Partida Rol por web

Conforme el mocoso iba hablando, mi rostro iba endureciéndose, pasando de la curiosidad a la genuina rabia. - Es un imbécil... ¿A quién mierda le importa si quiere acostarse con la hermana de MacLeod o no?

En apenas unos pocos segundos, mi ira pasó del mocoso de Donovan hacia nuestro informante, era la clase de gente que más odiaba, emocional, bocazas y poco profesional.

Tienes suerte de que dónde se come no se cague, porque si no te metería una bala en el cráneo ya mismo.

Como informante vales una mierda, en estos minutos nos has contado más de tu vida personal de lo que realmente nos importa a todos. - digo con evidente rabia.

No es fácil agotar mi paciencia, pero tu lo has logrado, ahora, será mejor que empieces a darnos algo verdaderamente útil para el trabajo sin volver a mencionar nada sobre la mocosa o con el perdón de los patrones, voy a ir hasta allí y te voy a arrancar tres dientes de una bofetada. 

Pocas veces en mi vida he visto a un informante tan poco profesional y emotivo como tú. Me das mucho AS-CO.

Dicho esto, me trueno los dedos y tomo asiento a una distancia peligrosamente cercana al informante.

Bien imbécil, te han hecho preguntas respóndele al caballero y tal vez me plantee el no levantar mi culo de la silla nuevamente.

Además de ello, yo quiero saber ¿cómo planea Donovan traicionar a su socio? ¿Acaso ha comprado a sus hombres o planea una emboscada en el punto de entrega? 

Si no lo sabes, con un simple no lo sé me basta, tenemos a un idiota abajo que quizá lo sepa, puedo romperle varios huesos para que colabore. Y, si pese a ello no colabora, sólo lo enfrío y a otra cosa, no me gusta perder el tiempo, pues el tiempo es dinero y a mi me gusta el dinero. - agrego recuperando la compostura y mi tono neutro de siempre, lo cual no presagiaba nada bueno.

​​​​​Ya en el pasado había matado gente por menos de eso, despreciaba mucho a las personas emotivas, las consideraba un lastre y un peligro para todos, nunca faltaba el imbécil que me decía... "Por favor no lo mates, puede haber una cura."  y segundos después tenía que gastar dos balas en lugar de una.

Maldito mocoso incompetente. - pienso mientras miro nuevamente al informante y lo imagino con el hocico partido.​​​​​

El informante era algo más que un simple soplón, se dedicaba junto a Michelle al tráfico de información y con ella formaba equipo. No sólo eso, ellos dos parecían tener algún tipo de relación, a él le importaba ella, mucho. Hasta el punto de haber averiguado la preocupación que tenía la hermana de Barry, así como el chantaje que sufría a costa de Donovan.

Durante la confesión me fijé en las reacciones de todos los que allí nos encontrábamos. En todo el relato emotivo que el chico soltó y que salpicaba a Michelle, no pude escapar al cruce de miradas que los dos hermanos se tenían. Sin duda, buena parte de la información Elliot le había cogido por sorpresa a Barry a tenor de las reacciones musculares que llevaba a cabo. Estaba molesto, se estaba poniendo de muy mal humor con toda la información que aquel chico estaba soltando delante de todos, información en muchos casos personal. Por mucho menos se había cargado a King Raül.

Walker reaccionó de manera impulsiva, criticando aquellas formas. Sin duda Elliot estaba hablando más de la cuenta pero igual las circunstancias lo estaban condicionando - eh, tranquilo. Calma - el chico había logrado capturar aquella información, escapar con vida del refugio de Donovan y con algo de suerte, sobrevivir a la balacera. Todas esas emociones contenidas y ahora que había podido hablar, había salido todo, tanto la información como los sentimientos - Walker, BASTA! - el pistolero le había dicho de todo, criticado, insultado, amenazado... - tiene razón, tienes que separar la información trascendente que nos interesa a todos, de aquella que sólo interesa a los afectados - Elliot había cometido el error de contarlo todo delante de gente a la que la suerte de la madre de los MacLeod le traía sin cuidado, incluso quién sabe si de girarse un poco las tornas, alguno de los allí presentes pudiera utilizar toda aquella información en perjuicio de Michelle y Barry. 

De haber tenido una libreta habría ido apuntando cosas que me resultaban importantes en toda aquella información que soltó, mas no era así, por lo que me tuve que apoyar en las preguntas de los demás - dices que Donovan tiene un socio que va ayudarle a conseguir armas - escuché su nombre pero no acabé de ubicarlo, a priori no me sonaba, aunque igual si lo veía podría cambiar todo -  Robert Downes ¿Alguien lo conoce? ¿Os suena? - pregunté a los presentes, quizás si alguno supiera algo pudiera sernos de ayuda, tenerlo en seguimiento o controlado podría darnos cierta ventaja. Downes conseguiría las armas y el propio Donovan se encargaría de los vehículos, pero había dado un dato interesante - los vehículos no pueden ser de FE.D.R.A. - aquello sí que era extraño. Sabíamos que King Raül tenía contactos precisamente con los militares, pero por otro lado que Donovan conociera la existencia del convoy daba que pensar que la fuente también fuera alguien de dentro, algún militar que quisiera tener provecho en la operación. Aunque esa perspectiva arrojaba más sombras que luces ¿los militares colaborando con un asalto que les recortaría poder? No, no tenía sentido. Entonces ¿por qué los vehículos no podían ser de FE.D.R.A? - hay algo que se nos escapa - comenté más para mí que para que lo escuchara el resto, aunque seguramente los más cercanos pudieron oírlo.

Volví a mirar a los asistentes, a los hombres de Oso y Strickland, a Elliot, Liam, Sunny y Chad, Miller, Walker... El grupo era grande pero ¿Cómo de grande sería el convoy? ¿Cuánta gente llevaría Donovan? Sin los hombres de King Raül aquella banda podría verse condicionada. Sustituir a gente era fácil, fiarte de los nuevos no. 

- ¿Cuándo lo hacemos? - Antes, alguno de los jefazos había hablado de un plazo de 2 días sin poder abandonar el edificio si alguien no quisiera formar parte de la misión. Entendía entonces que el golpe era inmediato. Empecé a morderme las uñas analizando todo lo que teníamos que organizar: conseguir armas, vehículos, explorar el terreno, vigilar a Donovan, preparar el lugar para el asalto... Demasiadas tareas, por suerte eramos bastantes.

Seguía dándole vueltas al misterio de porqué Donovan no quería llevar vehículos que pertenecieran a FE.D.R.A. - últimamente los Luciérnagas están muy activos, quizás Donovan pretenda esconder la mercancía en una zona controlada por ellos - eso explicaría abstenerse de llevar nada que los relacionase con los militares. Podría ser éso o que el convoy tuviera que pasar por una zona de vigilada. Se me ocurrían muchas probabilidades. 

Volví a fijarme otra vez en los presentes, los conté. Dudaba de cuántos podría movilizar Donovan y su socio, pero desde luego si el negocio era tan lucrativo, no escatimaría en hombres. Aparte estaban los integrantes del propio convoy, no era tan sencillo como llegar y robar el cargamento, seguramente tendríamos que deshacernos de todas las defensas, no era sensato dejar testigos. El orden del asalto podría traer problemas - no es lo mismo ser los primeros y quitarles la mercancía a los militares que, dejar que sea Donovan quien se enfrente a FE.D.R.A y luego robarles a ellos - en la primera situación, no sólo había que atacar a los integrantes del convoy, habría que resistir la escaramuza posterior con Donovan; sin embargo, en la segunda posibilidad nos ahorrábamos un combate. Aún así, todas las situaciones tenían sus riesgos.

El plan de Donovan era llevar a cabo el asalto fuera de Boston, alejado de las miradas de los curiosos y evitando una reacción rápida de los militares. Sin embargo, ese plan no dejaba de tener sus riesgos - cuanto más nos alejemos de la ciudad, estaremos más expuestos - no las tenía todas conmigo, por un lado era bueno distanciarse de Boston para perpetrar el asalto, pero por otro nos acercaba a otros problemas.

Había lagunas difíciles de resolver con solo la información de Elliot - el prisionero que atrapásteis... Es vital poner en claro que sabe de todo ésto - conocer la estrategia de Donovan podría facilitarnos todo, podríamos hacerle una emboscada a medio camino, tanto a la ida como a la vuelta. Estaba claro que tras la información de Elliot, Donovan había pasado a ser un objetivo para Barry, algo que tanto Oso como Strickland tratarían de aprovechar en su beneficio.

Tras el melodrama familiar de los McLeod, que era la telenovela post apocalíptica de mas éxito en la QZ, el muchacho que formaba parte de dicho culebrón con Michelle, expuso los pormenores por los que Strickland y subordinados habían entrado en éxtasis. Asaltar un convoy no era tarea sencilla, pues solían contar con contramedidas de gran calibre. Si el soplo de la traición era cierto, quizá no sería mala idea actuar una vez se hubieran debilitado ambos bandos. Para opinión de Liam, se debía asaltar antes de llegar a la QZ, pues F.E.D.R.A. recibiría el aviso de estar siendo atacado y no tardarían en enviar refuerzos. Sin duda, habría que estudiar la ruta y usar el terreno como ventaja. Y si hay algunos infectados que aprovechar como "aliados", mejor.

