Partida Rol por web

Transilvania Salvaje: Oscuridad en el seno de las sombras

2- Marisza: odisea de hambre

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30/07/2013, 14:17
Director

Te suenan las tripas. Hace días que no comes, y estás acurrucada entre las raíces de un árbol viejo, en una hondonada que te protege del viento helado. El frío no te preocupa, estás bien abrigada y el lobo que está a apoyado tu lado te da calor. Es un macho de piel oscura, corpulento, aunque también lleva días sin comer. Es el hambre lo que te preocupa, lo que hace que te sientas debil.

No hay comida. El otoño dará paso pronto al invierno, y no hay frutos en las ramas bajas de los árboles. Tampoco hay apenas en las altas, a las que podrías alcanzar fácilmente si cambiaras a esa forma que has aprendido a asumir, la de ese monstruo negro como el lobo junto al que descansas. Pero no merece la pena trepar, apenas hay nada en las copas. Como tampoco hay nada en los arbustos, ya no hay vallas ni moras, de esas que saben dulce cuando están maduras y ácidas el resto del tiempo. Y lo que es peor, tampoco hay presas. Tus lobos han buscado, han rastreado, pero no habéis visto un ciervo en semanas, y el último conejo hace un par de días. Por suerte, lograste alcanzarle con una flecha, pero la carne de un conejo es demasiado escasa para tres.

La tercera boca que alimentar hace rato que no da señales de vida. Se marchó mientras descansábais, en silencio, y no ha regresado. Esperas que esté bien, porque estos dos lobos han sido tu única compañía desde...

Ahí está, caminando tranquila sobre el manto de hojas que la trae a través del bosque. Es una hembra delgada, aparentemente frágil pero veloz y habilidosa. Te preguntas a veces si no se decidirán a tener cachorros entre ellos. Aunque no es el mejor momento para pensar en más bocas que alimentar.

Cuando llega a vuestro lado y se acurruca contra tu cuerpo a descansar, algo llama tu atención. Un olor, un aroma, algo que hace crujir tus tripas de nuevo. ¿Comida? Sientes el aliento de la loba, y confirmas lo que ya creías saber: ha comido recientemente. Pero no hay rastro del olor a sangre, a carne y pieles. No, es un aroma que te recuerda a tu hogar perdido, a las cocinas de casa cuando tu madre cocinada. ¿Pan? Su aliento huele a pan...

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30/07/2013, 14:18
Marisza

Mi mano se hunde en el pelaje del macho acariciándole, ahora mismo es lo único que hace que me centre y no piense en comida.

Los cambios que he tenido no me parecen normales, pero al menos ellos no se han marchado y me han tratado como su hija...puede que eso haya echo que no hayan tenido sus propios cachorros.

La abrazo al cuello y entonces huelo...pan, me evoca mi madre humana, la que me tuvo y dio la vida pra que pudiera escapar.

La acaricio y la susurro al oído

¿donde lo has encontrado bonita? con pan podríamos sobrevivir al menos esta noche pude que alguna mas aunque se ponga duro.

Tal vez pueda encontrar el rastro que ha seguido, para llegar.

Me levanto con un poco de dificultad y salgo fuera con el arco en una mano, el carcaj en la espalda y una sensación térmica que hace mas frío del que debería.

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30/07/2013, 14:20
Director

Caminas junto a tus dos lobos, la hembra delante para mostrar el camino, el macho detrás cubriéndote las espaldas, una actitud protectora que ha venido siendo habitual desde que uniera su camino al tuyo. La hembra parece bastante segura del camino a seguir, a pesar de que, de cuando en cuando, se detiene a husmear el suelo y los arbustos. Pero nunca se detiene demasiado tiempo, y despues de cada parada sigue caminando con más energías.

Recorréis el bosque por zonas espesas que apenas os dejan ver las nubes del cielo, badeáis incluso un pequeño riachuelo en el que aprovecháis para descansar y beber agua fresca. Y finalmente surgís a la luz justo donde comienza el ascenso de la loma de un monte escarpado. Levantas la mirada y ves un castillo sobre su cumbre, de recios muros de piedra lisa. Y ves a la loba ascender por la ladera evitando rocas con facilidad, hasta lo que parece el comienzo de una enrevesada escalera horadada en la roca.

Una escalera a cuyas orillas hay picas con calaveras colgadas, una clara señal de advertencia a los intrusos.

