Partida Rol por web

The Emperor Protects

I. Altas esferas, Bajas pasiones

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31/07/2013, 19:24
Director

 

Merecía la pena.

Vaya que si lo hacía. Incluso un Marine Espacial veterano podía contar con los dedos de su mano las escenas vividas más espectaculares que las que estábais presenciando. Cabe señalar que la mayoría de los Marines Espaciales veteranos suelen haber perdido dos o tres dedos en el transcurso de sus vidas guerreras.

Karlack era un mundo con dos lunas, pero en este momento ambas estaban ocultas tras el planeta y no interrumpían la visión de éste. Era de un azul oscuro como la noche tan intenso que parecía innatural... y tal vez lo era. Poseía tan solo un continente terraformado que ocupaba toda la mitad superior del globo y que se extendía en zarcillos en determinados puntos invadiendo el hemisferio sur. Ambos hemisferios estaban tan bien delimitados que estas extensiones parecían invasiones, declaraciones de guerra. No había apenas cadenas montañosas ni irregularidades en el terreno continental: todo había sido modificado para albergar una fortaleza tras otra. Las colinas se habían vaciado, las depresiones, rellenado, los lagos, desecado. Y en pleno centro, ocupando más de un tercio de las tierras emergidas, la enorme ciudad-fortaleza de Citadel Primaris.

Pero el sur era otro cuento. Como si se hubieran olvidado de él en un descuido, era todo mar, de una belleza que, por su profundidad, quitaba el aliento. Y su uniformidad solo era interrumpida por un sinnúmero de islas dispersadas al azar, como si una mano divina hubiera proyectado polvo estelar desde el Vacío infinito.

Aún así, esto solo lo convertía en un planeta. Bonito sin duda, por encima de la media... pero un planeta. Lo que convertía la visión en única era la mano de la Humanidad. El inmenso despliegue de poder militar que sellaba el acceso al planeta, el sistema defensivo del corazón de la Cruzada.

En primera línea se encontraban varios centenares de estaciones orbitales de defensa pesada, equipadas con cañones de plasma del mayor calibre. Ni siquiera los acorazados de la flota contaban con armas tan potentes, y estas estaciones, aunque más pequeñas, estaban especialmente diseñadas para albergarlos. Una red de pequeños satélites solares, millares de ellos, se encargaban de producir la energía necesaria para estos descomunales cañones capaces de reducir a polvo literalmente cualquier cosa. Una segunda línea contaba con armas sólidas y de explosión de menor calibre diseñadas para evitar los desembarcos enemigos en las estaciones primarias. Su punto fuerte era su cadencia de disparo, suficiente para derribar simultáneamente docenas de naves pequeñas enemigas, tales como cazas, interceptores y transportes de tropas.

Tras esta muralla de puro poder destructivo se encontraban los muelles orbitales, de tamaño mucho mayor, en los que se encontraban ancladas naves de combate de la Flota Imperial de diversas clases, muchas de ellas en construcción o reparación. Destacaban de entre ellas los enormes cruceros de las clases "Vengador", "Exorcista" o "Retribución". Su tamaño resultaba difícil de asimilar y sobre ellos pululaban como diminutas hormigas un verdadero ejército de técnicos, obreros y especialistas, dirigidos por centenares de tecnosacerdotes del Adeptus Mechanicus.

 

Finalmente, y tras abriros paso por este maremágnum de estructuras orbitales (no podíais dejar de dar las gracias a la autoridad de los códigos inquisitoriales por su eficiencia) se encontraban las estaciones de apoyo y logística y las barreras de sensores de largo alcance. Los ojos y los oídos de la Cruzada, y en cierto modo también sus conexiones nerviosas.

Ya habíais llegado. El rozamiento del casco contra la atmósfera contaminada de Karlack se hizo patente de forma brusca y sin previo aviso y la nave inquisitorial desaceleró hasta entrar en velocidad atmosférica. Vuestra vista se torno del verde grisaceo de los cuarteles de la Guardia Imperial y del gris metálico de las murallas de mecahormigón reforzado en acero endurecido. Los edificios se apiñaban de tal modo que era imposible saber de que color era el suelo original del planeta y aquí y allí se extendía el estigma de la civilización y el símbolo del poder imperial a la Expansión Jericho: Citadel Primaris.