Walker estalló en un subidón de testosterona recordando que era un tipo de actitud voluble si no se comulgaba con su credo. Había que medir las palabras en su compañía.

Aunque un detalle de la exposición del joven hizo saltar la alarma en su mente, para gusto del falsificador. Esa situación idílica que argumentaban los mafiosos era un asalto en toda regla, edulcorado con un contragolpe a otra poderosa banda rival. Sin embargo, había un detalle que disgustaba a Liam. Por poco que tuviera en estima a F.E.D.R.A., en aquellos suministros, según decía el muchacho, se indicaba que habría material médico. Young miró al suelo pensativo con una mueca de disgusto. Iban a robar los medicamentos que los soldados suministrarían a los ciudadanos. Se harían con ellos para luego, al igual que la madre de Michelle y Barry, depender de una banda de desalmados suplicando por ellos intercambiándolos por "favores a la familia". Se iban a jugar la vida para que unos capos se volvieran mas ricos y poderosos a costa del pueblo. Aquellos tipos eran listos. Forzaban a tomar una decisión antes de contar el plan con los detalles exactos y luego descubrir el pastel.

Fue Strickland quien accedió finalmente a las peticiones de Barry, ofreciendo además algunos detalles más sobre el desarrollo de aquel trabajo, como también haría Oso después. Algunos más fueron uniéndose a lo que se anticipaba como una lucrativa pero peligrosa locura, dándome cierta envidia que la mayoría estuviera tan seguro de participar. Yo, sin embargo, no confiaba tanto en mis capacidades, y me pesaba el fracaso que estar allí suponía.

Miré a mi hermano, quien hablaba con Vika. Había esperado que me contara algo más sobre aquello que tenía en mente, pero no fue así. ¿Él tampoco me veía capaz? Esperaba que no se tratara de eso. Mi mirada terminó perdiéndose, sin poder evitar pensar en si podría haber hecho las cosas de otra manera. Había tratado de proteger a mi madre y mi hermano, y había considerado varias opciones para ello. No, había escogido la menos mala, estaba segura, pero aun así… Aun así mi hermano iba a tener que hacer aquello que ni él, ni mi madre, ni yo, queríamos.

Tenía que haberlo impedido. De alguna forma, tenía que haberlo hecho.

Llegué a bajar mi cabeza, consternada, aunque la levanté al oír que Walker y Vika cruzaban algunas palabras acerca del interrogatorio y el cadáver de Raül. Un pequeño desencuentro motivado por alguna confusión, al parecer. Yo no sabía nada de interrogatorios, tan sólo alcanzaba a resultar convincente en ocasiones, siendo lo que más me llamó la atención el cariño que Walker parecía tenerle a Vika. Quien despreciaba la empatía, no dejaba últimamente de comportarse como un corderito.

Cuando Barry se dispuso a alejarse un momento para hablar con Vika, me sorprendió queriendo darme un par de cosas antes. Por un lado, una lata de conservas, pues quería que comiera algo, y por otro, un papel que parecía haber escrito mi padre. Pareció dudar acerca de entregarme lo que supuse sería algún tipo de misiva, algo a lo que no le di tanta importancia, no tanta como a la forma en la que me miró. Conocía aquella mirada, aquel triste gesto en su cara, mucho mejor de lo que me gustaría; pero no acerté a decir nada antes de que comenzara a alejarse tras un suspiro.

Leí entonces aquella carta, resultando la información práctica acerca de los recursos con los que podríamos contar lo menos relevante de todo. Ver la letra de mi padre ya hizo que se me encogiera el corazón, pero lo hizo con aún más fiereza al leer aquella otra parte de la carta. No pude evitar desviar la mirada hacia Barry aun sin terminar de leer el mensaje, costándome verdaderamente que la emoción que la carta me procuraba no bañara mis ojos. Respiré profundamente tras terminar de leer, tratando de mantener la compostura y viéndome incapaz de comerme aquella lata que me había dejado mi hermano. A su regreso, pareciendo haber llegado el momento de escuchar a Elliot a petición de Oso, y sentada a su lado, abracé a mi hermano durante los pocos segundos que me permitió la situación; apoyando mi cabeza en su hombro. No había mucho tiempo para palabras, pero quizás tampoco fuesen necesarias. Mi hermano sabía bien lo que aquel abrazo significaba, y no siempre se sentía en disposición de hablar de determinados temas, no ayudando tampoco en aquel momento la situación en la que nos encontrábamos.

Hudson empezó a hablar, comenzando por poner a todos en antecedentes acerca de quién era y a qué se dedicaba, algo en lo que terminé viéndome involucrada. No me hizo mucha gracia que hablara de a qué me dedicaba, pues cuanta menos gente supiera que en ocasiones hacía de la información mi negocio, más sencillo me resultaría obtener esta; pero pronto lo referido a mí escaló de un modo que no vi venir. Elliot me había anticipado que lo que había descubierto había sido por mí, pero no me esperaba que fuera a contar todo con tanto detalle, ni que hubiera llegado tan lejos para tratar de descubrir qué me pasaba y así ayudarme.

Joder, ¿seguirme?

No fui capaz de decir nada cuando se dirigía a mí, sintiendo una mezcla de sorpresa, congoja, y molestia con la que me costaba lidiar. Escuché a Barry mascullar, sintiendo un nudo en la garganta que no hizo más que estrecharse más y más mientras el relato de Elliot proseguía. Habló de la salud de mi madre y de la situación en la que me encontraba respecto a Donovan, algo en lo que se extendió a buen seguro tratando de justificar lo que había hecho. Temía lo que pudiera pasarme, planteando un escenario realmente horripilante, llegando Barry hasta a pedirle que no siguiera por ahí. Pero antes de ello, mi hermano me preguntó por el tema del chantaje.

- No es exactamente un chantaje, o quizás no lo vi así… Información a cambio de medicinas, pero eran más las medicinas que mamá necesita que la información que le puedo ofrecer. – comencé a responder a mi hermano, costándome el comenzar a hablar, resoplando tras ello llena de angustia. - Puede que pecara de ingenua. El bienestar de mamá depende de mi relación con Donovan, eso es así…

Tampoco me esperé para nada el giro que terminó dando el relato. Había llegado a pensar que el objetivo de Elliot había sido encontrar la manera de que Barry y yo pudiéramos ganar las suficientes balas o cartillas como para saldar mi deuda, pero con lo que había dicho poco antes… Al parecer la escapatoria que tenía en mente pasaba por acabar con Donovan. Habiendo pretendido involucrar a mi hermano en ello.

- ¡Joder, Elliot! – terminé quejándome, compungida, sin ser capaz de añadir más por el momento.

Tenía mucho que digerir, mucho que explicar a Barry, y aún teníamos que escuchar la información sobre aquel encargo que los jefazos querían que lleváramos a cabo. Resultó impresionante todo lo que Hudson había logrado descubrir, así como lo valioso de la información. Donovan y su socio planeaban asaltar un convoy de FEDRA, uno con suficientes recursos como para hacerse los dueños de la zona de cuarentena, y Elliot tenía la ruta del vehículo, en la que se señalaban lo que llamó puntos críticos. Además, Donovan pretendía traicionar al tal Downes.

Se mostraron partes de la guía de carreteras y Elliot ofreció más detalles, pareciendo importante determinar quién sería aquel contacto del mercado negro que tenía Robert Downes y dónde podría Donovan Peak conseguir un vehículo adecuado. Sabiendo eso, podríamos no sólo medir los pasos de ambos, sino que quizás también atrasar sus planes.

Barry en seguida de su puso en “modo Barry”, preguntando para esclarecer cada detalle mientras seguramente ya se dibujaba alguna suerte de plan en su cabeza. Sacó un mapa incluso, murmurando que veía posible que lográramos hacernos con aquella carga.

- ¿Y qué hay de mamá? – le dije a mi hermano con preocupación, bajando la voz, cuando le escuché decir que el mafioso sabía que teníamos la información. - ¿Y si Donovan me termina relacionando con todo esto?

Tenía que pensar en algo. En muchas cosas en realidad, pero imposible me resultó hacerlo, y no porque se fueran haciendo más preguntas. Walker estalló, sin motivo lógico para ello, actuando como un demente amenazando a Elliot, insultándole y hablándole como su fuera auténtica basura. Ni siquiera parecía darse cuenta de lo incoherente de la mayoría de lo que decía. Vika trató de ponerle freno a Walker, pero este ya se había despachado a gusto, y seguía en una posición en la que intentaba amedrentar a Elliot.

- Lo siento… Pero no lo pienso permitir. – susurré a Barry y a Vika antes de ponerme en pie, acelerando el paso hasta interponerme entre Walker y Hudson, donde me detuve. – Señor Strickland, Señor Oso, siento interrumpir, pero no me puedo quedar callada. – dije girándome hacia los líderes mafiosos antes de mirar a Jhon.

Suspiré profundamente, aflojando mis puños, que había apretado sin darme cuenta, y crucé los brazos bajo mi pecho.

