Partida Rol por web

Traídos por las Brumas

Parte uno: En un lugar desconocido

Cargando editor
07/02/2022, 20:01
Robert McLean

 

¡¡BANG!!

Una poderosa detonación despertó a Lux y Raiden, aunque era pleno día. Debajo de ellas, una marca brillaba en el suelo con un símbolo que cada vez se había más difícil de distinguir. A su lado, un hombre con una rodilla clavada en el suelo, un extraño mostacho y una boina de lo más curiosa apuntaba con una especie de vara a un trío de criaturas humanoides.

¡Despierten de una buena vez, señoritas! ¡Necesitamos ponernos a cubierto!

El lugar era despejado, pedregoso y seco, y no había nada que llamar 'cobertura' en decenas de metros a la redonda. Otro disparo de aquél arma hizo caer muerta a una de las criaturas a una distancia casi imposible, como si le hubiera golpeado el puño de un ogro.

Tendidas sobre la marca se encontraban una mujer de aspecto oriental con equipación de guerrera, aunque liviana, con una larga lanza rematada en una cuchilla y una larga espada.
Junto a ella, estaban una muchacha de cabello rubio y ropajes blancos de calidad, y a su lado y medio agarrada a la rubia, una tercera mujer, morena y más mayor, yacía pálida y deshidratada como si llevase días muerta, con los ojos abiertos, pero la sangre en la boca y los oídos aún fluía fresca. Llevaba una ballesta, un camisote de mallas, una gruesa capa, varias dagas y una espada corta.

El hombre vio como los dos que quedaban se retiraban y levantó el arma, arrugando la nariz mientras les miraba a través de unos prismáticos. A pesar de ser de aquellos hombres que exudaban confianza y tenían la palabra 'veterano' tatuada en su mirada, se lo veía enormemente confundido y temeroso. 

Miró a la primera que se incorporase.
¡Al fin! La miró de arriba abajo, extrañado por su indumentaria. ¿Dónde estamos? Preguntó, esperando de corazón que la muchacha lo supiera.

Cargando editor
09/02/2022, 18:14
Raiden Shogun

 Cuando se incorporó lo primero que vio fue el lamentable estado de la mujer de la ballesta. Su apariencia era muy diferente a la de uno de los miembros del comisionado, y si se trataba de una ladrona de tesoros su vida o su muerte no cambiarían nada. Puede o no ayudarla, su mirada de indiferencia fue tan evidente y despreciable que podría atravesar aquel cuerpo deshidratado como una espada.

 - ¿Sumeru...?

 No trataba de responder a aquel hombre con aspecto de veterano, la conducta del mismo era la de la desesperación del cambio, arrastrando su serenidad. Su indumentario era simplemente pagana y de mal gusto, más propia de un mercenario de Sangonomiya, un campesino contratado para luchar de nuevo en una guerra. 

 Observó a su alrededor con frialdad, entrecerrando los párpados, pero no sin antes dar cuenta de los símbolos que desaparecían, no pasando por alto aquel detalle, quizás, considerándolo importante. La altura le daba una perspectiva mejor. El suelo no era lugar para ella, y menos frente aquel hombre con bigote.

 El mar.

 No oigo las olas.

 ¿Es esto una estrategia del arconte de Sumeru? ¿Un experimento fallido?

 Tendría sentido que atacasen, la presencia de los Fatui en los últimos acontecimientos, la viajera, la Signora. Todo parecía relacionado. Quizás haber acabado con la vida de esta última había adelantado un plan, y con ello, había desatado aquel caos.

 Frunció ligeramente el ceño, molesta. No deseaba escuchar otro estruendo de aquel artilugio, tal vez un arma similar a un arpón, ni le interesaba llamar la atención comenzando a eliminar criaturas nunca antes vistas. Llamar la atención es lo último que conviene.

 Buscó tiradores en las alturas de aquella perspectiva sin "coberturas", y resultó en unos pasos hacia el lado contrario a la presencia de esas criaturas. Con sus armas, lo primero sería encontrar sustento y agua potable para aquel cuerpo.

 Hizo como que no entendía a aquel hombre, pero no se alejaría más de dos pasos hasta que la marca del suelo desapareciese. El tiempo corría y el estruendo podía llamar una atención indeseada. No quería repetir su combate con aquella bestia. No de momento.

 

 

Cargando editor
09/02/2022, 19:21
Luxanna Crownguard

Aquel sonido hizo que Lux recobrase el sentido. La muchacha abrió los ojos, pero todo parecía desenfocado y, por alguna razón que no sabía, desconocido. ¿Qué había pasado? Lo último que recordaba era el agarre de aquella mujer de la ballesta. Entonces lo recordó todo: el guardia precipitándose por su ventana, la estatua, el altillo, aquella mujer, la niebla... Se incorporó lentamente cuando tropezó con la ballesta de aquella mujer y comenzó a toser.

Luego se incorporó rápidamente, lo cual hizo que se marease un poco, pero el sentido de supervivencia la mantuvo alerta, mirando a todos lados, buscando a su perseguidora la cual sabía de su magia interna.

- ¡Atrás! - gritó - El ruido... ¿un disparo? - preguntó mirando el arma de aquel señor.

Se preguntaba si él estaba con la mujer de la ballesta. Lux miró a todos lados cuando la vio tendida en el suelo junto a ella. Al verla no reparó en su estado, por lo que se levantó y se alejó de ella, enfrentándola. Luego ya la observó con más detenimiento y se dio cuenta de que no era una amenaza. 

