Partida Rol por web

The Hoard of the Dragon Queen Episodio 1

Capítulo 1 - Verdosísima en llamas

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19/05/2018, 17:25
Samtharas Lothinian

No sé cuánto tiempo tardo en recorrer la escasa distancia que me separa de la balista más próxima, pero cada paso que me acerco a ella pesa como un millar de losas. Con la inescapable sensación de que este será mi fin, me digo a mí mismo que en la lucha contra el mal no hay nadie imprescindible. Tan solo espero que mi sacrificio logre desviar la atención del dragón del patio de la fortaleza, pues no son pocas las terribles historias que he escuchado sobre bestias aladas sembrando la muerte con su hálito letal. Con suerte, lograré dar a mis compañeros el tiempo suficiente para volver las tornas de la batalla en su favor.

Y si no...

Sacudo la idea de mi mente y apresuro el paso, reprimiendo mi deseo de echar un último vistazo atrás. Sé que si me permito  dudar siquiera un instante, jamás acometeré la importante labor que Lathander ha puesto frente a mí, tan evidente como fácil de abandonar en pos de otras tareas menos arriesgadas.

Con una extraña mezcla de temor y determinación, y sintiendo cada latido de mi corazón en la garganta, me encaramo como puedo a la estructura del arma de asedio y me aferro con todas mis fuerzas al enorme proyectil que apunta ominosamente al cielo. Vuelvo la mirada hacia el joven soldado al que acabo de dar ánimos en una orden muda que espero que comprenda. Al principio duda, pero luego se decide y corre a maniobrar la balista.

Los instantes que anteceden al disparo se me hacen eternos. Nunca en mi vida he volado agarrado a la jabalina lanzada por una balista, ¿cómo se supone que debo prepararme? Cierro los ojos un instante, aprieto los dientes y vacío mi mente.

—¡Fuego!

El estruendoso chasquido que produce el arma al soltar la correa de tensión me hiela la sangre, y salgo disparado a una velocidad tal que mi alma casi se separa de mi cuerpo. El viento golpea mi cara con fuerza, como abofeteándome por mi estupidez, y no oso liberar una mano para enarbolar mi maza. Todo lo que consigo es lanzar un grito envalentonado antes de que el proyectil se clave violentamente entre las duras escamas de la piel del dragón. La fuerza del impacto me arranca de mi asidero, y salgo proyectado hacia delante, logrando a duras penas agarrarme en algún lugar de la bestia que no acierto a determinar. Mi mente se pierde en una vorágine formada por dos palabras: «dragón» y «caída». Ciertamente, la altura a la que me encuentro es amenazante, y me permite divisar la marea de tropas enemigas que se acerca desde la distancia. Pero no puedo dejar que el temor me paralice, o el desánimo me venza. Tengo que esforzarme mucho hasta que, finalmente, me obligo a sustituir las dos palabras que resuenan en mi mente por una sola.

Victoria.

- Tiradas (1)
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05/06/2018, 21:29
Le'nnithönn

TODOS:

Con su tremenda voz distorsionada, con chispas en su boca, la criatura está lista para freiros a todos. Anuncia su nombre entonces, queriendo que estas sean las últimas palabras que escuchéis.

No llega a terminar su monólogo, interrumpido por el proyectil de una balista impactando de lleno sobre su lomo, junto a un pasajero que cae sobre él. En su lugar, suelta un enorme bramido mucho más agudo, un gemido salvaje comparable al grito de un jabalí o un lobo heridos y enfurecidos. Keth es el primero en notarlo: el sonido del miedo. El de una presa, no el de un cazador. El cuello de la criatura se ha girado hacia arriba expulsando todas las chispas de su ataque de aliento no sobre los luchadores del patio, sino sobre el mismísimo cielo, generando truenos y chispas sobre las nubes.

Chispas caen sobre el patio. Pero no son eléctricas sino líquidas.

Casi como si el mismísimo aliento del Dragón lo hubiera provocado... ha empezado a llover.

Los Kobolds se detienen de inmediato en una parálisis casi mágica, pues, ¿qué posibilidad pueden tener si su dios Le'nnithönn, avatar de su diosa Tiamat, teme a estos aguerridos humanoides? Puede que el sol de Lathander todavía no haya salido, pero la furia de Bahamut es transmitida por Samtharas a todo el Culto del Dragón. Incluso los líderes del asalto, al fondo y a salvo, se estremecen ante el rugido lastimero del Dragón.

Vosotros, Elegidos de Bahamut, sabeis que hace falta mucho más que una balista para derrotar a un dragón de este calibre. Samtharas, tú especialmente sabes que el proyectil de la balista ni siquiera ha penetrado tan profundo en la carne de la sierpe como os habría gustado. Mas... el Culto del Dragón ha oído lo mismo que vosotros: el gemido lastimero y aterrado de una criatura majestuosa, que creían invencible e imparable.