- ¿Te das cuenta siquiera de la incoherencia que es que te metas con alguien por ser supuestamente emocional, cuando tú no estás controlando tus emociones? – le pregunté con molestia contenida. – Oso le ha dicho que lo cuente todo, y desde el principio, y eso es lo que ha hecho. Ha sido un poco bocazas, cierto, pero si a alguien le tiene que molestar eso, es a mi hermano y a mí. – miré entonces brevemente a Elliot. – Y lo ha hecho. – le confirmé antes de devolver la mirada a Walker. – Y Strickland ha dejado bien claro que todos seríamos tratados como iguales, en lo que deberías colaborar. ¿Es que no escuchas a los jefes? ¿Quién es el poco profesional?

Hablaba de manera relativamente serena, pero me sentía nerviosa. Walker no sólo parecía ser un tipo capaz, en cuanto a acabar con gente de refería, sino que no parecía estar bien de la cabeza; lo que le hacía aún más peligroso.

- Me dejaste muy claro en los túneles que no sentías empatía, no sólo diciéndolo varias veces, sino negándote a compartir tus armas cuando estábamos en serio peligro. - Para colmo, si no hubiera sido por Liam y por mí, además de por otros que habían decidió tomar otro camino, ni siquiera habría sido capaz de escapar de FEDRA, pero eso le daba igual. Él se beneficiaba de la empatía del resto mientras pasaba completamente de los demás, un negocio redondo. – Este hombre dice sólo actuar según los contratos que firma, así que espero que incluyan en el suyo una cláusula que diga que no nos pegará un tiro en la espalda cuando no le guste algo que digamos. – comenté a Strickland y Oso con cierto aire sarcástico, mirando a Walker después nuevamente. – Si haces negocio con todo este asunto del convoy, va a ser gracias a Elliot y su información, así que por lo menos muestra un poco de respeto. No voy a consentir que trates mal a nadie delante de mí. Y tengo un nombre. Me llamo Michelle, Michelle MacLeod para ti.

Si Walker volvía a alejarse de Elliot, abandonando aquella actitud intimidante, regresaría a sentarme junto a Barry; dispuesta a escuchar y continuar tratando lo referido a aquella misión en la que parecía ya ser casi un hecho que los MacLeod participaríamos, aun no habiéndonos pronunciado explícitamente al respecto.

Antes de responderle a Michelle le dedico una mirada a Barry. - Si te parece bien que nos cuente a todos tus vulnerabilidades y como pueden usarte como carnada para llegar a él, pues adelante, yo lo dejo que se siga explayando, sólo le ha faltado decir en dónde encontrar al resto de tu familia.

Sí, normalmente hace falta más que algo así para hacerme perder la paciencia, pero cuando alguien pone en riesgo a alguien que supuestamente aprecia y lo vende ante todos por nada, es natural que sienta rabia y desprecio.

Adelante, defiéndelo si gustas, sigue creyendo que aún existe bondad en este mundo que ya la vida te enseñara como termina eso. - respondo mientras centro mi vista nuevamente en Michelle.

Un verdadero informante no habría dicho ni media palabra sobre su relación contigo y como estás siendo presionada por Donovan.

Lo que hubiera dicho es... la banda de Donovan planea asaltar un convoy médico de F.E.D.R.A. en complicidad con Robert Downes para luego traicionar a este último. - agrego con absoluta frialdad.

Ahora, te guste o no, todos los aquí presentes saben cosas que no deberían saber, cosas que te ponen en riesgo y que pueden utilizar en tu contra, en contra de  tu hermano y en contra de ese bocazas.

Fortuna MacLeod, es endemoniadamente bueno en lo que hace y eso le da un nombre, prestigio y enemigos,¿qué crees que pasará si alguno de los presentes se va de boca? - pregunto manteniendo un tono neutro.

Y, si hago negocios hoy, no es gracias a él, sino a que soy jodidamente bueno disparando y manteniendo las cosas funcionando. 

Me hablas de armas, ¿A cuántos mataste allí afuera? ¿Cuántas balas gastaste? ¿Mantuviste la compostura después de matar? - pregunto sin perder la calma. 

No respondas, no necesitamos saberlo, yo no te voy a dar mis números, pero te recuerdo que dije bien claro que sólo le prestaría mis armas a quien dispare como lo hacía yo y tu no replicaste. 

Nunca le he pegado un tiro por la espalda a un compañero, jamás he cambiado de lealtad a mitad de contrato, quien me firma primero mantiene mi lealtad hasta el final por mucho que la cague en el camino. 

Así que, te recomiendo que moderes tus palabras antes de cuestionarme, no soy yo quien te ha puesto en bandeja de plata y de gratis, sino ese al que defiendes. - sentencio señalando una obviedad.

La joven pelirroja se quedó un poco al margen, sentándose donde pudo para escuchar las confesiones del tal Elliot. Se le daba bien pasar desapercibida y eso haría.

Lo que al principio pensó que tal vez sería algo gordo resultó ser un dramón que involucraba directamente a los hermanos MacLeod, concretamente a Michelle. Sunny no tardó mucho en perder parte del interés, mirando hacia las máquinas recreativas, tamborileando con los dedos sobre sus rodillas... aunque sus oídos seguían puestos en el relato del chico. Era algo que había hecho durante años y que le había permitido almacenar en su memoria datos y conversaciones de F.E.D.R.A., así como de otros grupos, aunque aún era demasiado joven para comprender verdaderamente el poder de la información: tanto las ventajas y oportunidades, que suscitaba, como las debilidades que podría explotar con ese conocimiento. Sólo necesitaba que con el tiempo apareciera el guía apropiado.

Ante la reacción de Barry, la pelirroja se preguntó si era porque el relato de Elliot involucraba a su familia o por los sentimientos que éste parecía albergar por su hermana. Unos y otros empezaron a intervenir, dando su opinión, planeando actuaciones... pero Sunny se abstuvo, ya que si tal como parecía el Oso ya conocía la información del chaval, seguramente los jefes ya tendrían un plan en mente. O eso pensaba ella. Mientras, ella se quedó con un nombre: "Robert Downes", arrugando ligeramente el ceño.

Entonces Walker se encaró con el chico y Sunny lo observó con cierta tensión pero también curiosidad. Sorprendentemente, le encontró sentido a sus palabras, pues Elliot no sólo se estaba exponiendo a sí mismo y a los MacLeod, sino sacando a la luz debilidades que otros podrían utilizar en contra de ellos si resultaban dejar de ser útiles o cambiaban de bando.

Vika y Michelle saltaron ante la intervención de Walker mientras la joven observaba el devenir de los acontecimientos, en parte estudiando también los comportamientos que aquel variopinto grupo, sobre todo cuando Walker se justificó. Y es que la pelirroja, a pesar de su edad, era bastante inteligente y observadora, probablemente su mayor virtud.

Arranqué un pellejo que tenía en el borde de una de mis uñas justo cuando Michelle se levantó para defender a Elliot de los ataques de Walker. Por suerte fue una quita limpia, sin sangre. Seguí limando las uñas con mis dientes mientras Walker le soltaba una réplica fría y dura. Pero esta vez no intervine, no aportaría nada y tampoco quería fomentar un clima de discusión.

Miré de soslayo el plano improvisado que tenía Barry, pero lo que me llamó la atención fue aquella lata de comida, abandonada por su hermana. La recogí, se la mostré a Barry y ante su indiferencia acabé abriéndola y comiendo su contenido. Pescado enlatado, todo un lujo que me sentó de fábula - toda la mañana en ayunas, se agradece llevar algo al estómago. Joder, además está bueno.

Aquellas discusiones no traían nada bueno. Se me ocurrió que tal vez lo mejor era volver a valorar las circunstancias del golpe, para alejar aquellas otras que no nos competían a todos los allí reunidos.

- Igual podríamos adelantarnos y robarle todo el equipo a Donovan, así nos lo quitaríamos de encima. Si conseguimos intermediar entre ese Robert Downes y su proveedor en el mercado negro, nos haríamos con las armas. Luego sólo habría que despachar a Donovan y robarle los vehículos. Seguro que no se lo espera, estará entretenido con la organización del asalto. Además ahora que ha caído el grupo de King Raül, no puede contar con tantos efectivos de apoyo - serían dos robos entonces, primero nos hacíamos con las armas y los vehículos de la banda de Donovan y luego asaltábamos el convoy. Lo bueno de ese plan es que era autoconclusivo, nos equipábamos a costa de Donovan al que habría que finiquitar previamente y de ahí a por el convoy. Lo malo es que si no lo hacíamos bien, la pérdida de efectivos nos podría condicionar para el asalto posterior, además podríamos llamar la atención de FE.D.R.A. dentro de la QZ - O lo despachamos antes o después, pero está claro que Donovan es un problema a resolver - no era sólo un objetivo para los MacLeod, también constituía un obstáculo en el asalto del convoy al constituir una rivalidad por hacerse con el mismo premio.

- Pero por otro lado tampoco creo que sea bueno reducir los riesgos al convoy y a Donovan, ahí fuera hay muchos más peligros. Habrá que explorar la zona para ver cuántos infectados hay, no vayamos a cometer la estupidez de infravalorar los riesgos. Y luego están los cazadores, malo sería entrar en su territorio imprudentemente - no digo que no se pudiera hacer la operación sino que había que organizarla bien para evitar accidentes - y los luciérnagas, convendría saber si no están al tanto de ese convoy... y eso pasaría por conocer la fuente de Donovan.

