Partida Rol por web

Ella solo asintió ante la petición de Angus sin ni siquiera mirarle. Se sentó en el lugar que el había dejado y cruzó las piernas apoyando sus manos unidas sobre las rodillas.- da igual que sea o no sea militar, a mi eso me da igual, solo quiero ayudarle a comprender lo que le sucede- tomó un poco de aire, sin perder esa sonrisa. De cierta forma te recordaba a una profesora de jardín de infancia.- y viendo que ya me tuteas me permitiré el placer de tutearte. Veras Richard no se lo que ves, osease, yo puedo verlo, porque soy sensible a esas cosas, pero no se si es un fantasma o un espectro, o solo un remanente traumático en tu perdida mente. Pero puedo ayudarte a buscar el porque, la razón de verla. - se recostó en el sillón blanco- si tu quieres claro..

Richard miró al coronel apretando la mandíbula, bajó la cabeza por defecto profesional, aunque no terminaba de entender qué respeto debía darle a esa mujer que no conocía de nada.

Lo siento, señor. repuso cuadrándose. Las palabras que siguieron no terminó de entenderlas, habían tomado un tinte que, sin duda alguna, no se las esperaría de un coronel. Volvió la mirada hacia Mona, sí, quería respuestas, un sentido a todo eso.. o tener la certeza de que no estaba loco.

Las primeras palabras de Mona le desilusionaron un poco, pero trató de aferrarse a la idea del porque. No le cabía duda que Mona había visto a la mujer, y que entonces no era fruto de su imaginación, que había algo más. Respiró profundamente, cauto.

¿Qué queréis exactamente de mi? preguntó lentamente. ¿Cómo podrías ayudarme si no sabes lo que es..? no ponía en duda las capacidades de Mona, pero se notaba el escepticismo propio de alguien que acababa de toparse de bruces con una realidad oculta para él. Quería saber, diablos que quería saber, pero no quería ir a ciegas.

Queremos ayudarnos mutuamente Richard, lo que tu ves tiene un porque, un porque que ha estado delante de nuestras narices todo el tiempo ¿conoces TITAN?- dejó la pregunta en el aire mientras alzaba un poco la cabeza, con cierto orgullo.- no solo verás a esa mujer si sigues por el camino que vas, yo..- miró a Angus, y este se retiró tranquilamente de la sala- yo también empecé como tu, viendo algunas cosas, como chispas, chispas en algún objeto o alguna persona...te ofrezco aprender a controlar lo que ves. El que son, tienes que averiguarlo tu. - alargué mi mano hacia la suya, esperando que me dejara cogerla. Que me dejase mostrarle. 

Ante la inicial negativa de Richard admitiendo no conocer lo que era TITAN, le desconcertó el hecho de que esa mujer tuviera la capacidad de hacer que el coronel Knives marchara de la habitación. Eso fue el detonante para que empezara a tomarla mucho más en serio de lo que la había estado tomando hasta el momento, ¿quién era esa mujer? Esa era la pregunta continua que repicaba en su cabeza.

Aprender.. dijo lentamente, miró de soslayo a la mujer fantasmal, luego a Mona. Pensó por un instante, en lo que tenía, en lo que no. Acabó rápido, ya no tenía nada, lo había perdido y solo le quedaba.. eso. Respiró profundamente, miró como la mano de Mona se acercaba a la suya.. y dejó que la cogiera. Sí.. enséñame.

Te cogió de la mano, y aunque al principio no notaste nada, luego vino un ligero dolor de cabeza, palpitante en las sienes. Tuviste que cerrar los ojos, y cuando los volviste a abrir, ni la mujer ni la sensación abrumadora estaban. Solo la ligera jaqueca y el deslizar de la yema de la chica por la palma de tu mano, mientras ella sonreía ampliamente- no deberías de tener problemas por uno o dos días, puedes quedarte aquí mientras te enseño, pero no podrás salir una vez lo iniciemos. Será largo, te parecerán días y semanas, y será tortuoso, escucharás cosas imposibles y puede que las veas. Deberás dejarlo todo atado si es que tienes algo que atar, luego puedes volver, trae comida como para dos meses y ropa y útiles que necesites. 

Bajó un poco la barbilla sujetando la mirada mientras dejaba tu mano apoyada sobre el reposa brazos- ¿estas preparado Richard?

