Partida Rol por web

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Mis ojos se clavaron en los de la pelirroja-Cuando volvamos con ellos, será mejor mantenerlos vigilados dentro de lo posible, si alguno de ellos ya no es humano, no lo sabremos a simple vista, tendremos que andar con mucho cuidado-dije mientras abríamos la puerta. En ese momento pareció darle un yuyu a Victoria, echó a correr como alma que lleva el diablo.

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La miré con los ojos como platos sin saber que decir, no sabía si reir como un idiota por la fabulosa frase de Dragon Ball o echarme las manos a la cabeza pensando que se había vuelto loca-¡Victoria! joder ¿dónde vas insensata?-grité mientras corría tras ella, dimos con unas escaleras pero Victoria siguió escalera abajo-¡Espera!-exclamé intentando llamar su atención, pero de repente se paró. Pensé con alivio que me había hecho caso y había vuelto del mundo de la locura, pero no, simplemente había otro cruce de caminos-Victoria ¿qué diablos te pasa? podría haber otra grieta, no haberla visto y haber caído...-suspiré recobrando el aliento, luego la miré duramente.

-Eso si, seguro que nos hemos salvado de Goku, yo siempre fuí del team Vegeta, su rollo de malote siempre me gustó-y me eché a reir-Eh y adivina-levanté la mano donde aún tenía la linterna-Cuando agarro algo no lo suelto, que lo sepas-contesté apagando mi risa, concentrándome en las nuevas opciones.

-Bueno...supongo que iremos hacia delante, los pasillos sin indicadores no me dan confianza-dije torciendo el morro-¿Continuamos hacia delante?-pregunté a la pelirroja.

La conversación entre el Dr Kleist y el Sargento se tornaban un poco extrañas, no podía evitar enarcar una ceja ante lo de las imitaciones y que no podíamos confiar el uno del otro, ¿en qué nos habíamos metido?, ¿seremos acaso los conejillos de indias de algún experimento o de algo extraño que encontraron en esta base?.

-Sargento, disculpe pero… no, olvídelo- niego con la cabeza, intentando organizar mis ideas, tratando de buscar la pregunta correcta, -¿Y si en realidad hay algo aquí en este lugar que pueda llegar a copiar nuestra apariencia?- dirijo la mirada hacia Kleist al tiempo que fruncí el ceño, como desorbitada, -Ya lo dijo el Dr. Kleist, pudieron lograr lo del Bovino… ¿y si hicieron algo que salga de nuestra lógica y fuimos enviados como conejillos de india?- esbozo una sonrisa mientras preparo la MP5, -no sería la primera vez y creo que usted me entiende, señor-

Los sonidos de la radio no hiceron más que plantear un gran número de interrogantes en la cabeza de Brochard. Había oído algo acerca de "imitaciones", lo cuál no parecía tener ningún sentido. Quizá los efectos del cansancio o algún espejo convenientemente colocado había provocado que la imaginaciónd e Victoria y Ford echase a volar. ¿Qué base científica podía tener todo aquello? Debía tratarse de tan sólo un espejismo... o...

Imitaciones...

Un escalofrío le recorrió la columna al recordar aquella muestra, y cómo aquel extraño virus simulaba la forma de los hematíes vecinos. ¿Podría reproducir también lípidos, bacterias, tejido muscular...? ¿Podría ser aquello el prehistórico germen de la clonación humana? Brochard sacudió la cabeza, a la cuál había vuelto el intenso hormigueo. Se limitaba a guardar silencio, siguiendo al grupo, sintiendo como sus palabras llegaban amortiguadas a sus oídos. Por primera vez, comenzaba a ser consciente del alcance de la situación. Estaban sólos, desorientados, y lo más aterrador de todo: posiblemente, nadie vendría a ayudarlos.

Legaron a una bifurcación, en la que Kleist recoendó seguir a la izquierda. Sin indicio alguno de dónde de escontraba la pareja, parecía una opción válida. Simplemente tendrían que tener cuidado de no separarse.

