Partida Rol por web

TITAN

La trastienda

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03/06/2017, 11:37
Director

No solo tendréis pxs con los que podéis subiros la ficha, si no que, si conseguís completar las misiones y hacéis alguna tarea extra conseguiréis un mejor puntuaje individual que se os dará para mejorar, pedir por encargo o comprar armas, armaduras o extras que serán íntegramente vuestros. 


En este caso, podréis hablar con el maravilloso hombre que os atenderá. No hace falta que gastéis solo puntos de misión con él, si necesitáis cualquier cosa, armas, municiones, información, o lo necesario para un plano a medida para alguna equipacion o incluso que os la hagan él tiene los contactos siempre y cuando hagáis un intercambio que beneficie a todos los implicados.

Notas de juego

Como todos estáis en misión se pueden crear escenas en las que visitáis La trastienda para pedir cosas en un tiempo prefijado con el vendedor (en el caso de objetos) que recibiréis cuando volváis de la misión. Depende también de lo que se pida y el tiempo que requiera, no es lo mismo pedir un tipo de munición que una armadura personalizada. 

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21/07/2017, 00:53
Michael Doe

La Trastienda no era su nombre oficial, era sector A.34, Departamento Agregado de Logística, Subdivisión de Armas y Equipo, pero aquello era un nombre largo, y cada vez que alguien mencionaba a donde iba a ir provocaba un entornamiento de ojos y si por algo eran conocidos los funcionarios de Titán era por no hacerles ninguna gracia perder el tiempo con denominaciones excesivamente largas asi que, debido a su ubicación en la parte anterior de uno de los almacenes de equipo, empezaron a llamarlo, familiarmente, como La Trastienda y ahí se quedo el nombre, mencionándolo ocasionalmente incluso en informes oficiales de esa manera.

En este lugar cualquier soldado, científico o civil podía pedir equipamiento extra para sus misiones, desde alguna pistola menos pesada pasando por un carísimo y sofisticado microscopio electrónico cuántico de lentes trifocales (sea lo que sea eso), siempre y cuando uno disponga de nivel suficiente y sus superiores se lo permitían. Pero la verdad sea dicha, no funcionó nada bien al principio, y un desfile de hombres y mujeres pasaron por sus puertas hasta la llegada de Michael Doe hace no demasiado tiempo. Desde entonces funciona como si fuera un reloj, preciso y bien engrasado, consiguiendo la equipación que va solicitándose con las especificaciones que así se desean sin suponer un dolor de cabeza a los superiores, y eso a pesar de que entrar en este lugar es como entrar en lo que parecería mas el salón de algún grupo subversivo o de rebeldes, con cajas de armas y equipo desperdigadas, una mesa siempre repleta de artilugios de limpieza con algún arma desmontada, y un cenicero lleno de colillas.

Por que así es, da igual en que momento se vaya, siempre encontrarán al señor Doe apunto de encenderse un cigarrillo justo cuando las compuertas se abren para que entre el siguiente soldado (o civil) para pedirle algo o recoger algo y, a pesar de las colillas, la estancia no huele a tabaco hasta que se enciende su maldito cigarro, impregnando la pequeña sala con un olor dulzón a nicotina, alquitrán y a saber que más. Al menos, para quienes ya han ido en otras ocasiones, parece que a Doe no le importe que se sienten en el viejo sofa de cuero que hay casi al entrar o que usen una vieja máquina expendedora de bebidas que usa algún tipo de monedas antiguas de metal (monedas que Doe vende a un módico precio), ni tampoco le importa hablar o dar consejos a aquellos que vengan a visitarle, porque si algo se le da bien a este hombre es hablar, con una voz seria, educada, pero sobre todo cabal, con una ligera sonrisa, la sonrisa de aquellos que saben a donde quieres llegar pero que cortesmente te dejan continuar para que llegues tu solo a esa conclusión.

Pero, y he aquí un pero, ¿por qué no está mas concurrida la Trastienda? Fácil, lo primero porque nada es gratis, todo tiene un precio como bien lo suele recordar el señor Doe, lo segundo, Michael Doe no tiene blanco de los ojos, son completamente negros, y su iris, aunque de diferente tono, se puede decir que también lo son, y cuando alguien te mira con esos ojos, por suerte, o por desgracia, viejos instintos afloran, trayendo a la memoria del subconsicente cuando nuestros antepasados vivían en cavernas con apenas la luz de una fogata y las sombras, las malditas sombras, que acechaban en el umbral entre la luz y la oscuridad, esas sombras que en  cualquier momento parecen que vayan a desgarrarse para dejar paso a viejos horrores, te mirasen con esos mismos ojos.

Notas de juego

Bien, esta es la escena de trastienda (lo se, soy el Capitán Obvio xD), asi que vamos con ciertas reglas/peculiaridades:

1º) Cualquier jugador, esté o no de misión, puede rolear aquí y se considerará que ha sido un roleo previo a sus misiones, pero el equipo que se consiga siempre será para la siguiente misión (es decir, si ya estas de misión se considera que el equipo que solicites llegará para la siguiente) y dependiendo de lo que sea podréis usarlo solo en esa misión o podran conservarlo en el complejo para otras misiones.

2º) El ritmo de posteo es de un día a la semana, siendo de miércoles a miércoles (yo os contestaré, por norma, los jueves), pero eso no quiere decir que no se pueda postear más o que os postee antes del jueves la contestación.

3º) El equipo que se me solicite (o que se ofrezca) requerirá de que tengáis puntos por misiones adquiridas, tratos hechos con algún PNJ o con Doe, y/o que vuestros superiores os lo concedan. ¿Qué quiere decir esto? Fácil, que no existe una sola forma de conseguir equipo y que depende, aun teniendo "fondos" para ello y cumpliendo los requisitos, que la Directora de Juego de luz verde al equipo (la primera criba es conmigo, la segunda de ella).

4º) No soy un jugador, pero tampoco soy un narrador, llevo un PNJ, así que tenedlo en cuenta porque a términos de reglas la palabra que cuenta es la de la Directora de Juego, si ella dice que ese arma hace un 1d10 y no 1d20 así será.

En fin, eso es todo, espero que sigamos leyéndonos por aquí y recordad interpretar aquí también :P.

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23/07/2017, 13:39
Marko Deus

Avance por los pasillos en direccion al habitaculo denominado oficiosamente "La trastienda", sabia que ahora mismo no andaba sobrado del tipo de pago que el señor Doe solia requerir de inicio, pero eso no quitaba que pudiera simplemente ir a hacerle una visita y comprobar su estado de animo. Al igual que todos tenia uno, mas enmascarado por su forma de ser de lo que la gente creia posible, pero estaba seguro de que estaba alli, oculto tras unos ojos que atemorizaban a la mayoria... mientras a mi solo me traian recuerdos de otra epoca lejana.

El contacto escaso que habia tenido con él, me habia revelado eso, o quizas solo fuera su manera de manipular a los demas mientras jugaba sus cartas tras el lugar que habia decidido tomar... el agente de Asuntos Internos. La puerta se abrio revelando la figura del hombre al que venia a ver, mientras por su postura encendia un cigarro, sin duda era iconico que siempre que se abriese la puerta estuviera de la misma forma. Sonrei mientras cruzaba el umbral, cerrandose la puerta detras de mi. - Buenas tardes, señor Doe. ¿Va bien el negocio? - Una broma, una forma simple de entablar relacion con un hombre que habitualmente aprecia saberlo todo de todos en cualquier momento... cualquier diria que incluso Titan estaba bajo sus auspicios algunas veces.