- Oh... - exclamó 

Antes de preocuparse por el lugar en el que se encontraba, se acercó a aquella mujer y la tocó temerosamente con la mano para comprobar su estado

- ¿está... ? - no pudo terminar la frase

Todo era muy confuso y de pronto el exterior parecía diferente. Frunció el ceño, pues aquello no le recordaba al palacio de Demacia ni a sus calles. 

- ¿Qué lugar es este? 

Luego reparó en sus acompañantes y la gente que estaba a su alrededor. Se llevó la mano a la cabeza preguntándose si aún seguía inconsciente y aquello era un sueño.

-¿Quiénes sois? ¿Dónde queda Demacia? ¿Cómo he llegado aquí? ¿Qué ha pasado?

De pronto, la ansiedad por saber se había apoderado de la muchacha y atosigó a aquel hombre con más preguntas que respuestas. Observó una especie de símbolo desapareciendo bajo ella. ¿Qué demonios había ocurrido?

Cargando editor
09/02/2022, 19:40
Robert McLean

Maravilloso. Dijo viendo cómo Raiden se levantaba e iba a su aire aparentando no entender. La mirada de la asiática se centró en el suelo, y él también miró el símbolo que desaparecía lentamente.

El hombre miró para confirmar que los dos que huían seguían marchándose, dudando si seguir gastando munición... y le llegó la ráfaga de preguntas de Lux. La miró mientras la dejaba desahogar sus nervios.

Lo que tengo claro es que esto no es Stuttgart. Dijo con amargura, volviendo a mirar el símbolo... Le parecía profundamente inquietante. Cogió aire, se puso a la espalda su pesada mochila, y miró alrededor, moviendo el bigote mientras pensaba. Norte de África? Puede ser, aunque tampoco tengo ni idea de cómo he acabado aquí... Pero Demacia no me suena de nada, jovencita. ¿Está en Alemania? Una vez aseguradas las correas de la mochila le ofreció la mano. Teniente Robert McLean, del segundo regimiento del Servicio Aéreo Especial. Esperó que la rubia se presentase.

No sabemos si La aviación puede pasar en cualquier momento, así que vayamos a ver quienes están debajo de esas caretas y luego encenderé la radio. Cuando sepamos dónde infiernos estamos podremos averiguar cómo volver.

Luego miró a Raiden.
Señorita. ¿Eh, puede entenderme? Chasqueó los dedos para tener su atención y señaló la katana y la guja. ¿Es usted china? Como equipo para una guardia de gala o algo así está muy bien, pero eso no le servirá de mucho... Resopló Síganme, las mantendré a salvo mientras pueda. 

El paisaje alrededor era agreste, rocoso y seco, con escasos árboles en las laderas de alguna montaña, acompañados de áreas de maleza dispersa. El sol brillaba con fuerza, probablemente fuera mediodía, pero tampoco es que la temperatura fuese particularmente alta, o quizá fuese por el viento, suave pero incesante, que aliviaba esa sensación.

No verían a nadie más en la distancia salvo los dos tipos que ganaban terreno, ni tampoco era evidente ninguna construcción.

- Tiradas (3)
Cargando editor
10/02/2022, 13:46
Luxanna Crownguard

Lux estaba anonadada. No sabía qué hacer y, en cierto modo, aquel hombre parecía tener un plan para volver a la normalidad. No obstante, había algo que no cuadraba. Aceptó la mano del hombre con bigote.

- Luxana Crownguard, de Demacia - se presentó la muchacha, tanto al señor McLean como a la chica que se había levantado y miraba a su alrededor - discúlpeme pero no entiendo lo que está hablando. No sé de qué lugares me habla. ¿África? ¿Alemania? Jamás he oído hablar de esos sitios y me he dedicado al estudio profundo de la geografía de Runaterra y Valoran concretamente. Sé de Piltover o Noxus, incluso de Fréljord. ¿De dónde sois?

Lux miró a todos los presentes. Aquello era todo muy raro. No reconocía el paisaje y aquel señor hablaba de lo que ella supuso que serían artilugios para salir de aquí. 

- No reconozco el lugar - dijo - espero no estar en Surima. Disculpe... ¿China? ¿qué es ser china? Ahh, todo esto es muy extraño. Supongo que lo mejor, de momento, es mantenernos a salvo.

Luego miró a la mujer de la ballesta y la examinó más de cerca. 

- Deberíamos despojarla de sus armas - dijo la muchacha - antes de aparecer aquí estaba a punto de matarme. Si vuelve en sí, mucho me temo que siguiera insistiendo, aunque no sé qué buscaba. Yo estaba en mi habitación estudiando... 

De pronto lo recordó todo. Tenía que volver a Demacia y tratar de ayudarles para afrontar la invasión de Sylas. Todo en esa situación estaba mal.

- ¡Oh no! - exclamó - ¡Necesito volver cuanto antes!

 

Cargando editor
10/02/2022, 19:28
Raiden Shogun

 Raiden mantuvo la mirada al hombre con cabello en la cara, el chasquido de sus dedos podría cortarle perder la mano, pero su intención de no comenzar con mal pie en aquel lugar fue mayor por el momento. Acabar con la vida de una persona podría traer la atención de aquellos a quien no se debía molestar. No pareció entender sus preguntas, tal vez porque no entendía su idioma, y quizás por coincidencia, pareció comprender lo que Luxana estaba haciendo. No la detuvo, pero si tiraba lejos las dagas, la Shogun se agacharía a recogerlas. Prefería quedárselas, podían ser útiles, aunque fuese para cambiarlas por Mora. También observaría desde la espalda de la demaciana, por si el futuro cadáver tenía algún objeto de utilidad que pudiese resultar valioso o decisivo en el futuro. Las dagas estarían bien para no mancillar el filo de sus armas en tareas cotidianas.

