Partida Rol por web

[color=#848484]…repetimos la información, los vecinos de Black Hill Road y mas puntualmente en Hunter Valley Centro Equestre afirman haber presenciado lo que denominan como “La Cabalgata Infernal”.[/color] 

[color=#848484]…Dicho de otro modo, dicen haber visto una manada de caballos sin cabeza y envueltos en humo entre las dos y las tres de la madrugada los cuales corrían por sobre la ruta dejando marcas ardientes sobre el asfalto...[/color] 

[color=#848484]…¡Como si no fuera suficiente con el líder de Korea del Norte queriendo que todos volemos por el aire en medio de una nube atómica!, ¿verdad Rick?...[/color] 

[color=#848484]… !Muy cierto Linda, muy cierto!, por otro lado y siendo algo mas importante...[/color] 

[color=#848484]…¡Que le ha pasado ahora a Miles Cirus!...[/color] 

Jueves 4 de Mayo del 2017.

NewCastle - Australia.

8:33 de la mañana.

Jess despierta tarde, algo no usual dado sus actuales obligaciones curriculares.

Sin embargo hoy es día libre y eso es bueno.

Lo que no es bueno es estar empapada como si hubiese estado bajo la lluvia y con esos terribles dolores en el cuerpo.

Su mente, aun amodorrada, cree recordar un sitio visitado recientemente donde las luces eran extrañas y las sombras bailaban en silencio.

¡Qué locura!, ¡una pesadilla tal vez!.

¿Pero por qué cojones esta tan mojada?, se pregunta mientras descubre tras correr las sabanas que la cubren que incluso el colchón de la cama esta húmedo.

Las trémulas luces del día se cuelan a través de la persiana americana a medio bajar y desde la calle donde el murmullo constante de los coches y las personas se hace oír en aquella extraña y usual melodía tan típica de una gran ciudad.

Parece que hará un hermoso día hoy, - ¿Cuántas agujetas puede soportar un cuerpo? -, se le ocurre mientras mira hacia afuera desde la cama y antes de finalmente reunir las fuerzas necesarias para levantarse.

Y comenzar un nuevo día.

Me cago en la puta... ¿que cojones me pasa?? Jess trata de desperezarse lentamente mientras su cabeza no deja de dar vueltas tratando de recordar que hizo el día anterior. Le gustaba el deporte, pero nunca hacía tanto como para llegar a semejante nivel de agotamiento y por otro lado, ¿porqué estaba tan mojada?¿Había tenido una pesadilla? Debía de haber sido terrible para que sudase de semejante forma, pero le extrañaba no poder recordar qué había sucedido durante la noche.
Tambaleándose a causa de las agujetas se aproxima a la ventana, necesita levantar la persiana y dejar entrar la luz del día, una buena ducha, cambiar las sábanas, ventilar el cuarto y todo arreglado.Aunque claro, en su mente aún es incapaz de imaginar porqué se ha despertado empapada y físicamente agotada.

Jueves 4 de Mayo del 2017.

NewCastle - Australia.

Bibliotheca high school Whitebridge.

8:33 de la mañana.

• No, dijo Patrick el de gafas, compañero ocasional  de estudio y adepto a la Psicomagia.

Patrick era alto y desgarbado, con cabello crespo largo - una rabiosa melena leonina cuasi afro imposible ser domesticada a base de peine alguno -, vestía a menudo con zapatos de vestir, pantalones oscuros formales y su correspondiente cinto, camisa blanca – abotonada hasta el cuello -, de mangas cortas en cuyo único bolsillo, al pecho lado izquierdo, llevaba el protector de tinta y cuatro o cinco bolígrafos de diverso grosor y color.

Patrick era un memo, un nerd, un friki y, como antes he dicho, un adepto a la Psicomagia.

Ahora, estaba a discusión partida respecto a los vericuetos relacionados con el Eneagrama de Personalidad propuesto por Ouspensky y derivado de la obra magna El Cuarto Camino de George Gurdieff del cual, Jorodoswky, sin lugar a dudas y según Patrick, el susodicho chileno había robado mas bien mucho que poco.

Dicho de otro modo (y para que lo entendamos todos), la película de 1973 llamada La Montaña Sagrada, era una mierda.

Por supuesto, Patrick no solo lo pensaba, también lo dijo:

¡No Tío, no!, exclamo de nuevo enervado y con el careto rojo tomate, !el jodido Jorodwski es un ladrón de ideas!.