Por un instante tuvo el instinto de apartar la mano al sentir ese dolor, pero se contuvo de reaccionar de ese modo. Pero cuando abrió los ojos ya no veía aquello, no lo comprendía, pero sin duda alguna Mona poseía un poder extraño que a la mente racional de Richard le costaba entender. Quizá era la mera desesperación de Richard, su coqueteo con el suicidio que le empujaba a probar algo que, en otras circunstancias, lo hubiera rechazado burlándose de ello.

Está bien.. tus reglas. dijo un poco resistente, pero si eran esas las condiciones.. ¿qué le importaba dejar su piso hecho una mierda? Como si allí tuviera algo importante. Lo que le contó a continuación no lo entendía, quizá era una pose para darle un mayor toque misterioso a todo aquello, pero siguió aceptando aquello como parte del juego.

Ya no tengo nada que me ate. Es una elección fácil. dijo con dureza, la miró a los ojos cuando le sostuvo la mirada, quiso responder que no lo estaba, porque realmente no estaba listo para que fuera a suceder. Pero el instinto se impuso, y de sus labios brotó lo contrario. Sí, estoy preparado.

Trae lo que te he pedido, tendrás que volver antes de que anochezca, puedes irte andando, estamos en buena zona, hay buenas conexiones- miró un reloj de pulsera de cuero marrón con la esfera plateada- tienes cuatro horas. - Se levantó con energía, y se estiró como un gato mientras se acercaba a la ventana. 

Recuerda, tienes que traer todo eso...o nos acabaremos muriendo de hambre. No es broma, no saldrás de aquí en un tiempo muy largo. -Se cruzó de brazos observando el cielo de la ciudad.

Richard frunció el ceño ante todas esas peticiones, pero no sonaba a eso de dame el número de tu tarjeta de crédito, eran cosas normales, aunque la petición era del todo inusual.

Cuatro horas. Está bien. la miró dubitativo, estuvo a punto de decir algo, pero no lo hizo. Salió por la puerta en silencio, necesitaba respirar aire libre, pensar en lo que estaba sucediendo, aceptar la locura que estaba cometiendo. Al salir le asaltaron baterías de dudas, el desconcierto y.. el miedo. Estuvo a punto de no volver, de alejarse de esa delirante realidad a la que había accedido, pero saber que la realidad que le esperaba no era más halagüeña.. decidió ir a por lo pedido.

Primero a su piso, la ropa, los enseres. Miró la pistola que descansaba en el mismo sitio donde la había dejado la noche anterior, la comprobó, la recogió. Se permitió una ducha para despejarse, luego salió con la maleta y compró víveres para el tiempo que había dicho. Eso fue más fácil, estaba acostumbrado a situaciones complejas, por lo que la compra fue directa y contundente y sin cortapisas. Alimentos que duraran, nutritivos, y cuando lo tuvo todo reunido regresó.

Está bien. dijo al volver a encontrarse con Mona. Muéstrame lo que tengas que mostrarme.. y tras el miedo, la duda y el desconcierto.. había ansiedad.

Ella te esperaba en la entrada, te abrió la puerta cuando subiste y te ayudó a cargar las cosas de la compra- ven....- te enseñó la casa, el salón tenía dos puertas, una daba a la cocina y otra a la izquierda de la puerta principal a un pasillo donde estaban tres habitaciones y un cuarto de baño. 

La cocina estaba nueva, de última generación, quizás lo que mas llamo tu atención fue el frigorífico de doble puerta enorme, donde empezasteis a colocar las cosas así como en los armarios. Todo estaba vacío. - Bueno, como ves, tenemos comida para un regimiento entero, menos mal- rió un poco. Intentó sacarte un poco de conversación normal mientras os ayudabais mutuamente, la muchacha parecía una persona bastante normal, con un alto grado de amabilidad y energía, y una sonrisa sempiterna. 

Te enseñó tu cuarto, grande, amplio, con un escritorio y silla, armario, cama grande con ropa negra y dos mesitas. De nuevo, decoración nula, y colores blanco y negro. Había una ventana doble por la cual podías ver la ciudad y el rio a lo lejos. 

Su cuarto era el que estaba justo enfrente del tuyo, y te dejó muy claro que no debías de entrar bajo ninguna circunstancia al menos que tocases antes y ella te diese permiso, o, en el caso de que su puerta estuviese abierta. Ella aplicaría las mismas normas contigo. 

