Partida Rol por web

- Me toca - digo cruzándome con Kenichi y asintiendo con la cabeza en su dirección.

Al poco rato salgo de la cabaña.

- Ya hay otra hoja en blanco - digo mientras me acerco a mis amigos.

“Sí, ahora lo tenemos todos claro, muy claro”, enunció Aki satisfecho como ante la solución de un problema matemático. Se lo veía ardiendo durante un instante con una pasión extrañamente desapasionada, la excitación y satisfacción frías del placer intelectual.

Pero no es sólo todo rompecabezas y estrategias. Pasando de un amigo a otro, dándoles palmadas en las espaldas u hombres, dijo mientras que se acercaba a la casita de los rumores: “Es raro, pero nunca antes me he sentido más cerca de vosotros. Realmente son los Juegos de la Amistad. Porque sea lo que sea que acontezca, nosotros queremos estar juntos. Iremos a esta tercera prueba juntos y lucharemos para quedar juntos hasta el final. Atravesar el infierno es un viaje hasta placentero en la compañía de gente maja…”

Entró, luego salió de la casita rematando la proposición de Kenichi a seguir: “Tarjetas en blanco hasta que estemos en la casilla 60 y Kenichi en la 59.” 

Gracias al cambio de casilla se había librado de la penalización que le hubiera impedido entrar a la caseta de rumores, prefirió no decir nada ante el comentario de Manabu, tan sólo hizo un gesto con la cabeza para hacerle saber que lo había escuchado.

A pesar de lo que les había dicho los chicos decidieron seguir su plan, un método a su entender más lento y pesado. Iban a alargar aquel juego más de lo necesario, había otros modos de acabar con aquello mucho antes y obtener el mismo resultado. Hombres... Pensó haciendo rodar los ojos, poco más se podía hacer. De todos modos si no iban todos a una, no sacarían nada de aquello. - Si es eso lo que queréis, sea. Adelante. - dijo tras escuchar a Kenichi.

Fue entonces cuando no se esperó el movimiento de su amiga, que se acercó hasta rodearle el cuello con los brazos, en un abrazo cercano. El repentino gesto de cariño, logró pillar por sorpresa a Sayuri, haciendo que sus mejillas se encendieran levemente. Pero su respuesta no se hizo esperar, colocó una de sus manos en la espalda de la pelirrosa mientras la otra le acariciaba el pelo suavemente, en un gesto tranquilizador. Pudo sentir el aliento cálido de las palabras de Miirei en la base del cuello, provocando que una leve sonrisa se dibujara en su rostro. No hubo tiempo de responder cuando la chica se despegó de su lado, desapareciendo en el interior de la pequeña caseta, pero algo le decía que ella ya conocía su respuesta.

Después de estar aguantando todo el estrés de tener que permanecer encerrados en aquel sitio, participando en aquellas pruebas, disfrutó de aquel fugaz momento de intimidad antes de volver a la cruda realidad, tenía que perseverar. Merecía la pena seguir luchando si era por personas como ella.

Una vez todos habían entrado, se apresuró en hacer lo mismo, entrando y saliendo de la caseta en un abrir y cerrar de ojos.

-¡Y con Sayuri-chan, ya son cinco! - Manabu-sensei se dirige hacia la cabaña de los rumores en cuanto Sayuri sale de ella, dando un giro por el camino de pura emoción, ya sea fingida o no. Entra en la cabaña y extrae las tarjetas de la urna ante vosotros, y al salir de ellas cierra la puerta distraídamente con una mano mientras con la otra sujeta las tarjetas, asintiendo a cada una de ellas. - ¡Bien, niños y niñas! - Manabu-sensei alza la cabeza de las tarjetas lentamente, bajando el brazo con el que las sujeta. - Veo que os habéis puesto de acuerdo para seguir un plan, ¿verdad? - ladea la cabeza y luego, por un momento, os parece que su cara se torna en una cruel sonrisa llena de dientes afilados. En el momento siguiente, sin embargo, esa sonrisa ha desaparecido. - ¡Es una lástima que algunas personas hayan decidido no seguirlo! - anuncia mientras se encoge de hombros, colocándose ante todos vosotros. - Pero bueno, de eso tratan precisamente los juegos de la amistad, ¿no?

