Partida Rol por web

Aki se acaba de derrumbar ante la evidencia pero Kenichi parece que todavía no ha procesado que las tarjetas en blanco no han servido para absolutamente nada.

- ¿Entonces Ken-kun, propones a ver quien la dice más gorda para competir y llegar al final? - le pregunto a Kenichi sin reparos - No pienso dejar que afrontes tu solo la siguiente prueba y tampoco pienso dejarte ganar tan fácilmente este juego si uno de los dos tiene que llegar al final el primero, no dudes que voy a ser yo. Si quieres intentar seguir un plan hagámoslo como os he propuesto, si la última tarjeta es una mentira lo suficientemente elaborada como para que sea humillante como fácil de demostrar, lo más probable es que lleguemos al final. Aki-kun - continúo dirigiéndome a mi otro amigo -, Manabu-sensei es reticente a aceptar como falso que Ken-kun duerme con peluches porque es algo difícil de demostrar, si ninguno de nosotros sabe que es mentira podría no habérnoslo querido contar por vergüenza, y aunque juremos que Ken-kun no es el tipo de persona que necesita un peluche para dormir, esa prueba no nos sirve de nada. Es cierto que nos van a seguir el juego si trazamos un plan e intentamos movernos a la par por el tablero para luego darnos un hachazo que nos cambie de posición, pero se trata de llegar juntos a la meta no ir de la mano de casilla en casilla, y menos aún sin ofrecerles algo de lo que reírse, Aki-kun, no te rindas, no te cabrees con ellos, al menos no ahora, juegan con el factor campo y además ni tan siquiera conocemos sus caras, va a ser como enfadarnos con nadie, no nos va a servir para nada, e intentemos hacer la piña que tenemos que hacer - acabo de decir poniendo una mano sobre le hombro caído de Aki intentando reconfortarle -. Entramos aquí los cinco, juntos; y saldremos de aquí los cinco, juntos.

Sabes que no tenemos control sobre las votaciones de estos sujetos ¿Cierto? - pregunto con cierta exasperación pues para mi era evidente que el plan de Kazuma no iba a funcionar.

Es más te lo demuestro, todos escriban en su tarjeta que sus respectivos padres tienen una amante y ya verás como funcionan las votaciones. 

Yo no voy escribir nada sobre mis padres pues igual avanzo una casilla y quedamos nivelados, siempre y cuando los mal llamados dioses voten ecuánimemente, cosa que no va a pasar. - digo mientras me giro hacia Miirei.

Mii-chan, ¿Me das permiso de escribir ese rumor sobre tu padre? - pregunto en tono amable.

- ¿No crees que si el rumor es sobre nuestros padres va a pasar algo inesperado que les cabree? Recuerda que el juego es sobre nosotros, nos quieren ver humillados a nosotros, no que estemos mal al llegar a casa, que nos peleemos entre nosotros, ¿y si no avanzamos todos lo mismo, y si el rumor afecta más a una persona que a otra? -  contesto a Kenichi - ¿Tanto control de la situación hasta ahora para dejarlo casi al libre albedrío ahora? Esta claro que repetir rumores lo único que generará serán respuestas como esta, hay que dar el petardazo al final, no intentar avanzar todos juntos.

Comienzo a perder la paciencia ante la marejada de emociones que Aki y Kenichi están emanando ante los giros de los acontecimientos en el desarrollo del juego y ver que no pueden controlar la situación.

“No estaba hablando del rumor de los peluches, por cierto”, dice Aki cuando le apostrofa Kazuma, hablando en tono neutro, despegado, pero sí con cierto cansancio, “sino del rumor sobre lo de golpear al profesor.” Baja de nuevo la cabeza, de espaldas contra la verja, las piernas estiradas.  

Cómo quieras Kazuma, pero recuerda mis palabras, si nos desordenamos, no vamos a llegar juntos a la siguiente prueba y eso te lo aseguro. - digo con seriedad.

Yo no le voy a dar a esos sujetos lo que quieren y eso te lo aseguro, no soy payaso de nadie. ¿Quieres dejarlo todo al azar? Pues bien buena suerte. - sentencio cruzándome de brazos.