El tercer cuarto estaba vacío, pero era igual de grande que el tuyo, según ella, allí era donde aprenderías. 

El baño tenía una ducha con hidromasaje, y una bañera enorme de forma piramidal en una esquina. Había una ventana pero esta era oscura, como si hubiesen pintado el cristal y no podía ver a través de ella. Un lavamanos con cajones y espejo de medio cuerpo, un bidé y un WC era todo. Casi pensabas que ahí dentro podría haber eco. 

Mona dejó que guardases tus cosas con tranquilidad, mientras ella leía un libro en el salón. 

Mona le desconcertaba, el instinto le aullaba, además de haberlo visto, de que esa mujer no tenía nada de normal. Todos sus pensamientos le susurraban que se trataba de una fachada, pero seguía delante de ella como si lo estuviera delante de una mujer tan normal como cualquiera. Tan normal que tuviera la capacidad de ver cosas que no estaban realmente allí, claro.

A pesar de los intentos de Mona por prender una conversación mundana, Richard los dinamitaba pronto. No por malicia o desidia, sino por incapacidad de mantener esas conversaciones en ese momento. Aun así procuró mostrarse atento y educado, era lo mínimo que podía ofrecer en ese momento.

Le resultaba extraña la perspectiva de tener que vivir durante ese tiempo con una desconocida, pero establecidos el régimen de convivencia todo iba a ser más fácil. En su habitación desplegó todo lo que llevaba encima, lo guardó cuidadosamente y, si bien, no era gran cosa prefirió estar lo más cómodo posible en aquel lugar desconocido.

¿Qué estás leyendo? preguntó Richard cuando al salón habiendo ordenado sus efectos personales.

Con tranquilidad cerró el libro no sin antes marcar la página en la esquina superior de la hoja, doblandola un poco. Alzó el libro para que vieses el título "Requiem por un sueño" - ¿te gusta leer Richard? - te prestó atención con una sonrisa- dime, que te gusta o gustaba hacer, antes de perder un poco el rumbo por esas visiones...siéntate a mi lado ¿quieres un café?, ¿helado?, ¿chocolate caliente casero con una nube encima? - frunció el ceño divertida ante esa última. Tu no habías comprado la mitad de lo que te ofrecía. 

Viendo el título descubrió que había una novela de la película que nunca había visto. Miró luego a Mona, se encogió de hombros.

Algo he leído, pero no suelo concentrarme demasiado para hacerlo. admitió mientras seguía mirando a todos lados, cuando empezó a ofrecerle todo aquello frunció el ceño. ¿Tienes un alijo secreto de golosinas en el piso o qué? no hubo un tono recriminatorio, sino uno para tratar de descongestionar la tensión acumulada.

Creo que un café me gustaría.. pero no creo que sea buena idea. Estoy bastante tenso. dijo mientras se sentaba en uno de los sillones frente a ella. Ya me he.. acomodado, ¿y ahora qué? 

Traigo mis propias drogas- te respondió con una suave risa- te haré un café ¿con leche? - se levantó y fue a la cocina desde la cual te siguió hablando con esa aguda voz- el día de hoy será tranquilo, te recomiendo que intentes relajarte, haré café sin cafeína. Ponte la tele, date un baño, come helado, practica yoga a mi se me da bien por si quieres ayuda, masturbate, emborráchate, tengo hierba por si quieres fumar, o simplemente duerme, mañana cuando despiertes empezaremos con los primeros pasos, te necesitaré muy despierto y bastante mas tranquilo de lo que estás ahora. Si tienes los nervios a flor de piel no podrás aprender nada. 

La bateria se sugerencias de Mona hicieron que Richard alzara la ceja. No respondió a ninguna de ella, simplemente asintió alzando una ceja. 

Ya veo que vienes bien preparada. dijo al final. Creo que.. sí, trataré de relajarme de alguna forma.. miró a su alrededor, la verdad es que no sabia cómo. Decirle eso a alguien que padecía estrés postraumático, pero aferrarse a eso no era una opción.

Se dirigió a su habitación, se dedicó a ordenar de nuevo sus cosas y terminó durmiéndose, como si toda la presión se derramara como una balsa de aceite sobre la cama. Si soñó no lo recordó al despertar, tampoco se preocupó de mirar el reloj, pues se quedó mirando al techo en silencio como si buscara respuestas en él. Ese silencio, esa quietud, era cuanto necesitaba para.. no pensar.