- La izquierda me parece bien, siempre que no nos separemos... no creo que dejar a Henricks sólo haya sido una buena idea...

Al parecer, el resto había llegado a conclusiones parecidas a las suyas. La idea de la clonación se arraigaba con fuerza en los presentes, tratando de buscarle un final lógico a las palabras de Hasan y Ford. Suspiró ante las palabras de Langley. "Sólo que estos pirados lo hicieron 60 años antes buscando ganar una guerra perdida", pensó Brochard, el cuál había también reparado en el arma que llevaba la piloto. Tenía que hacerse con una.

A mí me da lo mismo una dirección que otra -dijo Thalassa -, pero es de suponer que el túnel de la izquierda, al ser paralelo al que hemos dejado atrás, el que daba a la enfermería, podría ser otra rama principal de la base. Quizás desde él podamos acceder a más sitios.

Tras coger el pasillo de la izquierda, el grupo, encabezado por el sargento y cerrado por el soldado Scart, avanzó con precaución hasta encontrar, de nuevo, otro desvío. Allí parecía que se abría un camino hacia la derecha y otro que continuaba recto. Había además un cartel que señalaba hacia la derecha y en el que se podía leer:

"Operationsraum"

No obstante, apenas tuvisteis tiempo de leer el cartel, porque un nuevo temblor (otra vez) os hizo a todos tambalearos. Esta vez, fue bastante fuerte, tanto, que comenzaron a caer grandes fragmentos del techo encima vuestra, amenazando con aplastaros.

Mientras decidís hacia dónde vais, si seguís recto o si escogéis un camino diferente, un nuevo temblor os hace tambalearos y grandes fragmentos del techo empiezan a caer sobre vosotros.

Mientras discutimos sobre qué camino tomar de repente noto un leve temblor bajo mis pies que aumenta de intensidad de manera impensable consiguiendo que casi pierda el equilibrio-¡Cuidado Victoria!- exclamé cuando vi cómo el techo se resquebrajaba con una facilidad pasmosa-¡Échate a un lado!- ordené mientras me movía con rapidez para esquivar los cascotes que caían del techo.

Veo como un gran pedazo de pared se precipita sobre mí e inmediatamente salto hacia delante cual canguro en pleno páramo Australiano-¡Mierda!-gruñó al chocar contra el suelo, pero no me detengo pues me giro al instante y busco a la pelirroja a mi alrededor, rezando porque ella esté bien.

¡Vamos ven! - gritó hasta llegar a la nueva bifurcación-. 

Entonces, en la oscuridad, todo se echó a temblar. Hasan reaccionó con el grito de Mike y esquivó aquellos trozos de hielos. Pero, aquello no impidió que ambos quedasen separados. 

¡Mike! , ¡joder, Mike! ¿Estás bien? 

Victoria alumbró a los escombros esperando respuesta alguna. ¿Lo peor? Que tendría que dar con una alternativa para llegar hasta él. Los nuevo Romeo y Julieta del siglo XXI, sólo que ella era más Romeo que Julieta. 

Un nuevo temblor hizo que la boca del estómago de Brochard de encogieran, a la vez que sentía la grava caer sobre su cabeza. Un infernal crujido les avisaba de que algo bastante pesado estaba a punto de desplomarse sobre sus cabezas.

- ¡SALTAD!

Lanzándose en plancha, Brochard consiguió poner algo de distancia entre él y la zona a punto de colapsar. Dio un par de pasos más haica atrás, sólo para asegurarse que ningún cascote acababa abriéndole la cabeza. Apuntó con la linterna al techo, viendo con horror como las placas rocosas amenazaban con caer sobre sus compañeros.

Merde

Thalassa mantuvo como pudo el equilibrio, pero en cuanto vio que empezaban a caer escombros, se lanzó para esquivarlos, lográndolo a duras penas y encontrándose en el suelo, junto a Brochard, mientras las rocas seguían cayendo.

-¡Joder! ¡Este lugar es una trampa mortal! ¡No salimos de una para meternos en otra!