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31/07/2013, 21:08
Director

La Ángel Invicto aterrizó con suavidad en el puerto espacial de Citadel Primaris. O en uno de ellos. Su tamaño relativamente pequeño y su agilidad y versatilidad le permitía, a diferencia de sus hermanas, primas y primas-hermanas de mayor tamaño, realizar un desembarco directo en la superficie planetaria.

El puerto espacial bullía de actividad. Regimientos enteros de la Guardia Imperial, con un arcoiris de insignias con una simbología tan diversa que daría dolors de cabeza a más de un arqueólogo futuro, se apresuraban a embarcar para reemplazar las bajas en primera línea de fuego. Sin embargo, no todos se preparaban para abandonar el planeta: muchos de ellos formaban parte de un destacamento permanente en Karlack que hacía las veces de guardia permanente. A mano izquiera, un transporte tipo Valkyria estaba siendo revisado a fondo, mientras que a vuestra derecha descansaba un bombardero clase Marauder, cual dragón dormido. Y más allá se extendía un espeso bosque de torres góticas rematadas en agujas. Como una montaña elevada sobre el nivel de la tierra, la ciudadela observaba señorial desde las alturas.

El trayecto llevó un buen rato, y hubiera llevado mucho más para cualquiera que no fuese un Guardián de la Muerte o un Inquisidor del Ordo Xenos. No pensásteis siquiera en imaginar el infierno que sería para un ciudadano de a pie: Citadel Primaris era un bastión con tantos muros físicos como burocráticos.

Notas de juego

Paro la acción por si alguien desea hacer preguntas a la inquisidora, que aún está con vosotros, observaciones sobre el planeta o la ciudad, quejas, críticas a la pobre guardia imperial, o más probablemente lanzar suspidos quedos y miradas por encima del hombro de marine-tipo-duro-que-no-se-sorprende-por-nada

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31/07/2013, 22:02
Grigori

Grigori iba con el equipo de combate, la pistola adherida a la pierna por el cierre magnético, la claymore sacris a la espalda, los retros apagados y el casco bien calado. Dejaba que la interfaz de datos fuera analizando lo que estaba a su alcance y de vez en cuando fruncía el ceño para activar el visionado telescópico de su casco para así observar mejor y con más detalle lo que había por tierra.

 - Inquisidora - empezó sin apartar la vista - ¿Qué regimiento esta aquí destacado permanentemente? ¿Con cuantos efectivos cuentan? ¿Apoyo aéreo? ¿Acorazado? - preguntó con voz distraída perdiéndose en los detalles. Grigori permanecía calmado, observando sin parar, tratando de quedarse con todos los posibles detalles.

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01/08/2013, 08:45
Astramael

El hormigueo se convirtió en cosquilleo cuando Astramael vio las defensas estelares del mundo fortaleza. Aquel era un buen ejemplo de lo que la determinación del Hombre podía lograr. Cruzando a través de las defensas llegaron al artificial planeta y su destino: la Ciudadela.

Miró con condescendencia a la carne de cañón que embarcaba en transportes rumbo a algún planeta de nombre impronunciable. Lo que necesitaba el Imperio era unos cien capítulos más de Marines, eso bastaría para acabar con todas las amenazas.

Hace falta más Fe en este planeta. La fuerza militar no bastará para destruir al Enemigo.

Notas de juego

Director: La defensa exterior impresionante...pero ¿y si el enemigo ya está dentro? XD
Director: Pero muy logrado el post, casi tan bueno como la insufrible cháchara de Ibrahim Curtis.

