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The Elder Scrolls - Helgen

[Rol Libre] En las calles de Helgen

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13/02/2018, 02:12
Kennard Baylor

Cementerio de Helgen, Finales del Mes de Helada

Te escuchó con gravedad, echando una mirada instintiva al cementerio, aunque pronto volvió a ti para encontrarse con tu mirada.

Ha sido una locura, no sabemos qué ha sucedido, primero la luna.. y luego los muertos alzándose.. —cuajó la mandíbula —. Toda la necrópolis se alzó, miles de muertos, fue una masacre que no pudimos evitar.. salvamos unos pocos, pero..

No continuó, abatido, volviendo a tus ojos para hallar fuerza ante su flaqueza. Unió su frente a la tuya, cerró los ojos tranquilo, controló la respiración.

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13/02/2018, 02:19
Seretide

Cementerio de Helgen, Finales del Mes de Helada

Es mejor que no lo sepas.-contestó, estremeciéndose, al mismo tiempo que trataba de mantenerse firme, frente a él, acariciando su cabello entrecano- Lo que ha ocurrido realmente ha sido... Profundamente aterrador.-confesó- Lo que sucedió allí arriba... En Alto Hrotgar...-tragó saliva-  Todas esas almas gritando... Ese ritual horrible... Todos los barbas grises... Muertos...Y Masser...-profirió, con esfuerzo, notando cómo le temblaban los labios- Ojalá no hubiera visto algo así jamás. 

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13/02/2018, 02:32
Kennard Baylor

Cementerio de Helgen, Finales del Mes de Helada

¿Estabas ahí arriba? —preguntó quedándose de piedra, te miró a los ojos y luego alzó la mirada hacia la Garganta del Mundo para volver a ti. No sabía que decir, todo su ingenio y labia habían sido enterradas por no saber como articular palabra alguna para consolarte o animarte.

Quizá era eso, las palabras sobraban en ese momento, solo los gestos eran suficientes. Volvió a abrazarte, un instante, solo parar separarse de nuevo y besarte levemente, una beso preñado de intimidad y sentimiento. Se separó de ti lentamente y acaricio tus cabellos, comprendiendo la experiencia que habías sufrido.

Sea lo que sea.. ahora estamos juntos. No voy a dejarte sola. Te lo prometo.

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13/02/2018, 02:40
Seretide

Cementerio de Helgen, Finales del Mes de Helada

Seretide asintió, en silencio, como única respuesta a aquella pregunta. Se dejó abrazar, y besar de aquella manera íntima y reconfortante, y se pegó a él una vez más, para sentir su calor, para percibir su olor característico, antes de separarse, despacio, notando que le ardían las mejillas bajo el calor de las lágrimas al escucharlo.

Necesito descansar...-reconoció- Supongo que debes... Atender por ahora tus propias responsabilidades. -asumió, al verlo vestido con aquella armadura, percatándose de la compañía de otros sacerdotes de Arkay.

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13/02/2018, 02:49
Kennard Baylor

Cementerio de Helgen, Finales del Mes de Helada

Kennard suspiró echando una mirada a la labor de los sacerdotes de Arkay.

He de estar aquí hasta que acaben con los ritos —dijo algo pesaroso, incapaz de separarse de ti —. Ve a la posada, a la habitación y descansa. No tardarán demasiado ya, cuando acaben iré directamente a verte, ¿de acuerdo?

Se quedó dubitativo unos instantes, torció los labios pensativo.

Aunque si lo prefieres, puedes quedarte aquí conmigo y, luego, marchamos juntos —acarició tu mejilla lentamente, dibujando esos tenues círculos arrullándote con las manos y los ojos.

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13/02/2018, 02:57
Seretide

Cementerio de Helgen, Finales del Mes de Helada

Suspiró, cerrando momentáneamente los ojos, encontrando en el tacto de sus dedos algo absolutamente balsámico- Iré... No quiero distraerte.-dijo, dibujando una primera y muy leve sonrisa- No te preocupes. No me iré a ninguna parte.-aseguró, acariciando una última vez su mejilla áspera, su barba, antes de alejarse, despacio, y apoyando la mayoría de su peso sobre su cayado al caminar. 

