Partida Rol por web

Tombstone: Dead Lands

Capítulo 1: Un día en Tombstone

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13/05/2009, 12:58
Director
Sólo para el director

DAKOTA

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16/05/2009, 18:45
Director

Llevas ya casi un mes en Tombstone.

Hace seis semanas te despediste de tu "amigo". Varias largas conversaciones te permitieron entender que el hombre que te socorrió en el desierto y con el que viajaste dos años trabajaba en secreto para la Unión, en la agencia que los blancos llaman Pinkerton. Eso no cambió tu opinión de él pues te importan poco esos conceptos de fronteras y países, siempre has sido un alma errante. Todo lo contrario, saberlo te hizo desear ayudar a tu viejo compañero y él parecía valorar mucho tus capacidades. Tal vez un día serías parte de algo. Aún no estabas seguro de lo que buscabas pero la amistad de ese misterioso hombre es lo que más te ha ayudado en mucho tiempo.

Con unas pocas instrucciones, te explicó qué podías hacer por él (aunque sólo lo entendiste en parte) y cómo contactar con él cuando te fuera necesario. Tras separaros, llegaste por casualidad a Tombstone. Cualquier pueblo o ciudad te valía, al Este u Oeste, y con los días la dinámica ciudad demostró ser muy, pero que muy interesante.

El día de tu llegada, el 3 de abril, el Epitaph anunciaba una victoria militar en California. No parecía el tipo de noticia que podría interesar a tu amigo, pero decidiste que ese periódico podría ser una buena fuente de información por lo que bien valía echarle un vistazo de vez en cuando. Las noticias de las siguientes semanas fueron algo más interesantes: tiroteos, atracos, ahorcamientos... y todo ese tema de los viajes anulados. No sabías cuál de estos acontecimientos sería el tipo de información que buscabas, y ninguna te afectaba directamente pero tu instinto empezaba a olerse algo. Entre las noticias de las montañas de periódicos que acumulabas en el cuarto de tu humilde pensión, ocultos bajo la cama, empezaba a trazarse un patrón nada concreto, difuso, extraño y misterioso.

Extraño y misterioso es precisamente como habrías descrito a tu amigo y a todo lo que dijo cuando trató de explicarte en qué consistía su trabajo, de modo que empezaste a querer saber más; en el pueblo no se estaba mal, al fin y al cabo. Tus pesquisas entre los habitantes de Tombstone daban poco resultado, aquí y allá se rumoreaban cosas de la guerra, de la incompetencia de la Wells Fargo y de que el telégrafo tampoco funcionaba del todo bien.

Llegó la ordenanza No Armas a la ciudad y en ese momento decidiste jugar tu carta en la manga. No tenías ningún deseo de ser un extranjero medio indio desarmado haciendo preguntas en un violento pueblo del Oeste, de manera que cuando el Sheriff te detuvo por llevar armas, la expresión de su cara al mostrarle el escrito que te certificaba como "Colaborador Civil de los Ranger de Texas" bien valió el trago al que le invitaste después. Una buena relación con el Sheriff Eakley era importante. Sin saber por qué, te pareció que sería el tipo de cosa por la que te habría felicitado tu amigo.

Tus armas se quedaron contigo y cuando el miércoles 1 de abril leiste un hostil artículo en el Epitaph, en tu mente sentiste conectarse algo. El texto tan cargado de preguntas, los ataques (que oficialmente no aprobabas, desde luego) contra el Sheriff y el alcalde por ocultar... algo.

Extraño y misterioso.

Pasaste el día encerrado en tu cuarto revisando viejas notas, pensando y meditando como hacían tus antepasados. El sueño te sorprendió y te despertaste tarde, con el sonido de un lejano disparo. Nada demasiado infrecuente, a pesar de la Ordenanza 41. No debe quedar mucho para el mediodía y hoy te sientes muy activo, tienes muchas cosas que hacer.

Notas de juego

Bienvenido a la partida!

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17/05/2009, 06:26
Dakota

Dakota se despertó sobresaltado, con uno de sus Tomahawks ya dispuesto a encontrar un objetivo. Miraba con gesto extrañado la pequeña pocilga donde había pasado la noche, una mirada que helaría la sangre de cualquier hombre cuerdo.