Si, hijo, toda esa historia con la señorita MacLeod, bueno, déjenla para tratarla en privado. Ni nos importa ni es relevante para la misión.

Bien – ante la mirada de desagrado no solo del chico, sino de algún que otro miembro del grupo traté de bajar el tono – disculpa mi brusquedad, Elliott, se debe a que no tenemos tiempo de sobra, precisamente, por ello os ruego a todos que vayamos al grano. El tiempo es oro.

Si – cambié totalmente de tercio – Donovan es un líder… “contrabandista”. Al menos, lo sería en su tiempo, ahora no es más que un… un… - miré al Oso, esperando que finalizara la frase con un amago de sonrisa. A un gesto suyo, la finalicé yo – gusano.

Es historia. Gracias a ustedes…

O lo será. Ténganlo claro.

Puedo responder a eso que dices. Tanto Donovan como Robert acudieron al mercado negro. Por desgracia (o por fortuna) lo hicieron antes que yo. Uno de mis proveedores de confianza me comentó que esos dos piltrafillas y futuros cadáveres le robaron. Un mack. “El” Mack, ese pedazo de semirremolque del que todos habéis oído hablar y que F.E.D.R.A. con toda su puta infraestructura, no ha sido capaz de dar caza. Ese camión será nuestro, con la información que nos has dado, probablemente ya cargado con todo lo que nos interesa.

Y si, además ha traicionado, o piensa hacerlo, a Robert "el pequeñajo", hay que contar con el arsenal que éste le robó al ya mencionado proveedor mío. Si hubiera ido yo en primer lugar, ahora no sabríamos un carajo. Al ir detrás de ellos… bueno, no solo nos permite saber que armamento llevarán exactamente, sino que podremos estimar el número de hombres. Además, ese (ya van tres) proveedor, por mucho que le robaran, no se llevaron ni un puto cinco por ciento de su armero. Al cual, me permitió acceder y puso a mi disposición.

Es lo que tiene ser un tipo elegante como yo. Se abrir puertas, sin usar la jodida dinamita.

Gracias – dije, de pronto, cuando Dave Beltran me pasó una botella. Tanto hablar me estaba dejando seco.

El resto, aprovechando este impass, se lanzaron a una bulla de dimes y diretes a razón de la subjetiva vehemencia y/o emocionalidad del pobre Elliott, lo cual me provocó una sonrisa, y eso que no estaba el horno para bollos. ¡Ay, que juventud!

Calma, calma, señores… que habrá tiempo para todo cuando esto concluya.

La información que aquí el amigo picha nerviosa – dije, paternal, poniéndole una mano al hombro a Elliott, un gesto que no debería de pasar desapercibido a nadie. Amenazar al muchacho era amenazar a la organización – nos ha dado es cierta. Contrastada. Y  he ahí el fin de esta reunión de boy scouts. El objetivo.

Ahora es cuando todos ponemos sobre la mesa la información que pueda estar relacionada. La analizaremos, y tras un breve… mmm… - chasqueé los dedos, como buscando una palabra – brainstorming, ultimaremos los detalles.

Las armas a las que nos vamos a enfrentar, como mínimo, son: cuatro fusiles de asalto y dos de francotirador. Es de suponer que quienes los empuñen serán buenos. Ojo con eso. Varias escopetas y pistolas, unas diez, supongo que por si la cosa se les pone fea y tienen que pegar tiros a discreción y corto alcance. Y… - miré al Oso, para ver si me hacía un redoble de tambores - … una gatling de seis cañones rotativos... ¡¡TOMA YA!!

Ya sabéis, una de esas que escupen más balas que palabrotas un neoyorquino. Tanto eso, como el camión, son… eran de Vane Sully, el proveedor al que me refería antes por triplicado, ese al que todos conocéis. Sabéis de la calidad de sus… cosas. No esperéis que se les encasquillen ni mierdas de esas. A eso, amigos, nos enfrentamos.

Terminado mi soliloquio, me acerqué a la menor de los MacLeod, susurrándole, aunque no demasiado bajo, por lo que podría decirse que cualquiera que prestara un poco de atención podría escucharlo sin problemas… ¿deliberado?

Querida… si necesitabas medicinas, no debiste… debiste acudir a mi. O a Scherezade… te darás cuenta, espero, de las bondades de estar bajo mi… protección, no del impresentable de Donovan. Pásale los datos a Veron, él se encargará de cuidar de ella mientras estamos no-disponibles. Y si algo ocurre, ten por seguro que se encargarán de ella. Tienes mi palabra.

La actitud protectora de Strickland termino por convencerme de que tumbarle las muelas al mozalbete estaba fuera de los límites.

Así que, dado el giro que habían dado las tornas, preferí pasar página de momento y empezar a aportar detalles para el plan.

Bien, así que gatling, esas son malas noticias, pocas cosas son capaces de soportar tal potencia de fuego, si cuento con un fusil de francotirador ligero podría dejar fuera de combate al operador de esa bestia con uno o dos tiros.

En cuanto al transporte, si tuviesemos un vehículo blindado, no necesariamente en buen estado, pues yo puedo ponerlo a punto, podríamos tener alguna ventaja. - comento pensativo, mientras me acerco al mapa de MacLeod.

Otro punto a tener en cuenta es determinar en dónde se podrían apostar los francotiradores, es decir, las posiciones altas son buenas, pero si el sitio tiene infectados, es básicamente como sonar la campanilla de la cena. 

Así que, creo que lo más probable es que vayan en lo alto del vehículo aprovechando que dispararle al mismo es un gran no, pues se podría dañar la carg . - agrego mientras analizo las posibilidades.

Atendió a la explicación del muchacho y no pudo evitar arrugar la nariz ante el comentario de trata de personas. Pero continuó en silencio, de brazos cruzados salvo cuando mostraron el mapa robado. este sin duda sería de gran ayuda para trazar la linea de acción.

De igual manera coincidió en que todo el apartado emocional pudo y debió guardárselo para si, solo estaba mostrando debilidades como que la chica le importaba o incluso sentía algo por ella.

Se acercó un poco a Strickland y habló con seguridad de lo que decía, tocaba a sacar a relucir sus conocimientos y formación como antiguo militar y también scout. 

-Con su permiso señor Strickland. -toma la palabra -Está muy bien saber a que nos enfrentamos, esa información vale oro. Ahora toca saber de que disponemos nosotros. -Hizo una pausa para mirar a Oso y a Walker. Saber la ruta exacta por donde pasará la carga, que paradas realizará y decidir si hacemos una emboscada o un robo. Todo en función de lo mencionado. 

Y si alguien me pregunta prefiero la sutileza. Si optamos por la emboscada... traga saliva. Puedo explicar para los menos experimentados los conceptos básicos para realizar una debidamente. 

En cuanto Vika lanzó al aire si alguien sabía algo de ese tal Robert Downes mencionado por Elliot, la mente ágil de la joven Sunny se pondría en funcionamiento a un ritmo frenético, recordando algunos detalles relevantes de algunos archivos clasificados dentro del despacho del Mayor Lee, y del esbozo de organigrama de su banda, descrito en uno de los murales de la pared, provisto de decenas de fotografías clavadas en chinchetas.

Líder contrabandista Robert Downes

Hombre caucásico, 45 años de edad, de complexión alta y robusta, quién se cree controla el contrabando de mercancías y armas dentro de la zona 2 de la QZ y gran parte de los muelles de la zona 5. Se estima su banda abarca unos 15 miembros aproximadamente, siendo su lugarteniente Santino Vela su brazo derecho y el verdadero cerebro de la organización. Se lucra con la compraventa de suministros de primera necesidad obtenidos desde el exterior, aunque diversas fuentes afirman que su principal fuente de ingresos es el tráfico de armas. Está casado desde hace 2 meses con Sarah Downes, mujer rubia y de ojos azules, y 35 años de edad, aunque desde FE.D.R.A ya se sabe que Robert le es infiel a su esposa, acostándose asiduamente con furcias del burdel, y aunque no hay pruebas concluyentes, de jóvenes adolescentes vírgenes menores de edad (uno de los cargos más recientes por lo que se le pretende imputar)

Hay informes e investigaciones que directamente relacionan a Robert Downes con la líder de los Luciérnagas Marlene, supuestamente habiendo sido vistos ambos grupos realizando transacciones y negocios ilegales en diversas ocasiones, pero no siendo lo suficientemente concluyentes las pruebas recogidas como para dejarlo entre rejas. Las investigaciones dentro de FE.D.R.A han sido pospuestas por el Alto Mando en más de una ocasión, lo que extraña al mayor Lee y le hace sospechar de posible corrupción dentro de FE.D.R.A, sobornos entre Robert y algunas patrullas militares, e incluso algún topo que esté filtrando información a las bandas mafiosas.