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13/02/2018, 03:14
Kennard Baylor

Cementerio de Helgen, Finales del Mes de Helada

Por la actitud de Kennard, se notaba que no quería separarse de ti, pero la responsabilidad que manaba de su posición le obligó a aceptar la realidad.

Vendré pronto. Te lo prometo —susurró para besarte de nuevo, tierno, en los labios. Le costaba separarse de ti, sujetando una de tus manos con la suya. Cuando se decidió a soltarte te miró a los ojos y asintió dejándote marchar.

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13/02/2018, 03:43
z/Hati, Garra Roja

Helgen, Finales del Mes de Helada

El trayecto de regreso se me hizo eterno. El alivio inicial al no encontrar al imperial entre los cadáveres se tornó en desolación a medida que éramos testigos de la devastación de la lluvia de meteoros y la resurrección de los muertos. Quería llegar cuanto antes a Helgen... no sólo por Kaeso y Botitas, sino por las nuevas que hubiera de Carrera Blanca y Jorrvaskr.

Hice de avanzadilla, adelantándome al grupo de vez en cuando para alertarles de cualquier imprevisto, pero también para despejar mi mente y reflexionar lejos de los murmullos. Sin embargo, siempre regresaba y me prestaba a ayudar si era menester. Eldrid, Seretide, Aster y Einar, quienes había conocido en Helgen con anterioridad, pudieron percibir en mi rostro que había envejecido precozmente: con veinte primaveras en mis costillas, ahora aparentaba casi treinta.

A pesar de mi poco tacto social, reconozco que necesitaba sentirme más cerca de la gente, aunque no dirigiera palabra alguna. Supongo que es cosa del instinto, que nos obliga a unirnos a otros buscando protección para incrementar las probabilidades de sobrevivir, y más ante la catástrofe que se había cernido sobre todos nosotros.

Dos días... no tardamos más de dos días en llegar a Helgen, aunque para mí habían pasado cientos. Cuando pudimos entrar, mi corazón estaba en un puño. Tenía miedo, miedo de lo que pudiera encontrar... y lo que no.

Fue directa a El Final del Camino, aunque la posada estaba abarrotada de gente. Me abrí paso, maldiciendo el embotellamiento, hasta que por encima de las voces reconocí una en particular que hizo que me apresurase a atravesar la marea de personas. 

Kaeso...mis ojos se humedecieron al ver al imperial y sonreí dichosa, antes de taparme la boca con una mano y empezar a sollozar. Esta vez de felicidad. Y cuando me abrazó... cuando me abrazó todos mis males se desvanecieron por momentos.

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13/02/2018, 10:46
Bjorn

Helgen, Finales del Mes de Helada

Las noticias de prácticamente todo el mundo eran desoladoras. Bjorn no había dicho ni media palabra desde la aparición de Paarthurnax. La lluvia de pedazos de roca lunar no parecía haber afectado al nórdico, al menos en apariencia. El caballero parecía perdido en sus pensamientos, pero ayudó en silencio y dando todo de su parte para que el viaje de los refugiados que se habían ido uniendo a su caravana fuera lo menos incómodo posible.

En su mente seguía rondando la misma idea. Dando vueltas una y otra vez. Había fracasado. Su misión no tenía sentido. Su orden tampoco. Y él menos aún. Con los muertos vivientes levantándose de sus tumbas por todas partes, era solo cuestión de tiempo.

Entonces lo recordó. Akatosh era el protector del tiempo. El líder de los Nueve Divinos. Quizá todavía hubiera una oportunidad. No debía darse por vencido… pero tenía que comunicarse con los patriarcas de su orden. No tenía ni idea de cómo hacerlo. Se encontraba bien lejos de todo y de todos. Y estaba claro que en Helgen y los asentamientos cercanos iban a necesitar mucha ayuda próximamente.

Apático continuó con su marcha. Muerto en vida, como aquellos draugr que se levantaban de sus tumbas para acechar a los vivos. Sólo en los escasos momentos en que sus antiguos compañeros de prisión, Tavase y Sienna, se le acercaban, era cuando el nórdico soltaba algunas palabras. Camaradería hacia Tavase, y gratitud hacia Sienna… la mujer que le había salvado de las garras de la muerte y que le había permitido detener a Volkar y vengar sus compañeros caídos.