Mis ojos pasaron del hombre a la sala. Los articulos que habian alli eran de todo menos estandars. Modificaciones para armas de largo alcance y corto, trozo de armaduras con nuevos tipos de materiales e incluso escudos de combate que conocia bien. Sonrei para mi mismo, llevaba tiempo detras de ciertos articulos, pero el coste era excesivo principalmente porque no me gustaba dejar las cosas a otros, la propiedad y mantenimiento de mis armas lo hacia yo mismo... por absurdo que pudiera parecer, los viejos habitos no morian facilmente. Avance entre las diferentes mesas, esquivando algunas de ellas que estaban ligeramente por medio, deteniendome algunos segundos en inspeccionar esta o aquella arma, habitualmente siempre de filo o similares. Mi especialidad era bien conocida por el dueño de esta tienda, asi que simplemente no hacia falta ir con rodeos o intentar timarla en cuanto que tipo de articulos realmente me interesaban. Vi un nuevo tipo de espada, el filo parecia ser casi molecular o al menos lo bastante afilado apra cortar cosas que no deberia. Lo señale, mirando al dueño para ver si podia cogerlo y probarlo, si lo permitia daria un par de pases con él, antes de dejarlo en su sitio y acercarme por fin a la mesa, con una ampia sonrisa mientras esperaba que me contestase.

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23/07/2017, 14:08
Michael Doe

La sala, una vez dentro, contrastaba con el orden que dominaba todo en el complejo, era caótica, desorganizada, aunque no sucia, solo "abandonada". En la pared sobre la mesa, donde posaban algunas piezas de armas bajo mantenimiento, había una placa que rezaba "Somo esclavos de la ley para poder ser libres", escrito en relieve sobre una pulida placa de metal que había visto tiempos mejores. En un lateral, sobre un archivador antiguo con su pequeña cerradura, había una foto deslustrada con un grupo de combatientes, una treintena, con uniformes de faena y piezas de armaduras desgastadas, como recién vueltos de alguna misión, sonriendo ante el cámara, con esa sonrisa tan común en las fotografías, algunas sinceras, otras forzadas y, unas pocas, inexistentes, ya que habían recortado algunas cabezas dejando el hueco vacío. En el suelo, al pie de ellos, lo que parecía algún trofeo, algo de gran tamaño, pero que la cámara no había enfocado bien y estaba emborronado.

Doe sonreía en esa foto, y también ahora, siempre sonreía, de esa manera comedida, con un ligero alzamiento de la comisura de los labios, no tan tenue como para parecer desdeñosa ni tan amplia como para ser exagerada. Claramente era una sonrisa ensayada, controlada hasta el milímetro para transmitir una educada y ligera empatía. Nada más, ni nada menos. Y todo ello mientras daba una suave calada a su cigarrillo, expulsando lentamente el humo, inundando la sala de ese olor dulzón en apenas unos instantes mientras se levantaba de la silla y saludaba con una ligera inclinación de cabeza, sin intención en un primer momento de tenderle la mano o cualquier otro gesto que requiriese contacto físico. Si, había sido extraño, por un momento veías la foto y casi creías que él se había movido en ella, pero no, era su yo real en esta sala lo que se había movido, una ilusión óptica por la oscuridad y el ambiente enrarecido del humo del tabaco. Un poco inquietante, un poco extraño, pero esa trastienda, desde la llegada de Michael Doe, había comenzado a tener una ligera fama de lugar extraño, de gente que entraba sonriendo y salían pálidos, o de gente furiosa que la abandonaba con gesto de haber encontrado cierta paz.

-Señor Marko Deus, cuanto tiempo -su voz, tan comedida como su sonrisa, te arranca de la extraña ensoñación devolviéndote a la vida real, mientras que con un ligero alzamiento de la mano con la palma hacia arriba te invita a coger la espada- Cuidado con romper algo, el que rompe paga, pero adelante, no se corte... -sonriendo con el doble sentido de la frase, señalando a posterior la maquina de bebidas y una cafetera que descubre tras una tela algo sucia- ¿Un refresco o un café? La primera vez invita la casa, aunque creo que por donde viene lo suyo sería un vino especiado, puede que tenga algo por ahí... -mirando a su alrededor como buscando algo entre todas las cajas, objetos y repisas donde se acumulaban diferentes artilugios en diferentes estados de montaje- Espero que perdone el desastre, pero como verá tengo mucho trabajo y no demasiado espacio, ¿qué le ha traido por aquí? Oh, y perdone mis modales, puede sentarse si así lo quiere -mientras se apoya contra la mesa, observando los movimientos y fintas de Marko con estudiado interés.

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23/07/2017, 16:02
Marko Deus

La primera cosa que llamo mi atencion fue una placa de metal, ajada, antigua pero donde aun podia leerse un singular texto en ella. "Legum servi sumus ut liberi esse possimus" Por supuesto no estaba escrito en ese idioma pero aun asi sin darme cuenta mi mente lo tradujo literalmente a mi lengua natal. Me sonaba sobremanera quizas por eso esa traduccion, no tenia claro si era de mi mundo o de este, pero sabia que era un escritor, y hasta ahi llegaba mi memoria. Tenia mucha logica, eran la sreglas de la civilizacion, impuesta por hombres y cuyo yugo para permitir vivir libre entre sus muros, era nada mas que las leyes que ellos mismos escribian. Tenia su gracia, su ironia. Apenas saque una sonrisa mientras caminaba entre el desastre que era el lugar, no es que me molestara, creia realmente que a traves del caos se generaba el orden y cada uno tenia derecho a tener su casa o su lugar de trabajo como mas se adecuase a su mentalidad.

Mientras me adentraba en su santo santorum, pude ver una foto, encima de uno de los archivadores. Era antigua y alli un individuo muy similar al que tenia delante salia posando con unos compañeros, con la misma sonrisa exacta y con el mismo aspecto que tenia ahora. Casi como si fuera una copia tridimensional, pero que tambien indicaba que si no ahora, antes habia sido un explorador del multiverso, la criatura desenfocada era sin duda un trofeo... porque ningun animal de los de este mundo merecia tanta atencion por parte de los guerreros que salian en esa imagen.

Salude con una sonrisa, una mas amplia que la de él, pues no solia medir tanto mis gestos. Sus palabras cuando tome la espada eran las de siempre, nada nuevo en ese sentido, aunque ese leve toque ironico al final me hizo sonreir de mas mientras le miraba. - Veo que aun conserva su sentido del humor señor Doe. - Yo mismo habia reido por lo bajo, no sintiendome en ningun momento molesto por su juego de palabras. La espada silbo un par de veces en el aire mientras cogia la medida del peso y el equilibrio, como todo lo que habia en este lugar, su calidad era exquisita... era algo que sin duda podia notar solo empuñandola. Mi gesto de asentimiento sin duda revelaba mi disfrute por un arma asi, aunque no fuera del estilo que preferia, sabia apreciar una obra de arte cuando la tenia delante. El señor Doe hablo entonces mostrandome el cafe, el refresco o sugiriendo algo diferente, mas especial, mas melancolico. - ¿Vino especiado? Hace tiempo que no pruebo uan exquisitez asi. Si bebe conmigo una copa señor Doe, aceptare sin duda el vino especiado, sino debo declinar. - Suponia que debia saber quien era o de donde venia tras el archivo que habia dado a Mona, pero quizas no y todo era un juego. Buenos mientras no dijera mas alla de lo necesario, eso no debia ser un problema.

Negue con la cabeza ante sus disculpas. - No os preocupeis por el desastre, si lo viese todo bien amontonado y en su sitio probablemente me preocuparia. Que tengais extra de trabajo, sin duda indica lo mucho que estais solicitado... y lo bien que va el negocio. - Avance hasta encontrarme, de lo que recordaba no era dado al contacto directo, asi que no ofreci mi mano, solo mi sonrisa mientras aceptaba su invitacion a sentarme, mientras escuchaba la pregunta que todos temian y ansiaban por igual. - La verdad es que en cierta forma disfrutar de su compañia, pero tambien hablar, pues es asi como se llega a acuerdos o se negocia despues de todo. Yo se lo que quiero señor Doe, pero me preguntaba si usted tenia algo en mente, en lo que necesitara ayuda de algun tipo. - Lo mas seguro es que quisiera escuchar primero que queria yo, pero no perdia nada intentando que fuera él quien emepzara la negociacion... ademas de que efectivamente disfrutaba de la extraña compañia de este hombre. Esos ojos me ayudaban a recordar.

