Partida Rol por web

Tiempos de Guerra

Capitulo I

Cargando editor
12/07/2014, 01:19
Kalen

"No está mal, la necesidad no es la mejor de las aliadas. Sin prisas tendremos un margen cómodo para elegir bien. Y ahora toca hablar sin revelar demasiado".

- Hemos conversado más sentados aquí que durante toda una semana. Al parecer somos de pocas palabras, o simplemente hablamos cuando es necesario -Puso los codos en el borde de la mesa para apoyar su barbilla en sus manos. Un poco de relax desentumecería su cuerpo y mente demasiado tiempo alerta-. Eres fuerte, hábil, buena luchadora. Eso lo tenemos claro, de lo contrario no estaría sentado contigo. Tenemos una sociedad por conveniencia, y no me malinterpretes. A veces soy algo directo, es más por la necesidad de ahorrarnos malos entendidos.

Hizo un alto y se recostó en la silla cuando vio que el posadero llegó con la comida. Era de agradecer la pericia del hombre, porque ser bañado por una sopa de ajo no estaba en el plan del día. Sin embargo, la buena comida hizo regresar las miradas de odio de los pueblerinos.

- Se ve bueno, incluso el plato escurrido. Fallo mío al suponer que la salsa estaba a parte -Tomó el plato de sopa y aspiró el aroma-. Comida caliente al fin.

Comenzó a comer, despacio, saboreando. De vez en cuando un sorbo de agua hasta que finalmente el posadero les rellenó la copa y regresó a atender a los demás clientes.

- Así que gladiadora... -Dejó a un lado su cuchara- No sé mucho sobre tu anterior estilo de vida. He escuchado, pero oír y saber son dos cosas distintas -Encogió levemente los hombros-. Apenas recuerdo otra cosa que no sea la convivencia con mi mentor y los otros. Era él quien nos indicaba qué hacer y nosotros, fieles perros, hacíamos. Me enseñaron a ser efectivo, a cumplir. Tal vez necesitemos contratar a un diplomático.

Kalen comenzó a reír, no escandalosamente. Era la primera vez en bastante tiempo que se permitía una chanza. ¿Y acaso su vida no había sido eso, una mala broma?

Cargando editor
13/07/2014, 17:18
Pazzo

Pazzo estaba famélica y, por muy disgustada que la puso Phey, el estómago hizo un sonido extraño en cuando olfateó la comida. Menos mal que con tanto ruido no se escuchó nada. Tiró hacia ella uno de los platos con carne, patatas y cebolla, el que aún llevaba salsa y empezó a comer con ansias. Sí el guerrero sagrado no se daba prisa en volver no iba a encontrar ni agua, Udokal ya había bebido la mitad de la jarra.

- No está mal el licor, le dijo al alcalde posadero, no te vayas lejos, puede que necesite otros vasitos de estos.

Era agradable volver a escuchar la voz de Keloa. La mujer hablaba tan poco, que muchas veces se olvidaba de que estaba ahí, con ellos. Menos mal que tenía ese cuerpo gigantesco, así no la perdían por ahí y siempre la esperaban antes de salir de algún lugar. Por el otro lado, Udokal hablaba por los dos.

- Pues yo usaría vuestros tocones como mesa, le respondió sonriendo al pelirrojo en el idioma antiguo. Tomó un sorbo del segundo vaso de licor y midió con la mirada a su compañero. Vaya, dijo entre risas, si no me lo dices no me doy cuenta de que eres algo más alto que yo. La risa se amplificó cuando le acordó la cara que puso. Es que yo había escuchado hablar de vosotros, luego os he visto en la posada y me había quedado muy impresionada, sí, pero ¡ese O´Shar! uff, ¡parecía un gigante de verdad!

Comió un poco de carne, un trocito de patata y cebolla. Le gustaba mezclar los alimentos que había en el plato y comer de todos a la vez, aunque tenían que ser bocados pequeños. Guarda tus fuerzas para cortar madera cuando necesitemos hacer una hoguera, dijo con la boca llena mientras hizo una señal con la mano para quitarle importancia al asunto de las sillas y los tocones. Meditó un momento sobre la pregunta del pelirrojo y bebió un poco más de licor. Con algo de comida en el estómago ya no quemaba tanto, aunque aún así era una bebida demasiado fuerte para ella y notaba que tenía los movimientos algo más lentos.