Bjorn se dejó llevar por sus aliados salvadores hasta la posada el Final del Camino. Allí comprobó cómo muchos de sus nuevos compañeros se reencontraban con sus seres queridos. Una chispa de bondad en un mundo camino de la extinción.

El nórdico tomó una decisión. Descansaría unas pocas jornadas en Helgen. Retomaría fuerzas y ayudaría a los habitantes del poblado en lo que pudiera. Y pronto, cuando pasara el mal tiempo, partiría.

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13/02/2018, 17:32
Eldrid

Helgen, Finales del Mes de Helada

Descubrir el horror que había acontecido al volver a Ivar no ayudaba en absoluto a pensar que habían parado el ritual que se llevó a cabo en la cima de la montaña, pero a pesar de eso, no pudo contener su alegría al saber que su madre aún se encontraba con vida y cuando les propuso que se fueran con ella, no hubo pegas ni protestas. De hecho toda Ivar, o más bien los que habían sobrevivido al levantamiento de los muertos, decidieron seguir su ejemplo y unírseles en su vuelta a Helgen.

Durante todas las jornadas de viaje que duro aquella procesión de supervivientes, sus ansias y su nerviosismo crecían al no saber que se encontraría cuando llegasen, si el estaría bien o no. Y no solo el, todos aquellos a los que quería y a los que consideraba familia, el no saber nada de ellos le provocaba un punzada de angustia y no veía el momento de poder buscar noticias de todos ellos.

Había permanecido casi todo el viaje cerca de sus padres, ayudando con lo que fuera necesario para mantener el orden y la calma, todos arrimaban el hombro para hacer de aquella travesía algo seguro y lo más tranquila posible. Incluso hubo tiempo para tener algún momento madre-hija cuando la joven nórdica se perdía en las visiones que le producía el miedo y la mujer atrapaba sus manos para hacer que dejasen de temblar.

Los nervios afloraron de nuevo, sintiendo miles de mariposas en el estómago al acercarse a la posada donde se había quedado y donde trabajaba desde que habían llegado aquella vez. Con la incertidumbre de que era lo que se iba a encontrar, tomo una bocanada de aire antes de abrir la puerta y adentrarse en el abarrotado edificio. Fue cuando le vio, abriéndose paso como una exhalación hacia ella, apartando a la gente de su camino con urgencia, y sin darle la oportunidad de saludar descargo todo un sermón, bastante cabreado, sobre no enviarle noticias. Para entonces la preocupación que había sentido se había transformado en una contenida furia, pues ¿con que derecho se ponía así con ella cuando el no había querido ir? Apretaba los puños, hasta el punto de que los nudillos se habían puesto blancos, temblando de rabia. A su espalda, un enojado Arnvid había echado mano a su hacha dispuesto a darle una buena tunda al joven. Tampoco se libraba de una mirada de reproche de Hetha, que permanecía con las manos en jarra a la cintura, exclamando un “jovencito” para darle a entender que no era el momento más adecuado para ponerse de aquella manera.

Por su parte, Eldrid había comenzado a mover uno de sus brazos, con toda la intención de partirle la cara al rubiales, sin reparar un momento en lo fácil que le resultaba a él, hacer que se encendiese y se enfadase. Preocupado o no, para ella aquella no era la mejor manera de comportarse, sobre todo después de lo que había pasado. Pero tan pronto como había empezado a moverse, se encontró con sus brazos rodeándola y estrechándola contra el con fuerza. El enfado se volatilizo casi al mismo tiempo, dejando paso por fin a una sensación de alivio.

Era real, estaba allí y estaba bien. Sentir el calor que su cuerpo desprendía, aspirar su aroma natural, eran cosas que hicieron que gran parte de la tensión que había cumulado debido a las preocupaciones, se desvaneciese y prácticamente todo su cuerpo tuviera un momento de relax. Las lágrimas no tardaron en acumularse en sus ojos antes de derramarse por sus mejillas y empapar las ropas de Aren cuando la joven hundió mas su cara en su pecho, respondiendo con presteza al abrazo y llevando sus brazos a la espalda de él rodeándole por la cintura.