- Tiradas (1)

Notas de juego

TURNOS APROXIMADOS QUE QUEDAN ANTES DE QUE SALGA EL SOL: 4
ESTADO ACTUAL DE LA BATALLA: Detenida.
BONUS DE MORAL:
-La moral de todos los defensores ha subido a Muy Motivados (+2 a la iniciativa y todas las tiradas de ataque, incluyendo melé, a distancia y mágico. +2 daños a todos los ataques.)
-La moral de todos los invasores ha bajado. Desventaja en los ataques.
BONUS DE BENDICIÓN: Fornund, Keth, Durzo: Teneis que añadir 1d4 (pero no 1d4+2 xD) a vuestras tiradas de ataque, adicional al bonus de moral en caso de que lo tengais.
Recordatorio de reglas especiales:
-Siempre podéis bajar de murallas al patio o subir del patio a las murallas sin problema durante vuestros turnos, consumiendo así todo vuestro movimiento ese turno.
-Combatir cuerpo a cuerpo junto a aliados os proporcionará ventaja en la tirada de ataque.
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-Keth, si vas a luchar junto a los soldados del patio, puedes usar tu hacha grande o la pequeña. Cambiar de un arma a otra es acción gratuita. Usar la grande supone que necesitas un poquito más de espacio para manejar el arma, lo que significa exponerte más en combate (algunos enemigos te preferirán como objetivo). Por el contrario si usas la pequeña estarás más protegido.
-Fornund, puedes usar tu punto de inspiración para volver a tirar 1 dado si tenías ventaja en la tirada y aun así fallas. (Por si ya tienes ventaja en la tirada y aún así quieres usarlo).

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06/06/2018, 00:16
Director

Notas de juego

Samtharas, te toca hacer varias tiradas:

-Es difícil mantener la concentración mientras vuelas. Haz una Tirada de Salvación de Concentración. Tienes ventaja por el rasgo Conjurador de Combate. CD es solo 10, pero con desventaja. (Tu ventaja anula la desventaja)

-Es dificil mantenerse agarrado al lomo de un Dragón enfurecido. Haz una tirada de Atletismo (Fue) o Acrobacias (Des) para no caerte. CD 13. ¡No te vayas a caer!

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06/06/2018, 01:29
Icehauptannarthanyx

DURZO Y THARKAEL:

El cultista arcano estaba tan sediento de sangre que no se dio cuenta de que no merecía la pena meterse con Tharkael. El elfo dracónido no fue rival para el excesivamente confiado mago, quien lo derribó al suelo de una letal descarga eléctrica a través del conjuro del Orbe Cromático.

No se levantó.

Antes de que Tharkael pudiera empezar a celebrar su éxito, el colgante que Iceahupt le había entregado empezó a brillar.

THARKAEL:

Tharkael, el colgante mágico que te cuelga del cuello no es sino el que el Dragón Blanco Icehauptannarthanyx te entregó en el Templo de Bahamut en los Picos de las Nubes. Te basta con agarrar el colgante para recibir telepáticamente el mensaje del Dragón Blanco sobre tu mente.

Pese a que el Frío es tu elemento, no puedes evitar sentir un escalofrío al oir la voz del Custodiado de nuevo. Tan pronto tocas el colgante éste brilla con fuerza y la forma de un gran ojo de serpiente (o de dragón) parece dibujarse sobre el medallón, observándolo todo a su alrededor: arriba, abajo, delante, atrás, a los lados... Cuando el Dragón formula sus siguientes frases, eres de algún modo, consciente de que el conjuro ha cambiado y con él la conexión telepática o mágica: ahora el resto de tus compañeros de viaje también pueden oirle.

TODOS:

¿Lenny? Tharkael, nunca se te ocurriría reducir el nombre de un Dragón de una manera tan irreverente a un Dragón... ¿O quizás sí que lo harías? Casi que no puedes evitar sonreír un poquito ante la idea. ...Lenny. ¡Lenny el Dragón! Es casi tan gracioso como Blanquito el Custodiado. ¿No le llamó así Keth la primera vez que le vio?

 

 

Casi como si leyera tus pensamientos, (menos lo de Blanquito, jeje...) El Custodiado comenta lo ridícula que le parece la situación. Ahora que estás más tranquilo (dentro de lo que podría uno estar tranquilo en un asedio de cultistas suicidas y en medio dos Dragones Cromáticos) notas que el Dragón Azul no es tan grande como El Custodiado. Dicen que los dragones nunca dejan de crecer, así que cuanto más pequeños sean, más jovenes y menos experimentados y poderosos son. Le'nnithönn ni siquiera se ha hecho un título todavía, a juzgar por sus propias palabras.

Esta criatura es un dragón joven, y desde luego lo suficientemente inteligente como para entender que morir aquí y ahora, sin alcanzar todo su poder, sería estúpido. Quizás tú y tus compañeros podríais aprovecharos de esto, y presionarle de alguna manera para obligarle a marcharse. ¿La alternativa? Dejar esto en las manos de Icehaupt, pero volveríais a deberle un favor... Es una opción viable, pero poco deseable. Claro, que más deseable que dejar que 'Lenny' recupere la confianza en sí mismo y os mate a todos.

