Partida Rol por web

Yuma se fue junto con los escoltas de la caravana a avisar al grueso principal de la caravana. Poco después de esto, pero lo suficiente como para no poder avisar a los que acababan de partir, dos orcos salieron de una de las  rudimentarias construcciones.

- ¿Qué habeis descubierto?- pregunto Dimrod a Yuma, que volvía acompañado de los enviados por Elacar, tras su regreso.- ¿Y donde están los demás?-

Señor, hemos descubierto, en un claro cercano a ese bosquecillo señalo el bosque un campamento orco, está descubierto, sin defensa alguna, pero son masomenos 12, y tienen prisioneros. El campamento posee algunas estructuras de madera y muchas pieles, por lo que supongo que se lo podría prender fuego, Lunadan y Alraim se quedaron vigilando por si se mueven y hay que dar la alerta- digo en la actitud más seria que puedo lograr, tratando de mantener la calma, pero temblando como un desgraciado

Elacar se metio en la conversación.- Tu idea sería buena si no fuera, como has dicho, porque tienen varios prisioneros.- Y se quedo pensativo en la acción que deberían emprender.

Yo también me entrometo en la conversación

- Lo mejor es tenderles una trampa, necesitamos alguien que haga de señuelo que sea muy bueno corriendo o que use un caballo y que creyéndose superiores en número marchen tras de él y cuando menos se lo esperen caemos sobre ellos. Quizás otro grupo debería atacar el campamento, estos lo han de hacer de la forma más silenciosa posible.

- La idea es buena, pero creo que con los orcos de esta zona no funcionaría.- Y continúo, añadiendo razonamiento a su opinión.- He escuchado historias de soldados, y yo mismo en el pasado las he vivido en primera persona, de la utilización de esa misma táctica. Y las primeras veces funcionaba a la perfección, pero después se fue volviendo en contra de los que la usaban ó simplemente no cumplía su cometido y además los advertía que les iban a atacar-

- Creo que será mejor buscar otra solución.-

Al rato.- Quizas si vamos allí, y vemos la situación, se nos ocurre algo.-

- Me parece bien. Aunque tendremos que dejar a alguien para que defienda y avisé a la caravana en el hipotetico caso, por ejemplo, de que vuelva una patrulla orca de explorar.- Dió, lo que le pareció una buena idea y además lógica.

- Bien, ya esta decidido.-

- Vosotros dos...- ordeno hacia los dos escoltas que acababan de regresar-..., ya habeis echo bastante, quedaros aquí. ¡Los demás seguidme!- dijó refiriendose al resto de sus hombres.

Dimrod fue eligiendo a los que tomarían parte en la misión.-...Eoden, tú te quedarás aquí para defender a Melyanna.-

El hombre asintió, en realidad prefería la tarea de cuidar a la dama. Y después, para que no se le notará, preguntó.- ¿Despierto a Nagredog para que os acompañe?-

- No, dejalo dormir, no creo que requiramos de su ayuda.- contesto.

Echo una rápida mirada a ver a quien se dejaba, y entonces vio al mediano.- Yuma, a ti te doy la opción de venir o de quedarte-

En otro lado del campamento, mientras Elacar daba unas pocas instrucciones a sus hombres, su mirada se cruzó con la del medioelfo.- ¿Tú vienes?,¿no?- Le preguntó.

-Como me preguntas eso, yo tan sólo soy un simple bardo,...- contestó haciendo su papel de víctima ofendida mientras barajaba unas cartas, y soltó una retahíla que aburriría a cualquiera para justificarse.

- Sí, si, mejor quedate aquí. Tu palabrería sólo haría que alertar hasta el último orco de la zona.- Exageró, y dió su brazo a torcer, aunque pensará que el medioelfo si que sabía combatir ó por lo menos eso intuía por una daga que portaba.

Preferirìa quedarme, cuantos menos vallan, menos oportunidad de oìrnos tendran- dicho esto me acerco a la pocición de Nagredog

màs vale que estè cerca para despertarlo

- De acuerdo – preparé mis cosas para el combate asegurándome que todo estaba preparado y dispuesto, luego espere a que el resto de la gente estuviese también preparada, la emoción de una posible lucha hervía en mis venas y me hacía tener la mente más clara – estoy preparado - añadí

- ¿Y dices que solo son doce? - exclama Vârkim - voy a despertar a Nagredog y podéis quedaros los demás a vigilar la caravana, será solo un ratito jajaja

- Ahora en serio, no creo que haya que plantar ninguna estrategia fuera de lo común, entre los arqueros que pueden abatir a 3 o 4 antes de llegar al cuerpo a cuerpo y nosotros, caerán antes de que nos demos cuenta.

Vârkim se dirige a la caravana donde está Nagredog durmiendo.

- En serio, si matamos Orcos y no lo despertamos os odiará, y no queráis saber cuanto tiempo puede llegar a guardar rencor un enano jajajajaja - dice riéndose mientras se acerca a la caravana

 Alraim mantiene su atenta mirada sobre los dos orcos que salen de la construcción. Trata de ver si alguno de ellos parece ser el cabecilla de la tribu. Dejar a los orcos sin dirección podría hacer el combate mucho más sencillo

También se va fijando en los elementos que pueden ayudarles o entorpecerles en el combate, como muros a forma de parapetos, hogeras, animales etc... Observa el tipo de armas que llevan sus enemigos y cual sería el mejor lugar de entrada para atacarles

Yo lo despierto señor Varkim - digo y me apresuro a despertar a Nagredog - lo último que quiero es que me guarde rencor-

señor Nagredog.. señor Nagredog digo mientras lo sacudo suavemente despierte, parece que hay problemas, .. de esos que a usted le gustan-

En cuanto despierte le describo la situación, luego me acerco para esperar acompañando a Melyanna y Eoden

-¿pero que demonios ocurre?- me despierto algo malhumorado cuando noto que alguien me sacude. Al ver al pequeño hobbit, y comprender que la sacudiada era un pequeño movimiento en sus pequeños brazos, el enfado se me paso rapidamente.

Tras escuchar a Yuma, la situacion de unos prisioneros capturados por una docena de orcos, y la intencion de atacarles, recogo mis cosas y bajo de la carreta.

El cansancio de la noche anterior, y el hecho que apenas me hayan dejado descansar no hace mejorar mi humor, y aunque no este enfadado, mi cara seria delata lo molesto de la situacion.

- Bien, veamos, ¿quereis atacar a una docena de orcos, sin dañar a los prisioneros, y defender a la vez a una caravana entera en la que viaja una importante dama, cuya seguridad es nuestra unica prioridad?- digo mirando alrededor y sin dejar a nadie mas hablar. - Somos diecisiete escoltas.... para matar doce orcos.... defender doce carretas... con unas veinticuatro personas dentro... mas la dama...- sigo diciendo mientras cuento con la mirada.

-¿Alguien mas piensa que quizas sea mejor continuar el viaje? Ademas, s¿abemos si los prisioneros tienen posibilidades de sobrevivir?

Observo a Vârkim, que me mira con cara de sorpresa, despues miro a todos los demas, deteniendo la mirada ante Dimrod

 - Por supuesto, si deseais enfrentaros a tal tarea, ire gustoso a degollar a esos indeseables, ¡que no digan que un enano tubo miedo alguna vez!- termino diciendo con una risotada.

Dicho todo eso, saco mi martillo y apoyandolo en el suelo, delante de mi, espero ordenes.