                                                ¡Queremos rumores!

No he pagado para ver a los concursantes avanzar de uno en uno hasta el final!!!!

 ¡¡¡RUMORES!!!                     ¡Que lo lea, que lo lea!

SALSEO!!!

         Sayuri y Miirei OTP <3

         El tiro por la culata looool

-¡En esta ronda tenemos - dice Manabu-sensei alzando la mano hacia vosotros y cerrando los dedos de la mano que no necesitaba para formar el número. - dos rumores! - vuelve a alzar las tarjetas para leerlas y luego las baja un poco para miraros por encima de ellas. - ¡Ah, pero qué casualidad! ¡Los dos son de Kenichi-Yakuza-kun! - ríe Manabu-sensei, encogiéndose de hombros. Se aclara la garganta antes de continuar. - Bien, no perdamos más tiempo. ¡Vamos a leerlos! El primero es... "Kenichi Nobunaga sólo puede dormir con peluches". ¿En serio, Kenichi-kun? ¿A tu edad? - pregunta ladeando la cabeza mientras en el cielo aparecen escritos varios comentarios al respecto. - Y el segundo es... oh, vaya. ¡Qué delicado! - Manabu-sensei baja las tarjetas antes de alzar los brazos y gritar el último rumor. - ¡"Kenichi está enamorado de Sayuri"! ¡Qué bonito! - ríe Manabu-sensei. Después de unos segundos de silencio, Manabu-sensei gira sobre sí mismo y mira al cielo. - ¡Oh, Dioses, es vuestro turno de votar! - les indica.

De nuevo, los resultados no se hacen esperar para nada.

RESULTADOS DE LA VOTACIÓN

Aki Goro - 0%

Kazuma Murakami - 0%

Kenichi Nobunaga - 100%

Niimura Miirei - 0%

Sayuri Kurosawa - 0%

-¡Predecible, pero no por ello menos emocionante! - declara Manabu-sensei, riendo, al bajar la mirada del cielo cuando aparecen los resultados. - ¡Está bien, pues! ¡Kenichi-kun, avanza cinco casillas! - dice, señalándolo con el dedo. - Y el resto, ¡avanzáis una casilla cada uno!

Después de que todos avancéis a la casilla que os corresponde, con Kenichi adelantándose al resto, aparecen los textos en las casillas.

Aki Goro - "LOS JUGADORES QUE CAEN EN ESTA CASILLA OLVIDAN PAGAR CIERTA CUOTA MENSUAL Y DEBEN PAGAR UNA TARIFA EXTRA. SU DEUDA AUMENTA EN 100.000 YENES."

Kazuma Murakami - "LOS JUGADORES QUE CAEN EN ESTA CASILLA OLVIDAN PAGAR CIERTA CUOTA MENSUAL Y DEBEN PAGAR UNA TARIFA EXTRA. SU DEUDA AUMENTA EN 100.000 YENES."

Kenichi Nobunaga - "LOS JUGADORES QUE CAEN EN ESTA CASILLA DESCUBREN QUE SU BICICLETA VIEJA ES UNA EDICIÓN LIMITADA QUE VALE MUCHO DINERO. ¡SU DEUDA SE REDUCE EN 200.000 YENES!"

Niimura Miirei - "LOS JUGADORES QUE CAEN EN ESTA CASILLA OLVIDAN PAGAR CIERTA CUOTA MENSUAL Y DEBEN PAGAR UNA TARIFA EXTRA. SU DEUDA AUMENTA EN 100.000 YENES."

