Partida Rol por web

Pero qué cachonda...

Por cierto, vamos al off, que si no a ver como encuentro yo los mensajes útiles jajajaja

Apoyo mis manos sobre la pared y como puedo me levanto del suelo, acercándome poco a poco hasta la dichosa puerta; me detengo unos segundos observando lo libidinoso en el rostro del señor Ford, caso en el que enarco una ceja y hago un sonido con la garganta como si me la aclarara, -Ehem, perdón, el frio me ha afectado un poco la garganta-.

Espero a que ingresen uno por uno y me quedo de última en el umbral de la puerta, observando a cada rincón donde viajaba la luz de las linternas. Me detengo en las camillas, revisando con la mirada si tenían alguna especie de rueditas o rodachinas, si las tuvieran nos ayudaría en la movilidad de nuestro compañero herido; aunque una silla de ruedas no vendría mal a estas alturas.

Friedrich escuchó las palabras del sargento y, sujetando la linterna con una mano, se acercó a los expedientes de los que hablaba McQueen. La mención de que los archivos se deshacían le hizo entender que debía ser todo lo cuidadoso que pudiera. A lo largo de su carrera, había aprendido un poco de archivística, por lo que estaba al tanto del sumo cuidado que debía de tener con aquel tipo de documentos.

-Herr Doktor -dijo el historiador, dirigiéndose al médico militar, en tono seco-. Eche un vistazo al microscopio. Es el único que entenderá lo que vea. -Sonrió de manera un tanto inquietante-. Lo siento, soy de Letras.

Acto seguido, colocó la linterna sobre la mesa para alumbrar los expedientes y, desprovistos como estaba de unas pinzas con las que agarrar las páginas, trató de abrir la primera con el mayor cuidado posible, pasándolas con detenimiento para evitar que se deshicieran ante sus ojos y lograr leer lo que ponía en los expedientes.

Mientras Kleist examina los documentos se da cuenta de que una parte importante del personal es civil, pero además, científicos, y no precisamente físicos sino biólogos, paleontólogos, zoólogos... algo muy extraño para una base de estas características.

Como historiador, no entiendes este tipo de personal adscrito a una base nazi en plena segunda guerra mundial. Hay pocos soldados, muchos ingenieros y demasiados científicos. Es como si estuviesen investigando, en lugar de construir.

Observó como la puerta se abría por gracia del Espíritu Santo sargento. Observó detrás de aquel dúo aquella sala mugrosa. Seguramente había servido como covertizo de escoria nazi invadida por las pestes, balas y sufrimiento. Victoria se imaginó la escena con una sonrisa de oreja a oreja: Muerto el perro, se acabó la rabia...

Y se giró. Y observó a Ford. Y luego a la pilotitos. Y fijó ,de nuevo, la mirada en Ford, y luego en la pilotitos que cojeaba como buenamente podía y otra vez a Ford.

No lo mires con mala cara, Hasan, no lo mires con...

-Pilotito, ¿cómo te encuentras? -desvió la mirad hacia la única persona que de verdad se había ganado un hueco en su amargo y ebrio corazón-.

Luego, se volvió a girar hacia sus compañeros que le habían agradecido y ella sonrió victoriosa.

-Jódete ingeniero, jódete.

Y se adentró para urgar en algún sitio, por si encontraba algo relevante. 

-Eh, bien, todo bien… aun duele un poco pero es soportable- le dedico una grata sonrisa a Victoria, mientras levanto mi pulgar derecho. Vuelvo la mirada hacia adentro añadiendo, -si esto es… bueno, fue una enfermería a lo mejor encontremos por ahí plegada alguna silla de ruedas, o a lo mejor podamos usar una de las camillas para trasladar al soldado herido cuando nos movamos y avancemos-.

