Partida Rol por web

deLos chicos aguardaban las instrucciones de los adultos, la situación era de emergencia y los mayores debían cuidar a los más pequeños, erajn sistema sencillo, así tan antiguo como el hilo negro, pero eficiente porque los adolescentes aprendían a ser adultos y los niños no desconfían de ellos, no son adultos después de todo. Aún se escuchaban las sirenas y carreras que su eco se propagaba por las cañerías, todo sonaba mucho más cerca de lo que en realidad era. 

De pronto la profesora Schneider apareció por la entrada, pero en vez de traer novedades, traía del brazo a una chiquilla de negros cabellos y grandes ojos azules. La profesora verdaderamente la estaba arrastrando, y la levantaba del brazo, mientras ella se resistía, pero no por miedo, sino por la urgencia de saber qué debía hacerse. Como si una mocosa de 14 años podría saber algo, pensó la mujer mientras la soltaba y la chiquilla daba unos pasos hacia atrás para solo tomar impulso y encararla.

-¡ Apuesto que puedo reparar lo que han hecho! - le reclama, la profesora pone los ojos en blanco y le dice que se quede quieta y que no cause problemas. OA solía meterse en problemas, la chiquilla era voluntariosa, aunque no siempre tomará las mejores decisiones. La profesora cerró nuevamente la entrada y la chica pegó un pisotón al suelo y se cruzó de brazos, enfurruñada por haberla dejado fuera de la acción, ella se sentía en todo el derecho de estar con los adultos ayudando. Solo quería ayudar.

OA era una chica curiosa - como adulta seguiría siéndolo - bajita, enclenque y sin ninguna curva al punto que si se cortara el pelo, pasaría por niño. Llevaba una camiseta larga como vestido,  de color gris y con un Mickey Mouse enorme que contrarrestaba con el resto de su atuendo. Medias negras, botines negros, bufanda larga del mismo color y un gorro de lana, aunque color gris oscuro. Tenía guantes sin dedos, y se quedó mirando a los chicos, aún haciendo mohín con los labios.

- qué abuso, si esa bruja olfateara como sabueso, podría estar ya donde sea que esté la falla - no es posible saber si le estaba hablando a los chicos o solo había sido retórica. Ahí recién reparó en todo el grupo, pero en vez de avergonzarse, levantó su mano en señal de saludo. ¿Acaso era un juego para ella que podía estar tan relajada?. 

- ¡Ey OA! ¿La has liado tu? -rió Steve- Sabes, cuando me dijeron que estarías en mi grupo de evacuación y me dijeron que debería mantenerte lejos de problemas -Steve dejó salir el aire con fuerza- supe que mi vida se había vuelto de repente muy interesante.

La conversación, los murmullos y los chillidos medio histéricos medio divertidos de algunas muchachas cesaron inmediatamente al aparecer un trabajador por la puerta de acceso a la escalera de servicio. Iba vestido con un traje NBQ, aunque llevaba la cara destapada. De todas maneras, ver que la situación tomaba cierto carácter oficial puso a todos un poco más nerviosos.

- Cielo, necesito ver -le dijo Steve a Chris- ¿Te llevo a caballito?

Steve paso a la niña, que no puso pegas, a una comoda posición a su espalda. Ella se agarró a la capucha de su sudadera inicialmente, pero luego se abrazó a su cuello y reposó la cabeza en el hombro. Parecia asustada. Cerro los ojos y se la vió temblar un poco.

- Ssshh...

- Ok chicos, un momento de atención por favor -el trabajador, cuyo rostro le era vagamente familiar, comenzó a hablar- Haremos el control de presencia al pasar al hueco de escaleras. Teneis que subir al nivel 20, eso son cuatro niveles hacia arriba, total ocho tramos de escaleras. No hace falta que os recuerde que en situaciones de emergencia está prohibido utilizar los ascensores.

- ¿Pero que ha pasado? ¿No nos lo piensan decir? -grito Eva, la delegada del curso superior, compañera de Steve.

- Nada serio, chicos, nada serio. Podéis creerme. Ha habido un derrame de productos químicos en la planta de tratamiento de aguas que se encuentra un nivel más abajo. Está prácticamente controlado y es virtualmente imposible que los niveles en este nivel lleguen a niveles siquiera incómodos. Pero por precaución vamos a evacuaros al nivel medico de la planta 20, que tiene su propio sistema de ventilación hasta que estemos totalmente seguros. No es necesario asustarse, correr ni AYUDAR -y en ese momento, la mirada de aquel trabajador se centró, curiosamente, en OA, como una cámara láser de seguimiento- Empezad a pasar por aquí, por favor.