Una escalera que parece llevar a una puerta excavada y tallada en la roca de la montaña, justo debajo del castillo. Una entrada. Y parece abierta.

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30/07/2013, 14:20
Marisza

Creo que se por que no han tenido cachorros, me consideran su cachorro, pero me gustaria tener a algunos para poder correr y divertirme con ellos en primavera, para cazar como una manada. Mi familia, una mas grande si cabe.

Creo que es algo que me gustaria para olvidar la mia real.

Un escalofrio recorre mi espalda un segundo antes de poner la mano sobre las escaleras, me da miedo el lugar, pero no puedo sino que continuar, por los dos y si la loba ha vuelto significa que no hay mucho problema.

Subo con cuidado las escaleras hasta arriba y me paro en la puerta para mirar al otro lado, necesito saber que no hay problemas aunque miro tambien hacia abajo como si hubiera alguien.

Tengo un extraño presentimiento de todo esto.

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30/07/2013, 14:21
Director

Pasas bajo el arco de piedra que conforma la puerta de acceso. Se trata de unos gruesos pilares de roca tallada en motivos rectangulares, con runas grabadas y envejecidas por el tiempo. Más allá, el camino se vuelve oscuro y tenebroso, siguiendo un pasadizo completamente cuadrado, de paredes lisas y techo alto, con el suelo lleno de polvo y arena. No hay piedras unidas entre sí, no hay argamasa uniendo juntas. Todo el pasadizo está excavado directamente en la roca de la montaña.

En cuanto la oscuridad te envuelve, la loba comienza a correr. Desaparece de tu vista a pesar de tus intentos por retenerla, haciendo caso omiso a tu voz. El macho se mantiene a tu espalda, reticente a entrar. Algo le asusta, y es extraño porque no es un animal asustadizo. Sin embargo, en cuanto la soledad te oculta de sus ojos y tu olor se aleja, logra vencer sus miedos y se adentra en el pasadizo tras tus pasos.

Caminas largo rato, siguiendo el camino simplemente por el tacto de tu mano en la pared. De vez en cuando miras a tu espalda, viendo a lo lejos el punto de luz que supone ya la entrada. El pasadizo discurre completamente en linea recta, sin girar a izquierda ni derecha, sin ascender ni descender.

Sssssssssss...

El sonido te hace detener, con el corazón acelerado. Un siseo, similar al de una serpiente pero... diferente. Más profundo, más grave, más fuerte. A tu espalda, el lobo se acerca más a ti, gruñendo. Sientes el contacto de su piel contra tu pierna. El siseo desaparece. Decides seguir avanzando, pero de repente te das de bruces con una pared. El camino llega a su fin ¿cómo puede ser? Tanteas el muro, igual de liso que las paredes que has recorrido, aunque en él sí encuentras puntos de unión entre rocas talladas.

Ssssssssssssss...

El siseo regresa. Y ahora ya sí estás convencida de que no estás sola.

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30/07/2013, 14:22
Marisza

Una pared, no puede haber una pared, si la loba ha entrado aqui, la he oido correr y...
Me giro al siseo, el arco me esta quemando en las manos, pero no veo aqui, no puedo ver, tal vez si pudiera en esa otra forma que veces puedo asumir, pero aun asi.

Acaricio la cabeza del macho con suavidad, me agacho para abrazarle y sentir calor, son mi familia y la hembra, no se donde narices esta la hembra, he seguido su camino, no me he podido perder. Comienzo a tantear la pared buscando una puerta o algo.

Vuelvo a girarme al siseo, tengo miedo, si no voy a negarlo, pero si he vivido este tiempo puedo sobrevivir. Aprieto los dientes mientras busco algo para poder defenderme en esta distancia, no tengo garras como mi "padre" pero vendere cara nuestra vida.

Seas lo que seas no te tengo miedo.

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30/07/2013, 14:23
Director

El silencio que precede a tu frase no dura demasiado. Algo acaricia el frío tacto de la pared, o quizás del techo, creando un carraspeo herrumbroso que te desconcierta. Sobre todo porque con el eco del espacio cerrado no eres capaz de discernir su procedencia exacta. El lobo junto a ti gruñe nervioso, sientes el pelaje de su lomo erizarse entre tus dedos.

Ssssssssssseguro que no...

