alerta.. aunque no hostil.

No dijo nada, salió Kaeso pálido y con la pierna izquierda sangrando profusamente. Te miró a los ojos y murmuró algo que no terminaste de entender y el imperial se derrumbó dramáticamente delante de ti.

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10/08/2016, 15:47
z/Hati, Garra Roja

Podría haber llegado antes de que cayera la noche a Falkreath, mas para qué negar lo obvio: mi mente estaba lejos de mi destino. No podía dejar de pensar en el imperial. Estaba demasiado preocupada por él. Echaba de menos sus ojos... añoraba su sonrisa.... y me recriminé por ello.

Finalmente, el cielo se oscureció y decidí que era hora de acampar. Al día siguiente, llegaría a Falkreath, me abastecería y emprendería el camino hacia Helgen, dejando todo lo demás atrás.

Apenas pude comer, alterado como estaba mi mente. Miré hacia la oscuridad del bosque y sentí la necesidad de retroceder sobre mis pasos, buscar a Kaeso y asegurarme de que estaba sano y salvo. Entonces lo escuché, el ruido de pisadas. Me incorporé, arco en mano y miré a Botitas, que estaba alerta pero no parecía percibir un peligro. Aún así, apunté con mi arco en dirección a los sonidos. Nunca se peca por ser demasiado cauta...

-¿Quién va?- pregunté a la oscuridad, con la flecha preparada para ensartar la garganta de quien fuera que caminaba en la oscuridad.... hasta que lo vi. El horror y la sorpresa aparecieron en mi rostro. Bajé lentamente el arco y murmuré: -Kaeso...- mas su palidez era estremecedora y el imperial se derrumbó frente a mí, perdiendo el conocimiento. Solté el arco y todo lo demás, corriendo hacia él para socorrerlo. Sostuve su cabeza en mi regazo y vi la sangre en su pierna -Por los Nueve... ¿dónde te has metido?- dije, preocupada. Me quité el abrigo y lo puse a modo de almohada bajo su cabeza, mientras iba a buscar mi mochila y el odre de agua para intentar tratar su herida y hacer que recobrace el conocimiento.

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10/08/2016, 16:23
z/Hati, Garra Roja
- Tiradas (1)

Motivo: Sana, sana, culito de rana...

Tirada: 1d20

Dificultad: 12+

Resultado: 7(+3)=10 (Fracaso)

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10/08/2016, 16:48
Kaeso Adamo

Kaeso se dejó acoger por ti, tampoco es que pudiera ofrecer mucha resistencia al respecto, mientras su cuerpo temblaba con violencia. Tu examen inicial no pudo dilucidar más allá de la herida que tenía en la pierna, la cual sangraba profusamente. El imperial te miró a los ojos, abiertos y dilatados, su tez pálida denostaba que había algo más.

Ara..ñas.. gi.. antes.. balbuceó con dificultad. Bebió del agua que le dabas, pero enseguida viste que tenia el cuello inflamado y podía impedirle hasta respirar. Kaeso te agarró del brazo con toda la fuerza que pudo imprimir, que no era mucha, y te miró con sufrimiento. Negó con la cabeza tratando de decir algo, pero no le salían las palabras.

No.. no.. logró arrancar, pero enseguida se ahogaba por la inflamación. Algo que no iba bien le estaba atacando desde dentro.

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10/08/2016, 17:03
z/Hati, Garra Roja

Me sentí impotente. Miré a todos lados, apretando los labios y con mis ojos empezando a humedecerse. Entonces balbuceó aquello y arrugué la frente. Arañas... Miré su cuerpo y comencé a buscar signos de picadura. Me incliné sobre él y lo miré fijamente -Te prohíbo que te mueras, imperial- mascullé, muy seria, antes de quitarle la armadura para mirar bajo su ropa.

Lo único que se me ocurría, era succionar el veneno de la picadura... si lo encontraba. Aún así, intenté hacerle un torniquete en la pierna y empapé un trozo de tela que rasgué de mi propia ropa para empaparlo con el agua y ponerlo sobre su frente.

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10/08/2016, 17:34
z/Hati, Garra Roja
- Tiradas (1)

Motivo: Que se me muere el rubio!! >.<

Tirada: 1d20

Resultado: 12(+3)=15

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10/08/2016, 19:59
Kaeso Adamo

Pudiste apañar un torniquete de urgencia para que dejara de sangrar, pero el cuerpo de Kaeso no reaccionaba. Su palidez moribunda asustaba, y su tacto estaba frío. Aun así lograba estar consciente a costa de dolor que se reflejaba en su mirada, su mirada azul que buscaba en tus ojos un remanso de paz. Intentó acariciarte la mejilla, pero lo que ya no dudabas que era veneno actuaba rápido.