De la nada apareció una trabajadora de mediana edad, con una tablilla y un bolígrafo en la mano. Los grupos se pusieron en filas, como columnas de refugiados y comenzaron a avanzar.

- Nena, ¿no vas a contarnos que has hecho? ¿Donde te han pillado esta vez? -Steve le lanzo una de sus miradas reservadas para desarmar a la más pintada, más por costumbre que por otra cosa. Porque con OA no solían funcionar.

- Nombre -preguntó la trabajadora que llevaba la lista.

- Steve Richardson. Numero 1134533/BG. Me acompañan River Lindel, Samuel Krieg, Christina Edgar y Marek Wachowski y OA... -Steve dudó un momento-, perdón, Ophelia Ackermann.

- Correcto, siguiente...

Entraron en el hueco de la escalera, y lo primero que vieron fue un gigantesco numero 24 pintado en la pared. Las escaleras eran suficientemente anchas como para permitir el paso de dos grupos enteros al mismo tiempo. Les quedaban ocho tramos de subida.

- Adiós Steve. Cuando termines de hacer de niñera ven a vernos -un grupito de chicas de lo más variadas, cual si fueran un grupo de pop rock, liderados por Eva le saludaron y subieron al trote, riendo nerviosas. Steve les devolvió el saludo con una mano, por un instante.

- ¿Subimos?

Samuel como siempre avanzaba con firmeza mirando alrededor aunque el olor que notaba le perforaba la nariz y le producía un ligero picor en las fosas nasales así como su garganta. El tipo del traje NBQ era alucinante y evitar que al verlo el joven exclamara con un gran: - Ohhhhh -. Aunque el hombre parecía mas ocupado en pedir los datos para comprobar que todo estuviera en orden mientras avanzaba por el pasillo, esto le produjo un ligero achaque de tos, mientras que se tapaba la boca para mantener cierta educación.

Tras darle un rato a la mollera sobre lo que podía ser lo que ocurriese, acabó pensando que si seguían aquí abajo se intoxicarían de verdad por lo que se quitó la camiseta y se la dio a River mientras miraba a su alrededor, avanzando sin descanso hasta la escalerilla.

- Ri, ponte esto en la boca a modo de mascarilla y que te cubra la nariz o te pondrás mala - Comentó mientras se rascaba el brazo y miraba a otro lado - Esto que olemos es...¿Cloro? Como era la formula de clase...¿Cloruro sódico?, algo así. 

Durante la subida por las escaleras sacó la lengua varias veces poniendo cara de asco por la irritación y la sequedad que le producía. 

Tras pasar aquel grupo de chicas acabé mirando a Steve y dije en voz alta con cierta malicia y a su vez para desviar un poco la atencion de lo que sucedía.

 - ¿Cual de esas es tu novia Sti?

River no daba mucha cuenta de los adultos, dejaría toda la parafernalia técnica y las cosas complicadas a sus compañeros, así podría centrarse en el niño al que tenía sujeto de la mano, el cual además parecía estar poniéndose nervioso ante la situación- Tranquilo Marek, vamos a cuidar de ti, así que no te preocupes -Le acarició el cabello con ternura, si algo tenía claro en esa situación era que debía transmitirle toda la calma posible a los pequeños.

El olor era cada vez más insoportable, pero no tenía nada con qué contrarrestarlo, lo dejaba por imposible y que debería soportarlo hasta llegar a la planta médica, pero una solución se presentó ante ella sin previo aviso- Oh… Gracias -Le dijo a su amigo, tomando la camiseta, se habría negado pero sabía que él no daría su brazo a torcer y que decir que estaba bien era una burda mentira. Se colocó la prenda de manera que se mantenía sobre sus hombros y así colocar gran parte en la zona de la nariz y boca, notaba el olor de Samuel por encima de lo que parecía ser cloro, pero no era desagradable, sino que la reconfortaba y hacía sentir en cierto modo segura.

En cuanto comenzaron a avanzar por fin, la rubia se preocupaba en mantener bien agarrado al menor y con la otra mano sujetar la prenda que le habían dado, prometía ser todo tranquilo y que no tardarían en llegar hasta el lugar destinado hasta que aparecieron unas chicas mayores que ella y que OA, sin duda eran guapas y parecían populares, todo lo contrario a River. Fue su compañero quien hizo la pregunta que se le había pasado por la cabeza a ella también- Puede ser cualquiera, parecen ser muy majas -Su voz quedaba algo extraña por la tela sobre su boca, pero procuró hablar lo suficientemente alto como para que se la entendiese.