La voz es apenas un siseo, como la de un susurro, pero retumba en el lugar pareciendo procedente de todas direcciones. La evidencia está ahí, no estás sola, y sea lo que sea estás convencida de que no es algo humano.

Ssssssoy el guardian del passsssadizo... el que guarda que nadie ssssssalga... tus amiguitosss pueden sssssalir, pero tú, niñita, no sssaldrássss...

El deslizar sobre la piedra aumenta, se está acercando. No encuentras nada que emplear como arma, y el arco y las flechas no son útiles en la oscuridad salvo contando con un golpe de suerte. El lobo gruñe con más fuerza, amedrentado, y su gruñido se vuelve doble por el eco...

¿O no?

Un segundo gruñido se une al suyo, uno más bajo, más agudo. Oyes la voz de tu loba, desde algún lugar. A tu izquierda, en la pared, muy abajo, al nivel del suelo. El macho escapa de tus manos, corriendo en esa dirección. El siseo se acerca...

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30/07/2013, 14:23
Marisza

La voz solo hace que se me erice la piel, el lobo quiere protegerme, me considera su hija, su propia sangre, pero no voy a dejar que muera por salvarme.

Ojala pudiera ver, ojala pudiera atacarle en este lugar, pero...Deslizo la mano por la pared mientra el macho se escapa, busco el hueco, tiene uqe haber un hueco, sino no me explico como puede ser posible que no la haya encontrado.

Tanteo buscandolo para poder meterme ne el para escapar de esa cosa, luego vere como escapo del castillo, que seguro que lo conseguire, pero ahora no quiero morir, quiero verles criar cachorros la proxima primavera.

El corazon me late con tal fuerza que parece que se va a escapar de mi pecho para salir corriendo por el pasillo que he recorrido para salvarse e ir al exterior

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30/07/2013, 14:24
Director

Te apresuras a moverte por la pared, buscando a tientas con las manos un hueco por la zona baja de la roca, siguiendo el sonido de los gruñidos y lloriqueos desesperados de tus dos lobos. Sonidos amortiguados por paredes estrechas, tienen que estar en algún tipo de pasadizo.

Y el siseo está cerca, más cerca.

Sigues deslizando tus manos, mientras tu corazón se acelera aún más. Sientes tu pecho a punto de explotar, los gruñidos están cerca, tan cerca...

Y el siseo, más cerca aún.

¡¡Lo tienes!! Tu mano roza una arista, la esquina de la pared con un espacio sin muro, al nivel del suelo, poco más alto que el lomo de cualquiera de tus lobos. Te echas al suelo, apresurada, justo cuando algo roza tu pelo. Si hubieras seguido de pie, te habría alcanzado. Gateas, tratando de introducirte por el espacio. Sientes un aliento en tu rostro, pero al instante también sientes el roce de un pelaje familiar en tu mejilla. Tu lobo está junto a ti, y más adelante tu loba os llama entre jadeos y lamentos. Gateas con rapidez, pero de repente sientes algo que se aferra a tu pie izquierdo, una enorme mano que se cierra con fuerza y tira de ti. Dejas de estar a gatas bruscamente, para pasar a estar tumbada sobre el suelo de tierra mientras alguien te arrastra. Gritas, desesperada, y el siseo se renueva detrás tuyo. Un gruñido lo detiene, y la mano que te agarra se sacude con fuerza mientras el lobo la sacude. Hay un forcejeo, y un instante después tu pie queda libre. Aprovechas para gatear nuevamente, a toda velocidad, alejándote, dejando todo atrás.

Te detienes cuando chocas con el cuerpo de la loba, que te recibe entre lametones de cariño mientras tu pecho se estremece por el corazón acelerado. Tienes el rostro sudoroso y el cabello se te pega a la frente. Cuando logras tranquilizarte, te das cuenta de que el macho no ha regresado aún a tu lado ¿Donde está? Fue el quien te liberó el pie. La idea de que se haya sacrificado, que haya sufrido él en sus carnes el destino que te tuvieran deparado...

Pero no, el lobo se acerca a ti lentamente, en la oscuridad. Lo sientes, lo oyes, lo hueles. Y todos esos sentidos te dicen que no está bien. Cuando llega a tu lado, palpas su costado y notas la sangre cubriendo parte de su pelaje. Está herido.