Arnvid relajó su postura, aunque sin dejar de refunfuñar por lo bajo, lo que hizo que se ganase una leve colleja por parte de su esposa, que ahora comprendía el por qué del estado de su hija durante el viaje y que el joven era de los que la preocupación el salía en forma de enfado. Fue ella la que insto al tozudo de su marido a que le diera las gracias por preocuparse por su hija, aunque el modo en que lo hizo, parecía más bien una “bienvenida”, a la que también se unió la mujer.

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14/02/2018, 08:28
z/Tavase

Helgen, Finales del Mes de Helada

Todo era peor de lo que pensaba. Su fracaso no había afectado solamente a sus compañeros sino a toda Tamriel seguramente. Al llegar a una ciudad llamada "Paso de Ivar" o algo por el estilo se enteró de que los muertos se alzaban de las tumbas. Irónicamente se propuso partir hacia la ciudad que los habría acogido tras llegar a Skyrim: Helgen.

El dolor de las muertes cercanas fue lavándose en aquel viaje con el terror de la muerte andante, al igual que la mujer que había llegado montada en aquel dragón Tavase había explorado los alrededores de la caravana, una vez junto con ella ciertamente, y sabía que los esbirros de la magia nigromántica estaban al acecho o, cuanto menos, muy cerca.
Esos viajes le recordaban a Kamal y lo mucho que lo extrañaba, cada partida era un recuerdo que afloraba y junto al mismo un puñal se clavaba en sus entrañas.

En la caravana estaba peor, pensaba en Nabar y una y otra vez venía a su mente el momento de su asesinato. Recordaba a su mentor pues sus primeros entrenamientos con él habían consistido en acompañar caravanas por el desierto, Nabar era un hombre despierto y bueno que hubiese ayudado mucho a coordinar aquel enorme éxodo.
Cada noche velaba la cimitarra de su maestro pues al dormir las pesadillas lo golpeaban, prefería la vergüenza conciente a los terrores nocturnos.

Además de con Farasad solo había hablado con Bjorn. Especialmente en el guerrero sentía un vínculo especial pues, al mirarlo a los ojos, sentía estar viéndose en un espejo. Algo del acontecimiento los había marcado de manera similar y ambos habían hecho la carga del otro ligeramente más tolerable.
Con la sanadora, Sienna, y la mujer que batía la zona, Hati, solo había cruzado unas pocas palabras, ayudando en lo que pudiese pero ahogado en amargura y dolor.

El destino no fue lo más esperanzador. Si bien los sobrevivientes eran muchos al parecer la magia oscura se había esparcido por toda la comarca. Pero eso no era lo más terrible: Soledad había desaparecido.
Al momento de enterarse estaba junto a su último compañero vivo. Tavase lo miró con una angustia que podría haber destruído otra luna.
¿Qué harían ahora?

Notas de juego

Me robo el estilo de nombrar a otros personajes del narrador porque así aclaro fácilmente con quienes interactuo.

Si está mal me disculpo.

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15/02/2018, 23:51
Aster

Helgen, Finales del Mes de Helada

 

La pesadumbre y el desconsuelo lo acompañaron durante todo el descenso hasta el Paraje de Ivar, contemplando los rastros de la destrucción allí donde alcanzaba la vista. Se impuso la tarea de cuidar que todos se encontraban bien antes de encargarse de Seretide, cobijada baso su brazo gran parte del descenso, hasta que el regreso paulatino de la luz iba templando su cuerpo y se vio con fuerzas para seguir por su cuenta. La consternación que lo embargó a al haber contemplado la fragilidad de la dunmer y como lo acontecido en Alto Horthgar la había afectado, hasta transformar el color de su cabello, lo mantenían en una constante preocupación. Así como el resto del pintoresco grupo que habían formado, ninguno descendía aquellos interminables escalones siendo la misma persona que los había subido. A todos los había afecta y cambiado para siempre.

