Partida Rol por web

Con un rugido de sus propulsores de hidrógeno, el Crucero Estelar AURORA abandona la Estación Orbital Nostromo y se pone en órbita geoestacionaria de la vieja Tierra, dispuesto a emprender la misión para la que ha sido construido.

Hay grandes esperanzas puestas en este pequeño grupo de valientes... y sus acciones en los próximos meses llegarán tener consecuencias mucho más trascendentales para la humanidad de lo que ellos mismos puedan creer en estos momentos. Pero no adelantemos acontecimientos, esta historia debe narrarse paso a paso, con cada pequeña decisión y cada nuevo giro de los acontecimientos...

La voz del Oficial de Comunicaciones resuena otra vez por la megafonía de la nave:

- A todo el personal, acudan a la sala común de la tropa y comedor de la nave - insiste - El Comandante Adama quiere dedicarles unas palabras...

A medida que el personal embarcado va llenando la sala, esta va quedando cada vez más saturada.

Nada menos que 27 personas flotando en gravedad cero, agarrándose a los asideros de las paredes y conduciéndose como buenamente pueden hasta su destino... no es de extrañar que se establezcan turnos de comedor para evitar aglomeraciones en la fila del dispensador de alimentos presurizados.

O resultaría difícil incluso encontrar un asiento a la mesa al que anclarse con el cinturón de seguridad.

Miles estaba frente a su "niño" comprobando que todo estuviera correcto junto con Ben, una de las primeras localizaciones que se había molestado en conocer en cuanto embarcó. Se encaminó de inmediato y permaneció al fondo de la sala mientras esta se llenaba, guardando silencio y sin llamar la atención.

Entro en la sala sintiéndome algo obligado, pues nunca me han gustado los discursos de bienvenida y la jubilación temporal no ha acrecentado mis ánimos ante tal tarea. Las arengas en labores vitales o el trato personal son algo con lo que me siento bastante mejor, ya que tienen un propósito claro o fomentan la camaradería y el bienestar.

Espero frente al personal hasta que se reúnen todos, algo más de veinte, lo suficiente como para que la estancia se encuentre bastante agobiada y mis ganas de partir al puente de mando aumenten. Escojo con cuidado mis palabras pues siquiera sé que datos de la misión conocen los presentes y prefiero no revelar demasiado.

- Señores, es un placer para mi estar aquí con vosotros. Como habéis podido observar la Aurora es una obra maestra de la humanidad, fruto de las mayores mentes y de los mejores recursos que las grandes corporaciones pueden reunir -comienzo pese a saber que la sala no es la más indicada para hablar de los privilegios de la nave- Sé que muchos de los aquí reunidos no conocen todos los detalles de la misión que se nos ha encomendado, puede que siquiera conozcan una parte, pero tienen mi palabra de que lo que está en juego es algo que beneficiará a toda la humanidad. Creanme cuando les digo que es todo un honor volver al servicio activo en estas condiciones y, con ello, no me refiero al laboratorio de alta tecnología que tenemos en la Aurora, a su puesto de mando con las mejores herramientas de navegación o a un reactor con un potencial nunca visto. Me refiero a ustedes, señores, pues las corporaciones han reunido en este lugar a los mejores en cada una de sus funciones.

Dejo unos segundos mientras miro los rostros de la tripulación, jurándome a mi mismo el conversar con cada uno de ellos mientras llegamos a nuestro objetivo- Ustedes son lo mejor que puede aportar la humanidad, la cúspide de diversas áreas que son necesarias para nuestra conquista del espacio. Les puedo asegurar que, pese a la posible dificultad de la misión, no tengo temor alguno... pues cuento con los mejores bajo mi mando, con todos ustedes. Espero que disfruten de las instalaciones, del viaje y de la compañía, tanto como yo lo haré. Bienvenidos a la misión que cambiará el futuro de la humanidad.

Concluyo mi pequeño discurso de bienvenida siendo consciente de que he dejado demasiadas cosas de cierta importancia de lado y que he podido repetirme en exceso. Pese a ello no le doy importancia pues es un mero discurso sin preparar con un valor mínimo, aunque espero que motive a los oyentes lo suficiente como para que mantengan una conducta de cooperación durante el viaje.

-Muchas gracias Comandante, dijo como ejerciendo de anfitrión.

-Mi nombre es Smith, John Smith, y en nombre de la Weyland-Yutani y en el mío propio quiero darles la bienvenida a esta nave. Espero que la misión se resuelva de manera rápida y sin contratiempos.

-Como ha dicho nuestro apreciado Comandante Adama, confiamos plenamente en ustedes, miró de reojo a Wray y enarcó de manera prácticamente imperceptible la ceja en ese momento ¿Qué querrá decir?- ya que han sido escogidos por sus excelentes capacidades.