Ahora, su interlocutor de este preciso instante que no era otro que Adam, le miraba impávido y dueño de su habitual carácter indiferente que dé a ratos se sacudía bajo la duda del “que dirán”, pues en la biblioteca no estaban solos y el resto de los estudiantes presentes ya comenzaba a rechistar por lo bajo o lanzar furibundas miradas hacia Patrick el de gafas que gritaba como poseso y por ende, también a Adam.

Molesto, más por los gritos de Patrick, que por su perspectiva, alcé el rostro y sin levantar la voz dije:

Ojodoro es incapaz de robar hermano, todo lo que existe es parte de cada uno de nosotros. Además, si siempre respetas a tu esposa, nunca podrás tener hijos.

Dejando esta frase en el aire, me levanté lentamente y me encaminé hacia la puerta de salida. A medio camino, girándome sobre mis talones pregunté:

¿Nadie se viene a echar un cigarrillo?

Con el agónico grito del que ha estado a punto de ahogarse y una inusitada brusquedad, Karlene despierta, al fin.

Es tal el nivel de estrés y lo traumático de lo recién vivido – en sueños (?) -, que de alguna manera ha terminado sentado en la cama y abrazándose a si misma mientras su cuerpo se estremece, presa aun, de los rezagos del terror reciente.

Porque estuvo en la oscuridad.

Y la oscuridad no estaba vacía.

Es de día ahora, la luz de la mañana se cuela por la ventana derramándose, ambarina y pálida, por todo el lugar.

Al parecer hoy hace bastante calor allá afuera pues no son aun las nueve de la mañana y ya puede sentir la temperatura en ascenso.

Había un gato.

En su pesadilla, la recuerda al completo.

Un gato, de cuatro ojos.

La casa esta silenciosa. Pequeños crujidos fantasma de las viejas maderas que le dan forma al hogar como la única bienvenida a la realidad para Karlene.

Papá y Mamá no deben estar. Es temprano. Jueves 4 de Mayo del 2017 puede verlo en su reloj despertador.

Hoy es 4 de Mayo y siente que odia el 4 de Mayo.

Algo está mal. Algo esta, MUY MAL.

¡Es por “Bobby Spaguetti”!, le grita su mente.

Se ha ido.

Hace dos días ya.

Martes 2 de Mayo del 2017.

NewCastle - Australia.

2:33 de la madrugada.

Las hinchadas nubes rojizas del cielo que le recuerdan a los intestinos ciclópeos de una bestia colosal con el vientre abierto se sacuden (laten) bajo la terrible influencia de los truenos iluminándose esporádicamente por los rayos que anuncian el pronto aguacero.

A Robert le cuesta estacionar el coche.

Se dice, a la cuarta vez que lo intenta y cuando finalmente logra dejar su pequeño auto aparcado en la acera de forma más o menos decente, que es por las muchas copas de más que lleva ahora encima, que ¡seguro, ha de ser por eso!.

Las alucinaciones ¿también tienen que ser culpa del alcohol?, se burla la vocecilla en su mente pero Robert no le hace caso pues una gota de agua obscenamente gorda impacta con fuerza ahora sobre el parabrisas indicándole que la lluvia ya está aquí.

Se le ha terminado el tiempo.

Viene.

A duras penas consigue bajar del auto, dos, cinco y siete gotas impactan en su cuerpo y a Robert le recuerdan a dedos acusatorios hincando sus carnes.

Corre, bajo una cortina de agua que ahora cae desde los cielos.

Entre los estampidos y las azulinas luces de los relámpagos.

Resbala, cae sobre el pasto húmedo, vuelve a incorporarse y mira hacia atrás. (¿Por qué parece tan lejana la puerta de casa?)

Y entonces lo ve.

Bajo una de las farolas y junto al coche, es solo una silueta que la lluvia da forma al caer.

La silueta de un gato con cuatro puntos luminosos donde deberían estar sus ojos.

¡Ha llegado!.

 (bajo el agua las lagrimas son invisibles)

Y por mas que es este el momento de mayor oscuridad y peligro en la vida de Robert.

Sus pensamientos solo son para,

Karlene.

Hace dos noches atrás y muy tarde Robert llego a casa pasado de copas.