Elliot se percataría, ya demasiado tarde y solo en el preciso instante en que Barry carraspeó un par de veces, reclamando su atención y mirándolo con dureza, que se estaba extralimitado en el relato, no solo dejando aflorar a la vista de toda aquella gente sus sentimientos y emociones, si no revelándoles información comprometedora de la menor de los MacLeod, que poco o nada venía a cuento en cuanto a lo que se le había pedido revelar. ¿Por qué había terminado convirtiéndose en un bocazas, aireando a los cuatro vientos que sentía algo más que simple amistad por Michelle? ¿Cómo se le había ocurrido nombrar tan en detalle la situación de la joven y de su familia? Obviamente había sido la presión de sentirse observado y escrutado por dos de los capos contrabandistas más influyentes y poderosos de la QZ como lo eran Jeff Strickland y el Oso, y de toda aquella gente curtida que le acompañaba, en muchos casos mercenarios experimentados.

Mierda... La presión me ha podido y he revelado cosas que no debía haber si quiera haber puesto sobre la mesa... Bien me merezco las miradas de Barry y Michelle, y el rapapolvo de este tipo que tanto me intimida... - meditó internamente profundamente frustrado por su ineptitud y falta de tacto, bajando la mirada vidriosa cuando Walker le lanzó toda clase de improperios, a los cuales incluso Vika y Michelle debieron interceder por él. Soy un puto fracaso... Me avergüenzo de mí mismo... ¿Qué puedo recriminarle a este tipo? Joder, tiene toda la razón... Todo lo dicho podría haberlo resumido en un par de frases...

Solo cuando se le formularon más preguntas, especialmente del propio Barry, Elliot hizo un tremendo esfuerzo por tragar saliva y dispersas todos aquellos pensamientos funestos que le atenazaban, para empezar a hablar y recobrar cierta entereza.

- ¿Qué? - preguntó descolocado, regresando a la realidad - Ah sí, perdona Barry. "Muy pronto" es en aproximadamente 72 horas, es decir, unos tres días llegaría el convoy a la QZ de Boston, según les escuché mencionar esta misma mañana a Robert y Donovan, por lo que deduzco que asaltarán el convoy antes de eso. En una de las páginas de la guía de carreteras faltantes, que me he reservado para mí como garantía, hay varias anotaciones no solo del descomunal contenido del cargamento, si no que en ella viene especificado que el convoy de FE.D.R.A constará de cuatro camiones, quienes deberán recorrer las 440 millas por carretera que separan Washington DC de Boston, no siempre por la vía principal y debiendo realizar varios altos en el camino.

Lo lógico sería pensar que Donovan y Robert asaltarán dicho convoy antes de su llegada a la QZ, en un punto lo suficientemente alejado de la QZ como para tener el tiempo necesario para descargar y nuevamente cagar el cargamento en sus transportes, poniendo tierra de por medio en caso de que los militares hubiesen dado la voz de alarma por radio a la estación de FE.D.R.A durante el asalto y se envíen refuerzos, pero tampoco en un punto muy alejado, si deben pertrecharse y preparar la emboscada con antelación. ¿Quizá podríamos acotar la zona del asalto a esta zona del mapa? - preguntó con interés, señalando el tercer cuadrante de los cuatro en que se dividía el trayecto. Los dos primeros quedaban demasiado lejos de la QZ, por lo que difícilmente Donovan y Robert tendrían tiempo a pertrecharse, llegar al lugar y preparar la emboscada con la suficiente antelación. El último de los cuadrantes quedaba excesivamente próximo a la QZ, con lo que quizá el riesgo a la llegada de refuerzos por parte de FE.D.R.A era un riesgo a considerar. ¿No era el tercer cuadrante la mejor opción, una vez el convoy hubiese dejado atrás New York y entrasen en el estado de Conneticut? 

Cotejando y comparando de forma exhaustiva la ruta marcada en la guía de carreteras de Elliot, la cual seguiría el convoy de FE.D.R.A, con el mapa que había obtenido Barry de su padre, todos pudieron observar que gran parte de esta coincidía con las descripciones dejadas por Conner MacLeod en referencia a emplazamientos seguros, zonas de alta peligrosidad por la presencia de nidos de infectados cercanos, incluso de algunas ciudades por las que cruzaría (o pasaría relativamente cerca) el convoy, y que bien podían estar controladas por otras bandas o cazadores. ¿No era el mapa de Barry tremendamente valioso, pudiendo incrementar con creces el éxito de la misión? ¿Se decidirían ambos hermanos MacLeod ha formar parte de aquello definitivamente o se quedarían allí encerrados un par de días hasta ser liberados?

- Definitivamente sí. Tanto Donovan como Robert mencionaron que acudirían en persona junto a sus hombre a por el convoy. Pienso que difícilmente iban a delegar un asunto tan importante en otros... - terminó por responder a la última de las preguntas que le lanzó Barry, asintiendo con la cabeza. En cuanto a la pregunta de Walker en referencia a la traición de Donovan a Robert, una vez Jeff Strickland intervino y calmó los ánimos del mercenario, Elliot no tuvo problema en contestar abiertamente y para todos - No se como planea traicionarle. 

Finalizadas las explicaciones por parte de Elliot a las preguntas que le fueron lanzadas (*), llegaría el momento en que se procedería al interrogatorio del prisionero. ¿Cómo decidirían abordarle(**)? ¿Serían Jeff y el Oso dialogantes y persuasivos o se decantarían por algo más extremo? ¿Pondrían en marcha la propuesta lanzada por Vika para hacerle creer al chaval que King seguía con vida, y que si sus palabras no coincidían con las de su líder, quizá solo uno de ellos permanecería con vida?

Bien... eso está bien. Ahora desde dónde yo lo veo hay varias opciones, cada una con sus pros y contras.

La primera de ellas colocar nuestra emboscada antes que los hombres de Donovan, lo que nos daría cierta ventaja táctica, pero nos pondría en medio de un fuego cruzado si tardamos más de lo debido.

La segunda opción es esperar a que Donovan actúe y luego atacarlo a él, nuevamente con el fuego cruzado porque los refuerzos de F.E.D.R.A. pueden caernos por la espalda. - comento torciendo el gesto con una clara expresión de desagrado por el fuego cruzado.

Otra opción es advertir a Downes de la traición y dejar que se maten entre ellos para luego barrer a los supervivientes, tenemos a King para respaldar nuestro dicho, bueno quizá con llevar la cabeza basté. - agrego con total naturalidad.

¿Qué mejor prueba que la cabeza cercenada del número dos de Donovan para convencer a Downes que sabemos cosas que él no? Claro que eso implicaría o bien negociar con él antes o correr el riesgo de que nos visiten los refuerzos de F.E.D.R.A.

Dicho esto me cruzo de brazos y empiezo a evaluar otra posibilidad pero necesitaba más información para ponerla en marcha. 

Otra alternativa es posicionarnos antes que nuestros adversarios, emboscarlos a ellos primero y luego a F.E.D.R.A., pero eso nos va a desgastar y nuevamente el tiempo es crucial. Tal vez si tuviesemos uno de esos bloqueadores de señal de radio, podríamos dejar fuera de la ecuación a los refuerzos de F.E.D.R.A. 

¿Qué piensan? - pregunto mientras miro al fiambre y evalúo la posibilidad de ir a interrogar a Turner. 

Por cierto, ¿quién es bueno torturando? Es decir, yo podría ir a hablar con el mocoso de Donovan, pero es probable que se me pase la mano y por desgracia los muertos no hablan. - agrego mientras pienso en el plan de Vika y lo considero bastante viable.

La situación resultaba sumamente compleja, además de comprometida, de modo que tras soltar algunas preguntas preliminares que me resultaban básicas, decidí esperar a que Elliot y los jefes aclarasen algo más el asunto. Como era obvio, cabía esperar que todos los presentes, o al menos la mayoría, se pronunciasen sobre lo que acabábamos de escuchar, realizando sus propias preguntas o aportando sus puntos de vista y sugerencias.

Lo que no esperaba era la salida de tono de quien tanto se jactaba de su profesionalidad y sangre fría. Observé la actitud de Walker con más curiosidad que otra cosa, preguntándome qué coño le pasaba y si era posible que hubiera cambiado tanto, pues llevaba ya un tiempo sin tratarle. Sin embargo, terminé enarcando una ceja cuando acusó al informante de no contar nada útil para el trabajo, cuando el trabajo en sí no tenía mayor razón de ser que lo que el tío había contado y pudiera seguir contando.

¿Le acababa de oír llamar a Michelle... mocosa?

Apenas miré a mi hermana de medio lado un breve instante, resoplando antes de bajar la mirada tratando de inhibirme de lo que estaba oyendo. Una tenue sonrisa llena de sarcasmo afloró a mis labios, pues Walker acusaba a Elliot de emotivo mientras él perdía los nervios sin motivo alguno. Irónico, ¿no? No hacía más que lanzar amenazas, una detrás de otra, a quien se suponía que era un aliado, uno de los nuestros, pues estábamos en el mismo barco. Y aquello hizo que pensase en mi padre, en los muchos consejos que me dio en vida. En más de una ocasión me habló de situaciones así, de la gente con la que no quedaba más remedio que colaborar. En este mundo, ya no nos podíamos permitir elegir nuestras compañías. Había que aliarse con quien se podía. Lo que sí podíamos hacer, era asegurarnos de sólo estar rodeados de gente de fiar cuando llegasen las situaciones más jodidas. Lo que había fuera de las zonas de cuarentena ya estaba lleno de hijos de puta, no podíamos enfrentarnos a ello rodeados de nuestros propios hijos de puta.

