Partida Rol por web

Lo que tu digas...

Lograste subirte a la maldita barca, en aquel puñetero estanque, frente al jodido edificio. Necesitabas un cigarrillo, y lo necesitabas ya. 

Ladeo la cabeza, esa respuesta no se la esperaba. Empezó a remar hacia la orilla, iba a hacer caso a Mayhem esta vez ya que al menos merecía el beneficio de la duda, aunque estaba claro que era a todas luces una entidad hostil y con su propia agenda.

 - Tanto camino para nada... ya volveré luego supongo - Dijo, intentando orillar la barca para salir de la misma, le daba igual mojarse un poco mas de lo que estaba - De verdad que necesito un dichoso cigarro.... además de seguro que los de vigilancia de Titán deben estar echándose unas risas a mi costa.

Decidió volverse a su cuarto y ... descansar un poco, no debía apresurarse y en eso Mayhem tenía razón. Debería contactar con sus otros conocidos para organizar un poco la busqueda y ver que novedades tenían ellos, ir solo era un tontería.

Cuando por fín llego a su apartamento se detuvo frente a la puerta para pasar sus credenciales y abrirla, aquel sonido sutil de la puerta abriendose le traía buenos recuerdos. 

El interior del pequeño apartamento era austero, una mesita de contrachapado marrón en el pasillo de la entrada con un espejo rectangular, sobre la mesita un cuenco para dejar cualquier tarjeta o llaves que portara. Las luces led del techo iluminaban el ambiente con un tono tostado y caluroso aunque eso no le traía ahora ningún confort.

A la derecha del apartamento había una cocina comunicada al salón con una barra, fue directo a la cocina, hecha entera con muebles que imitaban el grés con tres armarios y dos cajoneras, un frigorífico con congelador de color metálico, lavavajillas, horno, fregadero y varios fogones de inducción. 

Su estomago empezó a rugirle al darle un repaso a la cocina, debía comer algo y tambien quitarse la ropa y ponerla a lavar: así que, una vez comprobado que la puerta de entrada estaba cerrada y asegurada se desvistió y dejo la ropa en un cesto al fondo de la cocina. Encendió la placa de inducción, puso la sartén y la dejo calentando un momento para luego irse al cuarto de baño a ponerse su albornoz blanco y secarse.

Pasó la vista por el salón, compuesto de un sofá y una mesa central con una bandeja decorativa. En el salón había algunas fotos enmarcadas con sus padres y amigos. Una pantalla colocada en la pared hacía las veces de televisor o monitor del ordenador el cual descansaba en un muebles del salón compuesto de tres piezas: Dos estanterías llenas de libros y dos marcos digitales con fotos que cambiaban cada cierto tiempo y una base donde descansaba una torre de ordenador minimalista. El salón lejos de parecer algo modernista se había quedado anclado en un estilo algo anticuado pero funcional.

El cuarto de baño era simple, pequeño, con un espejo con mueble y un par de cajones. El gel de afeitar, peine, gomina, cepillo de dientes y la pasta dentrífica descansaban de forma desordenada por todo el mueble colocados de forma caótica. Era quizás el único lugar desordenado de su casa. Además del mueble había una ducha personal y un inodoro estándar.

Al salir del cuarto de baño miró el dormitorio. Conformado por una mesa de estar, un armario empotrado con espejo pequeño y una cama personal. Era ligeramente mas grande que el cuarto de baño, lo suficiente para poder dar un par de pasos, vestirse y poco más ni siquiera cabía una cama de matrimonio.

Suspiró otra vez, sacó de la mesita de noche un paquete de tabaco, un mechero y fue a la cocina mientras se encendía el cigarro. De camino a la cocina cogió la PDA personal y se dispuso a enviar un mensaje a Daniel y Kara: Debía reunirse con ellos cuanto antes

Continuó cocinando en silencio, fumandose un cigarro y mientras se hacía uno de los lados del filete fue hasta la nevera; encima de esta descansaban unas pocas botellas de licor. Agarró una, cogió un par de hielos del congelador y sacó un vaso de uno de los armarios. Se hizo una copa bastante cargada.

Al mismo tiempo que se hacía la comida, se acabó el pitillo. Con el aperitivo ya hecho se encaminó al salon y comió en silencio mientras ojeaba las fotos de sus compañeros. Pensaba en todo lo que estaba sucediendo. Un cigarro mas fue encendido una vez terminó de comer y comenzó a beberse la copa a ritmo lento con actitud taciturna