Ella estaba durmiendo y no le sintió llegar pero Alisha, su madre, si lo escucho aunque no se levanto de la cama donde dormía junto a Darrell.

Sin embargo y a través de la puerta abierta de su cuarto vio pasar a Robert y sintió el olor a alcohol y tabaco que este traía.

Se dijo que no iba a conseguir nada despertando a su marido ahora, que tendrían “La Charla Familiar” cuando Robert despertara de su borrachera.

 Si tuvo, en cambio, un instante para pensar en lo mucho que había cambiado su hijo mayor – para peor -, durante todos estos últimos años pasando desde aquel prometedor estudiante tan dotado en los deportes que fue al viciado adolescente mayor solo bueno para no conservar ningún trabajo y beber casi todas las noches que era ahora.

Sin embargo, si algo había conservado – incluso hasta ser un tanto preocupante -, era el celo que tenia por su hermanita, Karlene, de la que casi era una sombra.

En esto pensó Alisha pero no tuvo tiempo para profundizar pues el sueño volvió a atacarla y finalmente la venció.

Lo último que sintió antes de finalmente ser arrebatada por las alas de Morfeo fue el sonido seco de la traba del cuarto de Robert al ser colocada

…

El siguiente dia comenzó como cualquier otro.

Temprano, los integrantes de la familia reunidos en la mesa y apurando el desayuno previo antes de partir cada cual a ocuparse de lo suyo.

Karlene reconoció las miradas que sus padres se lanzaban. Ya la había visto muchas veces antes y sabia cual era el origen de ese velado disgusto.

Robert.

Había llegado tarde otra vez y seguro borracho.

Nadie había ido a intentar levantarle, sabían que era inútil, que despertaría cuando lo hiciese y luego de purgar el alcohol que llevaba en el cuerpo – a veces de la peor forma -, ya se habían acostumbrado a esto y estaba mal.

Karlene, joven aun, sin embargo entendió en ese momento que era este el punto de inflexión.

Que sus padres estaban cansados.

Tras tantos años.

…

Las obligaciones llamaban y cada uno partió siguiendo su propio rumbo.

Karlene al instituto, Darrell a la tienda y Alisha a una reunión importante.

Sin embargo, esa mañana regreso temprano.

Quizás fuera el destino, algo que debía pasar exactamente como sucedió si es, como dicen cierto, que allá, arriba, hay un dios calvo y cruel que juega a los dados con el destino de las personas de este mundo y al parecer, disfrutando al verlos padecer.

Como fuera.

Alisha llego temprano y  se dio cuenta de Robert seguía en su cuarto.

Eran ya cerca de las 11 del mediodía. Demasiado tarde para seguir siendo paciente con el rebelde hijo. Había que despertarle, hacerle saber que estaba furiosa – también Darell -, que hasta aquí habían soportado.

Sin embargo, tras aporrear incontables veces la puerta del cuarto de Robert y al no recibir respuesta alguna comenzó a preocuparse. Alisha intento usar la llave auxiliar que escondía en su cuarto para revisar la intimidad de sus hijos cuando estos no estaban presentes.

Pero no pudo abrir la puerta, algo la trababa por dentro.

La preocupación se volvió entonces nervios y estos, anunciaban la histeria pronto a estallar.

Alisha llamo desesperada a Darrell suplicándole que viniese tan rápido como fuera posible.

También se comunico con la policía local y con un vecino al cual le pidió ayuda para intentar abrir la puerta del cuarto de su hijo.

Todo fue infructuoso, de alguna forma aquella maldita puerta resistía todo impacto sobre ella sin siquiera astillarse.

¡Era imposible!, una locura si no fuese porque estaba viéndolo en este momento.

Darell les encontró en plena faena al llegar y tras él, un par de minutos luego, llego un móvil policial.

De esta forma, un nutrido contingente de personas conocidas y no se reunieron frente al cuarto de Robert y fue en ese momento cuando dos nuevas situaciones inverosímiles se dieron lugar una tras la otra.

…

La puerta del cuarto de Robert estaba sin traba.

Darrell lo descubrió tras apoyar su mano sobre el pomo de latón y girar la traba.

Ni siquiera escucho a su esposa y su vecino quejarse sorprendidos ante esto dado que ambos lo habían intentado todo.

¡No era posible!.

El contingente se abalanzo dentro del cuarto de Robert, las ansias por saber a flor de piel.

Pero allí, salvo el desorden habitual en la habitación del muchacho.

