Arthos sin sacar ninguna de sus armas se levanta y alzando sus manos díce:
-Gente por favor nos tranquilicemos, no es necesario llegar a las armas, esta bien soy un guerrero,pero tambien debo de aprender paciencia y les agradezco la oportunidad que me dan para practicar, haber,charlemos un poco, no tomemos decisiones apresuradas,nos entenderemos mejor si hablamos.
En un principio, los hobbits no estuvieron por la labor de entregar el dinero sin luchar, pero ante la idea de que Arthos concedería presumiblemente su ayuda a Yuma en caso de problemas, volvieron a replantearse su idea sobre entablar un combate, la opinión final de todos fue conocida al hablar uno de ellos con un tono de culpabilidad y de miedo.- Ya ya ya te devuelvo tu dinero.- dijó en dirección a Yuma mientras le entregaba la bolsita de cuero con todas las monedas robadas.
Mientras esto pasaba, los otros dos se arrodillaban ante Arthos y le suplicaban por sus vidas y la de su compañero con el mismo tono, además de añadirle una forma infinitamente caballerosa.- Oh gran señor, gran general… po por por favor perdonanos la vida y permítanos marcharnos, te te te prometemos que no volveremos a robar.-dijeron las últimas palabras con ojos llorosos.
Ya que parecía que la primera impresión con el hombre a caballo dada por Dimrod había sido errónea , todos estaban a punto de actuar(esta vez con el beneplacito del experimentado guerrero) cuando observaron que el hobbit afectado desenfundaba su espada y la extendía hacia el mediano ladrón.
Los dos compinches del ladrón se levantaron para apoyar en el posible e inminente combate, ahora el hobbit afectado por el hurto estaba en desventaja. Sin embargo, las tornas volvieron a cambiar de nuevo rápidamente cuando el humano de cabellos rubios se puso del lado del espadachín hobbit.
Cuando los demás estaban viendo esa escena, la dama Melyanna le susurró algo a Dimrod al oído.
Ahora que la tormenta se había debilitado y por el tipo de esta, no parecía que fuese a durar mucho más, Dimrod dijó en dirección a los escoltas.- Tengo que ir a hablar con el humano y el mediano al que le han robado, ¿alguien me acompaña?- después hizó una mínima pausa y prosiguió- Los demás se quedaran con Melyanna debajo del árbol hasta que pare de llover.
-Bien, yo me quedaré con la dama Melyanna.- contestó Eoden.
A lo que Dimrod siguiendo la conversación con el joven dijó.- Eso, ya lo tenía en cuenta, Eoden.-
Arthos suspira aliviado de que la situación hubiese termínado bien,sin derramar ni una sola gota de sangre,y ahora que los hobbits sentian miedo,no era el efecto que el deseaba,pero algo era algo,Arthos penso para si mismo ¨desde ya van en la dirección correcta si piden que se les excuse por su mal comportamiento,aunque ¿quien soy yo para juzgarlos?,despues de lo que les hice a mis padres,no puedo sino verme reflejado en los ojos de estos hobbits cuando yo era aun un niño caprichoso¨
Abre los ojos,por que los cerro mientras ocurría áquel pensamiento y luego con una sonrísa les díce:
-Por favor,no me llamen de esa manera, aun no soy un general, y si bien soy un guerrero tambien debo de aprender humildad,es por eso que soy yo quien les debe estar agradecidos por ayudarme a forjar mejor mi temple,ante situaciones adversas.
Mira a su mearas antes de continuar y volver la mírada a los hobbits:
-No quiero que tengan problemas en el futuro,y traten de que eso no vuelva a ocurrir,despúes de todo, los hobbits parecen gente amigable,y no veo motívos por los que se tenga que armar tanto revuelo si hablando se pueden entender mejor. Ademas señor hobbit,si usted hubiese entablado combate contra estos dos jovenes y les hubiese dado muerte a ambos¿podría haberles devuelto la vida luego?,no se apresure a intentar quitar una vida, sin antes intentar salvar una.
-Son libres de marcharse jovenes,y espero que la proxima vez que nos encontremos la situación no les sean tan adverzas.
Los hobbits se marcharon inmediatamente después de haber pedido perdón infinitas veces a Yuma.
