Partida Rol por web

Después de haber pronunciado esas últimas palabras se dieron cuenta que un grupo compuesto por tres humanos estaban ya muy cerca y se acercaban aun más hacia ellos.

El más adelantado tenía cara de veterano soldado, la barba recortada y el pelo corto, negro pero entrado ya en canas, por lo que más bien tenía un color grisáceo. Otro era un hombre  algo bajo, con el pelo claro y corto, que vestía como un campesino normal y corriente, aunque los ropajes le quedaban demasiado holgados. Y el último era muy alto, de aquellos que llaman dunedain, y se notaba que era uno de esos del norte que andaban como vagabundos por el monte, vistiendo ropas ajadas y desgastadas; siendo además de tez muy blanca, lleno de pecas y barbilampiño.

Cuando miraron hacia este grupo también pudieron avistar que a la sombra de un árbol se hayaba otras tres personas; una mujer, un hombre y un enano.

El hombre tenía el pelo rubio y era joven, de espaldas anchas y el clásico atractivo que hace suspirar a todas las mujeres. El enano lucía una espesa barba y además muy larga que le llegaba hasta el cinturón y que portaba una cota de malla que seguramente sería de factura enana. Y la mujer era de una considerable belleza.

Dimrod fue el primero en hablar después de que los dos grupos se hubieran dado cuenta de la presencia del otro mutuamente.- Mi nombre es Dimrod y soy “el que esta al mando” de este grupo y del que podeis observar debajo de aquel árbol.- dijó señalando el ser vegetal, luego prosiguió.- Y estos que me acompañan ahora mismo son…- mientras hacía un gesto con la mano abierta en una posición baja hacia Alraim y Emyr, dando a entender que se presentarán ellos mismos.

-Espero que por lo menos el hobbit acepte mi proposición, expuesta por Dimrod.- dijó en voz baja Melyanna para si misma, aunque Eoden y Nagredog la escucharon.

Alraim observó con sus penetrantes ojos grises al mediano y al rohirrim. Su pálido rostro destacaba aún más al estar cubierto por una gruesa capucha mojada. A pesar de su aparente juventud, los movimientos de Alraim desvelaban una elegancia y precisión dignos de un gran espadachín

Mi nombre es Alraim, y me dirijo hacia Fornost. 

Alraim se acercó hacia el caballo de Arthos, y le palmeó el cuello. El caballo resopló, complacido

Hermoso caballo. Ningún corcel puede compararse a los caballos de Rohan

Arthos miro en dirección del encapuchado y al ver que su noble corcel resoplaba complacido

-Muchas gracias,estoy muy orgulloso de tenerlo,lo críe desde muy pequeño y siempre me fue muy fiel,lo considero mas que un amigo,lo considero como practicamente mi hermano y no me fallo.

Dicho esto Arthos se reserva el nombre y no díce mas nada dado que los otros dos integrantes del grupo no se habían presentado,las reglas de la etiqueta rohan indicaban que no se debía presentar hasta que todo los miembros de un grupo se presentaran antes.

Emyr dio un leve paso adelante, y inclinándose muy ligeramente dijo:

-Mi nombre es Emyr, y como comentó Dimrod, me encuentro dentro de su grupo.

Sin querer decir nada más a unos desconocidos (aunque parecía que no habría problemas), Emyr se incorporó de nuevo.

A Nagredog no le gustaba estar al margen de lo que ocurria, pero tambien sabia que se habia comprometido a cuidar de la extraña dama. Impaciente, miraba continuamente al grupo - ¡¿Todo bien?! - les pregunto a gritos.

- no creo que debamos retrasarnos, no me gusta permanecer estatico - le digo a Eoden como si me disclpara por los gritos delante de la chica. Mientras paseo de lado a lado, con mi martillo en la mano.

Eoden se giró a mirar a Melyanna cuando dijo aquello. En su mirada se adivinaba cierto recelo, tal vez por no ser él quien recibiera en susurros aquel mensaje que la dama entregó a Dimrod.

Al hablar el enano, Eoden volvió en si. Tranquilo, no creo que se retrasen mucho.

Nagredog pudo observar que Dimrod se volvió para indicarle con un gesto de la mano que todo iba bien.

Dimrod miró al mediano y al hombre rubio con expectación durante un instante en el que se produjó un silencio bastante incomodo.

Bueno... Nosotros ya nos hemos presentado. Dijo al cabo para romper ese silencio.

Arthos acintio silenciosamente con la cabeza en un gesto afirmativo y luego dijo:

Mi nombre es Arthos y soy un eotheod,provengo de aquellas lejanas tierras,soy un guerrero de ese pueblo y este es mi mearas rocinante, y el hobbit, pues no me corresponde a mi hablar por el, solo dire que soy un guerrero con una misión de vida y que estoy de paso por aqui

Mi nombre es Yuma Brandigamo. Dijo humiledemente el hobbit pero no añadió nada más. No confíaba de las gentes grandes y aún estaba algo nervioso por todo lo acontecido.

Dimrod asintió levemente.

Viajamos escoltando a aquella dama. Dijo haciendo un ademán con la cabeza. Vamos hacía el este y ella me ha pedido que os diga que os aceptaría como escolta si quisierais viajar con nosotros. Os puedo prometer una pieza de plata y una ración de viaje al día.

Arthos escucho la proposición para luego decir:

-Me parece interesante tu propuesta,y si bien necesitare dinero para solventar mi viaje por el mundo, por mi lado,no lo hare tanto por el dinero y la comida, sino por las experiencias que promete dicho viaje, y hacer conocer la cultura de mi pueblo a traves de mi persona, dile a aquella mujer, que yo acepto el trato, soy un guerrero y mi cuerpo y alma siempre estan dispuestos para la aventura, lo mismo que mi fiel rocinante, solo te advertire algo, solo yo monto a rocinante

Para Arthos Rocinante su mearas era como el hermano menor que jamas tuvo y por eso mas que como a un caballo lo trataba casi casi como si fuese un humano mas.

Yuma también se mostró de acuerdo con la oferta. Sobretodo estaba interesado en conocer a aquel enano, y los misterios que podría ayudarle a resolver.

Sí, Yo también me apunto.

Dimrod sonrió satisfecho. Muy bien. A continuación se giró hacía los que aguardaban bajo el árbol y les hizo un gesto con la mano para que se acercaran.

Estos son Nagredog y Eoden. Dijo señalando al enano y el eotheod respectivamente. Y esta de aquí es la dama Melyanna, a quien acabais de jurar lealtad.

-Bien, ahora que ya os conocéis todos podemos proseguir nuestro viaje- dijó Dimrod.

Yuma iba a preguntarle a Nagredog una cosa importante para él, cuando escuchó la voz de Dimrod.- Bueno, ya se lo preguntaré más tarde.-