No había nadie.

Robert había desaparecido.

Por arte de magia.

…

Tras esto y luego de las miradas suspicaces del vecino y los oficiales de policía la casa quedo nuevamente vacía.

Alisha fue al instituto, por Karlene.

Darrell a hacer una exposición a la jefatura.

Regreso a las horas, abatido, pues había sentido que no les creían.

Que su hijo se había escapado por su cuenta, dado su historial local, que ellos se lo estaban inventando.

Lo peor, fueron las palabras de rigor final con que le despidieron:

Señor, le dijo condescendiente la administrativa policial, los jóvenes son rebeldes, usted ya sabe, y, bueno, en este caso particular…y siendo su hijo ya adulto…no se ofenda pero…, habrá que esperar, extraoficialmente se lo digo, 48 horas para poder catalogarlo como una desaparición.

De esto.

Ya habían pasado dos días.

¡El ajedrez es inagotable! Se han jugado millones de partidas y se han escrito miles de obras, pero hasta ahora no existe fórmula universal ni método que garantice el triunfo. Al ir conociendo sus múltiples aspectos, uno empieza a sentir una gran atracción por este juego.

Las piezas blancas y negras parecen representar divisiones maniquíes entre la luz y la oscuridad, el bien y el mal, en el mismo espíritu del hombre

Garry Kaspárov.

Lleva, exactamente, ochos horas, treinta y tres minutos y veinticinco segundos (en este instante, ahora son veintiséis), frente al ordenador.

Ya se ha despachado, que sean dignos de recuerdo, a seis contrincantes mínimamente interesantes.

Estaban:

Naga_stole_my_bike al cual le había derrotado con un Mate Pastor. Anecdótico fue la forma en que Naga_stole_my_bike describió las muchas cosas obscenas que le haría a su madre. Pobre.

P1CHVLATOR666 a este le despacho con un Mate del Tonto pero sin embargo había mostrado un poco mas de ingenio.

P1CHVLATOR666 se desconecto al perder. Sin decir nada. Jejeje.

Destrabadorpunsante1987NC se había llevado a casa un Mate de Pillsbury. ¡Aprende algo de ajedrez Destrabadorpunsante1987NC y vuelve a intentarlo!.

Habia mas, por supuesto, muchos, muchos más, pobres intentos de aficionados todos, indignos de ser recordados.

Sin embargo.

Llevaba ahora exactamente ocho horas, treinta y tres minutos y veintiocho segundos enfrascado en una titánica lucha con dos jugadores virtuales.

DrEmmettLathropBrownNC1234 y Sts088-724-66.

Del primero podía decir que era alguien instruido, correcto en su dicción y muy interesado en el juego del segundo que no le gustaba conversar mucho salvo los escuetos "ok" y "encore" para solicitar un nuevo juego . Un usuario silencioso y eso no era raro, aunque si particular.

Con ambos llevaba una buena parte de las muchas horas despierto en una intensa competencia de ajedrez.

Tabla, tras tabla por límite de tiempo la forma previamente acordada para jugar las partidas.

[color=#436EEE]DrEmmettLathropBrownNC1234dice: ¿Le parece bien sea esta la última partida?[/color] 

Sts088-724-66dice: Encore.

Karlene despierta —o más correcto sería tal vez decir que es escupida de sus sueños— con la congoja atenazando su garganta y los pulmones jadeando agitados. Todavía siente la angustia de la oscuridad pegarse a su piel, la frialdad del agua como agujas de hielo. Y los ojos, y el gato. Sobre todo el gato. 

Sus hombros se sacuden con un respingo cuando algo cruje en la casa y sus ojillos se mueven veloces, tan veloces como cuando se mira al espejo y de pronto tiene la sensación de tener alguien detrás. Se estremece, sentada en la cama, asumiendo poco a poco que está despierta, que es de día, que es Karlene. 

Aguza sus oídos mientras toma aire, esperando escuchar algo en la cocina, tal vez a Bobby haciendo el desayuno para los dos, o quizá a sus padres saliendo para el trabajo. Pero el silencio golpea su mente con una certeza que duele en el corazón y retuerce las tripas: Bobby se fue. Hace ya dos días y las manos de Karlene tiemblan sólo con pensarlo. 

