Partida Rol por web

El camarote privado del comandante del Crucero de Combate AURORA es muy amplio y cómodo, amueblado con un estilo funcional pero no por ello carente de lujos... hasta resultar claramente excesivo para los gustos de su actual ocupante, William Adama, habituado a una frugalidad casi espartana.

En un momento indeterminado, mientras el comandante está en un periodo de descanso, oye una discreta llamada a su puerta que luego queda esperando pacientemente su respuesta. Al abrir, descubre con sorpresa que se trata de la doctora Laura Roslin.

- Espero que me disculpe por venir a comentarle esto en la privacidad de su camarote, comandante Adama - se excusa - Pero he pensado que el puente de mando no sería el lugar más adecuado para lo que pensaba proponerle...

Y aguarda una invitación formal a cruzar el umbral.

La habitación que me han proporcionado es un claro ejemplo del lujo que solo unos pocos pueden permitirse. Muy amplia, cómoda y, sin duda alguna, fría. No me encuentro nada cómodo en el lugar que debería ser mi hogar y preferiría estar todo el tiempo posible en la sala de mando. Sin embargo el cansancio y la duración del viaje me obligan a permanecer en mis aposentos varias horas al día, la mayoría de ellas aprovechadas para dormir. Tumbado en la cama trato de organizar la información que se me ha proporcionado cuando alguien llama a la puerta. Me sorprende la presencia de la doctora Roslin pero aún más sus palabras, que me pillan de improvisto -¿Qué? Si,si, claro, pase doctora-le indico con un gesto mientras le acerco uno de los cómodos sillones que las corporaciones me han traído.

La doctora agradece con una sonrisa el amable gesto:

- Gracias, comandante - toma asiento y continúa - Verá, he estado considerando las particulares características de esta misión, supongo que es perfectamente consciente de que entre la tripulación civil se han filtrado algunas cosas... - busca la forma correcta de expresarlo - Hay habladurías, desconozco si fundadas o no, de que esta misión podría estar amenazada por saboteadores, o terroristas... o váyase a saber qué - se encoge de hombros y resume - Los ánimos están un poco alterados, la gente está algo nerviosa...

Se remueve en su butaca, como si estuviese reuniendo valor para decir algo concreto:

- Iré directa al grano, he pensado que podría ser una buena idea hacer una revisión médica de todo el personal a bordo - razona con sutileza - que podría fácilmente encubrir una evaluación psicológica - alza una mano pidiendo un instante antes de que contestes - Soy consciente de que lo que propongo no está en el protocolo estandar, pero si lo piensa bien no comporta ningún riesgo y podría reportarnos importantes beneficios... tanto si hemos de descubrir algo fuera de lo normal, como si nos permite descartar cualquier potencial crisis nerviosa entre el personal embarcado en el Aurora...

Asiento ante las palabras de la doctora, agradeciendo que alguien tan capaz y competente como ella forme parte de la tripulación del Aurora. Su propuesta roza los límites de la ética que, como comandante y como yo mismo, no quiero traspasar. Sin embargo el realizar un estudio psicológico encubierto puede ser de gran beneficio y, la propia prueba, merece ser oculta para que no se manipulen los resultados. Si, he escuchado dichos rumores y, la verdad, me inquietan. Creo que su propuesta es adecuada, los hombres se sentirán mejor si se realiza una revisión médica, lo que podría mejorar su actitud y, a la par, podremos descubrir si su salud mental se encuentra en perfecto estado-respondo, reflexionando un momento añadiendo una nueva propuesta -pero temo que debo informar a los hombres de las coorporaciones y los miembros de la ONUG. Para mejorar la transparencia uno de ellos la acompañará durante la rutina o, al menos, tendrá acceso a grabaciones de ellas, siempre informando de antemano a los pasajeros.

La doctora Roslin parece un tanto contrariada por las condiciones impuestas.

- Existe algo que se denomina secreto profesional, comandante, la relación médico-paciente es un vínculo muy íntimo que debe ser respetado - argumenta bastante molesta - No tendría impedimento en compartir los resultados de esos exámenes físicos y psicológicos con otros profesionales sanitarios... y si encontrase patologías que pudieran suponer un peligro para esta nave o su misión, puede estar seguro de que lo pondré en su conocimiento inmediatamente, pues usted es la máxima autoridad a bordo... pero no pienso exponer mi trabajo a la gente de las Mega-Corporaciones - contesta airada - ¡De ninguna de las maneras!