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06/06/2018, 03:05
Director

DURZO:

Haces poco caso de las palabras del Dragón Blanco de Picos Nublados sobre tu mente. Pues tienes otras cosas en mente. Todo el mundo está perplejo ante lo que acaba de suceder. Y cuando la gente está perpleja es cuando los de tu oficio pueden robarles hasta los zapatos. Muertos los kobolds a flechas, muerto el mago a base de magia, ya no quedan cultistas a este lado de la muralla. ¿Recuerdas ese plan de bajar y acercarte a los jefes? Bien podría ser esta la oportunidad que buscabas. Todavía no se han formado charcos. En lugar de ser una impedimenta, La lluvia y los bramidos ocultarán el poco ruído que puedas hacer... Tienes vía libre.

¿Para hacer qué? Bien es cierto que parte de la escolta de la élite se ha desvíado hacia ellos (solo queda uno todavía con ellos), pero asesinar a los líderes se te antoja como una empresa suicida. No te cabe duda de que será gente que sabe defenderse... ¿A lo mejor tienen una Máscara de Dragón por ahi cerca? Nah, sería demasiado fácil ¿no? Pero quizás no sea la vida, o las máscaras, sino información lo que puedas robarles. Segurisimo que hablarán entre ellos, discutiendo un plan de retirada quizás...

Pero sería, como siempre, un riesgo. Aunque uno posible para tus capacidades. Alternativamente, si lo prefirieras, quizás podrías unirte a la lucha ahí abajo. O ayudar a tus compañeros con el Dragón. O quizás podrias buscar unas cuantas piedras y tirarselas encima a los cultistas embobados... ¿O subir a la torre de Nighthill a robarle alguna cosilla? ¿O sentarte a disfrutar del espectáculo?

 

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06/06/2018, 03:06
Director

Justo cuando el martillo de Fornund aplasta la cabeza de un Kobold más, y el gran hacha de Keth rebana la cabeza del último de los dracos de emboscada, el bramido del dragón os detiene a todos. Los invasores reculan hacia atrás inmediatamente, reagrupandose. Todos levantais las cabezas para mirar al Dragón. Incluso Nighthill está boquiabierto, incrédulo ante lo que está viendo. Como si fuera el mismísimo Torm a los lomos de Bahamut, Samtharas se ha subido sobre el Dragón Azul, su monólogo ha sido interrumpido y sus gritos resuenan por toda Verdosísima y las tierras colindantes.

Ahora que el enemigo ha retrocedido, sabéis que Samtharas os ha dado una oportunidad de oro. Oís la voz de Icehaupt, que de algún modo mágico o psiónico os retransmite en vuestra mente su conversación con Tharkael, pues os antañe también. No os equivocais al interpretar sus palabras: como cualquier dragón Le'nnithönn es un terrible y temible, capaz de mataros a todos. Pero no goza del poder, la confianza y la experiencia para hacerlo. Como él, sabéis de historias de aventureros que han matado dragones: ¿por qué no iban a poder los Oh así llamados Elegidos de Bahamut? Sabeis, como Samtharas, que teneis la oportunidad, por inverosímil que parezca, de intimidar a un Dragón, de echarle de Verdosísima, y con él al resto del Culto. ¿Pero, cómo aprovecharla? Podríais intentar ayudar a Samtharas (como fuera que se os ocurriera) y presionar aún más al Dragón, con la esperanza de poder asustarle sin la necesidad de deberle un favor al Custodiado. ¿Pero, es eso posible siquiera?

¿Y está en vuestras manos? Keth, Fornund, alternativamente, podríais presionar por vuestro flanco. Podríais dirigir el contraataque, instando a vuestros compañeros soldados de Verdosísima a atacar a los confundidos cultistas. ¿O quizás se os ocurra un plan mejor?

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06/06/2018, 04:05
Gaulmond

Fornund, antes de que puedas empezar a cabilar un plan, el clérigo de Chauntea se abalanza sobre tus hombros. Está terriblemente pálido, y parece más viejo. "... ¿Ofrece... Moradin... salvación a aquellos que no son enanos?" te pregunta con notable desesperación en su voz, agarrandote el brazo tanto como para no caerse como para comenzar a sanártelo. "A-antes de morir... tengo... que... ¡he cometido tantos pecados!" ¡No es el mejor momento para absolución! ¿Tan temoroso de su vida está que tiene que pedirla ahora mismo? ¿Justo cuando el combate ha virado a favor de los defensores? ¿Por qué tiene la mirada de un hombre sin esperanza? Pareciera que fuera a desplomarse muerto ahora mismo, como si la vida se le escapara de entre las manos. "Él dijo que Lathander me perdonaba..." señala con la cabeza al Dragón Azul... no, a Samtharas. Luego el clérigo de Chauntea se lleva la mano al colgante con su símbolo sagrado, el que ha estado usando para hacer los milagros de curación, el mismo con el que te ha curado. Lo saca de entre sus ropas: un medallón negro, con la calavera de un dragón dibujada sobre el mismo. Se trata de un símbolo sagrado de Null, Dios Dragón de la muerte y los Dracoliches, hermano de Bahamut y Tiamat, tan malvado como esta última.