- Da igual a que rumor te refirieras, Aki-kun, un rumor que no se puede demostrar con pruebas no les va a servir nunca, tenemos que ser más específicos en la trola final, pero para eso hay que darles juego, si les aburrimos no van a aceptar cualquier cosa y nos van a poner trabas, lo que quieren es divertirse - respondo a Aki -. Ken-kun, no es dejarlo al azar, con que llegue alguien a menos de 5 casillas del final solo tenemos que montar un rumor sobre esa persona lo suficientemente jugoso para que se emocionen y lo suficientemente bien montado para que podamos demostrar que es falso sin demasiada reticencia a aceptar su falsedad, no entiendo que tiene que ver el azar en esto. Si no les das morbo y rumores lo más probable es que acabe uno la prueba, que no seas tu, como te imaginas que serás y que mandes a alguien a un sufrimiento seguro, ¿podrías cargar con ese peso sobre tus hombros? Yo me niego a dejaros participar a nadie de forma individual en una prueba que va a ser dura, y quedarme tan tranquilo en mi casa esperando que me toque el turno de volver, y menos me atrevería a mirarle a la cara a esa persona. Si creéis que la idea no es buena ofreced una, y la seguimos, pero aclarad vuestra postura, o trazamos un plan o no lo trazamos... - a ver si espabilan pienso para mi cuando acabo de hablar, tanta pasividad por parte de Kenichi me estaba matando, y los cambios de humor entre activo y pasivo de Aki estaban desconcertándome.

Al salir de la cabaña no esperó encontrarse con el cariño de sus compañeros. Primero fue Kenichi, quien la abrazó con fuerza pillándola por sorpresa y tardando en responder, correspondiendo finalmente a su abrazo.

Mii-chan ¿Escribiste algo en esta última tarjeta o está en blanco?

Pensó que iban a volver a atosigarla con dudas, pero el susurro de su compañero disipó la desconfianza, sacándole una tierna sonrisa al recordar aquello y sus palabras de ánimo.

- En blanco.- Miró el marcador un momento, arrugando el entrecejo al darse cuenta que, sin quererlo, puede que hubiera obrado mal.- Lo siento, creo que tendría que haber puesto algo sobre mí ahora que lo pienso.

Vio acercarse a Kazuma, dándole también su apoyo y agradeciéndoselo con una sonrisa. Estaba sobrecogida por cómo la estaban cuidando pero no sabía bien qué decir o hacer.

Ver a Aki apartado era una punzada hiriente a su corazón, el cual todavía estaba dolido por las duras palabras que le había dedicado.- “Juegos de la amistad” – Miró a Manabu, a lo que representaba, el Juez que sólo quería escuchar las verdades más ocultas de cada uno para su deleite, aquellas que guardaban bajo llave… Agachó la mirada, recordando cómo había aireado sus problemas económicos, sintiéndose mal al momento. No era algo que le gustase mencionar, menos a pleno pulmón, pero aquellos ojos gélidos habían roto las defensas que tenía, siempre lo hacía. A él no podía mentirle.

Aunque nadie se acercara a Aki, ella sí lo haría. En silencio caminó hacia la verja y señaló con la mano al suelo, a su lado.

- ¿Puedo? – Antes de que pudiera responder se sentó junto a Aki, cuidando de bajarse la falda plisada en la posición correcta para que no se le viera nada. Dejó caer la cabeza en el hombro de Aki, dejándoles hablar de nuevo sobre estrategias a seguir. Ahora mismo solo quería estar ahí, recuperando a su amigo.

Aki correspondía al contacto de Miirei abrazándola con un brazo. “Lo siento Miirei, lo siento tanto”, dijo en un hilo de voz, la cara pálida. “Me doy vergüenza a mí mismo... poder haber dudado tanto de ti. Este juego me está sacando de quicio, sin lugar a duda. Es que… no sé como explicarlo… la amistad significa todo para mí. Todo.” Exhaló penosamente. “Pero ya he aprendido la lección. A sobras. De aquí en adelante, no permitiré más que Manabu y sus esbirros me hagan dudar de alguien de vosotros, ni siquiera un instante. Confío en ti, Miirei!" aseguró en un tono apremiante que dejaba sentir cuánto deseaba que ella le creyera. "Confío en  todos vosotros. Esta es la única realidad que cuenta. Sólo espero que… puedas olvidar pronto este episodio...”

Evidentemente le costaba mucho hablar, los remordimientos royendo su corazón, el asco por su propio comportamiento imprimido en sus facciones.  