Quería creer que Helgen se había podido libra de la lluvia de fuego, aún así no quería demorar mucho su regreso, lo cuál se volvió una urgente necesidad cuando les informaron de alzamiento de los draugr. Eso le hizo estremecerse al pensar en su hija sola que estuvo a punto de partir solo y sin descanso, solo fue la persuasión de Seretide, Eldrid y del padre de esta ,que fue capaz de guardar la poca calma que le podía quedar para aguardar hasta que todos estuvieran listos para partir. Permaneciendo con humor taciturno y distante casi todo el camino.

Al llegar a Helgen, se encontraron con que ahora era un hervidero de gente, nunca había visto el lugar tan abarrotado y lleno de vida, se había convertido en el hogar de refugiados de distintas partes de Tamriel. La noticia rápida de los guardias de la entrada no eran nada alentadoras y estaba seguro que les quedaba mucho más por descubrir. Pesaroso se abrió camino entre el gentío hasta la posada, Rodegar debería estar complacido por tener el lugar a rebosar, pero el hombre no se mostraba feliz en absoluto.

De golpe todo fueron reencuentros y abrazos, pero no había rastro de su hija. Demasiada gente para Danna, se dijo a si mismo. La gentil Dorna se compadeció de él y al pasar con unas copas, le informo donde podría encontrar a su hija. Tras agradecérselo con un fugaz beso en la mejilla, acompañado de un grito indignado de su padre desde la barra, procedió a intentar salir de allí. Presenciando la escena de Aren con Eldrid, ese chico de verdad adoraba jugar con fuego, aunque no pudo evitar una sonrisa por la cara de asombro de la joven ante el repentino abrazo. No admitiría que sintió cierta decepción ante la actuación de su padre, del cual esperaba que pusiera distancia entre ellos cual padre protector. Le habría gustado hacer sonrojar a la joven nórdica pero prefirió no estropear el momento y salio directo a la capilla.

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16/02/2018, 01:25
Aster

Capilla de Kynareth de Helgenn, Finales del Mes de Helada

 

En cuanto Dorna le había confirmado el paradero de Danna, se fuer directo a la capilla de Kynareth en busca de ella y ofrecer su ayuda a Eisya en todo lo que fuera posible. Pero sobre todo necesitaba estrechar entre sus brazos a su hija, ansiaba ver su rostro.

Entre con decisión barriendo son la vista el lugar, hasta dar con ella en un silla, sus miradas se encontraron a la vez y al ver que esta salía corriendo hacía el se agacho para recibirla con los brazos abiertos.

Lo se pequeña, siento haberte dejado sola, papa ya esta aquí y todo...todo estará bien – le susurró mientras la apretaba contra su pecho, acariciando su pelo para tranquilizarla mientras su aroma lo reconfortaba y tranquilizaba por fin.

Sin soltar el abrazo se alzo, dejando que la pequeña descansara apoyada en su hombro, mirando así a la sacerdotisa. La preocupación regreso a su serio rostro al observar el cansancio de Eisya. Cargando a Danna con un solo brazo alzo la mano al rostro de la joven, acunando su mejilla y permitiéndose acariciar la oscuridad bajo sus ojos con el pulgar.

Voy a pensar que empezáis a apreciarme, mi señora – dijo en tono burlesco dibujando una media sonrisa en sus labios y retirando la mano – sois el reflejo del cansancio ¿puedo ayudar en algo?

Y así Aster se puso al servició de la Sacerdotisa de Kynareth.

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17/02/2018, 16:17
Narrador

Vuelta a Helgen

El dragón no os dio mayores explicaciones que las que os había dado, su escrupuloso luto y patente desconcierto sobre lo que había sucedido no os reveló mayor información que las que ya os había proporcionado. Aunque, como ya os dijo, se comprometía a decir lo que supiera cuanto antes mejor, pues sus miradas al cielo no parecían nada halagüeñas.

Por otro lado, tu búsqueda incesante para encontrar a Titus resultó infructuosa. Entre los cuerpos de Alto Hrothgar no encontraste rastro de tu amigo, lo cual añadía más desconcierto sobre su paradero. La idea de interrogar a aquel que había suplantado a tu camarada crecía en tu interior, la pregunta era si ibas a poder acceder a él dada la situación actual.