Niego con la mano en respuesta a las indicaciones de la doctora -No se preocupe, creo que me ha entendido mal. Debo informar a las corporaciones y a los asesores de la ONUG de que vamos a hacer una revisión médica y una pequeña evaluación psicológica de los pasajeros, no por ello estarán con usted en su trabajo. Ahora bien, es posible que un asesor de la ONUG deba acompañarle en su revisiones, aunque no tenga que estar presente mientras las realice. Tómeselo como un secretario del que puede echar mano si en alguna ocasión necesita ayuda-respondo tratando de aliviar a la doctora pero sin dar mi brazo a torcer en lo que respecta a que un miembro de la ONUG esté cerca por si ocurre algo. Si la doctora Roslin sufre algún percance será una grave perdida para nuestra misión. Y para toda la humanidad.

Roslin se queda algo dubitativa... y entonces te sonríe y empieza a hablar. Su sonrisa es encantadora, transmite dulzura.

- La verdad es que no había pensado en la posibilidad de necesitar ayuda, comandante - reconoce - Pero puede que tenga razón, si realmente hay alguien que cumple el perfil que algunos sospechan y se ve descubierto... verá no estoy acostumbrada a esto, para mí lo normal es que el paciente acuda voluntariamente y de buen grado, para que le prestemos nuestra ayuda...

Entonces te tiende la mano y cuando respondes la estrecha con suavidad pero no sin firmeza:

- Comandante William Adama, acepto todas sus condiciones y le agradezco su buena predisposición ante mi oferta - y añade - La verdad es que no esperaba que esto fuera a ser tan sencillo y... tan cordial, teniendo en cuenta que debía tratar con el estamento militar. No sé, le imaginaba mucho menos accesible.

El agradecimiento es mío doctora, este tipo de iniciativas para cuidar la salud de todos los tripulantes es digna de admiración. Y siento si le he parecido sencillo de convencer, la próxima vez me haré más de rogar-respondo tratando de hacer un chascarrillo, algo impropio para mí y a lo que no estoy acostumbrado -Tenga en cuenta que en los viajes de larga duración la salud mental se ve afectada tanto o más que la salud física por lo que no son raros los chequeos de esta índole.

Entro a mis aposentos junto al enigmático agente Bester, un hombre eficaz cuya presencia cada vez me gusta más. Por fin algo bueno que proviene de Smith. Nada más entrar y cerrar la puerta indico al agente que se siente en uno de los cómodos sillones y hago lo propio en otro -Por lo poco que le conozco es usted un hombre que no se anda con rodeos y que capta la información con rapidez. Por tanto me gustaría ir al grano. ¿Cuáles son las razones por las que debo dejar suelto al doctor? ¿que opina de lo ocurrido?

Nada más entrar al camarote del capitán, no pudo evitar utilizar el breve momento en el cual el Comandante le da la espalda y aparta la mirada de su persona para pasar su mirada por el lugar. Todo era información. Desde el color elegido, la disposición de la habitación, cualquier decoración o enser personal... incluso si tiene algún utensilio de escritura sobre la mesa, saber si esta a la izquierda o la derecha para saber si es zurdo o diestro, y por lo tanto, que parte del cerebro tiene más explotada.

Todo es información.

- Mientras hablo con él, memoriza todos los elementos de la habitación, incluyendo su situación, color y uso. -

Nada más entrar, el Agente Bester llevó las manos a la espalda, con la que parecía ser su postura neutral, juntando ambas manos en una postura incomoda para la mayoría de la gente, pero por lo visto, no para él. Se limitó a asentir con la cabeza, educado y con buenos modales cuando el Comandante le dejó pasar, dedicando una mirada al camarote de Adama antes de centrar la vista en él. Y en cuanto señala uno de los sillones, aquel gesto, aquella forma de asentir con la cabeza fue algo más pronunciada que la vez anterior, caminando hasta el lugar señalado y esperando por educación que el primero en tomar asiento sea el hombre que tiene delante.

- Gracias. - Agradeció, tomando una postura bastante neutra, con las piernas rectas, las manos sobre las piernas y la espalda apoyada en el sillón.

- Es usted un hombre perceptivo, Comandante. Debo reconocer que así es. - Y esperó con paciencia a que el Comandante lanzara la pregunta del millón.