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23/07/2017, 23:29
Michael Doe

No dijo nada mientras apartaba otra tela sobre lo que parecía una caja, para revelar un mueble de madera perfectamente tallado, con filigranas de antiguos soldados con escudos y lanzas intentando derribar a alguna especie de monstruo de múltiples cabezas a cuyos pies descansaban los cuerpos de los anteriores que lo habían intentado. El mueble, claramente, era antiguo pero estaba perfectamente restaurado, y casi se podía oler la madera fresca recién pulida trayendo recuerdos de manos callosas arrastrando una y otra vez una vieja y antigua lija de piedra, olor que casi predominaba sobre el del tabaco al abrir las delicadas portezuelas de este, revelando en su interior no solo algunos recipientes antiguos de arcilla, sellados con cera de abejas, también había quesos y pasteles de dátiles, frascos con leche agria y, curiosamente, en el marco interior superior de la madera, imposible de ver si no se abrían las pequeñas portezuelas, una frase grabada delicadamente con algún instrumento afilado. "Cuiusvis est errare; nullius nisi insipientes, in errore perseverare". Era como abrir una capsula del tiempo, y, probablemente, cada pequeña porción costara una pequeña fortuna. De su interior sacó el frasco, sirviéndolo en un par de tazas de cerámica desvencijada, esparciendo un ligero aroma a vino caliente, fuertemente especiado. Si, antiguo era lo que más venía a la mente... una foto antigua, un mueble antiguo, cosas que contrastaban con las armas, las municiones... parecía más la cueva de un contrabandista en los faldones de una montaña alejada de la civilización pero que a su vez parecía un oasis donde se mezclaban tanto lo bárbaro como lo refinado, lo salvaje con lo civilizado.

-Con suerte no se habrá avinagrado Marko. ¿Puedo llamarle Marko? Siempre es mucho mas relajado tutearnos, sobre todo si vamos a compartir un vino como viejos camaradas que van a sentarse uno frente a otro a contarse viejas batallitas... -alzando ligeramente la mano con esa leve sonrisa- Y antes de que piense sobre ello, lo se, no somos viejos camaradas de armas, pero dentro de algunos años, quien sabe si lo seremos y esta será una buena historia de la que recordar -dando un ligero trago a la copa, saboreándolo- No, no se a avinagrado -dice ligeramente sonriendo algo más.

-En las antiguas tradiciones se decía que si el vino se avinagraba antes de un trato era que los viejos dioses no deseaban que el trato se llevara a cabo entre los mortales y estos, para poder ganarse el favor, debían de entregar un tributo en los templos para que la siguiente vez tuviesen el beneplácito en los caprichosos designios de tan vastas entidades... Todo un cuento realmente, motivado por el propio comerciante aliado con los sacerdotes, para que estos, a cambio, elevaran las plegarias para que la fortuna siempre fuera propicia para el comerciante... -el humo de su cigarrillo, mientras hablaba, formaba pequeños aros que desaparecían ante su aliento cuando alargaba ligeramente las palabras tras aquellos puntos suspensivos que parecían pequeñas pausas para meditar sobre lo que iba diciendo- Piense sobre esa historia y lo que significa, seguro que llegará ante una interesante conclusión sin mi ayuda.

-Ah, el humor. El humor nunca debe perderse, como mis antiguos colegas en esa foto y yo mismo podemos dar fe de ello. ¿Sabe que sonreían a pesar de que eran conscientes de que la fatalidad rondaba entre ellos, de que algunos morirían esa misma noche y más a lo largo de los meses? El humor los mantuvo cuerdos, o al menos con el ánimo algo más encendido, se sentían más vivos que nunca y se excedían más que nunca. Se atrevieron con seres que harían temblar al más veterano de los cazadores, retozaban con hombres y mujeres durante toda la noche como si fueran curtidos amantes y comían y bebían como para saciar a familias enteras -mientras hablaba gesticulaba con energía, transmitiendo las sensaciones que describía, casi transmitiéndote con su forma de hablar y sus gestos aquellas sensaciones, el alivio tras el agotamiento de la batalla librada y sobrevivida, la excitación del climax de los amantes tras descubrir cada rincón de su cuerpo por primera vez o la satisfacción del banquete tras una jornada agotadora- pero todo era una máscara, un autoengaño, un conjunto de sensaciones llevadas al extremo para ocultar una única sensación... La de la muerte exhalando su frío aliento en sus nucas, cada vez más cercana, cada vez más terrible, cada vez más íntima -inclinando el torso hacia Marko lentamente mientras hablaba, resultando sus ojos tan perturbadores como si fueran realmente un abismo donde sus antiguos camaradas hubieran perdido la vida o, tal vez, sus propias almas inmortales, como si sus propias muertes hubieran sido grabadas en ese negro espejo que debía de haber tenido un iris coloreado, y esa cercanía, esa diferencia entre lo natural y lo perturbador, hacía que la habitación pareciera cada vez mas menguante, como si el aire le oprimiera el pecho, y él fuera a rebanarle el cuello, tal vez con la botella... para luego desaparecer tal y como vino esa sensación cuando, con gracia, dio un ligero toque al cigarro con el indice y tiro la colilla en un recipiente gastado, al lado de Marko, que debió de contener un sandwich, para luego reirse ligeramente, aliviando la tensión- Disculpe, no se perturbe por mi charla, tiene un sentido que le cuente esta historia, y es la de que es fácil engañarnos a nosotros mismos y a los demás, pero lo que yo puedo desear es algo que ya sacié tiempo atrás como puede darse cuenta si se fija bien en esa foto y, por ahora, en mi mente no puedo decir si tiene algo que pueda resultar de ayuda o no, pero me baso en una máxima, y es que nada es gratis, ya que si lo fuera, perdería su valor, por ello, si debiera de tener algo en mente, debo de saber el valor de lo que debo conseguirle, asi que digame... ¿qué es lo que desea? ¿Qué busca en mi pequeño oasis? Y piénselo bien, muchos cometen el error de pedirme cosas que realmente desean, para luego, al salir, darse cuenta que podrían haberme pedido no lo que desean, si no aquello que necesitan. Asi que le reformularé mi pregunta, ¿qué necesita de mi Marko?

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26/07/2017, 21:50
-MUERTO-Brock Keihana

camino tranquilamente, mirando en todos los cartelitos -joder donde coño esta esto de la trastienda espero que sea una dependencia y no la parte de atrás de una tienda apestosa, después  de unos 5 minutos de juramentos, encuentro   la trastienda ,miro alrededor y entro en el local espero que se cierre la puerta y observo todo lo que hay en la tienda, Hola buenas

Notas de juego

ves a un tío de mas de  215 cm , musculado y con la cara quemada. sabes que es un tío con poca paciencia, que entra en cólera a la "minima"

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27/07/2017, 21:11
Michael Doe

La sala, una vez dentro, contrastaba con el orden que dominaba todo en el complejo, era caótica, desorganizada, aunque no sucia, solo "abandonada". En la pared sobre la mesa, donde posaban algunas piezas de armas bajo mantenimiento, había una placa que rezaba "Si vis pacem, para bellum" y, debajo, su traducción, "Si quieres paz, prepárate para la guerra" ambos escritos en relieve sobre sendas placas pulidas de metal que habían visto tiempos mejores. En un lateral, sobre un archivador antiguo con su pequeña cerradura, había una foto deslustrada con un grupo de combatientes, una treintena, con uniformes de faena y piezas de armaduras desgastadas, como recién vueltos de alguna misión, sonriendo ante el cámara, con esa sonrisa tan común en las fotografías, algunas sinceras, otras forzadas y, unas pocas, inexistentes, ya que habían recortado algunas cabezas dejando el hueco vacío. En el suelo, al pie de ellos, lo que parecía algún trofeo, algo de gran tamaño, pero que la cámara no había enfocado bien y estaba emborronado.