Dormiste, por primera vez desde hace mucho como un bebe. Era impresionante lo que el estrés le hacía a una persona a lo largo del tiempo. Cuando te despertaste la luz entraba por las rendijas de la persiana que no había sido bajada del todo. De hecho ni recuerdas haberla bajado. El reloj que había encima de la mesita marcaba las 5:30 de la mañana. Sin duda habías pasado demasiado tiempo durmiendo, pero no te importaba. No demasiado. 

Cuando saliste del cuarto lo primero que llamó tu atención fue ver que las persianas estaban bajadas del todo, por lo que las ondulaciones de luz que observabas desde el pasillo debían de provenir de velas en el salón. Avanzaste por el pasillo y te pareció estar escuchando a Mona tarareando alguna canción en la cocina Si estás perdido en esta oscuridad, te guardaré tu trono ,no, no dejaré que se trague tu todo, ellos tratan de romper las paredes con estas mentiras, pero estoy levantando el puente dibujado... . pareció escucharte pues alzó el tono de voz- ¿Richard?
 

No terminaba de creerse la sensación de placidez al dormir, tal era que cuando miró la hora se sorprendió al haber sido capaz de dormir durante tanto tiempo de forma ininterrumpida. Peleó contra la sensación de pesadez en esa penumbra, pero pronto se puso en pie sintiéndose totalmente revitalizado, por un momento un ataque de confusión al no verse en su habitación, pero enseguida recordó el día anterior.

No sé qué demonios hago aquí.. musitó algo perdido mientras se frotaba la cara. Las dudas empezaron a asomarse, pero las acalló de nuevo, se puso en pie para salir a tomar algo.

El aspecto del apartamento era un tanto siniestro, las luces oscilantes de las velas, la penumbra por las persianas bajadas y entonces esa canción. El instinto hizo que se le erizara el vello de la nuca, algo cerval e interno le puso nervioso, algo que no iba bien del todo, pero siguió avanzando. Cuando la canción se interrumpió, Mona lo llamó y tardó apenas un instante en responder.

Sí, soy yo. siguió la voz hasta la cocina. Buenos días, supongo..

La muchacha estaba acuclillada en el suelo mientras parecía estar recogiendo algo del suelo, una hoja de algún tipo de árbol. Llevaba unas mallas de deporte negras y una camiseta de tirantes que dejaban ver el tatuaje de una mariposa azul en la clavícula. Por un segundo te pareció que se movía, solo por el realismo que desprendía.  

Buenos días- todo estaba lleno de cirios de diferentes colores, la cocina, el salón, hasta había uno en cada esquina. La muchacha te sirvió un café que parecía tener preparado y te lo ofreció- es solo, pero tiene una parte de cacao, te vendrá muy bien aunque esté muy fuerte. Recomiendo dar pequeños sorbos, es muy electrizante- parecía risueña. Esperó a que lo probases, dando con un sabor tan ácido que te costó tragarlo, aun así cuando lo hiciste no estaba tan malo, de hecho, te gustaba bastante.

Veamos, hoy empezaremos- hizo un gesto para que la acompañases al salón, donde ahora te percatabas de que había algunos símbolos en el suelo, apenas visibles con esa luz  Estos son cuadros mágicos, esencialmente es una rejilla que tendrás que llenar con secuencias de palabras y números que se suman a un todo, al revés, adelante, en diagonal, etcétera. Y se usa para cambiar un estado. Ante tu gesto de confusión o incredulidad tomé aire y hablé con voz serena -Tuviste  la oportunidad de retroceder ayer. La casa ha sido sellada.

Se movió hasta el baño, donde había un círculo negro sólido y sin nada en mitad del suelo acompañado por 4 más a su alrededor donde apenas podrías estar sentado. El círculo es una paradoja. Ningún principio ni fin, sino limitado. En cada círculo hay cuatro fases esenciales. Consagramos los círculos, abrimos la cámara ...

Cinco círculos, cinco elementos, cinco reinos. Ahora, el Abramelin es esencialmente un viaje, pero esa es una metáfora pobre, ya que no hay por ahora un viaje como tal.. ¿quieres que te explique para que sirve cada círculo? - te miré con una sonrisa desde el umbral del baño. Me recogí el pelo en una coleta acercando a tus fosas nasales un olor sutil a chocolate. 