-Por favor no duden en ponerse en contacto con nosotros ante cualquier aspecto que pueda ser mejorado, dijo de manera bastante comercial.

-Muchas gracias. Apostilló a modo de despedida.

-¿Volvemos la puente comandante? He de comentarle un asuntillo sobre el trayecto... dijo a Adama de manera algo reservada.

La Consejera Wray mantuvo una sonrisa amable durante el discurso de su "compañero" el señor Smith. Cuando este terminó el discurso dio un leve cabeceo hacia el Comandante Adama para pedir a su secretaria, sin mediar palabra, que acompañara a los hombres al puente de mando.

- Asegúrate de que tengan toda la información que puedan necesitar a su disposición... - mencionó a media voz, antes de que Vickers pudiera alejarse, en un tono arrastrado y sin apartar la mirada de Smith.

- No les entretendré mucho más - tomando la palabra mientras el Comandante se retiraba - el personal militar, que tan eficientemente vela por nuestra seguridad, puede retirarse ya. Seguro que disfrutarán del reconocimiento inicial de la nave. En cuanto a los demás, necesitaría unos minutos de su tiempo. 

La Consejera esperó a que el personal militar abandonara el lugar, así como el Comandante, Smith y su propia secretaria. Eso haría sin duda de la sala un lugar más cómodo y "amplio".

Gaius escuchó impertérrito el discurso de los dos hombres que lo habían traído –prácticamente a rastras- hasta allí, mezclado entre los presentes. Una misión de suma importancia para la humanidad, claro, pensó amargamente. Y qué proporción de su alma habría vendido la humanidad a las corporaciones para persuadirlas de que hicieran un desembolso tan grande de recursos. Si algo estaba claro era que no se trata de filántropos bienintencionados.

Tenía que haber algo más tras la fachada del tal Mr. Smith y de la Consejera Wray para que también les acompañasen en este viaje. No se creía que fuesen sólo a supervisar a las tropas.

Justo cuando el corporativo terminó de hablar, la consejera tomó la palabra para pedirles a los civiles que se quedasen.

Interesante, se dijo mientras se aproximaba a la consejera. A ver qué tiene que añadir a este endiablado galimatías.

Estábamos flotando en gravedad cero, disimule intentando no moverme, como si no hubiera sido entrenada para luchar en estos entornos.

- Espero que haya gravedad pronto, esto me revuelve el estomago.

Era mentira pero había que disimular, no seria muy creíble que una secretaria tuviera entrenamiento de gravedad cero.

Escuche con poco interés el discurso del capitán. Nunca me gustaron las arengas, siempre habia pensado que el que la decía era el primero que necesitaba escucharla.

Pero en algo tenia que darle la razón, algunos eramos lo mejor que la humanidad podia ofrecer. En mi caso era verdaderamente lo mas avanzado en ingeniera genética humana, sin reparar en gastos o en lo que yo quisiera hacer. Una vida de esclavitud.

-Viva la humanidad y sus putos logros. Pensé con amargura.

Después del Capitán hablo el cretino de Smith. Se había adelantado a Wray, el primer discurso de quien mandaba de verdad era importante y por ahora este tanto se lo había apuntado la WY.

Vi el gesto amable de Wray. Puro teatro sin duda, habría llegado a mi misma conclusión. Se giro un poco hacia mi y me susurro que tuviera todo preparado.

- Joder que me toma por su secretaria de verdad. Mierda de trabajo.

- Desde luego Señora Wray. Y marcha a realizar la tarea que había pedido.

Estábamos flotando en gravedad cero, me movía con cierta torpeza intentando no chocar con algo.

- Espero que haya gravedad pronto , esto me revuelve el estomago.

Escuche el discurso del capitán. Mientras observaba a los presentes.

Después del Capitán hablo el Consejero Smith. Se había adelantado a Wray, el primer discurso de quien mandaba de verdad era importante y por ahora este tanto se lo había apuntado la WY.

Vi el gesto amable de Wray. sin duda , habría llegado a mi misma conclusión. Se giro un poco hacia mi y me susurro que tuviera todo preparado.

-Desde luego Señora Wray. Y marcha a realizar la tarea que había pedido.

Asiento con la cabeza a la proposición de Smith y me dirijo a los allí reunidos antes de partir -Me gustaría hablar con algunos de ustedes durante el viaje, creo que tengo mucho que aprender de vosotros y necesito contrastar datos de la misión con sus conocimientos y habilidades.

Bla, bla, bla, bla, bla.

Discursos, y más discursos. Palabras vacías. Que si que buenos éramos. Que si cuánto nos agradecían nuestra presencia allí. Que si palmadita en la espalda, que si más agradecimientos varios...

