Partida Rol por web

Una vez que el terrorífico encuentro parece pasado, Yuma sale de su trance en el que el miedo le ha sumido durante toda la contienda en un estado de parálisis. En su vida nunca se había encontrado con semejantes situaciones. Él no era un guerrero, y desde luego no se veía como contrincante de tales criaturas. Si el viaje no había hecho más que empezar y ya habíamos tenido contacto con seres fantasmales, la cosa no pintaba bien para el mediano. Por fín recupera el habla y observa a Matha que se desenvuelve bien en la situación, o al menos tan bien como la gente grande.

- Pero cómo han podido llegar aquí? No se supone que estas criaturas sólo se esconden en los Túmulos? Pretenden asolar toda la región? -

Arthos se toma su tiempo para vestirse,como si no existiese prisa en ello,se encarga de estar bien presentable,antes de volver a bajar para encontrarse con sus compañeros.

Y una vez delante de ellos vuelve a escuchar lo que tuvieran que decir,despues de todo como se lo recordo su compañero de raza en el grupo Arthos no era mas que el soldado raso, por ende no podia tener opinion ni decir nada.

-Acaso el miedo te ha paralizado el cerebro y te ha nublado la vista, Yuma. Nadie mejor que tú en el grupo, aparte de mí, debería saber que según la morfología del terreno nos encontramos en la Quebradas, donde hay una gran concentración de túmulos.- dijo mientras miraba al hobbit estupefacta por no poder contralar sus emociones (el miedo), y de paso le devolvía el no haber cumplido su promesa sobre su jardín.

- No, claro que no nos importa.-

-Como has visto estamos bien protegidos...- hecho una fugaz mirada a los enanos que eran los que habían resuelto el combate contra los esqueletos, nada más entrar en él.-... Pero si esas abominaciones volvieran por aquí deberíamos estar agradecidos de contar con una espada más.

 Dicho esto todos (los de fuera) se dirigieron al interior de la torre, donde una fogata(encendida para que la mujer se secara por completo el agua arrojada por el joven para sacarla de la inconsciencia), les esperaba para volver a entrar en calor antes de pasar el resto de la noche.

Dentro, también se encontraba el resto del grupo: Alraim, Yuma, Arthos, Matha y la más importante, la cuál estaba sentada en medio de un corrillo formado por los antes mencionados, Melyanna Forestel.

Nada más entrar, Dimrod presento al desconocido, Lunadan, y les conto que este pasaría la noche con ellos.

Después de esto, el veterano guerrero se preocupo por el estado de la dama de forma sobreprotectora, ya que él sabía muy bien que no tenía ni un rasguño, y sólo se había desmayado ante la tan horripilante visión para una mujer acaecida hace unos instantes.

Ahora que estamos todos juntos necesitaria saber algo.

¿Mi personaje conoce la naturaleza de esos seres?, es decir, imagino que son tumularios. necesito saber si el enano que roleo conoce a estos seres, la forma de matarlos y todo lo que a ellos se refiere.

Yo como jugador si los conozco, pero mi personaje no lo se. Si la respuesta es afirmativa, pues hablare de ello al resto, que parece que nadie ha caido en ello, si es negativa, pues no lo menionare

La niebla humedecia el ambiente, y pese a estar comodamente instalado junto al fuego, la sensacion no era de tranquilidad. El reciente ataque de esos seres me habia desvelado por completo, y ahora tan solo buscaba la manera de calentarme y pasar lo que quedaba de noche.

Tras un rato de meditacion en silencio, sin perder la vista de la entrada a la torre, al fin me relajo un poco, el fuego parece haber calentado bien mis ropas, y el frio provocado por la humedad, va despareciendo,

- Quizas sea mejor partir de este lugar cuanto antes, no esperemos ni a que amanezca - digo mirando a Dimrod en busca de una respuesta. - Estamos mejor en movimiento, al menos hasta alejarnos de aqui - termino diendo mie¡rando la expresion de los que aun esten despiertos.

- No.- respondió de forma seca al enano, y luego dio sus razones para quedarse en el campamento lo poco que quedaba de noche.-  Algunos miembros del grupo necesitan descansar y que sus recientes heridas sanen un poco antes de volver a andar.- El era uno de ellos.

Dicho esto se giro como dando por concluida la conversación, pero se acordó de otro argumento, por lo que mirando otra vez a Nagredog .- Además, tú mismo y Vârkim dijisteis que ya no había enemigos en las cercanías. Lo mejor es quedarnos hasta que se disipe la niebla.- dijo esta última frase no sin haber pensado previamente que se podían volver a perder y así, adentrarse más en las Quebradas si partían ahora.

Luego, Dimrod se sentó, recostando su espalda contra uno de los muros de piedra de la torre.

Vârkim mirando al viejo y a los demás:

- Dormid ahora, Nagredog y yo estamos descansados, los que estabais haciendo la guardia estais heridos, seguiremos nosotros dos, no queda mucho para que el sol despeje esta niebla - mirando a Dimrod - Descansa, pues no quiero que el grupo se retrase más por estas tierras.

Luego se sienta al lado de su compañero Nagredog a la vera del fuego a calentarse, el frio de ese sitio se mete en los huesos. Como recuerda a las humedas cuevas de su tierra...

Tras la rotunda negativa de Dimrod a salir de alli, molesto, me acomodo junto a la hogera sin ganas de dormir, y mirando receloso a la puerta.

- Malditos seres, no me gusta esperar a ser emboscados- farfullo en voz bajo, pensando en voz alta.

Cuando oigo a Vârkim y su proposicion de quedarse vigilando, la cara esboza una leve sonrisa, como tratando de ocultar las ganas de salir fuera de la torre y vigilar lo poco que queda de noche.

- Bien Vârkim, si tan deseoso estas de permanecer despierto, tendre que acompañarte, no sea que te ocurra algo. - digo en un tono suave, imitando a una madre. Despues echo a reir. Tras pedir perdon por el escandalo, me incorporo y arma en mano me dirijo hasta la entrada a la torre, lugar que elijo para sentarme en la oscuridad, observando el exterior. Mas tarde iremos a dar una vuelta. 

Vârkim y Nagredog se quedaron vigilando mientras los demás volvían a dormir o simplemente a descansar.

El resto de la noche sucedió sin incidentes, tanto en el tiempo en que los enanos volvieron a dar una vuelta por las ruinas como en el que estuvieron vigilando a la entrada de la torre.

Los primeros rayos de sol despuntaron en el horizonte, convirtiendo la espesa niebla del día anterior en un húmedo rocío. Los miembros del grupo fueron despertándose(cada uno a una hora) cuando el olor del desayuno cocinado en el fuego por los enanos entro por sus orificios nasales.

Después de recoger fuerzas con la comida, todos incluido Lunadan, salieron de la torre para orientarse. Fue entonces cuando el camino que llevaba a Bree fue avistado a una milla y media de distancia.