Partida Rol por web

Bien chicos,

Aqui empezareis los dos, os iré colocando vuestros inicios, pero tened en cuenta que empezais separados, asi que postead sin marcar al otro hasta que yo os lo diga y no empeceis hasta que yo os ponga el post con la escena.

Tajpuk Rocadura estaba enfadado, muy enfadado. Su tío Roldek Rocadura, jefe del clan Rocadura y por extensión de la pequeña aldea enana situada en las montañas de Dagaard no había contado con él para enviarle junto con una expedición que debía viajar a Kalaman, al parecer para entrevistarse con una humana llamada Alyena. Por lo que había podido enterarse, la humana había solicitado la ayuda de su clan para una misión, y pese a que Tajpuk había pedido personalmente formar parte de la expedición, su tío se había negado, diciendo que Tajpuk debía quedarse en el poblado, pues al parecer, el número de goblins había aumentado en las montañas y el clan ya contaba con pocos efectivos.

Tajpuk avanzó hasta los enanos, pero se detuvo a escasos metros del primer cadáver. Su oído fino le reveló un sonido a su derecha. Disimuladamente, vio por el rabillo del ojo como dos draconianos salian de detrás de una enorme roca, ambos iban armados con sendas espadas largas.

Saco mi hacha de guerra enana con aviesas intenciones.

Uno de los draconianos, al ver que el enano se prepara para la batalla, carga directamente hacia el enano espada en mano, pero el enano esperando el ataque lo esquiva fácilmente

Tajpuk comienza a echar espuma por la boca, entrando en estado de furia bárbara.

Coge su hacha de guerra con las dos manos y ataca al draconiano.

-Como me imagino que le doy, tiro el daño:

El draconiano recibe el terrible impacto y sin tiempo para percatarse del peligro, muere convirtiendose inmediatamente en piedra.

El otro draconiano, mira atónito como su compañero ha muerto y esboza un gesto de rabia, pero por el instante sigue quieto.

Evita que el hacha quede incrustada en el cuerpo del draconiano sacándola rápidamente antes de que se convierta definitivamente en piedra. Profiere un grito intimidatorio al hacerlo.

Sin dudar ni un momento, carga contra el otro draconiano (aun que por INI le toca a el ahora, pero es como reacciono)

El draconiano que quedaba en pie observó como el enano lograba impedir que su hacha quedara trabada en el cuerpo de su compañero y esperó preparado a que el enano se encarara hacia él.

Tordek Ubberion había llegado a la ciudad portuaria de Kalaman hacía un año, procedente de su pueblo natal de Solace. Tras la guerra de la lanza, había escuchado rumores de que por Kalaman se precisaba de mercenarios que ayudaran a asegurar la región tras la victoria en la guerra. Tordek vio en los rumores muchas posibilidades de saciar sus ansias de aventura. De esta forma, tras hablar con sus padres, emprendió el viaje al norte de Solamnia para buscarse la vida con su espada y el escudo que le regaló su padre.

Tras unos primeros meses en los que Tordek trabajó ayudando en la reconstrucción de la muralla de la ciudad, entró a formar parte de un grupo de mercenarios que se disponían a atacar a un grupo de draconianos que habían sido avistados al este de la ciudad. En la refriega los draconianos fueron derrotados pero el grupo de mercenarios sufrió muchas pérdidas. De hecho, Tordek y el jefe de la expedición, un veterano soldado llamado Milos lograron regresar con vida y Tordek tuvo mucho que agradecerle a Milos, ya que esté le salvó la vida cuando un draconiano a punto estuvo de matarle con un ataque por la espalda.

Más tarde, Milos fue contratado por una mujer llamada Alyena para la que hizo algunos trabajos, e incluso en algunos de ellos Milos reclutó a Tordek como ayudante, pero poco a poco los trabajos empezaron a escasear. Hace cinco días, Milos recibió un nuevo encargo, pero lamentablemente para él, una enfermedad le imposibilitaba llevarla a cabo. Casualmente ese día Tordek visitó a su amigo y éste le contó la misión que Alyena le había mandado hacer. El veterano soldado le ofreció a Tordek llevarla a cabo y éste aceptó, la misión era sencilla, ir a las montañas Dagaard y comprobar si el rumor de que un grupo de clérigos ataviados con túnicas doradas se estaba moviendo por la zona. Únicamente se trataba de averiguar si esto era cierto, no debía entablar combate con ellos ni siquiera debia revelar su presencia, sólo vigilar e informar de la situación. Pasados cinco días, debía regresar a Kalaman e informar a Alyena de si el rumor era cierto o de si no había rastro de los clérigos.