 Después avanzaría, esta vez, junto al hombre de bigote, sin mirarle. Era evidente que se había ofrecido a guiarlas, y tal vez, a protegerlas. Era uno de esos siervos que nace con la voluntad de ser esclavo, sabiendo su lugar, Raiden no tenía inconveniente en que fuese quien se mancha las manos.

 Las pupilas de Raiden se desplazaban con miradas rápidas a su alrededor, buscando el peligro. La inquietaba no escuchar el mar, y guardó silencio, pretendiendo oír lo que aquel lugar tenía que decirles. La energía geo que manase de la tierra, los vientos trasladando algún olor completo, o la presencia de una emboscada. Si es que alguien podía ser consciente de que habían llegado allí.

 ¿Se tratará de una coincidencia, o el tiempo se ha reajustado para que la llegada exigiese menor influencia en el tejido de la eternidad?

 Como fuera, ahora tenía dos sirvientes. La chica ya había demostrado su utilidad al realizar preguntas, ella hablaría por las dos.

Cargando editor
10/02/2022, 21:39
Robert McLean

Robert escuchó con atención a Lux, preocupado. Todo lo que había pasado desde que llegase a ese lugar era raro de narices e indicaba que no estaba en su mundo, por imposible que fuera. Y esta chica parecía nerviosa, pero no una loca ni estar tomándole el pelo.

Yo... Carraspeó. Tampoco he oído hablar nunca de Runaterra, ni de ninguno de los lugares que menciona. Admitió compartiendo la preocupación. Yo soy del Reino Unido. O Inglaterra como lo llaman algunos. Y prefirió pensar un poco antes de seguir hablando, aunque sí respondió a sus dudas sobre la 'china'.
China es un país enorme, y sus habitantes tienen un parecido con sus facciones y su vestimenta, hablan un idioma tremendamente raro.

Al ver cómo se proponía agenciarse el equipo de la mujer muerta, y viendo que "la china" vigilaba, se agachó también, examinando los signos de su muerte. No pareció descubrir cómo murió y a decir verdad probablemente no quería saberlo.
Iba a matarte... ¿Con una ballesta? Preguntó más para si que para Luxanna. Ya veo... La ayudó a registrar el cuerpo. En total, tres dagas de buena calidad, la espada corta, la ballesta, cinco viales pequeños, y el camisote de mallas. Luxanna podía reconocer aquél material: Mithril. Era mucho más ligero que el acero pero al menos tan resistente, y sobretodo muy caro. Espía o asesina, no era cualquier agente.
Dejaría a Luxanna que se equipase con todo aquello si quería.

Sí, yo también tengo muchísima prisa. Vamos a ver quienes eran esos tipos a ver si nos da una pista de dónde estamos, y luego a subir un sitio alto para emitir. Llévate al menos la capa, es posible que aquí haga frío por la noche y no parece que haya asentamientos cerca.

Por el camino no perdió detalle de Raiden, observando de reojo sus cuidados movimientos mientras observaba los alrededores.
Me llamo Robert. Dijo poniéndose la mano en el pecho, y luego esa misma mano la extendió hacia Raiden. ¿Y tú?

Al poco estaban cerca del primer muerto. Era una criatura que erguida podría haber alcanzado el metro noventa de estatura, equipado con retales de armadura, hacha, escudo y varias jabalinas. Era evidente que no era humano, lo que pareció dejar a Robert con sudores fríos, agarrando su arma con fuerza.

La herida que tenía en el pecho era un agujero como de flecha o ballesta, pero más grande y sin proyectil clavado. Luxanna sabía de esas armas, aunque más aparatosas que la que llevaba Robert... Raiden no había visto algo así nunca.

El soldado parecía haber visto un fantasma cuando se podía distinguir bien el rostro aún marcado por el dolor, peludo, de grandes orejas y nariz chata.
¿Qué... demonios es eso...? Dijo, secándose el sudor de la frente con el antebrazo y asumiendo al fin que no era ninguna careta ni nada parecido.

- Tiradas (4)
Cargando editor
11/02/2022, 11:49
Luxanna Crownguard

Lux estaba abrumada por la situación. Aquello definitivamente era muy extraño, pero dedujo que sus acompañantes tendrían un sentimiento similar al de ella. Le extrañaba que "la chica china" no hubiese pronunciado ninguna palabra. Tal vez no entendía el idioma que parecían compartir Robert y ella misma. 

- Podéis llamarme Lux - dijo a sus dos nuevos compañeros. - Esto es definitivamente muy extraño. Estamos hablando, no solo de ciudades, sino de mundos diferentes por lo que, no es de extrañar pensar que estamos en otro que no es ninguno de los nuestros. Es todo muy complejo. 

Lux tomó las armas. Su idea principal era alejarlas del cuerpo, pero ya se había asegurado que estaba muerta y seguramente tuvieran que empezar de cero en aquel mundo. 

- ¿podríais ayudarme a recoger sus armas y su armadura? Podrían sernos útiles o tal vez, podríamos obtener recursos de todo esto. Mucho me temo que a ninguno nos haya dado tiempo a preparar el equipaje para este viaje improvisado. Propongo guarecernos en algún lado y establecer un plan para salir de aquí. - compartiría las armas de su asesina con sus compañeros, aunque se agenció la armadura por el momento.

Luego dirigió su mirada directamente hacia la otra muchacha. Se sentía muy extraña en aquella situación, pero allí solo estaban ellos tres y mucho se temía que pasarían un tiempo juntos. Esperaba que no fuera demasiado, pues Demacia estaba en peligro mortal. 

- ¿Entiendes mi idioma? - trató de acompañar esa pregunta con gestos para poder comunicarse -  ¿Cuál es tu nombre? ¿Te encuentras bien? 