Normalmente, con cada despertar demoraba varios segundos en escrutar el lugar que lo rodeaba. Otra maldita costumbre adquirida tras años de vagabundear por el desierto. Sin embargo, esta vez tardó mucho menos de lo esperado en reconocer su entorno. Aunque eso no le provocaba ninguna felicidad, claro, pues solo significaba que ya había pasado demasiado tiempo en el inmundo agujero.

Nunca terminaría de adaptarse a dormir bajo techo. Sobre todo por la sensación de encierro asfixiante, pero también por ese maldito olor... ese olor a gente amontonada que parecía pegársele a la piel.
 

Los ecos del disparo ya se habían disipado cuando Dakota comenzó a ponerse sus pantalones y su chaqueta. Era una de las pocas costumbres del hombre blanco que había terminado por aceptar. Principalmente porque había descubierto que un indio vestido provocaba muchas menos preguntas que uno prácticamente desnudo.
 

Se calzó sus botas y se enfundó en la raída chaqueta de cuero que le llegaba casi hasta las rodillas. No era una prenda demasiado cómoda, pero era la única que permitía ocultar, al menos en parte, los tremendos Tomahawks que llevaba siempre sujetos al cinto. Echó una última mirada al lugar y se acomodó el viejo winchester sobre el hombro derecho. Agradecía cada oportunidad que tenía de abandonar el maldito lugar.
 

Salió de la pensión en silencio, sin cruzar palabra con nadie. No es que los demás inquilinos estuvieran demasiado interesados en un indio extranjero de espaldas enormes y más feo que un diablo, claro. O si lo estaban, se guardaban bien de hacerlo público. Para Dakota estaba bien. No era demasiado bueno para esconder sus intenciones. Por lo tanto, cuanto menos le preguntaran, menos necesidad habría de provocar una masacre.
 

Primero pensó en dirigirse hacía el lugar desde donde habían sonado los disparos, pero finalmente se encaminó a la oficina del Sheriff. Estaría preparando una partida para investigar los hechos, y seguramente habría conseguido buenos rastreadores.
 

Al fin se había presentado la oportunidad que esperaba desde hacía días. Los ánimos comenzaban a caldearse en la ciudad, y los cuestionados hombres de la ley iban a necesitar toda la ayuda que pudieran conseguir. Tal vez, incluso la de un indio extranjero con cara de pocos amigos. Y Dakota necesitaba ganarse la confianza del alguacil. No le bastaba con que lo dejara moverse con cierta libertad. Para averiguar qué diablos estaba pasando en la ciudad, tenía que entrar en su círculo más íntimo. Y Dakota solo conocía una forma de hacer las cosas… sangrando o haciendo sangrar.

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17/05/2009, 13:55
Director

Tu presencia en la pensión provoca algunas miradas tímidas. La gente suele meterse sólo en sus asuntos, pero tu aspecto todavía llama la atención tanto como intimida.

Menos tímidas son las miradas que se cruzan contigo una vez sales del sórdido edificio. Cowboys, pistoleros, militares... gente acostumbrada a "tratar" con los pieles rojas. Los tipos duros del Oeste ni siquiera se molestan en hacer una muesca en su arma cuando matan a uno de los tuyos. Claro que aquí la situación es distinta: este indio está armado, incluso en un lugar en el que la mayoría solo tienen una pistolera vacía para respaldar las amenazas. Además, empiezan a acostumbrarse a verte por aquí. El mestizo armado malcarado que trata mucho con el Sheriff.

En todo caso sabes que sigue siendo un lugar peligroso para ti, cualquiera de estos vaqueros podría ser el siguiente caso de "violación de la Ordenanza 41" y sólo esperas que no se decidan a buscar problemas contigo. Dejas atrás a estos depredadores para adentrarte en una zona de la ciudad ligeramente menos turbia donde la gente normal, que se gana la vida sin un arma en la mano, resulta ser aún más prejuiciosa contigo aunque indudablemente menos peligrosa.

No debes de estar muy lejos de la zona del disparo, pero no se siente un especial alboroto o agitación en la gente que camina por las sucias calles repletas de comercios. En todo caso la oficina del Sheriff Eakley está ahí mismo y decides que lo mejor es acercarte directamente a enterarte.

Una estrella descolorida adorna un letrero cuadrado de madera en el viejo despacho del Marshal de la ciudad. Dos escalones que chirrían ascienden hasta el nivel del suelo de la oficina cuya única puerta, reforzada con barrotes de metal, suele estar abierta. El edificio solo tiene dos ventanas también cerradas por barrotes. Una de las ventanas da a la calle principal; la otra, que mira hacia la parte trasera, está situada en las celdas contiguas al despacho.