"...Yo serví al Culto. ¡Sirvo al Culto! Formé parte de sus crueldades... fui yo quien descubrió que había una Máscara del Dragón aquí... y-y los he traido... y he provocado todo esto. Fingí servir a Chauntea, pero en realidad nunca he sido... y aún así la diosa... me trató como uno de sus clérigos... y me entregó un regalo bendito... Pero ahora... me ha abandonado... como me abandonan mi vida y mis fuerzas..."

Notas de juego

Fornund, recuperas 10 PG.
 

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06/06/2018, 12:21
Durzo

El vuelo de Samtharas atrajo mi atención y de todo el mundo. El riesgo que había corrido el clérigo era algo excepcional y digno de mención. Estaba observando como cabalgaba sobre el proyectil, cuando la voz de Icehaup me sacó de mi ensimismamiento. Resonó grave en mi interior y por lo que pude observar en la de todos.

Todos se quedaron quietos mirando hacia el cielo como si la voz proviniera de allí, observando además como el dragón azul se removía herido. Nadie miraba en mi dirección y mis compañeros habían conseguido repeler la mayor parte del ataque. El enemigo se preparaba para seguir los pasos del dragón si se decidía a huir.

Era el momento de poner en marcha mi plan inicial, ahora que nadie estaba pendiente de mi y había algo de caos en el campo de batalla. Al final mi objetivo eran las máscaras de poder y con toda seguridad los líderes tendrían una de ellas. Si pudiera hacerme con ella sería un triunfo que añadir a mi historia personal.

Busqué por encima de la muralla si quedaba algo de lo que los kobolds habían usado para subir aún en buenas condiciones para usarlo para bajar directamente por la muralla. De esa forma no tendría que cruzarme con nadie y tener que dar explicaciones innecesarias sobre mi destino.

Una vez en el suelo, por la parte exterior, me dirigí hacia donde se encontraban los líderes, dando evidentemente un pequeño rodeo para no acercame directamente a ellos. Mis oscuros ropajes me ayudaban a camuflarme entre el barro que ahora cubría el terreno y este mismo amortiguaba mis pisadas.

Allí estaban. Los comandantes del ejército y líderes del ataque. Tenía que planear bien el siguiente paso para no dejarme al descubierto. Me quedé a refugio intentando captar algo de lo que pudieran hablar, pero a tiro de daga.

 

Notas de juego

He supuesto que llego abajo, mas que nada para agilizar el turno. Si tengo que hacer alguna tirada para descender por la muralla pues la hago.

Uso "Acechador" para esconderme de la vista.

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09/06/2018, 19:31
Samtharas Lothinian

Notas de juego

-Es difícil mantener la concentración mientras vuelas. Haz una Tirada de Salvación de Concentración. Tienes ventaja por el rasgo Conjurador de Combate. CD es solo 10, pero con desventaja. (Tu ventaja anula la desventaja)

Un par de observaciones (si se me permiten):

1. Conjurador de Combate solo afecta a las Tiradas de Salvación de Constitución efectuadas para mantener la concentración cuando se reciben daños. En este caso sería una tirada forzada por las circunstancias ambientales, por lo que no se aplicaría ventaja.

2. Tampoco entiendo por qué he de aplicar desventaja en la tirada. El mero hecho de tener que tirar para no perder la concentración ya indica que Samtharas está en una situación complicada (como también lo sería ser golpeado por las olas en la bamboleante cubierta de un barco, o estar cruzando un estrecho paso de montaña en medio de una ventisca, o tropezar con una tortuga imaginaria). Como DM, yo solo añadiría desventaja cuando exista una dificultad añadida a la situación que origina la tirada, como por ejemplo, en el caso que nos ocupa, si Samtharas tuviese miedo a las alturas (se me ocurre).

Por último, sugiero cambiar el orden de las tiradas que propones. Primero haría la tirada para no caerme. De ese modo, ya sé que si la paso, tendré que hacer la tirada de concentración contra CD 10, pero si la fallo, habrá que calcular el daño que me llevo por la caída (ay, madre) y enfrentarme posiblemente a una CD mayor para lograr mantener la concentración (aunque en este caso con ventaja, gracias a la dote —y esto si sobrevivo—). También me gustaría, como mi acción, pegarle al dragón con mi maza... obviamente si sigue estando a mi alcance, y no a varias decenas de pies sobre mi cadáver.

Tú dirás (y por supuesto, tienes la última palabra respecto a todo).