Claro que iré con vosotros, no tengo otra cosa mejor que hacer. En realidad había quedado en que Phey la iba a entregar no sabía muy bien donde, para arrepentirse de sus pecados. Era gracias a eso que el lord de la colonia la dejó en libertad y bajo el cuidado del guerrero sagrado. Pero las cosas cambiaron un poco con el ataque de los pieles verdes y las demás alimañas. No sabía si él recordaba aquello, pero ella no lo iba a ayudar. Además, si iría con los O´Shars sería por una buena causa, aunque no sabía muy bien cual, pero ya se le ocurriría algo. Además, seguro que con mi ayuda podéis encontrar más rápido el lugar que si vais solos. Cosa que solo era cierta a la mitad. Lla discusión volvió de nuevo al conejo.

El otro día había cazado yo uno y no quiso ni probarlo y eso que se lo he ofrecido, pero no, no quiere mi conejo no quiere nada mío. Sin darse cuenta había acabado el segundo vaso de licor, seguramente era porque hablar del moreno le dejaba la boca seca. Sí Keloa sale mañana de caza, yo la acompaño. No se le daba tan bien como a ella, pero algún conejo o ardilla había cazado con la ballesta. Entre bocado y bocado y entre vaso y vaso, Pazzo no dejaba de mirar la puerta por donde había salido Phey. Desde que marchó la primera vez se esperaba que volviera a hacerlo en cualquier momento. No importaba, sus amigos pelirrojos nunca la abandonarían. ¿Por qué si iba a quedar? Ahora tiene a Hanne y ella nuca protesta.

Cargando editor
13/07/2014, 18:54
Udokal

-Sí, para ti serían un poco grandes, pero podríamos hacerte uno de tu tamaño, nuestros niños son casi como tu. Y con la leña no hay problema ya sabes que no me cuesta mucho encontrarla, al menos mientras haya árboles claro jajajaja. Pues todavía los hay más grandes, no mucho, pero en nuestra tribu había alguno.

Miró a Keloa quien seguramente podría corroborar sus palabras aunque no hacía falta pues los O'Shar nunca mentían. Recordó a los grandes guerreros junto a los que se había criado y luchado, que le habían enseñado todo lo que sabía y a los que ahora debía vengar llevándose todos los pieles verdes que pudiera por delante y si podía terminar con todo el ejercito con el que se habían aliado mejor aún. Era todo lo que podía hacer ahora, su tribu había muerto honorablemente luchando contra ellos y él solo podía aspirar a lo mismo.
Revolvió el plato que le habían servido y empezó a apartar las pequeñas cosas que solían poner acompañando a la carne y que solo servían para distraer el estómago. No es que no estuvieran buenas, pero un guerrero lo que necesitaba era alimentarse bien y para eso no había nada mejor que la carne.

-Bien.
Dijo asintiendo con la cabeza. Tu conoces estas tierras, así llegaremos antes que es lo que pretendemos.

Con Pazzo el viaje sería más corto y eso era precisamente lo que Udokal y Keloa necesitaban, llegar cuanto antes al punto de encuentro. Cuando lo hicieran le darían todos los circulitos metálicos que tuvieran, ellos no los necesitarían entre los O'Shar y a Pazzo le gustaban, siempre estaba pensando en la forma de hacerse con más.
No dijo nada más sobre el asunto de la caza, las pequeñas piezas que podía coger Pazzo apenas eran suficientes para ella, con suerte Phey podría comer también, pero para los cuatro no bastaban. Claro que siempre era mejor eso que nada. Otro asunto era que Keloa dejara que Pazzo la acompañara, le gustaba cazar sola y Udokal no se imaginaba a la pequeña humana lo suficientemente callada para no espantar a las presas, era ágil y rápida y con la ballesta había demostrado cierta puntería, al menos más que Voki, pero lo de estar sin hablar era algo difícil para ella.

Cargando editor
13/07/2014, 23:47
Ophelia

Ophelia observó el mapa entrecerrando los ojos. Los años habían pasado factura a su visión, pero todavía podía leer sin necesidad de lentes. Sin embargo, el mapa era obra de un cartógrafo aficionado, siendo generoso, y requería un esfuerzo adicional para entenderlo. Juraría que la escala está hecha a ojo…

—Así que Martall…

Era la primera vez que escuchaba el nombre. Y no era sorprendente; al fin y al cabo, se trataba de una simple aldea, localizada en una región en la que solo había estado en una ocasión. Y fue de paso, ni siquiera nos detuvimos para nada más que dormir.