Pese a haber subido un poco, el olor seguía siendo fuerte, algo que notaba pese a tener algo con que cubrirse- ¿Vas bien, OA? Tal vez podamos compartir la camisa -Se ofreció mientras comenzaba a buscar una manera para que ambas pudieran usarla, hasta ese momento no se había decidido a proponerlo, varios minutos de duda en los que pensaba si sería demasiado pretencioso de su parte, si Samuel se molestaría por ofrecer su prenda a otra persona, si ella no lo quería y mil cosas más que rondaban tanto por su cabeza como de costumbre.

- Rompedla para hacer paños para harapos con los que taparos si no cabéis, es una camiseta repetida que tengo -Y ahí se va mi camiseta favorita, pensó Samuel mientras intentaba poner una sonrisa forzadisima y poco realista de las que pone él cuando miente, en su linea de pensamientos prefería sacrificar algo que le gustaba para mantener a los demás bien.

Su mano se paso por la camiseta interior de tirantes blanca y clásica, rascandose el pecho por los picores, con algo de disimulo mientras seguía avanzando, de cuando en cuando mirando atrás y a los niños por si se quedaban rezagados, buscando a los otros grupos con la mirada, mienrtras achinaba los ojos.

- Veo menos que un Asgardiano - Suspiró mientras le pego una patada al aire mirando al suelo.

- ¿Novia? ¿Pero que dices tío? No se, creo que me enrollé con alguna del grupito de Eva... pero de eso a novia. Creo que en realidad las chicas no me trata con seriedad -y por un momento, Steve permaneció serio- Y como no te pases de caballeroso te vas a coger una pulmonía. Menos mal que el centro médico ya no queda lejos.

OA pasó su dedo por la nariz cuando el superior Richards le preguntó si la había liado - ja... si yo fuera la responsable de esto, te juro que no estaríamos teniendo esta conversación - respondió rápidamente con las manos en sus bolsillos y una oscura sonrisa ¿a que se refería?, ¿que estarían todos muertos?, posiblemente, a veces tenía idea muy extrañas, y un humor demasiado negro, la mayoría de las veces.

La histeria continuaba, más aun cuando el olor empezó a irritarlos, en los más pequeños podría causar mareos, en el resto, ardor en nariz y garganta. En realidad nada más grave que lo que ya estaban viviendo aunque  si estuvieran más cerca del accidente, estarían peor, sintió preocupación por esas personas e impotencia por no ser escuchada, era aun muy bajita y pequeña, y los adultos, demasiados idiotas como para reconocer que una mocosa de 14 años era mejor que ellos. Chasqueo la lengua y se quedó más atrás, siendo una de las últimas en obedecer al hombre que les daba instrucciones e intentándolo convencer de que la dejaran ir, que su abuelo la necesitaría porque era su asistente, cómo si su abuelo estaría ocupándose de aquello.

Richards-senpai la volvió a picar, ella entornó los ojos, ignorando el porqué le lanzaba aquella mirada, - eres demasiado estirado, como si tuvieras un palo en el culo  - le responde, no había sido muy agradable, pero él se lo había buscado con esa mirada, y se fue a poner al lado de River, enfurruñada porque no la dejaban ir a trabajar - mendigos adultos... cómo si supieran... tsss- seguía peleando con el aire caminando detrás del grupo y carraspeando, el cloro estaba ya siendo molesto, y se subió el cuello de su ropa colocándoselo hasta la nariz, al ser pequeña, la regla general es que la ropa le quedara grande.

- ¿majas? era una parvada de urracas, tan ruidosas como odiosas - le responde a su amiga, negado su propuesta de la polera - venga, colócatela bien, se acerca a ella y  le arregla la prenda para que no le moleste el cloro - mira que el macho aquí presente se quiso hacer el caballeroso contigo River,  quizás le gustas - le pegó en las costillas a su amiga, moviendo sus cejas y señalando a Kreig, sin importarle que el chico estaba ahí mismo.

- el cloro,-por unos segundos dejó el chiste y se puso seria,  veces podía hacerlo - al contacto con el aire se volatiza y sólo causa lo que sienten ahora, molestias en la garganta, ojos y nariz, la irritación pasará, pueden venir dolores de cabeza y mareos, pero nada más que eso, lo que se ha liberado hasta acá es molesto - hay que esperar que los de los niveles más bajos, estén bien, o eso intentó pensar pero no lo dijo, no sabía si alguno tendría familiares en esas faenas - el cloro como gas es mas pesado que el aire, así que cuanto más subamos, estaremos mejor, así que a cambiar esas caras de muerte, que es como si alguien se halla tirado un pedo más grande de lo normal, nada más - le guiñó un ojo al niño que iba con su amiga.