Ha.. trató de decir tu nombre sin éxito. Incluso obtuviste una respuesta positiva cuando le ordenaste aquello, una dolorida sonrisa en su rostro. Los estertores se habían detenido, pero no sabías cuánto tiempo aguantaría. Debías tomar una decisión pronto, o Kaeso probablemente no aguantaría mucho más..

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10/08/2016, 20:08
z/Hati, Garra Roja

No soportaba verlo así. El veneno se extendía demasiado rápido por su cuerpo.

-Estoy aquí- susurré, acariciando su rostro con ternura cuando intentó pronunciar mi nombre -. Estoy contigo...

Desesperada, alcé la vista al cielo mientras las lágrimas amenazaban con brotar como un torrente de sufrimiento de mis ojos. Recé a los dioses que me ayudaran. Akatosh, Dibella, Kynareth... Abrí mucho los ojos, percatándome de algo, ¡Kynareth! Me incorporé de inmediato, cogí una tea de la fogata y comencé a buscar entre la foresta. Habían plantas que podían servir de antídoto... sólo esperaba que no fuera demasiado tarde.

- Tiradas (1)

Motivo: Naturaleza

Tirada: 1d20

Dificultad: 12+

Resultado: 20(+5)=25 (Exito)

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10/08/2016, 20:24
.Comarca de Falkreath.

Quizá fue esa invocación a Kynareth la que te inspiró, pero recurriste al máximo de tus conocimientos sobre la naturaleza y recordaste un detalle olvidado por los años. Cuando tu madre os guiaba a tu hermano y a ti por el bosque, contándoos sus secretos, fue un flechazo de la mente cuando las palabras de tu madre acudieron a ti.

Recordad, hay métodos para relantizar el veneno y muchos a simple vista. Los cardos que veis por todas partes, una ramita de la planta aplastada aplicada sobre la herida frenará el veneno. No es una solución, pero os dará tiempo.

El recuerdo se difuminó envuelto en la tormenta de preocupación en la que te veías envuelta, Kaeso cada vez estaba más débil, pero parecía estabilizado. Su mirada perdida, consumida por la lividez, pero seguía el brillo de la vida en ella. Él también estaba luchando.

Notas de juego

Ganas Inspiración por la situación. Puedes invertirla en la siguiente tirada con 2d20 y eligiendo el mejor resultado.

Haz una tirada de Investigación para buscar cardos.

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10/08/2016, 20:32
z/Hati, Garra Roja

Recordé que el cardo podía ralentizar los efectos del veneno, así que no dudé en buscarlo activamente. No quería dejar a Kaeso solo, pero no quedaba otro remedio: o me iba para encontrar esa planta, o él moriría.

Mas la oscuridad no ayudaba a ver bien. Sólo esperaba que los Nueve se apiadaran del imperial, que le dieran fuerzas para aguantar lo suficiente.

- Tiradas (1)

Motivo: Buscar cardos (inspiración)

Tirada: 2d20

Resultado: 1, 12 (Suma: 13)

Notas de juego

Pffff

Me quedo con el 12 (+2 Int) = 14

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10/08/2016, 20:37
Idgrod Joven Cuervo

Aunque la noche dificultaba la búsqueda, no resultó muy complicado encontrar brotes de cardos que se acumulaban en los laterales del camino. Con un buen puñado en la mano, volviste junto a Kaeso que en ocasiones se movía con violencia a causa de los espasmos. Botitas aullaba junto al imperial, mostrando amplia preocupación por el mismo. No era complicado preparar la mezcla, con cualquier cosa podías aplastar las ramitas para hacer pasta y aplicarlas en la herida.

Con todo ello no te diste cuenta, enfrascada como estabas en Kaeso. Alguien más había aparecido, pero Botitas no reaccionó de forma hostil hacia la figura recién aparecida. Mas bien al contrario, parecía recibirla como una amiga. Antes de que pudieras sobresaltarte, la figura, que resultó una mujer.. habló.