El posadero regresó de las cocinas con la cena. Una jarra de vino y sopa de pan y ajo, un plato sencillo, pero que cargado de pimienta como su nariz le decía que estaba, tendría un sabor agradable.

Mientras esperaba a que la sopa dejara de humear, no le pasaron desapercibidas las expresiones de los locales. Miradas furibundas en los mejores casos, asesinas en los peores. Muy mal debía estar la economía el pueblo para que unos forasteros dejando algo de plata por un plato de comida fueran recibidos con envidia y desprecio. Pocas acciones había más naturales que comer y beber. Comer, beber y respirar, pero por el aire no había que pagar, aunque a algunos desgraciados, empleados en tintorerías, curtidurías u otras labores repugnantes ni siquiera el aire limpio se les permitía disfrutar.

Ophelia hizo un gesto para llamar la atención del posadero, y cuando lo tuvo cerca, habló en susurros que las conversaciones en las otras mesas ahogaban.

—Llevo una temporada viajando, y he visto de todo —explicó—. ¿Cómo van las cosas por aquí? ¿Buenas perspectivas para el próximo invierno? ¿Se han llevado a muchos hombres en las levas? ¿Hay bandidos en la zona?

La guerra —las guerras— quedaban aún lejos, pero sus consecuencias se extendían por todo el continente. Era una mala época, horrible. Bien lo sabía ella. Bien lo sabía.

Cargando editor
14/07/2014, 08:17
Mamawe

Mamawe miró de arriba a abajo a Kalen, -Sé todo lo directo que quieras, no me gusta la cháchara inútil.Ni la gente inútil; si estamos juntos es porque a los dos nos viene bien.
Dejó de hablar cuando el posadero les llevó la comida, probó la sopa y asintió.No estaba mal, al menos era caliente y eso, tras haberse calado hasta los huesos los últimos días era de agradecer. -Y sí, ampliar el grupo tal vez sea mas seguro...Y más desagradable.Pensó torciendo el gesto.
No había continuado hablando hasta que el posadero se hubo alejado.MIró a la mesa del fondo, la del grupo raro, y no pudo evitar pensar ne qué clases de circunstancias habrían decidido formar un grupo.-Parece que a algunos les funciona. Le hizo a su compañero de viaje un gesto con la cabeza, para que no hubiese dudas de que se refería al grupo de forasteros que había entrado tras ellos.
 

Cargando editor
14/07/2014, 21:32
Kalen

Estaba de acuerdo en lo fundamental, así que a partir de ahora mencionar la conveniencia de viajar juntos resultaría una pérdida de tiempo y saliva. Pero la broma del diplomático abrió una puerta inesperada, y al ver el gesto torcido en su rostro percibió el sentimiento encontrado en la mujer.

- Un buen grupo es de ayuda en los tiempos que corren, pero... ¿uno como ese? -No hacía falta mirar por más tiempo, ya se habían hecho notar demasiado hasta ahora.

"No es precisamente mi idea de pasar desapercibido, pero con esos dos gigantes también quedaría en segundo plano. Aunque la caza estaría más localizada. Encontrados ellos, encontrado yo".

Y lo más importante: ¿podría soportar el parloteo de aquella mujer pequeña? Las veces que había ojeado al grupo aquella mujer no paraba de hablar.

"Menudo dolor de cabeza... Tanto como lo sería el Hijo de Ihvist", suspiró.

- Un grupo a tener en cuenta, demasiado... -murmuró aquello último tras haber meditado un momento. Si fuera por él prefería añadir de a poco, como por ejemplo...-. No estoy muy seguro de unirme a un grupo tan llamativo y raro, soy más de observar si una viajera solitaria como ella -Señaló con la barbilla a la mujer vestida con túnica- es útil y tenga ganas de unirse a nosotros en el viaje. La cuestión es si realmente quieres ampliar y cómo, porque sólo se me ocurre invitarla a una bebida por cortesía y preguntar directamente. Creo que lo del diplomático no es tan descabellado como pensaba -Resopló.

Cargando editor
15/07/2014, 06:39
Phey Stern

Endiabladamente, como si se hubiese dado por aludido por los pensamientos de Kalen, Phey volvió a entrar por la puerta en ese justo instante.