Tordek llevaba cuatro días vagando por las montañas y no había rastro de los clérigos, acampó cada noche en un lugar distinto y recorrió los caminos que consideró más transitables, pero nada de nada, si el rumor era cierto, los clérigos se habían esfumado o se habían escondido bien.

Aquella mañana era pronto cuando levantó el campamento, si sus cálculos no eran erróneos se encontraba a un dia de camino a pie hasta Kalaman, así que debía dar por finalizada la búsqueda y regresar a Kalaman para encontrarse con Alyena en la posada "El ogro cojo", tal y como le había indicado Milos. Una hora después caminaba por una zona boscosa hasta que salió de ella para adentrarse en una pradera llena de enormes rocas, iba absorto en sus pensamientos cuando le pareció escuchar un sonido más adelante, no logró ver el origen del sonido, pero era más evidente a medida que avanzaba, el sonido era el ruido de un combate. Tordek desenfundó la espada y afinó el oido para tratar de averiguar de que lugar exactamente procedía.

Tordek dió por finalizada su búsqueda y emprendió la vuelta a la ciudad. Cuando se encontraba en la pradera escuchó ruidos de combate. Agudizó el oído para localizar la situación de aquel combate (tirada de escuchar)e intentar desentrañar o al menos intuir que criaturas y/o personas podían estar combatiendo.

Como siempre al mínimo ruido de combate, Tordek sacó su espada y escudo instantáneamente, y acudió corriendo a la zona, pero lo más oculto (tirada ocultación) entre las rocas que pudo. El sigilo no era lo suyo, pero en medio de un combate, raro sería si le escucharan acercarse. Una cosa era aproximarse rápidamente y otra muy distinta delatar su posición, sin saber ni conocer que es lo que estaba ocurriendo. Apretó el paso y se dirigió hacia los ruidos, entre las rocas.

Tordek logró localizar el sonido en lo alto de una loma, intentando ser sigiloso subio por ella ayudándose de las enormes rocas para mantenerse oculto. Una vez que llegó hasta arriba, colocó su espalda contra una roca y giró la cabeza para mirar por el costado de ésta, lo que vio le pareció haberlo visto antes, como en un sueño. Un enano acababa de matar a un draconiano y éste se había convertido en piedra, en ese instante el enano se preparaba para cargar contra otro draconiano.

Tordek se giró e intentó observar la situación, pero un bicho se le metió en el ojo justo en el momento en que intentaba valorar la situación.

Ataca enfurecido con su hacha contra el draconiano.

El draconiano no puede evitar el hacha del enano y recibe un buen corte en el costado, enfurecido traza un arco con su espada pero esta pasa bastante por encima del bárbaro, que se dispone a liquidar al draconiano.

El humano volvió a mirar hacia el combate y vio como el enano se había lanzado sobre el otro draconiano, trabándose en combate con el. No le pareció ver nada más en los alrededores, solo algunas rocas más.

Mientras el enano se trabe en combate con el draconiano, y debido a que está centrado en el ataque, dos draconianos más salen de detrás de otra roca, ambos observan al enano y uno de ellos comienza a acercarse al enano para intentar flanquearlo, mientras el otro se queda a la expectativa.

Tordek analizando la situación decide rodear un poco la escena del combate y ver si puede ponerse a la espalda del draconiano. Si notaba que el enano necesitaba de su ayuda aprovecharía la ventaja de su estrategia. Sin embargo si el draconiano no era mayor problema para el enano, observaría la escena desde su posición. Pues quién sabe si no habría algún otro draconiano por los alrededores que pudiese intentar emboscar al enano por algún otro lado.