 

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12/06/2018, 04:59
Fornund Thornod

De algún modo, a pesar de que la encarnizada refriega acapara casi toda mi atención, soy testigo del prodigioso acto de temeridad protagonizado por mi compañero Samtharas, a quien desde luego tenía por alguien mucho más juicioso. Estoy a punto de gritar que se detenga, pero llego tarde. En el momento en que el virote sale disparado, mi corazón se encoge de preocupación… No, de angustia. Sigo la trayectoria del proyectil como si este estuviera surcando los cielos muy lentamente, y pienso en todas las cosas que pueden salir mal, y en lo poco que deseo ver morir a mi amigo, por el que he llegado a sentir un considerable aprecio. A las dudas y el temor los sigue un latigazo de ira, y me imagino a mí mismo gritándole y reprendiéndolo por su necia imprudencia. Y con todo, la jabalina alcanza su objetivo; contra todo pronóstico, el clérigo logra tomar asidero en la inestable cabalgadura que es el dragón.

En ese mismo instante, algo milagroso sucede. El campo de batalla, que parecía haber estado conteniendo la respiración, estalla en una oleada de energía casi palpable. Me siento sucumbir a la euforia, contagiado y ebrio de entusiasmo y celebración. Casi sin darme cuenta me sumo al estruendo de los vítores, aullando de dicha, y que vamos a vencer. Un caballero dorado, volando como una estrella fugaz en el firmamento, sometiendo a una bestia alada y devolviéndonos la esperanza. Una imagen de un poder como no se ve en generaciones. Esto es lo que Verdosísima necesitaba, lo que todos necesitábamos.

No pasa mucho tiempo antes de que el horrísono eco de la voz de Icehauptannarthanyx resuene en mi cabeza, enredándose en mis pensamientos, instándonos a todos a acabar con el dragón azul, de nombre Le’nnithönn. No sé cómo lo ha hecho, hurgar de este modo en el templo de mi mente, pero la retorcida bestia no influye en absoluto en mis intenciones. «Lo expulsaremos de aquí así os convenga o no, “excelencia”», me imagino a mí mismo respondiéndole.

Entonces, unas manos sobre mis hombros interrumpen mis pensamientos, revitalizándome con una energía sanadora que me devuelve las fuerzas. Se trata de Gaulmond, terriblemente demacrado y debilitado. ¿Qué le ocurre? ¿Por qué hay tanta angustia y dolor en sus envejecidos ojos?

Moradin es el Padre de Todos; el Pueblo Robusto tan solo fue el primero en… —trato de responder a su primera pregunta, extrañado y compungido a partes iguales. Gaulmond apenas me deja hablar, prorrumpiendo en una serie de balbuceos acerca de pecados, culpa y perdón que tardo unos instantes en comprender. El doliente sacerdote confiesa entonces, para mi sorpresa, su pertenencia al Culto del Dragón. Mi alma enmudece durante unos instantes, en los que el farsante expresa su autocompasión y su arrepentimiento. A la conmoción inicial la siguen un dolor y una decepción profundos al conocer tamaña traición.

Tardo unos segundos en ser capaz de mirar a los ojos del hombre. Su mirada me devuelve una amargura que me golpea con la fuerza de cien martillos. Mi boca intenta varias veces formar palabras, pero no encuentra ninguna que sea apropiada. ¿Qué puedo decir? ¿Qué debo decir? ¿Cómo puedo ofrecer consuelo a un hombre que nos ha arrojado a esta situación? Siento como si esta fuese una prueba realmente importante, para la que no sé si estoy preparado. Inspiro.

Gaulmond… —empiezo, sintiendo la garganta seca y la cabeza dispersa—. No me corresponde a mí juzgar vuestros actos. Solo soy la voz mortal del Padre. Pero los mortales nos equivocamos. No…«Cobarde —me increpa la voz de mi mente—. ¿Te apartas de un hombre en sus últimos momentos, cuando realmente necesita consuelo?». Me humedezco los labios y doy un paso al frente, sujetando al clérigo, como temiendo que vaya a reducirse a polvo en cualquier momento. Le hablo con severidad, pero también con compasión, como un padre regañando a un hijo que lo ha decepcionado—. Acogeos a los dioses, Gaulmond, pues responderéis ante ellos con el peso de vuestros actos, los egoístas, pero también los justos. Habéis cometido una gran equivocación, pero estáis luchando por enderezar el error. La vida es un sinfín de equivocaciones, mas todas tienen remedio. —Me aclaro la garganta, y sacudo suavemente al humano, como queriendo dar énfasis a unas palabras que tardan en llegar. ¿Por qué me cuesta tanto decir lo correcto?—. El peso del alma de un hombre se mide según dónde se encuentre su corazón en el momento final. Acabáis de comprenderlo, y estáis a punto de cometer un gran sacrificio. Pero Gaulmond, os lo imploro: no os inmoléis. No escapéis del mundo de este modo, pues aún hay amor para vos en él. Lathander os perdona, estoy convencido, como también sé que lo hace Moradin. Yo… —Hago una pausa—. Yo solo soy un siervo de los dioses, simple arcilla moldeada por su voluntad, pero si mi opinión os vale de algo… Sois un hombre de gran valor. Vuestra contrición es pena suficiente.