Desliza los dedos desde sus rodillas hasta que caen sobre la cama, cerca de su teléfono móvil. Enciende la pantalla y lo mira, sin decidirse todavía a utilizarlo. Es curioso cómo puede pesar tanto una ausencia. 

Karlene abre una aplicación de mensajería y su dedo busca un nombre: Jackie. Empieza a teclear un saludo, pero finalmente lo borra sin llegar a enviarlo. ¿Qué podría saber ella que no supieran ya? Nada. Si Jackie supiera dónde está Bobby, no estaría tan destrozada. 

Así que el dedo de Karlene vuelve a deslizarse por la pantalla hasta que llega al nombre de su mejor amiga: Dana. 

Tía... estas dspierta???
He tenido una pesadilla horrorosa, rollo... peli mala de las que le gustan a Kate
Y ya han pasado 2 días
No sé si iré al insti, stoy fatal 
A lo mejor me pongo en modo autista en casa

No es por el hecho de despertar sola, o porque Robert no esté en casa. Al fin y al cabo ya estuvo años fuera cuando fue a la universidad y vivía en el campus. Es porque siente —sabe— que algo está muy mal. Que Bobby Spaguetti nunca se iría sin decírselo. Que nunca la dejaría sola. Y ahora está sola.

Se baja de la cama con el móvil en la mano, como si fuera un apéndice de sí misma, y sale de su cuarto sin ponerse las zapatillas, sintiendo el suelo bajo los pies desnudos. Hace buen tiempo, pero igualmente se estremece al recordar el agua helada cubriendo hasta sus tobillos y tiene que sacudir la cabeza.

Va directa hacia el cuarto de Bobby, ese que se supone que no tienen que tocar —eso dice mamá y ella sabe, es abogada— por si la policía debe registrarlo en busca de pistas. Karlene mira a su alrededor. ¿Qué puede encontrar la policía que no pueda encontrar ella? Nada, se responde. La policía no conoce a Bobby como lo conoce ella. La policía ni siquiera ha movido un dedo hasta ahora. La policía no sabe nada. 

Su pecho se mueve en un suspiro hondo y se sienta en el suelo, en medio del cuarto desordenado de su hermano. Se estremece de nuevo, con la idea de que algo terrible ha tenido que pasar para que Bobby desapareciese como si nada, con la puerta cerrada por dentro. ¿Cómo salió? ¿Por la ventana? No pudo evaporarse, eso sí que no. Pero entonces... ¿Dónde está Bobby?

La jovencita que de pronto se siente una niña se agarra las rodillas, vestida con su pijama gris de tirantes y pantalón corto que le queda grande pero que se pone porque era de él. Sabe que terminará yendo a clase, aferrándose a esa rutina para intentar fingir que la vida es siquiera un poco normal. Pero ella sabe que no lo es. Que algo está MUY MAL. Y que Bobby no se ha marchado —nunca lo haría—. Han tenido que obligarle. 

Respiraba profundamente y con los ojos cerrados durante un momento, revisando ambos chats un momento antes de frotarme los ojos con la yema de los dedos durante un momento. Con mi zurda tomé la navaja y empecé a hacer varios juegos con esta, agitándola entre estos un momento, haciendo distintos giros antes de cerrarla, cerrando la mano cuando la navaja estaba completamente cubierta, suspirando un momento.

Un lento parpadeo se hizo visible en mi rostro antes de cerrar los ojos y soltar un leve suspiro de hastío, llevando el ratón primero al chat con DrEmmettLathropBrownNC1234 y empezar a escribir.

-Lo siento mucho, pero jugaremos en otra ocasión ¿Vale?. Es ya suficiente tarde y los párpados casi se me cierran como si tratasen de enrocarse entre ellos.-

Una vez dicho eso cerré el chat, con cansancio, mirando después el encore de Sts088-724-66. Negué lentamente con el e hice un lento jugueteo simple con la navaja en mi mano para que esta acabara abierta, con mi índice entre los mangos, el pulgar apoyado contra la parte sin filo de la hoja, en el mango seguro y la parte baja del mango mordido estaba rodeada con el corazón, el anular y el meñique antes de lanzar un movimiento al soltar el mango mordido, dejando que la hoja reposara sobre el dorso de mi mano y luego, con un leve giro de muñeca seguido de un impulso hacia abajo con la misma, cerrar así la navaja, poniéndole el seguro después.