Doe sonreía en esa foto, y también ahora, siempre sonreía, de esa manera comedida, con un ligero alzamiento de la comisura de los labios, no tan tenue como para parecer desdeñosa ni tan amplia como para ser exagerada. Claramente era una sonrisa ensayada, controlada hasta el milímetro para transmitir una educada y ligera empatía. Nada más, ni nada menos. Y todo ello mientras daba una suave calada a su cigarrillo, expulsando lentamente el humo, inundando la sala de ese olor dulzón en apenas unos instantes mientras se levantaba de la silla y saludaba con una ligera inclinación de cabeza, sin intención en un primer momento de tenderle la mano o cualquier otro gesto que requiriese contacto físico. Si, había sido extraño, por un momento veías la foto y casi creías que él se había movido en ella, pero no, era su yo real en esta sala lo que se había movido, una ilusión óptica por la oscuridad y el ambiente enrarecido del humo del tabaco. Un poco inquietante, un poco extraño, pero esa trastienda, desde la llegada de Michael Doe, había comenzado a tener una ligera fama de lugar extraño, de gente que entraba sonriendo y salían pálidos, o de gente furiosa que la abandonaba con gesto de haber encontrado cierta paz.

-Buenas señor Keihana, espero que me permita tutearle para facilitar tanto mi labor como la suya, asi que si no le importa, a partir de ahora, solo seremos Brock y Michael -ofreciéndole con un ligero gesto de la mano que se sentara frente a él mientras hacia lo propio, acomodándose donde estaba antes, fijando sus ojos sin blanco alguno, cuasi completamente negros en él. Si parecía intimidado por la terrible presencia física del soldado o por las horribles quemaduras del rostro lo ocultaba a la perfección, no perdiendo un ápice de su sonrisa- ¿Qué puedo ofrecerle? ¿Viene por un deseo, una necesidad, o solo llevado por la curiosidad? -alargando ligeramente la ultima palabra- Oh, ¿y dónde han ido a parar mis modales? No le he ofrecido nada... asi que si le apetece un refresco, una cerveza o  cualquier otra cosa dígamelo, la primera vez siempre invita la casa.

Notas de juego

Edit master. los ojos de Michael causan -Miedo-

Recomendamos mirarse la descripción del pj de Michael. 

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27/07/2017, 23:19
Kara Tharson

Han pasado ya más de 6 meses desde que entré en Titan, y pronto podré embarcarme en mi primera misión. Hasta ahora he centrado mis esfuerzos en adaptarme, pasar los exámenes y entender todo lo relativo a los cambios de fase y las peculiaridades que hasta son conocidas de las diferentes misiones.

Reviso antes de salir de mi vivienda que todo esta como debe. Reviso el departamento especial que mande preparar para guardar tanto el machete como mi fusil dentro del armario donde guardo la ropa. La cama esta hecha y todo esta recogido. Me miro al espejo para comprobar que mi camisa permanece dentro del pantalón militar, y este a su vez dentro de las botas reglamentarias. Me coloco el chaleco y lo cierro, metiendo en los bolsillos tanto mi identificación como algo de dinero y el teléfono móvil. Miro mi reloj y doy un suspiro.

Solo es un trabajador más, ve y pídele lo que necesitas. - 

Me digo trayendo a mi mente a Michael Doe y todas las historias que circulan por Titan. Cierro la puerta del armario y salgo dirección a "La Trastienda". El camino no se hace largo, tampoco hay interrupciones de conocidos. Kara se ha preocupado hasta ahora bastante poco por las interacciones sociales, lo que no le ha granjeado ninguna amistad de verdad allí dentro.

Ya frente a la trastienda, tomo aire y lo suelto, preparada para entrar e intentar conseguir un buen trato, si es que Doe tiene algo que pueda interesarme claro está... Doy un paso más y acciono el mando de control que abre las compuertas del establecimiento... 

- Vamos allá - 

Notas de juego

Vamos allá :)

Edit master: Marca a Michael : p

OK

Recomiendo leer la descripción del pj

Ya la había leído :)

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28/07/2017, 16:01
-MUERTO-Brock Keihana

realmente mi apellido es Keihanaikukauakahihuliheekahaunaele pero lo abrevie a keihana para que no se asfixiaran la gente si tenían que decir mi apellido, pero tienes razón usemos los nombres. un tio un poco raro este Michael,pero debe de ser por todo este humo que respira, acepto su invitación de sentarme asi que cojo la silla y la muevo un par de metros para poder sentarme mejor, siempre con la espalda dando a la pared y con vision a las puertas y ventanas,compruebo que la silla sea robusta

No gracias no bebo, solo venia para ver como funcionaba esto y que cosas tienes,pero no me refiero a las cosas comunes sino a las especiales, las de calidad

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02/08/2017, 16:11
Michael Doe

La sala, una vez dentro, contrastaba con el orden que dominaba todo en el complejo, era caótica, desorganizada, aunque no sucia, solo "abandonada". En la pared sobre la mesa, donde posaban algunas piezas de armas bajo mantenimiento, había una placa que rezaba una frase en latín y, debajo, su traducción, "La vida de los muertos es la memoria de los vivos", ambos escritos en relieve sobre sendas placas pulidas de metal que habían visto tiempos mejores. En un lateral, sobre un archivador antiguo con su pequeña cerradura, había una foto deslustrada con un grupo de combatientes, una treintena, con uniformes de faena y piezas de armaduras desgastadas, como recién vueltos de alguna misión, sonriendo ante el cámara, con esa sonrisa tan común en las fotografías, algunas sinceras, otras forzadas y, unas pocas, inexistentes, ya que habían recortado algunas cabezas dejando el hueco vacío. En el suelo, al pie de ellos, lo que parecía algún trofeo, algo de gran tamaño, pero que la cámara no había enfocado bien y estaba emborronado.

Doe sonreía en esa foto, y también ahora, siempre sonreía, de esa manera comedida, con un ligero alzamiento de la comisura de los labios, no tan tenue como para parecer desdeñosa ni tan amplia como para ser exagerada. Claramente era una sonrisa ensayada, controlada hasta el milímetro para transmitir una educada y ligera empatía. Nada más, ni nada menos. Y todo ello mientras daba una suave calada a su cigarrillo, expulsando lentamente el humo, inundando la sala de ese olor dulzón en apenas unos instantes mientras se levantaba de la silla y saludaba con una ligera inclinación de cabeza, sin intención en un primer momento de tenderle la mano o cualquier otro gesto que requiriese contacto físico. Si, había sido extraño, por un momento veías la foto y casi creías que él se había movido en ella, pero no, era su yo real en esta sala lo que se había movido, una ilusión óptica por la oscuridad y el ambiente enrarecido del humo del tabaco. Un poco inquietante, un poco extraño, pero esa trastienda, desde la llegada de Michael Doe, había comenzado a tener una ligera fama de lugar extraño, de gente que entraba sonriendo y salían pálidos, o de gente furiosa que la abandonaba con gesto de haber encontrado cierta paz.

-Señorita Tharson, me preguntaba cuando vendría por aqui. Tengo entendido que dentro de poco se estrenará en esa gran familia que son los cambiadores de fase... o como a mi me gusta llamarles, los boy scouts de la dimensión desconocida -hace un ligero gesto hacia el viejo sofa de cuero, invitándola a sentarse a este- ¿Desea tomar algo? Una cerveza, un refresco, un café. La primera vez invita la casa y créame, mi café es algo único que no encontrará en ningún otro sitio y, mientras tomamos algo, podrá comentarme que es lo que ha hecho decidirse a venir hasta aquí a pesar de las habladurías y mala fama que tiene mi humilde tienda. ¿La ha traído un deseo sobre algo en que pueda ayudarla o, tal vez, una necesidad que aun no sabe darle forma? -hablaba con educación, con cierta profundidad y cadencia, causando una sensación ligeramente similar al de esos profesores que, dijeran lo que dijeran, provocaban cierta atención, tal vez por la cadencia o tal vez por otra cosa, la cuestión es que eran voces que gustaba escuchar, en una película sería el sabio hechicero o, tal vez, y más aproximado a la realidad, al del despiadado psicópata con cuya voz hipnotizaba, e incluso, hacía que los espectadores empatizaran con él. Lo que no era una ilusión ni un cuento eran las habladurías sobre sus ojos, mirarlos era como descubrir que el abismo de las leyendas existiera y, si uno miraba demasiado, pudiera ver en ellos algo, algo desagradable, y ese algo, esos ojos, ahora estaban fijos en ella, esperando su respuesta.

