Partida Rol por web

Cabalgaba como un verdadero indio en estos momentos hasta estar totalmente fuera de peligro en el desierto, donde aproveche para parar y bajar del caballo con dificultad. La pierna me dolía mucho y con la herida abierta solo podía desangrarme si no hacía nada.

Si la bala aun la tengo dentro trato de sacar la bala, con la petaca de Whisky desinfecto la herida de bala y hago presión con el pañuelo de mi cuello para no perder mas sangre. Para mi desgracia el dolor me puede y no logro sacar la bala de mi pierna.

!Joder que día de mierda!, !duele mucho!.

Cuando estuvisteis lo suficientemente lejos del pueblo, os detuvisteis para examinar la herida. Por desgracia, las habilidades de Crow, combinadas con la sangre que había perdido, no le permitió extraer la bala, sino únicamente causarle más dolor.

Y mientras, el tiempo pasaba. Debían sacar esa bala y detener la hemorragia pero ya.

Sintiendo la muerte revoloteando sobre ellos, sin contentarse con sacarles a dos miembros, la sangre de Crow seguía vertiéndose por su pierna y comenzaba a corretear por los costados de su caballo. Tuvieron que frenar por fuerza mayor para tratar sus heridas.

Lo cierto es que Jonathan apenas pudo hacer algo, así que acercó y le tendió la fusta de su montura.

-Muerde esto- le dijo y se dispuso a tratar la herida. Normalmente sería mucho más delicado en esa tarea, pero el tiempo y el apremio por salvarle la vida le hacían ser más brusco y directo.

Donovan consiguió, a duras penas, hurgando en la herida, extraer la maldita bala, aunque a costa de hacer un buen destrozo en el muslo. Una vez hecho, le hizo un vendaje que sin ser una maravilla, ayudaría a comprimir la herida y disminuir el sangrado. No obstante, había que cerrarle la herida y también evitar la infección.

Aquella mierda de trabajo podía acabar llevando a su hermano a la tumba si no se daba prisa.

-!Hermano no seas animal!- Sacando un cuchillo y mi petaca de whisky se la ofrezco.

-Abre la herida con esto para sacar la bala y la petaca para desinfectar.-

Tenía las manos ensangrentadas, sintiendo el olor metálico y como la piel de su hermano se volvía más pálida con el correr del tiempo.

-Tengo un puto cuchillo- pero sí que aceptó el Whisky y lo derramó en la herida sin muchos miramientos-. Maldita sea nuestra suerte- gruño dando a su vez un pequeño trago a la petaca y devolviéndosela a su hermano-. ¿Cómo demonios lograron darte?- verlo así, cuando siempre era el alma de la fiesta le contraía el corazón. Se suponía que debía cuidarlo, no arrastrarle a trabajos mediocres-. No se ve tan mal. No seas cobarde- le dijo mintiendo descaradamente. Usó su cinturón para que la herida quedara mejor apretada, evitando que saliera más sangre. Con el poco alcohol que le puso y quizás con alguna hierba… Miró a su alrededor, aunque solo conocía escasamente alguna que pudiera servirle.

-!Joder sabía que este puto desierto me mataría algún día!.-

Las fuerzas cada vez me fallan más, mi voz también flaquea.

-Al este hay un poblado indio y al norte un pueblo de granjeros. No es la primera vez que casi muero en este desierto.-

Mi voz cada vez es más suave y no me quedan fuerzas para hablar mucho más, solo para mantenerme vivo.

La puta hierba no servía para nada, pero al menos Crow no estaba peor. No podían hacer nada con sus escasos conocimientos, si había que dispararle a alguien, eran los indicados, pero para cuidar a alguien no poco menos que inútiles. Oyó las indicaciones de su hermano y sacó un rugoso y mugriento mapa.

-No veo ningún pueblo, solo Socorro más al Sur- era casi divertido que el pueblo se llamara así… aunque si en verdad estaba todo el dinero en ese lugar, debería explotar de placas. Podrían buscar indios y con suerte les ayudarían… eso si no les cortaban el pescuezo apenas les vieran.

Busca a los indios, me curarán otra vez. Susurro débil ante su evidente duda.

-Bien, busquemos a los indios- le dedicó una mirada preocupada a su hermano pero no dijo nada mas, la verdad que no le importaba con quien se encontraran, mientras pudieran ayudarles. Un poco de civilizacion era suficiente, mientras que pudieran curarle la pierna al chico.

Las atenciones de Donovan quizás no fuesen las mejores, pero sí que fueron suficientes para que el joven Crow recuperara algo de su fuerza, subiese al caballo con decisión y obcecadamente, comenzaran el viaje a Socorro.

Sin viajar demasiado rápido, pero sin descansar, ambos se movieron con habilidad, manteniendo una distancia prudencial de los raíles para evitar patrullas inesperadas, pero sin perderla de vista. Además, Donovan observaba continuamente los alrededores, desmontando de tanto en cuando para intentar localizar el rastro de algún indio que pudiera ayudarles. Después de todo, los que habitaban por allí eran amistosos y si alguien podía echarles una mano, eran ellos.

Donovan había localizado un pequeño rastro que se alejaba del camino principal, aunque continuaba hacia el sur, y decidió desviarse hacia una colina. Crow soportaba el viaje con estoicismo y parecía dispuesto a llegar hasta el final. Cuando estabais a punto de ascender por la colina, una voz os detuvo.

Gna yan na aynsh cham han ska?