Partida Rol por web

McQueen comenzó a buscar entre las mochilas una linterna. Empezaba a cansarse de que ordenase algo y le ignorasen, pero era lo que tenía tener que trabajar con civiles, acostumbrados a una vida cómoda y sin el peligro constante de que te alcanzase una bala en territorio hostil.

Henricks aguantaba lo cual era una buena noticia pero McQueen era consciente de que era algo pasajero, o el doctor hacía algo con lo que tenía a mano o seguramente el muchacho sería una víctima más en la lista de muertes de esa misión.

Se fijó en Ford y en Hasan y torció el gesto

-Dejen la botella, el doctor ya nos avisó de que ante estas temperaturas no era conveniente, además, los necesito lúcidos, no borrachos.

Tras su busqueda de la linterna se sentó y comió media ración. No tenía mucha hambre, además, no sabía cuando les sacarían de allí, por lo que convenía que racionasen lo que tenían.

Si es que alguna vez nos llegan a sacar de aquí

Cita:

Miré a McQueen extrañado y estuve a punto de soltarle una de mis mordaces respuestas, para ser un militar que supuestamente tienen una vista de lince que les permite volar el culo de una pulga a 200 metros, el veía menos que un gato de escayola-Perdone que le corrija Sargento, pero lo que tenemos entre manos la señorita Hasan y yo son pequeñas botellas de agua...-dije mirando la pequeña botella que aún mantenía la pelirroja en la mano-Me temo que el whisky se quedó arriba-dije con un rictus de tristeza mientras le daba el último bocados a la exigua ración de campaña.

Scart mira a su alrededor, en tensión, pero con sus nervios bajo control. Se agacha, coge una linterna y comienza a examinar la zona. Las paredes están recorridas por tuberías que sin duda llevan algún tipo de cableado eléctrico, y también hay otras más grandes que quizás contuviesen agua o gases de algún tipo.

Después, mira el túnel, que se extiende en ambas direcciones y se fija en que en el lateral de uno de ellos parece haber una puerta de acceso a algún sitio, aunque no puede ni distinguir de qué se trata ni ver más allá. Por el otro lado, en cambio, el túnel avanza sin que Scart pueda distinguir nada.

-¡Eh, sargento! ¡Allí parece haber una puerta!

McQueen miró con mirada inquisitorial a Ford, pero no dijo nada al ver que era agua.

El grito de Scart le hizo fijarse hacia donde apuntaba, una puerta. Cogió las tres linternas que encontró, una se la entregó al doctor, otra a Kleist y con la otra se dirigió hacia la puerta. La alumbró y la estuvo examinando un rato.

-Creo que tendremos que abrirla, pero antes....

Empezó a explorar los alrededores donde se encontraban, por si había algo más o alguna cosa que les pudiese servir.

¿No podría haber un mapa como los de los centros comerciales o el metro? Nos vendría bien con una señal que indique "usted está aquí"

Pero sabía que no tendrían tanta suerte. Tras hacer la exploración se acercó a la puerta.

-Vamos a abrirla a ver que encontramos. Ayúdeme Scart

La puerta parecía ser metálica y también tener bastante grosor. Sobre ella había una especie de cajetín que seguramente tendría el dispositivo de apertura eléctrico o automático, pero al no haber energía eléctrica, eso no podía suceder. En lugar de eso, la puerta disponía de un cierre mecánico que había que abrir.

McQueen maldijo por todo lo alto

-¡Cago en la puta madre del cordero!

La puerta estaba bien cerrada. Tenía un dispositivo de apertura electrónico, y al no haber energía no podía usarlo o al menos forzarlo de algún modo. La fuerza bruta no servía de nada. Miró al equipo y se acercó

Veremos a ver si son capaces de algo estos cerebritos

-Ford, venga aquí, necesitamos de sus habilidades para abrir la puerta.