Siento un gran alivio al pronunciar estas palabras. En el momento en que escapan de mí, sé que he dicho lo que debía decir, y el peso que mis entrañas cargaban hace unos instantes se disuelve en el aire. Sonrío con calidez, colocando una de mis amplias manos sobre la cabeza del hombre.

Seguid con nosotros, Gaulmond. No os vayáis.

Notas de juego

A ver, razonablemente... Dudo mucho que con todo lo que está pasando me dé tiempo a hacer nada más que hablar. Dire, si opinas lo contrario, dímelo y aplasto las cabezas de otro par de kobolds mientras me pongo profundo y existencial.

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12/06/2018, 16:13
Keth

Todo pasó demasiado rápido. Gaulmond confesando una traición, el blanquito irrumpiendo en la batalla. La confusión era total. Pero algo bueno había salido de eso. Ahora el enemigo estaba desmoralizado. Era nuestra oportunidad. Me coloqué frente al enemigo para que todos me vieran, puse una de mis caras de orco enojado y grité con todas mis fuerzas.

-¡HEMOS VENCIDO A SU ARMA SECRETA! ¡YA NO TIENEN OPORTUNIDAD! ¡ESTÁN PERDIDOS!¡RÍNDANSE AHORA O LOS APLASTAREMOS!

- Tiradas (1)

Notas de juego

Tiro intimidar contra todos, aunque supongo que no tendrá el mismo efecto con el dragón que con los demás. Pero al dragón se lo dejo al otro dragón. Jeje

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03/07/2018, 20:36
Tharkael Hendril

Observa con asombro como el ojo del Dragón blanco emerge desde su amuleto, sin darle la oportunidad de celebrar la victoria alcanzada contra los agentes del culto y ver la proeza alcanzada por Samtharas para derrotar al joven dragón.  Sintiendo como la conexión telepática ahora se extiende hacia el resto de sus compañeros, deteniendo rápidamente su avanzada para escuchar lo que ha de proponer aquella sierpe.

Vaya....no puede ser que se llame Lenny jajajajajajaja

Piensa a pesar que esa sonrisa en su rostro contrasta con la seriedad proyectada en sus ojos, avanza en paso cauto mientras escucha que el Dragón Blanco propone poder expulsar a su compatriota de escamas a cambio de ejercer otro favor. La idea resulta tentadora pero sabe que el costo a pagar es alto y toma nota respecto a la información brindada por quien es su "custodiado".

-Gran Iceahupt...quien trae la Muerte Helada, no debe preocuparse porque nosotros tenemos bajo control esta situación-.

Termina por decidir, mirando al resto de sus compañeros como van ganando moral rápidamente para hacer frente a los enemigos.

-TENEMOS OPORTUNIDAD DE DERROTARLOS...HAY QUE HACERLOS RETROCEDER-.

Grita mientras busca con la mirada una de las balistas que pueda alcanzar y así ayudar al clérigo en derrotar al dragón azul que los está acechando.

Notas de juego

¿Como puedo aplicar impacto verdadero?

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03/07/2018, 22:29
Samtharas Lothinian

De repente, la sierpe voladora da un giro brusco en el aire, en un intento evidente por quitárseme de encima. El viraje es tan repentino que me pilla completamente desprevenido, y antes de darme cuenta, mis manos ya se han abierto y me precipito al vacío.

El terror es tan atenazador que ni siquiera consigo gritar. Tan solo siento el viento golpear mi cuerpo mientras caigo. Y de pronto, todo parece detenerse. Debe de ser cierto que cuando alguien va a morir, su vida le pasa por delante, ya que ante mis ojos se suceden imágenes de mi juventud en el templo de Lathander, de mis compañeros y tutores, de mi padre, y de mis amigos que están luchando en la fortaleza.

No puedo fallarles.

Extiendo el brazo con rapidez, y logro asirme a la cola del dragón en mi caída. Las escamas me arañan los dedos mientras mi mano resbala por su superficie, pero al final, logro afianzarme en el mismísimo extremo de la cola del reptil. El corazón me salta dentro del pecho: no habrá una segunda oportunidad.

Miro hacia arriba, consciente de que desde esta precaria posición no puedo atacar eficazmente, y emprendo la escalada hacia el torso de la bestia.

- Tiradas (4)

Notas de juego

¡La maldición de Samtharas ataca de nuevo! XD

Resumiendo, fallo mi tirada de Atletismo para evitar caerme, pero gasto mi Inspiración y logro no matarme en el último momento. Fallo mi tirada de salvación para concentrarme (así que ya no estáis bajo los efectos de mi Bendecir, chavales), y para seguir con la tradición, también fallo mi ataque.