Continuaron su marcha cuando encontraron aquel ser monstruoso sin vida. Entendía la sorpresa del señor Robert, pero a Lux no le sorprendía demasiado su aspecto. Aquel ser bien podría haber salido del mismísimo Zaun, pero eso le daba una pista de qué podían encontrar allí. 

- Tranquilícese, señor Robert - dijo amablemente y susurrando - este ser nos da pistas sobre qué podemos encontrarnos en este lugar. Mire sus armas y sus armaduras. Es muy posible que forme parte de alguna tribu o algo. Tiene aspecto de ser un guerrero, pero sus armas son rudimentarias - señaló las jabalinas - y no sé si tendrá capacidad para comunicarse. Definitivamente, deberemos de ser cautos y cuidadosos con nuestros desplazamientos. Sugiero alerta. 

Observó de forma más detenida la herida que había acabado con la vida de aquel ser. El arma empleada por el señor Robert era bastante curiosa. 

 

Cargando editor
11/02/2022, 17:10
Raiden Shogun

 - Si lo ha matado tu artilugio es una posibilidad que haya comenzado un conflicto. - Raiden pediría su cabeza si fuera la líder de aquellas criaturas similares a un Hilichurl. De donde ella procedía criaturas similares de diversos tamaños y con máscaras que ocultaban aquellas feas facciones establecían tribus y avanzadillas por todo Teyvat. Por si solos no eran una gran amenaza, aunque podía acarrear verdaderos problemas para el comercio o para los viajeros que recorrían los caminos a solas y sin protección. No eran necesariamente malvados, pero no entendían la sociedad del mismo modo, incluso su idioma era diferente. Podía ser un caso similar, aunque sólo tenía un prejuicio estético para confirmarlo.

 Quiera o no, me he visto involucrada. Quizás matar a este hombre delante de ellos suponga suficiente redención a sus actos.

 Valoró que sería más útil, una tribu de extraños Hilichurl que la adorase o un hombre armado con un extraño artilugio que podía arrebatar la vida a distancia, como una flecha, pero con elementos claros de tecnología o magia.

 - Para vosotros, Shogun. - 

 Les concedió su título como posibilidad para que la tratasen como se debía. No agradecía los esfuerzos de estos dos por hacerse entender, pero tampoco los trató con desprecio, no había tenido necesidad de dar explicaciones, y había estado tentada en avanzar a solas. Ellos podían llegar a ralentizar su paso, pero aún sopesaba su utilidad futura.

 Una Shogun, si la aceptaban, podría protegerlos si servían a la causa.

 Raiden no iba a permitir que se perdiesen todas las dagas de la mujer si Lux optaba por apartarlas sin más, respecto a aquella criatura, todas sus posesiones parecían demasiado pesadas y burdas como para ser interesantes, y no tenía intención de registrar por sí misma el cadáver.

 Si gozan de cultura e inteligencia volverán para ofrecerle culto y descanso a su cuerpo. Es muy acertada vuestra forma de pensar. Cuanto antes localicemos un lugar que podamos tomar como seguro, mejor.

 Es grande.

 Puede haber depredadores mayores. - eso le sugería su experiencia, y no esperaba que la noche les ayudase a todos, tal vez, al contrario.

 No entendía a que se refería el hombre con aquello de "emitir", pero encontrar altura para situarse le parecía una idea estratégicamente deseable. No opuso resistencia. Al resto de preguntas o comentarios no ofreció más que una mirada impasible, tal vez, a pesar de su fluidez al hablar, no entendiese todo.

 Se mostraba tranquila y desinteresada por los detalles más profundos de aquel supuesto nuevo mundo. 

 No parecen saber por qué están aquí.

Cargando editor
11/02/2022, 18:03
Robert McLean

Robert escuchó a Lux cuando dijo que podría ser útil el equipamiento ya que ninguno venía preparado. Él, sin embargo, llevaba una mochila bien grande que parecía bien surtida.
Compartiré lo que necesitemos, descuide. En cuanto pueda emitir... decidiremos cómo seguir, con suerte estamos en terrirorio aliado...
Aunque cada vez lo dudo más.

...

Por el camino intentó conseguir el nombre de "la china", a lo que le respondió perfectamente. Robert miró a Shogun a los ojos, levantando una ceja extrañado porque hubiera tenido que llegar a intentar hacerse entender así para conseguir que hablase. No pareció entender que se trataba de un título y no de un nombre, así que asintió.

Muy bien, señorita Shogun... Quizá iba a añadir 'No se preocupe' o algo similar, pero la forma de comportarse le daba a entender que o bien estaba trastocada de la cabeza por el 'viaje' -o de antes- o se tomaba las cosas con una exagerada calma y desde luego preocupada no parecía.

...

Cuando estuvieron junto al cuerpo, escuchó a Shogun recriminarle.
Eh, comenzaron ellos. Señaló a otro par que habían muertos algo más adelante. Cinco llegaron, pero solo dejó ir a dos, y por no gastar munición. Empezaron a disparar flechas, así que devolví el fuego hasta que dejaron de acercarse. Aún no estaba tranquilo, pese a que las dos muchachas parecían mucho menos asombradas por tener aquella criatura delante.

Pensé que serían de alguna tribu bereber o algo por el estilo... Pero está claro que... Las miró bien. Que a ustedes las sorprende mucho menos que a mi. Hay... ¿Criaturas como éstas de donde vienen ustedes? Yo... Esto parece una locura.

Cogió aire y se presinó, agachándose a mirarlo bien, doblándole las orejas como si esperase encontrar alguna pista de que era una máscara.
De donde yo vengo hace unos setecientos años que no se usan arcos ni ballestas. Pensé que a lo mejor había... vuelto al pasado, pero los nombres que me da Lux no coinciden... Y desde luego ni en la época de las ballestas ni nunca han habido seres como este.

