Partida Rol por web

Friedrich escuchó la discusión que mantenían Hasan y Ford sobre el bonito trasero de la pelirroja y, sin poder impedirlo, dejó escapar un sonoro suspiro y puso los ojos en blanco. "Esos dos necesitan irse a un hotel" se dijo para sus adentros, pensando si tendría que aguantar la verborrea del ingeniero por más tiempo.

Luego, volvió la mirada hacia los documentos, asombrado por semejante descubrimiento. La mano derecha le temblaba de pura emoción, sintiendo que estaban a punto de descubrir algo importante.

-Was hast du hier gemacht, Führer? -murmuró, dándole vueltas a lo que acababa de leer-. Esto no fue exactamente una base militar. La mayoría del personal ni siquiera eran soldados, sino ingenieros, biólogos, paleontólogos, zoólogos... Demasiados científicos en una base militar. -Carraspeó mientras pensaba en una posible explicación-. Esta base era un laboratorio. Puede que realizaran experimentos en humanos -recordando la gran cantidad de paleontólogos y zoólogos que figuraban en los documentos, sintió necesario añadir-: o animales.

Thalassa estaba junto al sargento, que parecía ser quien más claro tenía lo que había que hacer, seguramente, debido a su estricto sentido del deber. Al entrar en la enfermería, y a pesar de la escasez de luz, pudo ver que aquello no era normal. Que las paredes tuviesen sangre, aunque fuese escasa, ya era síntoma de que algo había sucedido en aquel lugar, más allá de lo que era de esperar.

-Para ser una enfermería, yo diría que aquí más que curar mataban -comentó Thalassa, en tono de burla.

Después, vio los dos microscopios y al acercarse, una pequeña muestra en uno de ellos.

-Doctor, creo que debería mirar esto a ver si le dice algo.

Victoria abrió los ojos y su ceño se frunció aún más. 

Te creerás que por ser una agente encubierta del gobierno eres intocable? Eres un fantasma con un pasado inexistente, o al menos tus superiores lo creían, no eres nada, ni nadie, carne de cañón, al menos mi nombre es real y no inventado

Ah, no, por ahí si que no le dejaría pasar. Pero vamos, no una gotita dejaría.

Eeeeeeeh, no, por ahí no te dejo pasar. ¿Tienes pruebas de que me acusen de tal cosa? ¿Quieres que te enseñe mi DNI, querido Homo Neardental? Sus acusaciones pueden llevarle a una noche en el calabozo. Y créeme que lo gozaré  pudiendo resultar   , incluso, deleitante para mí vista o excitante. 

Y tampoco soporto que me den la espalda cuando estoy hablando, aunque te lo perdonaré ésta vez, estarás pasando el mono, llevas demasiados años siendo alcohólica-

No señor Ford - comentó al ser soltado por él bruscamente - soy inmune al 'mono'. A la vista está que pude abrir la puerta.

Luego caminó en dirección a la otra parte de la sala y se agachó en el suelo por si podría conseguir alguna pista. 

Dejó caer la ración terminada a un lado, mientras se pasaraba el dorso de la mano por la comisura de los labios. Tomó pie, ayudando a Henricks a incorporarse para llevarlo hacia dónde todos parecían estar congragándose. Al parecer había conseguido abrir una puerta del aquel lúgrube corredor, un mecanismo del que había dado buena cuenta Hasan (para gran sorprensa del supuesto experto en engranajes y tuercas del equipo). Brochard se acercó a paso lento, asegurándose que Herincks no apoyara la pierna más de lo necesario. Una vez llegó dónde el resto, abrió los ojos como platos.

- ¿Una enfermería? Bueno, lo que queda de ella al menos...

Dejó a Henricks con cuidado en el exterior de la enfermería, junto a la puerta, a fin de evitar que se cortara con la gran cantidad de ristales que cubrían el suelo. Frascos, jeringas, tubos de ensallo... un sólo corte de aquellos tratos podía traerles serios problemas, y más sin antibióticos a mano. El sólo llevaba algunos de amplio espectro, y no servirían de nada ante un tétanos severo. Tomó de su bolsa la linterna que le había provisto McQueen uniéndose a Klein, el cuál parecía realmente fascinado por el hallazgo. Aquellas camillas podrías limpiarse de escombros, aunque las gran cantidad de sangre que cubría la sala le preocupaba. ¿Qué demonios había sucedido allí? Quizá el desplome de una galería había pillado en el lugar equivocado a una docena de obreros, que casualmente fueron a parar allí. O podría haber sido cualquier otra puta cosa. Pasó cerca de Kleist, el cuál ojeaba algunos documentos en alemán.

-Was hast du hier gemacht, Führer? Esto no fue exactamente una base militar. La mayoría del personal ni siquiera eran soldados, sino ingenieros, biólogos, paleontólogos, zoólogos... Demasiados científicos en una base militar. Esta base era un laboratorio. Puede que realizaran experimentos en humanos... o animales.

- El abominable Menguele de las Nieves, eh Kleist. Parece que esos Kartoffen no tenían límites a la hora de abrazar el... progreso.

No pudo evitar bromear, a fin de intentar relajar el hormigueo que seguía sintiendo desde que entraron allí. Sin embargo, la voz de Bright le hizo centrarse rápidamente.

-Doctor, creo que debería mirar esto a ver si le dice algo.

Se giró hacia Thalassa, extrañado. Ya había echado una buena visual, y no había nada de valor entre aquellas cuatro paredes. Si acabo algunas vendas carcomidas por el tiempo, que a saber que patógenos podrían albergar. Se acercó a Bright, pisando la alfombra de cristales que se extendía a sus pies, hasta que fue consciente de a qué se refería. Enarcó una ceja al ver los microscópios, asombrosamente intáctos ante todo aquel caos. Se acercó a ellos con una clara intención.