Casi habría sido mejor caerme y acabar con mi miseria... XD

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23/07/2018, 19:32
Director

DURZO:

Desciendes por la muralla y sigilosamente, oculto por la oscuridad de la noche. Sabes moverte con sigilo, y la lluvia oculta el sonido de tus pisadas. De todas formas, con el espectáculo que Samtharas está formando, nadie está atento a otra cosa. Así, llegas hasta los dos líderes. A una distancia prudencial, pero la suficiente como para poder lanzar una daga o disparar con tu arco. La Dracónida de la que os habló a todos el preso que interrogásteis, Langededrosa Cólera del Clan, está ahí, cruzada de brazos al lado de su jefe, Frulam Mondath, nombre que le sonsacaste al prisionero una vez el resto del grupo se retiró y quedasteis a solas.

Mondath está apoyado sobre su arma, una alabarda que ni siquiera se ha manchado de sangre. Las muecas del rostro del líder cultista indican que está claramente molesto. No debe estar haciendole ninguna gracia el ver que su pequeño ejército está perdiendo la batalla contra los defensores de Verdosísima, pese a todavía superarles por mucho en números. Este hombre lleva una túnica finamente decorada, de un caro color púrpura y engalonada con hebras de oro y detalles dorados. Sus ropajes bien podrían ser la envidia de muchos nobles, y estás seguro de que valen más dinero que las de Nighthill.

Te encuentras al suroeste de él, quedando la fortaleza a tu derecha. Detrás de él, un poco más al fondo, distingues la silueta de una carreta, quizás una de las muchas que el Culto está usando para transportar el botín robado.

"¿Por qué estamos perdiendo?" oyes una primera voz. Debe de ser la de Langdedrossa.

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13/08/2018, 00:36
Langdedrosa Cólera del Clan

Esta mujer de orejas puntiagudas y cabellos del color de las llamas tiene la indiscutible la belleza de los elfos, pero no te cabe duda alguna de que se trata de una dracónida. Tiene dos grandes cuernos brotandole de la cabeza y un tercero más pequeño de la frente. Su piel está cubierta de escamas negruzcas, y sus ojos brillan como llamas ardiendo. De estos, y también de su pelo, parece emanar cierta luz, como si se tratasen de llamas. Un vanidoso truco, natural o mágico, que la ilumina y aporta cierta presencia, sin duda temible para los Kobolds. A ti te intimida más esa armadura pesada que lleva y la lanza y el espadón que lleva enganchados a la espalda y al cinto. Al ver que es una dracónida mitad elfo, no puedes evitar recordar a Tharkael.

Sobre la negra armadura lleva una sobrevesta también color púrpura, engalonada suntuosamente. A decir verdad, intimida más que Mondath. Te preguntas por qué Mondath es el jefe y no ella.

"¿¡Por qué estamos perdiendo!?" repite la dracónida, alzando la voz en visible frustración. Mira a Mondath esperando respuesta.

 

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13/08/2018, 01:13
Frulam Mondath

Mondath sigue mirando hacia el frente, hacia la batalla, manteniendo el gesto de asco y desagrado. Un ladeo de cabeza es la única respuesta que le da a Langdedrosa. "Esto es una pérdida de tiempo. Capturamos al monje ayer. Le sonsacamos que desde un principio que la máscara que Gaulmond creyó haber encontrado no era lo que buscabamos. Fue un bulo de Erlanthar. Estamos perdiendo porque estamos atacando la maldita fortaleza. Todo por culpa de tu vanidad, y la de Le'nnithönn. Típico de dragones: queríais hacer una demostración de fuerza y poder. Y ha acabado siendo lo que es: una demostración de debilidad. ¿Te parece ya suficiente, o tienes que hacernos quedar como idiotas aún más?" la elfa semidragón abre la boca para contestar, pero entonces el rugido del dragón acaba interrumpiendolos.

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13/08/2018, 01:24
Le'nnithönn

TODOS:

El dragón azul ruge una vez más, agitandose en el aire y retorciéndose, intentando tirar al valiente Samtharas sin éxito. Puede que el clérigo esté demasiado ocupado para poder hacer de verdad daño al dragón, pero las heridas a su orgullo ya estaban hechas. No solo al de él, sino al de sus seguidores cultistas y kobolds. Pues, si una criatura tan poderosa y legendaria como un dragón tenía miedo... ¿Cómo iban a no tenerlo ellos? Los Elegidos de Bahamut... ¿¡Era de verdad ese título real!? ¡Pues ciertamente así lo parecía! El esfuerzo combinado de todos los llamados Elegidos de Bahamut y el de los defensores de Verdosísima estaba resultando demasiado para los Cultistas, y el grito de Keth, acompañado de los rugidos del dragón, sirvieron de empuje final para hacerles retroceder caminando hacia atrás más pasos de los que se dieron cuenta.

La batalla estaba prácticamente ya ganada. Tan solo hacía falta un empujoncito más. Había que echar "al pequeño Lenny". Samtharas y Tharkael casi lo tenían. El clérigo seguía aún sujeto a la criatura, por increíble que pareciera. Y el hechicero, se preparó para disparar aquella balista una vez más sobre la criatura... La magia le ayudaría no solo a acertar, sino a no alcanzar a su amigo.