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02/08/2017, 23:32
Kara Tharson

Todo en aquella habitación parecía estar fuera de lugar, era gracioso, ya que se podría decir que era como hacer un salto de fase... No por experiencia claro, pero había leído suficiente sobre el tema. El sofá, la fotografía, las cajas esparcidas,... todo parecía seguir algún tipo de orden caótico, pero sin duda si había algo perturbador en la sala era aquel hombre con aquellos ojos.

No puedo evitar quedarme embelesada en ellos unos segundos, hasta que una extraña sensación entre incomodidad, temor y precaución me invade, que me hace retirar la mirada de ellos. Asiento con el rostro su ofrecimiento de sofá acompañándolo de un - Gracias -, y ya cuando habla del café siento un escalofrío recorrer mi espina dorsal. Hace meses que no tomo un café en condiciones...

- Tomaré el café, muchas gracias. - Sus educadas formas me descolocaban un poco, a pesar de lo que había oído esperaba un hombre algo más engreído por su puesto y su fama, al menos debía corresponder su trato... más cuando quería pedirle ayuda, algo que... de alguna forma parecía ya saber también.

Espero a que me sirva el café y lo degusto en silencio, en el primer sorbo noto como su intensidad esta muy por encima de la media del país, y su aroma justo antes de degustarlo lo acompaña elegantemente. Es probable que sea uno de los mejores cafés que he tomado en mucho tiempo...

- Vaya, hacía años como poco que no disfrutaba de un café así. - Doy otro sorbo y dejo la taza en alguna mesa o caja, para comenzar con la exposición de mi petición. Vuelvo a mirarle a los ojos... aunque tan solo por unos segundos, demasiado negros.

- Lo cierto es que estoy aquí sin saber muy bien si es usted a quien debo acudir, pero si lo que he oído es cierto, creo que podría ayudarme... - Tomo un poco de aire, ordenando mis pensamientos, tratando de prepararlos para que sean claros y directos. - Estoy tratando de encontrar a una persona. Desapareció hace aproximadamente 4 años. Su nombre es Geralt Daimien. Probablemente no sea suficiente información, así que prosigo explicando. - Desapareció a la par que otros pilotos, algunos de ellos han regresado... unos han muerto, otros no lo se con certeza.

Guardo silencio un segundo, y fijo mi mirada en la suya, no creo que sea capaz de mantenerla demasiado tiempo... pero si lo justo para formular la pregunta que me ha traído hasta él. ¿Puede ayudarme a encontrarlo?

Notas de juego

Me he tomado la licencia de suponer que el café era realmente exquisito. Si no es así avísame y lo cambio :P

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03/08/2017, 10:38
Marko Deus

El dueño de este lugar, no dudo en moverse cuando acepte el vino, siempre y cuando fuera acompañado. Cuandosu mano levanto una tela que cubria lo que parecia una simple caja, y se desvelo ante mis ojos, la exquisitez que realmente permanecia bajo esta, me quede sin respiracion mientras mi cuerpo por iniciativa propia se inclinaba hacia delante para no perder detalle de la exquisitez que se me mostraba. Un mueble, quizas un simple mueble para la mayoria, pero uno hecho de madera pura, hecho no como todo lo que podia comprarse en este lugar, prefabricado y sin alma. No, el material que lo conformaba hablaba de horas y horas de paciencia a la antigua usanza. Incluso desde la distancia en la que me encontraba, era capaz de darme cuenta de eso, de los giros y curvatura de la madera, de la delicadeza de las puertas y lo engrasadas de sus bisagras por el chirrido nulo que producian al ser abiertas por este hombre... pero sobretodo eso estaba el olor del barniz y la exquisitez de las figuras alli dibujadas, casi esculpidas sobre la misma madera. Un mueble asi bien valia el pago de un emperador.

Con un suave giro de sus dedos, la portezuela se abrio, mostrando un texto en un idioma que conocia bien y que no pudo mas que asombrarme de nuevo. Sabia, conocia que los seres de esta epoca, tendian a usarlo como referencia por el poder que pensaban que daba la antigüedad, pero dos veces en tan poco tiempo, picaba mi curiosidad, recordandome acontecimientos pasados y secretos que no debian contarse, ni al abrigo de la mas profunda oscuridad. Aparte a un lado eso y me centre en lo que habia mas alla de la portezuela, los frascos de ceramica, sellados con cera de ibexus o como se llamaria en mi tierra. El fuerte olor de quesos bien macerados o el suave aroma dulce de unos datiles frescos, todo eso sin contar con la redoma que saco, donde debia estar el vino especiado. Demasiadas similitudes, demasiada comida que me era algo mas que simplemente familiar. ¿Como no serlo? Habia comido mas veces esa comida que la de este mundo... y aun asi a veces sentia que me faltaba eso, me ffaltaba un trozo que me ancalse a quien debia ser, a quein fui y no tanto a quien con el paso de cada dia me iba convirtiendo. Habia perdido mucho... y perderia mas... eso lo sabia... era mi maldicion...

No comente nada, solo estudie, mire el mueble y disfrute de un retazo de recuerdo, de esa efimera sensacion de haber visto algo similar en otra vida. Una vida pasada hacia mucho. Poco a poco mientras mi anfitrion volvia a su posicion, al lado de la mesa, yo volvia a la misma posicion de antes, sin poder evitar lanzarle miradas de reojo al mueble cada pocos minutos. El olor del vino al ser descorchado llega hasta mi nariz, provocando que lo mire y despues a este hombre junto el sinfin de contrariedades que es. Este lugar, esta cueva, este cumulo de objetos colocados por doquier en un caos ordenado para él, es mas similar a un bazar de una gran ciudad que realmente una tienda de ningun tipo. Lo viejo se mezcla con lo nuevo, lo mistico con lo terrenal, lo imposible... con lo que no deberia serlo y todo ello le da un aire a este sitio como de estar fuera del mismo tiempo y espacio, como si cada vez que se cruza esa puerta, fueramos a parar a otro verso distinto... a una union entre ellos donde nada existe, mas que este lugar mezcla de todos ellos.

Ante su pregunta sobre tutearme, asiento brevemente. - Claro, faltaria mas, si me hablases de usted mucho tiempo pensaria que se ha equivocado de persona. - Se que es un comerciante, pero no lo es, cuando habla dice las cosas claras al menos lo bastante para mi... ademas de invitarme a una delicatessen, como la que tiene entre sus manos, mientras la vierte en dos copas. Asi pues le tuteo yo directamente, para que quede clara mi psotura, deja marcado que espera que podamos compartirlo como buenos y viejos camaradas, mas antes de que pueda encontrar el fallo a su logica, él mismo marca el detalle y no puedo evitar sonreir de medio lado mientras mi rostro gira ligeramente a la izquierda. Mas mientras habla, eleva su copa como si fuera a beber, mientras yo la levanto y la pongo a su altura invitando a un brindis. - Si vamos a ser viejos y buenos camaradas Michael, es justo que el vino toque nuestros labios al mismo tiempo, pues asi se comparte lo bueno y lo malo, sin saber que nos deparara el futuro. - Era una alegoria no muy rebuscada, pero estaba seguro de que el hombre frente a mi sabria entender perfectamente a lo que me referia. Levantar el vaso y acercarlo a mi rostro, provoco un cumulo de recuerdos y sensaciones, mientras ese liego olor especiado me provocaba una suave sonrisa llena de melancolia por un tiempo que ya no volveria. El sabor del mismo fue exquisito, mientras era Michael el que pronunciaba el veredicto a medias. - ... y esta delicioso. - Levante la copa en su direccion, como saludo y agradecimiento ante semejante presente. A veces un acto simple, valia mas que mil palabras, de igual forma como ver su habitual sonrisa ampliarse ligeramente tras saborearlo.