Lo que le das le aliviará, pero no será suficiente. dijo con voz suave, cálida. Dio un paso a la luz para mostrarse, una mujer de algo más de treinta años pero que se conservaba muy bien. Necesita que le extraigan el veneno.. purificarlo. Puedo hacerlo.. si me lo permites.

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10/08/2016, 20:49
z/Hati, Garra Roja

Encontré la planta que buscaban y corrí de nuevo hacia la fogata, junto a la que estaba el imperial debatiéndose entre la vida y la muerte. Las aplasté con lo primero que tuve a mano y me apresuré a aplicarle la cataplasma en la herida. Toqué su frente, preocupada y le retiré el trozo de tela a modo de paño de la cabeza, empapándolo de nuevo con agua fría, antes de doblarlo y ponerlo cuidadosamente sobre su frente de nuevo.

Apoyé mi frente sobre la suya, esperando que el remedio hiciera efecto. Cerré los ojos y una lágrima cayó por mi mejilla.

-No te mueras... te necesito...- susurré sin ni siquiera saber por qué. Entonces apareció la mujer y la miré con desolación, a pesar de querer mantenerme regia.

Me incorporé y clavé mis ojos verdes en ella -Si lo salvas, estaré en deuda contigo, mujer- dije, decidida a cumplir mi palabra.

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10/08/2016, 21:05
Idgrod Joven Cuervo

La extraña mujer se acercó ante tus palabras, se movía con fluidez sobre el piso, como si flotara. Su mirada encerraba enigmas y secretos, con un gesto delicado se arrodilló junto a ti contemplando el lánguido cuerpo de Kaeso.

Venano de araña congeladora. anunció con un solo vistazo, como si reconociera los síntomas. Su sangre de congela, rasgando su cuerpo por dentro. te miró de soslayo con una sonrisa leve, confiada. Pero no es irreversible. 

Con oficio, sacó un grupo de hierbas de un fardo que llevaba en los pliegues, olían fuerte, mareaban, y los colocó sobre el rostro de Kaeso. De inmediato el cuerpo del imperial se relajó. Fue entonces cuando la mujer empezó a entonar.

Gran Kyne, atiende mi llamada. habló con voz grave, pero respetuosa. Tú que me has traído a este lugar, otórgame la virtud para sanar a este hombre y arrancarle de su cuerpo la ponzoña de su sangre. ¡Kyne! ¡Shor! no hubo una espere prolongada, las manos de la mujer empezaron a brillar con un fulgor dorado mientras las imponía sobre Kaeso. El hombre empezó a agitarse de dolor, pero no gritó, llegaste a sentir el propio dolor de miles de esquirlas de hielo atravesar tu cuerpo mientras la magia sanadora de aquella mujer actuaba.

Aquello duró pocos segundos, cuando terminó la mujer abrió los ojos mirando a un Kaeso rendido e inconsciente. Respiró profundamente y pasó la mano sobre su frente como lo haría una madre, comprobando su estado.

El veneno ha sido extraído de su cuerpo, pero está débil. Necesita reposo. te miró ahora, respiró profundamente asintiendo. Se pondrá bien.

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10/08/2016, 21:08
z/Hati, Garra Roja

Dejé hacer a la mujer, mas no me aparté de Kaeso. Observé fascinada todo aquello, sin poder pensar en otra cosa que no fuera el bienestar del imperial. Me estremecí al ver al hombre retorcerse de dolor, un dolor que casi podía sentir en mis carnes. Aferré la mano de Kaeso con fuerza. Estoy aquí... tú puedes hacerlo. Pensé, mirando su rostro, desesperada por volver a ver esos ojos zafíreos llenos de vida.

Cuando la mujer terminó, la miré -¿Cómo puedo agradecértelo?- dije con total sinceridad, mas sin soltar aún la mano del imperial.

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10/08/2016, 21:15
Idgrod Joven Cuervo

La mujer actuaba con tranquilidad, actuaba de forma extraña como si todo lo que contemplara a su alrededor ya lo hubiera visto antes. Cuando reparó en ti sonrió tranquilizadora.

Para empezar tu nombre. sonrió, una mirada fugaz Kaeso con la que añadió. Y el suyo.. mis visiones solo me muestran escenas.. lugares.. gente.. pero no sus nombres. Soy Idgrod Joven Cuervo, hija de Idgrod Cuervo Viejo, jarl de Morthal. hizo una pausa con la que respiró profundamente. Me alegra haber podido salvar a tu.. ¿prometido? comentó con cierta gracia, pero sin malicia, al verte tan unida a él.