Aaah... El tiempo está loco. Esta humedad es insufrible.

La pelea con la Naiss le había auyentado, pero también le había abierto el apetito. Fuera, Hanne había sido convenientemente mimada, así que el mundo volvía a estar a salvo. Después de la derrota contra los dragones en el norte, entre las posibilidades de Phey solo entraba hacer el Bien a pequeña escala. Y hablando de pequeña escala: tenía que hablar con Pazzo.

Hizo resonar su armadura, haciendo repicar las piezas de metal a cada paso, hasta que por fin llegó a la mesa de los Oshar y pudo sentarse. Este tipo de momentos siempre eran difíciles, pero desde aquella vez que hizo sin querer piecitos con Pazzo por debajo de la mesa, Phey estaba haciendo progresos en mejorar su manera de expresar lo que sentía.

Siento lo de antes-soltó, escueto, mirando a los ojos hipnóticos de Pazzo y alejando la vista rápidamente para que no le atraparan.

Disculparse se había mostrado una herramienta eficaz, aunque Phey fuese inocente de los cargos la mayoría de las veces o no supiera qué había hecho mal. Ojalá hubiese sabido eso cuando estaba con Hanne. Con ella todo eran discusiones, tormenta y comentarios dichos con pasión. En la punta opuesta estaba Keloa: templada, aséptica. Udokal era afortunado, de todas las veces en la que el gigante habló con Keloa en su idioma, Phey no notó ningún tono de hostilidad.

¿Y qué eran esos dos pelirrojos? ¿Hermanos? Algún grado de parentesco debían de tener, es lo que pasa en los poblados pequeños y aislados, y aún así no era impedimento para tener relaciones. Pazzo también era como una hermana para Phey.

Cargando editor
15/07/2014, 13:15
Vilnar

- A algunos, pero como el pueblo es pequeño y esta algo apartado pues no nos han molestado mucho con las levas. Ademas buscaban hombres con cierta experiencia luchando, y esta claro que aquí de eso no iba a encontrar mucho, dicen haciendo un gesto hacia los campesinos presentes.

- Sobre las perspectivas.. quien sabe... todo dependerá de las cosechas, aunque esta lluvia no es buena para ellas. Y la verdad hemos tenido suerte con los bandidos, al menos aquí no han llegado

Para cuando Kalen y Mamawe están acabando sus platos llega la comida de Ophelia, la misma sopa de pan y ajo y de segundo una especie de revuelto de verduras, además de pan y vino, en teoría suave, pero parece que no tenga mucha variedad de este.. El grupo de los O´Shar por su parte va por la mitad, salvo Phey que ha llegado algo tarde. Esta claro viendo los platos que no saciarán el apetito de Udokal.

La comida esta bien, sobre todo después de estar todo el día bajo el agua, se agradece que este caliente, sin contar de que hay carne, pero la verdad, tampoco es nada de otro mundo (su sabor) y la carne esta algo dura.

Poco a poco los campesinos se van marchando en silencio a sus hogares. El licor esta claro que esta afectando a Pazzo, demasiada graduación para tan poco peso.

Cargando editor
15/07/2014, 15:28
Mamawe

Mamawe hizo un gesto extraño, no estaba claro si indicaba desprecio o era una especie de sonrisa algo forzada. Con su habitual tono seco contestó a Kalen.-Si no quieres que huya despavorida háblale tú.Intimido a la gente de su tamaño.
Miró de nuevo a la mujer a la que se referían, era demasiado menuda como para aportarles algo.¿De qué les iba a defender alguien de ese tamaño y hechuras? Aunque si era cierto que había estado viajando tal vez tenía algún secreto.
Suspiró mientras desviaba la mirada, jamás había pensado que la amabilidad tuviera ninguna ventaja. La gente solía usar demasiadas medias tintas y eso le sacaba de quicio, hacía que desara sacar su Kusarigama.
Acarició distraída la hoja con forma de hoz de su arma.
 

Cargando editor
15/07/2014, 16:55
Pazzo

- ¿Niños? Es un alivio saber que alguna vez, tú y Keloa, fuisteis pequeños. La charla con Udokal seguía su curso. Nunca se aburrían ya que cada uno tenía algo que contar que el otro no había visto ni oído hasta ahora. Pazzo aprovechaba para comer, mientras su compañero hablaba, y tomar un poco de licor. Era una combinación rara, pero estaba cansada y hambrienta y desde hace mucho tiempo dejó de tener gustos refinados.