Le señaló la puerta a lo lejos

-Toda suya

Scart dió el aviso y la esperanza volvió poco a poco, con un poco de suerte nos llevaría a nuevas estancias y con suerte a una salida viable. Con ninguna suerte nos llevaría al cuarto de fregar. Caminé hacia la puerta como el Sargento me dijo y la miré con curiosidad e interés, la golpee con los nudillos, fruncí el ceño y miré al Sargento-Es una puerta blindada pero con un poco de magia creo que podré abrirla- miré hacia arriba observando la caja, la cubrían cuatro sencillos tornillos, así que saque mi pequeño estuche de herramientas y comencé a desatornillar la caja, al quitarla vi una pequeña maraña de cables y conexiones antiguas pero perfectamente identificables, el idioma sería alemán pero la electricidad recorría los mismo caminos.

-Un cierre mecánico, sencillo, no debería darme muchos problemas-dije con una sonrisa mientras me ponía un pequeño dispositivo con dos luces led y así ver mejor las conexiones.

Saqué un par de herramientas más y comencé a manipular el mecanismo-Venga maldito cacharro del demonio, ábrete-

Oí un crujido, mi sonrisa se ensanchó y...no pasó nada-¡Mierda!- mascullé saltando un chispazo que casi me quema las pestañas-Maldita tecnología alemana...- refunfuñé de mala leche.

-Perfecto Mike, acabas de quedar como un completo gilipollas, la has clavado-

Después de trastear un poco, Victoria logra su objetivo y la puerta se desbloquea con un ruido sordo. Entre ella, Ford y el Sargento, logran abrirla y acceder una sala que en cuanto ilumináis, muestra exactamente lo que es. Una enfermería, completamente destrozada.

A la vista está que la enfermería ha sufrido daños considerables. Las camillas están por los suelos, los muebles de cristal, rotos, con los productos tirados por el suelo y también hay restos de sangre en todas partes, en el suelo, en paredes y en las camas. Dos microscopios están encima de la mesa, como si estuviesen esperando a que alguien mirase por ellos.

(recordad que no hay luz ni electricidad)

Victoria no dejaba de resoplar aún un poco malhumorada. Aquel patoso ingeniero quería demostrar que podía abrir la puerta.

-A ver, déjame que yo lo intente.

Hasan bebió el último trago de la botella de agua y rebuscó en la mochila algún artilugio con el que abrir aquella puerta. Encontró un pequeño mechero, sí, en ocasiones fumaba para aliviarse el estrés. 

Necesito... alumbrar... 

La primera intuición era quemar aquella cerradura, para luego pegar una patada a aquella puerta y, con suerte, abrirla. Sin embargo, probó con una pequeña orquidia sacada de su cabello pelirrojo.

Vamos, no te resistas... -comentó con las manos apoyada en la puerta, sus piernas soportaban todo el peso de aquella postura-.

Escuchó el click y sonrió satisfecha. Sin embargo, no estaba del todo. Se agachó y sacó aquel mechero que antes hubo cogido, fundiendo un poco la cerradura para que esta pudiera abrirse.

Listo, ahí estaba.

Muy bien, Vicky, muy bien...

Respiré hondo y ofuscado me propuse abrir esa puerta aunque fuese a patadas, mi capacidad de ingeniero había quedado a la altura del betún por ese trozo de hierro planchado y no me iba a dejar vencer tan fácilmente, pero en ese momento apareció Hasan tras de mí.

Cita:

Estuve a punto de echarme a reír ¿Qué iba a saber ella de electrónica? Era imposible que la pudiese abrir pero aún así, me aparté a un lado-Faltaria más señorita Hasan quizás su encanto femenino consiga abrir...eso- finalicé echándole una mirada de odio a la puerta blindada y observando a la pelirroja trabajar.

Con las dos manos apoyadas en la puerta y con su cuerpo en tensión mis ojos perdieron de vista los cables por unos segundos.

-Mike por amor de Dios, céntrate y piensa con la cabeza que tienes sobre los hombros no con la de la que tienes entre las piernas-me regañé a mi mismo, aunque mis ojos seguían clavados en su culo. En ese momento escuchamos un click que resonó a lo largo del pasillo y a continuación la puerta se abrió-Joder- dije asombrado-La próxima vez le pediré prestada esa orquilla..- enarqué las cejas con gesto de sorpresa, mientras estiré el cuello echando un vistazo a lo que nos aguardaba tras la puerta blindada.