Partida Rol por web

Su compañero, ajeno a lo mal que se le estaba dando el combate a los suyos, se escurrió por la espalda de Wido y le soltó una cuchillada trapera.

Matón de Ñ7 utiliza acción retirada (para evitar AdO) y huye del almacén.

Matón de N7 mueve a M7 y ataca a Wido y le hace un golpe crítico. Daño total: 6.

(21) Matón fuera del almacén: al borde de la muerte.
(21) Matón M7: ileso.
(16) Wido: 68/68. Pgs temporales: 7/26. Reserva de daño aplazado: 5. (Furia 8 asaltos, ha cargado este turno, Isla de los Filos, Protección contra el Mal, Auxilio Divino, Contraataque Furioso +1)
(13) Lilandra: 51/51. Pgs temporales: 12/12. 
(12) Jefe Luskanita: ileso (Esquivando a Wido)
(12) Hengar: ileso. Pgs temporales: 12/12. (Furia 7 asaltos, Auxilio Divino)
(6) Ramiel: 46/50. Pgs temporales: 12/12. (Protección contra el Mal, Auxilio Divino)
(4) Nahyeeda: 33/33 Pgs temporales: 12/12. (Armadura de mago, Imagen múltiple:6, Auxilio Divino)

¡TURNO DE WIDO Y DE LILANDRA!

Lilandra soltó la ballesta y tomó el mazo con la diestra mientras se acercaba al enemigo que había apuñalado a Wido por la espalda.

Descargó la maza con fuerza pero el golpe conectó en la armadura y el daño que hizo fue mínimo.

Al parecer la habían tomado con Wido. Muchos de los ataques de aquellos payasos fueron contra él. Meros rasguños para un experimentado soldado como él, que sólo le proporcionaban mayores ganas de acabar con sus tristes existencias. 

Wido agarró su alfajón cargado de ira y lanzó dos tajos terribles en dirección al gran trasgo que había tratado de negociar con él. ¿Pensaba que iba a comprarle con dinero? ¡Poco le conocía! Y difícilmente tendría ocasión de hacerlo una vez recibiera su medicina, pues esa propuesta iba a ser la última que formulara en su vida.

Los tremebundos golpes de Wido habrían partido por la mitad a un hombre, pero su rival era tan duro como él mismo. El gran trasgo retrocedió, lleno de sangre.

—¡Malditos seáis cien veces! —dijo extrayendo un frasquito de su cinturón—. Habéis convertido esto en algo personal, ¡voy a ir a por vosotros!

Eso sería, empero, otro día. El gran trasgo parecía tener otros planes para hoy, pues vació el contenido de la poción de un trago y desapareció en el acto. 

El jefe de los matones da un paso de 5' a N4 y se bebe una poción. Desaparece.

Hengar avanzó contra el único matón que aún quedaba en pie, pero lanzó un tajo torpe con su hacha que sólo hendió el aire.

Hengar mueve a N7 y ataca al matón pero falla.

(21) Matón fuera del almacén: al borde de la muerte.
(21) Matón M7: ileso.
(16) Wido: 68/68. Pgs temporales: 2/26. (Furia 7 asaltos, Isla de los Filos, Protección contra el Mal, Auxilio Divino)
(13) Lilandra: 51/51. Pgs temporales: 12/12. 
(12) Jefe Luskanita: ileso (Esquivando a Wido)
(12) Hengar: ileso. Pgs temporales: 12/12. (Furia 6 asaltos, Auxilio Divino)
(6) Ramiel: 46/50. Pgs temporales: 12/12. (Protección contra el Mal, Auxilio Divino)
(4) Nahyeeda: 33/33 Pgs temporales: 12/12. (Armadura de mago, Imagen múltiple:6, Auxilio Divino)

¡TURNO DE RAMIEL!