- Aunque no conozca estas tierras, siempre podemos preguntar dónde estamos y qué hay en otras partes. Por ejemplo, hizo una señal hacía los lugareños que les miraban con más desprecio que antes, esta buena gente nos contará que hay por la zona. Nadie conoce los alrededores mejor que ellos, pero hay que tener cuidado, también nos pueden tender trampas. No te fíes de nadie y anda siempre con cuidado. La gente es muy mala. Hablaba en voz baja y en el idioma antiguo, así que estaba bastante segura de que nadie escuchaba ni entendía lo que decía. Cuando acabemos de comer voy a preguntar a los viajeros de dónde vienen y hacia dónde van. Nos pueden ayudar a evitar problemas por el camino. Acuérdate de hacer esto si alguna vez nuestros caminos se separan. Tienes que sonreír, saludar amablemente, preguntar qué tal están y luego les preguntas lo que necesitas.

La puerta de la posada se abrió y Phey volvió a sentarse con ellos a la mesa. Se quejaba de la humedad y Pazzo habría querido responderle “¿por qué saliste si ya sabías que hace mal tiempo?”. No dijo nada, por alguna razón lo veía más guapo que nunca y eso que siempre lo veía guapo. ¿Será el licor? Apartó el último vaso que le quedaba a la mitad y acercó uno con agua. Empezó a beber pequeños sorbos cuando escuchó su voz. Lo miró, pero él apartó la vista. Fue algo inesperado e hizo que la poca agua que tenía en la boca saliera de la misma a modo de rocío. Lo que se esperaba era otra predicación. Desde que volvió se había vuelto insoportablemente santo. Además, ¿a qué se refería? ¿A cuál de las veces? ¿Lo sentía por todas? Dejó el vaso sobre la mesa y sonrió avergonzada.

- Ejem, vale, respondió igual de breve. ¿Espera que diga que yo también? Estaba hablando con Udokal y Keloa, dijo rápidamente para cambiar de asunto, sobre preguntar a los otros viajantes sobre los caminos por los que estuvieron. Sería bueno saber por dónde hay peligros y por dónde no.

Cargando editor
15/07/2014, 18:31
Udokal

-¡Claro que si! ¡Los Oshar somos también pequeños!  Aunque casi no recuerdo cuando fui tan pequeño como tu, tenía muy pocos años jajajaja. Se rió con su voz potente. No podía evitar pensar en Pazzo como en una niña, aunque ella insistiera que no lo era. Escuchó sus consejos con atención, nunca estaba de más poder aprender cosas nuevas y Pazzo tenía mucha experiencia en los viajes. Si se atreven a tendernos una trampa les vamos a enseñar a no meterse con los O'Shar. ¿A que sí? Keloa. Udokal sonrió, ellos siempre estaban listos para luchar, se había criado en un entorno hostil y para sobrevivir era necesario estar siempre atento. No sería la primera vez que algún grupo intentaba atacarlos. "Ladrones o bandidos" los llamaban Pazzo y Phey, un concepto nuevo para Udokal que no entendía como los pequeños humanos podían atacarse entre si y mucho menos para quitarles las cosas. Suponía que todo aquello era producto de la guerra, aunque no comprendía porqué no luchaban contra los pieles verdes en la batalla. Sonreir, ser amable, preguntar después. Repitió Udokal. Parecía sencillo, aunque se alegraba de que Pazzo estuviera con ellos y se encargara de reunir toda la información necesaria, ni él ni Keloa lo harían tan bien aunque siguieran sus consejos. Seguro que no lo hacemos tan bien como tu, pero me fijaré para aprender.

La puerta de la posada volvió a abrirse y Phey regresó, su comida estaría ya medio fría y además no había conseguido cazar nada por lo que parecía.

-¿No tener conejo? No preocupar, mañana cazar algo mejor. Phey parecía triste por no haber podido cazar nada pero a Udokal no le parecía para tanto, era normal que no encontrara los conejos con lo que llovía. Udokal no está molesto, Pazzo y Keloa tampoco.