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18/02/2018, 17:23
z/Trithik "Trik"

Helgen, Finales del Mes de Helada
 

Mi habitual verborrea había sido sustituida por vagos murmullos durante el resto del viaje.

Mi mente estaba en otra parte, durante el regreso a Helgen no dejaba de pensar en mi familia y en Hellina, el recuerdo de la visión me angustiaba, y no veía el momento de dejarlo todo y volver a Lucero del Alba a comprobar que todo estaba bien. 
Pero algo en mi interior me instaba a seguir adelante, no quería presentarme ante mi maestro con el simple resultado de mi estrepitoso fracaso, quizás aun quedara esperanza, puede que esto no hubiera sido el final y aun podía cumplir mi cometido.

Así, cuando llegamos a Helgen sólo tenía en mente una cosa, debía hablar con el hechicero, aquel al que tendría que haberme dirigido la primera vez que pisé la ciudad, quizás, de haberlo hecho, tal y cómo mi maestro me había recomendado, las cosas hubieran sido diferentes.

Presencié conmovido los reencuentros de mis compañeros con sus amigos, aunque eso sólo hizo que mi corazón se encogiera pensando en mi hogar, temía no tener esa oportunidad.

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18/02/2018, 17:44
Viggo de Cauce Boscoso

Helgen, Finales del Mes de Helada

A pesar de sus prisas por llegar a Riften era imposible pasar por alto la penosa situación de Ivar, y uniéndose de nuevo a comitiva de aventureros ayudo a escoltar los habitantes hasta helgen, al mirar los rostros de las personas no estaba del todo seguro de si sus acciones no habían reventado tamaño desastre y una vena de remordimiento se mezclo con la angustia de no saber que había sido de sus familiares en las diferentes comarcas.

Al llegar a fortaleza la turba de gentes de diferentes comarcas se agolpaban al interior de los muros, una vez al interior del asentamiento el nórdico busco un rincón tranquilo donde recostar su espalda por un instante y pensar, pero dicho lujo resultaba imposible, finalmente encontró un incómodo barril en el cual descansar de la jornada, sentado allí trazo mentalmente la ruta que necesitaría seguir para ir a ver a su hermana y luego a sus padres, sin embargo quizá necesitaría algunos menesteres para esta travesía.

Sin mucha prisa busco la fragua, donde había armas y brazas ardiendo seguramente la encontraría, después de un par de campamentos llega a su destino, la chica de ojos azules y cabellos dorados esteba concentrada en su oficio, Dorthe Martillo de Madera su vieja amiga de infancia una de las herreras más competentes que conocía, pero al decir verdad no conocía a ninguna otra, el hombre se acerca desde la parte trasera de un yunque, casi como si sospechara que esta le lanzaría algo al verlo, Viggo carraspea con su garganta para tratar de llamar su atención, pero la chica ni se inmuto.

-hola Dorthe- dijo el cazador con un todo distante, la chica se giró sobre sus talones y le miro de arriba abajo mientras su seño se fruncía, su rostro estaba rojo y seguramente era de ira, -casi 2 meses, pensé que ya te había comido algún oso o que habías acabado como los pobres diablos que fueron a sacar ese dragón del lago- viggo rascaba detrás de la cabeza con un movimiento nervioso, y sabiendo que no podía mentirle confeso: -si estuve en el lago, las cosas no salieron como pensé que lo harían y termine cazando al responsable, pero eso ya no es importante- la amargura de su palabras eran evidentes y la mujer le conocía también que no continuo con el reproche, -¿y bien porque estás aquí? Tu nunca vienes sin algo en mente.-

El cazador le comenta de su travesía y le pide que le ayude a conseguir algunas cosas, sin duda el hombre quería partir cuanto antes, antes de darse cuenta estaba caminando junto a ella por toda la ciudad buscando aquello que necesitara y pactado con algunos llevar noticias suyas a las 2 comarcas.