Raiden Shogun Si gozan de cultura e inteligencia volverán para ofrecerle culto y descanso a su cuerpo (...) Es grande. Puede haber depredadores mayores.

Robert asintió lentamente, frunciendo el ceño.
Toda la razón. Reconoció a Shogun. Ya me lo podría empezar a creer todo. Suspiró levantándose y echando un último vistazo a la criatura, aún costándole de creer. Lo primero es reconocer el terreno. El agua no parece abundar, así que buscaremos un río y señales de civilización. Mientras hablaba, volvía a usar los prismáticos.

Hmm... por allí van los dos que se escaparon. Ninguna de las dos era capaz de distinguirlos, al menos hasta que se los señaló correctamente. Echó un vistazo alrededor y sacó una brújulaHmm... Esa montaña a la que van nos servirá de punto de referencia. Espero que estén acostumbradas a andar, señoritas. Dijo mirando sus calzados. Una suerte que la bruma no hubiera pillado a Lux en pantuflas. Vamos a subir esa colina, se ve más vegetación y está lo bastante aislada como para poder ver a quien se acerque.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Una tiradita de Percepción y otra de Fortaleza, señoritas

Cargando editor
11/02/2022, 19:36
Raiden Shogun

Sólo Shogun. Pensó. Pero después de todo, no tenía mucha importancia.

 - Ese arma es eficaz. - no tenía sentido armar a los samurai con ellas, si había algo parecido en su mundo estaba en Sumeru, pero si se trataba de algo similar a un arco o una ballesta, tal vez un cañón en miniatura, no parecía comparable al uso de las visiones. - y nos demuestra que estas criaturas son mortales. - Estaremos bien. - ¿utiliza elemento pyro? - le preguntó, para evitar cualquier rencilla por no hablar. Si tenían que continuar juntos, le convenía entenderse con su nuevo sirviente.

 - Los arcos no son más eficaces que los guerreros que los empuñan. - matizó, sin ánimo de sermonear, si era usuario de una visión pyro podía suponer que utilizar un arma de "fuego" frente a un arco era una ventaja, pero lo cierto es que el elemento geo o electro podían ser mucho más eficaces en combate, sobre todo este último, bajo la energía de la eternidad que ella misma portaba representada en algunas filigranas de su vestido y sus ornamentos.

 - De dónde vengo los hay mucho más grandes, e imbuidos con diferentes energías, para potenciar su rol en la tribu.

 Es cierto que son extraños. - quiso empatizar con el hombre del bigote, aunque no sabría explicar porque estaba tan hablado, o porque sentía siquiera algo por aquellos dos. - pero sienten miedo por lo que no comprenden. - igual que vosotros - es posible que el ruido o la incomprensión los haya asustado. Si regresan lo harán en mayor número, y si son inteligentes, intentarán atacarnos aprovechando el conocimiento del terreno.

 La altura puede ser un punto adecuado para verles llegar. - aunque tenía inconvenientes. 

 Observó con interés la brújula. Aquellos anteojos que utilizaba para ver a grandes distancias eran similares a las gafas de los visitantes de Sumeru. Si no fuera por el resto de su aspecto, pensaría que era parte de aquel mundo que quería asaltar y cambiar Inazuma, acabando con sus tradiciones y con la estabilidad de la Eternidad.

 - ¿Eres un explorador en tu "mundo"? - se interesó, pues no había prestado demasiado atención a sus títulos. - Es evidente que conoces muchos lugares. - no paraba de hablar de todo tipo de lugares extraños con nombres peculiares. - Y tú. - dijo con voz imponente dirigiéndose a Luxana - ¿eres una erudita? - pocos eran los que se dedicaban plenamente al estudio.

 Si por ella fuera, preferiría caminar sin hablar. Debía concentrarse en el ejercicio físico que pasaba rápidamente factura a aquel cuerpo orgánico, pero algo dentro de ella, algo que no comprendía, la incitaba a conocerlos. Era...fastidioso...

- Tiradas (2)
Cargando editor
15/02/2022, 13:24
Luxanna Crownguard

Lux miró a sus dos acompañantes y les escuchó con atención, formándose una idea de ambos en su mente. Aquel señor parecía confiar mucho en su conocimiento de su mundo, aunque Lux se preguntaba si eso serviría donde se encontraban, mientras que Shogun hablaba de cosas que no entendía, aunque para la Crowguard había quedado claro que no era una persona confiada y que debía ser alguien importante en su mundo. Eso, o se las daba de importante. En cualquier caso, las palabras de Robert la sacaron de su ensimismamiento. 

- ¿Cree usted prudente ir a la montaña por donde han escapado las otras dos criaturas que acompañaban a este? - preguntó perpleja - si han huido hacia allí será porque habrá más de los suyos por ahí o será un lugar que ellos consideran de protección para ponerse a salvo, ¿no cree?

Se fijó en aquellos artefactos. Le parecían de lo más curioso y se divirtió imaginando la reacción de Garen si los tuviera en sus manos. La idea de Garen le provocó cierto sentimiento de tristeza. 

- Usted parece saber orientarse, señor Robert y parece una persona de recursos - buscaba una reacción positiva en Robert - pero no me parece sensato ir a esa montaña o, si cree usted que es la mejor opción, hagámoslo con sumo cuidado y tratando de establecer un plan para por si nos atacan esos dos o más como ellos. 

Luego miró a Shogun. Su pregunta la pilló de sorpresa. No sabía si estaba interesada en ellos para hacer balance de sus posibilidades de supervivencia o para colaborar. En cualquier caso, Lux entendía que no llegarían muy lejos por sí mismos. 