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01/08/2013, 09:02
Marev Solaro

El despliegue alrededor de Karlack era una loa a la gloria del Imperio. Un contingente militar a de tal magnitud era capaz de conquistar varios mundos, tanto más de defender uno sólo. Semejante potencia de fuego era prácticamente inconcebible incluso para su mente mejorada genéticamente y sintió humildad, por la pequeñez de su existencia, y orgullo a partes iguales por poder pertenecer a ese magnífico engranaje que eran los Adeptus Astartes dentro del Imperio. De todos modos, su mente se centró en lo más inmediato; desear una muerte dolorosa al piloto de la nave que había convertido una aproximación rutinaria en un picado por un cielo contaminado. De poco servirían para su misión si se estrellaban...

Tras aterrizar y descender con paso firme, el Guardia del Cuervo no pudo reprimir una leve sonrisa ante la situación. La mera presencia de tres miembros de la Deathwatch, marchando junto a una inquisidora levantarían la moral de la tropa en la misma medida en que infundirían algo de sano miedo a la ira del Emperador en ellos. Él se contentó con observar con método clínico el despliegue de tropas y elementos defensivos. A pesar de ser un mundo teóricamente alejado del frente parecía estar en estado de alerta máxima.

Sin embargo no se le pasaba por alto que las últimas noticias del desaparecido inquisidor apuntaban al hemisferio sur y, desde la órbita, había podido contemplar la llamativa diferencia entre el lugar donde estaban y al que tendrían que dirigirse. Eso y los océanos. La mera existencia de grandes masas de aguas siempre captura la atención de todos los nacido en Deliverance.

-Inquisidora, ¿tiene asuntos que atender aquí?-asumía que habría trámites burocráticos o algo similar. Aunque la Inquisición podía ignorarlos como era su potestad, las autoridades locales solían estar más dispuestas a cooperar si se mostraba cierto respeto. Las palabras no pronunciadas estaban bastante claras: nuestro objetivo no está aquí. Esperó pacientemente una respuesta mientras seguía observando los regimientos, compartiendo en parte la curiosidad del Guardián de las Tormentas. Pero dado que la pregunta ya estaba formulada, era una bobada ahondar más en ella.

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01/08/2013, 13:42
Quist

La intención de las palabras del Cuervo es evidente.

Vincent especificó que, en caso de pasarle algo, sus notas estaban en sus habitáculos. Si no es más claro en ellas que en la carta, no se me ocurre de qué modo vamos a encontrar lo que quiera que buscase. Y me consta que a él, que era especialista en el tema, le llevó años... —no parece muy entusiasmada con la perspectiva

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01/08/2013, 13:54
Castus Iacton

Os deslizáis con cierta precisión entre una maraña de aeronaves, muros y fortalezas y pelotones de guardias en dirección a las torres de Citadel Primaris hasta entrar en uno en concreto, al parecer un cuartel. Quist os explica que allí os esperan. Atravesáis un patio en el que un Comisario se apresta a dar órdenes a los soldados y os dáis cuenta que, desde el otro lado, alguien se dirige a vosotros. Se trata, a juzgar por sus insignias, de alguien de suma importancia, del alto mando planetario como poco. Su rostro es serio y uno de sus ojos ha sido sustituído por un sistema auxiliar de visión. Rondará fácilmente los 50 años estándar y conserva sorprendentemente bien el pelo. Es alto y corpulento y porta un objeto extraño entre las manos. A ambos lados, le flanquea una docena de guardias armados con armaduras de fragmentación negras. Os saluda:

Bienvenidos sean los Ángeles del Emperador. Vuestra presencia aquí no honra dice, sin énfasis—. Soy el Lord General Castus Iacton, responsable militar del planeta. A continuación dirige su atención a la inquisidora—. Inquisidora Quist —hace un saludo respetuoso—, empezaba a preguntarme cuándo vendríais. El Inquisidor Vincent dejó esto con órdenes estrictas de que se os entregase sólamente a vos.

Os fijáis con más detalle en lo que lleva entre las manos. Es una caja de adamantina con los cantos en filigrana dorada. El Lord General pulsa la cerradura y alinea una serie de filigranas y la caja se abre, revelando un arcón más pequeño de madera negra grabada y reforzada con piezas de plata muy adornada con el símbolo de la Inquisición. Está sellada, y presenta un sistema de cerraduras diabólicamente complejo. Iacton se la entrega cuidadosamente a la inquisidora.