Cuando entras en la sala ves al Sheriff Walter Eackey sentado en su mesa con un montón de papeles sobre ella. Parece absorto en escribir, leer y releer algo hasta tu llegada, momento en el que alza la mirada.

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17/05/2009, 14:50
Sheriff

¡Dakota! ¡viejo demonio rojo! sonríe sin levantarse de su mesa, sin dejar de mirarte pero con las manos posadas sobre la madera y los papeles, como si no se pudiera permitir evadirse mucho tiempo del trabajo.

En ese momento caes en la cuenta de que pocas veces has visto al Sheriff en su oficina solo. Suele estar acompañado de uno de sus dos ayudantes y de algún voluntario temporal.

¿Qué te trae aquí? Hoy tengo un día de perros...

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17/05/2009, 15:45
Dakota

Dakota pasó su mirada por las celdas. Un gesto inconciente, que apenas si duró unos instantes. Sin embargo, sirvió para recordarle el riesgo que corría, la delgada línea que había empezado a transitar desde su llegada al pueblo. Sirvió para recordarle que ese no sería su castigo.

Estaban en un pueblo difícil, donde el más leve error, la más mínima equivocación, podía llevar a un hombre a la cárcel. Pero Dakota había aprendido hacía ya bastante tiempo que las rejas solo son para los hombres blancos. Para castigar a un indio se necesitaba mucho menos. Tan solo unos gramos de plomo.

- Oí un disparo. – empezó, sin mayores ceremonias. – Creí que podrías necesitar más gente. – su voz era pausada, lenta. Casi como si tuviera todo el tiempo del mundo para arrastrarse por su garganta.

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17/05/2009, 15:55
Sheriff

¡Ah! Sí, mandé al chico dice, refiriéndose a su ayudante más joven estará a punto de llegar.

Vuelve a dirigir la mirada a uno de sus papeles.

No será nada, seguramente, pero no se puede permitir que ignoren la ordenanza. Siéntate.

Señala vagamente una silla, mientras te sigue hablando ya con su atención dispersa entre tú y su trabajo que descansa sobre la mesa.

No hay que ponerse nervioso por estas cosas. Cuando llegue podrás enterarte...

Maldita sea... susurra, cuando su mente vuelve al trabajo. Disculpa, hoy es un mal día.

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17/05/2009, 16:52
Dakota

- Humpf…- Dakota movió su cabeza en señal de asentimiento, a la vez que un sonido gutural escapaba de algún lugar indeterminado de su garganta para reforzar su conformidad a la idea del sheriff.

Se acercó a una silla y se sentó en ella, todo con la misma silenciosa parsimonia con que parecía encarar cada acto de su vida. En medio del proceso, sus ojos se desviaron a los papeles que el oficial tenía sobre la mesa. Fue una reacción algo distraída, y no demasiado sutil, puesto que no estaba planeada. En otras circunstancias podría haberse metido en problemas, sin embargo su altura y posición le otorgaban ciertas ventajas en ese momento, y además el Sheriff parecía demasiado absorto en los papeles que tenía frente a él.

No estaba particularmente interesado en lo que decían, pero tal vez pudiera matar un poco el aburrimiento hasta que llegara el muchacho. Al parecer, el inconveniente no habría pasado a mayores, y sus servicios no serían necesarios. Lástima. Debería esperar por otra oportunidad.

Notas de juego

Decime si tengo que tirar algo.

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17/05/2009, 18:00
Director

Notas de juego

Tira observación, la cualidad. 4d6 y repite cualquier 6

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17/05/2009, 19:13
Dakota
Sólo para el director
- Tiradas (3)

Notas de juego

Total: 17

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17/05/2009, 23:49
Sheriff

El Sheriff Eakley se mantiene con una pluma en la mano mirando fijamente hacia un papel. Por la manera en que escribe, tacha, se lo piensa y vuelve a escribir llegas a la conclusión de que está redactando algo y no parece estar resultándole nada fácil.

Desde tu posición te resulta difícil leer el papel pero ves varias palabras en mayúsculas que te resultan más sencillas de distinguir: Tombstone y Epitaph, el nombre del alcalde y la Wells Fargo.