- Soy un miembro de una familia importante de Demacia - dijo la chica. Supuso que en aquel mundo importaría menos hacer gala de sus poderes, pero aún tenía miedo a una represión - dedico mi tiempo a ayudar con asuntos de la corona y a investigar sobre ciertos aspectos, pero aunque paso gran tiempo entre libros, no puedo considerarme una erudita. 

Cargando editor
15/02/2022, 13:50
Robert McLean

Robert escuchó a Shogun hablar del elemento Pyro, y le miró extrañado.
Nosotros lo llamamos pólvora. Dijo. Y tienes razón, eso es aplicable a cualquier arma. De nada sirve un arma poderosa en manos de un cobarde.  Miró a Lux. ¿Sabes cómo se usa la ballesta? La Crownguard conocía los fundamentos, y aunque ésta era más pesada que las que había usado en las prácticas, si era necesario podría dispararla.

Estuvo de acuerdo cuando le habló de que debían moverse pues seguramente volvieran en un grupo más grande, y cabeceó un poco la cabeza cuando le preguntó si era un explorador.
¿Explorador...? Mmm... Sí, supongo que se puede llamar así. Me cuelo en territorio enemigo con mi equipo, saboteo cosas, reúno información o lo que sea necesario, y regreso. No pudo evitar mirar las de Shogun. Imagino que te apañas bien con espada y lanza... ¿Eres soldado en tu mundo?

Lux preguntó sobre seguir a las criaturas a su montaña, y Robert negó.
No me he explicado bien. Señaló hacia el este. Iremos a esa otra colina. Así si vienen desde su montaña tendrán que cruzar el llano y podremos verles. Mientras no encontremos gente civilizada, mantenernos fuera de peligro es lo más sensato. Asintió, coincidiendo con Lux.

El camino hasta la colina se hizo pesado, pero todos aguantaron bien la caminata. Lux incluso avistó un hueco en la base de la colina, que examinándolo desde la distancia con los prismáticos, resultó ser una cueva. Sería útil si tenían que hacer noche, pues no tardaría en caer el sol.

Cuando alcanzaron la cima de piedra, Robert hizo un pequeño alto, sacándose su mochila y bebiendo un trago escaso de su cantimplora, pasándosela luego a Lux. Shogun por suerte llevaba víveres para si misma. De la mochila sacó entre otras cosas raras, papel y lápiz, y cogió su brújula. Voy a trazar un mapa de la región. Le pasó los prismáticos a Shogun, y cogió su rifle, comprobando algo y sacándole el cargador y la bala de la recámara. Vosotras vigilad los alrededores, a ver si veis algo interesante. Necesitamos agua, la que tenemos no durará demasiado. Miró a Lux y le ofreció el rifle. Cierra un ojo y pon el otro en la mirilla. Te servirá de prismático, cógelo así y pon la mejilla aquí. Y se sentaría a medir distancias con el visor de la brújula, plasmándolo en la hoja.

A simple vista, hacia el norte se extendía muy muy lejos ese terreno pedregoso, y hacia el sur, a una buena distancia, (Puede que un par de días) se elevaban altas montañas al otro lado de una región más baja y verde, era como como si el grupo de encontrase en un altiplano. Hacia el este, las cordillera continuaba hasta perderse, pues iba de sur a este. Y hacia el oeste, debajo del altiplano, se podían distinguir llanuras y grupos de árboles dispersos, pero sin duda más verdes que donde estaban.

- Tiradas (4)

Notas de juego

Podéis 'Elegir 20' si os tomáis todo el rato examinando un punto cardinal, o revisar más de uno pero tirando dado (en oculto)

Los prismáticos y la mirilla del rifle dan +10 en Percepción.

Después de eso se empieza a poner el sol y ya será mucho más difícil ver nada que no emita luz.

Cargando editor
15/02/2022, 17:54
Raiden Shogun

- Una humilde guardia del imperio. - omitió deliberadamente los detalles, parca en palabras, prefería mantener cualquier sutileza que pudiese comprometer a su mundo. No se trataba de desconfianza por aquellos dos completos desconocidos, eso sería concederles la capacidad para dañar al imperio, algo que era evidente que no poseían, pero otros podrían torturarlos hasta hacerles hablar, o podrían hablar de su mundo y llamar la atención con sus actos. Ahora, sólo los actos de Raiden debían involucrar a Inazuma, y hablar de Teyvat no era prudente. No ofreció nombres, no eran importantes para ellos.

 Tomó los prismáticos, de extraño diseño, y los giró en la diestra con firmeza para comprobar su funcionamiento. Los había visto como anteojos, con bandas que permitían colocárselos pegados a los ojos sin necesidad de usar las manos. Eran instrumentos más parecidos a los de los joyeros, pero era evidente que tendrían utilidad allí. Asintió con la complicidad que pueden tener dos guerreros, pero no agradeció. 

 Sólo comería o bebería cuando nadie la observase, por el momento sólo necesitaba beber, y lo haría únicamente cuando su cuerpo se lo exigiese, con mesura. Aquello era un estorbo, pero no iba a caer en algo tan evidente como despreocuparse de ello, a fin de cuentas, la lección que había recibido era sobre su extrema fragilidad en aquella condición.

 - Donde ellos están, habrá un río o agua. - resumió antes de mirar. Así es como se instauraban las aldeas de Inazuma, y todas las ciudades que conocía tenían acceso al agua. Nada en aquellas rocas y vegetación le hacían pensar que aquel mundo fuese diferente. - Las leyes de la naturaleza parecen idénticas aquí. - observó, aunque no podía asegurarlo a ciencia cierta, pues se notaba menos ligera y con el ritmo de su corazón, a pesar de la tranquilidad, más acelerado.