Sayuri Kurosawa - "LOS JUGADORES QUE CAEN EN ESTA CASILLA OLVIDAN PAGAR CIERTA CUOTA MENSUAL Y DEBEN PAGAR UNA TARIFA EXTRA. SU DEUDA AUMENTA EN 100.000 YENES."

-¿Algo que decir antes de la siguiente ronda, niños y niñas? - ríe Manabu-sensei.

“Aclaremos esto”, se alza la voz de Aki; es una voz que da escalofrías por sonar de repente tan lejana, tan calculadora, de cierta forma, tan despiadada.

Mira en su alrededor, girando lentamente sobre sus talones, captando así sucesivamente un instantánea de la cara de cada uno de sus amigos, escrutándolas todas.

“No hay ningún problema si alguien no quiere seguir con el plan”, continúa, “tan sólo le pido que lo diga ahora mismo. Si alguien no quiere hacerlo – y evidentemente hay alguien – que me mire y que me lo diga. Lo acepto sin chistar, no hay ningún problema con esto. Son sólo las mentiras y las traiciones que traen problemas”, susurra casi en esta misma voz de efecto congelador. “¿Quién no ha puesto una tarjeta en blanco?”

Al escuchar ambos rumores mi reacción se hace evidente, pues ante la mención de los peluches no puedo evitar reírme de tamaña idiotez, todos los presentes habían estado en mi habitación más de una vez y sabían que no tenía peluches.

Sin embargo, cuando Manabu mencionó lo de Sayuri, mi cara se tornó roja como un tomate.

No sé quién escribió esos rumores, pero sé que no fui yo y uno de ellos es falso, yo no tengo peluches en mi habitación, ergo no duermo con peluches, así que al menos uno de mis compañeros debe adelantarme. - digo mientras clavo mi mirada en el suelo y evito la mirada de Sayuri.

Durante mucho tiempo había mantenido en secreto lo que sentía por Sayuri y tal vez nunca se lo diría, después de todo ella merecía a alguien mejor que un macarra como yo.

Sólo una persona de las presentes conocía mi secteto y sabía que no sería capaz de traicionarme de ese modo.

No podía declarar que el rumor sobre Sayuri era mentira, porque era una gran verdad, una verdad que guardana sólo para mi.

Quién sea que haya escrito el rumor de los peluches que de un paso al frente y me diga cuando ha visto un peluche en mi habitación, todos ustedes han estado en mi habitación en más de una ocasión y jamás han visto siquiera un peluche. - digo con la mirada clavada aún en el suelo.

-¿Qué clase de demostración es esa, Kenichi-kun? - ríe Manabu-sensei. - Obviamente puedes tener los peluches escondidos, - se encoge de hombros. - igual que haces con tus revistas cochinas. Uy, ¿he dicho eso en voz alta? - dice, llevándose la mano a la boca como si realmente se le hubiera escapado. - Espero que eso no afecte a tu relación con tu querida Sayuri... - ríe cruelmente.

Estoy harto de tus burlas Manabu-sensei - digo, esto casi escupiendo las palabras: Manabu-sensei - Deja a Sayuri-chan fuera de esto, puede que yo esté enamorado de ella, pero sé perfectamente que ella merece algo mejor que un sujeto de mi calaña.

​La furia era evidente en mi voz. - Escúchame bien tramposo, porque lo que te voy a decir es serio.

Sé que tu y tus jefes quieren que dude de mis amigos, pero no les voy a dar el gusto. La única razón por la que no te ataco, son ellos.

Si los hice quedar como tontos una vez, puedo volver a hacerlo. - sentencio mientras comienzo a recuperar la calma.

La verdad es que me teneís miedo y por eso buscan sacar lo peor de mi, para que me ofuzque y no piense con claridad. Ahora ya lo entiendo.