Pura morralla todo, teniendo en cuenta que seguía sin saber por qué demonios alguien había decidido que mi presencia en aquella nave era indispensable.

Solo hubo una frase interesante en todo el discurso de Adama: "Laboratorio de alta tecnología"

Música para mis oídos, sin duda. Una media sonrisa se dibujo en mi rostro, al tiempo que mi mente ya formaba imágenes de aquel paraíso a bordo de aquella nave.

Y mientras mi mente volaba, terminaron los discursitos, aunque Adama aseguró que quería hablar con "algunos de nosotros". ¿No podía ser un poco más específico?

Sin embargo, Wray ya lo fue por él. Otra vez quería hablar con nosotros. ¿Para qué, si luego no decía nada?

Suspiré, en un gesto de infinita paciencia.

Tan solo esperaba que en aquella ocasión fuera algo más.... elocuente, que la vez anterior.

Como el movimiento de gente flotando por ahí, unos con más gracia y armonía que otros, no acaba de despejar la sala común de testigos incómodos... Wray termina por perder la paciencia y propone una solución alternativa:

- Mejor será que mantengamos esta reunión en otro lugar - propone secamente - Que los doctores McKay, Kavanagh y Kern me acompañen a mi camarote personal, lo mismo que la Dra. Roslin y su asistente Wallace - se impulsa con los brazos para empezar a levitar en la ingravidez reinante hacia la salida, pero en el último momento añade una nueva invitación - Y también debería venir usted, Dr. Baltar, a fin de cuentas no es militar y por tanto responderá ante mí, como Directora de Recursos Humanos...

El Crucero de Combate AURORA por fin se moviliza, aunque por ahora está empleando únicamente sus propulsores químicos de hidrógeno y no el reactor de fusión nuclear, de lo que se deduce que éste va a ser un trayecto corto.

Y en efecto, en unas pocas horas llegáis ante una estación del Cinturón Orbital Terrestre que en las pantallas de datos se identifica como un laboratorio científico destinado a la observación de las erupciones solares, para prevenir su posible interferencia con las señales de radiofrecuencia.

Por lo visto vais a permanecer en órbita geoestacionaria unas horas, mientras el hombre de la corporación, ese tal Smith, su secretaria personal y uno de los marines coloniales, que les hace de piloto, se acercan a la estación orbital con una de las lanzaderas Tintorera.

La lanzadera accesoria de clase Tintorera regresa a la AURORA pilotada por el soldado de primera Jonh Crichton, realizando un acoplamiento impecable en la exclusa de estribor.

Y trae a más gente de la que partió. Junto a Mr. Smith y su secretaria, llegan dos individuos más que han recogido en esa estación orbital científica, dedicada según os han dicho al estudio de las erupciones solares y su posible interferencia con las ondas electromagnéticas y las telecomunicaciones subespaciales.

Aunque ninguno de los recién llegados parece un científico. Uno es un hombrecillo menudo y discreto, siempre muy comedido. La otra, una joven bastante atractiva pero poco habladora que no parece separarse nunca de su mentor.

Tras el breve recorrido de vuelta hasta la nave principal, Smith agradece a Crichton su trabajo y le despide. Acto seguido se dirige, acompañado de Monnipenny y dos personas más, hacia el puente de mando.

Esta es una nave magnífica, resulta evidente que dispone de la mejor tecnología que puede comprar el dinero de las Mega Corporaciones. Aunque buena parte de la tripulación pertenezca a la Armada Estelar, es obvio que esta misión está financiada por quienes tienen el verdadero poder en la despiadada y competitiva sociedad del siglo XXIII.

Un inesperado incidente en el laboratorio científico, al parecer de naturaleza informática, ha hecho saltar la alarma entre los presentes en el puente de mando del AURORA, que ahora se dirigen hacia allí con el comandante Adama a la cabeza.

Todos los miembros del estado mayor, es decir los oficiales de la nave, llevan en su uniforme un localizador que permite monitorizar su posición a bordo en todo momento, por si fuesen requeridos en una emergencia. Por ello, el mensaje dirigido al comandante resuena en uno de los comunicadores del pasillo de proa de la cubierta superior, justo antes de que lleguen al ascensor y las escaleras accesorias de servicio.

- Aquí Young, el problema ha sido controlado por el momento, aunque todavía no conozco su verdadero alcance - y añade - Recomiendo localizar e interrogar al Dr. Kern.

Todo el mundo a bordo puede oír un comunicado por megafonía:

- Aquí el Mayor Tigh, a todo el personal de la nave, localicen de inmediato al Dr. Kern y "escóltenlo" al puente para ser interrogado acerca del reciente incidente informárico.

Su tono de voz era seco y cortante, no ha sonado nada amable...