-Tengo sueño, voy a dormir. Otra vez será ¿Vale?.-

No sabía porque, pero tenía curiosidad e incluso me imperaba cierto ápice de tozudez de intentar acabar de una vez con ellos tal y como había hecho con mis otros contrincantes, pero no, necesitaba reposo o acabaría perdiendo la partida, por lo que cerré después el chat y suspiré, cerrando ahora la sesión y levantándome del ordenador tras apagarlo, yendo dirección a la cama.

JESS.

Ha terminado de bañarse, podemos verla desnuda, de frente al espejo pequeño del botiquín.

Se lava los dientes, observa su rostro buscando algun puntito negro, poniendo caras graciosas.

El cabello rojo y hermoso cubierto con una toalla.

Se seca el cuerpo, tararea una canción más animada ahora pues comienza a sentir las virtudes de la ducha reciente.

No se ha percatado, pero nosotros sí, de la mancha rojiza que comienza a gestarse en su espalda.

Estad atentos a esto.

Habrá consecuencias,

Pronto.

JESS.

El afuera de hoy era maravillosamente vivo. Colores radiantes explotando aquí y allá, cielos sin nubes, un sol inmenso que todo lo calentaba y muchos desconocidos yendo o viniendo con sus propios asuntos. Vida y renovación dándose lugar a donde fuera que Jess mirase ahora.

Pero ella se sentía fatal, dolorida en extremo, agotada sin saber por qué.

La ducha fue muy refrescante y obro de manera maravillosa en su cuerpo y mente arrastrando con sus innumerables gotas una buena parte de sus dolencias y dudas de ahora.

Tras bañarse se cambio y ordeno su habitación y luego bajo a desayunar pues se sentía ahora famélica del hambre.

La casa vacía la recibió pues Adrian estaba en su trabajo en el puerto y David se había marchado desde hacía una semana a Tailandia a cuyo sitio fue con un grupo de amigos como mochilero.

Extrañaba a David, MUCHO en verdad, aunque el las llamaba a diario o enviaba mensajes de texto, audio o video de cada sitio nuevo al cual iba en su viaje.

David, su hermano mayor era su confidente, su pilar básico y casi un padre sustituto y tan unido a Jess como ella a él.

Realmente lo amaba.

Tras desayunar sus “obligaciones” del hoy estuvieron concluidas pues era su día libre del instituto y podía ir o hacer lo que quisiera.

Fue entonces, ya más tranquila y con la panza llena. Casi olvidado el reciente y extraño despertar del hoy cuando la espalda comenzó a arderle de una forma increíble.

Comenzó como una punzada triple, como si le perforasen la piel y no concluyo allí pues el dolor comenzó a extenderse hacia su cintura con una horrible lentitud haciéndole estremecer las carnes a la que vez que le sacaba quejidos y lagrimas.

¡Qué demonios le sucedía!,

¿Qué estaba pasando?

ADAM.

En esencia Patrick es un buen chico. Algo paleto, bastante friki y muy pasional al momento de defender sus ideales – sean estos los que fueran -.

Cuando los chistidos y las muchas miradas se hacen demasiado palpables para ser ignoradas y tras las palabras – que le descolocan – de Adam, el pobre Patrick hace lo que cualquier hombre sensato (si, claro), haría ante esta situación.

Rie nervioso mientras sus ojos recorren a los presentes, con el rostro ahora en un tono alarmantemente rojizo. Luego agacha la cabeza evitando de esta forma seguir mirando a quienes le rodean y tras coger sus cosas apresuradamente se larga tras Adam – sin mirar a nadie – y arrastrando los pies.

Pobre Patrick, ser paleto tiene esas cosas.

Ya afuera y un rato después, Adam fuma y Patrick escucha.

Ha pedido perdón por su reciente exabrupto prometiendo – por vaya a saber que numero de vez -, que no volverá a hacerlo nunca más.

Sin embargo no pasa mucho tiempo hasta que nuevamente su vena conspiranoica se pone en marcha y mientras baja la voz para evitar ser escuchado por el resto de los estudiantes, se acerca a Adam y le susurra por lo bajo:

Eh, tío, ¿has escuchado lo de los caballos sin cabeza de Black Hill Road?, tendríamos que ir, tío, ¡en serio!, sacar alguna fotos, grabar audio, quizás encontremos psicofonías y ese tipo de mierdas. ¿Qué dices?, ¿quedamos para más tarde?, ¿Eh?.