Que lástima me dan, pues se van a quedar con las ganas y no te preocupes, tengo más planes de dónde salió el anterior Manabu-sensei. Y ni siquiera tu puedes frustrarlos todos, ya lo verás. - digo con una sonrisa desafiante dejando de lado mi furia.

Aki no les des el gusto esas tarjetas son falsas, quieren vernos pelear, quieren jugar con nosotros te aseguro que si cojes esas tarjetas, verás que están en blanco o que la letra no coincide con la nuestra amigo mío.

Muy bien Manabu-sensei quieres jugar así, pues bien que empiece el duelo vaquero. Llevas las de perder. - digo con suficiencia.

Sayuri se sorprendió interiormente cuando escuchó decir a Manabu que habían escrito rumores en las tarjetas, cuando supuestamente debían estar en blanco. Lo que no supo preveer fue de qué trataban. Eso sí logró que su expresión calmada se volviese de sorpresa, cuando abrió los ojos ante la revelación sobre los sentimientos de Nobunaga-kun.

Rápidamente miró hacia su amigo que intentaba evadir la vista de todos mientras miraba al suelo, derrotado. ¿Entonces era cierto? De nuevo, devolvió la vista hacia Manabu-sensei, que parecía pasárselo en grande con todo aquel lío. Era esto lo que buscaban desde el principio. Qué desagradable.  Pensó mientras sus labios se torcían en una mueca de desagrado sin quitarle ojo al muñecajo. Quería hacerle callar en sus bromas pesadas, pero sabía que eso sólo avivaría más los insultos. - No entres en su juego Kenichi-kun, es lo que buscan. - dijo asintiendo, por suerte el chico estaba logrando dominar su temperamento y no había saltado a la yugular de Manabu, todavía.

La voz glacial de Aki la sacó de sus pensamientos, le escuchó atenta, sonaba distinto, casi no parecía él. Aquel juego los estaba cambiando de modos que no terminaban de gustarle. Sus palabras se grabaron en su mente, pero sabía lo mismo que el chico, cuando este le miró, negó con la cabeza por más respuesta. No tenía nada por lo cual arrepentirse.

Buscó la mano de Miirei, y la apretó ligeramente, buscando el modo de mantener la calma, pues era su mejor baza. Dar el menor espectáculo posible. - Ya basta Manabu-sensei, es suficiente. Eso ha sido de muy mal gusto, te pido que cese esta burla y continuemos el juego. -  pidió, aunque sus palabras eran educadas, su tono era frío y autoritario. Esta vez, no le daba tanta grima quedarse mirando a los ojos de aquella máscara o lo que fuese, podía mantener su mirada glacial sobre aquella cosa con tal de borrarle aquella estúpida sonrisa llena de dientes afilados.

Aki sacudió un instante la cabeza. Casi no se había dado cuenta de los rumores, es decir, de sus contenidos. También por un instante el deje glacial desapreció de su voz al decir: “Para ser sincero con vosotros… que vosotros dos estéis juntos siempre me ha parecido un desenlace adecuado a la relación que mantenéis...” Habló con una desenvoltura hasta impudente sobre el tema amoroso, la desenvoltura que sólo podía tener él quien miraba tales temas desde fuera con curiosidad, pero bastante incomprensión. “Si un resultado de este maldito juego es que finalmente estáis sinceros con vosotros mismos, quizá habrá merecido la pena… Y Kenichi, no digas tonterías. Eres el mejor alumno de la clase, combativo y protector. Y eres mi mejor amigo, si necesitas aún más para calificarte”, una sonrisa fugaz se puso en sus labios. “Por supuesto mereces a Sayuri, con tal que ella quiera responderte. Pero esto… lo veremos… otro día...”

Aunque su mente se había distraído con esta ocurrencia durante un breve rato, la distracción no duró; y los rasgos de su rostro se endurecieron. Captó la mirada de Sayuri, su denegar con la cabeza indicando que no tenía nada que ver con los rumores – por supuesto que no. Kazuma? Imposible.