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01/08/2013, 14:27
Grigori

Quist ya no le caía bien... la respetaría unicamente por su rango, no por nada más. Ese modo en el que Grigori había sido ignorado le molestó, una simple humana... apartó esos pensamientos de su mente y se mantuvo firme, como se esperaba de él.

Observó al General con gesto adusto, pero el casco ocultaba sus facciones y expresiones, parecía una mole, una estatua dormida; el único movimiento que hizo fue de asentimiento ante el saludo de Iacton pero no hizo más, se mantuvo a la espera y observando.

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01/08/2013, 15:12
Marev Solaro

En opinión de Marev, sería poco probable que el Inquisidor estuviera dentro de una caja aunque la imagen le hizo sonreír. Ni siquiera la inquisidora pensaría que esos papeles iban a solucionar todo el embrollo, de haber sido así no habría hecho venir a tres Astartes. La perspectiva de ser acantonado durante un tiempo indefinido en aquella barahúnda de ciudad no le atraía lo más mínimo. Pero los caminos del Emperador son inescrutables.

El Guardia del Cuervo saludó al Lord General cruzando las manos sobre su pecho, formando la señal del aquila. No estaban allí para ser diplomáticos y la atención no debía estar centrada en ellos. Que fuera la inquisidora quien llevase le peso de la interacción social. Cuál no sería su sorpresa cuando Iacton entregó una caja, teóricamente procedente de la mano del desaparecido.

Sólo para nuestros ojos-Aquello era mucha suerte o una trampa. No había motivo para desconfiar de alguien con un rango de Lord general, por lo que decidió que sería lo primero. Fuera trámites, habría que analizar su contenido y que comenzara la auténtica misión. Durante un instante sí que gozó de un sentimiento impropio de un Astartes que el casco ocultó por completo: Al final no iban a tener nada que hacer allí y pronto podrían marchar. Un ya te lo dije en toda regla.

Pero no se rebajaría a recordarlo siquiera. Quist sería dolorosamente consciente de ello. Mantuvo la posición, hierático, esperando nuevas órdenes de despliegue. Por lo que parecía su visita de la zona de desembarco sería tan corta como él deseaba. Por lo que pudo ver el Guardián de la Tormenta también había decidido pararse, ya pondrían los tres en común sus impresiones. Aquello parecía sospechosamente sencillo, pero bien podía ser la Divina Providencia del Emperador velando por sus Ángeles.

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01/08/2013, 15:52
Director
Sólo para el director

Astramael: fallo
Grigori: 2 grados de éxito
Marev: 4 grados de éxito

- Tiradas (3)

Notas de juego

Awareness Turno 1

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01/08/2013, 15:51
Astramael

A Astramael no le gustó el comité de bienvenida. Veinticuatro soldados bien pertrechados deberían tener una mejor tarea que ser decorado en un escenario. El marine sabía que eran la escolta del Lord Iacton, alguien de su rango necesitaba protección, eso el ángel sangriento lo entendía muy bien, pero no dejaba de molestarle.

Fueron inmediatamente al asunto que les traía entre manos. La entrega de un objeto legado de un Inquisidor a otro.

Parece que Vincent dejó sus asuntos atados antes de desaparecer. Pero me gustaría saber si han examinado su contenido.

Ante la inmovilidad de sus compañeros Astramael reaccionó con un movimiento de cabeza para fijar sus ojos en la Inquisidora, expectante por que abriera la caja.

Notas de juego

Grigori: Sí, es un poco debilucha para ser inquisidora.

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01/08/2013, 16:05
Director

La inquisidora miró la caja con el ceño fruncido durante unos segundos. Acto seguido, puso su pulgar sobre uno de los símbolos —¿un lector de huella dactilar tal vez?— y, tras ello, mueve alguna de las filigranas, que se desplazan con un chasquido sordo, revelando un círculo de runas extrañas que rodean el símbolo inquisitorial —¿Un código? ¿Instrucciones? ¿Un mensaje? ¿Adornos?—. Pulsa el símbolo de la Inquisición y las runas comienzan a brillar el color ambar.