Recordé aquellas palabras del soldado Olivera, aquella noche mientras los rebeldes nos rodeaban y solo teníamos una ruta para escapar, era eso o quedarnos a ser víctimas de los disparos calibre 7.62 –“movimiento e vida… tenemos que movimentarnos”-

Cuando entramos me quedé boquiabierto observando las paredes de la habitación-Joder, parece como si Freedy Krueger se hubiese montado una buena fiesta privada aquí dentro...-dije acercándome a una de las paredes mirando con asco los chorretones de sangre que ahora eran unas manchas de tono marrón oscuro. Se veía que aquel lugar llevaba tanto tiempo abandonado como parecía ¿Pero qué coño había pasado allí para que toda la habitación estuviese pintada de rojo sangre? Era inquietante y no me importaba admitirlo, estaba asustado y estar en ese lugar me crispaba los nervios.

Seguí las instrucciones del Sargento y eché una mano al grupo inventariado el pequeño material que teníamos almacenado en las mochilas, desde luego no era para sobrevivir indefinidamente, las raciones de campaña no estaban mal pero el agua escaseaba y debíamos conseguir más, derritiendo hielo se solucionaría pero había más problemas.

-Sargento, debemos de encontrar la forma de recuperar la corriente eléctrica, necesitamos luz y éstas linternas no van a durar para siempre-dije con gesto grave, pero la situación era jodida, desconocíamos el tamaño de la instalación y dónde se encontraba el generador era un verdadero enigma pero sin luz, no encontraríamos una mierda. Entonces la pelirroja entró en acción giré la cabeza como un perro oyendo un ruido extraño mirándola directamente.

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-¿Disculpa? ¿Puedes repetir eso?-me acerqué a ella dando largos pasos hasta encararme con ella-¿Qué me has dicho?-pregunté inquisitivo-Gracias a mí he conseguido que no se te congele tu respingón culo, así que ten un poco de respeto por el que te acaba de salvar la puta vida ¿de acuerdo?- le espeté, aquella mujer había conseguido tocarme la fibra sensible y poca gente lo conseguía.

-No te creas tan importante por haber tenido la puta suerte de abrir éste cuartucho-gruñí mirándola de forma hostil.

Gracias a mí he conseguido que no se te congele tu respingón culo, así que ten un poco de respeto por el que te acaba de salvar la puta vida ¿de acuerdo?

Victoria se vio sorprendida por el encaramiento y las agallas de aquel hombre. Sonrió traviesamente y dio un paso hacia adelante y le posó el dedo índice en el labio de aquel susodicho.

SHHH... tus quejas inorportunas a primera hora de la mañana me vienen trayendo por lo que , ordinariamente, se denomina el c###. -le comunicó sin dificultad alguna. Si de algo se caracterizaba aquella mujer era por no tener apenas filtros- ¿Algún problema con mi culo ''respingón''? Si tiene alguna queja la puede llevar al gobierno que... Acabarán en  mí y yo... las romperé plácidamente.

Sonrió mirándole desafiante a los ojos y le dio un pequeño toque con el dedo que tenía en sus labios depositado en el hombro derecho.

Parece que a alguien no le mola que le digan las cosas como son. Pues te jodes y punto, chato. La vida es así de dura, es como una lenteja, o la tomas o la dejas. 

Se giró triunfante hacia el soldado, mientras le hacía un corte de mangas. 

Mis ojos ardían al mirar a aquella mujer y no precisamente de pasión, pero aquella mujer sabía manipular a los hombres, como todas.

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-Oh, no te preocupes nena, sé que no llegaré a ninguna parte con ninguna queja ¿Crees que no sé que estás protegida por el gobierno? ¿Crees que no sé de dónde eres realmente?-levanté mi dedo acusador hacia ella-Te creerás que por ser una agente encubierta del gobierno eres intocable? Eres un fantasma con un pasado inexistente, o al menos tus superiores lo creían, no eres nada, ni nadie, carne de cañón, al menos mi nombre es real y no inventado apreté la mandíbula con una fuerza brutal, las palabras salían disparadas como una ametralladora.

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De repente mi cara cambió y me eché a reir-No me importa que me digan las cosas a la cara, de hecho lo prefiero, pero las faltas de respeto no las aguanto-entonces caminé hacia ella y le cogí del brazo girándola de repente-Y tampoco soporto que me den la espalda cuando estoy hablando, aunque te lo perdonaré ésta vez, estarás pasando el mono, llevas demasiados años siendo alcohólica-la solté violentamente y fui yo quién la dió la espalda.