Al único que le importaba no haber encontrado un conejo era a Phey, el resto prefería disfrutar de la comida y Udokal ya había terminado todo su plato, ahora había algo más importante que la falta de conejos de Phey, que trajeran más comida.

-¿Cuando venir resto? Dijo apartando el plato y dejando espacio para el siguiente. Todavía hambriento.

Cargando editor
15/07/2014, 19:04

Notas de juego

Importante:

No hace falta que forceis el rol, para que vuestros personajes se conozcan.. de eso ya se encargara el cruel mundo donde viven, si es que quieren sobrevivir, asi que de momento no os preocupeis por ellos.

Cargando editor
15/07/2014, 19:35
Kalen

Medio sonrió. Al parecer sus ejemplos estaban siendo tomados literalmente.

- No digo que sea exactamente esa mujer. A lo que me refiero es que soy más de crear un grupo más reducido, menos llamativo -Dejó los cubiertos en el plato ya vacío, y aunque la carne efectivamente estaba dura se agradecía igualmente-. Además, no sé de qué va -En vista de la falta de entendimiento se apuró a explicarse-. Me refiero que no lleva armas visibles, ni armadura. ¿Magia? No todo el que lleve una túnica es mago. Puede que simplemente sea una viajera común.

La sopa estuvo bien, con pocas especies como había pedido. El segundo plato fue otro ejemplo de lo que uno creía y lo que era, obviado eso la carne fue justo lo que esperaba.

- Mira nosotros. Cuestión de estar en el lugar indicado cuando fuimos atacados. Pura casualidad -Se encogió de hombros y dejó pasar un tiempo antes de volver a hablar-. No sé tú, pero me gustaría subir y quitarme esta ropa empapada y descansar decentemente de una vez. Descansemos y mañana veremos cómo amanece el día. Si alguno está disponible a compartir viaje ya veremos.

Hizo un gesto al posadero para que se acercara.

- Tengo que pasar a ver cómo está el caballo y subir la tienda. No correrá sangre si la robaran, pero sí sería un inconveniente con esta lluvia.

"El caballo ya es otra asunto".

- ¿Cuánto por la comida y la estancia? -preguntó en cuanto llegó Vilnar-. ¿Tienen manzanas? Dos o tres estaría bien. Por cierto, ¿está muy cerca la habitación de los tipos grandes? No quiero ni pensar en los ronquidos de esa mole.

Cargando editor
15/07/2014, 21:29
Vilnar

- ¿El resto? ¿Como que el resto?... has tenido una ración mucha mas grande que la del resto... Lo siento, pero esto es un negocio, si quiere mas le traeré otro plato, pero deberá pagar el doble. - Te dice bastante serio el alcalde.

Mientras ves como Keloa se toma un segundo vaso de vino, parece que en todo este tiempo que ha pasado en las tierras civilizadas se le ha pegado alguna que otra costumbre de los débiles humanos del sur.

Ya en la mesa de Kalen le responde. - Serán 15 monedas de bronce la comida, 20 monedas la habitación doble.. las manzanas gratis. Y me temo que si - dice en voz mucho mas baja para que solo la escuchéis vosotros dos - Solo tenemos 2 habitaciones dobles y están contiguas.

Notas de juego

Para que os hagáis una idea del precio. 1 moneda de plata = 10 de bronce = 10 euros.

Cargando editor
16/07/2014, 16:32
Mamawe

-Ahora quiero secarme y dormir. Si tenemos que juntarnos con más gente o no... dependerá de la necesidad. Pero te lo advierto, no me agrada la idea.  Comentó tranquila. Al escuchar la voz de Vilnar anunciando el precio de la comida y la cama, buscó en su saquillo y sacó la mitad del precio que debían pagar.
Se levantó de la mesa, -Tu ve a ver a tu caballo si quieres, yo iré a dormir.
No esperó respuesta, -¿Cual es la habitación? esta vez su brusco tono se dirigía al posadero.
 

Cargando editor
16/07/2014, 18:59
Udokal

Udokal miró molesto al posadero, con su apetito no se jugaba y además aquel plato era insuficiente para él, le daba igual lo que pensara.

-Más comida.

Dijo serio y con determinación, no pensaba pasar hambre y menos si dependía de aquellos inútiles circulitos metálicos, tenía suficientes y cuando no tuviera cazaría antes de tener que aguantar a esos estúpidos pequeños humanos y sus estúpidas costumbres.