La temperatura de la voz de Aki cayó de nuevo bajo cero cuando se volvió directamente hacia Miirei y se avanzó hacia ella: “Amiga mía… hazme el favor de mirarme en los ojos y de decirme que no fuiste tú… mírame y dime que pusiste una tarjeta en blanco...”

Su andar parecía ágil, y cuando se paró delante de Miirei, todo su cuerpo parecía recorrido por una tensión terrible, tensión, sin embargo, que dominó por un esfuerzo que debería rozar lo sobre-humano. No hizo caso de Sayuri al lado de su amiga. Su voz salió cavernosa de su boca mientras que sus ojos relucían con un brillo febril: “Te pregunto a ti por tu extraño comportamiento antes de entrar en la cabaña, aferrándote a Sayuri… Te pregunto a ti porque al comenzar este juego dijiste ‘Todo es mi culpa’. Pareciste a punto de confesar algo, y te pregunté dos veces, dos veces lo que significaste con esto: ‘Todo es mi culpa’ - pero no me respondiste. Por esto ahora te pregunto, Miirei--- has puesto una tarjeta en blanco?”  

Los nuevos rumores habían puesto a Sayuri en la misma situación en la que la pelirosa había estado momentos antes, mirando de manera inconsciente a Kazuma. Aunque halagador era un momento incómodo, más sabiendo que había tantos ojos observando un espectáculo que debía ser íntimo, preparado.

Comprobó cómo estaban los dos protagonistas de la historia, asegurándose que aquél rumor no les hubiera afectado en sobremanera más que la lógica vergüenza inicial y sonriéndoles con ternura cuando sus miradas se encontrasen, sin atreverse a añadir más mientras sentía la mano de Sayuri, a su lado, correspondiendo a su apretón.

Sin embargo su sonrisa se borró al comprobar cómo Aki iba directamente hacia ella. Se sintió atacada, señalada por cientos de manos que la apuntaban directamente, como cuando en el instituto circulaban los horribles rumores sobre ella pero, en esta ocasión, era alguien querido quien hablaba con aquél gélido tono que la helaba por dentro y la estremecía.

Mantuvo su mirada durante unos segundos, sabiendo que nunca había podido mentirle y notando como dos lágrimas descendían por sus mejillas sin poder aguantar más aquella presión.

- Estoy asustada Aki, como todos.- Impotente, apretó la mano de Sayuri, incapaz de mirarla.- ¿Mi culpa? Sí, así me siento. ¿Quieres saber por qué? – Negó con la cabeza, incapaz de dejar de llorar, soltando aquello que guardaba.- Siempre he tenido problemas económicos y cuando supe que uno de vosotros había empezado este juego por una deuda… - Fugazmente pasó la mirada por el resto. Kenichi, Kazuma, Sayuri… Terminando de nuevo en los ojos gélidos de Aki.- Si os lo hubiera dicho puede que no estuviéramos aquí ahora mismo, os hubiera ayudado a afrontarlo antes de llegar a este punto.- Se secó las lágrimas con la mano sobrante, sollozando y bajando la mirada, escondiéndose tras los mechones de cabello.- Sayuri es mi mejor amiga, la quiero mucho al igual que a todos, y por eso la abracé. ¿Era eso lo que querías escuchar? – De nuevo alzó la mirada, esta vez con un deje de enfado en sus ojos húmedos, herida por las acusaciones.

Respiró hondo, soltando la mano de su compañera y girándose para darle la espalda.

- Lo siento, no quería hablarte así.- Se disculpó con Aki mientras recuperaba la compostura entre los últimos sollozos, sin atreverse ahora a mirarle por no encontrarse con esa frialdad.- Y no fui yo, te estás equivocando de persona. Puse la tarjeta en blanco tal y como era el plan.

Si nadie más la retenía se marchó a la cabaña, queriendo estar sola unos minutos para recomponerse.