Ramiel observó que uno de los enemigos abandonaba la refriega. Ni siquiera lo pensó, un matón vivo era un problema. En esta ocasión no pensaba dejarlo pasar. Esta vez no fallaría, ni dudaría. No lo dejaría con vida, porque un matón vivo podía traer la desgracia a todos.

Salió corriendo del almacén a toda velocidad, el matón que estaba a su lado intentó meterle un tajo, pero el espadachín era mucho más rápido. Cuando pasó por donde antes había estado el líder, que se suponía había desparecido, sintió que algo le pasaba muy cerca de la cara. Pero Ramiel no reflexionó sobre ello y continuó su carrera para salir del almacén.

Miró a un lado y a otro. Era de noche. Estaba oscuro. ¿Hacia dónde había ido? Pensó, ¿cuál sería la dirección de huída más lógica?

La lógica no era el punto fuerte de Ramiel, pero él lo intentó de todos modos, inasequible al desánimo. Echó a correr en la dirección que pensaba más probable, pero nadie tenía mucha fe en que lo consiguiera.

—No tan aprisa —dijo Nahyeeda, ya de vuelta al almacén.

La genasí de fuego movió los dedos en los complicados pases y gestos de un nuevo conjuro. El aire rieló como en un espejismo del desierto, y se cubrió de partículas resplandecientes. El gran trasgo revisó su lista de maldiciones conocidas cuando se dio cuenta de que las partículas se le habían adherido al cuerpo, delineando su contorno y delatando su posición.

Nahyeeda lanza Partículas Rutilantes. El jefe de los luskanitas pasa la TS Vol y no se queda ciego, pero se cubre de partículas y le podéis ver y atacar normalmente sin penalizador alguno.

—¡Me rindo, me rindo! —dijo el matón que quedaba en pie, mientras tiraba su espada al suelo—. ¡No me matéis, por favor!

El Matón se rinde, tira las armas y se pone las manos en la nuca.

(21) Matón fuera del almacén: al borde de la muerte (17 daños).
(21) Matón M7: herido leve (5 daños).
(16) Wido: 68/68. Pgs temporales: 2/26. (Furia 6 asaltos, Isla de los Filos, Protección contra el Mal, Auxilio Divino)
(13) Lilandra: 51/51. Pgs temporales: 12/12. 
(12) Jefe Luskanita: herido (61 daños) (Esquivando a Wido)
(12) Hengar: ileso. Pgs temporales: 12/12. (Furia 6 asaltos, Auxilio Divino)
(6) Ramiel: 46/50. Pgs temporales: 12/12. (Protección contra el Mal, Auxilio Divino)
(4) Nahyeeda: 33/33 Pgs temporales: 12/12. (Armadura de mago, Imagen múltiple:6, Auxilio Divino)

¡TURNO DE WIDO!

Wido no iba a dejar escapar a aquel bastardo de sangre verde. Dio un paso hacia él y lanzó dos rápidos espadazos contra el líder de los asaltantes. Un nuevo tajo enorme se dibujó en su abdomen con una línea carmesí.

- ¡No tan rápido, payaso! - Exclamó el bárbaro seguro de que con aquel corte acabaría con la miserable vida de aquel luskanita.

Wido cortó en dos al gran tasgo, matándolo en el acto. El matón que quedaba con vida miró a Wido con ojos desorbitados, y pidió de nuevo clemencia con voz estrangulada. 

Ramiel llegó unos minutos más tarde, después de su saludable pero infructuosa carrera alrededor del edificio, mientras sus compañeros interrogaban al matón y decidían qué hacer con él. 

El jefe lleva:

- Espada corta con empuñadura elaborada (sin identificar)
- Camisote de mallas negro (sin identificar)
- Espada corta de gran calidad
- Un amuleto hecho pedazos
- 180 po

Los matones llevan:

- 4 espadas largas
- 4 ballestas
- 80 virotes
- 4 camisotes de malla
- 4 broqueles
- 20 po

El combate había terminado, al menos en cuanto al aspecto físico del mismo, ahora quedaba averiguar todo lo posible sobre sus próximos pasos y eso podía ser un combate en si mismo. Observó las mitades rutilantes del cuerpo del gran trasgo que había sido el jefe de los luskanitas. Hubiera preferido interrogarlo a él dado el conocimiento que tendría de la operación, pero esperaba que al menos el que se había rendido les permitiera seguir adelante.