-Dos platos. Dijo adelántandose a Keloa que seguramente estaba en su misma situación, era mejor que dejar a la pelirroja meterse en la cocina y servirse ella misma como ya había hecho una vez a pesar de los gritos del posadero y la cocinera. Udokal no pudo evitar sonreir al recordar la escena, aunque seguramente el gesto no resultó agradrable para el posadero pues su mirada seguía siendo fría y dura.

Quizás debíeramos tomar la comida nosotros mismos.

Fue un pensamiento fugaz que no iba a poner en práctica, Pazzo se había enfadado mucho la otra vez y les había dicho que si tenían hambre pidieran más pero que no lo cogieran ellos mismos. Udokal no se acostumbraría nunca a esas extrañas costumbres, en su tribu cada uno comía lo que necesitaba y nadie decidía la cantidad que se podía coger.

Cargando editor
16/07/2014, 19:06
Vilnar

 -  Bueno, pues otros dos platos... - Dijo Vilnar, que por alguna razón cada vez le costaba mas mantener la falsa sonrisa. Lo dijo en alto, para que le escuchasen en la cocina, desde donde se escucho un fuerte golpe, como de algo estrellándose contra el suelo, algo metálico a modo de respuesta.

Al levantarse la mujer de piel oscura, podéis apreciar su tamaño, al menos al lado de Vilnar se la veía enorme. Este va tras la barra y coge una llave. 

  - Escaleras arriba, pasillo de la derecha, primera puerta y única a tu izquierda... - dice medio tendiendo la llave, pero antes de hacerlo ve las monedas y aparta la lleve - son 15 por la comida y 10 por la habitación, cada uno de vosotros... la habitación por adelantado...

Cargando editor
16/07/2014, 20:02
Ophelia

Ophelia asintió en silencio mientras soplaba sobre la superficie de la sopa.

Costaba creer que la vida siguiera igual que siempre en algunos lugares. Dura, miserable e injusta, como no podía ser de otro modo para los campesinos, pero al menos era una rutina a la que se acostumbraban desde que levantaban tres palmos del suelo.

—No puede llover para siempre —respondió al hombre, apartando los ojos del plato para mirarle a los ojos.

La lluvia le preocupaba. Las tormentas de verano eran episodios fugaces. Lo que estaba ocurriendo, varios días de lluvia incesante, hubiera sido extraño en cualquier época del año. En el periodo estival, insólito. La posibilidad de que el clima fuera producto de los esfuerzos mágicos delejército agresor era preocupante por demasiados motivos.

—Tráeme algo de comer para la yegua —pidió.

El aroma del ajo y la pimienta le había abierto el apetito. Todavía estaba caliente, pero ya no tenía la lengua de una jovencita. Podía comer sin miedo a quemarse.

Cargando editor
16/07/2014, 21:24
Kalen

Estaba claro que la idea no estaba en la lista de las cosas preferidas de ambos, así que asintió para que supiera que entendía. 

- Te acompaño -Miró al posadero y le dio su parte- Regresaré a por esas manzanas.

"¿Quince monedas de bronce por esa carne dura? A este paso me arruino".

En la planta superior echó un breve vistazo a los pasillos y cómo se repartían las habitaciones, así como una posible salida sin tener que pasar por la escalera. Ya en el cuarto dejó que Mamawe eligiera cama y dejó en su lado las pertenencias extras que acarreaba.

- Voy a echarle un vistazo al caballo. No tardaré demasiado, así que deja la puerta abierta a menos que caigas dormida con rapidez.

Esperó por si tenía que llevarse la llave, o si ponía cualquier objeción. Antes de subir era evidente que estaba de mal humor, pero la verdad es que no quería más quebraderos de cabeza por hoy. Cuando bajó se acercó a la barra esperando al posadero.

- Vengo a por esas manzanas, y si tiene pienso para mi caballo mejor. Demasiado barro ha comido, se merece algo decente. ¡Ah! ¿Puede preparar un baño antes del desayuno? Ya he tenido agua helada por demasiados días.

En cuanta acordara un merecido baño tras días de tragar barro y tuviera la comida de su caballo saldría hacia el establo.

Cargando editor
16/07/2014, 21:32
Kalen
Sólo para el director

Notas de juego

Deja en la habitación la alforja y mochila, y se va armado y con el cinto de pociones/contraveneno (que son caras)