-¿Habéis terminado ya con el melodrama barato, niños y niñas? - Manabu-sensei ha estado moviéndose alrededor de vosotros viendo cómo arrojabais sospechas los unos sobre los otros y al final lo arreglabais, al menos en apariencia. No parecen afectarle lo más mínimo las acusaciones de manipulación del juego por parte de la organización. - Si es así, ¡es hora de continuar con el juego! - señala a la cabaña con la palma de su mano abierta. - Me consta que Miirei-chan ya ha votado, así que sólo quedáis los otros cuatro. - de golpe, da una palmada. - ¡Vamos, vamos! ¡Seguro que tenéis todos ganas de terminar con este juego! Jiji...

Aki aprieta de nuevo a Miirei con el brazo que tiene extendido por encima de su hombro, luego se despega de ella, se alza algo trabajosamente y va poniéndose delante de Sayuri, Kazuma y Kenichi, quedando de perfil a Miirei así que ella también pueda escucharlo.

“No estoy para pensar en estrategias, y ya os he dicho por qué. Pero si alguien de vosotros tiene ganas de seguir con esto y ya tiene algo pensado, haré que se me pida. Según Kazuma hay que poner rumores jugosos a fin de avanzar rápidamente – con el fin, por supuesto, de acortar este juego molestador – para al final, cuando alguien esté cinco casillas o menos ante la meta, poner una mentira en común sobre él o ella.” Hace una pausa breve. “Kazuma, tal como lo dices, suena muy fácil. Te cito, sólo tiene que ser un rumor ‘lo suficientemente jugoso para que se emocionen y lo suficientemente bien montado para que podamos demostrar que es falso sin demasiada reticencia a aceptar su falsedad’. Sólo esto, vaya!” subraya bastante incrédulo. “Si es tan fácil, estaré encantado de saber a qué rumor estas pensando, a la vez satisfaciendo la morbosidad de los espectadores y los criterios de Manabu para pasar como une mentira incontestable asimismo que creíble.” El escepticismo se hace bien oír en las palabras de Aki. “Si no… ¿se te plantea algo diferente, Kenichi? ¿Sayuri, alguien plan? ¿Miirei?” volviéndose con la última pregunta al lado.

- Ni que decir tiene Aki-kun, que no podemos planear el último rumor con tanta antelación, le quitaría morbo al juego, hay que darles la diversión que quieren, y con estos bajones de ánimo estamos dándoles todavía más diversión - contesto a mi compañero -. Vinimos diciendo que se iban a divertir lo justo, y ahora estamos ofreciéndoles escenas que les están haciendo babear mares.

 “Por supuesto que no quieres descubrir este rumor que tienes en la manga con antelación delante de los espectadores, sólo te pido que lo hagas delante de nosotros. Háblanos al oído. Comparte tú idea espléndida con nosotros.” Habla sin ironía, realmente curioso de saber a qué rumor piensa Kazuma con hablar con tanta confianza de él por ser "lo suficientemente jugoso para que se emocionen y lo suficientemente bien montado para que podamos demostrar que es falso sin demasiada reticencia a aceptar su falsedad".

- Que va, no tengo ningún rumor pensado, de hecho no es necesario tenerlo hasta el mismo momento en el que lleguemos al punto crítico, ellos quieren jugar así, yo solo os propongo seguir las reglas del juego, sin trampa ni cartón, ¿porque deberíamos saber ya que vamos a escribir al final? Eso les quitará la diversión a ellos. De hecho no hace falta ni escribir el mismo rumor sobre la persona que quede a 4 casillas del final - respondo -. Nos han dado un tablero y unas reglas para que jugásemos con ellas, solo tenemos que ser inteligentes y no dejarnos llevar por las emociones de los rumores que van apareciendo sin que supuéstamente ninguno lo hayamos escrito - me acerco a Aki y le doy una palmada en la espalda -. La única manera que tenemos es jugar con ellos, y mantenernos unidos, y todo acabará bien - digo añadiendo una sonrisa.

 “Pues, déjame traducir lo que estás diciendo: tienes ningún plan, sólo buenas intenciones. Yo también las tengo. Aunque no sé si tenemos las mismas. Cuando dices ahora que ‘no hace falta ni escribir el mismo rumor sobre la persona que quede a 4 casillas del final’, ¿te estás así planteando la posibilidad que Manabu no acepte todos como mentiras? En otras palabras, en este caso no nos mantendremos unidos para la tercera prueba. Si hablo de un plan, hablo concretamente de esto: un plan para quedar unidos en la tercera prueba, para afrontarla juntos.” Mira bien a Kazuma en los ojos, sin el más mínimo signo de desconfianza, pero evidentemente trasluce en su mirada que no puede seguir el razonamiento de su amigo. “Además, te contradices: dices que les tenemos que dar diversión, y luego me reprochas mi comportamiento por ‘dándoles todavía más diversión’.”

