Partida Rol por web

TITAN

Richard

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28/11/2017, 09:18
Mona Stuard

La mujer tampoco te lo ponía fácil. Habías descubierto que era irritante en mitad del silencio pues parecía que no le gustaba. Canturreaba, hacía ruido, siempre algo. Lo cual mientras veias las películas lo hacía aun peor, porque te desconcentraba. Curiosamente no habló mucho contigo, pero te daba la sensación de que era como un grano en el culo, observándote en cada momento aunque ni siquiera la vieses. 

Mona solo se acercó cuando dejó de escuchar como destrozabas la cama, escuchaba tus disculpas y luego miraba de nuevo a la destrozada y pobre que no te había hecho nada- a mi no me pidas disculpas, este es tu lugar de vacíos y derrotas pero...a ella si, porque le has hecho daño por un berrinche- ¿Estaba de puta broma? Encima se estaba tomando un chocolate caliente con una nube la mar de esponjosa, y tu llevabas sin comer ni beber...tiempo. Ella suspiró mirandola habitación y se movió hasta la maltrecha cama donde se sentó con cuidado, por si acaso- cuéntame que has visto- miró su tatuaje, pues allí hacía un calor asfixiante a veces, y las mangas cortas y tirantes era lo mas normal, así que si, estaba a la vista.

Significa algo, pero no tiene que ver con lo que estás pasando, si es cierto- sonrió con el chocolate entre sus manos- que tengo uno que si hice después de pasar por esto, pero...no está en un sitio muy visible- alzó las cejas divertida. Mientras tu seguías aun en esa balsa al borde del colapso. 

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13/12/2017, 19:05
-MUERTO-Richard Everett

Las sensaciones que le transmitía Mona eran opuestas, a veces la veía como una aliada, otras con una desconfianza manifiesta. No sabía qué pensar exactamente de su guía, o quien, o qué, era realmente. A esas alturas había empezado a dudar de todo, pero había aceptado someterse a esa delirante prueba y no iba a echar por la borda el esfuerzo sin llegar hasta el límite.

Primero la batalla, los disparos, el silbido de las balas, la piedra resquebrajarse.. los gritos —explicó con automatismo —. Retrocedemos al osario otra vez, nos persiguen, pero ya no son soldados enemigos, es otra cosa.. nos acecha entre los nichos.. uno a uno la oscuridad engulle a mis compañeros hasta que solo quedo yo —tragó saliva, le iba costando cada vez más narrar las cosas —. Llego a una sala que no conozco, un sarcófago en el centro, un ángel de calaveras en la pared. Hay alguien sentado sobre el sarcófago.. y oigo ese nombre.. otra vez.. Zhamanaky.. y despierto.

Respiró profundamente, asimilando el sueño, miró de soslayo a Mona esperando su reacción. 

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13/12/2017, 21:24
-MUERTO-Richard Everett
- Tiradas (1)
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18/12/2017, 12:26
Director

Tal y como lo decías, todo se magnificaba. Notaste la presión de la oscuridad, como tus palabras revivían en mas de un sentido todo aquello y solo fue cortado de raiz por la voz de Mona que se alzó en un grito- Basta!- Apenas habías empezado su nombre cuando la miraste y viste como esa figura se dibujaba detrás de ella, en un vano intento de alzarse para hacer daño a lo que hubiese en la zona. 

Un paso al frente de tu instructora y la figura junto con lo demás desapareció- no digas su nombre, los nombres son poderosos, si es una entidad, algo de verdad, o si solo está en tu cabeza, la atraerás. Y no queremos eso ¿Verdad?- seriedad, sosiego, pero solo al final una pequeña sonrisa. Aun así, la notabas nerviosa, un poco alterada, que solo se dejaba ver en los movimientos de sus ojos por los objetos.

Te instó a volver al círculo, al agua helada, pero después no hubo calma, no te llevó al baño, no llenó tu bañera. Solo una vez, solo la primera lo había hecho. Tras esta, eras tu el que tenía que lidiar en aquel lugar de verguenza y fallos contigo mismo. Recordaste sus palabras, o al menos gran parte de ellas mientras permanecías recibiendo hielo por encima de tus venas. 

" Tendrás que hacer en tu cuarto el cuadrado, que representa el cuatro, el número perfecto, ahí estará el lugar de sus impulsos de su bajeza, donde ganarás voluntad a cada día que pase, siempre y cuando superes las pruebas. "

Tu mismo habías creado el lugar de tortura al que te estabas sometiendo. Porque era tortura, lo mirases como lo mirases. Supuestamente en pos de mejorar voluntad, pero lo que ganabas era rabia, o sensaciones que se descontrolaban y solo quedaba tu yo mas primitivo, revolviéndose por negarse a aquel dolor. 

Esa noche, te parecía que alguien te observaba al dormir. No eras consciente plenamente. Era un sueño del cual no podías despertar, pero la figura abría la puerta, veías sus dos ojos de colores que no reconocías, asomada con precaución, esperando a ver que estabas despierto para acercarse. Por suerte o desgracia, no podías hacerlo. La puerta tarde o temprano se cerraba, mientras tu corazón perpetraba un intento de querer acelerarse, pero sin lograrlo. 

El día siguiente, o al menos cuando despertaste, ya no distinguías cuando era de día y cuando no. Para ti, era de noche, y para ella, no lo tenías muy claro. ¿Cuanto dormías? Los relojes habían dejado de funcionar. Se habían parado en un perpetuo 1:20 de la mañana. Cansado, te la encontraste en el salón dormida en el sofá, tumbada de cualquier manera, con su pijama corto de verano negro. Tenía pinta de estar más que cansada, y un pequeño cuenco de lo que parecían frutos secos a la mitad en la mesa...Tenías tanta hambre. El problema, es que no sabías exactamente que tipo de hambre. 

¿Hambre de alimento como lo que sabías que escondía en los cajones? Apetencia de sueño debido a la pesadilla que no te había dejado descansar? ¿Ganas de agua por la cantidad que perdías al despertarte sudado? ¿Avidez por degustar el sabor del sudor que perlaba el cuello de Mona? ¿o era necesidad de morder y saborear algo que estaba bajo la piel de cualquier persona?