Le escuche contar la historia de los comerciantes y los Dioses, de los trucos del comerciante y la ingenuidad del comprador, que cuando mostraba un vino avinagrado en mitad de un trato, fueran tambien los sacerdotes quienes recibieran su tributo de la forma que fuera especificada por la religion y el templo. Me hizo sonreir, recordando otros tiempos y el juego que solia producirse en los grandes bazares con los templos, sin duda tenia mucha razon sobre lo que decia pero asi mismo, tambien en lo que no decia. Aqui no habia templos donde dar tributo para que el vino siempre estuviera dulce, no, aqui solo estaba él. Un comerciante que daba un vino fuerte y especiado, con un toque ligero al recipiente que lo habia contenido, de un sabor exquisito sin duda para que este trato, este intercambio fuera fructifiero para ambas partes... diciendome en pocas palabras que sin duda, se alegraba en cierta forma de que estuviera aqui... o simplemente lo hiciera con todos, aunque por alguna razon lo dudaba. Nos habiamos conocido ahcia mucho tiempo, y aunque no esperaba nada mas que un trato justo para ambas partes, se sentia bien, el juego de palabras y sensaciones que estaba compartiendo ocnmigo... e incluso el lazo que podia llegar a crearse entre ambos. Asi que al final, cuando la historia termino y espero que llegara a una conclusion, no pude mas que sonreir... sin llegar a decir nada, pero diciendolo todo con mi mirada y las facciones de mi rostro.

Ante mis palabras sobre su humor, no dudo en mostrar la fotografia de nuevo mientras me hablaba de los actos cometidos, de como es al fin y al cabo el humor el que mantiene a raya incluso a la misma muerte, hasta el mismo instante en que todo termina. Porque hay situaciones donde es necesario verla como una amiga que ha venido a cobrar una antigua deuda, una que quizas deberia haberse saldado mucho tiempo antes, pero que ella no es avariciosa, ella es eterna y su paciencia no tiene limites. Aun asi, su presencia ofusca el corazon de los valientes, por eso el humor fue creado, para permitirla pasear por aquellos cuyas almas deberia recolectar en el futuro, pero sin que estos sintieran temor. Las palabras, los gestos que trasmite mientras habla de lo ocurrido, de las fiestas y banquetes que se daban antes de esperarla lelgar, me recuerdan a mi mismo... por supuesto que él no podia saberlo, pues en este mundo apenas llevo diez años vivo... pero en Terra Magna. Alli si, si vivi exactamente lo que dice, lo recuerdo, las risas antes de un ataque, la noche pasada entre las carnes de hermosas mujeres o de lo que cualquier pudiera desear, las comidas, los festines, el alcohol corriendo como si estuvieramos en los mismos salones de Bacco. Mientras eso apsa en mi mente, mientras le veo gesticular, una sonrisa de alegria pasada, asoma  mi rostro mientras disfruto no solo de sus palabras, sino de mis recuerdos. Ni siquiera el final de la historia, ese tono tetrico, esa forma de hablar de la que yo consideraba una amante, consiguen quitarme la sonrisa de los labios y menos aun de los ojos. Mas lo que si consiguio quitarmela sin que yo reparara, fue cuando mientras hablaba, mientras gesticulaba, su cuerpo avanzo, se inclino hacia delante, mientras esos dos orbes de obsidiana pura se clavaban en mi, mostrandome una osucridad que asomaba al borde del pavor, del terror irracional que habia quedado marcado en los genes de los primeros hombres. Pude sentirlo recorrerme, sentir como se metia por debajo de mi piel, emintras él seguia avanzando, como la sonrisa desaparecia por completo e incluso mi respiracion se volvia ma slenta, mas temerosa... sintiendo como incluso mi corazon deseaba dejar de latir, para que ese mosntruo que se ocultaba tres las dos esferas que ahora dominaban mi mundo, pasara de largo.

Un toque, un gesto nimio de una colilla al caer sobre un recipiente abierto, donde antes descansaba uno de esos sandwiches que tanto gustaban por aqui. Un movimiento inocuo que provoco que todo eso desapareciera, como si alguien hubiera dado al interruptor de la luz, provocando que ese mosntruo desaparecira, a la espera de otro momento mejor donde hincar sus garras. Hablo de nuevo, mientras mi cuerpo poco a poco volia a su ritmo nrmal y la sonrisa perdida, volia con cada nueva palabra que él emitia. Ahora entendia cuando hablaban de él, en susurros, con miedo, como si fuera... como lo habian llamado... "El Coco". Sigue hablando y aunque parte de ello se pierde, mientras el frio abandona mi cuerpo, entiendo el significado y comprendo la necedad de mis palabras... casi sintiendo la encesdidad de disculparme, al darme cuenta de todo lo que lleva en sus espaldas este hombre. Sonrio cuando habla de deseo y necesidad, la diferencia entre ellas, que tanto hombres confunden. Yo podria desear el mundo... no, ni siquiera eso era bastante porque lo que deseaba, lo que realmente deseaba ni siquiera él podia darmelo... por desgracia. Por contra si podia darme o eso esperaba lo que necesitaba. Acepte sus palabras y sonrei de neuvo, levantando la copa de nuevo y disfrutando del sabor de vino. - Busco un complemento universal para armaduras. Como bien sabe, mis habilidades se centran sobretodo en el cuerpo a cuerpo, lo que implica que debo ser capaz de llegar hasta mi enemigo, lo que en muchas ocasiones implica moverme a traves de lluvias de proyectiles para poder hacerlo. Busco algo que me de un extra de movimiento, porque a veces un par de metros de diferencia, puede significar mi vida o mi muerte. - Le mire, sin decir nada mas, mientras el vino volvia a rozar mis labios, a la espera de ver que tenia que decirme.

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09/08/2017, 16:48
Michael Doe

Michael le escucha atentamente cuando pronuncia su apellido completo y sonrie de esa manera comedida mientras habla con un tono relajado.

-Conocí una vez a un hombrecillo increiblemente astuto, modesto, pero astuto como una comadreja. Tenía tu mismo apellido, tal vez un familiar lejano o tal vez no, pero recuerdo que me dijo que su apellido, en su lugar de origen, tenía poder, decirlo entre los suyos era como decir una parte de su historia, una parte de su vida. Recuerdo que me dijo lo que tuvo que pelear para que no redujeran su apellido al no tener cabida en su carnet, y ganó, nunca vi a alguien más orgulloso de su apellido que él, así que en honor a su apellido, prefiero decirlo completo le llamaré por su nombre por facilitar la conversación, pero jamás cometeré el sacrilegio de amputar su apellido -dando una calada al cigarrillo dejo caer la colilla en el suelo, indiferente al gesto, para luego asentir para si mismo- ¿Qué tengo? Básicamente dispongo de casi todo, y lo que no tenga puedo pedirlo o hacerlo, pero en su caso Brocks, yo me decanto a que debería de hacerse algo, pero fuera de eso no soy un asesor o un consejero, no le conozco para adivinar lo que pueda querer o, tal vez, necesitar, así que necesitaré que sea más claro, o la próxima vez que venga disponga de algo más en mente ya que, como le he dicho antes, puedo disponer de casi cualquier cosa. Y con respecto a como funciona, es fácil, usted solo tiene que decirme que es lo que necesita, sea un arma o un archivo y, si lo tengo, le doy un precio razonable, el cual puede pagar con su sueldo, con lo que disponga de recompensas de sus misiones o, en caso de verlo posible, tal vez haciendo algo por mi tienda. Al fin y al cabo, todo tiene un precio. ¿Tenía ya algo pensado joven?