- ¿quien sabe una canción? - como no escuchó respuesta - vamos, cantemos... eh....- puso su dedo índice en sus labios mientras pensaba en una canción - vamos de paseo... pilim pilim... en un auto feo... plim plim plim pero o me importa... plim plim plim porque como torta.. plim plim plim - se puso cantar, y era entonada en realidad, riendo al final - uffa que mala la canción ¿quien propone otra? - lo mejor era hacer como si lo que estaba pasando era lo más normal del mundo, así los niños no estarían asustados.

Cita:

Bocazas, dijo para si Steve. Torció un poco la comisura del labio mientras veía como OA se adelantaba, dejándole con un palmo de narices. ¿Pero que pasa conmigo?, continuo, soy capaz de tener comiendo de la mano a personas que no me importan un comino, pero a quien considero mi amigo... Bueno, lo cierto es que a OA hacía poco que la conocía.

River y Samuel, por otro lado... Su sonrisa volvió y sonrió con paternalismo. Vaya grupo. Y los dos rubiales, que iban siempre juntos, que podían pasar por hermanos. Era obvio que existía un vinculo, aunque aun hoy, dos años después de conocerles y de enseñarles a jugar a poker, se preguntaba de que tipo.

Su carga no era muy pesada, pero comenzaba a sudar con la sudadera. Steve nunca había sido un cachas. Lo consideraba una perdida de tiempo. No estar gordo, por razones de estética y de salud, y ya está. La violencia física es para los perdedores.

Habían llegado ya al nivel 22. Viviendas. Y controles con gente vistiendo NBQ impidiendo entradas y salidas. Y tipos midiendo el aire y revisando los conductos de ventilación, con las rejillas desmontadas en el suelo, apoyadas contra las paredes de grueso hormigón pintado de verde y azul.

- ¿Queda mucho tío Steve? -musito Christina.
- Ya casi hemos llegado cielo. ¿Esta bueno el caramelo que te ha dado Rivers?-Steve sintió como la niña asentía en su hombro, y su cálida respiración calentándole el cuello, mucho más tranquila ahora.

En aquel momento, su atención volvió a su grupo. OA hablaba de química, explicando detalles que el estaba estudiando en aquel curso. Abrió los ojos con sincera admiración. Y después se puso a cantar canciones infantiles que de inmediato la pequeña Chris se animó a cantar. Steve se adelantó hasta ponerse en paralelo con la pequeña morena.

- Te pido disculpas. Antes he sido un bocazas. Aun no nos conocemos tan bien, me temo.-le dijo mirando hacia otro lado. Le costaba ser humilde, destruir esa fachada de mister perfecto. Carraspeó y giró la cara para mirar a esos ojos verdes que parecían absorberlo todo- Oye, me has dejado anonadado con lo que sabes del cloro. Es de último curso. Y gracias por calmar a los peques -añadió en un susurro, acercándole el rostro-. Creo que Chris estaba a punto de llorar.

De pronto hubo una pequeña conmoción.

- ¡Chicos! -grito una autoritaria voz desde las plantas inferiores, ayudada por un megáfono- Haceos al lado de la pared izquierda. Dejad libre el lado de la barandilla. Y aseguraos de que los más pequeños miren hacia la pared. ES IMPORTANTE.

Todos se miraron un poco nerviosos, pero en Titan se les enseñaba a obedecer desde muy pequeños. Steve se pasó a Chris al frente de nuevo, para finalmente dejarla por un instante en el suelo, aprovechando para ganar resuello.

- Hagamos corro los mayores, ¿ok?-indicó a los demas, dejando a Marek y Chris junto al muro de hormigón, en uno de los descansillos. Liberado de su carga, aprovechó para quitarse la sudadera. La camiseta era simple, solo negro y amarillo marcando cuello y mangas, pero al menos no sudaría y apestaría como un puerco. Se ató la sudadera con las mangas alrededor de la cintura. Por un momento pensó que podría ofrecérsela a Samuel, pero aquello pisaría su momento galante, reflexionó. Prefirió dejar las cosas como estaban.