Ante estas modificaciones, la inquisidora queda observando la caja de nuevo en silencio, pensativa.

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01/08/2013, 16:06
Director

Había algo extraño en el ambiente, algo sutil. Te llevó varios segundos hasta que tu subconsciente se percató de qué era: un ligero olor astringente.

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01/08/2013, 16:08
Director

Había algo extraño en el ambiente, algo sutil. Te llevó varios segundos hasta que tu subconsciente se percató de qué era: un ligero olor astringente. No era el humo de las fábricas. No era el sudor de los soldados. No era el promethium quemado de los motores de las aeronaves. Era algo distinto a cualquier cosa que hubieras olido antes. Y hace un par de minutos no estaba ahí.

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01/08/2013, 16:15
Grigori

Frunció el ceño - Mi señora - empezó dando un paso hacía delante - ¿capta ese olor?

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01/08/2013, 16:18
Marev Solaro

Marev no conseguía ubicar del todo el peculiar olor, pero tenía la sensación de haberlo notado antes. Tampoco quería provocar una escena de pánico en medio del lugar. Por lo que la cautela se impuso al habitual impulso de echar mano del arma que llevaba sujeta a la cadera.

Con presteza, fruto del entrenamiento exhaustivo, abrió el canal de comunicación de sus compañeros -Alerta. Posible amenaza desconocida.- justo en el momento en que Grigori preguntaba a la Inquisidora por el origen del olor. Al menos le tranquilizó algo saber que no era el único que lo había notado. Fuese lo que fuese ahora ya estaban bajo aviso y pocas cosas más peligrosas podían encontrarse en la galaxia que varios Astartes veteranos preparados para lo que fuera.

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01/08/2013, 16:24
Astramael

Astramael siguió mirando fijamente a la caja, aún más intrigado por lo que quiera que sus compañeros hubieran olido. Al oir la palabra "Alerta" Él no echó mano de su arma pero sintió un escalofrío cuando pensó en lo que sería capaz de hacer si notaba el peligro. Por un instante los guardias le parecieron muñecos de práctica, listos para ser despedazados..

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01/08/2013, 16:32
Quist

La inquisidora, completamente absorta en su trabajo, se las había apañado en estos breves instantes para alinear ciertas filigranas de la caja, que ahora habían formado varios símbolos: una calavera, una cara lasciva y una espada y uno que faltaba por formarse. Tres cuartas partes de las runas estaban en verde cuando la inquisidora pareció procesar las palabras de Grigori.

Mmm, a mi me huele a promethium mal carburado comentó distraída, con los ojos aun fijos en la caja, concretamente en los últimos símbolos—. Esto parecen las dos partes de un águila... dijo, algo confundida y con el ceño fruncido. Levantó los ojos hacia el cielo y pestañeó un par de veces, aclarándose la vista.

El olor era claramente percptible ahora (también Astramael lo olía)  y parecía haberse intensificado.

 

- Tiradas (1)
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01/08/2013, 16:41
Grigori

Podría ser veneno... - comentó a sus hermanos con el canal privado tratando de analizar la posible toxina con su neuroglotis... pero no fue capaz de llegar a nada concluyente - Inquisidora Quist... le aconsejaría despejar la zona... - dijo con cierto tono de alarma

- Tiradas (1)

Notas de juego

Neuroglotis: Podrá detectar cualquier veneno o toxina ingerida con una tirada de perspicacia. También podrá hacerlo mediante el olfato con un -20. Por otro lado, se podrá usar este implante para rastrear enemigos que se hayan... "saboreado" (si... saboreado...) y tendrá un +10 a la tirada.

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01/08/2013, 16:43
Marev Solaro
Sólo para el director
- Tiradas (1)

Notas de juego

Escrutinio visual alrededor, por si hay algo extraño

52 de Percepción +10 por sentido agudo (Vista).

La hago oculta, para que el éxito o falta de él modifique lo que me digas