Si alguien, aparte de "Blanquito" podía darle a "Lenny" el empujón final, no eran otros dos que Samtharas y Tharkael. Ellos podrían lograrlo.

Notas de juego

TURNOS APROXIMADOS QUE QUEDAN ANTES DE QUE SALGA EL SOL: 3
ESTADO ACTUAL DE LA BATALLA: Los defensores casi han ganado. (Falta un último empuje contra el dragón)

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13/08/2018, 01:40
Director

Notas de juego

Tharkael, respecto al truco de Impacto Verdadero:

Impacto verdadero
Truco de Adivinación
Tiempo de Conjuración: 1 acción
Rango: 30 pies
Componentes: S
Duración: Concentración, hasta 1 ronda
Extiendes tu mano y apuntas un dedo a un objetivo en rango. Tu magia te concede una breve visión de la defensa del objetivo. En tu siguiente turno, obtienes ventaja en tu primer ataque contra el objetivo, siempre que este hechizo no haya terminado.

Tardas una acción en activarlo (acabas de hacerlo). No tengo visión espacial ninguna, no sé si una distancia de 30 pies sería suficiente para llegar al Dragón, pero siendo que estás usando la balista y que tampoco teneis muchos más recursos (apenas teneis nivel 2...), te doy permiso para usarlo sobre la balista.

En otras palabras: ¡dispara la balista en este turno, que has lanzado Impacto Verdadero y este te da ventaja a los ataques!

El ataque es 1d20+6, con ventaja. Dificultad 19.
El daño son 3d12.

PD: ¿Creo que no tienes subido tu PJ a nivel 2 todavía? ¿Por casualidad preguntaste sobre cómo subir y nunca te respondí? xDU

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13/08/2018, 01:55
Langdedrosa Cólera del Clan

KETH:

Tu sangre de semiorco te permite cambiar de la visión normal a la visión en la oscuridad. Tus ojos toman un cariz rojizo y te permiten ver hasta cierta distancia en la oscuridad total como si estuviera todo iluminado por una luz tenue. No puedes distinguir colores, solo tonos de gris, pero es bastante útil en situaciones como esta. Las tropas enemigas, intimidadas por ti y por los gritos del Dragón, retroceden hasta apartarse por completo de las puertas de la fortaleza. Parecen huir en todas las direcciones, sin ningún tipo de orden, pero pronto te das cuenta de que están siguiendo un plan de huida concreto. Por ejemplo, ninguna de las tropas se dirige hacia los líderes, allá al fondo. Aunque estás seguro de que si corrieras a abalanzarte hacia ellos, acabarían viendote y abalanzandose sobre ti.

Cambias a la visión normal y observas a tu alrededor. Algunos aliados han caído en combate, pero la mayoría está tan solo herida o incluso indemne. No puedes evitar recordar el ataque a tu aldea. Aquel que ocurrió cuando estabas fuera, aquel en el que toda tu gente fue masacrada, y no pudiste hacer nada para ayudar. En esta ocasión, sí que has estado. En esta ocasión, has podido defender a los niños, los adultos y los ancianos. 

En esta ocasión... has podido marcar la diferencia. Has enfrentado al Culto del Dragón...

La lluvia se hace más intensa. Todavía quedan el asunto del clérigo traidor y el dragón, es cierto... Pero algo más llama tu atención, haciendote mirar de vuelta hacia los líderes. Uno de ellos se ha alejado del alcance de tu visión, mientras que el otro... ¡¿se está acercando?! Sus ojos parecen brillar como antorchas, y su pelo está... ¿ardiendo? Camina lentamente. Todavía está lejos, pero tienes la certeza de que viene a retarte. Te mira muy fijamente, reconoces la mirada y los gestos, está por alguna razón imitando los de tu tribu. Allí era común que los bárbaros se enfrentaran en duelos y demostraciones de poder. La criatura, una dracónida, te está echando una mirada similar. La luz de un rayo cayendo en las cercanías ilumina su rostro. Está sonriendo macabramente.

Notas de juego

Perdi este post y lo tuve que redactar otra vez T_T

UMBRÍA YO TE MALDIGO XD

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13/08/2018, 02:29
Frulam Mondath

DURZO:

"Suficiente." murmura Mondath. "Tú y el dragón habéis creado este estropicio. Arréglalo." le ordena a la dracónida, dándose la vuelta y emprendiendo sin más la marcha justo en tu dirección. Por un momento te sobresaltas, pero el muy idiota ni siquiera se da cuenta de que estás agazapado ahi cerca. Casi te planteas si lanzarse sobre su cuello y rajarselo, pero no sabes si es miedo o sentido de supervivencia que finalmente te decides por no hacerlo. Al poco se reune con un puñado de escoltas y desaparece de tu vista. En cuanto a Langdedrosa, una vez su jefe se marcha, la dracónida se encoge de hombros y empieza a caminar en dirección a la Fortaleza...