La intervención de Vika me sobresaltó, pues no esperaba que alzase la voz de aquella manera, pidiendo a Walker que parase. Pero Walker y ella parecían tener la suficiente confianza como para que pudiera gritarle sin esperar consecuencias. Yo, por mi parte, tenía intención de evitar a Walker, en todos los sentidos. Evitar su compañía y evitar enfrentarme a él, si no quedaba más remedio, pues estaba claro su carácter, y el mío era heredado de mi padre, con lo que sabía cómo podía terminar aquello. Así que tomé aire, asumiendo lo que sí haría al respecto para que todo aquello terminase de la mejor manera posible. Para todos.

Lo que no esperaba, mientras Vika iba planteando preguntas y posibilidades, fue lo que terminaría haciendo mi hermana. Mientras escuchaba lo que se iba planteando, y revisaba el mapa analizando posibilidades y rutas, Michelle me cuestionó acerca del destino de nuestra madre en caso de involucrarnos en aquel asunto, como era obviamente mi intención si conseguía encajar todas las piezas.

- Lo sé, lo se... -Indiqué a Michelle, sin apartar la mirada del plano- Estoy trabajando en ello.

Sí, estaba currando en ello, currándome el jodido plan que pudiera sacarnos de todo aquel atolladero, aunque fuera por el puto peor camino del mundo, ese que había estado evitando durante años. No iba a quedar más remedio que cruzar ese puente, pero tenía que asegurarme de que al otro lado nos esperaba lo que realmente necesitábamos.

- ¿P-pero qué? -Michelle se puso en pie, tomando la palabra para mi consternación.

Hostia puta, hermanita, ¿qué coño haces?

En ocasiones, me olvidaba de que Michelle también era una MacLeod, con el mismo carácter, la misma impulsividad que tantos años y desgracias me había costado domesticar. Pero joder, enfrentarse a Walker de esa manera eran palabras mayores. ¿En qué pensaba? Me puse tenso, preparado para cualquier cosa, porque cualquier cosa podía esperarse de una situación así.

Mientras aquello pasaba, Vika me sorprendió estirándose para alcanzar la lata de conservas que Michelle había dejado, seguramente porque tras lo que había vivido en aquella jornada no tendría apetito. Vika, en cambio, parecía tener hambre, lo cual era sorprendente porque ella tenía su propia comida, la parte del botín de la tienda que le había entregado.

- ¿Ya te has comido lo demás? ¿Dónde lo metes? -Le pregunté con humor, ya que la chica se mantenía delgada, a pesar de su buena condición física. Puede que fuera genético, pues su hermana tenía un físico parecido- ¿También la carne seca? Si te queda algo de eso, tal vez ayudase a Michelle a abrir el apetito. Sobre todo después del lío en que se está metiendo.

Y es que Michelle defendía a su socio, si es que sólo era eso para ella, y al hacerlo dejó algunas perlas que me aclaraban aún más la decisión que tendría que tomar, pues despejaban más si cabía la opinión que tenía de Walker y lo que cabía esperar de él. Aunque, aún así, me sorprendió que el pistolero me usase a mí como excusa para su actitud. Fruncí el ceño, torciendo mi rostro a un lado con curiosidad. ¿Unos años fuera del negocio, y ya era para algunos un don nadie que necesitaba de la protección de terceros? ¿Estaba diciendo delante de todos que no podía ocuparme de mis propios asuntos? Qué huevazos, Walker. ¿Y de dónde se sacaba que yo tenía enemigos? Dentro de los muros de la zona de cuarentena, me había esforzado a conciencia en nunca joder a nadie. Padre había sido muy claro a ese respecto, que había que evitar ese tipo de mierdas, evitar putear a nadie que más adelante pueda devolverte el golpe. Fuera de la zona de cuarentena... ni siquiera podía considerarlos enemigos. Tenía gente a la que odiar, y gente a la que evitar. Punto.

Ahora era cuando sí iba a ganarme un enemigo. Pero no pensaba dejar que pudiera devolverme el golpe más adelante. No dejaría que existiera un más adelante.

- Si haces este negocio, Walker, es gracias a lo que este tío ha traído. -Corregí al pistolero, con serenidad, hablando despacio- Nadie te pagaría por disparar, si no tuvieras a qué disparar. Y déjame que te haga una pregunta: ¿hay algo que hoy, o en algún otro momento, te haya dado a entender que no puedo ocuparme de mis propios asuntos? -Afirmé de forma tajante, dejando claro que aquella pregunta era jodidamente retórica, que incluía mi propia respuesta al respecto. No. No necesitaba que nadie se ocupase de mis mierdas, y si ese Elliot desvelaba asuntos de mi familia, era algo de lo que YO me encargaría. Ni John Walker, ni dios en el cielo. Yo.

Me puse en pie pesadamente, aunque la actitud que mostré al hacerlo distaba mucho de ser agresiva o amenazante, nada más lejos de lo que buscaba. Sin embargo, a veces, un hombre tenía que plantar los pies en el suelo y decir "eh, estoy aquí, y no me voy a mover".

- Ha sido un día... intenso, para todos. -Les recordé, conciliador pero firme- Intentemos no matarnos entre nosotros, porque entonces aquí no cobra ni dios. ¿Os parece? -Aconsejé, señalando alternativamente a Michelle y Walker- Vosotros dos habéis empezado con mal pie. Walker, tú no te fías de mi hermana con un arma en las manos, ¿no? Hoy ha disparado una sola vez, si no recuerdo mal, y ha matado a un hombre, pero no es lo bastante buena para ti. -Lo cual me resultaba bastante irónico, dada la defensa que había hecho de otros hacía apenas unos instantes- Perfecto, no trabajéis juntos. Yo estoy orgulloso de ella. Se ha portado hoy mucho mejor que yo cuando tuve que matar a mi primer hombre. -Aún recordaba aquel rostro, tras tantos años. El primero nunca se olvida, solían decir. Necesité tres disparos para hacerle caer y que no se me echase encima, y tras ello eché hasta la última papilla. Cuando me di cuenta de que mi padre me miraba, pedí perdón por mi debilidad, y la respuesta de mi padre se me quedó clavada: Si matar a un hombre no te afectase, entonces sí me preocuparía. Con el tiempo, lamentablemente, te resultará más fácil- Michelle se mantendrá a mi lado, y yo lejos de ti, así cubriremos distintos flancos y todo funcionará mucho mejor. -Indiqué de manera inflexible, lanzando una mirada de advertencia a mi hermana para que no replicase. No era el momento. Así que le hice un gesto con la cabeza, indicándola que lo mejor era que regresase a su sitio y se quitase de en medio entre Walker y Elliot- Del bocazas y lo que ha contado de mi familia me encargaré yo, si no te importa. ¡Tú! -Señalé a Elliot- Tenemos una conversación pendiente, pero ahora nos centraremos en el trabajo. Después. -Le advertí, devolviendo mi mirada a Michelle- Y ahora, hermanita, ¿puedes hacer el favor de arrastrar el culo de tu socio lejos de Walker, para que pueda seguir informándonos con un mínimo de calma...? -Le pedí, señalando que se había sentado tan cerca del informante que debía tenerle completamente acojonado- ¿...o me harás ir hasta ahí, y apartarle yo mismo?

Estábamos perdiendo el tiempo con tantos asuntos que quedaban fuera del tema que nos había reunido allí. Un asunto que ya era lo bastante serio y grave como para precisar de toda nuestra atención. Pero era lo que tenía juntar a tanta gente tan distinta, que formar un equipo, uno de verdad, era realmente difícil. Por eso, cuando aún era saqueador ahí fuera y me dedicaba al contrabando, tener a gente en quien confiabas y con quien te complementabas correctamente era media vida. Media vida que no teníamos, así que habría que trabajar con lo que había, es decir, no en las mejores condiciones.

Aunque tendría que garantizarme las mejores condiciones cuando saliéramos ahí fuera. Sobre todo si, como sospechaba, Michelle terminaba implicada.

Jeff Strickland explicó buena parte de lo que necesitábamos saber, incluido el equipo con que contaba la expedición de Donovan, lo cual daría una pista de la cantidad de hombres que podríamos encontrar. Además, algunas cosas que Strickland dijo me satisficieron, pues adelantaba en gran medida las exigencias que me veía obligado a poner sobre la mesa. Elliot pudo acotar un poco mejor el plazo, la cantidad de vehículos implicados, y un dato que me interesaba muy especialmente: Donovan estaría presente en aquella incursión, lo que significaba que no sería necesario encargarse de él a nuestro regreso. Aquello ponía las cosas fáciles, dentro de la dificultad de una incursión a las zonas salvajes con todo lo que implicaba. Las estimaciones de nuestro informante acerca de los planes de Donovan para asaltar el convoy parecían correctos, o al menos sensatos. Hacerlo en territorio de Nueva York era lo más lógico, lo que significaba que nosotros tendríamos que abordar el asunto asumiendo que así sería. Aunque sería necesario reconocimiento para asegurarse, y estar pertrechados para aprovechar el terreno convenientemente y emboscarlos. Me sorprendió que aún hubiera dudas acerca de cómo abordar aquello, quizás porque en mi mente estaba muy claro, pero a veces me ofuscaba bastante y no debía cerrarme a escuchar argumentos en contra.