 Podía ser una sugerencia. Si era capaz de atravesar las líneas de sus enemigos, ¿había alguna diferencia? Sí, pedirle aquello, sin información era un suicidio. Y no quería deberle un favor. Podía ser más útil con vida.

 - Habrá un territorio de caza, quizás jabalíes o, en su defecto, árboles frutales. - podían servir para comprobar la toxicidad de ciertos alimentos. Estas criaturas...no pueden sobrevivir sin carne. Son grandes. Miró al cielo, debía situar el camino que recorría el sol para saber donde se encontraban en lo sucesivo, también buscó estrellas visibles que la pudieran orientar, sabiendo que la constelación de la eternidad no estaría allí representándola. En el cielo buscó aves, esperando ver alguna grulla de cabeza azul. Su carne podría ser un buen nutriente, los huevos de sus nidos un manjar.

 - No hemos ocultado nuestras huellas. Podrán seguirnos fácilmente. - no se lamentaba, pero pensó en voz alta.

 

Notas de juego

Elijo 20 hacia la llanura.

Cargando editor
16/02/2022, 19:36
Luxanna Crownguard

Lux escuchó a sus dos acompañantes atentamente. Estaba perdida, no sabía cómo había llegado allí y aquel sitio carecía de todas las comodidades a las que estaba acostumbrada. Cuando el señor Robert le preguntó por el uso de la ballesta, Lux lo miró sorprendida. Quizá la magia sea algo que no se da tampoco por hecho en su mundo, quizá es considerada una aberración como en Demacia.

- Si, claro - dijo carraspeando - si puedo usarla, supongo. 

Aunque preferiría no tener que hacerlo - pensó. 

Se ajustó bien sus guantes antes de tomar esa ballesta. Se sentía muy insegura con su poder, después de toda una vida ocultándolo. Aunque estuviera en otro mundo, aún no descartaba la idea de estar en una pesadilla. Por todo eso, agradeció el agua que le tendía

- La llegada a este lugar me pilló totalmente desprevenida - dijo la muchacha tomando el agua que le ofrecía - no pude traer nada conmigo. Lo último que recuerdo es el ataque de esa mujer.

- Y la estatua de petrictita que quedó en mi cama... - pensó de nuevo con cierta amargura.

Rober la sacó de su pensamiento. Se sintió realmente incómoda cuando aquel señor le tendió su arma para usarlo de telescopio. Era muy extraño. No le gustaba portar armas asesinas. Aún así, debió admitir que era muy útil. Se dispuso a observar hacia el sur, en aquella zona dispersa de zonas más planas y montañas.*

La cueva no era precisamente el lugar ideal para descansar, pero tal vez les permitiría protegerse en la noche en aquel terreno tan desconocido y, de forma inocente y casi sin poderlo contener, su pensamiento brotó de sus labios.

- ¿No será todo esto una pesadilla y nos despertaremos en cuanto amanezca? - preguntó 

Notas de juego

*Elijo 20 hacia el sur. 

Cargando editor
16/02/2022, 19:48
Robert McLean

Las dos vigías escrutaron el horizonte minuciosamente hacia el sur y hacia el este mientras Robert terminaba con el mapa y lo doblaba. Al caer el sol, empezó a trastear con el equipo que había sacado.

¿Algo interesante?

Cuando respondieran, tocó un par de botones y empezó a oírse un ruido de lo más extraño de uno de los aparatos, y Robert se puso una especie de orejeras para el frío, hablándole a un objeto que cabía en la mano e iba unido por un cable enrollado.

Al habla el Teniente Robert McLean, del segundo regimiento del Servicio Aéreo Especial, emitiendo desde ubicación desconocida, para cualquier unidad Aliada que reciba este mensaje.
Es prioritario que llegue la siguiente información al mando británico: "La respuesta a Hefesto es Eco". Repito: "La respuesta a Hefesto es Eco". A cualquier unidad aliada, transmitan esta información a los mandos británicos del Servicio Aéreo Especial a la mayor brevedad...

Robert empezó a repetir el mensaje, al menos dos veces antes de tocar una ruedecita, y otras dos o tres veces antes de volver a tocarla de nuevo. A medida que pasaban los minutos sin que pasara lo que se suponía que tuviera que pasar, se le veía más angustiado e inquieto, desesperándose.

Joder... me cago en grmmjj.... Le dio un palmetazo a la radio e hizo algunas pruebas. Esto no puede estar pasando...! Ojalá tenga razón, Lux, y sea una... maldita pesadilla! Lo repitió una vez más, compungido, y empezó a darse golpecitos con el micrófono en la frente y una profunda expresión de dolor y frustración en su rostro, cerrando los ojos y apretando lso dientes con los labios sellados.

Cargando editor
16/02/2022, 20:41
Narrador

Shogun pudo revisar las praderas hacia el este. Un río recorría buena parte de la región, con sólo un puente, aparentemente, a mucha distancia de donde se encontraban, pero tramos importantes del río estaban tapados por bosque así que podrían haber más, o algunos vados que se pudieran cruzar.

Cerca del puente había un edificio de piedra de varios pisos y se veía movimiento. Si salían temprano quizá llegasen de noche.

Pasadas las llanuras el terreno se difuminaba en la distancia incluso con aquellos binoculares, pero parecían marjales y bosques. 
En cuanto a seres, pudo ver lo que parecían caballos y águilas de un tamaño realmente sorprendente, seguramente, cinco o seis metros de envergadura, volando en grupos de tres.