Deja zanjado el intercambio con Kazuma a este punto, se vuelve otra vez hacia los demás con mirada interrogativa. “Si no tenéis un plan, en cuanto a mi, seguiré votando con tarjetas en blanco. También tengo mis buenas intenciones, por falta de tener un plan.”

- Aaah - suspiro -. Hay que darles diversión, pero no demasiada, eso es lo que he dicho. No podemos trazar ningún plan porque nos lo van a tumbar constantemente, pero podemos jugar con las reglas, ya te lo he dicho. En fin, voy a entrar y a poner mi papeleta - digo entrando en la cabaña.

Al cabo de un rato salgo de nuevo

- Ya está, escrito - digo volviendo a mi posición.

Yo tengo un plan y quería empezar con el rumor de los amantes, pero si quieres ir por tu lado Kazuma, por mi no hay problema. - digo en voz baja.

Mientras Kazuma está en la cabaña...

Chicos voy a escribir lo mismo sobre cada uno de nosotros, que todos acostumbramos robar en las tiendas y veamos que sucede. 

Si todos avanzamos el mismo número de casillas, entonces podremos trazar una nueva estrategia. En cuanto Kazuma salga entro yo, los demás dejen sus tarjetas en blanco. 

Confíen en mi. - digo con una sonrisa.

En cuanto Kazuma sale de la cabaña entro en ella sin dilacion y me tomo mi tiempo en su interior para luego salir silbando una alegre cancioncilla.

Una vez de vuelta en mi lugar observo a mis amigos y les hago una señal para reunirnos. 

Escuchen, Aki-kun, Sayuri-chan - digo forzándome a mirar a Sayuri mientras me sonrojo. - Mantengan sus tarjetas en blanco, he escrito el mismo rumor sobre todos, que nos gusta robar comida del supermercado.

Veamos como resulta. - digo en voz baja para luego regresar a mi posición.

Después de todos aquellos intercambios, unos más intensos otros menos, las cosas parecían haberse calmado poco a poco. Lo cual era un alivio, detestaba aquel ambiente tenso entre sus amigos.

Seguramente con el tiempo acabarían limando todas las asperezas que aquel retorcido juego había logrado sacar a relucir, puede que incluso, saliesen de todo aquello mucho más unidos.

Aunque... Aún tenía que lidiar con un asunto muy importante.. Sayuri desvió la mirada hacia Kenichi, dejando escapar un leve suspiro. ¿Qué iba a hacer con respecto a ese tema? No lo sabía todavía. Lo que sí tenía claro es que no pensaba hablar de ello en aquel sitio, no tenían intimidad alguna. Y no pensaba darles esa clase de espectáculo ni a Manabu, ni a las personas que estaban mirándoles desde arriba. Ni hablar.

Cuando sintió la mirada de Kenichi que los llamaba, notó el rubor del chico, y le dedicó una mirada serena, intentando insuflarle tranquilidad. No estaba preparada para iniciar esa conversación todavía por lo que escuchó atenta al plan que les decía. Otra tarjeta en blanco. Realmente iban a avanzar muy despacio, pero después de que Aki y Kazuma hablasen sobre que hacer, nadie lograba ponerse de acuerdo. Ella misma empezaba a quedarse sin ideas, el cansancio comenzaba a hacer mella en ella, y como todos parecían ignorar su idea anterior... No se vio con ganas de llevar la contraria.

- Está bien Kenichi-kun. - respondió en voz baja asintiendo al chico, haría lo pedido y verían si la idea de Nobunaga daba resultado, esperaba que sí. - Entonces, es mi turno de entrar. - comentó ya en tono audible mientras desaparecía en el interior de la caseta y salía al poco. - Listo. - dijo asintiendo mientras retomaba su posición junto al resto.

“Bien”, dijo Aki sencillamente comentando la pedida de Kenichi que votaran en blanco. Se notó en el pronunciar está sola palabra que se aliviaba que Kenichi tomara las riendas, que tuviera algo en mente, que no se dejara vencer aún – porque a él, Aki, se le habían quitado las ganas de lidiar con un sistema tramposo, imposible de prever. Pero Kenichi era de otra madera, y ahora más que nunca necesitaban su aplomo.

A continuación seguiría las ocurrencias de su amigo. Él mismo no tendría más.

Entró en la cabaña y salió casi al instante. “Blanco como la pureza angélica”, murmuró abstraído, levantando los ojos hacia un cielo poblado de demonios.