- Definitivamente, prefiero solventar el asunto con un tiroteo a tener que hacerlo con dos. -Comenté ante la posibilidad de tratar de asaltar nosotros el convoy y que luego Donovan se nos echase encima. Sí, aún era posible robar a FEDRA y buscar una ruta alternativa que impidiera a Donovan encontrarnos, pero entonces habría que acabar el trabajo a nuestra llegada- Si dejamos que nuestros enemigos se enfrenten entre ellos, después nos encargamos de lo que quede. -Sugerí encogiéndome de hombros. El bando ganador tendría heridos o incluso muertos, y habrían gastado buena parte de su munición, además de estar cansados y doloridos- Un robo lo veo difícil, tratándose de cuatro camiones, de los que dudo que se separen dado su valor. Yo apostaría por la emboscada, sobre todo si tenemos forma de frenar al menos al primero de esos camiones en un punto que no permita a los demás rodearlo, crear un embudo. ¿Explosivos? ¿Cadenas de pinchos en tijera? Si no podemos contar con algo así, siempre queda el recurso de talar un puto árbol, o algo así.

Parecía que había llegado el momento de hacer traer al joven mafioso prisionero. El desgraciado tenía el futuro más negro que un mal camarero en un nido de infectados, pero negué con la cabeza ante la pregunta de Walker. No se me daban bien esas cosas, así que el interrogatorio quedaría en manos de otros. Al menos, tal vez no fuera necesario presenciarlo cubriendo nuestros rostros.

- Si van a traer al prisionero, señor Strickland, Oso... -Me dirigí a los dos mafiosos- ...creo que lo mejor es ir cerrando temas para centrarnos como dios manda en la preparación. Si me quieren en la misión, estoy dentro con ciertas condiciones. Y créanme que no son inasequibles. De hecho, alguna ya ha salido a colación. -Indiqué, asintiendo en dirección a Strickland- La primera es muy obvia. Como verá, tengo dos manos para trabajar. Balas y cartillas no me son imprescindibles, puedo proveerme por mi cuenta para sobrevivir. Lo que realmente necesito, son medicinas para nuestra madre. Desconozco cómo de generosa será la paga, pero al menos buena parte de ella deberá ser en forma de medicina, ya sea una buena cantidad al momento del cobro o su palabra de un suministro constante a medida que mi madre lo vaya necesitando. -Expliqué, cruzando una breve mirada con mi hermana- Lo segundo ya lo ha comentado usted, o eso me ha parecido escuchar. Ante la posibilidad de que Donovan descubra que estamos en esto, necesitamos que nuestra madre sea trasladada a un lugar seguro hasta que todo termine, algún piso seguro como éste. Mi hermana y yo escribiremos una nota para ella, a fin de que colabore. Por supuesto, usted podrá leerla para estar seguro de que no filtramos información. -Añadí a modo de seguro para todos. Ofrecer seguridad era la mejor manera de granjearse alianzas. Generar inseguridad, justo lo contrario- Tercero, creo haber entendido que el fin último de todo esto es para usted situarse en la cúspide de poder de la zona de cuarentena, y eliminar con ello a Donovan Pike. Bien, necesito su palabra de que no habrá cambios de última hora, ni acuerdos ni prerrogativas. De un modo u otro, todo termina con ese hombre muerto. Me da igual quién apriete el gatillo, no necesito hacerlo en persona, pero debe morir. -Afirmé con seriedad, pues aquel punto lo determinaba todo- Y por último, a fin de que todo funcione como debe, al repartir las tareas y formar equipos de trabajo, si mi hermana finalmente decide apuntarse permanecerá a mi lado, y mantendremos la distancia con Walker. No quiero más chispas como las de antes, sobre todo cuando abandonemos los muros.

Esas eran las condiciones de aquel pacto con el diablo. No porque Jeff Strickland lo fuera, sino porque la firma con sangre implicaba necesariamente ir al infierno. Pero, al menos, vendería mi alma por un precio adecuado. No iba a decidir por Michelle sobre si se unía o no a aquella misión. Si de mí dependiera, desde luego que no lo haría. Se quedaría en aquella casa durante dos días y regresaría a casa, o iría al piso franco en que ocultasen a nuestra madre. Pero conocía a mi hermana, su carácter, y ya no era ninguna niña. Tal como hiciera nuestro padre conmigo, tenía que dejar que tomase sus propias decisiones. Aunque debía reconocer que al salir ahí fuera me sentaría bien tenerla a mi lado, como a Vika. Podíamos sentar las bases para hacer un buen equipo, un equipo de verdad al que quizás podrían unirse Arthur o Liam.

- A cambio de ello, puede contar conmigo. Como sabrá, y si no puede confirmárselo Gorbinsky, tengo experiencia, conocimiento sobre el terreno, pistas fiables acerca de lugares estratégicos... -Metí una mano en el bolsillo, sacando unas llaves de camión- ...y si no hay sorpresas, puede que un vehículo extra. -O al menos, eso esperaba. Cinco años eran mucho tiempo, pero si el camión no había sido saqueado por nadie, podría estar en condiciones. Padre era realmente concienzudo respecto a su vehículo, así que cuando lo dejó allí estaría perfectamente cuidado. Puede que le costase arrancar, pero con algo de suerte aún sería funcional- Cuando todo termine, si queda satisfecho y quiere ofrecerme algo más, podemos sentarnos a hablar. -Indiqué a Strickland, con quien no tenía la suficiente confianza como para tutearle. La mirada que crucé entonces con el Oso le dejaría claro que aquello también le incluía a él- Creo que usted no conoció a mi padre, pero el Oso sí le trató bastante. Solía decir que, entre hombres de verdad, un apretón de manos era más que un contrato firmado. Si está de acuerdo con lo expuesto... -Me acerqué al mafioso, con calma, tendiéndole mi mano- ...soy su hombre.

Voto a favor de La segunda opción ofrecida.  Esperar a que Donovan actúe y luego atacar a los supervivientes según termine el enfrentamiento, gane quien gane estarán debilitados y será el mejor momento. 

Tras el numerito de McLeod y Walker, Young agradeció que se planteara el asunto principal, que para eso estaban allí. El muchacho "vomitó" todo lo que sabía, incluso lo que no debía decir, pero quién quisiera culparle, a decir verdad todos estaban con los nervios a flor de piel. Y es que aquel día estaba siendo para no olvidar, digno de una buena pesadilla. Lo peor de todo, es que todavía faltaba lo peor.

Tras la opinión de Arthur, Liam también dio su parecer al respecto. - Me sumo a lo comentado por el señor Miller. Es mejor que estén debilitados, esperar a que salga un vencedor y caer sobre él con todo. Sé que está la opción de adelantarnos, pero también la de caer en un fuego cruzado entre las dos facciones -

El falsificador no era un hombre de guerra. Estaría a favor de un planteamiento más táctico, en el que la ofensiva fuera lo más corta posible. Con ello se reduciría la posibilidad de bajas aliadas. Ni todas las cartillas de racionamiento de Boston valían una vida, quién sabía para los mafiosos allí presentes, pero sí para él. Y también probablemente para el resto de los asistentes.

Aprovechó para consultar una duda. - Es fuera de la zona de cuarentena. Eso no es problema, pero con esa distancia (dijo señalando con el dedo hacia el mapa), ¿Cómo nos vamos a desplazar todos sin llamar la atención? Creo que sería interesante reconocer el terreno de la zona que designemos a atacar/emboscar. Si no tenemos mucho tiempo, deberíamos salir cuanto antes -

Muy bien, luego hablamos. - le respondo a Barry. 

La gatling va a marcar mucha diferencia, no es un arma fácil de transportar, es pesada de cojones, y requiere de una buena base para ubicarse.

Pero una vez posicionada, esa cosa reparte muerte que da gusto, así que, si vamos a apegarnos a ese plan, es necesario instalarnos antes que ellos. 

Pues si llegamos luego de que esa bestia, la cosa se puede torcer, tengo un par de granadas, pero dudo que sean suficientes para despachar a ese monstruo.

Si vamos ligeros podríamos llegar antes que ellos, pero llegar a dónde?? - pregunto mientras me cruzo de brazos y trato de buscar una posición que nos favorezca. 

Creo que, tocará hablar con nuestro invitado a ver que sabe sobre esta operación. - comento mientras sigo sopesando el riesgo que representan los refuerzos de F.E.D.R.A.

 El segundo al mando de Strickland estaba particularmente callado, con el rostro serio y poco agraciado fijado en cada persona que hablaba. Tenían que admitir que aquellos dos mafiosos les estaban dando bastante vía libre a aquellos mercenarios para que hablen, se traten y se destraten sin titubeos en frente de ellos. La expresión del capo no dejaba entrever si todo lo que presenciaba le molestaba o le gustaba. Solamente divisaba la escena, como aquellas marionetas de viejos que miraban el show desde un palco en Los Muppets. Dudaba que los demás fueran a entender esa referencia.