Salió al rato con los brazos cruzados y sin mirar a nadie, colocándose en su posición, afectada por lo ocurrido.

Después de que Miirei desapareciera en el interior de la caseta, Sayuri la siguió con la mirada durante unos segundos, su rostro reflejaba preocupación, para volverse a encarar a Aki esta vez, que seguía allí de pie con aquella expresión gélida.

Inspirando hondo se dispuso a encararlo, sabía que no era bueno meterse en discusiones puesto que solo iban a dañar aquella amistad que tenían, pero esta vez Aki se había pasado de la raya, más que con palabras, con aquella actitud que denotaba como el chico parecía perder la compostura por momentos. Hay que detener esto antes de que vaya a peor.

- Aki, no te reconozco. - se obligó a decir arrastrando las palabras, no había furia en su voz, habló con calma pero su mirada era seria, con el ceño ligeramente fruncido. - Ella no se merece que la presionases de ese modo, tú más que ninguno deberías saberlo bien. No creo que ninguno de nosotros pretenda boicotear al resto, es este sitio que no es está consumiendo... Pero no vamos a ganar nada si empezamos a discutir entre nosotros, y menos de ese modo. - continuó esta vez con un deje de pena al recordar las lágrimas de Miirei, la había hecho llorar...

Ya estaba harta de aquel sitio infernal, lo único que estaban consiguiendo era hacerse daño los unos a los otros con desconfianzas y malas palabras. - Si tan ciegamente confías en Kenichi-kun y los demás, hazme un favor y no vuelvas a presionarla así. Podemos razonar y pensar las cosas cuanto quieras, pero recuerda quiénes son tus amigos. - añadió clavando la mirada en los ojos del chico, quizás se hubiera pasado reprochando como si fuera una madre, pero le dolía ver a sus amigos sufrir.

Después dando un suspiro para relajarse continuó. - Lo que debemos hacer ahora es pensar que haremos a continuación. No podemos dejar las tarjetas en blanco esta ronda si queremos alcanzar a Kenichi, ¿no? - preguntó mirando a los demás. Se apenó al ver a Miirei tan disgustada, pero de momento le dejaría tiempo para serenarse después de aquello. No sin antes mirar a Aki en señal de advertencia para que dejase a la chica respirar.

Entendía el proceder de Aki, lo entendía a la perfección, lo que no me esperaba fue la reacción de Miirei, ella ingresó corriendo a la cabaña de los rumores sin darme tiempo de pensar en como arreglar el estropicio ocasionado por Manabu.

Sayuri-chan, yo entiendo a Aki, pero confío ciegamente en Mii-chan, ya lo dije hace un momento, quieren explotar nuestras dudas y temores, no debemos permitirlo, yo voy a hablar con Mii-chan cuando salga de la caseta.

Aún podemos ganar esto, pero primero debemos saber que ha hecho Mii-chan en la caseta, si ha escrito algo en esta ronda o no, pues deberemos buscar como ganar y sé que podemos hacerlo.

Pero recuerden ganar este juego significa que nuestra amistad se vuelva más fuerte, no salir de aquí sin deudas imaginarias. - agrego en tono conciliador.

Cuando Miirei salió de la caseta, la abracé fuertemente.

Ya pasó, siempre te he cuidado y siempre lo haré, eres como una hermana para mi y no voy a dejar que nada te pase. Confío ciegamente en ti y sé que tu tarjeta de la ronda anterior estaba en blanco. - digo con voz cálida y amable.

Mii-chan ¿Escribiste algo en esta última tarjeta o está en blanco? Disculpa que lo pregunte, pero tenemos que encontrar la forma de volver las tornas a nuestro favor igual que la última vez. - agrego mientras aconpaño a Miirei hasta su lugar y le digo algo en voz baja.

No tenía intención de presionarla, pero en su rabia y dolor ella podría haber cometido un error y de ser el caso debíamos solucionarlo entre todos como buenos amigos.