Un ejemplar del Epitaph de Tombstone sobre el escritorio, medio oculto bajo unos formularios, te cuenta el resto de la historia. Así que tiene que ver con eso...

Sin poder mantener la concentración mucho tiempo en el texto que tanto le está costando, el Sheriff Eackley alza la mirada cruzándose con la tuya. Debe haber leido la curiosidad en tu rostro pero sin duda ha creído ver que lo que mirabas con tanta atención era el ejemplar del periódico.

No me digas que no lo has leído aún de repente recuerdas la edición prometida por la editorial para hoy, sin duda el alguacil se refiere al nuevo ejemplar.

Échale un vistazo y dime si no es para colgarlos

exclama, cogiendo el periódico de debajo de sus papeles y lanzándotelo.

- Tiradas (1)
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18/05/2009, 00:06
Tombstone Epitaph

En un primer momento tu mirada se posa en un anuncio de Pompas Fúnebres de la ciudad, vistosamente alegre. Que mal gusto piensas dándole la vuelta al panfleto, que te había caído por la contraportada.

La primera plana se vuelve ante ti.
 

¡Verdad y Libertad!

 

Cumpliendo nuestra promesa, el lector tiene en sus manos el primer ejemplar de la edición extra que tan insultantes acontecimientos han hecho necesaria.

Pero no se limitará el Tombstone Epitaph a denunciar y sentarse a esperar, pues el motivo de esta editorial es anunciar una firme resolución del reportero que suscribe, en nombre de nuestro periódico. El humilde periodista abajo firmante se compromete a cruzar el desierto hasta Bronco Pueblo, desde donde informará puntualmente a los lectores del Epitaph en calidad de corresponsal. Esta salida, sin demoras ni cancelaciones, tendrá lugar el siguiente miércoles 8 de mayo a menos que antes los responsables nos hayan dado una explicación convincente o la Wells Fargo haya anulado su política "sin salidas hacia el oeste".

El Epitaph ofrece 15$ y una mención especial en su edición del domingo 12 a los valientes voluntarios que se acerquen a nuestra oficina y ofrezcan su escolta y compañia en la peligrosa misión.

 

Charles Eckhardt.

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18/05/2009, 05:06
Dakota

Dakota leyó con atención las notas del periódico. Empezó por la primera plana, pero se tomó su tiempo, como casi siempre, para echarle una hojeada al panfleto entero. No porque encontrara nada demasiado interesante, sino porque odiaba esperar y esa era una buena forma de matar el tiempo.

Habló con voz grave y carente de emoción, una voz de ultratumba que solía poner nerviosa a la gente.

- Suena a declaración de guerra. O tienen agallas o están locos. De cualquier forma son peligrosos. ¿Por qué no los cuelga?

Dakota pareció calibrar sus palabras por varios momentos. Finalmente, tras pasear su vista por la habitación desierta, agregó con el mismo tono monocorde de siempre:

- Si quiere, puedo ir a echar un vistazo. Hoy no dispone de muchos hombres. Y no importa lo que digan, nadie creerá realmente que trabajo para usted.

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18/05/2009, 16:33
Sheriff

Mientras ojeas el resto de noticias del periódico, el Sheriff sigue ocupado con sus papeles. Distraido y con mala cara. No encuentras ninguna noticia más que sea digna de mención y cuando te cansas de darle vueltas a las páginas y hablas, el Sheriff vuelve a mirarte con atención.

Eso es lo que digo yo, por qué no los colgamos y nos ahorramos problemas... pero el alcalde piensa de forma distinta: ir de cualquier forma contra el periódico les daría más motivos.

Suspira, encogiéndose de hombros.

Si quieres ir a intentarlo te lo agradeceré, aunque dudo que consigas nada. Pero primero vamos a esperar al chico, no sé por qué tarda tanto.

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18/05/2009, 17:11
Dakota

Dakota arrojó el periódico sobre la mesa y se acomodó sobre la silla. Llevaba la espalda muy recta y cada palma apoyada en una rodilla. Su gesto era adusto, casi enojado, aunque tal vez la seriedad solo formara parte de sus facciones. Como si sus músculos fueran incapaces de manifestar otra sensación.

No podía negar que los del periódico llevaban cierta razón, y eso ponía a la gente de su lado.

- Es más fácil ser valiente cuando no estás solo. – concluyó el indio.