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10/08/2016, 21:20
z/Hati, Garra Roja

-Hati- dije -Hati Garra Roja, hija de Aela La Cazadora- bajé la mirada hacia el imperial -. Él es Kaeso Adamo...

La miré sorprendida al escuchar su nombre -Un placer, Idgrod Joven Cuervo- miré de nuevo a Kaeso -. No sé cómo pagarte los que has hecho- entonces Idgrod insinuó que el imperial era mi prometido y la miré con los ojos muy abiertos -. No, no... no es mi prometido- sonreí abochornada mientras mis mejillas se ruborizaban -. Él es... es mi compañero de viaje- dije, titubeante.

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10/08/2016, 22:41
Idgrod Joven Cuervo

La mujer asintió con una entrañable sonrisa, reconociendo el nombre que mencionabas.

El nombre de tu madre es respetado, Hati Garra Roja. movió la cabeza respetuosa, pero de esa guisa también añadió. Y esta hija también comprende lo que significa tener una madre cuya sombra que proyecta tan lejos.

Idgrod extendió la mano hacia Botitas, que la olisqueaba con curiosidad, aceptando las caricias que le ofrecía la misteriosa sanadora.

Un honor para mi también. asintió con sinceridad, luego te dirigió una mirada de fingida severidad. No has de pagarme nada. Libremente atendí a.. Kaeso, libremente decidí sanarle. Si mis visiones me condujeron hasta aquí.. es que tiene un porvenir que aún no ha cumplido. miró entonces al imperial con ojos acuosos, indescifrables. Vi un hombre cuya sangre fluye espesa, mezclada. Una sombra oscura sobre él, densa como la noche sin lunas. Es él.. el hombre, lo reconozco. dijo lentamente para luego volver su mirada hacia ti, sonrió de forma enigmática. Disculpa. A veces las visiones son muy.. persistentes. También me mostró cosas de ti, pero que respetaré por su intimidad. 

Cuando reaccionaste de aquel modo sobre el asunto del prometido, la mujer soltó una risa divertida negando con la cabeza.

Compañero de viaje pues. El destino a veces nos une con gente muy particular.. sea como sea.. muestras un gran cariño por él. acarició la barrigota de Botitas. Se pondrá bien, como te dije.. su destino no es morir aquí.

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10/08/2016, 23:09
z/Hati, Garra Roja

Esbocé media sonrisa al escucharla hablar sobre la sombra de una madre. No obstante, cuando habló de Kaeso, de sus visiones, arrugué la frente, extrañada, mas aún cuando mencionó que había visto cosas de mí pero que no revelaba por salvaguardar la intimidad del imperial.

-De... ¿de mí?- pregunté como acto reflejo por la sorpresa, mirando a Kaeso con intriga.

Rebusqué en mi mochila y saqué un saco de dormir para abrigar al imperial -Las noches son frías- murmuré, arropándolo con delicadeza -. De nuevo, muchas gracias, Idgrod- dije, mirando a la mujer -. Si no hubieras aparecido...- apreté los labios a la par de desviaba el rostro. No, no quería pensar en lo que hubiera pasado.

-Cuidaré de él- sentencié, alimentando el fuego para que no nos faltara calor esa noche.

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11/08/2016, 00:52
Idgrod Joven Cuervo

La mirada beatífica de Idgrod parecía no poder resistir ningún secreto, ella simplemente sonrió comprensiva, sin extenderse en las bocas palabras que te brindó.

Discurres por un sendero distinto al de la mayoría, veo que tu caza no tiene fin.. ¿o puede que sí? Ni siquiera mis visiones llegan tan lejos.. movió la cabeza restando importancia a ese hecho. Al ver tu dedicación en cuidar del inconsciente Kaeso, la mística no pudo hacer otra cosa sino mostrarse complacida y sintió curiosidad.

Recuerdo a mi hermano pequeño Joric, siempre se ponía enfermo y debía cuidar de él. sonrió con nostalgia. Recuerdo noches enteras en vela por él, mientras era atacado por la fiebre. Al amanecer se encontraba bien, como si no hubiera pasado nada.. y me pedía salir a jugar con él.. y yo estaba agotada. Salía con él hasta que no me tenía en pie. movió la cabeza con suavidad. Algunos dicen que el amor es una debilidad, pero por amor aguantaba por mi hermano aun cuando mi cuerpo no daba más de si. Supongo que es cuestión de perspectiva, ¿verdad?