Fue por ti que golpeé a ese cerdo de Murakami y lo volvería a hacer, golpearía a cualquiera que intentara lastimarte, tal como lo hizo él. - digo casi en un susurro.

Ánimo no te deprimas ahora, necesitamos de tu fuerza para ganar esto. - agrego con una sonrisa.

Suspiro cuando se resuelve el turno, es un suspiro entre cansancio y alivio, alivio porque se confirman mis sospechas, cansancio porque se que esto va a levantar ampollas, sean los rumores ciertos o falsos.

La escena se sucede ante mí mientras pienso que hacer, y veo y escucho la reacción de mis compañeros con atención y calma, no vamos a poder ganar si no mantenemos la calma.

Mis ojos se cruzan con los de Miirei mientras pienso en el rumor sobre Kenichi que se acaba de airear, y un leve estremecimiento recorre mi cuerpo, cuando Aki se enfrenta a ella, se piensa que es quien anda saboteando el proceder de la prueba, cuando eso ya poco importa, todavía no hemos llegado a la última casilla, todavía no se ha acabado, ya casi ni importa que pongamos hasta la casilla final.

Después de que Miirei confesase sus problemas económicos, Sayuri la defiende de Aki mientras esta se retira a la cabaña, visiblemente afectada por la acusación y por el secreto que acaba de desvelar.

A la vuelta, su posición corporal es defensiva, parece que desea estar sola. Kenichi le pregunta sobre el contenido de su próxima tarjeta.

Me acerco a Miirei, tranquilamente, me pongo frente a ella y paso una mano por su hombro con intención de apoyarla.

- No te preocupes Miirei, estoy contigo, saldremos de esta juntos - le digo con la voz en calma.

Me doy la vuelta y añado dirigiéndome a los demás.

- Ya me imaginaba que iba a pasar esto, no es la primera vez que lo hacen y no va a ser la última, el juego es suyo y las reglas las ponen ellos, debemos esperar cualquier evento inesperado cuando parezca que lo tenemos todo atado, porque son esos eventos inesperados los que hacen mella en nuestro juego, y lo acabáis de ver - digo mirando a Aki -. La verdad, Ken-kun, no importa lo más mínimo lo que pongamos o dejemos de poner hasta que alguien esté a cinco casillas del final, es el único momento de la partida donde tenemos que tener algo preparado para llegar al final, y que nos de igual el resto, recordad que nosotros tenemos que llegar al final, pero su objetivo es dañar nuestros lazos de amistad, es con lo que ellos disfrutan, no van a lograr frustrarse si logramos llegar todos juntos al final, sino que lleguemos al final "todos juntos" - digo añadiendo el gesto a las comillas en un esfuerzo de reforzar aquella expresión -. Yo también me he dejado llevar por la emoción de tener un plan para llegar todos juntos al final, y por eso puse mi hoja en blanco, pero no tiene sentido, les habéis oído quieren rumores quieren morbo y salseo, les da igual que sea mentira, las tarjetas en blanco no les ponen, ya os lo he dicho con anterioridad, pero tener el plan me separó de esa idea, hay que darles los rumores que quieren y planificar el último strike a 5 casillas del final, sobretodo hay que mantener la calma, esa que estamos perdiendo, poco a poco, y que está minando la moral de todos y cada uno, ya han logrado poner a Aki-kun en contra de Miirei-chan, y han logrado que Miirei-chan airease un secreto propio con la pesadez que ello conlleva y queréis seguir alimentando esa quiebra que ellos desean...

Acabo en un suspiro volviendo a mi casilla.

- Me esperaré a que todos entréis, pero yo este turno añadiré un rumor a la urna, sobre mí, no reclamaré su falsedad solo me importa el rumor que lleve a uno de nosotros al final de la partida.