Pero algo no le cerraba del todo. La ley del Oeste era bastante dura, y quienes la aplicaban tenía fama de hacer sus propias normas. Era muy extraño que un Sheriff tuviera las manos atadas, y más aún que el propio alcalde fuera incapaz de resolver la cuestión.

Tenía que haber algo más detrás de ese periódico. Algo que los hiciera intocables.

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19/05/2009, 02:47
Sheriff

Ciertamente el Sheriff no tiene hoy su mejor día. Su rostro se contrae y hace muecas. Incómodo, no deja de moverse en la silla. Evidentemente el trabajo de despacho no es lo suyo.

¿Cómo escribes "decisión"? DE-SI...  te pregunta sin levantar los ojos del papel bah! da igual finaliza con un gesto de la mano al mirarte. Probablemente el alguacil no sepa siquiera si hablas su idioma con fluidez, dado lo parco en palabras que sueles ser.

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19/05/2009, 05:38
Dakota

El indio mantenía su tono monocorde, carente de emoción. Se mantenía completamente inmóvil, sin apenas respirar. Y no parecía particularmente fastidioso. Si bien no le agradaba esperar, su raza había sido bendecida con una paciencia difícil de comprender para los hombres blancos. Tardaba bastante en sentirse incómodo.

- Tal vez deba ir a buscar al chico.

No fue una idea demasiado meditada. De hecho, la expresó en voz alta apenas se cruzó por su mente. Podía mantenerse sentado en esa misma silla todo el día, si era necesario. Aunque ciertamente prefería abandonar el inmundo cuartucho.

- Creo que es con "C". Como "se-CE-sion."

 

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19/05/2009, 16:47
Sheriff

¡Oh! ¿en serio? El Sheriff escribe la palabra frunciendo el ceño y asintiendo sí, creo que vas a tener razón.

Parece más sorprendido por tu acierto que por la ortografía de la difícil palabra. Por el momento Eackley demuestra estar interesado en poco más que su texto pero pronto contesta.

Si tarda diez minutos más yo mismo iré a buscarlo...

 

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19/05/2009, 23:52
Dakota

 Dakota se frotó inconcientemente los nudillos, ante el velado reconocimiento del Sheriff, mientras una mueca iba tomando forma en su rostro. Sin embargo, no era una mueca de orgullo ni de satisfacción por haber sorprendido al oficial con sus conocimientos. Era un gesto patente de dolor.

- NO. NO. NO. Y NO !!!

- WHIP !!! WHIP !!! WHIP !!! CRACK !!!

Cada negativa iba ceremonialmente acompañada de un sonoro latigazo. En rigor de verdad, no se trataba de un látigo, sino más bien de una delgada varilla de madera. Pero el dolor era bastante similar.

O eso pensaba el corpulento indio que se mantenía estoicamente de pie en medio del desierto, con ambos brazos extendidos hacia el frente y las palmas hacia abajo. Jamás había sentido el látigo en sus nudillos, pero no podía imaginar que fuera peor que la delgada varilla.

Aunque aún era joven, hacía tiempo que Dakota había dejado de ser un niño. Por eso, tener que soportar impotente las explosiones de furia de su mentor era aún más doloroso que el castigo en sí. Debía recurrir a toda su fuerza de voluntad para controlarse. Principalmente por el respeto que sentía hacia quién le había dado un objetivo y un rumbo a su vida. Pero también porque tenía serías dudas de poder reducir al mañoso viejo.

- ¡¡¡Te lo he dicho veinte veces!!! A ver si aprendes de una maldita vez… me lo merezco por intentar meterte algo en la cabeza. ¡¡¡Indio cabeza-dura!!!

- De-CI-sión. Con “C” !!! Como se-CE-sión. Harías bien en aprenderte esas dos palabras. Parecen usarse muy a menudo de este lado de la frontera.

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19/05/2009, 23:58
Director

La espera se alarga durante largos minutos. Nadie que te viera diría los oscuros pensamientos que nublan tu mente, tan solo permaneces quieto, imperturbable. Con la misma pose con la que los sioux dibujan una silueta en el borde de un acantilado durante horas oteando el horizonte como si fueran parte misma de la montaña.

Desde luego el Sheriff parece bastante distraido con sus propias cosas. Cuando tu anfitrión empieza a mostrar signos de nerviosismo y a mirar hacia la puerta más que al papel, por fin un chico se asoma llegando a la carrera y entra en el despacho.