Partida Rol por web

Tiempos Difíciles en el Norte

La plaga del aullido

Cargando editor
13/10/2013, 13:18
Director

El manco pastor de gallinas no pareció intimidarse demasiado por las amenazas de los dos enanos. Al contrario, echó a reír como si todo aquello le divirtiera mucho. Estaban ante un hombre que no tenía miedo a su autoridad, ni al posible peligro que pudieran representar los enanos con sus mazas y sus armaduras. Un hombre que había vivido la guerra de cerca, al juzgar por su brazo perdido, que conocía la desesperación y que ya no temía nada.

-Llevadme ante quien queráis. Negaré saber nada. -Volvió a escupir al suelo ya más serio y se quedó mirando a los enanos esperando un cambio de actitud en ellos. -La guerra está condenándonos a todos. Hay que sacar provecho de lo que sea, yo tengo información que vosotros queréis, bien, hagamos un trato justo entonces.

Cargando editor
14/10/2013, 13:17
Nagredog

- Lleváis razón, no os llevaremos ante nadie, podríais negar cualquier cosa, como bien decís. - hizo una mínima pausa - La guerra nos condena a todos, mas a unos que otros al parecer - dijo señalando el muñón - Algún día necesitaras la ayuda de los ragger, y tal vez estos, en pago a la ayuda prestada, prefieran socorrer a otros mas validos que un tullido. - dijo sin ser nada cortes - Lleve, lleve a sus gallinas - dijo tranquilo Nagredog animándole con la mano - Ya volverán esos dos, se les investiga por traición, y tu serás cómplice, yo me ocupare de ello - Al enano le hubiera gustado romperle la crisma, o el otro brazo, las piernas tal vez, pero no podía.

Cargando editor
16/10/2013, 12:19
Director

El manco se encogió de hombros, escupió de nuevo al suelo y se marchó tan campante de vuelta con sus gallinas. Las amenazas que en él habían vertido no tuvieron efecto alguno. Era como si pensara que el enemigo arrasaría todo aquello de igual forma y aquel juicio por traición no llegaría a celebrarse nunca, o tal vez supiera algo sobre los dos sospechosos que le hacía estar más tranquilo en ese aspecto.

Por el rato que tuvieron que esperar, parecía que lo que el manco sabía era que no iban a volver. Los minutos pasaban sin que nadie apareciera por allí, la espera se volvía larga y tediosa mientras los enanos aguardaban sin hacer nada en aquella calle. De vez en cuando pasaba algún campesino que les miraba malhumorado. La guerra, el frío y las enfermedades no daban buen espíritu al pueblo de Rood.

Cargando editor
16/10/2013, 12:29
Nagredog

Malhumorado, Nagredog comenzó a impacientarse, había sido una jornada perdida.

- Esto es ridículo, pateare el culo a ese domador de gallinas. No creo que vuelvan hasta que la luz se agote, por la noche vendrán a guardar sus animales. Hasta entonces busquemos otras pistas... - dijo a su compañero, no sabia por donde empezar.

- Tal vez debamos pedir a Faramis que convoque a los ganaderos, para plantearles un plan importante. Seguro que si el que tiro el vinagre es uno de ellos, un traidor, no se resistirá a saber de esos planes. - comentaba hablando sin mirar a nadie - Alli les preguntaremos por separado que vieron, han de haber visto algo, o cometer directamente el acto... - dijo en voz alta, pensando.

- ¿Qué opinas compañero? - esta vez si que le pregunto a Vârkim directamente.

Cargando editor
19/10/2013, 18:55
Vârkim

Me da algo de rabia que ese tipejo no nos haya querido dar información. Algo tratará de esconder. No se si deberíamos alejarnos mucho. Puede que vaya a alertar a sus compañeros. Lo que está claro es que si no se va, debemos estar aquí cuando vuelvan antes de que ese tipo les pueda decir nada sobre nosotros.

No es mala idea convocar a los ganaderos, seguro que a Faramis se le ocurre algo para reunir a los ganaderos y poder sacarles más información. Se les podría decir que tiene algún plan especial para ellos y que fueran pasando uno por uno para que les fuera explicando. En ese momento podríamos hablar con cada uno de ellos por separado. 

Vârkim se levantó y andó un poco sin moverse mucho del sitio para estirar las piernas. 