Kazuma-kun en verdad te digo, tu idea es buena, pero no podremos llevarla a cabo mientras no consigamos mantenernos todos alineados, pues si empiezan a desalinearnos de nuevo, nos será imposible llegar al final juntos. - digo con total calma.

Yo sé que Mii-chan no escribió ningún rumor sobre mi la ronda anterior, lo sé aqui. - digo poniendo mi mano sobre el corazón. - Y nada de lo que pueda decirme otra persona me hará dudar jamás de Mii-chan.

Además ni ella, ni nadie sabía que yo estoy enamorado de Sayuri, ni siquiera la misma Sayuri-chan lo sabía y desde ya te pido perdón por no haberlo dicho antes. - digo bajando la mirada y evadiendo los ojos de Sayuri.

Si no te lo confesé antes es porque tenía mucho miedo de tu reacción y miedo de que te alejaras de mi, miedo de perderte, prefiero mil veces ser sólo tu amigo a que te sientas incómoda a mi lado y te alejes de mi. - agrego con los ojos vidriosos, al tiempo que me fuerzo a mantener la calma para poder pensar con claridad.

- Pero, ¿porque? Si avanzamos cada uno diferentes casillas solo tenemos que asegurarnos que el más avanzado sobrepase la meta con una mentira conjunta que nos haga avanzar todos al final, y dará igual en la posición que nos encontremos - respondo a Kenichi -. ¿Es posible que se me haya escapado algo de las reglas?

¿Y si no podemos probar que la última mentira es falsa? Entonces estaremos arrojando a alguien al fuego sin posibilidad de escape, ese es un riesgo que no podemos correr Kazuma, ya los oíste la tercera prueba es el mismo infierno en la tierra. No mejor vayamos a lo seguro. - insisto con calma. 

A Aki se le quita del cuerpo toda la tensión. Se desploma, cayéndole los hombros. Con un paso lento, tirando, pasa al lado de Miirei y Kenichi – toca con la mano brevemente el brazo de Miirei y le murmura: “Te creo. Perdóname” - y se deja caer de espaldas contra la verja de la azotada tras de la cual se despliega el horizonte postizo de la ciudad.

Cabizbajo escucha el intercambio entre Kazuma y Kenichi y comenta con una voz indescifrable: “Quisimos jugar seguro, Kazuma. Y ya has visto las muchas reticencias de Manabu antes de aceptar la falsedad del rumor que hemos airado sobre Kenichi. Con tu idea, ya te puedo decir al cien por ciento que en un tal momento tan crítico Manabu no va a aceptar la falsedad de nuestro rumor, por mucho que argumentemos por ella y pese a que tengamos pruebas fehacientes de la falsedad.” Emite un largo suspiro. “En realidad, no veo por qué continuar esbozando estrategias. Tuvimos una, perfecta, infalible. Pero Manabu lo ha destrozado todo. Todas las tarjetas estaban en blanco. Pero Manabu… en fin, no podemos hacer nada contra los responsables del juego. Habríamos tenido una posibilidad de jugar y luchar en verdad si hubieran jugado limpio. Pero juegan sucio. Sea que sea la estrategia que urdamos, en este juego o en los próximos, los responsables de Los Juegos de la Amistad la pueden aniquilar en un abrir y cerrar de ojos. Dependemos enteramente de sus caprichos. En otras palabras: no tiene ningún sentido elaborar planes. Si es un buen plan, los responsables lo frustrarán, jugando sucio, tal como acaban de hacerlo poniendo tarjetas con rumores pese a que nosotros sólo pusimos tarjetas en blanco…” Suspira otra vez. “Si vosotros queréis seguir tramando algo, os sigo, pero en cuanto a mí, no pensaré en nada más. No tiene sentido… Quizá a ratos nos llevarán la corriente, permitiéndonos la ilusión que tenemos alguien control sobre los Juegos, pero sólo para luego hacer explotar con más espectáculo la ilusión...”