 Solo tuvo un cambio de expresión bastante llamativo, y fue el levantamiento galopante de una ceja cuando Elliot se puso a hablar del drama familiar de los MacLeod. Se quedó anonado con la sarta de cursilerias que aquel muchacho informante lanzó en su excéntrico monólogo. Los demás reaccionaro de formas diferentes a todo ello, pero lo que era claro es que no había caído muy bien toda esa información agregada que realmente no venía al caso.

 Sin embargo, se estaba olvidando la situación en la que se encontraban.

- Lo voy a decir una vez, porque creo que no se entiende el contexto en el que se encuentran... Elliot es MI informante. Ustedes estan en MI refugio. Atrás mío están MIS hombres... ¡y como a alguien se le ocurra ponerle un PUTO DEDO encima a otro de mis protegidos, le metó un tiro en cada nalga del culo! Van a participar de una misión patrocinada por nuestra organización, así que actuen como si respondieran a NOSOTROS, joder.

 La cara del Oso dejó su impermutable seriedad y estoicismo. El hombre se mostró abiertamente enojado, incluso poniéndose  rojo del cabreo que había estado caldeándose dentro suyo durante todo el día.

- ¡Creo que estoy siendo MÁS que considerado con muchos de los presentes, con la cantidad de libertades y permisos que se dan! Ahora están trabajando para STRICKLAND, y algunos recibiendo ordenes MÍAS! Algo fundamental para ser parte de esta misión es que puedan seguir ORDENES. Son mercenarios, ¿no? Si el jefe les dice que hagan algo, LO HACEN. Y nada de agregar toques personales, ni ninguna coñada...

 El Oso miraba a toda la gente de la sala mientras continuaba protestando como un enajenado. No se diriguía a nadie en particular, pero seguramente habría alguno que podrían sentirse aludidos.

- Elliot, eres un estúpido y no se cómo has logrado estar tanto tiempo vivo en este mundo. Pero francamente no importa; gracias. Gracias por compartirnos todo esto... respecto al tema del interrogatorio de Peter Turner, he decidido que de eso me voy a encargar yo personalmente. Vika, dejaras el cuerpo de King aquí. Tómalo como una forma de compensar la gillipollez que te mandaste allí atrás.

 El capo mafioso comenzó a atender las consultas que surgían respecto a los temas abiertos. Había que intentar cerrar las estrategias de la misión, y las opiniones de los presentes presentaban una buena alternativa que El Oso avaló. Mirando a Strickland momentáneamente para compartir o discernir en aprobación.

- En cuanto al ataque al convoy, que lo hagan ellos. Que se jodan, basicamente. Donovan y Downes gastando todos sus hombres y recursos en la movida; perdiendo una gran parte en el proceso. Para que luego nosotros los embosquemos y les saquemos todos. Es mucho mejor que hacer el ataque nosotros mismos, si bien también se corre el riesgo de que ellos se enteren de nuestro misión. Aunque con King muerto, es poco probable... lo de avisar a Downes de la traición quizá no sea lo mejor. Es arriesgado querer venderle esa info... Strickland y yo vamos a seguir analizando esa opción.

 Luego estaba el tema de Barry, que pedía una sarta de exigencias para participar de la misión. Fuera cualquier otra persona, y más con el enojo que llevaba El Oso, lo hubiesen hecho picadillo. Pero el capo mafioso se limitó a escucharlo mientras respiraba hondamente, buscando calmarse después de su exabrupto.

- Barry, como dijo Strickland, Donovan en un hombre muerto andante. Ya tiene contados los días en este momento. Con suerte serán tres más. Luego de eso, nos encargaremos de ofrecerle a tu familia y a ti un lugar seguro en esta zona. Eso va para todos aquí. Creanme que si las cosas van como planeadas, todos los presentes van a tener un brillante futuro por delante... ¡pero SI NO SIGUEN NUESTRAS ORD-!

 El Oso quiso comenzar a gritar y retar de vuelta al grupo, pero se le cruzo una tos brutal. Se quedó tosiendo un rato, terminando por escupir en el suelo y con los ojos ardidos. Realmente había sido un día detrimental para la salud de un hombre que no conocía la palabra "salud" del todo bien. Necesitaba alejarse del peligro por un rato.

Mantenía la vieja costumbre de mientras comer, no hablar; de ahí que permaneciera en silencio mientras los demás intervenían. Por unos momentos me centré en la lata, única y exclusivamente en ella. A diferencia de otras más modernas, aquella era abre-fácil. Tan sólo había que correr un precinto para que la tapa se pudiera quitar. Me resultó de lo más curioso aquel cierre, de hecho estuve ensimismada mientras lo analizaba pero sin dejar de escuchar lo que se comentaba en aquella habitación.

La tapa corrediza era de un material similar al papel, aparentemente sellaba completamente la lata pero su textura no parecía muy resistente, quizás fuera aluminio para conservar mejor el alimento pero dudaba que aún quedaran de ésas. Después de comerme su contenido, limpié cuidadosamente los bordes y el interior con un paño de tela que había sacado de la herrería de Bull. A continuación extraje de un departamento de mi mochila varias piedras oscuras, carboncillos y os introduje en la lata. Acto seguido coloqué nuevamente la tapa. Necesitaba algo con que cerrarla bien. Nuevamente acerqué mi mochila para sacar un par de palos, delgados y cortos. Liberé el cuchillo de la guarda que llevaba al cinto, no sin antes convencer a los que estaban a mi lado de que no iba a usarlo contra ellos y entonces empecé a desbrozar los palos, reducirlos a filamentos para usarlos como si fueran cordones para cerrar la cajita con los carboncillos. Cuando terminé, volví a colocar todo mi equipo en la mochila y guardé el cuchillo.

Por lo que había escuchado, la opción de emboscar a Donovan una vez éste hubiera robado el material al convoy de FE.D.R.A. iba ganando. Dicha propuesta podía resultar la más factible si se quería evitar acabar entre dos fuegos pero también comportaba una desventaja y era que no elegías el producto sino que te condicionaba lo que los hombres de Donovan hubieran recogido antes - Elliot, has dicho que Donovan lleva sus camiones, que no irán marcados como los que pertenecen a los militares - aquello era interesante y a la vez misterioso, pero me centré en el dato y la información que aportaba - de ahí ya sabemos que no va a robarlos y dudo que trasvase toda la mercancía de esos cuatro camiones a los suyos - perdería mucho tiempo en el traslado, aparte que si quisiera toda la mercancía muy probable entonces sí que iría con la intención de hacerse con ellos, pero no era el caso. Desconocía el motivo - además sabe que tú te fuiste con la información y que acudirías a Oso, de ahí que mandase a King Raül para que te persiguiera - Así que si es sensato, pensará contramedidas, formas con las que desbaratar una acción contra ellos.

Sólo va a robar la carga, no los camiones de FE.D.R.A. Donovan tenía un plan estructurado para marchar con parte de la mercancía, aunque era incierto que tratara de llevarse toda.

- 72 horas - en tres días llegaría el convoy a la QZ de Boston, eso nos dejaba poco margen de actuación - necesitamos averiguar en qué lugar concreto Donovan plantea realizar el asalto - no era un dato baladí sino que sobre él dependía el éxito de la misión - a ese prisionero hay que hacerlo cantar ya. Podemos ver si coopera de primeras o sino aprovecharemos todos los recursos que tengamos para hacerlo hablar - no me había traído el cadáver de King Raül de excursión porque sí.

La escasez de tiempo que teníamos para maniobrar un buen plan podía condicionarlo todo. Si no éramos capaces de identificar el lugar del asalto, difícilmente podríamos explorar el terreno previamente y buscar un buen lugar para realizar la emboscada.

Y luego estaba el tema de los vehículos, era importante llevar furgones pero también motos para una mayor movilidad sobre el terreno, si hubiera que perseguir a alguien o huir por circunstancias improvisadas. De todas formas, esperaba que entre todos ideáramos un plan lo suficientemente seguro como para acometer al emboscada y la huida con garantías.

- No quiero estropearos las expectativas pero, cuanto más nos alejemos de Boston más equipo necesitaremos - igual Oso y Strickland hacia tiempo que no se aventuraban a abandonar la QZ y se creían que aquello iba a ser como salir de excursión, nada más lejos de la realidad, salir de la ciudad comportaba muchos riesgos.

Luego tomó la palabra Oso y todo comentario, diálogo o simple apreciación se disolvió como un azucarillo en un café. Era el jefe, él mandaba, él lo organizaba y nosotros hacíamos el resto. Ni abrí la boca, me dediqué nuevamente a escuchar sus directrices, asentí cuando hizo relación al cuerpo de King Raül y no objeté en nada. Su plan, su organización. Ya veríamos a dónde nos llevaba fuera de los muros de la ciudad.

Cuando tuve opción de ver el mapa de Barry, procuré sobretodo fijarme en aquellas marcas que se identificaban con asentamientos de infectados. Aunque probablemente desde la muerte de su padre, algunas indicaciones habrian cambiado, de hecho ese dato era el que más incertidumbre me arrojaba.