- El Doctor Kern carece del coraje o la iniciativa necesaria para realizar algún acto de sabotaje. Además, es un hombre lo suficientemente inteligente como para poder llevar a cabo un sabotaje a bordo sin dejar pista ni huella ninguna, pero el miedo al estigma social o la muerte le impedirían hacerlo. Eso sin contar que no mintió en su interrogatorio. En mi opinión, y a falta de gran cantidad de información, como interrogar a los demás testigos, ver las grabaciones de seguridad e inspeccionar la terminal, me atrevería a realizar la siguiente reconstrucción: El Doctor Kern se sentó en aquella terminal para consultar algo -no sé el que- y en cuanto apareció tal cuenta atrás, intentó huir por temor a lo que pudiera suceder.  -

Levantó un dedo, pidiendo un segundo de pausa. - En conclusión: es un hombre influenciable, esquivo, cobarde e inteligente. Juzgar a partir de aquí, es tarea suya, me temo. -

Lucy intentó memorizar todos los detalles de aquella habitación tal y como le había pedido su mentor. Por la decoración del camarote pudo deducir algunas cualidades del comandante Adama, pues esos toques elegantes, eran característicos de una persona ordenada, pulcra, y a la que le gustaba tener una buena imagen. Apostaba que ese hombre tan formal debía ser un seductor con las mujeres.

Sopeso la afirmación del agente antes de darle una respuesta -Por tanto el sospechoso más claro queda libre de culpa y tenemos ante nosotros un abanico de preguntas sin respuestas impresionante. Si puedo serle sincero no me gusta nada el cariz que están tomando las cosas, mi papel es comandar un nave y no evitar las telas tejidas por arañas en la oscuridad. Muchas gracias por todo agente, debo reflexionar. -concluyo invitándoles a salir.

- No queda libre el hombre más sospechoso. Solo el que es inocente. - Añadió el Agente con una media sonrisa, moviendo la mano en un gesto lento de lado a lado. - Siempre hay preguntas sin resolver, Comandante. De no ser así, no estaríamos aquí. - Afiló su sonrisa, desentrañar misterios, investigar, descubrir, correr el velo. No solo era su trabajo, también era algo de lo que parecía disfrutar.

- Por eso, pongo a su disposición mis habilidades como interrogador, Comandante. No me importaría seguir encargándome de esta investigación, o de colaborar con ella. Como ha dicho, usted tiene una nave que Comandar. Es por ello que así le dejo mi oferta. Medítela, no será necesaria ahora una respuesta. Es usted un hombre que medita las cuestiones. -

Se puso en pie, quitándose el guante, ofreciéndole una vez más la mano. - Ha sido un verdadero placer. Quedo a su disposición. - Y tras aquella despedida, se dispuso a retirarse una vez más a los pasillos junto a su ayudante.

Agradezco su ofrecimiento y le aseguro que lo tendré en consideración. Ha sido un placer contar con su ayuda-respondo estrechando la mano descubierta del Agente Bester antes de que este salga de mis estancias.

Uso mi busca para localizar a Joe Parker y pedirle que deje sus labores para dirigirse a mis aposentos. Mientras tanto preparo un par de copas sobre la mesa, dispuesto a mantener una buena conversación con el hombre del servicio.

Parker contesta al aviso con un cansino "Ya voy" y al cabo de un rato se presenta ante la puerta del comandante de la nave con un carrito de ruedas magnetizadas que contiene su equipo de limpieza. Sin duda, ha interpretado que le avisan por trabajo.

- ¿Comandante? - pregunta con cierto titubeo cuando abre y te encuentra en un camarote que parece en perfecto estado - ¿Para qué me han dado aviso?

Sin duda, no le dio mucho crédito a tus palabras cuando le propusiste tomar una copa contigo, como agradecimiento por haber localizado al sospechoso para interrogarlo...

Gracias por acudir con tanta celeridad Parker ¿puedo llamarle Joe? No soy muy aficionado a las bebidas, pero creo que una buena botella de vino tiene varios motivos para abrirse... como una celebración o un reconocimiento. En cualquier caso debe tomarse en compañía, a ser posible en una buena compañía. Y por ello le he llamado -le indico haciéndole un gesto para que se siente mientras lleno ambas copas- Esta nave es maravillosa ¿no cree? Tiene la última tecnología en cada una de sus funciones, usando materiales punteros y los sueños de los más grandes. Pero aunque nos parezca algo tan perfecto, de nada serviría sin una buena tripulación en su interior. Por suerte yo cuento con ella, cuento con hombres como usted. Le agradezco una vez más su actuación en el pasado incidente.