Más adelante, el pasadizo muestra una ligera luz al final. Gateas junto a tus lobos hasta allí, dispuesta a comprobar a la luz el estado de las heridas del macho. Cuando llegas, salís a un amplio espacio de piedras pulidas, con una escalera a tu izquierda y una puerta de metal, aparentemente cerrada. Una cadena surge de las entrañas de la tierra y desaparece por el techo.

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30/07/2013, 14:25
Marisza

Creo que respiro aliviada cuando noto el resquicio y me deslizo dentro, me va a estallar todo el cuerpo.

No se ni como paso al otro lado, no se ni como gateo he estado a punto de ver como me unia a mis padres, como moria. Cierro los ojos al notar los lametones y la abrazo con fuerza.
Luego el macho, tengo que curarle, tengo que cuidarle, me estan cuidando los dos.
A la luz miro las heridas, le acaricio para tranquilizarle, respiro con algo de tranquilidad, pero estoy preocupada, esa cosa me matara cuando salga a menos que lo haga por la puerta principar y no se yo como conseguirlo. Rompo un poco de mi camisa, le vendo un poco para que no sangre, se lo terminara quitando pero se lo volvere a poner. Miro el lugar, la loba solo ha podido salir por la puerta, no me fio mucho para subir por la cuerda o para tocar esa palanca.

Los acarico a ambos y los abrazo Buenos chicos, no volvais a darme un susto asi.
Subo a la puerta con cuidado mientras estoy a tenta a lo que pueda pasar, esa cosa no creo que pase por donde he venido pero no puedo....¿que sera esa cosa? No puedo pensar en eso, tengo que buscar la manera de salir de lo que sea este lugar y salvar a mis dos compañeros.

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30/07/2013, 14:26
Director

Sales por la puerta a un pasillo estrecho, iluminado solamente por unas pocas antorchas demasiado alejadas entre si, y escasamente cuidadas, que tienen una llama excesivamente tenue. El camino es angosto, describiendo múltiples curvas de noventa grados, y sus paredes muestran multitud de puertas. Unas abiertas, otras cerradas. Las abiertas muestran pequeñas celdas, semejantes a una prisión, sin ventana la mayoría de ellas. Finalmente, una de las puertas abiertas es diferente, en su interior no hay una celda sino una amplia habitación con una mesa en el medio y varias sillas, algunas rotas. Sobre la mesa hay algo de comida, pan y carne seca, y un par de jarras llenas de un líquido amarillento que parece leche cortada.

Estáis a punto de tomaros un merecido descanso en esa especie de garita, cuando oyes un ruido, pasillo adelante. Madera que cruje, metal que chirría, un gruñido, un grito femenino de terror que se ahoga. Y luego, el silencio.

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30/07/2013, 14:26
Marisza

Se me hace la boca agua, aunque sea leche agria, el resto es comestible, por lo menos la carne y el pan, para beber seguro que encuentro agua.

Me acerco dejando el arco en el carcaj de mi espalda y cojo un trozo de carne para olerlo, no parece que este mal. Antes de darle un mordisco le doy dos trozos a mis padres.

Voy a morder un trozo cuando escucho el grito, me estremezco un poco, genial, ni un respiro. Meto el trozo de carne en la boca mientras cojo de nuevo el arco y doy un mordisco para comenzar a caminar poco a poco hacia donde he oido el grito de la mujer. Termino de comerme la carne y me lamo los labios, sigo teniendo hambre, luego volvere a por ellos.

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30/07/2013, 14:27
Director

Aún masticando una bola de carne convertida en una jugosa pero dura bola dentro de tu boca, sales de nuevo al pasillo con el arco preparado. Tus lobos te siguen raudos, y el macho trata de situarse delante tuyo. Quizás en un intento de protegerte, quizás tratando de imponer su superioridad en el grupo que formáis los tres. No le dejas, no obstante, y le obligas a permanecer detrás para tenerle controlado y contar con un tiro limpio si es necesario.

Sabes de donde procedía el sonido, así que caminas en esa dirección. Tus botas hechas de pieles apenas hacen ruido contra el suelo, aunque es el sonido de tu propio corazón el que resuena en tus oídos y se impone al silencio. Tienes un nudo en el estómago.

Más adelante, en el siguiente corredor, hay una puerta abierta y una tenue luz que surge de ella hacia el pasillo. En esa luz hay movimiento, una sombra que tapa el foco luminoso. Alguien que supone un peligro.

Y de repente...

Notas de juego

Seguimos en otra escena