Instantes después, comenzaron a escuchar gemidos y algún chillido desvaído. Tres tipos subían a la carrera, dos muy grandes y fuertes, vestidos con el omnipresente NBQ, portando una camilla con una persona a la que atendía una doctora, identificada con sus galones militares, en un ejercicio de funanbulismo mientras trataba de mantener el paso y subir por las escaleras. El tipo estaba entubado y la doctora portaba la máquina que garantizaba la respiración y una bolsa de suero que ya entraba por una vía en el brazo. El rostro del tipo estaba casi cubierto, pero Steve pudo ver sangre y quemaduras y nada donde se suponía que debía ir la oreja. Solo un trozo de piel requemada y supurante.

En menos de un instante habían desaparecido. Todo el mundo guardaba silencio y alguna persona comenzó a llorar.

- Ok, chicos, sigan subiendo. Menos de dos plantas ya.-era la primera vez que escuchaba aquel tono a la profesora Schneider. Aquello fue lo que más le preocupó.

Samuel miró hacía OA y luego a Steve viendo su batalla dialéctica mientras en su cabeza pensaba que su amigo había recibido una pequeña lección de humildad por parte de la chica que parecía que había consumido demasiado azúcar por la mañana. - "Bueno, ahora me pica todo menos, quizás el aire de aquí no este tan viciado y no haga falta que nos vean los médicos ni nos pinchen. Odio a los médicos, me pinchan siempre en el culo y me quieren sacar la sangre, son como vampiros"- Pensó mientras se escuchaba un tumulto que iba acrecentandose por el pasillo.  Varías figuras dieron unas ordenes directas para que todos dejaran hueco y los menores se quedaran mirando a la pared, pero como no el chaval mas curioso que un gato procuró mirar en todo momento, girando la cabeza levemente y luego agachandola para disimular un poco:

Lo que vio no era producto del cloro, era algo mas. - ¿Acido?¿Habría un Alien de aquellas viejas películas suelto? ¡Guay! -. Volvió a pensar mientras en sus labios se ponía una sonrisa mas animada y hasta cierto punto estúpida.

 - Es una cacería de bichos - Susurró para sí.

Haberse criado con un padre el cual era muy aficionado a las películas y series clásicas de la ciencia ficción habia dejado una gran impronta dentro un chaval que ya era de por sí imaginativo e impresionable. Por extraño que pareciera la imagen del hombre desfigurado no le causo miedo, sino que disparó por un momento su imaginación y luego fue lentamente sustituida por la preocupación por sus compañeros, dándole la daterminación suficiente para empezar a empujar a River y a Oa para que aceleraran el paso, intentando no ser bruto pero si apremiante.

 - Venga, salgamos de aquí cuanto antes, no me gusta como pinta todo esto, pero no creo que sea solo cloro. - Dijo con voz firme mientras miraba hacia el lugar donde se habían llevado a aquel tipo que posiblemente estuviera muerto o lo estaría pronto.

"¿ No debería tener miedo por estas cosas?" - Pensó durante unos instantes - "Bueno, luego me preocupo por eso, primero salir de aquí y evitar a los médicos. ¡Esos si que dan miedo!"

La rubia paseaba por el lugar tranquilamente, recién se había separado del compañero de trabajo con el que llegó en un principio, un vestido al mas puro estilo vintage de un rosa palo que resaltaba su clara piel, la parte de arriba contaba con un escote de corazón cubierto por tela de encaje con diseño de flores que procuraba así las mangas que caían en forma de V por detrás, una cinta que separaba esa parte de la inferior, atada detrás en un lazo sencillo, la falda larga hasta las rodillas de seda parecía bailar alrededor suyo en cada movimiento. Un estilo sencillo y fresco acompañado por unos tacones de aguja color blanco roto y un moño bajo con el que había recogido todo el pelo. No llevaba mucho más, sin accesorios y un maquillaje sumamente ligero y natural.

Si se encontraba sola era por puro gusto, ya había pasado mucho tiempo hablando sobre su trabajo y quería descansar, desconectar y encontrar a algún amigo si es que habían asistido al lugar, apenas había podido hablar con OA, Samuel o Steve en esas semanas, cosa de la que se lamentaba enormemente. Pero eso no le quitaba las ganas de verlos en ese momento, así pues se dispuso a ir directa hacia la zona de la barbacoa, donde tomaría un vaso con un refresco y así dispondría de algo a lo que atender a parte de mirar y buscar por todas partes.

Con paso lento y tranquilo, procuraba no chocar con nadie, atenta a los rostros de los que pasaban cerca, en pocos minutos algunas personas la habían saludado de manera efímera al verla, tratándose en su mayoría gente que había tratado o con la que continuaba trabajando, alegrándose al ver que podían disfrutar de la fiesta sin problema alguno.