Puso su maza a la altura de los ojos del matón - Aceptaré tu rendición con una condición, tu vida depende de que nos digas donde esta Nadja, la ayudante de Ramiel - dijo señalando al espadachín con la maza - Y también queremos saber que ha sucedido con Aarun, y donde podemos encontrarlo. ¿Sabes algo que pueda ayudar a que conserves tu vida? O debo pedirle a los interesados que hablen contigo. - dijo señalando con el mazo primero a la genasi y nuevamente a Ramiel.

Esperaba que la idea de violencia alcanzara para que hablara, no le gustaba amenazar pero entendía que en este caso era necesario. En el peor de los casos dejaría que Ramiel y Nahyeeda hicieran las preguntas a su manera.

Wido tenía una ganas irrefenables de asestarle un tajo limpio y mortal a aquel bandido que había tratado, de forma realmente inútil, de matarlos. Sin embargo, al ver que el peligro había cesado y que Lilandra parecía haber tomado el control de la situación, decidió reprimirse. Tras el combate se sentía agotado. Toda la furia desencadenada pasaba factura en esos momentos, no obstante, unos minutos de descanso después, estaría de nuevo listo para todo.

El norteño limpió su espada contra el torso de uno de los caídos, eliminando la mayor parte de los restos de sangre de su filo. Acto seguido la enfundó y se sentó sobre una cajas de madera. Ya habría tiempo más tarde para saquear los cuerpos. Cuando recuperara el aliento. De momento prefería mantenerse al margen y ver si las buenas palabras de la sacerdotisa, servían para tirar de la lengua al luskanita, porque de lo contrario, emplearía lo que fuera necesario para que cantase. Tenían que acabar con aquel asunto rápidamente, pues tenían otro más importante entre manos.

Ramiel regresó al interior del almacén, agobiado por no haber encontrado al matón que había huído, pensando en todas las atrocidades que podrían estar cometiendo sobre Nadja. No estaba acostumbrado a eso, a proteger y a sentir el peligro que podía correr una persona cercana. Muchos años pensando en el bienestar de las mujeres, en su placer y en su felicidad. Cuando había corrido verdadero peligro, había sido él quién se había metido de lleno, había visto la muerte de cerca y también lo habían torturado en alguna que otra ocasión.

Si se encontraba así por su ayudante, ¿cómo se sentiría si fuese por alguien mucho más importante para él? Aquellos pensamientos tan horribles lo pusieron de muy mal humor.

De más mal humor le puso que Lilandra revelara su nombre y el de Nadja. Aquel tonto no tendría ni puñetera idea de dónde estaba su ayudante. Se tapó la cara con una mano. Joder, otro problema más.

-Di lo que sepas -gruñó, con el estoque en la mano, apuntando hacia abajo-. O te arranco la piel a tiras. 

Nahyeeda se cruzó de brazos y frunció el ceño en un gesto hostil cuando el matón depositó la mirada en él. A Wido no le hizo falta hacer nada para parecer peligroso: ya lo había demostrado sobradamente durante el combate. El matón tragó saliva y miró, por último, a Ramiel. Su intento de parecer amenazador fue tan patético como poco efectivo. Afortunadamente, también fue bastante innecesario, el matón Luskanita estaba dispuesto a cantar La Dragonata. 

—No sé quién es esa Nadja de la que me hablas, pero si le han llevado a algún sitio probablemente sea a La Vista del Norte —confesó el matón.