- Ilumíneme Bright. - Dijo mientras colocaba el ojo en la óptica de uno de los microscópicos. - Veamos que se cuentan estas placas.

Ojalá el eterno murmullo entre Ford y Hasan cesara para poder concentrarse, pero no se podía tener de todo.

Al iluminar con la linterna, puedes ver el portaobjetos que tiene un nombre escrito, "Klein F." y una muestra de sangre seca.

Cuando la miras a través del ocular no ves más que una mancha roja sin sentido, porque está completamente deshidratada. Se te ocurre que a lo mejor puedes humedecerla con algo de agua y cuando lo haces, entonces sí que ves algo distinto

Hay lo que parecen células sanguíneas normales, pero al lado, también pueden verse unas células estrelladas desconocidas para ti.

Cuando sigues mirando e incrementas los aumentos, te das cuenta de algo más... intrigante.

Mis ojos inyectados en furia se fueron diluyendo, hasta convertirse en una mirada de intenso desprecio.

Cita:

-Claro que tengo pruebas y no hace falta que me enseñes ningún DNI, ya sé suficiente de ti y me lo estás demostrando ahora mismo-acto seguido y tras su último comentario elevé una ceja.

-Y si verme en una celda te excita, no quiero ni saber cómo te pondrías si estoy esposado- sonreí y la eché una mirada intensa llena de intenciones.

Aquella pelirroja me había pillado con el cable cruzado, pero no volvería a ocurrir.

Cita:

-La suerte del novato, la próxima no creo que te sirva una orquilla y un mecherillo- finalicé dando una vuelta curioseando por el laboratorio.

El doctor se acerca finalmente a uno de los microscopios y mira a través de él. Lo que ve... no lo sabéis, pero por el gesto que hace, parece algo importante. Al mismo tiempo, Scart entra en la enfermería y se dirige directamente al sargento.

-Señor, he hecho el recuento de todo lo que llevamos. Además de las armas y las tres linternas, disponemos de siete bengalas, doce raciones de emergencia, un botiquín, dos walkies, dos mantas, seis cantimploras isotérmicas y cuatro pares de calcetines. Algunos walkies fueron dañados durante la caída y también una cantimplora, sargento. El señor Ford tenía una buena cantidad de equipo electrónico en su mochila, pero todos los escombros cayeron sobre ellos y han quedado inutilizables.

-Y si verme en una celda te excita, no quiero ni saber cómo te pondrías si estoy esposado-  

Posiblemente te lleve a comisaría ... -hizo un mohín de desagrado y se giró al escuchar a Scott-.

El señor Ford tenía una buena cantidad de equipo electrónico en su mochila, pero todos los escombros cayeron sobre ellos y han quedado inutilizables.

Vicky emitió una risa en plan :'' jódete,, abuelo'' y tras comentar en voz alta que habían muchos en la misma sala y que era mejor hacer grupos de dos, salió de la enfermería con su linterna a cuesta a disposición de buscar.

¿Alguien se viene conmigo? Señor Scott, ¿podría darme un walkie? 

¿Se refiere a mí, señora? -preguntó el soldado, confundido con el apellido que había dicho la mujer.

S-Scart... -susurró con un leve rubor debido a su confusión -. 

Scart rebuscó en el suelo y a pesar de la oscuridad logró coger dos walkies. Se puso en pie y le entregó uno a Victoria.

Están ya sincronizados así que no tendrá ningún problema si no cambia la frecuencia -le dijo al dárselo, mientras él se colgaba uno en el cinturón.

Thalassa observó el intercambio de palabras y entre aquella mujer y el soldado y como éste le hacía entrega de un walkie talkie. Parecía claro que se estaba impacientando.

-No debería alejarse, señorita Hasan. La zona es peligrosa. Ya ha visto lo que sucedió en el túnel cuando descendíamos.

Oír que todo mi material se había ido a la mierda me hizo poner un gesto de desagrado-Cojonudo, adiós a mi lista de Spotify y todos mis cacharros- rezongué mirando al soldado con disgusto para luego mirar a Hasan.

Cita:

-Solo si tú vas de policía maciza- susurré desviando mi mirada hacia otro lado de la habitación.

Cita:

Una sonrisa apareció en mi rostro sin que nadie la viera para luego volver a mirarla serio-Señorita Hasan si me lo permite la acompañaré, quizás encontremos el generador y de paso le ofrezco mis disculpas-ella me había tocado los huevos, ahora se los tocaría yo con mi ácida compañía.

Cita:

-Señorita Bright, me temo que no tenemos más remedio, si queremos salir vivos de aquí tenemos que explorar éste lugar, no hay más opciones y creo que el sargento estará de acuerdo con ello-

Señorita Hasan si me lo permite la acompañaré, quizás encontremos el generador y de paso le ofrezco mis disculpas

OH, no, no, di que no...

Si no hay más remedio... -suspiró -pero soy yo quien da las órdenes y como me toques los ovarios... Te dejo solo.

Pero antes de irse, se giró hacia Thalassa. 

Quien tiene que tener cuidado es el ingeniero que está como dios le trajo al mundo. Sargento, nos comunicaremos mediante el walkie. 

Ford y Hasan salieron de la enfermería ante la mirada de Scart y los demás. Ante ellos se extendía la oscuridad de un túnel que avanzaba hacia su izquierda, en la misma dirección que habían seguido para llegar a la enfermería, y hacia la derecha, retrocediendo hasta los escombros y después, más allá de ellos.

Las linternas alumbraban, pero no demasiado, así que la única manera de saber lo que había más allá era acercarse.