Cargando editor
21/10/2013, 09:05
Nagredog

- si, podría alertarlos y de ser alguno de ellos el culpable, podría huir. - confirmo la sospecha de su compañero - sigámosle, avisemos a Faramis de nuestro plan, tenemos que hablar con esos ganaderos. Aquí no hacemos nada mas que perder el tiempo.

La idea era marcharse de allí, seguir al manco de las gallinas y después avisar a Faramis para que esa misma tarde, en cuanto hubieran vuelto todos los ganaderos, los juntase con la escusa de explicarles un plan ficticio.

Cargando editor
21/10/2013, 14:29
Director

Siguieron al manco de las gallinas manteniendo la distancia, pero este se dirigió a su casa y entró en ella para guardar a las gallinas en el corral y después ir a atender a sus cerdos, echándoles de comer las sobras de la comida de su casa. Estuvieron espiando al manco durante un rato pero no mostró intención alguna de ir a avisar a los demás. Y si pretendía hacerlo, se lo tomaba con mucha parsimonia.

Los enanos comprendieron entonces que el manco no quería espiarles ni sacarles información, tampoco iría a avisar a los dos sospechosos, sólo pretendía hacer algo de negocio y sacar provecho a una situación que podía haber mejorado su estado dadas las circunstancias en las que se encontraba la ciudad. Aunque todo ello sólo había servido para cabrear a los enanos, quienes eran demasiado honorables para entender que alguien pudiera sacar provecho de una situación así.

La idea de que Faramis los convocara era buena, pero tendrían que esperar a que regresaran. Ya que, como les habían comentado anteriormente, nadie sabía por donde llevaban sus vacas a pastar, ya que había pocos sitios aceptables para pasar con la nieve que cubría los campos y los que cada uno encontraba lo guardaba para él en secreto.

Dos enfermedades asolaban la ciudad, la temida gripe roja que llevaba días instaurada y la nueva enfermedad, conocida entre los hombres como la plaga del aullido. Aunque con esta última, estaban seguros de que no se trataba de una enfermedad como tal, si no de un envenenamiento. Los dos enanos se toparon en su camino con dos de los sanadores que iban hablando entre ellos de un suceso algo macabro que había tenido lugar aquella mañana con uno de los afectados por la plaga del aullido.

Cargando editor
21/10/2013, 15:39
Nagredog

Malhumorado, Nagredog fue hasta Faramis, a contarle su plan de convocar a los vaqueros. Bien sabia que hasta que no regresasen a dejar los animales poco podían hacer. Eso les dejaba una lapso de tiempo que ocupar en otras cosas. Ya le explicaría al capitán de los ragger la idea que había tenido. Pensaba en como explicárselo cuando se cruzo con dos de los curanderos, al parecer algo había ocurrido. Hablaban entre ellos, pero no pudo resistirse el interrumpirlos para obtener noticias.

- Disculpen mi intromisión, no he podido evitar escuchar algo sobre un altercado con alguno de los enfermos, ¿Qué ha ocurrido? - pregunto todo lo amablemente que su estado anímico le perimtia.

Cargando editor
21/10/2013, 16:04
Director

-¡Ha sido horrible!.-Comentó el sanador cuando el enano le preguntó por lo ocurrido. - A media mañana, uno de los hombres que gritaban como posesos sacó un cuchillo de entre sus ropas y se abrió el estómago... -Por si aquello no fuera lo bastante desagradable ya de por sí, la historia continuaba. -Se metió la mano en la herida, como queriendo sacarse algo... -El curandero que lo había visto en primera persona mostraba involuntariamente lo asqueado que había quedado con las contracciones de su cara. -Del interior del estómago emanaba calor, y era el hogar de varios gusanos pequeños y negros... Murieron poco después de morir el hombre. Nunca he visto algo así en la vida...

Cargando editor
21/10/2013, 16:22
Nagredog

- Por la ira de Namo, ¿que maldad es esa?¿Que dolor puede hacer que una persona se haga eso a si mismo? - dijo completamente asqueado, había visto muchas muertes pero la visión de alguien sacando sus propias entrañas lo superaba.

- Esos gusanos... ¿han recogido alguna muestra? es posible que es lo que haya hecho enfermar a los hombres - según lo decía pensaba en huevos en la carne esperando un lugar donde ecolsionar, para alimentarse... Habria que buscar también en el agua, al fin y al cabo alguien había andado entre las tinajas de agua.