Ramiel conocía perfectamente ese burdel, se trataba de la taberna más ruidosa de la ciudad, frecuentada por mercenarios, aventureros y otras gentes peligrosas. Su propietaria, la madame Dulsarra, amiga de Violet Maggritte, se la tenía jurada. Dulsarra sabría que Ramiel estaría en su establecimiento en cuanto pusiera un pie en él.

—¿Aarun? He oído hablar de él. Sospechaban que era un Arpista.

Nahyeeda pareció sobresaltarse por la mención del legendario grupo de justicieros.

—Creo que le iban a tender una trampa, pero no conozco los detalles. A mi nadie me cuenta nada más de lo estrictamente necesario —se disculpó el luskanita—. Sólo me dicen lo que tengo que hacer y me pagan por ello.

- ¿La Visita del Norte? - Preguntó Wido. - ¿Eso que diantres es? - Golpeó  enfadado sobre un barril. - ¿Es una jodida adivinanza? - Le agarró por la pechera. - ¿Y que mierdas es un arpista? ¿Un músico que toca el arpa?

Lilandra intervino apoyando una mano conciliadora sobre le pecho de Wido - Tranquilo amigo, no es ninguna adivinanza. La Visita del Norte es, como explicó antes Rami, un establecimiento en la ciudad. Y los Arpistas... se dice que son una sociedad secreta que se encarga de cazar organizaciones criminales. Si sospechaban que era uno de ellos seguramente lo querrían muerto - se encaró entonces al matón y le sonrió.

- Supongo que no te contarán cosas, pero seguro escuchas más de lo que debes y conoces a los que mandan. Dime quienes son, y donde puedo ubicarlos y también hace cuanto escuchaste lo de la trampa. - le palmeó un hombro - Sigue hablando y evitaremos que termines como tus amigos, ya ves que los mios estan con poca paciencia.

-Es la Vista del Norte -gruñó Ramiel, caminando ansioso de un lado para otro-. No la Visita. Puta mierda...

El burdel de las narices, Nadja estaría allí encerrada y quién sabe qué cosas la estarían obligando a hacer. Enfadado consigo mismo, Ramiel le dio una patada a una de las cajas. Todo pasaba por ahí, y ahora que la había liado a base de bien, ni siquiera podía jugar la carta de infiltrarse entre ellos.

—Eh... trabajamos para la Hermandad Arcana de Luskan —admitió el matón a regañadientes—. A mi me daba órdenes "Espinillas", ese gran trasgo que habéis matado. Sé que otro de los jefes es un licántropo al que llaman "Flaco", que suele estar en la Vista del Norte; por eso os dije que probablemente habrían llevado a la chica allí. También sé que ellos reciben órdenes de un poderoso mago que es quien dirige realmente las operaciones, pero no sé quién es.

»Oí decir que matarían a Aarun hace un día o dos pero, como dije, desconozco los detalles porque era Flaco, y no Espinillas, quien estaba a cargo de eso.

- Flaco... - Repitió Wido.

Ese nombre le sonaba. Algo había dicho Ramiel sobre ese tipo. No dijo nada, no delante del luskanita. No obstante frunció el ceño y le dedicó una mirada a su buen amigo. Lo tenían. Sabían ya donde empezar a buscar y quien podía estar detrás de todo aquello, aunque no tenían ni idea de quien estaba detrás del que estaba detrás, osea del flaco, osea el mago. 

Wido le dio un puñetazo en el estómago a aquel hijo de la gran puta. Parecía que les había dicho la verdad, pero debía comprobarlo de alguna forma y que mejor que mediante la fuerza física.

- ¡No mientas, malnacido! - Le recriminó. - ¡Di la jodida verdad de una puta vez! ¡Canta todo lo que sabes!

El matón perdió el aliento gimió cuando recibió el puñetazo de Wido en las tripas. Hengar lanzó una carcajada al ver doblarse al alfeñique.

—¡Os digo la verdad, os lo juro!

Buscó con la mirada a la sacerdotisa con el símbolo de Lathander. Ella no permitiría que aquello fuera a más, o eso pensaba él.