Cargando editor
16/02/2022, 20:41
Narrador

Lux inspeccionó las montañas. Había bastante bosque cerca de las faldas, donde terminaban las llanuras. En la parte media de los montes pudo distinguir un terreno despejado, sin duda un camino hecho cortando árboles, que cruzaba por una zona menos agreste.
En al menos tres puntos habían torres de vigilancia, y luz en ellas, como si vigilasen lo que pudiera llegar desde estas rocosas tierras hacia esas montañas.
También pudo ver águilas de al menos cinco metros de envergadura volando en grupos de tres.

Cargando editor
17/02/2022, 21:00
Raiden Shogun

 - Soldado.

 llamó al explorador. - Nadie vendrá a ayudarnos. - Raiden no se andaba con rodeos, la mentira era reconfortante para los débiles de espíritu, y su voluntad era fuerte. así lo exigía también en sus subordinados. Servir a la Eternidad conllevaba alzarse contra las adversidades.

 - Somos nosotros los que debemos ayudar a los que quedaron atrás. - quizás comprendía lo que estaba intentando al transmitir un mensaje tan enigmático, era evidente que era parecido a los códigos que utilizaban los Kamisato y otras familias dentro del triunvirato, sobre todo en el ámbito comercial. - Tenemos que sobreponernos - le explicó, con la voz de lo que era, la guardiana de la Eternidad, la general y a los ojos de los suyos, una diosa de su pueblo. - No sabemos si el tiempo que pasamos en este mundo transcurre a la misma velocidad que allí de donde procedemos.

 Hay una forma de regresar. - parecía más una esperanza bañada de determinación que una verdad que pudiese contrastarse con más datos que su pura voluntad de conseguir volver. - de permitir que lo que tenía que pasar, termine pasando.

 Pero para eso tenemos que estar centrados y atentos al problema que tenemos frente a nuestras miradas. Sin distracciones.

 Ese es el sacrificio para que nada cambie. Debemos investigar que nos ha traído aquí. - no parecía tan preocupada por su propia causa, pero se incluyó para que ambos se sintiesen protegidos y comprendidos - y evitar que vuelva a ocurrir.

 Os pido demasiado. - no se retractaba, al contrario - pero estáis a la altura del desafío que se presenta ante nosotros.

 Que los cambios no os engañen. La guerra, ...está llegando. Pero podemos solventar esto si colaboramos y regresamos al lugar y el tiempo que nos corresponde.

 Le tendió la mano, un privilegio que pocos tenían. Tocar a la Shogun era un regalo que sólo ofrecía porque asumía que la había protegido sin tener porqué. Con su arma de pyro había ahuyentado a posibles amenazas, y ahora intentaba guiarlas sin conocerlas. Era un buen sirviente y podría ser mejor.

 Asintió con confianza, y miró de soslayo, por encima del hombro, a Luxana.

 - Hacia el este hay praderas y un puente que cruza un río, junto a un edificio. Es señal de civilización. Parece haber bastante movimiento. 

 También hay animales de gran tamaño. Si son salvajes pueden suponer un buen suministro de provisiones, o incluso un medio de transporte más eficaz que avanzar a pie. La tierra se extiende hasta el horizonte, perdiéndose en lo que parecen bosques o marjales. 

 Miró al hombre.

 Debe encontrar el honor y la dignidad de un soldado.

Debes recomponerte.

Cargando editor
19/02/2022, 21:18
Luxanna Crownguard

Aquello fue como si vertieran un jarro de agua fría sobre Lux. Empezaba a darse cuenta de que aquello era real y que estaban en aquella situación tan comprometida por alguna razón. Pero... ¿cómo? ¿Cómo había llegado a ese lugar y porqué? Aceptó las palabras de ánimo de Shogun, pero las mismas que la reconfortaban le hacían dudar.

- Pareces saber mucho más que nosotros de esta situación - expresó finalmente, tratando de elegir sus palabras para que aquella mujer no se sintiera ofendida - ¿conoces entonces la razón por la que estamos en este lugar? ¿sabes cómo hemos llegado aquí? Solo recuerdo una especie de niebla... muy densa... 

Luego había otro factor que le preocupaba: el tiempo. Esperaba que su incursión en aquellas tierras no ocasionase un problema a Demacia. Esperaba que a su vuelta, Demacia siguiera tal y como la recordaba. Lo que fuera que habían venido a hacer allí, había que hacerlo pronto.

- No debemos demorarnos, entonces - contestó Lux - pero sin saber a qué hemos venido, empezar resulta complicado. Hablas de guerras... ¿a qué te refieres? No entiendo nada de este lugar, ni siquiera sé quién o qué va a ser atacado ni las razones ni si podemos apelar a los agresores, en el caso de haber una guerra. Es frustrante. 

Decidió concentrarse en la información que podía obtener mirando por los artilugios que el señor Robert les había dado. A juzgar por la frustración de aquel hombre, entendió que no había funcionado lo que tenía en mente. 

- No se desanime - trató de consolarle - tal vez, en algún momento, alguien nos localice y nos saque de esta. Al sur hay llanuras y donde estas terminan, hay bosques. Veo una especie de camino, parece hecho por alguien o algo, no me atrevo a decir humanos dado lo que nos hemos encontrado, y también puedo ver al menos tres torres de vigilancia, orientadas hacia las montañas, como si algo pudiera venir de ellas. En todas hay luces, como si estuvieran ocupadas. Además, hay una especie de águilas enormes, que vuelan en grupos de tres más o menos. 

- ¿hacia dónde creéis que deberíamos ir? - preguntó a sus compañeros - no creo que seamos bien recibidos en civilizaciones que no conocemos, pero es evidente que necesitamos abastecernos, por otro lado.