De repente toda ese reparador sueño del que había disfrutado empezó a despedazarse al ritmo de los puñetazos de boxeo que Mona le iba propinando dialécticamente. Sí, el café estaba increíble, pero ni por esas pudo atenuar lo que lo siguió. La cara de Richard era de un escepticismo trotante, las explicaciones que daba Mona le sacaban de la realidad hacia un mundo que, hasta ese momento, lo había tachado de fantochadas, delirios y robacuartos. Se le debió notar, porque Mona enseguida le recordó que había aceptado quedarse ahí, aunque eso de sellada no lo terminó de entender.

La verdad es que a Richard le costaba seguir el ritmo, no porque fuera tonto, tenía sus estudios de ingeniería y campos matemáticos, sino por lo sorprendente que era todo aquello. Cuando empezó a asimilar conocimientos atendía en silencio, sin otra opción que tratar de buscarle sentido a todo aquello. Con eso del Abramelin y viajar entre mundos desde el baño le resultó hasta cómico, pero no se atrevió a esbozar ninguna sonrisa burlona, por la seriedad con la que se lo tomaba Mona no parecía que fuera a tomárselo a bien.

Si voy a estar encerrado.. supongo que sí, explícame qué significa cada círculo. repuso con cierto sentido del humor resignado. A pesar de ello intentaba estar pendiente de lo que le contaba, no le quedaba otra.

Te señalé uno de los círculos Este círculo, Esta es la Cámara de Efectos. donde sellamos nuestro barco del mundo, lo protegemos contra el ataque.

Éste, la Cámara de la Canción. Que empujamos hacia el vacío, en nuestro viaje.

El tercero es elemento de fuego. La oscuridad, la sala de los huesos donde nos hundimos en el abismo.

El cuarto simboliza lo tangible. Tierra, metal, agua. El ciclo que viene y va, que vuelve y regresa eternamente.

 Ahora este círculo medio, - señalé el central- esto es sin nombre. Aquí es donde aparecerá tu ángel. Pedirás  su favor y yo preguntaré el mío. Te preguntarás ¿para que quiero yo a mi angel? ¿eso existe? ¿me está intentando volver loco señorita Mona? – me reí por lo bajo-Bueno, invocaremos al ángel en cada círculo , pero cada vez que avanzamos, crecerá más poderoso Este mundo se fusionará con otros mundos, otros oirán. ¿Cuándo aparecerá el ángel, justo cuando acabemos de todos? No - me auto respondí -puede aparecer en cualquier momento desde la primera invocación. Aunque probablemente el cuarto o quinto círculo.

Mis pasos te llevaron hasta el pasillo, frente a la entrada de tu dormitorio mira- me puse en cuclillas pasando los dedos por el suelo- ven y toca.

El triángulo representa el orden divino, tres. Un todo, sólo divisible por uno, la Trinidad. Pero no de la trinidad cristiana, este es el mundo de la decadencia, de la pasión, de la sangre y de la muerte, hecho brutal que nos alcanza a todos. - alcé la vista para mirarte con un gesto serio pero maternal Tendrás que hacer en tu cuarto el cuadrado, que representa el cuatro, el número perfecto, ahí estará el lugar de sus impulsos de su bajeza, donde ganarás voluntad a cada día que pase, siempre y cuando superes las pruebas.  

A medida que las explicaciones se ampliaban, Richard se veía cada vez más confuso, si bien reconocía cierta lógica retorcida en todo lo que le contaba Mona. Cuando le dijo que un ángel debería aparecer alzó una ceja, pero de repente recordó los extraños mosaicos del monasterio de Armenia y sintió un escalofrío.

¿Qué favor puedo pedirle yo a mi ángel? se preguntó mirando a Mona. Había aceptado ese juego, a ver dónde iba a llegar. ¿Qué tiene que ver todo esto con lo que veo? lo veía todo tan complejo para dar explicación a lo que hasta ese momento eran alucinaciones.

La siguió hasta el umbral de su habitación, volvió a atender. Hizo lo que dijo tocando el piso, luego hacia la habitación.

¿Cómo hago ese cuadro? ¿Un cuatro sin más? la miró de soslayo. ¿Qué pruebas?