- Gracias amigos, han sido de gran ayuda - dijo antes de despedirse* y continuar su camino.

Notas de juego

* si han recogido algún gusano, estaría bien poseer uno, por si acaso.

Cargando editor
23/10/2013, 13:50
Director

-No,- respondió el sanador, -no se nos ocurrió coger ninguno, era demasiado asqueroso y esos bichos murieron enseguida...

Cargando editor
23/10/2013, 21:47
Vârkim

Pobres diablos, morir devorados por esos gusanos. Tenemos que darnos prisa, de donde vendrán esos gusanos. ¿La comida?¿La bebida? ¿Que hacía que los gusanos aparecieran en unas personas y en otras no? ¿Porque murieron enseguida? EL enano se empezó a hacer muchas preguntas y no tenía respuesta para ellas.

Cuando se hubieron alejado de los curanderos Vârkim le comentó una idea a su compañero.

-¿Crees que habría alguna forma de saber de donde viene la carne y el agua que consume cada grupo de soldados? Si supiéramos eso podríamos reducir la búsqueda, mientras seguimos investigando otras pistas. Nos estaríamos usando a nosotros y al resto de los soldados como sujetos de pruebas, pero nos ayudaría a avanzar.

Cargando editor
24/10/2013, 09:18
Nagredog

- mmm, sospecho que mas bien se trata del agua, por el pequeño lio que se monto de madrugada. Dos barriles rotos no pueden ser casualidad. - dijo recordando el altercado - No encontramos nada, pero eso no significa que aquel que los tiro, no envenenara el resto. Tendremos que tener cuidado, yo beberé de mi propia agua, iré al rio a por mas si es necesario. - dijo pensativo, sacando conclusiones - informare a Faramis de mis sospechas, si bien carezco de pruebas. Tal vez sea una manera de evitar mas contagios.

No sabia realmente si estaba en lo cierto, pero toda precaución era poca.

Cargando editor
28/10/2013, 19:28
Director

Fueron a informar a Faramis de lo que habían ido descubriendo hasta el momento y el comandante recompensó sus esfuerzos con palabras de agradecimiento y les ofreció algo de beber. Le trasladaron sus sospechas respecto a la carne y sobre todo al agua y Faramis no tuvo duda alguna ordenaría de inmediato que renovaran el agua de todas las tinajas. Aunque sin haber encontrado todavía al culpable del sabotaje, aquella medida tendría poco resultado. Con la carne se mostró mucho más contrariado, apenas había caza, no lograrían conseguir mucha más a menos que mataran las vacas de los ganaderos y tal como estaban los ánimos la cosa podía volverse difícil.

El resto de la tarde la aprovecharon dedicando sus esfuerzos a ayudar en las tareas que todavía estaban pendientes. Al anochecer fueron a vigilar el camino para ver si volvían sus dos sospechosos. Así fue. Niradân y Burios volvían por el camino juntos, con sus vacas.

Cargando editor
29/10/2013, 09:01
Nagredog

Tras hablar con Faramis y disfrutar del vino y la cerveza, escasas en el campamento, volvieron a ayudar en las tareas. Cavaron alguna zanja que aun quedaba a medias, picaron el poco hielo que quedaba sobre el rio y sobre todo dieron ánimos a los soldados.

Mas tarde, cuando el sol comenzaba a desaparecer por el horizonte, fueron hasta el camino por donde debían regresar los ganaderos. Y por allí venían, junto a sus animales.

Nagredog había estado recapitulando los últimos acontecimientos, centrándose en que preguntar a los ganaderos.

Por un lado estaban las tinajas, una de ellas, mojada en la base presumiblemente con la nieve de fuera, pues concordaba con una marca encontrada en el exterior. Eso solo podía significar que uno de los dos hombres, había posado su cántaro antes de entrar, ¿Para que haría eso si no para sabotear las tinajas de vinagre?.

Por otro lado estaban las huellas. Tenían cuatro juegos, dos uno de ellos de alguien ligero y dos de gente de mediano peso, luego estaban las mas claras, las del orondo cocinero. Centrándose en los dos juegos simlares, dado que según el cocinero solo los dos granjeros habían traído leche esa mañana, el tercer juego seria anterior y de alguien pequeño, una mujer o un niño grande.