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19/02/2018, 00:23
Einar

Helgen, Finales del Mes de Helada

Después de revisar todos los cuerpos, uno por uno, en Alto Hrothgar antes de darles sepultura, me convencí de que Titus no estaba entre esos cuerpos. Es extraña la mezcla que puede darse entre la felicidad de no ver el cuerpo de alguien que esperas siga con vida y el pesar de saber que con ello sigue desaparecido. No sé que ha sucedido con él y, aunque eso me brinda más esperanzas al descartar una terrible muerte para él, no sé por donde seguir buscando.

Como si el mundo entero no se hubiese ido a la mierda ya...

Nos fuimos sin haber recibido mucha información del dragón, una de mis pocas esperanzas de saber las respuestas que necesito. Volver a Helgen era la única opción que nos quedaba.

El camino fue triste y peligroso pues vivimos en carne propia el fantasma el peligro constante y la devastación del destino que parece haber azotado a todo Tamriel. Muchos refugiados se unen a nuestro camino y entre todos formamos una caravana en la que esperamos que el número nos de la ventaja y protección. Después de varios momentos tensos y tristes, llegamos a Helgen.

El lugar se veía por lo menos seguro, aunque el gran número de refugiados indica que muchos de aquí han pasado malos momentos.

Miro el palacio y, aunque sé que no soy parte ya de la legión imperial, me siento en la obligación de contarle a Hadvar lo sucedido. Aunque sea por el respeto y amistad que le profeso. Debe haber sabido de muchas cosas malas que han pasado pero merece saber como fue que comenzó.

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21/02/2018, 22:11
Dorthe Martillo de Madera

Herrería de Dorthe, Finales del Mes de Helada

Dorthe de volvió mirando a Viggo, el mal humor habitual de la herrera había sido sustituido por un agotamiento mental bastante grande. La joven no parecía estar trabajando en ese momento, sino atendiendo a un grupo de refugiados ateridos por el frío, los fuegos de la herrería eran un buen foco para recuperar el calor.

¿Viggo? ¿Qué haces aquí? ¿Qué ha pasado en Cauce Boscoso? —preguntó de inmediato, temerosa de que el pueblo también hubiera sido arrasado por la lluvia de fuego o el posterior alzamiento de muertos vivientes —. Tienes un aspecto horrible, ¿qué narices te ha pasado, por Shor?

Notas de juego

Procura no interpretar por ti mismo los PNJs, déjame eso a mi ;)

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21/02/2018, 22:16
Hadvar el Tenaz

Fortaleza de Helgen, Finales del Mes de Helada

Te costó lo tuyo entrar en la fortaleza, los refugiados primero y los legionarios después se convirtieron en obstáculos complicados de pasar. La entrada a la fortaleza estaba cerrada, pero antiguos compañeros tuyos te reconocieron permitiendo que entraras dentro del edificio. En el interior había bastante ajetreo, parecía estarse preparando la guarnición para la guerra, pues las armaduras que veías eran las de campaña. En poco tiempo te plantaste ante un pequeño corrillo presidido por un ceñudo Hadvar, allí también estaba el hechicero Silgurf y el sacerdote de Talos, Vikar Puño Tenaz.

Y yo os digo que nos falta información. Lanzarnos a ciegas hacia los Divinos saben qué solo nos traerá problemas —aseveró Hadvar, entonces te vio llegar, frunció el ceño mirándote —. ¿Qué haces aquí, Einar?

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21/02/2018, 22:48
Viggo de Cauce Boscoso

el hombre miro a su amiga de infancia con rostro cansado, y sin estar seguro de la respuesta le replica: -no, no he tenido la oportunidad de llegar a cauce, vengo del este estaba en una misión... todo salió... ¿a caso paso algo en cause boscoso?

la duda de que sus acciones rompieran todo aquello que conocieran le causaba una terrible angustia, tengo que ir a riften, alla esta katrina y su esposo, con esta catástrofe no se que habría sido de ello, necesito tu ayuda, víveres, una montura algo que me ayude a llegar rapido donde mi familia, desde que se callo la luna todo ha sido un caos una cosa tras otra, maldita sea. al mirar el rostro de viggo era una mescla de la cara de un niño ofuscado y un hombre desesperado.

Notas de juego

Cita:

Procura no interpretar por ti mismo los PNJs, déjame eso a mi ;)

entendido.