Notas de juego

Disculpa la tardanza, pero me pillaste entre montar ordenador, un resfriado del copón y el curro todo a la vez ^^.

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15/08/2017, 21:55
-MUERTO-Brock Keihana

cuando este hombre habla de mi apellido y "descendencia" sonrió un poco, gracias, me explica como funciona lo de su tienda de que tiene de todo pero yo todavía ni había pensado lo que quería,fui allí a voleo, cuando haga la misión veré mas o menos que se puede necesitar posiblemente algo de potencia de fuego , mas Fuerte que la que nos ofrecen para las misiones. Todavía no tengo nada pensado pero lo mas seguro que busque un buen arma GRANDE y POTENTE como yo, pero antes quiero hacer algunas misiones para ver como esta el patio usted ya me entiende, cuando tenga algo decidido volveré y siento haber sido tan charlatán es que cuando me pongo hablar no paro

Notas de juego

no pasa nada yo ando igual

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17/08/2017, 21:13
Michael Doe

Cuando le comenta el tiempo que lleva sin tomar un café así, Michael solo puede sonreir educadamente, como él suele sonreir.

-Gracias... el truco de un buen café es la forma de prepararlo, sea con aguas puras y cristalinas o con agua de pantano, sea el grano esmirriado o brillante y aromático como una amante recién salida de la ducha -señalando un viejo molinillo y una máquina destartalada con aspecto de olla a presión- Me gusta molerlo, pero solo unos pocos granos a la vez, y luego lo hiervo en esa olla de ahí, con algunos granos partidos enteros en su interior. Pero la verdad, la magia de este café esta en como se tuesta el grano... -inclinándose hacia ella, acercando su rostro a apenas un palmo, un hálito, viéndose ahora más claramente los ojos negros, reflejándose ella con una imagen algo distorsionada, donde puede verse como si un espejo imitara su rostro pero desfigurándola con el tormento de la perdida y el reptante horror que provoca desconocer el destino del ser buscado, temiendo, y conociendo probablemente, lo acaecido pero sin atreverse a decir en voz alta lo que se piensa, por si se convierte en una cruda e inevitable realidad, y ese pensamiento no dicho, ni siquiera en susurros, la carcomiera por dentro, enquistándose...- ¿Le gustan mis ojos? Yo de usted no miraría demasiado en ellos, la gente ve cosas que no entienden, que no alcanzan... pero si lo desea puede acercarse más y contemplar las respuestas que busca... aunque puede que no le guste lo que vea... Y así es, casi puede notar algo ella reflejado en los ojos, sí... puede ser... es como si... detrás de ella, hubiese una figura, una figura familiar a pesar de no haberla visto desde la desaparición.

- ...en como se tuesta el grano, sobre el generador de energía de los saltos de fase. Eso le da un sabor único, auténtico si puede creerme -dice claramente en broma, riéndose ligeramente, y como si de un sueño se tratara te percatas que no estaba cerca todavía, que sigue en su mismo sitio, observándola con esos malditos ojos... -Pero creo que no ha venido por mi cafe, ni por mis historias... Necesito saber todo sobre su misión, sobre sus compañeros, sobre lo que dijeron los que volvieron, quien era su superior, donde estaba destinado y, lo más importante, ¿por qué cree que puedo encontrarlo yo?

Notas de juego

Nota: Los ojos de él te resultan un tanto inquietantes.

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17/08/2017, 21:42
Michael Doe

Cuando terminas de hablar, te parece, por un instante, que dejara de respirar, de moverse siquiera un milímetro, como si de una estatua o un rígido cadáver se tratara. Y el instante, se alarga, ni siquiera escuchas el sonido de tu propia respiración, para luego, con un ligero escalofrío, pestañea y sonríe.

-¿Solo eso? Pensé que ibais a ponerme en un reto más complejo Marko, no se si sentirme aliviado u ofendido de no pedirme alcanzaros una meta más compleja y digna de mis habilidades, pero si lo que queréis es solo un extra... ¿quién soy yo para discutíroslo? -dando un ligero sorbo al vino deja la copa sobre la mesa, para luego señalarte con la misma mano que sostiene el cigarrillo- No existe nada "universal", salvo que queráis un par de parches de adrenalina que os hagan ser más rápido, pero nunca se es más rápido que una bala, así que decidme, ¿que buscáis que pueda ayudaros contra las balas? Yo casi os diría que la mejor manera sería evitar combatir con gente que disponga de ellas, pero ambos sabemos que llevas en la sangre la batalla, la contienda, la guerra... -da una calada a su cigarrillo, profundo, y luego exhala lentamente, inundando la estancia con ese ligero y nauseabundo olor- Y, dicho lo anterior, ambos sabemos que es más que probable que no podáis evitar la contienda, que busquéis batalla tras batalla, guerra tras guerra, hasta que acaben matándote, en alguna tierra desconocida por un fin desconocido. Por lo tanto, ¿por qué queréis evitar lo inevitable? ¿Para qué evitar la muerte? ¿No es acaso mejor que no le pongáis trabas y encontréis lo que buscáis?

Asiente como para si mismo, como si hablara con otra persona, tal vez consigo mismo, con sus propios demonios, sus propias sombras- Oh, se me olvidaba... ya habíais muerto antes... Buscar la muerte ahora es tan inútil como antes, volveríais... ¿Qué pensáis sobre ello? ¿Qué pensáis de morir para volver a morir hasta que los dioses se cansen? Y, dicho esto, que pensáis realmente que queréis.

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18/08/2017, 12:26
Kara Tharson

El silencio se hizo en aquel lugar, solo tenía en mi mente la visión, o la alucinación que acababa de sufrir. Puede que algún tipo de gas de la sala, puede que esos ojos... Pasan unos segundos en un silencio en el que mi mirada queda  perdida hasta que regreso a mi ser, momento en el que tomo aire y realizo una fuerte respiración antes de darme la vuelta a toda velocidad para ver que no hay nada.

Vuelvo a mirar Doe, - Que acaba de pasar, era como si... - 

Siento como mi mano tiembla y cierro el puño para controlarlo hasta que me recompongo interiormente, mientras me debato entre vi volver a mirarlo directamente a los ojos sería buena idea o no. 

- Si... si claro - Digo titubeando y con la voz un poco perdida todavía.

- Él... Geralt. No sabría decirle acerca de su misión, me dijeron que era secreto cuando ya había desaparecido, aunque Geralt me dijo que serían unos días, no eran más que unas maniobras según él. Sus compañeros me dijeron que solamente desapareció, un segundo estaba en el radar y al siguiente no había nada... como si no hubiera existido nunca. Robert Bender, su superior me dijo que harían lo posible para encontrarlo, que no escatimarían en nada... pero que no podía darme más información. Estaba destinado en Irlanda, allí es donde vivíamos los dos de hecho... en las instalaciones de la misma base. -

Si me estaba preguntando toda esa información es porque puede hacer algo... no tendría sentido que no fuera así.

- Lo cierto es que hace unos minutos, antes de entrar aquí no tenía muchas esperanzas en que pudiera ayudarme... pero ¿porque si no necesitaría saber todo lo que me ha preguntado?, ¿porque lo querría saber si no pudiera o al menos quisiera ayudarme? -

 

- ¿Que es lo que acabo de ver reflejado en sus ojos? - 

En mi mente bullía aquella pregunta, pero mis labios no se atrevían a preguntar, y mis ojos tan solo se mantenían fijos en la profundidad del café, que no había vuelto a probar... ¿Quizá el café tenga algún alucinógeno? ¿O realmente sus ojos... ? ¿Tendría el valor de volver a mirarlos fijamente?.