De entre los dos juegos de huellas en los que se había centrado el enano, se dio cuenta de que uno de ellos  se alejaba venía de las granjas a través de la nieve, directo a la cocina.

Con todo eso trataba de crearse una imagen de lo ocurrido. Los granjeros traían la leche temprano, por el camino. La dejaban dentro y se volvían de nuevo por el camino hasta sus granjas, o eso entendió el enano como lo lógico...  pero uno de ellos volvió vino de su granja por la nieve, no seria por la comodidad de atravesar por alli... Tal vez quería llegar sin ser visto, aunque no entendia como explicaría caminata por la nieve, cargado con la leche...

Su cabeza era un hervidero de pensamientos. Espero a que llegasen. para preguntarles cuando estuviesen junto a el.

- Buenas noches amigos, buscamos a Nîradan y a Burios, imagino que son ustedes - dijo seguro de que eran ellos, no había mas vaqueros por allí Lo hizo en un tono no demasiado alto para identificar a Burios, pues estaba medio sordo. - Necesitamos su ayuda para esclarecer el altercado con las tinajas de vinagre, tal vez hayan podido ver a alguien, o cruzarse con alguna persona esta mañana - no quería inculparlos directamente. Dejo que hablasen.

Cargando editor
30/10/2013, 23:40
Vârkim

Vârkim disfrutó de lo que Faramis le ofreció. Por la tarde continuó con los trabajos para fortificar el pueblo. Un cambio agradable, pues el asunto del espía y de los granjeros le hacía dar demasiadas vueltas a la cabeza. 

Cuando la noche se acercaba fue a buscara su compañero y fueron hacia la granja para "entrevistarse" con los dos ganaderos.

Cargando editor
03/11/2013, 14:35
Burios

Burios era un montañés medio sordo, rubio, delgado y con el dedo meñique de su mano derecha completamente deformado. Su compañero Niradân en cambio era rubiasco, en esa edad indeterminada entre la juventud y la madurez y con la piel enrojecida, lo que podría ser consecuencia de la enfermedad que se rumoreaba que padecía. Se notaba que ambos eran de fuera, pues sus rasgos no coincidían con los de los habitantes de Rood.

-¿Qué dice?.- Respondió Burios a la pregunta del enano llevándose la mano al oído bueno en señal de que no lo había escuchado bien. -Tendrá que hablarme más alto, no oigo bien de este oído. -La táctica del enano para identificar a Burios había dado resultado.

Cargando editor
04/11/2013, 08:35
Nagredog

Nagredog se acerco entonces al hombre, ese debía ser Burios a juzgar por su sordera.

- Querríamos hacerles unas preguntas, a cerca de lo ocurrido esta mañana, por si acaso hubieran visto algo o a alguien. - dijo forzando el tono y aprovechando que estaba cerca para intentar distinguir algún rastro de olor a vinagre en aquel hombre.

- Ustedes llegaron por el camino, ¿Cierto?. - pregunto aun sabiendo que alguien lo hizo a través de la nieve - ¿Se cruzaron con alguien? - El tono seguía siendo alto, para que Buiros entendiese lo que decía. No quería acercarse demasiado a Niradân, esa cara roja, parecía estar contagiado con la gripe roja, aunque le gustaría hacerlo por si era el que olía a vinagre, si es que alguno de los dos estaba implicado.

Espero a que contestasen mirando sus facciones, sus caras. Eran los principales sospechosos,

Cargando editor
04/11/2013, 22:06
Vârkim

Mientras Nagredog hablaba (o más bien alzaba la voz para que Burios le entendiera), Vârkim no perdía de vista a Niradân. Eran los principales sospechosos y si estaban en lo cierto, y les descubrían, puede que los granjeros intentaran huir o en el peor de los casos luchar.

También intentaba ver de forma muy disimulada si alguno de los dos olía a vinagre, aunque después de todo el día lo más seguro es que el olor ya se hubiera ido.

Cargando editor
09/11/2013, 14:20
Burios

No percibieron olor alguno a vinagre, más bien olían a granja, a campo y a vacas. Las cuales seguían paseándose tranquilamente al lado de ellos ajenas a lo que lo hablaban los hombres con los enanos.

-¿Y qué es lo que ha ocurrido?. -Preguntó Burios, que había estado intentando escuchar lo que el enano decía. -Yo lo único que hice está mañana fue ir a dejar la leche y luego volví a mis labores. - Aseguró.