Cuando estos ya solo eran meras siluetas en el horizonte del camino, la lluvia paró repentinamente al igual de cómo había empezado, y los primeros rayos de sol despuntaron de entre las nubes aun grisáceas mientras que de las hojas del árbol caían las gotas acumuladas en ellas a intervalos cada vez más largos.
Por favor, no escribáis nada que os lleve a salir más allá de uno cuantos metros del cobijo dado por el árbol.
Arthos se queda debajo del cobijo del arbol y esperara pacientemente.
Los tres ladrones abandonan el lugar un tanto amedrentados, pero Yuma sabe que en cuanto puedan volverán a cometer sus fechorías. Arthos pone en cuestión la actitud del hobbit por desenfundar su arma contra sus congéneres. En verdad las armas no son buena solución, pero con esos tres, tan sólo la visión del acero hubiera amainado su voluntad.
- Amigo humano, agradezco que te hayas acercado a socorrerme, incluso agradezco que hayas compartido bebida conmigo, pero conozco a esos malhechores desde mi niñez y nunca traman nada bueno. De sus travesuras han pasado a cometer robos, y se le debe parar sus pies peludos lo antes posible. El dinero que porto tiene un fin, debo comprar una joya para mi prometida manufacturada por enanos, entonces nos desposaremos. Me ha llevado toda mi vida labrando la tierra para acumular esta cantidad. De ninguna manera permitiré que me la roben -
El tiempo parece terminar también con buen fin y la lluvia cesa para permitir ocasionales rayos de sol. Me retiro la capucha para presentarme formalmente al humano.
- Mi nombre es Yuma Brandigamo y me dirijo a las minas de Moria para encargar la labor de una joya. Es un placer conocerte Arthos. Si estuviéramos cerca de mi casa te invitaría a almorzar, pero estamos a una buena jornada en dirección opuesta. Lo siento. Quizá nuestros pasos puedan caminar juntos al menos un tramo... -
Con mis posesiones ya sobre mis hombros, en piezo a pensar en volver a caminar. Confío que Arthos pueda darme información sobre el camino y sus posibles peligros.
Estamos preparando unas cosas para la continuación de la misión, por lo que tendreis que esperar hasta mañana o pasado, nos disculpamos por esta parada inesperada.
Arthos en este periodo de espera, podrias escribir la descripcion de tu personaje en la ficha.
Vuestro turno, por ahora solo marcar de destinatarios a los de antes.
Alraim, que había observado la escena con atención, asintió con la cabeza y se colocó la pesada capucha
Yo voy contigo Dimrod
Dimrod y Alraim abandonaron el refugio que les proporcionaba el árbol, y se dirigieron hacia los medianos
-¡Yo también voy!
Dejando que la curiosidad le venciera, Emyr empezó a acompañar a Dimrod. Parecía que habría problemas, pero las posibilidades estaban con su bando.
- Bien, bien, yo me quedare con Melyanna y Eoden - digo mientras saco mi martillo y lo apoyo en el hombro. Despues observo la escena desde donde me encuentro, vigilando alrededor de vez en cuando. Si hay problemas correr hasta alli.
Antes de que Emyr, Alraim y Dimrod llegaran a su destino, todo el grupo pudo observar como los ladrones hobbits se disculpaban, algunos incluso de rodillas, y les devolvían el dinero para luego marharse a través del campo.
Ahora que la cortina de agua formada por la intensa lluvia anterior había desaparecido, todos pudieron ver mejor los rasgos característicos del hobbit y del humano.
El hobbit tenía el pelo castaño y corto y vestía una ropa sencilla de la que solo destacaba la capa con capucha. El humano era de piel blanca sin tener barba y portaba una armadura en la que destacaba el símbolo de un caballo en la parte pectoral.
Una vez los tres ya estaban lo suficientemente cerca para oír la conversación que se había establecido entre el humano y el mediano después de que los ladrones se hubieran marchado, escucharon lo siguiente:
- Mi nombre es Yuma Brandigamo y me dirijo a las minas de Moria para encargar la labor de una joya. Es un placer conocerte Arthos. Si estuviéramos cerca de mi casa te invitaría a almorzar, pero estamos a una buena jornada en dirección opuesta. Lo siento. Quizá nuestros pasos puedan caminar juntos al menos un tramo... –