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23/08/2017, 06:21
Marko Deus

En el mismo momento en que mis palabras terminan, el silencio hace su aparicion, pero es mas que eso, es como si el mismo tiempo pidiera una pausa, sin especificar durante cuanto. Michael se queda completamente quieto, practicamente como si fuera una estatua de carne y de pronto me doy cuenta de que no noto su respiracion, como tampoco la mia, entonces el tiempo vuelve a ponerse en marcha, un suave pestañeo y una sonrisa y todo parece volver a la normalidad. Mi mirada se desvia por un momento, a mi copa, mientras mi mente analiza lo ocurrido... sin encontrarle respuesta.

Suponia una respuesta de esa indole, se que lo que pido no es algo dificil de conseguir o al menos, no es un "reto" para el hombre que tengo delante. Mas por sus palabras diria que mas que aliviado, probablemente se sienta ofendido. El hombre de la foto, acompañado de sus hermanos, parece de los que afrontan grandes peligros, grandes situaciones, prefiere un enemigo grande a una chico... y yo le he dado una nimiedad... y aun asi no me habla como alguien ofendido, ¿quizas decepcionado? No lo se y la verdad dudo llegar a saberlo, no de él. Bebe de su copa y yo hago lo mismo, como un tardio reflejo, pero mantengo la copa un poco mas en mis labios, disfrutando del sabor en mis labios. Habla de que no hay nada universal, lo esperaba, pero por pedir supongo que no esta de mas, me comenta la existencia de unos parches de adrenalian, pero las drogas no son lo mio... no a menos que sea muy necesario y esto no lo es. Suspiro mientras pienso en las siguientes alternativas y asiento levemente, mas antes de poder hablar, él continua y yo no interrumpo.

Sonrio cuando menciona que la batalla esta en mi sangre, que sabe que no evitare las contiendas y que por lo tanto, alejarme de las balas es un imposible. Me encojo de hombros ligeramente, no pidiendo disculpas por supuesto, sino dejando claro que no hay nada mas... que tiene razon y que de una u otra manera, sere lanzado al fango y la sangre, porque es donde me siento vivo una vez mas... aunque sea por un instante. Entonces cambia de tercio y menciona que si deseo la muerte, si la busco con ahinco, porque no simplemente ir a ella sin trabas. Ahora si una leve carcajada escapa de entre mis labios. - Sin duda teneis razon, quizas deberia hacerlo, pero eso romperia el juego que ambos tenemos. Es mas excitante cuando algo cuesta de conseguir, que cuando te lo regalan como vos mismo habeis dicho. Si me dejara matar sin mas, mi muerte no seria digna del abrazo de tan acuciante amante... ademas... tengo cosas que hacer antes de ir a su encuentro de manera definitiva. - La copa ascendio de nuevo a mis labios en un efimero sorbo de tan codiciado nectar.

Mas Michael no se detiene ahi y asegura que ya he muerto antes, yq ue pienso de ese ciclo infinito de muertes que se solaparan mientras los Dioses busquen divertimento con mi alma. - Los Dioses tienen sus propias reglas amigo mio, yo no soy quien para cuestionar las suyas, solo desafiar los retos que colocan ante mi... ademas si lo unico que desean de mi es mi muerte, no es algo tan malo. Hay destinos mucho peores alli donde nos envian. - Le mire, pues como él mismo sabe, eso es demasiado cierto. - Sino puedo ser mas rapido que una bala, al menos me vendria bien tener algo con la que desviarlas o al menos asegurarme de que si me impactan, no me mata en el acto. Poseo un escudo personal, probablemente un prototipo, pero no tiene capacidad de regenerar el daño que recibe... me gustaria una actualizacion del mismo. Aumentando quizas la cantidad de daño que puede absorber y tambien con un ratio de regeneracion de esa proteccion... sin duda estoy mas interesado en lo segundo que en lo primero, pero puestos a pedir.

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24/08/2017, 21:05
Michael Doe

Cuando terminas de hablar, te parece, por un instante, que dejara de respirar, de moverse siquiera un milímetro, como si de una estatua o un rígido cadáver se tratara. Y el instante se alarga, como si de un chicle se tratara que estuviera a punto de romperse pero no llegara todavía a partirse, dilatándose tanto que parece irreal, y tan siquiera escuchas el sonido de tu propia respiración, para luego, con un ligero escalofrío, pestañea y te mira, con esa sonrisa en los labios, aunque denota menos humor, y sus ojos, negros, que parecen bordear al que los contempla hacia una locura sin fin, parecen más opacos. Y entonces habla, en un tono suave.

-Geralt... Hace algún tiempo visité un pintoresco pueblecito, Adare, entre la carretera de Newcastle West y Dooradoyle. Las casas eran como en tiempos antiguos, con tejados de paja, ¿puede creérselo? Muy pintoresco todo... y allí, en una vieja taberna, trabe amistad con un amargado hombre que bebía como si de mil demonios le rondaran. Era un hombre que en su tiempo debía de ser algo parlanchín, tenía ese peculiar don de decir mucho en muy poco tiempo y bueno... tardé un poco en entenderle, pero la cuestión es que le entendí, necesitaba confesarse, y yo estaba dispuesto a escucharle -da un sorbo a su cafe, como si le ayudara a poner en orden sus pensamientos el negro liquido.

-Era mecánico, en una base aérea, y le atormentaba que un fantasma lo persiguía por no haber dicho nada acerca de lo ocurrido aquel día en que él desapareció. Lo que me dijo no es que fuera muy coherente, pero despertó mi innata curiosidad y seguí las migajas... me llevaron hasta una base aérea, la misma base aérea en la que usted estuvo trabajando junto a su marido y créame, lo que averigüé da para una buena historia... diría que un thriller... Si fuera un libro, en la contraportada pondría como un fatídico accidente de coche provoca un cambio en una misión. El piloto que debía de ir en un ala de reconocimiento no está y es sustituido por nuestro héroe, el fantasma que atormenta a mi tertuliano, el cual es acompañado por un querido amigo en otro de los cazas de reconocimiento. En ese fatídico vuelo, en el que él no debería de haber estado, y extrañado de que su compañero quiera desviar la ruta, descubre finalmente un campamento de insurgentes, como su compañero intenta convencerle de que es mejor ignorarlo, de que podrían meterse en un buen lío si él dice algo, que igual detectan la señal de radio o si disparan no tienen suficiente potencia de fuego ni velocidad, como él insiste en cumplir con su deber y va a avisar a la torre de control y como las alarmas saltan cuando los sistemas de detección descubren que es fijado por un misil... y luego la terrible sorpresa paralizante, el misil es un T-30... el mismo que él tiene en su propio caza. Y antes del ultimo fogonazo se percata de la traición, el disparo de su propio compañero y luego solo el silencio... -deja el cafe a un lado y da una calada al cigarrillo, tomándose una pausa del relato antes de proseguir.

-Al volver todo fue ocultado, al fin y al cabo su compañero era un insurgente y su queridísimo superior era otro, bien pagados ambos para no revelar nada, para ocultar cualquier verdad que surgiera... Esa es la historia Kara, cruda, sin adornos... tal y como mis ojos negros la han visto yo te la cuento... Y ahora hazte una pregunta... ¿que estás dispuesta a pagar por descubrir que más hay? Porque la primera vez invita la casa y tengo cierta debilidad por los traicionados -señalando con un gesto de cabeza la foto- Pero todo tiene un coste, tiene que haber un pago, piensa hasta donde estás dispuesta a llegar -momento en que se reclina sobre el asiento de ella, apoyando una mano en el brazo de esta- y hasta que estás dispuesta a entregarme, porque el nombre de ese superior era Robert Bender, y el piloto abatido por fuego amigo, por su propio compañero y colega, el mismo compañero que consoló a la esposa de este en su pérdida, era Geralt Daimien, tu esposo. Siento ser yo quien te lo diga Kara, pero fueron sus propios colegas quienes abatieron a tu marido, asi que vuelvo a preguntarte... ¿Hasta donde estas dispuesta a llegar y hasta que estás dispuesta a entregar?